El día anterior, Taemin estuvo agradecido del simple hecho de que la cena se llevó a cabo sin ningún problema, sin ningún tipo de pregunta extraña acerca de su persona y sin algún tipo de situación incómoda. Hablaron un poco, dentro de lo normal, antes de que Taemin decidiera retirarse a su habitación temporal. Aún tenía que terminar de empacar y asegurarse de tener un poco de sueño como menos. Era consciente de que las probabilidades de no poder tener paz al día siguiente eran bastante altas, así que lo más que podía a hacer era regalarse el descanso que tenía merecido. Para su sorpresa, logró terminar temprano; eran las diez, exactamente, cuando terminó. Pequeñas gotas de sudor se deslizaban por su cuerpo debido al calor que le había provocado moverse tan rápidamente. No esperó un solo segundo más y, luego de un largo baño, se metió a la cama. Le esperaba un largo día…
Taemin despertó por el sonido de la lluvia golpeando su ventana. Por lo visto el clima había estado así desde el día anterior. Sus ojos se abrieron con lentitud, ajustándose a la iluminación de la habitación que para su beneficio no era mucha; las luces se encontraban apagadas y, como el cielo era cubierto por nubes grises, la luz solar no alcanzaba aquel lugar. No le tomó mucho tiempo que darse cuenta de que tu equipaje había desaparecido, las cajas en las que había guardado sus cosas ya no estaban. En cambio, encima del mueble había únicamente una muda de ropa y una mochila en la que suponía debía poner la ropa sucia. ¿Por qué no lo habían despertado?
Frotó un poco sus ojos para despejar el sueño y se sentó en la cama. Tuvo cuidado de no lastimar sus heridas, y al recordar que sus heridas estaban en sus piernas; tembló. Un puñado de recuerdos llegó a él como un golpe. Estaba seguro de que habían entrado varias personas a su habitación, esas cajas no se moverían solas. ¿Y si alguien lo había descubierto? ¿Lo habrían dejado solo por eso? ¿Estarían esperando a un momento más íntimo para hablar con él? Por poco, casi fue presa del pánico. No, Taemin, cálmate… Había otra razón, estaba seguro. Tomó su celular y verificó la hora. 9:30 a.m. Suspiró.
XOXO•XOXO
Aproximadamente una hora y media después de que despertó, su tía se encargó de llevarlo hacia su nueva casa. Aún no le cabía en la cabeza que su padre no lo había despertado, ni que lo había abandonado en casa de su tía como si fuera un objeto sin valor. Es decir ¿No le costaba dejar, como menos, un mensaje? ¿Qué estaba pasando por la cabeza de ese hombre? A lo mejor tenía puras alitas de cucaracha en lugar de cerebro. La expresión de Taemin había sido la misma desde que se despertó… la expresión de un chico aburrido y ligeramente enojado. El viaje duró unos pocos minutos, vivían realmente cerca… a unas cuantas calles solamente.
Afortunadamente en ese preciso momento ya no estaba lloviendo. Al llegar pudo apreciar algunas personas entrando y saliendo, y camionetas estacionadas cerca de la que ahora sería su casa. Era linda, no podía negarlo. Parecía una de esas casas que solo se ven en las películas, tenía cierto aire agradable… y, lo que más le agradaba –muy en el fondo- era totalmente distinta a su antigua casa. Se cuestionó el hecho de que su padre la eligió, seguro fue Diana. Sus ojos se desviaron a las demás casas del vecindario, totalmente distintas la una de la otra. Quizá no sería tan malo, después de todo.
Oh, ¿Estaba teniendo pensamientos positivos? Qué curioso.
Para facilitar el movimiento de las personas, la puerta principal estaba abierta de par en par. Al llegar, por cortesía, saludó a las personas que cruzaban miradas con él e intentaba devolver la sonrisa cuando era necesario. No es como si se viera como una sonrisa de todos modos, más bien lucía como una mueca. Contempló el interior de la casa y no pudo evitar sorprenderse un poco. El interior lucía bastante lujoso, pero con cierto toque hogareño entre todo ese lujo. Los muebles en caoba ya habían sido colocados adecuadamente e incluso había algunos cuadros familiares organizados en un estante. No pudieron haber hecho todo ese día… se lleva semanas ambientar una casa nueva de esa manera.
Se concentró tanto en analizar los objetos de aquel lugar que llegó a ignorar todo a su alrededor y, por consecuencia, terminó atropellando a una persona con su propio cuerpo. La caja que esa persona llevaba en sus manos casi cae al suelo, sin embargo Taemin reaccionó a tiempo para evitar que el objeto cayera de lleno al suelo.
—Oh, lo siento mucho. No te vi.
Esa voz… esa firme –y a su vez suave- voz logró captar la atención de Taemin en solo segundos. Alzó la mirada encontrándose con los ojos marrones de ese personaje, de ese chico. Esos ojos estaban fijados en él. Esperaba encontrarse con uno de los tantos trabajadores que había visto cuando llegó en el auto de su tía, pero lo que sus ojos encontraron fue algo distinto. En frente tenía a un chico más o menos de su edad, pero notablemente más alto, su cabello castaño estaba un poco largo pero perfectamente ondulado, su cuerpo parecía ser delgado pero gracias a la cercanía podía asegurar que una buena musculatura se escondía debajo de esa ropa. Se hubiera interesado en él… lo hubiera hecho, pero no tenía mente para eso. Dudaba tenerla como sea.
— Permíteme. — continuó hablando y cuando Taemin volvió a escuchar su voz salió de su trance… se había quedado como un idiota mirándolo, ni siquiera había respondido a su disculpa. Taemin miró las manos del chico, ahora extendidas hacia él, y luego comprendió: la caja. Quería la caja. El chico no esperó una respuesta esta vez y tomó la caja de las manos de Taemin, sonriendo posteriormente. — ¿Eres el hijo del señor Lee?
—Yo… uhm. Si. Soy-
—¡Oh! Taemin ¡Ya llegaste!
Taemin sintió las manos de su padre caer sobre sus hombros luego de sentir un par de palmadas a su espalda. El hombre se veía bastante contento a decir verdad ¿Era todo debido a la mudanza? Taemin miró a su padre con una mueca en el rostro, aún no había olvidado lo de la mañana y definitivamente iba a preguntar qué había sucedido y por qué lo había abandonado de esa manera en la mañana.
—Veo que ya te has topado con Minho. — comentó el señor colocándose entre los dos y palmeando la espalda del mencionado, quien respondió con una educada sonrisa. — Taemin, él es Minho. Es hijo de un compañero de trabajo, ha venido aquí junto a su padre y su hermana a ayudarnos con todo esto. Minho, él es mi hijo Taemin. Espero que se lleven bien. — comenzaba a parecerle extraña tanta felicidad. Taemin volvió la mirada hacia el chico que acababa de conocer y por unos segundos hicieron contacto visual. Taemin miró hacia otro lugar, rápidamente, y ¿había mencionado su padre que tenía una hermana y que también estaba allí? No había visto a una sola mujer desde que llegó al lugar.
—Es un gusto. — las palabras salieron como un susurro de entre los labios de Taemin. Volteó para hablar con su padre, pero notó que ya no estaba. En serio ¿Qué pasaba con ese viejo?
—Igualmente. — respondió Minho, manteniendo su mirada fija en el más bajito. Taemin se tensó de inmediato ¿Por qué seguía mirándolo? Podía continuar con su «ayuda» y seguir llevando cosas de aquí para allá… — ¿Estás bien? Te ves incomodo.
Bien. Ahora estaba asustado. ¿Cómo lo había notado? Taemin era excelente ocultando sus emociones a los demás, pero este chico simplemente lo miraba y se daba cuenta de lo que sentía.
—Estoy bien, tranquilo. Ahora, si me disculpas… quiero ir a mi habitación.
—Oh, precisamente voy hacia allá. — Minho sonrió mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras… Taemin lo observó detenidamente. No estará pensando en eso. No. El muchacho señaló unas cajas, indicándole que podía tomar algunas para comenzar a subirlas también. — ¿Vienes?
Genial.