-¡¡HYUUUNG!! ¡ESPERA!-grité mientras corría tras él.
Como era su costumbre, me ignoró por completo así que no me quedó de otra que darle alcance y caminar a su lado en completo silencio.
>>FLASHBACK<<
Había conocido a Hyung un mes atrás en una pequeña feria de productos naturales, ya que a mí me encantan todo ese tipo de cosas no dude en asistir. Nuestro primer encuentro fue en un puesto de comida, dejé escapar una gran carcajada al observar su expresión de asco cuando probó uno de los bocadillos de muestra, obviamente no le agradó que un extraño se burlara de él así que se alejó del lugar frunciendo el ceño. Nuestro segundo encuentro fue frente al pequeño escenario que estaba siendo utilizado por una banda que amenizaba el evento, su música me pareció bastante buena pero mis ojos nuevamente se posaron en Hyung quien no tenía muy buena cara, supuse que ese no era su estilo y una sonrisa se dibujó en mi rostro, me extrañaba que alguien como el que a metros se notaba no disfrutaba de esto hubiera venido.
-¿Se puede saber que tanto miras?-preguntó parándose frente a mí.
El que se acercara a mí definitivamente no lo esperaba, incluso pegué un pequeño salto por la sorpresa, su voz encajaba perfecto con esa pinta de “chico malo” que tenía pero este no era el momento indicado para pensar en eso. El aprovechó mi estado de confusión para tomarme del brazo, la gente empezaba a amontonarse para observar a la banda y el espacio entre nosotros disminuyó significativamente.
-Yo solo… -murmuré con temor.
Sentía que mis lágrimas amenazaban con salir e intente librarme de su agarre pero solo conseguí que ejerciera más fuerza, solté un pequeño gemido de dolor y sorpresivamente el me soltó en el acto.
-Demonios…– luego de decir esto se alejó dejándome solo entre la multitud, por primera vez corrí tras el sin saber que más adelante se convertiría en un hábito.
Al ver que no pensaba detenerse, corrí aún más rápido y me detuve frente a él tapándole el camino, quería explicarle la razón por la que lo observaba y que estaba en todo su derecho de enojarse pero al ver su expresión de enfado las palabras se atoraron en mi garganta, el enarcó una ceja y segundos después me hizo a un lado para seguir con su camino.
-¡Espera por favor!-grité cuando por fin logré salir de mi trance.
La escena se repitió nuevamente pero esta vez estaba preparado para enfrentar lo que vería, junté fuerzas y lo miré directamente a los ojos, quería que notara la sinceridad de mis palabras.
-Perdona por hacerte sentir incomodo hace un rato, es solo que… me pareció algo inusual ver a alguien como tú en este lugar y…-de un momento a otro fui tajantemente interrumpido por sus palabras.
-¡Detente! No me interesan tus razones, ni siquiera te conozco así que fuera de mi camino-soltó con total indiferencia.
Eso me hizo sentir muy mal, prácticamente me estaba dejando en claro que ni siquiera le interesaba el darse la oportunidad de conocerme, de ver que yo no era alguien malo que disfrutaba de burlarse de los demás.
-¿Por qué viniste a este festival?-le pregunté de golpe.
No tenía idea de porque lo había hecho, tal vez simplemente quería ganar un poco de tiempo, que se abriera y terminara por tener al menos un poco de curiosidad sobre mí, no pedía mucho, solo que yo le interesara una quinta parte de lo que él me interesaba. Sus ojos me recorrieron de arriba abajo y una mueca de fastidio se dibujó en su rostro, mínimo ya no me miraba como si me odiara con toda su alma.
-Eso no es algo que te incumba pero si decírtelo es suficiente para hacerte desaparecer de mi camino entonces te lo diré-asentí ante sus palabras y esperé a que continuara-Quedé de verme con alguien en este lugar pero lamentablemente una persona empezó a acosarme y burlarse de mi… entonces decidí largarme-agregó para luego dar unos cuantos pasos.
Sin embargo no me moví y el terminó por quedar a unos cuantos centímetros de distancia, era más alto que yo por lo tanto mis ojos se clavaron en su cuello y lentamente subieron hasta toparme con su mirada.
-Nuevamente te pido disculpas, no tienes por qué marcharte por mí, quédate y espera a esa persona que yo ya me iba de todas formas-dije con decisión.
-¿Bromeas? Pero si se nota que te la estabas pasando muy bien-era obvio que se refería a que me había burlado de él.
Solté un suspiro, empezaba a desesperarme que no cediera, ¿por qué era tan difícil convencerlo de que no lo había hecho con mala intención? Metí las manos a mis bolsillos y rápidamente me hice a un lado, la expresión en mi rostro había cambiado a una de total rendimiento.
-Está bien, lárgate que al fin y al cabo tienes razón, ni siquiera nos conocemos-comenté con simpleza.
Y lo que siguió a eso realmente no me lo esperaba, el abrió los ojos como platos e incluso me pareció ver que su boca formó una diminuta “O” para segundos después soltar una tremenda risotada.
-Ya sabía que no podías ser todo dulzura, ¿esta es tu verdadera cara? Pero mira que poco aguantaste manteniendo esa mascara de niño agradable-dijo burlonamente y sin moverse.
-No te confundas-solté con seriedad-Una cosa es ser amable y otra arrastrarse-agregué para luego alejarme de ahí.
Caminé en dirección al escenario dispuesto a disfrutar de la música y olvidarme de lo sucedido pero me resultó imposible al notar que él se encontraba ahí a mi lado, escuchando a la banda tocar y con aquella misma expresión de desagrado, definitivamente no era su estilo.
-Continua siendo amable pequeñajo, quiero ver hasta donde llegas antes de arrastrarte frente a mí-el ruido de la música me dificultó un poco el escucharle pero al final lo conseguí.
-Mi nombre es Ji Yong, no pequeñajo-dije casi gritando para que pudiera escucharme.
-A mí me dicen T.O.P-contestó con la misma voz apagada obligándome a forzar el oído para escucharlo.
Ese día terminamos escuchando dos canciones más y luego fuimos a cenar algo en una de esas típicas tiendas de hamburguesas, al parecer estas sí que le gustaban y para ser sincero si sabían mejor que aquellos bocadillos. No estoy muy seguro de cuál fue el momento exacto en el que comencé a llamarle “Hyung” pero la razón sí que la recuerdo, el no quiso decirme su nombre real y yo no pensaba llamarle “T.O.P” así que las cosas resultaron de esa manera. Intercambiamos números y dos días después nos encontramos pues él quería mostrarme las cosas que le gustaban, esa misma noche supe que se llamaba Choi Seung Hyun pero a pesar de su negativa seguí llamándolo “Hyung”.
>>FIN DEL FLASHBACK<<
-¿Por qué no te gusta que te diga Hyung?-pregunté después de caminar por un rato.
Pude haberle preguntado cualquier otra cosa, como ¿por qué saliste corriendo de la reunión?, ¿no te agradaron mis amigos?, ¿estás enojado?, pero decidí no tocar el tema por el momento, en estos días había aprendido a que la mejor forma de tratar con él era no presionándolo con temas de los que obviamente no quería hablar.
-Es molesto-contestó cortante.
Seguimos caminando en completo silencio pero poco a poco este silencio pasó de ser incomodo a agradable, no tenía la menor idea de a donde se dirigía Hyung pero me gustaba andar así con él, me sentía seguro y tranquilo a su lado aunque la mayoría de mis amigos y compañeros me consideraban un loco por esto, no entendían la razón por la cual su escuálido e infantil amigo disfrutaba de pasar su tiempo con el tipo que todo el tiempo usaba chaquetas de cuero y miraba al mundo entero con cara de asesino.
-¿Qué clase de relación tienes con ese tal Young Bae?-su pregunta me sacó por completo de mis pensamientos.
-Umm… ¿Taeyang?, es mi mejor amigo-le contesté mientras esbozaba una sonrisa.
-¿Por qué a él si le dices “Taeyang” pero a mí no puedes decirme “T.O.P”?-ante su nueva pregunta lo miré con algo de confusión.
Él no era muy asiduo a hacerme preguntas, en realidad era yo el que me pasaba todo el tiempo interrogándolo sobre su vida así que su actitud me resultaba muy rara, al parecer él también se dio cuenta de esto porque empezó toser un poco y hacerse el desinteresado.
-No puedes comparar su apodo con el tuyo, solo de pensar que tengo que andar por ahí diciéndote “T.O.P” se me revuelve el estómago- solté fingiendo arcadas.
Como era de esperarse, frunció el ceño y se quedó nuevamente callado, por un segundo tuve la impresión de que iba a decir algo más pero todo quedó en un simple movimiento de labios. Cuando lo invite a la reunión que mis amigos habían organizado lo hice con la intención de que se conocieran y también pudieran llevarse bien pero lamentablemente las cosas no salieron como quería, Seung Ri no dejó de hacer bromas acerca de la coincidencia de sus nombres ya que su nombre real era Lee Seung Hyun, Taeyang se limitó a mirarlo mal durante el tiempo que estuvimos ahí y Dae Sung… él ni siquiera tuvo tiempo de hacer nada, Hyung no duró ni media hora sentado a la mesa.
-Como sea, ¿no te desagrada ser abrazado cada cinco segundos por uno de esos amiguitos tuyos?-preguntó al fin, sabía que algo más quería decirme.
-La verdad es que no, ya estoy acostumbrado-respondí rápidamente-Si tú lo deseas puedes hacerlo también-agregué para luego soltar una risita.
-¿A qué te refieres?-al hacer esta pregunta se detuvo y me observó fijamente.
-Abrazarme… si lo deseas puedes abrazarme-di un paso para acortar la distancia y puse mi mejor sonrisa con la que solía convencer a mis amigos de cualquier cosa.
La expresión que puso fue épica, nunca había visto a alguien con la cara más descompuesta como la suya, inmediatamente empecé a reír como un desquiciado y me alejé dando tumbos hasta recargarme en la pared de uno de esos edificios que nos rodeaban.
-Me largo-le escuché decir y la risa se me apagó de golpe.
No entendía porque ese tipo de bromas le molestaban tanto, hasta Taeyang me seguía el juego y eso que él tampoco era fan de mi sentido del humor, sin pensarlo demasiado fui nuevamente tras de él pero en esta ocasión se detuvo y me dedicó una mirada que dejaba en claro que hasta ahí llegaba nuestra salida, me detuve en seco e hice un puchero.
-¡Llámame mañana!-grité al ver que retomaba el paso.
No obtuve una respuesta pero tampoco era como si no estuviera acostumbrado a eso, casi siempre era lo mismo y al día siguiente él llamaba para quedar en algún lugar. Sin dejar pasar más tiempo di media vuelta para dirigirme de vuelta al café donde Seung Ri, Taeyang y Dae Sung se habían quedado no sin antes confirmar que aún estuvieran en el lugar. Al llegar me topé con la mirada acusadora de Taeyang, Dae lucía preocupado y Seung Ri preguntó inmediatamente por “T.O.P”
-Le ha surgido algo de último minuto-conteste con simpleza, no quería que terminaran por odiarlo.
Esta respuesta no pareció convencer a Taeyang quien seguía observándome, era obvio que nunca iba a aceptar mi amistad con Hyung pero sinceramente no me importaba, mientras no se volvieran a encontrar podría llevar perfectamente mi amistad con cada uno. Para mi buena suerte en poco tiempo el ambiente se relajó gracias a las bromas de Seung Ri que al parecer había olvidado por completo la existencia de Hyung después de mi explicación.
-Pronto empezaran las clases, ¿están listos?-preguntó Dae mientras comía una rebanada de pastel.
Los abucheos no tardaron en hacerse presentes, la escuela no era algo que los chicos disfrutaran, incluyéndome, más ahora que solía utilizar mis tardes para pasar tiempo con Hyung, cuando las clases dieran inicio eso me resultaría prácticamente imposible, hice un mohín al pensar en esto e ignoré por completo la plática que mis amigos aún mantenían. No existía forma alguna para evitarlo y eso solo me ponía de peor humor sobre todo porque tenía el presentimiento de que a Hyung no le importaría en lo más mínimo.
-Tengo que irme… nos veremos luego-solté segundos después de levantarme de mi asiento.
Los chicos me miraron sorprendidos por mi repentina acción más sin embargo se despidieron de mí sin hacer pregunta alguna pero prometiendo que me hablarían luego, cosa que les agradecí. En un principio tenía la idea de ir a buscar a Hyung en donde quiera que estuviera pero debido a que no faltaba mucho para que oscureciera decidí ir a mi casa, mi madre se sorprendió por verme llegar tan temprano y antes de que empezara a pedirme explicaciones subí con rapidez a mi habitación. Ya estando solo saqué mi celular y me tiré en la cama mientras empezaba a escribir un mensaje con la mayor velocidad que mis dedos permitían.
-Vamos a vernos mañana temprano, necesito hacer unas compras y quiero que me acompañes-envíe el mensaje y esperé impaciente su respuesta.
Los minutos pasaron y mi desesperación crecía, ¿debía llamarle?, estaba a punto de hacerlo cuando por fin mi celular comenzó a vibrar en señal de que un nuevo mensaje había llegado.
-Estaré ocupado, será otro día-aquella contestación provocó que una gran arruga apareciera en mi frente.
-¿También en la tarde? En realidad no hay problema con la hora-tenía que ceder… sin duda cedería.
Media hora había pasado ya, dejé mi celular sobre la cama y empecé a buscar ropa para darme una ducha y bajar a cenar. Apenas me había quitado la camisa cuando escuché la musiquita de mi celular, salí corriendo del baño y leí el mensaje con mucho detenimiento.
-Dije que estaré ocupado, no insistas-….
En cuestión de segundos mi celular terminó estrellado contra la pared, recordé las palabras que había dicho el día que nos conocimos y solté un gritó de desesperación, no pensaba arrastrarme… nunca lo haría así que di media vuelta dejando mi celular olvidado y regresé al baño. Mi ducha duró más de lo planeado y al salir me tiré en la cama, se me habían quitado por completo las ganas de cenar y en poco tiempo me quedé dormido.
Al día siguiente comprobé que tendría que conseguir un nuevo celular y dediqué toda mi mañana a eso, gracias al cielo pude recuperar toda la información que contenía y seguir utilizando el mismo número, este era mi único medio de comunicación con Hyung y todavía no me sabía su número de memoria. Sin embargo aquella no valió la pena, el no volvió a llamarme y yo tampoco me atreví a hacerlo, las clases dieron inicio y yo aún no tenía noticias de él.
-¿Por qué la cara larga?-preguntó Dae al encontrarnos en la puerta de la universidad.
-¿Es tan difícil de descifrar? Regresar a la escuela es lo más triste que puede pasarle a alguien-mentí para después empezar a reír.
Para mi buena suerte no me encontré con Taeyang a esa hora, el sin duda sabría que eso no era lo único que me tenía así y no tenía fuerzas ni ganas para aguantar sus sermones. Sorprendentemente mis clases trascurrieron muy bien, mis compañeros parecían buenas personas, las materias eran interesantes y los maestros sabían muy bien lo que estaban haciendo. Uno de ellos nos pidió que formáramos parejas para trabajar en el primer proyecto, rápidamente recorrí el lugar con la mirada buscando a alguien que estuviera en iguales condiciones a las mías pero al parecer todos ya tenían a sus conocidos o al menos eso creí.
-¿Te gustaría hacer el trabajo conmigo?-fue la voz de una chica la que me hizo voltear.
Si mal no recordaba su nombre era Chae Rin, había fijado mi atención en ella a la hora de las presentaciones gracias a que su aspecto era completamente el de una chica ruda y esto me recordó a cierta persona, mi cerebro tardó unos cuantos segundos en reaccionar debido a que hasta ahora caía en cuenta de lo linda que era.
-¡Cla…claro!-fue lo único que se me ocurrió contestar.
Ella rió un poco y luego se sentó junto a mí para escuchar atentamente las demás indicaciones del profesor, en lo que restó de la clase nos pusimos de acuerdo sobre el tema de nuestro proyecto y quedamos en reunirnos por las tardes hasta que termináramos con ello, se despidió con una enorme sonrisa y yo le agradecí al cielo que esta fuera la última clase.
-¡Vaya! Me alegra ver que tu expresión ha cambiado ¿Qué sucedió?-preguntó Dae mientras caminábamos todos juntos rumbo a la salida de la universidad.
Tanto Seung Ri como Taeyang se mantuvieron expectantes, tal vez les pareció raro el verme de buen humor después de un largo día de clases.
-Bueno… creo que me he enamorado-contesté con algo de vergüenza pero sin borrar mi sonrisa.