Sus manos recorren mi rostro con cautela, como si en algún momento se pudiera romper cual porcelana.
Nuestras respiraciones chocan mezclandose y yo instintivamente cierro mis ojos en espera de un dulce roce de labios.
Parpadeo seguidas veces saliendo de mis pensamientos y devolviéndome a la realidad, no se cómo fue que fui a parar una vez más aquí cuando solo ayer había realizado mi rutina como cualquier lunes.
Sin embargo heme aquí, frente a la puerta de la cafetería sin animarme a abrirla y recordando simples pedazos de mi sueño de la pasada noche.
Haber soñado con ese chico me trajo de nuevo aquí, sin saber exactamente qué hacer o qué esperar, solo viniendo mientras mi mente recuerda lo que puede de mi sueño.
No se ni si quiero seguir pensando en mi sueño, pero cuando me doy cuenta ya me encuentro hundido en él, pensando en el que me hubiera gustado fuese el final de él, lo que hubiera pasado si el sonido de mi despertador no hubiera interrumpido.
Para cuando me doy cuenta ya estoy sentado en la misma mesa de siempre, pero sin ver a la ventana, en cambio me encuentro mirando mis manos a la espera de que él venga a mi, aunque siempre he preferido simplemente ordenar en la caja para luego dirigirme con mi taza de chocolate hasta la mesa esta vez prefiero, no, QUIERO que él tome mi orden, deseo cruzar nuevamente palabras con él y mirar su sonrisa tan solo por unos instantes.
-Oh hola Minwoo, ¿qué deseas tomar?- sin percatarme de cuándo sucedió él ya se encuentra frente a mi con su espectacular sonrisa mirándome anhelante.
-Yo- los nervios me traicionan y vuelvo a enfocar mi vista hacia mis manos como si fueran la cosa más sorprendente del mundo y tras pasar saliva y controlar un poco mis nervios logro pronunciar algo más coherente- una taza de chocolate caliente...por favor.
-Claro, enseguida vuelvo- cuando comienza a caminar mi mirada vuelve a él y lo sigue en cada movimiento suyo, grabando en mis pupilas cada gesto y cuando voltea a verme bajo mi mirada sonrojandome ligeramente, cosa que nunca me había sucedido.
No se lo que pasa por mi mente, realmente no lo se, ya que me hace realizar cosas que jamás me hubiera imaginado hacer.
Cuando Donghyun pone la taza sobre la mesa mi mano instintivamente se coloca sobre la suya para retirarse al segundo siguiente sin saber exactamente qué pretendía con eso y dandome golpes mentales por lo hecho, aunque mi acción le saca una de sus hermosas sonrisas a Donghyun a mi me provoca sonrojarme de nuevo.
-¿Estas bien? No te ves como ayer, que supongo es tu estado natural.- Su mirada clavada en mi me impide pensar en la respuesta correcta y mi lengua parece trabarse ante cualquier palabra.
-Si, no es nada, lo siento.
Sin decir nada más se aleja para seguir atendiendo sus mesas, y por más que quisiera evitarlo es algo que me pone triste, el pensar que no solo a mi me atienda de esa manera tan dedicada y cortés, que su sonrisa no sea de mi propiedad, e incluso al ver que con la chica de la mesa de al lado suelte una risa sonora me pone de completo mal humor sin saber por qué, o sin querer aceptar el por qué de todo.
Sin poder soportarlo un segundo más me levanto dejando sobre la mesa el pago por la bebida que incluso seguía intacta y me dirijo a la puerta con el corazón muy acelerado -y cabreado- y una tonta lágrima recorriendo mi mejilla.
¡Esto fue el colmo, yo derramando una lágria y sin saber por qué!
Al llegar a casa ni siquiera logro llegar a mi habitación cuando el resto de las lágrimas retenidas minutos atras salen sin control mojando por completo mis mejillas y haciéndome sentir como un tonto.
¡¿Qué esperaba?! ¡¿que al llegar Donghyun dejaría su trabajo para atenderme exclusivamente a mi cuando el día anterior me comporté como un patán?! ¡¿Que me diría cosas bobamente románticas?!
Lo peor es que ni yo mismo sabía que esperaba llendo allí, solamente sucedió que soñé con él y toda la maldita mañana me la pasé pensando en él en lugar de concentrarme en la escuela y para finalizar había ido a parar a la cafetería cuando nunca había roto mi rutina y lo cual provocó que terminara en mi casa llorando como una cria.
Debía haber perdido toda la cordura por haber terminado de este modo tan patético, pero la realidad es que sucedió algo que había estado evitando durante mucho tiempo: me había enamorado. Y sin siquiera haberlo notado, para por lo menos tratar de evitarlo o ignorado, solo había sucedido y ya, punto final...
Pasé semanas enteras sin poner un pie en la dichosa cafetería, no después de haber roto en llanto durante dos horas para luego decidir y jurarme a mi mismo que volvería a ser el de antes, el chico cerrado al mundo, porque finalmente nada bueno traía el ser diferente a eso.
Decidí buscar un nuevo lugar donde pasar el rato mientras veía a la gente pasar, y sin otra cosa en mente me encontraba saliendo del colegio para ir en busca del anhelado lugar de reposo y distracción, debía encontrarlo sí o sí para volver a la rutina que me mantenía con los pies en la tierra.
Mi vista se encontraba como siempre fija en el piso, cuando una vez más choqué contra alguien que se atravesaba en mi camino.
-Lo siento- dije de manera automática para luego continuar caminando hasta que una voz y una mano sosteniendo la mía me hicieron detenerme.
-No lo sientas- me giré sobre mis talones para encarar al dueño de la dulce voz y poder así seguir mi camino.
-Hola Donghyun, adiós Donghyun- lo se, algo más infantil no podría haber salido de mis labios, pero mi mente no quería pensar mucho y yo solo quería no seguir frente a él. Sin embargo al girarme una vez más e intentar seguir mi camino su mano se volvió a posar en mi brazo.
-Tenemos que hablar Minwoo, llevas semanas sin pasarte por la cafetería como lo hacías todos los lunes, me tenías preocupado. Desde el día en que yo mismo tomé tu orden desapareciste sin siquiera probar tu chocolate, y...¿Qué pasó ese día Min?- su voz sonaba preocupada y enojada a la vez, pero mi cuerpo no reaccionaba y mi mente me pedía a gritos que el antiguo Minwoo hablara y se fuera de una vez por todas de ahí, cosa que no sucedió.
-¿Cómo sabías eso? ¿Cómo sabías dónde encontrarme?- mi voz sonaba solo como un susurro para mi a pesar de querer actuar duro frente a él.
-¿Eso importa ahora? Me tenías muy preocupado Minwoo, ¿qué pasó ese día?Contéstame Min...por favor...- su voz, no estoy seguro de qué expresaba en ese momento, pero aun no podía responderle, mi mente daba vueltas formulando preguntas que no podía responder a mi mismo y que mi voz no lograba preguntar a Donghyun directamente.
-Yo...- mi mente quedó en blanco y mis ojos pasaron de clavarse en Donghyun a ver absolutamente nada...