-¡Feliz cumpleaños, maknae!- Coreó casi toda la YG en cuanto SeungHyun hyung me sacó la venda de los ojos. Era increíble. Gran parte de la agencia, incluyendo personas que hacía siglos que no coincidía con ellas, estaba allí presente, sonriéndome bajo adornados de globos dorados, guirnaldas y carteles con felicitaciones para SeungRi. Para mí. Todo éso era por mí. Me quedé atónito por unos momentos, pasmado por tanta atención y dedicación de mi familia, ya que así los consideraba, hasta que SeungHyun, que seguía a mi lado, me dio unas leves palmadas en el hombro, sonriendo.
-Feliz cumpleaños, maknae.- Repitió. Inevitablemente, mis ojos se humedecieron y él me abrazó momentáneamente. Apenas me soltó, todos los presentes comenzaron a acercarse a mí, a felicitarme por mis 23 años recién cumplidos, a abrazarme o, simplemente, a darme palmadas en la espalda al notar que no podían acercarse más debido a la multitud que me rodeaba. Yo repartía apretones de mano, agradecimientos y abrazos.
Cuando ya no quedaba persona alguna que no me hubiese deseado un feliz cumpleaños, YoungBae anunció el comienzo de una fiesta mientras las luces bajaban y aumentaba lentamente el volumen de una música que antes no se escuchaba.
La gente se dispersó y yo miré hacia todos lados, confundido. Ahí faltaba alguien. Me había saludado toda la columna de modelos de la YG, la de actores, la de músicos. Me habían saludado todos los solistas. Me habían saludado los grupos. Me había saludado BIGBANG. Me habían saludado SeungHyun, YoungBae, DaeSung, Ji... Ji no me había saludado.
Bae pasó un brazo por mis hombros.
-¿Buscás algo, cumplañero?- Me preguntó sonriendo.
-No... Sí. ¿Dónde está JiYong?- Él giró la cabeza en todas direcciones como yo hacía unos segundos y volvió a mirarme, con cara de "no tengo idea".
-Debería estar por aquí... Aunque, ahora que lo pienso, no le he visto en todo el día.- Mi mentón cayó, haciendo que quedase boquiabierto.
Yo tampoco había visto a JiYong en todo el día. Era mi cumpleaños y él ni se había aparecido. Ni un mensaje. Nada. ¿Dónde estaba?
Bae vio mi cara de indignación y me tomó del brazo, guiándome al medio del lugar.
-Vamos, pandita. Él ya llegará... sólo disfruta la fiesta que hemos preparado para ti.- Me dejé llevar por él y nos pusimos a bailar allí mismo, incentivando a que los demás invitados hiciesen lo propio.
Faltaban poco minutos para la medianoche. El momento en el que dejaría de ser 12/12, el aniversario de mi nacimiento. Agotado de tanto bailar con todo el mundo, me alejé de los demás cuidadosamente y me dirigí a una mesa larga llena de bebidas y aperitivos situada cerca de la puerta abierta de la entrada. Tome una lata sin fijarme bien qué contenía, la abrí y comencé a beber de ella. Sea lo que sea, tenía un fuerte sabor a alcohol.
Comencé a preguntarme. ¿Dónde estaría mi hyung favorito? ¿Se habría olvidado de mi cumpleaños? O, ¿quizá no le importaba? ¿Sería yo quién no le importaba?
Llevaba meses sintiéndome muy raro estando en presencia de mi líder. El sólo estar cerca suyo me ponía los nervios de punta y moría de ansiedad internamente al estar lejos de él. ¿Qué me pasaba?
De repente, me vi tirado brusca y fuertemente del brazo fuera del salón mientras la puerta se cerraba detrás mío, haciendo que mi lata cayera al suelo volcando todo su contenido.
-¡SeungRi!- Me recriminó una voz inconfundible.- ¡¿Por qué nadie me dijo que iban a celebrar una fiesta en tu honor?!
-¡Ji!- Exclamé emocionado en voz muy alta con los ojos muy abiertos. ¡Ahí estaba él! ¡Frente a mí, en ése pasillo desierto!- Emmh... yo... tampoco estaba enterado. ¿Es que no te invitaron?
-Si me invitaron, pero, ¡nadie me dijo que sería una fiesta! Y, mucho menos, una tan grande.- Frunció el ceño, confundido.
-Ah, vale.- Dije, entendiendo.- No te dijeron para que no arruinaras la sorpresa.- Sonreí.
-¡Yo no arruino sorpresas!- Se defendió, ofendido.
-Ay, sí lo haces.- Abrió la boca para replicar, pero lo interrumpí.- Aún así, si te habían invitado, ¿por qué no viniste?
-¡Sí vine! Pero, al ver que había tanta gente... me fui.- Levantó mucho las cejas y se mordió el labio inferior, arrepentido.
-¿Qué? ¿Por qué?- Cuestioné decepcionado.
-Sé que es muy complicado cuando es el cumpleaños de ésa persona, pero tenía la esperanza de encontrarte solo para darte mi regalo...- Explicó apenado. Lo miré confundido. ¿Qué querría darme que no lo pudiese hacer frente a alguien más? -Aún así, regresé por ti.- Yo sólo suspiré.
-Mira, he estado extrañándote todo el día,- ¡Aún no sé por qué dije éso!- y me estaba sintiendo muy triste, porque ya casi son las doce, y mi hyung predilecto no me ha ni felicitado por mi cumpleaños y...- Antes de que pudiese terminar la frase, Ji me tomó por los hombros y me empujó hacia él. Cuando choqué contra su cuerpo, enredó sus brazos alrededor de mi cuello y me miró fijamente.
-¿Qué hora es?- Preguntó. Levanté mi temblorosa muñeca hasta la altura de mis ojos y divisé la hora.
-23 horas, 58 minutos.- Anucié mientras mis manos se dirigían automáticamente a su cintura, sin que yo se los ordene.
-Excelente.- Dijo mientras acercaba su cara a la mía y depositaba un beso sobre mis labios. Corto. Húmedo. Perfecto. Ése simple contacto de un par de segundos había logrado enviar violentas pero placenteras corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.- Feliz cumpleaños, Lee SeungRi.- Añadió mientras sonreía al separar sus labios de mí contacto.
Me quedé paralizado, sin moverme del lugar. Él tampoco se apartó de mí. Me miraba fijamente, como esperando una respuesta.
-¿A qué vino éso?- Pregunté al fin.
-¿No te gustó?- Inquirió él inflando las mejillas.
-¿Qué si no me...?- Incapaz de terminar la frase, miré hacia ambos lados del pasillo y volví a pegar mis labios a los suyos, tomándolo por sorpresa. Los entreabrí un poco, invitándolo a hacer lo mismo y pidiendo permiso silenciosamente para que mi lengua ingresara a su boca, a lo que él accedió y jugueteó con ella a manos de la propia.
Nos besamos de manera pasional un rato que, no sabría decir cuánto habría durado. Yo había perdido la noción del tiempo. Ambos habíamos perdido la noción de todo. No importaba el lugar, el momento... nada.
...éso hasta que el ruido de la puerta abriéndose nos trajo a la realidad, haciendo que nos separáramos bruscamente.
SeungHyun hyung estaba parado frente a nosotros, mirándonos alternativamente a Ji y a mí, desconcertado. Le devolví la mirada incómodamente y volteé hacia Ji, quien simplemente hizo rodar sus ojos y lanzó un guiño en dirección a hyung, que rió.
-Feliz cumpleaños, maknae.- Me dijo cantarinamente por tercera vez en la noche mientras se daba vuelta para volver a la fiesta.- Intenten no tardar tanto, ¿vale? ¿Qué sería del cumpleaños del panda sin él?- Y se internó en el salón cerrando la puerta tras de sí.
Sonreí divertido ante la descabellada escena que acababa de ocurrir y miré a Ji.
-Me gustó mi regalo de cumpleaños.- Le hice saber.
-Sabía que sería así.- Fanfarroneó.
-¿Cómo...?
-SeungRi. Te he visto últimamente. Tus reacciones cuando me acerco a ti... Tú siempre me has gustado, así que me pone muy feliz saber que por fin me correspondes.- Dicho esto, se me acercó nuevamente y posicionó sus manos sobre mi cintura, pegándose a mí. Entonces, agregó en un susurro.- Porque lo haces, ¿cierto?- Tragué saliva, nervioso. Éso había sido una confesión pura y dura. ¿Estaba yo listo para...? Ay, diablos. Por supuesto que sí.
-Claro que sí.- Aseguré con voz firme, arrancando así una sonrisa de su rostro.- Te amo, Kwon JiYong.- Y tomé su barbilla para acercar una vez más sus labios a los míos, besándolo con suavidad y sintiendo como me devolvía el beso.
-También te amo, Lee SeungHyun. Feliz cumpleaños.
-Ya no es mi cumpleaños.- Mencioné verificando la hora en mi reloj. Él tomó mi mano y, haciendo girar sus ojos, hizo amagó a irse en dirección a los baños.
-Entonces... ¿no puedo darte más regalos?- Preguntó alzando las cejas y haciendo un leve puchero. Abrí los ojos con emoción. La noche acababa de empezar...