-Vamos a tener que acostumbrarnos a esto- el detective Wu Yifan se timbó en la enorme cama y deslizó una mano por una de las columnas de madera grabadas pensativamente.
-todo un lujo.- murmuró
-¿Qué, dormir en la misma cama, o ser mi “chico”?- el detective Huang Zitao, el compañero de Kris hace seis años, sonrió ante el hombre rubio y alto mientras metía su ropa doblada en el armario de roble que iba a juego con la cama. Kris había terminado esa tarea, había puesto su ropa en los dos cajones que había junto a Tao pasados dos minutos de entrar a la habitación. Normalmente Kris era el maniático del orden, mientras que Tao tendía a dejar las cosas pasar, pero solo cuando el alto hombre sentía la necesidad de hacer algo. Por el trabajo descuidado de Kris de sacar la ropa (bueno, Tao lo notó, que no era lo que su compañero habría hecho normalmente) ni le lejos. El hecho de que estuvieran deshaciendo sus maletas en SM era una prueba de ello.
-ambos- dijo Kris- pero todavía no comprendo por qué tengo que ser tu “chico”. ¿Por qué no puedo ser yo tu “dueño”? soy lo suficientemente macho.
Tao suspiró. Otra vez no. Estaba empezando a pensar que Kris estaba quejándose de ser su apaño para molestarlo. Una pequeña sonrisa en los labios de su compañero le dijo que su impresión era probablemente correcta.
-accedimos a que tú fueras “mi chico” porque te eres alto, hermoso y rubio y eso le caliente a los gays más que a nada ¿recuerdas?-miró por encima de su hombro y le sonrió a Kris, quien se había girado, pada disfrutar más de la mullida cama. Tao sabía que su compañero odiaba que le tomaran el pelo por su buen aspecto, su pelo rubio y su buena complexión. Kris no era precisamente mucho más alto que Tao, solo unos cuantos centímetros. –También porque se te da mejor mover el culo-añadió Tao.
-tienes razón- Kris le devolvió la sonrisa, negándose a picar el anzuelo. La sonrisa iluminó sus hermosos ojos, remarcando sus largas pestañas.-si, sé que soy adorable, y haré el papel de tu chico. Pero no esperes que te la chupe, ¿de acuerdo?
-creo que puedo prometerte que no habrá que llegar hasta eso- Tao respondió secamente. Pero las palabras de su compañero hicieron que su parte baja del cuerpo se tensara.-después de todo- continuó, tratando de apartar las palabras de Kris de su mente mientras metía los calcetines en el cajón-, el capitán SooMan nos dijo de infiltrarnos, pero no de infíltranos bajo las sabanas.
-si, si. Lo se. Recuérdame otra vez por qué nos dieron esta misión. – Kris refunfuñó. Rodó sobre la manta para estar boca abajo y miró a su compañero en el espejo que había en el armario.-oh, si…porque ninguno de los detectives de narcóticos de debería hacer esto está lo suficientemente cómodo para fingir de “gay”. Pero que parece que nosotros sí.
-tienes que admitirlo, Kris, no nos asustamos si nos tocamos por accidente, como les pasa a muchos hombre.- Tao notó en el espejo lo bien ajustados que tenía los vaquero Kris sobre su firme culo y tuvo que desviar la mirada rápidamente al cajón que estaba llenando con tanto cuidado.
-es porque tenemos nuestra sexualidad tan clara, que no tenemos que preocuparnos. Estamos seguros de nuestra masculinidad, pandita-. Respondió satisfecho Kris. Era una broma ente ellos, ya que desde el momento en que se conocieron Kris comparaba a Tao con un panda por las bolsas debajo de sus ojos. A Tao no le gustaba, ya que creía que Kris lo decía en forma de burla.
-sí, somos un par de sementales, está bien.- respondió Tao, todavía deshaciendo la maleta.-ojalá no me llamaras así, Yifan.
Kris siempre había tenido debilidad por los apodos, y había escogido “bebé” para dirigirse a Tao. Ya que, aunque tenía la misma edad y altura, Kris siempre sintió que Tao era más inocente que él y por alguna razón lo veía tan frágil como un bebé.
-¿Qué, bebé? Sabes que te encanta, Tao. Además, ¿de qué tiene miedo? ¿De qué la gente se haga una idea incorrecta sobre nosotros? En este lugar, sería la idea correcta ¿sabes?- Kris se rió.
-nunca debería haberte dicho que odiaba ese apodo.- gruñó Tao, tratando de no mirar al espejo. Honestamente, no sabía como Kris mantenía los vaqueros puestos tan apretados sobre su redondo y firme culo, siempre parecía estar a punto de entrar en combustión espontanea y de esa misma forma se sentía Tao cerca de su compañero últimamente. Ya que él y Kris estaban siempre cerca uno del otro, le estaba empezando a crear un problema.
-hagamos un trato: prometo no llamarte pandita, si te das prisa deshaciendo las maletas. Quiero ir a ver el sitio… se supone que es muy lujoso.- Kris de sentó de pronto sobre la cama.
-casi termino. No puedes esperar a salir y mostrar tu cuerpo. ¿Eh, compañero?- Tao respondió, tratando de volver a sus bromas habituales. Se atrevió a mirar al espejo y vio su propia mirada preocupada mirándole.
-lo sabes cielo. Cualquiera caería ante mis encantos.- Kris se levantó de la cama y se marcó unos pasos de baile para demostrarlo, agitando su redondo culo para el provecho de Tao, y de cientos de espectadores invisibles.
Tao sacudió la cabeza con exasperación. Este iba a ser el primer gran caso que les asignaban desde el apuñalamiento casi fatal de Kris hace seis meses, y su compañero era una bola de energía nerviosa
-vete de aquí.- gruñó Tao, golpeando a Kris en la espalda con una camiseta doblada.-ve a explorar solo un rato mientras termino de deshacer la maleta tranquilo. Solo trata de mantenerte lejos de los problemas, y me uniré a ti más tarde.
-¿seguro que quieres arriesgarte a que otro hombre coja a tu hombre por su virginal culo mientras no estás ahí para protegerme?- Kris sonrió y parpadeó con sus largas pestañas. Se quitó la campera de cuero, revelando su marcado pecho bajo una camiseta blanca apretada.
Todavía posando para sus fans, Kris se miró en el espejo.-soy jodidamente caliente.- los vaqueros apretados se le pegaban al culo y marcaban su gran pene, que creaba un bulto muy sugerente bajo su ropa. Tao rugió y puso los ojos en blanco a modo de disgusto, aunque estaba de acuerdo con la descripción de su compañero de su propio cuerpo-¿te puedes largar ya?-sacudió la cabeza-. Me estas enloqueciendo con tu flagrante sexualidad.- de hecho, empezaba a tener una erección de ver su compañero moverse de forma tan sugerente y provocativa, pero mantuvo sus broma de siempre, esperando que Kris no se diera cuenta. De todas formas no había motivos para que su compañero mirara su entrepierna. A Kris no le iba eso, sin importar lo que Tao hubiera deseado últimamente.
-ya me marcho.- Kris le sonrió por última vez por encima de su hombro mientras se iba hacia la puerta de la suite moviendo las caderas sugestivamente. Tal y como había entrado para esta misión.- pero vas a extrañarme cuando no esté
-si, te voy a extrañar tanto como si fueras un sarpullido.- Dijo Tao débilmente mientras fingía tirarle un par de calcetines a la cabeza. Fingiendo agacharse, Kris se fue hacia la puerta rápidamente. Abriéndola un segundo más tarde, sacando su cabeza por la abertura para decir:-“nos vemos luego, mi amor”.- los calcetines golpearon la puerta mientras Kris la cerraba, y Tao puedo escuchar su risa mientras recorría el pasillo del lujurioso resort.
Tao cerró los ojos y se hundió en la cama, con los hombros encogidos de modo de derrota. Tenía un mal presentimiento sobre esta misión. Un sentimiento que podría alterar a su compañero para siempre.
Se preguntaba otra vez cómo Kris había dejado que fueran a infiltrarse en el resort gay más grande del país.
Su mente regresó a la oficina del Capitán Sooman hace una semana…