Francis se había levantado esa mañana sin ganas de hacer absolutamente nada, pero debía ir a la horrenda escuela de vuelta, como cada horroroso lunes.
Se abrazó a la almohada calentita, no había porque salir de ese pequeño paraíso.
Se refregó los ojos con el dorso la mano. No, definitivamente se quedaría.
Pero, espera! En la escuela había algo, alguien que ver... Haru?
-HARU!- Saltó de la cama y empezó a buscar el uniforme en su desorden.
-Donde estas pantalón de mierda?-No encontraba nada, a ese paso llegaría tarde y desperdiciaría minutos sin ver a Haru, serian los minutos peores usados de su vida.
Se termino de vestir a duras penas y bajo corriendo por las escaleras a comer algo y se llenó la cara de manteca y leche al intentarlo, pero algo comió. Su madre le miraba estupefacta.
- Hijo, todavía es temprano-le dijo viendo como subía las escaleras de vuelta-Bueno, por lo menos quiere ir al colegio...
Francis fue al baño y después de lavarse los dientes y la cara, se cepillo su hermoso cabello rubio, cosa que no hacia nunca desde que su mama lo peinaba para ir al kindergarten*, pero ahora, por haberse enamorado, lo hacia todos los dias. Igual, se lo cepillaba, no lo peinaba, asi que le quedaba Cool, no nerd, so cool bitch.
Todo por Haru, se decía, todo por el.
Cuando llegó al colegio, el pelo ya se le había puesto todo rebelde de vuelta por la humedad.
-Maldita humedad. ¿Donde estará Haru?
-Aquí estoy niño rubio.-dijo una voz detrás de el. Se volteó asustado.
-Haru, como estas? - le dijo sonriendo como un idiota. Últimamente, se habían hecho muy amigos y se pasaban el dia juntos, para la alegría del rubio.
-Bien, muy bien. Sabes, mi hermana esta deprimida, no quiso venir...
-Ah si? Pobre de ella- le respondió incomodísimo Francis. -Mierda, cage- pensó. Estaba todo tieso, maldijo a Jade para sus adentros.
-Tu sabes algo? Es que no me dijo nada.
-Yo? No, absolutamente nada- dijo haciéndose el tonto.
-Bueno, mejor le pregunto a alguien más, pero capaz que solo es el periodo no?
- Si, el periodo, las chicas se ponen locas con eso- suspiró aliviado, por lo menos ahora estaba salvado.
-¿Que piensas de las chicas?- Haru lo había sacado de sus pensamientos. Estaban sentados en el campo de deportes, mirando a las chicas que estaban en la clase de educación física. Su profesor había faltado y no les quedaba mas remedio que sentarse a hablar por ahí.
-Que son chicas, no se. Algunas son insoportables, pero ninguna es entendible.
- Mi madre dejo todo en Corea para irse con mi padre a Japón. Se conocieron porque mi padre estaba conociendo Seúl y le pregunto donde tomarse el tren. Ella dejo toda su familia y cosas por el. Las mujeres son raras, se van con esa persona, yo por mas que sea "esa" persona, no lo haría.
-Yo si, a veces es mejor escuchar al alma, puede que nunca mas encuentres a alguien asi.
Haru se puso pensativo.
- Y Como van las cosas con la chica que te gusta?-dijo Francis para romper el silencio que se había formado
-Nunca dije que fuera una chica. -Francis abrió los ojos como platos y se super-sonrojó.
-Queee? -estaba estupefacto, siempre había creído que a Haru le gustaban las chicas.
-Tampoco dije que fuera un hombre bobo.- Haru tenia una expresión divertida en el rostro.
-Como sea, como van las cosas?- le preguntó Francis para cambiar de tema. Que preguntas mas masoquistas que le hacia.
-Esa persona es una idiota porque no se da cuenta de que me gusta y, tambien le gusto pero no me lo dice.
-Debe de ser un gran idiota no?-respondió con seguridad el rubio.
-aja... Si, seguro.-Haru lo miro raro. Los dos guardaron silencio por un rato.
-Asi que, tu mamá es coreana?
-Sep, pero yo no tengo ni una palabra en coreano, ya dos idiomas me cuestan bastante, además del francés que estoy aprendiendo en el colegio.
-Yo tengo como idioma natal el francés y el ingles, porque vivíamos en Quebec, y tambien se algo de español.
-Podrías viajar por todos los continentes no?
-Seria genial.
-Me llevarías contigo Francis?
Francis le dedicó una enorme sonrisa, la pregunta lo había hecho inmensamente feliz.
-Claro Haru, vienes conmigo.
Los dos se quedaron callados mirándose,Francis deseando que el momento no acabara, quería ver esos ojos negros hasta el día de su muerte. Es increíble lo que una mirada puede hacer en una persona, puede tener a todo su ser, puede expresar tantas cosas. Tiene demasiado poder.
-Francis.
-Eh?
-Quieres saber de me enamoré?
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