La luna, con su tenue luz plata, iluminaba la figura del rey vampiro. Su rostro era acariciado por la suave brisa invernal, su cabello caía desordenado en la almohada, podía sentir perfectamente como el frío entraba por su ventana, no le molestaba, al contrario, sentir ese viento helado le recordaba a una persona, a esa persona tan especial para él, a esa persona que tanto amaba y de la cual se tuvo que alejar.
Desde aquel día no lo había vuelto a ver, desde aquel día no había vuelto a tener noticias de él. Lo único que sabía era que ya no estaba en la academia, eso era lo que le había contado Cross en una de sus cartas, la última carta que recibió del cazador legendario.
Vivía con su hermana y los demás nobles que siempre lo acompañaban en la mansión Kuran, pero por más que había luchado para que ese momento de paz llegara, se sentía vacio, como si todo por lo que hubiera luchado no valiera la pena.
Se dejó llevar una vez más por el sueño, cerró los ojos sintiendo como el viento lo acurrucaba entre sus fríos brazos y la luna acariciaba con su luz su rostro.
Abrió lentamente los ojos, la luna llena iluminaba el pequeño claro donde se encontraba. Miro a su alrededor, observando con detenimiento el hermoso árbol de cerezo iluminado por el astro nocturno. El viento traía consigo una dulce fragancia primaveral, era una noche fresca, una noche perfecta.
Se sentó entre las raíces del árbol, apoyando su espalda en el tronco de este, admirando la noche que se abría paso ante sus ojos. Pero aún faltaba algo, aún se sentía incompleto. Una lagrima cayo por su mejilla, seguida de muchas otras más en un intento de ser contenidas inútilmente.
-¿Por qué lloras Kuran?- esa voz, esa armoniosa voz que en esos momentos estaba cargada de preocupación y ternura-
-no lo sé- respondió con la mirada fija en el dueño de aquella voz-
-todo está bien- dijo el peli plateado mientras se acercaba lentamente hasta quedar a la altura del castaño- ahora tienes todo lo que querías ¿no?- delicadamente paso sus manos por el rostro del mayor, secando las cristalinas lagrimas que ya habían dejado de caer-
-pero faltas tú…- dijo mientras sonreía débilmente al menor-
-no puedo estar contigo ahora Kaname…yo ya no puedo estar a tu lado- susurro triste pero tranquilamente-
-…..- tomo suavemente la mano del peli plateado y lo atrajo hacia sí, sentándolo entre entre sus piernas, hundiendo su cara en el cabello del menor-
- aunque quisiéramos no podríamos cambiar las cosas- hablaba el oji amatista-
-yo quiero estar contigo…no importa lo que tenga que hacer…yo solo quiero estar contigo como ese día- podía sentir la calidez ajena, podía sentir el aroma del menor inundándolo-
- eso es egoísta…aun esta Yuki y los demás chupasangre-
-el amor es egoísta Zero… - el castaño tomo de los hombros al cazador volteándolo, quedando a solo centímetros de esos suaves labios- …déjame ser egoísta- junto sus labios con los contrarios en un beso tierno, suave, lleno de amor y necesidad-
-Kaname- jadeo el menor, recuperando el aire que su cuerpo le exigía, sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos miraban con amor al ser que tenia frente a él- te amo, nunca lo olvides-
-también te amo Zero- se lanzo al menor en un abrazo delicado, de un momento a otro sintió como algo desaparecía, como algo dentro de él se quebraba, una tristeza de apodero de él. Abrazo más fuerte al menor, tenía miedo, nuevamente las lagrimas inundaron su rostro-
-Kaname, me tengo que ir- dijo el cazador separándose lentamente del sangre pura-
-no, no quiero que te vayas- decía desesperado como un niño que no quiere que su madre lo deje solo-
-lo siento, nos volveremos a ver lo prometo- dijo mientras se ponía de pie, pero el mayor tomo su mano fuertemente haciendo que volteara-
-te amo no lo olvides-dijo con una sonrisa el rey vampiro, si el peli plateado decía que se volverían a ver, seguramente era cierto-
-…..-el menor solo sonrió- te amo-
Su cuerpo comenzó a sentirse pesado. Sentía como su mano dejaba libre la mano del menor, como su cuerpo volvía a estar apoyado contra el árbol de sakura, sus ojos se cerraban poco a poco sin que él lo quisiera.
Abrió los ojos lentamente, la luna aun brillaba, el viento aun lo acariciaba con sus brazos helados. Se sentó lentamente en la cama, aun sentía en piel la calidez del menor, aun sentía su fragancia, aun sentía como esas amatistas lo estuvieran viendo con amor y cariño.
-¿kaname? ¿Puedo pasar?- escucho una voz suave llamándolo, era la voz de Takuma su mejor amigo-
- adelante- susurro-
El rubio entro a la habitación y se acerco a paso lento a la cama del castaño. Su amigo estaba perdido contemplando la belleza de la luna. Se sentó a los pies de la cama, algo malo había sucedido y debía informarle al pura sangre, pero no sabía exactamente cómo hacerlo.
-¿kaname? ¿Estás bien?- pregunto preocupado al ver como las lagrimas no paraban de caer por el ojo izquierdo del mirada borgoña-
-….-el castaño sintió cómo su pecho se oprimía, como de un momento a otro dejaba de sentir la mirada llena de cariño del cazador sobre él. Se sentía perdido, desorientado-
“-no puedo estar contigo ahora Kaname…yo ya no puedo estar a tu lado-
- aunque quisiéramos no podríamos cambiar las cosas-
- te amo, nunca lo olvides-
-Kaname, me tengo que ir-“
Las palabras dichas por el cazador resonaban en su cabeza como tambores en un carnaval.
-¿kaname?-
-eh?...- la voz preocupada de su amigo lo saco de sus pensamientos, se llevo una mano a su rostro, de su ojo izquierdo no paraban de caer lagrimas- estoy bien Takuma, no te preocupes solo fue un sueño- dijo mientras secaba las lagrimas que aun no paraban de caer-
-¿seguro?- el oji esmeralda no se convencía de las palabras del castaño-
-sí, ¿pasó algo? No sueles venir a esta hora a menos que sea importante- decía él pura sangre, algo en su interior le decía que no era algo bueno-
-bueno…Cross-san llamo urgente hace unos minutos, dijo que debíamos ir a la academia de inmediato, al parecer a zero le ocurrió algo- dijo preocupado el menor-
-prepara todo, solo iremos tu y yo-
-si algo le pasa a zero yo también quiero saber- la voz de Yuki de escucho desde la puerta-
-bien solo nosotros tres iremos- sentencio el sangre pura, si su hermana quería ir no podía negárselo, después de todo ella estuvo cerca del oji amatista por más tiempo, aunque eso en esos momento lo llenara de ira-
-ya está todo preparado-
El viaje había sido silencioso, ninguno de los tres mencionaba palabra alguna. En la mente del pura sangre solo estaba la imagen del peli plateado, rogaba a la luna que no le pasara nada malo a ese cazador. Su ojo izquierdo no paraba de llorar, ya estaba rojo e hinchado de tanto llanto, pero no sabía el por qué.
El auto se detuvo frente a las puertas de la academia Cross, allí los esperaba Sayori, quien al parecer era la nueva prefecta del lugar.
-bienvenidos- hizo una leve reverencia y comenzó a caminar hacia el gran edificio. Los vampiros la siguieron en silencio-
Una vez dentro de aquel edificio, el castaño sintió una gran ansiedad, algo no andaba bien.
-director Cross – llamo suavemente la chica una vez estuvieron frente a la puerta de la oficina del cazador legendario-
-adelante- se escucho una voz seria y quebrada-
La castaña abrió la puerta dejando entrar a los vampiros, hizo una reverencia y salió de la habitación.
-me alegra que hayan podido venir tan rápidamente- la seriedad con la que hablaba el mayor asustaba a los vampiros- kaname-kun ¿Qué le paso a tu ojo?- pregunto preocupado el mayor al ver que este no paraba de llorar-
-ha estado así desde que desperté- respondió él pura sangre, se notaba en su voz una clara preocupación y miedo-
-eh? Es verdad no me había dado cuenta- dijo algo sorprendida la menor- ¿Cross-san recuerda que usted nos decía que cuando una persona lloraba de un solo ojo era por la persona amada había muerto?-
-es verdad, pensé que ya no recordabas esas cosas- dijo un poco más animado el director-
-¿algo le paso a Zero?- pregunto ya desesperado el castaño-
-Zero murió – habló por primera vez Yagari-
El oji borgoña miraba al peli azul y al director, buscando alguna explicación, alguna señal de lo que decían no era verdad.
-¿Z-Zero murió?- susurro la peli castaña mientras caía de rodillas al suelo-
-por eso se despidió- susurro el mayor para sí mismo quien ahora no solo lloraba por su ojos izquierdo, de su ojo derecho comenzaron a salir pequeñas lagrimas una tras otra, no podía detenerse. Esa angustia en su pecho crecía, no volvería a ver más a esa persona ni siquiera se había podido despedir. No, el si se había despedido-
-kaname-kun….- el cazador detuvo su frase al ver la cabeza gacha del vampiro y las lágrimas cayendo al suelo-
-director ¿puedo salir un momento?- todos los presentes miraron asombrados el estado del sangre pura-
-c-claro-
-gracias- salió lentamente de la habitación a cada paso que daba su velocidad se incrementaba-
Se detuvo agitado frente a la puerta del cuarto de su amado, entro y cerró la puerta tras de sí.
La ventana se encontraba abierta y admirando la luna estaba el peli plateado, su cabello se movía suavemente por el frío viento y su pálida figura era iluminada por la tenue luz del astro que observaba.
-Zero- un susurro apenas salió de sus labios-
-…..-el menor se volteo y sonrió tiernamente al castaño-
“-nos volveremos a ver lo prometo-”
Una fuerte ventisca hizo que el mayor cerrara los ojos, los abrió lentamente después que el viento hubiera pasado. Se encontraba solo en la habitación, el amanecer se acercaba, los primeros rayos de luz se filtraban por la ventana.
-te estaré esperando Zero- una sonrisa cruzo sus labios-
Seguramente en un futuro se volverían a ver. De eso no había duda.