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No te atrevas a decir 'quizás' por blueous

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Notas del fanfic:

 No sé de dónde salió esto además de una canción de Kevin J., pero siempre escribo a base de canciones así que no importa.

 Pues, ahora lo importante; SUBO ESTE FIC PARA DAR MI CUENTA POR SEMI-HIATUS INDEFINIDO.

 No tengo ganas, ni ánimos, ni tiempo, ni imaginación, ni nada para escribir más.

 Lo siento~

Su palabra favorita era quizá. Chanyeol lo aprendió tan pronto conocerlo, más que nada porque cuando ambos eran desconocidos, el chico más alto le preguntó si por allá quedaba el banco nacional y Baekhyun apenas lo miró y dijo; Quizá.

—¿Ah?

El castaño pareció darse cuenta de que estaba hablando con un perfecto desconocido y se reverenció de inmediato.

—Lo siento, estaba pensando otras cosas. Pues sí, llegando al final de la cuadra, dobla a la izquierda y…

 Lo cierto es que Chanyeol dejó de escuchar al rato, porque estaba demasiado concentrado en procesar cómo un rostro podía ser tan perfecto.

 Verdaderamente ninguno de los dos pensó en volverse a ver, después de todo ¿quién espera volver a ver al personaje ‘x’ que te preguntó por una dirección?, pero bueno, la vida tiene sentido del humor.

Uno bastante retorcido.

—Quizá.

 Chanyeol no supo exactamente cómo, pero reconoció esa voz como una que había escuchado hace un par de días y volteó como quién espera encontrar a un amigo, sólo para hallar al mismo castaño de rostro impune que le dio la dirección del banco, esta vez rodeado de otros tres chicos, todos reían de algo que Chanyeol tuvo ganas de descubrir.

 El resto de la tarde Chanyeol se encargó de pasear al perro de su tía dentro de un radio determinado que le mantuviese lo suficientemente cerca del castaño y sus dieciocho quizáses (porque sí, los contó).

 ¿Les dije ya que la vida tiene cierto sentido del humor algo macabro? Pues hay que decir que Fifí (nombre estúpido para un perro estúpido, según Yeol) también es divertida. El poodle café se escapó de pronto, llegando directamente al hueco entre las pierna del quizá andante.

—D-discul… disculpa.

 Chanyeol no supo la razón exacta, pero cuando el chico le miró a los ojos la tarea de recoger al perro, las palabras, el mundo se le ahogó en un mar de balbuceos y suspiros del que no se liberó en ese minuto exacto.

—Está bien, tranquilo.

—¿Seguro?

—Quizá

 La risa del chico iluminó todo de pronto. El perro se devolvió a los brazos de Chanyeol por sí solo y los ojos de los amigos del chico-quizá se posaron en él.

—Baekhyun, Byun Baekhyun. ¿Cómo te llamas tú? Para no decirte chico-del-perro.

—Me iría mejor ‘chico-del-banco’ —El rostro confundido de Baekhyun le hizo saber que Baekhyun no se acordaba. La piel de Baekhyun se veía bonita, el nombre Baekhyun era lindo… (Lo repitió en su mente hasta que perdió el sentido y por poco lo repite en voz alta) —, hace unos días te pedí la dirección del banco.

—Quizá… ¡Sí! Me acuerdo.

Esa tarde Chanyeol se ganó a un conocido bastante interesante llamado Byun Baekhyun.

Byun Baekhyun

Byun

Baekhyun

Baekhyun.

 

—¡Baekhyun! ¿Te comiste las galletas?

—¿Quizá?

Con el tiempo Chanyeol aprendió a interpretar los quizá de Baekhyun, porque una palabra puede tener miles de significados según el tono, timbre, vibración, contexto, rasgos faciales que le acompañen, hombros y un largo (largo) etcétera.

Este quizá podría ser traducido como “Sí, pero pensé que tu no las querías, lo siento, pero… es tu culpa. Por dejarme aquí con hambre y… sí, fui yo.”

—¿Quieres que te compre otro paquete?

—Da igual —Chanyeol se encogió de hombros y se acomodó en el sillón a un lado de Baekhyun —En realidad siempre te las comes todas tú.

La película comenzó y el más alto se acomodó un poco más contra su mejor amigo.

 Casi a la mitad del largometraje Baekhyun estaba sirviendo de almohada para el otro, que tan cansado con los estudios de ciencias sociales no despertó hasta que el pecho de Baekhyun se comenzó a mover rápidamente antes que sus brazos para quitarse las lágrimas que no dejaban de caer de sus ojos.

— ¿Estás llorando?

—Quizá…

Quizá: “Sí, pero soy un hombre, así que no. ¿Chanyeol, por qué siempre eliges películas tristes?”

—No llores, no puede ser tan triste.

—Eso dice el que se durmió al empezar —Le chilló mientras se secaba las lágrimas con furia.

 Chanyeol rio, intentando meterse en el rollo de la película, pero ya era imposible, no entendía que era tan triste, si hasta risa le daba la voz del protagonista.

Cuando terminaron de pasar los créditos, Chanyeol estiró los brazos y miró a su amigo que seguía secándose la cara.

—¿Te vas a ir a casa?

—Hmn.

Hmn (Búsquese también ‘quizá’): “No. No me iré con esta cara de haber llorado, me debo ver horrible”

—Tomaré eso como un ‘me quedaré aquí’.

Esa fue la primera noche que ambos durmieron juntos. Por cierto la primera vez que a Chanyeol se le revolvió el estómago por la peligrosa cercanía.

Esa noche Chanyeol no durmió, demasiado preocupado de moverse o no moverse, de respirar más despacio y (sobre todo) de no dejar volar demasiado la imaginación.

 Dejar volar la imaginación dejó de ser un problema tres años después (en realidad no, pero Chanyeol ya se había acostumbrado a vivir con la sobreexcitación de su mente cada vez que su mejor amigo se encontraba cerca [¡Oh! y la excitación de otras cosas también]).  Los quizá nunca se esfumaron.

—Baek. Te puedo hacer una pregunta.

—Quizá

Quizá: “Claro, ¿por qué no?”

—Eso mismo —Dejó escapar Yeol mientras balanceaba su copa de soju y tomaba un corto trago después —¿Por qué dices tanto ‘quizá’?

—¿’Quizá’?

—Sí, cuando nos conocimos por primera vez, te pregunté una dirección y dijiste ‘quizá’, después te escuché decirlo de nuevo y… en realidad llevo casi cuatro años escuchándote decir lo mismo.

—No sé, quizá tengo algún trauma de niñez. Es un comodín en realidad.

Chanyeol le miró algo incrédulo y volvió a beber.

 Horas más tarde, cuando habían vaciado otra mitad de la botella y ya se hace tarde, Chanyeol debe mirar a su amigo de súbito al oír algo caer.

—¿Baek? ¿Estás bien?

—Quizá.

Quizá: “¡No, claro que no, estúpido! No me puedo ni el culo y estoy en el piso como una tortuga sin poder parase, ¿te parece que estoy malditamente bien, ah?”

—Vale, pero no te enojes.

De alguna forma, ambos se las ingeniaron para reír antes de que el más alto debiese ayudar al otro a pararse. Yeol nunca supo de dónde, pero saca el suficiente autocontrol como para no aprovecharse de su menudo amigo y besarle hasta quitarle toda la borrachera como le han aconsejado sus amigos (porque no es un secreto que a Chanyeol le gusta el bromista, ruidosos, agotador, molesto, lindo, irritante e idiota de Baekhyun)

 Esa noche vuelven a dormir juntos, como tantas veces antes, ya no hay intermedio, ambos se envuelven uno al otro y duermen tan cerca que los alientos alcoholizados se mezclan. Pero Chanyeol no quiere pensar en eso antes de dormir.

 

El nueve de Octubre los dos hombres (porque ya no son los jóvenes de antes), celebran su séptimo aniversario de amistad, sin importar que por dentro se los coman las ganas de celebrar algo un poco más… intimo.

—¡Salud! —Medio grita Chanyeol levantando su copa de vino amarillo, regalo de un colega chino —Por la persona que ha estado más en mi vida que… que mi gato.

Baekhyun ríe y choca su copa con el vaso del otro.

—Lo mismo digo.

Es mera costumbre que los dos terminen encogidos en el sillón viendo “Charlie y la fábrica de chocolates”, completando los diálogos y desafinando a propósito en las canciones que ya se saben de memoria.

 El gato de Chanyeol llega a meterse entre ambos cuerpos casi al terminar la película y los dos deciden quedarse allí un rato más por respeto al animal que sólo quiere un poco de calor.

—¿Te molesta fifí?

 (El gato tomó el nombre del animal más especial para Chanyeol: el poodle feo que le llevó hasta Byun Baekhyun hace siete años.)

—Quizá.

Quizá: “No. Quédate aquí también, ¿por qué no me besas de paso?”

—“El alcohol hace mal” —Debe recordarse Chanyeol, porque sus interpretaciones están tomando vida propia —Deberíamos ir a dormir —Deja escapar un poco sofocado.

 Y esa noche el autocontrol de Chanyeol se va a la basura junto a algunas latas vacías.

 Cuando parece que Baekhyun está dormido y su pecho sube y baja con calma, cuando en el rostro desaparece esa expresión de quizá o tal vez, Chanyeol se acerca a sus labios entreabiertos y los besa de forma fugaz. No sabe cómo no lo ha hecho antes, porque esa corriente que le recorre de la punta de los pies hasta la nariz, parece haber pertenecido siempre a su cuerpo.

 Es una sorpresa que los brazos de Baekhyun se cierren tras su cuello y el beso se intensifique un poco más.

 Sólo un poco. Porque Baekhyun se separa rápidamente, lo suficiente para sonreír, para que Chanyeol sienta como esos labios se curvan bajo los suyos.

—Feliz aniversario poste-humano.

El agarre se debilita, se deshace de inmediato, Baekhyun se voltea y se duerme de lado.

 

Al día siguiente, el brillo matutino del sol no despierta al dueño de casa. El pobre ha estado despierto toda la noche en el comedor, paseándose los dedos de un extremo de los labios al otro. Suspirando de vez en cuando.

—¿Chanyeol?

La voz sale de un chico todo despeinado que el aludido identifica como su mejor amigo después de una buena noche de sueño.

—Tenemos que hablar.

Tan diferente a sus horas de insomnio y nudos en el estómago.

Baekhyun pasa saliva y lo mira sin hacerlo realmente.

—Quizá.

Quizá: “Sí, estaba borracho ¿Cuenta como escusa?”

—¿Quieres ser mi novio?

Silencio.

Sólo sus respiraciones.

Silencio.

El latir de ambos corazones.

Silencio.

Un pájaro anónimo pasando por fuera de la ventana.

Silencio.

Una bocina lejana a aquel departamento en un octavo piso.

Silencio.

Todo en menos de medio minuto.

—Qu…

—¡Y no te atrevas a decir quizá!

Notas finales:

Sobra decir que ese 'Qu...' es traducido como un "Sí, si quiero, imbécil, te demoraste tanto, ¡oh! debo decirselo a Jongdae, no se lo va a creer. Já, gané la apuesta." ¿Cierto?

 Lo arreglé HAHAHA.


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