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MY HEROIC KNIGHT por Choisie

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Notas del capitulo:

~~El último capítulo de esta extraña travesía~~

 

Gracias

 

***Choisie***

 

***

 

-De verdad, insisto, ¿no recuerdas ni una sola cosa...?

Chanyeol me miró con cierto brillo travieso en los ojos y luego se concentró en seguir comiendo el pastel de bodas de Kyungsoo y Jongin, ignorándome a mí y al tema que había sacado a relucir mientras paseábamos por las instalaciones de la recepción.

-¡Oh vamos, deja eso...!- Di un golpe en el plato, provocando que éste se viniera encima del regazo de Chanyeol, quién lo único que atinó a hacer fue  el observar cómo rápidamente el delicioso pastel se caía hasta desparramarse en sus piernas.

-...

-...

-¡Pfft! ¡Jajajaja...!

-¡Byun Baekhyun, mira lo que hiciste!- Ese fue Chanyeol, ahora mirándome con palpable odio en los ojos.- ¿¡De qué te ríes ahora...!? ¡Acabas de asesinar al pastel! ¡Pastelicidio, repito, pastelicidio...!

Tuve que detenerme en plena pista para evitar que fuésemos a chocarnos con algún árbol, puesto que ya estábamos cerca de la casa. Seguí riéndome furiosamente mientras golpeaba el timón y me retorcía de un lado a otro, abrazándome con la mano libre el estómago.

-Baek...- Murmuró Chanyeol, con los ojos entrecerrados mientras torcía la boca a un lado.- No es tan gracioso, ¿sabes?

Fue extraño. Repentinamente, la risa se atragantó en mi garganta y una aturdida seriedad me cruzó la mirada, la cuál se volvió a mirarlo a él, quién también clavó sus ojos en los míos.

Pudimos haber logrado obtener casi un minuto de silencio, de no ser porque Chanyeol ahogó sonoramente una carcajada entre sus labios fuertemente apretados y yo rompí a reírme con eso, a lo cuál él me siguió también.

El carro empezó a bambolearse por los ataques de risa histéricos de Chanyeol. Yo sabía que era una mala señal el que se riera tanto porque, incluso, llegaba al punto en que bastaba con que lo tocaras superficialmente mientras estaba en pleno soponcio y él empezaba a retorcerse con rudeza, riéndose con aún más vehemencia (algo que yo creía imposible).

-Ay...- Suspiró después de unos largos tres minutos de risotadas, con los cuáles yo también me calmé lentamente.- Dios, esto no debería resultar tan gracioso...

-Pero lo fue.- Sonreí a la nada, apoyando mi cabeza sobre el timón, puesto que, como era evidente, yo conducía.

-Si no hubiese sido tan gracioso y, si hubiese podido caminar, me habría salido del auto.- Rezongó, bufando una sonrisita.

-¿A las 4 de la mañana? ¿De verdad?- Lo interrogué, enarcándole una ceja.

El hizo el ademán de estarlo pensando seriamente y yo le pegué con suavidad en el hombro, provocando que volviésemos a reír, aunque ya no con tanta energía.

-Voy a tener que mandar a lavar tu traje.- Comenté, encogiéndome de hombros y llevándome una mano a la nuca, removiendo mi cuello de un lado a otro.

Chanyeol me miró con una ceja elevada, pareciendo de pronto preocupado.

-¿Yo o el pastel?- Sonreí, guiñándole un ojo para calmarlo.

-¿Te duele la nuca?- Preguntó, ladeando la cabeza a su vez.

-Ni tanto.- Mentí, estirando los brazos hacia delante.- Hey, ¿qué hay de la deliciosa torta que ahora yace en tu regazo...?

-Qué desperdicio.- Suspiró Chanyeol, derrotado y distraído. Perfecto.- Con lo delicioso que estaba...

-Mañana le puedo pedir más a Kyungsoo.- Le sonreí, buscando su perdón. Él se limitó a mirarme, torciendo de nuevo la boca.- Lo siento.

Chanyeol se quedó en silencio después de aquello, cambiando ahora la mueca por una leve sonrisita. Tomé eso como una buena señal y volví a encender el Audi que había adquirido después de haber conseguido trabajo en la editorial de Jongin. Ahora era Chanyeol quién se encargaba de atender la florería, otra vez, y eso le resultó irónico.

 

Incluso yo había vuelto a practicar hapkido, hacía poco menos de un año. Yura se preocupó al instante que lo supo y yo tuve que insistirle, una vez más, en el hecho de que me encontraba bastante mejor anímicamente según varios doctores. Ellos eran, inclusive, quiénes me habían recomendado volver a ejercitarme para recuperarme casi en un 98%.

Yura tardó en dejar de preocuparse tanto cómo entonces. Si bien todavía tenía sus propios problemas criando a su pequeño niño, se daba las molestias de fijarse en mi bienestar y yo no sabía como expresarle lo muy agradecido que me encontraba con ella.

 Aunque confieso que no era lo único por lo que me hallaba gratificado...

 

-Oh, está sonando Mraz.- Susurré de repente. Chanyeol se volvió hacia la pantalla táctil de mi celular y le subió el volumen a la canción, inclinando su cabeza sobre el respaldar del asiento.

-Esa canción es mi favorita...- Suspiró él, cerrando los ojos con una diáfana sonrisa sobre sus labios.

-Hm.- Asentí, abriendo el garaje del auto para guardarlo.- Lo sé.

-Sé que lo sabes.- Murmuró en respuesta. Adiviné que se estaba quedando dormido. Le bajé ligeramente el volumen al teléfono y apagué el motor, abriendo la cajuela previamente.

Estaba a punto de salir del auto para coger su silla de ruedas cuándo, súbitamente, un viento frío me acarició la nuca, relajándola ciertamente, pero haciéndome también temblar con un escalofrío:

-Wow, está haciendo bastante viento...- Comenté, apeándome del carro.

-Qué conste que ésta vez, yo no tengo algo que ver con esto.- Murmuró Chanyeol, alargando la sonrisa sobre sus labios, pero sin abrir los ojos.

Me quedé pensando en lo que acababa de decir.

-¿De qué hablas...?- Me volví hacia él, confundido. Al no responderme, creí que estaba hablando dormido. (Lo de sonreír dormido también era un hábito en él, dicho sea de paso, descubierto por mí hace no muy poco, así que eso no era tampoco algo raro.)

Me dirigí a la cajuela con toda la interrogante en la cara. La abrí y empecé a sacar su silla de ruedas, acomodándola sobre el suelo.

Chanyeol hablando dormido no era algo que debiera preocuparme, realmente. Solía hacerlo bastante a menudo y más aún cuándo creía que yo no me hallaba cerca. Sin embargo, había algo en sus palabras que me hacía sentirme tenso. No podía descifrar qué de extravagante había en la oración y eso me dejó bastante pensativo. ¿A qué podía estarse refiriendo cuándo dijo que no tenía algo que ver? Era obvio que Chanyeol no controlaba los vientos, y, mucho menos, los que me relajaban la nuca.

Digo, no es cómo si tuviera poderes telepáticos que lograran calmarme cuándo estoy inquieto o triste...

...

Esperen...

¿Inquieto o... triste?

¿Cuándo es que yo...?

...

<< -...Mentiría si te dijera... que esto no me asusta. Pero... mentiría también, si te dijera que desearía que tú no tengas algo que ver en esto. >>

...

-...

-Oh Dios mío... ¡Park Chanyeol!- Exclamé de repente, soltando la silla a su suerte y corriendo hasta la puerta del copiloto, la cuál descubrí que de pronto estaba cerrada por dentro.- ¡Hey, Park, abre la maldita puerta...!- Golpeé con mi puño el cristal del auto, resolviendo que me importaba un comino el que se resquebrajara bajo mis dedos. En ese instante, decidí también que fue una tremenda mala idea el haberme dejado convencer por las lunas polarizadas.- ¡Park Chanyeol! ¡Abre la maldita puerta...!- Una parte de mi cabeza me advirtió sobre mi propia puerta de piloto y me fui casi saltando encima del carro hasta ella, solo para, sí, descubrir que también estaba cerrada.

Vale aclarar que me maldije por haber dejado la llave dentro.

-¡No seas tan infantil Park! ¡Abre la puerta!- Y, ¿de verdad le estaba gritando todo aquello? ¿Yo?, ¿yo, que sabía a la perfección que, de ambos, Chanyeol era increíblemente niño y siempre lo sería, hasta cuándo tuviera 80...? No sé porqué me tomaba la molestia de decirle que no fuese infantil sabiendo aquello; pero bueno..., ¿qué se puede esperar de alguien que acaba de descubrir que su novio escuchaba cada palabra de lo que decía, estando en coma?

Esperen un momento... Si escuchó cada cosa que dije...

Cada... cosa...

¡Dios mío, qué vergüenza...!

-¡Park Chanyeol, abre la puerta...!- Vociferé, sintiendo como mis mejillas iban tiñéndose de escarlata.- ¡Chanyeol...! ¡Chanyeol...!

 

Y ese fue el final de la boda de mi mejor amigo y mi pariente más cercano con respecto a mí y mi torpe novio: él, riéndose con histéricas carcajadas dentro del auto, y yo, golpeando frenéticamente las puertas del mismo, jurando que en el mismo momento que asomara su cabecita para respirar, lo volvería a dejar inconsciente.

Aunque no por tanto tiempo.

 

***

 

-¿No podemos hacer esto mañana...?

-No.- Negué, sonriéndole. Chanyeol emitió un puchero impropio de sus recientes 29 años y se cruzó de brazos.- Oh vamos Chanyeol, ya lo has hecho antes...

-¡No era lo mismo, Baekkie!- Refunfuñó, pataleando ahora con las piernas.- Eso fue de casualidad... ¡solo quería un pedazo de pastel!

-Pero te levantaste y fuiste por él.- Continué.

-¡Era mi pastel de cumpleaños...! ¿¡Que querías que hiciera!? Además, todo el jardín estaba tan bello con los pájaros cantando y las hojas revoloteando que...

- No trates de distraerme, gracioso.- Me encogí de hombros, riéndome en mis adentros por el puchero que había hecho inflando las mejillas.- Anda, vamos. Sé que puedes hacerlo de nuevo, Channie.

-Llevas diciéndome lo mismo desde hace 6 años...- Me enarcó una ceja, sonriéndome ahora con cierta complicidad.

-¿El apodo o el apoyo moral?

-Ambos.- Resopló, sonriendo con suficiencia.

-¿Y ves cómo han funcionado?- Le saqué la lengua. Chanyeol hizo lo mismo y después, al detenernos, empezamos a reírnos como idiotas, él, con su voz gruesa y yo, amoldando mi tono mucho más agudo, al suyo.

-De todas formas, no estaba tan bueno como el tuyo del año pasado... (Después de todo, lo hizo Yura).- Infló sus cachetitos.- O el de Kyungsoo, cuándo se casó con Jongin.

-¿Aún recuerdas ese pastel...?- Lo miré, enarcándole una ceja.- ¡Eso fue hace como dos años...!

-¿Esperabas que no lo recordara?- Elevó él también una ceja.- Después de lo que me hiciste, de verdad, ¿esperabas que no lo recordara?

Me mordí el labio al sonreír.

Claro que tenía bien guardada esa memoria...

-Fue uno de los mejores que he probado..., ¡después de los tuyos, claro!- Se apresuró en decir la última parte, mientras yo rodaba los ojos al tiempo que suspiraba.

-...Ambos sabemos que tu pobre sobrino no tiene la mejor mamá cocinera del mundo.- Concordé, mordiéndome el labio y continuando con el tema anterior.- Lo bueno es que, como chef, es una gran escritora reconocida mundialmente y una gran madre, así que dejémoslo estar por ahora, ya que todavía no envenenó a alguien; y Kyungsoo..., bueno, él siempre tuvo un don con las manos.

-¿Cómo esa vez que hizo los pastelillos por tu cumpleaños...?- Sonrió ampliamente.

-¡Sí!- Afirmé yo, recordando ese delicioso sabor.- ¡Estaban exquisitos y...! ¡Hey, no trates de distraerme!

-¡Pero si no lo hago...!- Sonrió, ladeando la cabeza.- Sin embargo, el día de tu cumpleaños fue realmente perfecto. Creo incluso que me gustó más que el mío...

-¿Y por qué sería eso, sir Percival?

-Jajaja. Muy gracioso.- Bufó, volviendo a sacarme la lengua.- Pero es la verdad. Lejos de la exquisita comida y la decoración florida en la casa, lo que más me gustó fuiste tú.

...

-Sí recuerdas que me avergüenza oírte decir eso, ¿verdad?

-Siempre.

-¿¡Y por qué lo haces, entonces!?- Exclamé, bajando la vista hacia el pasto, cruzándome de brazos y frustrándome, como cada vez que lo escuchaba elogiarme.- ¡Es como si lo hicieras a propósito...!

-Es a propósito.- Confesó Chanyeol, tomando mi rostro desde la barbilla hasta que encajara mis ojos en los suyos.- Me encanta cuándo te pones nervioso y empiezas a pestañear como loco.- Sonrió con dulzura, moviéndome lentamente hacia su rostro.-... Además, no recuerdo haberle agradecido a Yura el convencerte para usar delineador más a menudo desde entonces.- Cerré los ojos de la vergüenza cuándo dijo aquello. No superaría nunca el que ella me haya atosigado hasta el cansancio con la idea; pese a que ahora me delineaba casi a diario por la costumbre...

... Y porque Chanyeol amaba (citándolo literalmente): “verme con los ojos delineados, sin delinear, con ojeras, con lágrimas” y etcétera, etcétera, etcétera...

-Eres un maldito genio en esto de la distracción.- Sonreí, cerrando el espacio entre nosotros y juntando mi frente a la suya.- ¿Es otra de tus tácticas de guerra o algo así?

-Más o menos.- Suspiró él, moviendo su mentón hacia el mío para tomar la iniciativa en el beso.

Aunque no contara con que yo me separara bruscamente y casi lo dejara irse de cara al piso.

-¡Hey...!- Gritó, pataleando en resignación.- ¿Por qué fue eso, Baekkie...?

-¡Porque aún no funcionan todas tus estrategias...!- Le guiñé un ojo, observando como resoplaba de cansancio.- Ahora ven, empecemos con esto Channie.

Me moví hacia el frente del jardín, un metro más alejado, y él me miró esbozando ahora una alegre sonrisa.

La misma igual de torpe que siempre.

-¿No hay recompensa si es que lo hago bien?- Exclamó, acomodando su barbilla sobre su mano, la cuál descansaba en el apoyabrazos de la silla de ruedas.

-Eso lo decido yo.

-¡P-Pero en los torneos medievales tenía que existir un incentivo para...!

-¡No empieces con eso!- Me reí, mirándolo.

De nuevo quería opinar en base a lo que ocurría con los caballeros medievales...

-Vamos Yeol.- Lo animé.- Sé que puedes hacerlo...

Chanyeol resopló de nuevo antes de sonreír con timidez y aferrarse a los apoyabrazos con fuerza, doblando los codos con medida que iba irguiéndose un poco cada vez más.

-Eso Chanyeol...- Murmuré, mirándolo ponerse de pie sobre el pasto de la casa, sintiendo el gras bajo sus pies.- Tú puedes...

 

...

Ahí estaba él de pronto, rodeado de las más hermosas flores que pudiésemos cultivar: con su cabello castaño lacio, su cuerpo perfecto y alto, sus piernas largas y fibrosas, su mirada poderosa, risueña, concentrada y resuelta, su cuerpo esforzándose por cada mínimo movimiento que emitía...

Su imponente altura por delante del sol naciente...

 

Su sonrisa tierna e infantil...

-¡Baek...!- Exclamó, tambaleándose al dar el primer paso hacia mí.- ¡Baekhyun, mira...!

-¡Tú puedes Chanyeol...!- Apreté mis manos en puños.- ¡Tú puedes, ven! ¡Ven, acércate...!

 

Fuerte.

Siempre más fuerte.

 

-¡Ah, el pasto se siente gracioso...!

-¡Concéntrate, Chanyeol!- Me reí, igual que él.

 

Heroico. Siempre heroico...

 

-¡Chanyeol...!

-¡Ah, ah, me caigo, me caigo...!

Y ahí estaba yo, con él encima de mí, entre mis brazos abiertos...

 

Un caballero...

 

-¡Lo siento, lo siento...!- Repitió, moviéndose hacia un lado mientras me acariciaba la mejilla.- ¿Estás bien Baek...? ¿Estás bien...?

-¡Jajajaja! ¡Yeol, lo hiciste...!

 

Mi heroico caballero.

 

-¡Lo hiciste, lo hiciste...! ¡Caminaste! ¡Lo hiciste, lo hiciste...!

-No...- Sonrió él, mirándome y sonriendo con infinita dulzura, besando la punta de mi nariz y murmurando antes de dirigirse a mis labios.- No. Tú lo hiciste.

-Eso es tan cursi, Channie...- Reí entre dientes.

-Ni hablar.- Contestó él, juntando superficialmente su boca a la mía.- ¿Quieres saber qué hubiese sido de mí sin que tú aparecieras? Lo más probable es que seguiría aún en coma, Yura jamás hubiese encontrado a su mejor amigo y tú jamás serías el fortalecido Baekhyun del que estoy enamorado ahora más que antes.

...

Fue ridículo lo abochornante que me resultó eso.

-El que pasó años aprendiendo como volver a sentarse y caminar, fuiste tú Chanyeol. No yo.- Corregí, moviéndome sobre el gras para acabar con la cabeza mirando el cielo rosáceo que empezaba a teñir bajo un vigoroso anaranjado.- Yo no hice la gran cosa, realmente...

-¿Ah no?- Sonrió Chanyeol, apoyándose sobre su codo mientras doblaba levemente la cintura, volviéndose a verme desde arriba.

-Exactamente.- Asentí, haciendo un puchero con mi labio inferior mientras me cruzaba de brazos.

-Baekhyun.- Me llamó. Abrí los ojos lentamente y elevé la vista hacia su tez oscurecida por las sombras.- Si vamos a seguir insistiendo en esto, tendré que admitir que la cursilería me salvó.- Sonrió.- Porque por más que intentes negarlo, yo no hubiese logrado sobreponerme tan rápido sin tu ayuda. No voy a negar que antes solías ser más débil y mucho más tímido por lo que recuerdo; pero fue porque tú te hiciste más fuerte, que yo he llegado hasta dónde estoy.

-...

Chanyeol ahogó una carcajada y preguntó:

-No me crees, ¿cierto?

-Ni un ápice.- Sonreí.- Oh vamos Channie, no seas ilógico... ¿Acaso ahora vas a decir que yo soy el heroico caballero que te salvó de la oscuridad o algo así?- Rodé los ojos y me volví a mirarlo. Chanyeol se limitó a encogerse de hombros y a acercarse de nuevo hacia mí, sabiendo que la mejor forma de callarme era siempre con sus labios.

 

Seguimos besándonos con dulzura un poco más, hasta que sentí algo a lo que ya estaba bastante acostumbrado por los últimos años y me reí de repente, atrayendo la atención de Chanyeol:

-¿Es en serio...?- Pregunté. Él solo se encogió de hombros.

-Es a lo que me obligas con tus besos.- Sonrió de lado, luciendo increíblemente apuesto.

-Entonces...- me enderecé sobre mis codos, al igual que él.- No hay tiempo que perder. ¡Andando, mi heroico caballero...!

Y mientras decía aquello, Chanyeol me cogió del mentón y profundizó aquel tierno beso...

Eternizándolo en el tiempo.

Al cuál, por cierto, ya no le temía.

Ni siquiera un poco.

 

¿A quién le importa el “final feliz”, cuándo es la historia de tu vida la que puede ser feliz...? Todos necesitamos de un “heroico caballero” que nos proteja de vez en cuándo y que, al mismo tiempo, pueda darnos la felicidad más aguda e intensa que podamos experimentar... Así no dure para siempre.

 

Sí.

¿A quién diablos le importa...?

 

***

 

-Oye, Channie...

-¿Hm?- Musitó, bostezando. Dejando que la frazada  resbalara por su terso y fibroso torso desnudo.- Baekkie... ¿acaso no has dormido en toda la noche...?

-Dormí un poco.- Contesté, acercándome a él y besando tiernamente su mejilla.- ¿Te había dicho antes lo sexy que suena tu voz cuándo recién te despiertas...?

-Como un millón y un veces.- Sonrió, acomodándose sobre sus brazos fuertes para sentarse.- Ahora dime, ¿qué ocurre? Tú no sueles elogiarme a menos que estés pensando en algo extraño...

-¿...Y eso es malo?

-¿Dije que lo fuera?- Bostezó de nuevo, acariciando mi mejilla.- Anda, dime: ¿Qué ocurre?

-Bueno...- Sonreí un poco.- No es algo precisamente extraño... Pero estaba pensando en que sería realmente romántico verte llegar al altar usando la armadura que te dieron en la editorial por ser el modelo de los nuevos libros de Yura...

Chanyeol se me quedó viendo fijo con tanta fuerza que logró sonrojarme. Algo no muy común si ya sabíamos “todo” el uno del otro y habíamos compartido demasiadas “experiencias”...

-E-Espera, ¿estás hablando en serio?- Murmuró, acariciando mi mejilla y mi mentón, casi sonriendo.- ¿La armadura negra que Jongin me regaló...? ¿En serio?

-Chanyeol...- Fruncí el ceño.

-Pero Baekhyun...- Sonrió ahora más ampliamente.- Es la primera vez que eres “tú” quién da ese tipo de ideas... Normalmente soy yo quién sale con todas esas locuras y...

No soporté la vergüenza de sus palabras (sobretodo si acababa de acusarme de “loco”), y solté un embarazoso sollozo:

-¡Aish, lo sabía, es una mala idea, no me veas y duérmete...!- Exclamé, volteándome hacia el lado opuesto de la cama y cubriéndome hasta encima.

-¡Espera, espera, no, no, no...!- Chanyeol se abalanzó encima de mí, tratando de quitarme el cubrecama de la cabeza.- ¡Baekhyunnie...! ¡Oh vamos, Baekkie...!

-Lo dije y lo repito: ¡Eres demasiado raro...!

-¡Tú juraste ser igual de raro así que estás en esto conmigo, quieras o no...!- Y tras eso, lo escuché soltar una ruidosa carcajada al tiempo que me envolvía entre sus brazos.

-Ojalá pudiera conversar de nuevo con tu bilocación...- Resoplé, riéndome entre dientes a sabiendas de que estaba haciendo un puchero.- Me caía mejor.

-Pues no te vas a casar con mi bilocación, así que ríndete en encontrarlo.- Me desasió de su agarre y se cruzó de brazos, mirándome con el ceño fruncido mientras yo me reía a pierna suelta.

-¡Estás celoso de ti mismo, Yeol...!

-Dile eso al “Yo” que usa armadura negra permanentemente.- Se dio media vuelta.- Y solo por sí querías mi respuesta, me hubiera encantado acudir con la armadura. Pero ahora ya no quiero hablar, así que durmamos.

-¿De verdad quieres seguir durmiendo...?- Me senté en la cama, zarandeándolo de los hombros.- ¡Vamos a casarnos en menos de un día y hay mucho por hacer...!

Chanyeol suspiró antes de volverse a mirarme y murmurar:

-No vas a preferir casarte con él que conmigo... ¿no?

Sonreí con ternura cuándo lo escuché decir aquello. Me agaché hasta tocar su frente con mis labios y besarlo desde allí hasta el tabique de la nariz y acabar sobre su boca.

Chanyeol profundizó lentamente el beso y fue moviéndome despacio, dejando que me deslizara bajo su cuerpo.

Iba a dejar que las cosas se pusieran aún mejor cuándo de pronto, se me ocurrió imaginar lo que sería verlo llegar al altar, convertido en Lee Chanyeol, y empecé a reírme entre dientes:

-¿Qué pasa Baekhyun...?- Preguntó, pestañeando de la sorpresa, algo aprendido.

-7 años conociéndonos oficialmente, 6 siendo novios, 1 mes de comprometidos y ¿todavía me lo preguntas...?- Resoplé, abrazándome a su cuello mientras contenía un gritito de emoción para no arruinar el momento...

Aunque ya lo había arruinado, de hecho.

...

Pero no es cómo si no fueran a haber más.

 

-Bueno: 13 años enamorado de ti, 7 años conociéndonos, 6 siendo novios, 1 mes de comprometidos y todavía no tengo ni la más mínima idea de qué rayos es lo que pasa por tu cabeza.- Sonrió de lado.- Pero tengo tiempo de sobra para averiguarlo y no pienso apresurarme; así que levántate, novio mío. ¿Cómo vamos ahora a pulir la armadura...? Creo que podré hacerlo yo. Tú encárgate de lo concerniente a la recepción. ¿Voy a tener que bailar con eso, Baek? ¡A duras penas y sé bailar usando pantalones de pijama...! No te rías, no es gracioso. ¿Dejaste a Yura a cargo de los bocadillos otra vez? ¡Se los va a comer todos! ¿En qué estabas pensando...? No sé dónde está mi teléfono, préstame el tuyo para llamar a Kyungsoo. Voy a pedirle a él que tome las riendas en el asunto... ¡Dios, esto es estresante...! Hay que levantarnos de una vez. Creo que llamaré también a Jongin para que me ayude con la armadura...  ¡Mientras más rápido mejor! Aunque no quiero moverme de tu lado... ¡No, no, no! ¡Ya tendré tiempo para ti esta noche y todas las siguientes! Tienes razón en que hay mucho por hacer y yo no quiero faltar a mi propia boda, ¿tú sí?

 

***

 

Notas finales:

Odio los finales. Así que dejémoslo así...

Gracias por leerlo y... No sé, ¿léanlo de nuevo cuándo se sientan aburridas, tal vez...?

Ni idea.

Otra vez... (asu, qué espesa soy), gracias. (♥)

¡Hasta pronto!


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