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Humpty Dumpty (2min) por choiannie

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Notas del capitulo:

¡Lamento la tardanza! Askagsd

—Minho… ¿Qué edad tienes?

El traslado de aquellas cajas hacia la habitación de Taemin no fue precisamente el momento más interesante que hayan tenido en sus vidas. Luego de la breve presentación y de la pequeña conversación que ambos tuvieron simplemente se dedicaron a mover aquellos objetos de un lugar a otro, colocándolos en lugares clave para alcanzarlos tan pronto como pudieran cuando los necesitaran. Por más extraño que pareciera, el silencio que reinaba no era uno incómodo. Taemin ya se había acostumbrado (o mejor dicho se había resignado) a la presencia del mayor, y Minho parecía muy concentrado con lo que estaba haciendo. Taemin supo por eso que él era el tipo de persona trabajadora y responsable.

Desde que subieron a la habitación Taemin no había pronunciado ni una sola palabra y Minho no parecía querer iniciar una conversación o al menos hacer que Taemin le dijera algunas oraciones, parecía que simplemente quería terminar lo que estaba haciendo para marcharse… y eso ponía a Taemin un poco nervioso. No por la idea de quedarse solo, claro que no, sino porque le hacía pensar que de alguna forma u otra sabía sobre su secreto y eso lo ponía ansioso.

Se preocupaba demasiado.

No supo de dónde sacó las fuerzas para iniciar la conversación, pero lo hizo. Taemin siempre tenía una sonrisa en su rostro y estaba seguro de que su padre le había comentado algo así a sus compañeros… si es que les hablaba sobre él, claro. Por esa razón se forzó a sí mismo a sonreír. Seguramente Minho sabía o había escuchado algo sobre esto, y Taemin no quería que comenzara a pensar cosas extrañas sobre su actual comportamiento. No tenía por qué ser tan obvio, después de todo Minho no sabía nada sobre su situación…. Exactamente, Minho no sabía nada sobre su situación. Minho levantó la cabeza y miró directamente a los ojos del menor, con esa suave y amistosa mirada que Taemin sentía tan pesada.

Y tan inquietante.

—Me da curiosidad. — Taemin se sentó en el borde de la cama y abrazó la almohada que antes descansaba allí. No podía recordar la cantidad de veces que había usado esa frase al hablar con alguien nuevo. Sería una conversación del momento, y ya luego no se verían con tanta frecuencia… como siempre. No apartaba la mirada de él, quería persuadirlo, engañarlo, y hacer que se fuera. Que desapareciera pronto de su vida, pues no lo necesitaba.

—Diecinueve. — su respuesta fue inmediata. Taemin notó que el mayor ya había terminado lo que hacía y que ahora simplemente descansaba sobre la silla del escritorio. — ¿Tú cuantos tienes? — el contacto visual se rompió cuando la vista de ambos se dirigió hacia la ventana, cuando comenzaron a escucharse unos débiles golpecitos en el cristal de la misma. Estos comenzaron a ser más frecuentes y fuertes, y entonces notaron; estaba lloviendo nuevamente.

—Tengo diecisiete, eso significa que eres mi hyung.

—Escuché del señor Lee que estás en último año de la escuela. ¿Ya sabes qué quieres estudiar en la universidad? — eso solo le hizo pensar en dos cosas: primero; su padre si hablaba sobre él a sus conocidos, y segundo; esa era una pregunta muy cliché. Taemin miró hacia arriba, fingiendo que estaba pensando en una respuesta para el mayor. ¿Qué importaba lo que iba a estudiar? Finalmente, dejó de sonreír fingidamente y soltó un suspiro.

—No, no lo sé. — ¿Habría escuchado esa respuesta cientos de veces? Pensó. Volvió la vista hacia él, y por su expresión supo que no le sorprendía para nada su respuesta. Mejor dicho, su expresión no había cambiado en lo absoluto. ¿Es que siempre tenía esa sonrisa de idiota en el rostro? — ¿Tú que estudias? — el momento comenzaba a parecerle eterno, debería considerar pedirle que se retirara, que lo dejara solo. Decirle que estaba cansado y quería tiempo para sí mismo, echarlo… pero no. Seguía hablando con él como si realmente le interesara la información que recibía.

—Medicina. — Taemin sintió una gélida sensación recorrer toda su espalda. Un doctor… alguien que se preocupa por la salud y el bienestar de los demás. Si descubriera sobre sus cortes ¿Cómo reaccionaría? —Me llama la profesión, aunque aún estoy pensando en si debo ser cirujano o pediatra. Igual, tengo unos meses para decidirlo. — lo observó mecerse suavemente de un lado a otro, aburrido. Sus ojos ahora caían sobre algunos objetos del suelo.

¿En serio no tenía planeado levantarse e irse? Decir un suave «hasta pronto, Taemin» y retirarse. ¡Qué esperaba!

Taemin no sabía qué más podía responder, así que prefirió permanecer callado. El silencio reinaba por segunda vez en aquella habitación, pero a diferencia de la primera vez ahora Taemin no se sentía incómodo. Sentía que debía hacer algo, sí, pero estaba tranquilo. Quería dormir, dormir otra vez, pero con Minho en la habitación no podría. Dejó caer su cuerpo sobre la cama, aún abrazando la almohada que antes había tomado, y miró fijamente la ventana. El cristal estaba empañado y no se podía ver claramente a través del mismo. La lluvia caía fuertemente y podían escucharse con claridad cuando las gotas tocaban el cuelo y se deshacían en miles de pedazos. Hacía que el ambiente fuera sereno y un poco triste, perfecto para estar durmiendo todo el día. Cerró los ojos.

—Es una lástima que esté lloviendo tanto, así no se puede tener la bonita vista que da la ventana. No se puede ver del todo.

La voz de Minho quebró la armonía que se había formado gracias al silencio de ambos. Los parpados de Taemin se separaron y sus ojos volvieron a fijarse sobre el mayor, que miraba fijamente la ventana. Hablaba como si hubiera estado en esa casa antes, como si supiera cómo se veía todo desde esa habitación exactamente. Sintió el deseo de preguntar, pero se lo reservó. No era importante.

—No es tan malo… — respondió al cabo de unos segundos. Minho no se giró a verlo. — Aún si no estuviera lloviendo, el cielo estaría lleno de nubes grises y el viento seguiría siendo húmedo. Todo seguiría estando gris…

 

XOXO•XOXO

El sonido de la campana le hizo saber que, por fin, las clases habían terminado. Taemin se encontraba sentado en su lugar preferido, la segunda mesa de la última fila cerca de la ventana. Su mentón apoyado sobre su mano, y el brazo apoyado encima de la mesa. El día se le hizo eterno, las clases fueron más aburridas de lo normal y el ánimo alrededor no era el mejor de todos. ¿Qué podía decir? Aún seguía lloviendo, había visto en las noticias que llovería durante unos días más por lo que ya no le sorprendía en lo absoluto el clima que hacía. Hizo lo de siempre, esperar a que todos terminaran y comenzó a guardar sus cosas para irse a su casa.

—¿Taemin?

Levantó la mirada al escuchar su nombre y buscó al dueño de la voz. La encontró de inmediato. Una chica un poco más bajita que él estaba de pie justo en la entrada del salón. Su cabello era oscuro y bastante largo, alcanzaba su cintura, y lo único destacable en su vestimenta era el listón blanco que siempre llevaba en su cabello. Era algo característico de ella. La chica se adentró al salón y se detuvo junto a la mesa del muchacho, mirándolo con una expresión algo cansada pero aún sonriendo.

—Sabes que no puedes estar aquí para esta hora. Se supone que todos deben estar en el campus o dirigiéndose a sus casas, no en las aulas.

Esa chica respondía al nombre de Park Seolhyun. Era la presidenta del curso de Taemin y era conocida por ser la presidenta más amigable y adorable de entre todos los presidentes del comité de clases. Ella sabía sobre el hábito de Taemin de quedarse hasta tarde en el salón, razón por la cual siempre venía a recordarle que no podía permanecer en el lugar por mucho tiempo. Algo de todos los días. Taemin sonrió y se puso en pie, dejando el peso de su mochila en su hombro derecho y colocando la silla debajo de la mesa, para que no se viera desorganizado.

—Lo siento Seol, a veces me dejo llevar un poco y… termino retrasándome. — le agradecía de corazón que fuera tan suave con él, otros presidentes ya le hubieran puesto unas fichas por faltas. Le sorprendía el hecho de que ella nunca había tenido problemas por ser tan amable.

—Descuida, solo vayámonos de aquí ya. ¿Va? — sonrió dulcemente mientras halaba a Tae del brazo y lo conducía afuera. Taemin se asustó por unos segundos al considerar que ella podría sentir alguna de sus cicatrices que aunque pocas –en ese brazo- aún estaban. Sin embargo, no encontró la fuerza para apartar el brazo. — Oh cierto, lo había olvidado. Jongin comentó algo sobre ir a los bolos ¿Aún no te ha dicho nada?

—¿La verdad? No he revisado mi celular, y tampoco lo tengo conmigo. Lo dejé en casa. — tampoco le interesaba ir a esa reunión. — No sé si me ha intentado contactar o algo.

—Seguro que sí, sabes que él siempre quiere que estés en sus proyectos. — y en efecto. Jongin era su amigo de siempre. — ¿Y has hecho algo sobre la tarea de Psicología? Creo que es para el jueves.

—No, aún no he comenzado… pero lo haré hoy. No quiero atrasarme. — no le interesa, en lo absoluto. No le interesa si reprueba o si aprueba. — Creo que pasaré por la librería.

—Oh. — fue lo único que pronunció antes de volverse a él. — Tengo que ir al salón del comité, papeleo y esas cosas aburridas. — rió un poco, pero Taemin no le encontró el chiste. No podría, aunque quisiera. — Nos vemos mañana Taemin. Ten cuidado yendo a casa.  Y suerte con la tarea.

 

Taemin caminó calle abajo buscando la librería con la mirada, cubriéndose de la lluvia con su paraguas. Cuando lo habló con Seolhyun no tenía ni la más mínima intención de hacer aquel trabajo, pero luego de considerarlo un poco creyó que lo correcto sería hacerlo. Pero le molestaba ¿Por qué tenía que hacer un trabajo escrito sobre las autolesiones? Le resultaba increíblemente incómodo, por obvias razones. Pero si llevaba una mala nota a casa, su padre comenzaría a tirarle el sermón y no. Prefería evitarlo. Solo le pedía al cielo tener suficiente fuerza y resistencia mental para resistir el tema.

Pero ¿Qué más da? Al menos no tenía que hacer una exposición sobre el tema.

—Disculpa. — habló con la primera persona que sus ojos captaron. Una empleada del lugar. Ella se giró y le sonrió, dándole la bienvenida al lugar y preguntando si necesitaba ayuda con algo… lo cual, a su parecer, era más que obvio. —Sí, uhm… necesito que me ayudes a encontrar un libro de psicología. Que se relacione con las autolesiones, más específicamente. ¿Por favor?

—Por supuesto. Ven por aquí. — ella lo guió hasta donde estaban esos libros y le dejó elegir. Se mantuvo con él, en caso de que necesitara ayuda en algo más. No importaba, el local no estaba teniendo muchos clientes ese día. Apenas estaban él y otra colegiala que estaba estudiando allí mismo. — ¿Necesitas algo más?

Necesito dormir y no despertar nunca más. No, tranquila. Muchas gracias. —sonrió como siempre, y salió de la tienda con su nuevo libro en mano.

Apenas salió de la tienda sintió unos brazos rodear su cuerpo, colocándose por encima de sus hombros y atrapándolo en un fuerte abrazo. Casi sintió pánico, pero reconoció el perfume de esa persona. Su padre. ¿Qué ese hombre tenía poderes o algo así? Siempre aparecía de la nada, en el momento menos oportuno. Unas palmadas en los hombros, otra más en la espalda y un beso en la frente bastaron para que Taemin sintiera la mayor vergüenza de su vida de los últimos dos meses. Podía sentir las miradas calientes que se posaban sobre él, hasta podía jurar que escuchaba las risas curiosas y chismosas de las jóvenes que pasaban por ese lugar. Nada muy extraño, a decir verdad.

—¡Taemin! Muchacho. ¿Qué haces por aquí? — apenas vio el libro lo tomó de las manos de su hijo y escaneó la portada. No le dejó tiempo a responder. — ¿Para qué quieres esto? ¿Es parte de una tarea o algo?

—Es para la clase de psicología, necesito escribir sobre eso. ¿No deberías estar tú en el trabajo? — eso le hacía pensar. ¿Por qué andaba a pie? ¿Dónde estaba su carro?

—¡Oh! — exclamó, como si hubiera recordado algo muy importante. — Podrías pedirle ayuda al hijo de los Choi. Como se llamaba… Ah, sí; a Minho. Es un buen muchacho.

—Ni hablar. — tomó el libro de las manos de su padre y lo guardó en su mochila. — Puedo hacerlo solo, está bien papa. En serio, descuida.

—Él estudia medicina, puede ayudarte a hablar sobre como sanar ese tipo de heridas.

Tranquilo, papá. Sé perfectamente como sanarlas, no necesito su ayuda. No, está bien. Ya he leído sobre eso. No hace falta que te preocupes… Papá ¿Me estás escuchando? — el padre de Taemin sostenía su teléfono perezosamente. ¿Había iniciado una llamada mientras hablaba con él? ¿Tan aburrida era la conversación? Taemin contaba los segundos para irse y regresar a su santuario.

—Ok, sí. Gracias. — el señor volvió a mirar a su hijo, palmeando lentamente su cabeza. — Minho acaba de llegar de la universidad. Está esperándote, así que date prisa. — ¿Eso era lo que estaba haciendo? ¡Viejo sinvergüenza!

—¡Creí haberte dicho que no era necesario!

—Sin peros niño. De todos modos, Diana no está en casa y yo aún tengo trabajo que hacer.  Míralo del lado bueno ¡No estarás solo! Adiós pequeño, papá te quiere. — volvió a besar su frente y se marchó casi tan rápido como una estrella fugaz en el cielo… dejando detrás a un Taemin un tanto frustrado e impotente.

 

Que te den, viejo… que te den. 

Notas finales:

Lamento muchísimo la tardanza. La falta de inspiración + la escuela = nada bueno. Naada bueno. (?

El capítulo pudo haber parecido relleno, pero realmente no lo es. /ya se darán cuenta del porqué kekeke/ Me puse muy feliz por un mensaje que recibí hace unas horas así que eso me animó a terminar el capi para subirlo -aunque realmente no lo terminé, simplemente lo corté ahí- 

Muchas gracias por marcar como favorito y por dejar reviews. Hacen a esta pequeña muy feliz ;^; 

 

Espero que les haya gustado ¡Muchas gracias por leer! Aprecio mucho el apoyo que me dan. /llora un río/

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¡Nos estamos leyendo! 

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