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Humpty Dumpty (2min) por choiannie

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Notas del capitulo:

Gracias por leer~~ <3

Los grises nubarrones cubrían el cielo en su totalidad, volviendo el ambiente de aquel día uno lúgubre y melancólico. De las densas nubes caía una cantidad poco considerada de lluvia, empapando todo aquel ser o todo aquel objeto que estuviera a su alcance. Aquel día era un sábado en la tarde… alrededor de las cuatro treinta. Para algunas personas ese era un día regular de trabajo, por lo que había una gran agrupación de personas en las calles cumpliendo con su labor e intentando cubrirse inútilmente de la lluvia que caía. Resultaba gracioso ver como unas personas se cubrían con sus bolsos para evitar mojarse, o ver como otras se agachaban mientras corrían como si esto fuese a alejarlos del agua. No tenía caso. ¿Por qué corrían y trataban de cubrirse si ya estaban mojados? ¿No resultaba menos agotador simplemente dirigirse en calma hasta su destino? No lo comprendía…

Unos pasos apurados pudieron ser escuchados repentinamente. La puerta de la habitación se abrió de golpe, rompiendo la dulce melodía causada por las gotas de lluvia al caer y tocar el suelo.


— ¡Taemin! Al fin te encuentro…. ¿No se supone que deberías estar haciendo tus tareas? O ¿Ya las terminaste?

El chico se encontraba sentado frente a una de las ventanas de la habitación que usaba en aquella casa. La casa de su tía. Se encontraba viviendo en  Seúl actualmente. Apartó su mirada de la ventana para observar al dueño de la voz que hace poco había escuchado. Al notar quien era la persona detrás de aquella voz, se vio en la obligación de forzarse a sí mismo a esbozar una sonrisa que podría fácilmente quebrarse con el viento. Era una sonrisa suave, y aún así su expresión no había cambiado en lo absoluto… era el semblante de un chico cuya mente estaba en cualquier lugar menos ese exactamente. Aquella persona caminó hasta él, hasta quedar justo frente suyo.


Esa persona no era nadie más ni nadie menos que su madrastra, esa mujer que había comenzado a vivir con él hace poco tiempo, muy poco tiempo realmente. Taemin se acomodó sobre su asiento, de manera tal que su cuerpo estaba dando el frente a aquella mujer. Ella era mucho más alta que él, hasta parecía modelo gracias a su altura y gracias a su bello rostro también. Su cabello rubio y ondulado caía por su espalda y sus oscuros ojos estaban fijados en los del chico, una suave sonrisa plasmada en su rostro. Sí, era una mujer bonita. Y como ya irán imaginando, era extranjera. Sí, ella era de otro país aunque gracias a que sus abuelos eran coreanos ella tenía los ojos un poco rasgados.


— Taemin, cariño. ¿Me has escuchado?

Su suave y maternal voz hizo que él pusiera nuevamente su atención en ella. Ella era una mujer agradable, cariñosa y atenta. De eso no había duda. Sin embargo, por más que lo intentara no podría ganar la simpatía de Taemin. Ella intentaba reemplazar a su propia madre, y muy dentro de sí él sabía que todos sus intentos no darían resultado. El actual Taemin nunca sentiría afecto hacia ella, y ese es un hecho que lamentablemente no cambiará. Él no tenía intención de cambiar.


— Perdón Diana, estoy un poco distraído. — mintió simplemente. Por supuesto la había escuchado, pero le costaba un poco actuar lindo y dulce con ella.  Ella desconocía completamente que él no sentía ni una pizca de simpatía por ella.

— Oh. Bueno. — ella se acercó un poco más para dejar un beso en la frente de Taemin, era algo que siempre hacía cuando comenzaba a platicar con él y a él realmente no le molestaba mucho que digamos. Le restaba importancia. — ¿Cómo ha estado tu día?

—Bien, no me quejo. — Taemin continuaba sonriendo falsamente, escondiendo los deseos de verla desaparecer perfectamente. — ¿Me necesitabas para algo? — iría directamente al grano, no tenía ni la más mínima intención de entablar una conversación con ella.

—Realmente, sí. Tu padre me ha pedido que te dijera que comenzaras a empacar tus cosas. Al parecer ya tiene la casa lista y quiere que nos mudemos cuanto antes. —  Hubiera preferido mil veces que él se lo hubiera comunicado personalmente. — Según parece nos iremos mañana temprano, así que trata de tener todo listo. ¿Sí? Sí necesitas ayuda, avísame.  — finalizó, sonriente, y abandonó la habitación.


Una vez el silencio estuvo de regreso en la habitación, Taemin se permitió concentrarse en el sonido que provocaba la lluvia. Se levantó para apagar las luces y volvió a su lugar, no sin antes ponerle seguro a la puerta. Buscó una posición cómoda y se sentó en el sillón próximo a la ventana abrazado sus piernas. Su cabeza estaba recostada en las rodillas, y sus manos acariciaban las heridas que se había provocado la noche anterior. Aún estaban frescas, y si las lastimaba comenzaría a sangrar al instante sin duda alguna. No le importaba perder sangre, pero no podía permitirse manchar los muebles con ella. Cansado, cerró los ojos y con el tiempo se sumergió en sus recuerdos.


En el pasado, en esa época en la que aún su vida era color de rosa, solía vivir en Bucheon junto a su padre, madre y su hermano mayor; Taesun. A pesar de que el resto de la familia viva en Seúl, ellos vivían ahí debido a la localización del trabajo de sus padres. Era una familia reconocida debido al alto nivel económico que la rodeaba, y llenaba de curiosidad a las personas debido a que normalmente este tipo de personas residían en Seúl. Además de lo económico, era conocido que los padres de Taemin eran famosos y exitosos abogados, muy entregados a su trabajo. Y no solo eso, también eran buenas personas. Un modelo a seguir para muchos.


Sin embargo a pesar de que la apariencia daba a entender que era una familia perfecta, Taemin estaba consiente que esa no era la realidad de su familia. La familia de su padre y la familia de su madre no eran muy amigas a decir verdad. Existía un conflicto inquebrantable entre las dos familias que siempre estuvo presente. Por decisión propia de su papá, ellos vivían cerca de la familia de la madre. Taemin nunca supo cual era el motivo exacto a esa enemistad entre las familias, pero parecía ser algo relacionado al estado mental de su hermano mayor. Nunca le presto mucha importancia, cosa que lamentaría en el futuro.


Él siempre tuvo lo que quería, desde cosas materiales hasta el cariño de su familia… en especial el cariño de su madre, quien lo mimaba hasta más no poder. Muy dentro de sí, agradecía el hecho de que sus padres tenían mucho tiempo para él y sin dudarlo lo usaban, haciéndolo feliz, pero nunca tomo en cuenta que su madre solía ignorar completamente a su hermano Taesun, quien siempre los observaba desde lo lejos. Taesun no era estable mentalmente, y en ocasiones sufría ciertos percances y por eso era considerado una vergüenza para la familia. Sin embargo a los ojos de Taemin él no era una vergüenza, él no lo llamaba así, para Taemin su hermano mayor era simplemente eso: su hermano mayor. Un hermano mayor con el cual podía jugar y pasar el tiempo, con quien podía contar. Pero, ­ ¿Taemin era simplemente un hermano menor para Taesun?


Todo había sido colores y pasteles para Taemin hasta el día de su cumpleaños. Habían organizado una fiesta sencilla en su hogar, a la cual su familia por parte de su padre también asistiría. A él le encantaba cuando ellos se presentaban, pues eran mucho más agradables que sus otros familiares. Taemin se encontraba jugando con sus amigos cuando su hermano se presento ante ellos, aparentemente con ganas de jugar también. Taemin acepto, al igual que los demás niños de la sala. Parecía una escena enternecedora y lo hubiera sido si Taesun no se hubiera molestado por haber perdido un juego tan sencillo, si no hubiera atentado contra la vida de su hermano pequeño frente a tantas personas.


Aun podía recordarlo claramente, no había sucedido hace mucho tiempo después de todo. Su rostro se había llenado de horror en cuestión de segundos y su respiración se había cortado agresivamente, las lágrimas danzaban por sus mejillas y su visión se volvía cada vez más nula. Las manos del mayor estaban alrededor de su cuello y lo apretaban fuertemente, mientras de su boca salían palabras cubiertas con envidia y dolor. No recordaba bien lo que le había dicho, pero podía recordar una frase en específico: siempre estas por encima de mí. En ese momento entendió que, a lo mejor, su hermano necesitaba el cariño que a él le estaban brindando. Entendió que el sufrimiento de su hermano posiblemente no era causado por su madre… era por su propia culpa. No supo que sucedió después, pues perdió el conocimiento.


Fue despertado por unos gritos desgarradores. Cuando recupero la conciencia se encontraba sobre su cama, en pijamas y totalmente cubierto por las mantas de nubes que su padre había comprado para él como regalo la primera vez que logró andar en bicicleta. Las luces estaban apagadas y la puerta estaba abierta, permitiendo que la luz del pasillo entrara un poco a la habitación. Se puso de pie, tomando sus pantuflas para cubrir sus pies descalzos, y entonces notó lo mareado que estaba en ese momento. Un poco más y cae de cara al suelo. Con el tiempo los recuerdos nublaron su mente y sus manos fueron instintivamente a proteger el cuello que antes había sido herido. Tenía marcas, estaba seguro.


Caminó hasta la habitación de sus padres en busca de respuestas, y al entrar pudo encontrar un par. Su madre había estado llorando, lo podía notar por las marcas de lágrimas secas que poseía su rostro, y su padre no estaba por ningún lugar. Su mamá pareció asustarse al verlo, pero inmediatamente lo arropó con sus brazos y besó su frente repetidas veces. Palabras de aliento salían de entre sus labios, ¿A quién se suponía le decía eso? Él ya estaba bien, así que ella no tenía necesidad de decirle esas cosas. Eran inútiles. Nuevamente; escuchó los mismos gritos de antes, pero un poco más fuertemente. Posteriormente escuchó unos pasos, parecía que la persona que gritaba también estaba corriendo. Por primera vez en mucho tiempo, sintió miedo.

 

— Taemin, cielo, escúchame atentamente. ¿Si? — ella lo haló hasta el armario y abrió las puertas del mismo. La voz de aquella mujer temblaba suavemente y su rostro materno sonreía para el. Se sintió un poco más tranquilo. Ella acunó el rostro de su hijo con ambas manos y lo obligó a levantar la mirada, lo obligó a mirarla a los ojos. — Pase lo que pase, no salgas de aquí. ¿Entiendes? No hables, tampoco. No hagas el más mínimo sonido. Hazlo por mami, ¿De acuerdo? Te amo pequeño, no lo olvides. — plantó un último beso en su frente y lo encerró en el armario sin decir más.

 

Él no se movió, no dijo nada. No podía, porque sentía que si lo hacia traicionaría a su madre. Minutos después escucho la puerta de la habitación ser azotada y pudo identificar la voz de su hermano. Le estaba gritando a su madre. Preguntaba donde se encontraba él, porque aparentemente había ido a buscarlo a su habitación y no lo había encontrado. Taemin se asustó un poco más pero no hizo nada, seguía obediente. Escuchó a su madre decir que se había ido al medicó con su padre. Era una mentira. ¿Por qué mentía? Taemin empujó suavemente la puerta del armario para poder ver un poco, sus ojos se agrandaron cuando vió la escena frente a él.


Había sangre en la ropa de su hermano, y aún estaba llorando. Entró en pánico, no podía hablar, no podía moverse. ¿Que intentaba hacer Taesun? Hey, ¿Por qué había sangre en su mano? Intentó llamarlo, detenerlo, pero su voz no salía. Se ahogaba con su propio temor. Y aún temiendo, sus ojos nunca apartaron la mirada de su madre que sonreía suavemente, ni de su hermano quien sostenía un cuchillo entre sus manos. Tampoco apartó la mirada cuando Taesun enterró el cuchillo en el pecho de su madre, haciéndola caer y desplomarse en el suelo… ni lo hizo cuando su propio hermano gritó horrorizado y comenzó a cortarse a si mismo hasta que una herida le provocó una hemorragia. Nunca dejo de mirar.

 

Comprendió que todo era tan sencillo, tan frágil… y por todo se refería a él mismo. Eran tan frágil como la cascara de un huevo, y en efecto; ahora estaba roto.

 

 

 

 

Al sentir la fría brisa de la noche golpear su cuerpo, Taemin abrió lentamente los ojos y volvió a la realidad y al tiempo actual. El cielo ya estaba oscuro, lo que significaba que se había quedado dormido y que había perdido mucho tiempo. Se puso de pie perezosamente y caminó hasta la ventana que había olvidado abierta para cerrarla. Ya no llovía como antes, era una lluvia tranquila y serena. Aún tenía que hacer las maletas y también debía bajar para cenar… aunque había perdido el apetito. Se sentía un poco desesperado ante la idea de mudarse a otro lugar. Debía pensar todo con mucha precaución si no quería ser descubierto.

 

—¿Taemin? — escuchó dos leves toques a la puerta y una voz que lo llamaba. ¿Cuanto tiempo había estado esa persona ahí? Esperaba que no mucho, sino las preguntas comenzarían y no tenia ni ánimos ni humor para responderlas. Caminó hasta la puerta y al abrirla encontró a su padre parado justo en frente, con algo entre sus manos. —Oh, ¿Estabas durmiendo? Lo siento. Sabes que mañana nos mudamos. ¿Verdad? No te preocupes, no será lejos. — dejó de hablar un momento, para dedicarle una sonrisa amorosa a su hijo. Taemin imitó el gesto, pero la única diferencia era que su sonrisa no era sincera. — Oh, he instalado mi nueva oficina, finalmente. Toma. Aquí encontrarás la dirección y los números necesarios para contactarme. Guárdalos donde no los vayas a perder de vista. — puso un pequeño diario en las manos de Taemin. — La cena esta lista, por cierto. — beso su frente y se alejó.  Dejando atrás a Taemin para que pudiera asimilar la situación.

Notas finales:

¡FELIZ AÑO NUEVO! 


¿Cómo la pasaron? Espero que muy bien b25; Aquí traigo el primer capitulo del fic, el anterior fue solamente el prólogo de la historia. Decidí iniciar con la historia de Taemin para que se hagan una idea del porqué Tae está como está actualmente. Lamento si pareció un poco aburrido, modifiqué el capitulo un par de veces para arreglarlo pero al final este fue el resultado. 

Muchas gracias a todos los que comentaron y agregaron la historia a favoritos. Espero que el fic esté siendo de su total agrado. 


Nos leemos pronto b25;

@imnotnoona

 


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