Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los fantasmas de navidad por AquaDreams

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Adaptación a los fantasmas de navidad. 

Notas del capitulo:

Este fic es dedicato a todos quien lo lee (:

Adaptación.

La nieve cubría todo a su paso, dejando una manta blanca por sobre el césped congelado. El muchacho de cabello negro a estado sentado en esa silla hace más de 24 horas, trabajando y recontando todo el dinero que posee en su cuenta bancaría. Ve como su empleado tirita por el frío y bufa, suspira y vuelve a recontar su dinero desde el número inicial.

Siente como la puerta de su oficina es abierta y antes de levantar su mirada siente ese perfume ya tan conocido, su mejor amigo Taemin estaba ahí con una esplendorosa sonrisa arruinando su momento más preciado de la noche.

— Kibum, feliz navidad — Dijo el muchacho entrando hasta la mitad de su oficina.

— ¿Navidad? ¡Tonterías! No tengo tiempo para la navidad — dijo amargando el ambiente.

— ¿Estás jugando?

— Claro que no juego. La navidad es una excusa para comer de más, no sé cómo los pobres se meten en deudas si ni en dos vidas más tendrán para pagarlo. La navidad es una farsa. Además que motivos tienes para estar feliz ¡Eres pobre!

— ¡Vamos, Ki! Y ¿Qué motivos tienes tú para estar triste? ¡Eres tan rico!

— ¡Bah! — se quejó rodando de ojos sin mirar a su amigo.

— No te enojes, Ki.

— ¿Por qué no habría de enojarme? Vivo en un mundo loco rodeado de tontos. ¡Feliz Navidad! ¿Qué es la Navidad? Es sólo una época para pagar cuentas con dinero que no tienes. Donde te ves a ti mismo un año más viejo, y no un minuto más rico. Una época en la que se compran regalos que no se pueden pagar.

— ¡Pero Ki!

— ¡Taemin! Vete a celebrar la Navidad a tu manera, y déjame a mi celebrar a mi manera.

— Pero Ki, sé que hay algunas cosas que no hice bien, algunas cosas que no supe aprovechar, y una de esas cosas es la Navidad. La Navidad, es el único día en que la gente parece llevarse bien. Es un momento para perdonar, amar y ser caritativos. Es un tiempo donde la gente abre sus corazones. Tal vez, Kim la Navidad no me ha dado una moneda de oro o de plata, pero me hace bien, por eso digo: ¡Bendita sea la Navidad! 

— ¡Ohhh! ¡Fue un discurso maravilloso!  ¿Me pregunto por qué no trabajas para el gobierno? — Dijo fastidiado

—No te enojes Kibum y ven a casa mañana. Mi hija y yo estamos preparando una cena deliciosa, tú serás nuestro invitado especial.

—Gracias, pero ¡no!

—Pero... ¿por qué, tío?

— ¿Por qué tuviste una hija?

—Porque me enamoré.

 

 

— ¿Porque te enamoraste? Además, su madre te dejo con la niña en el día de navidad. ¡Qué tengas un buen día!

 

—Pero, Ki, nunca has venido a mi casa, y estás utilizando mi matrimonio como una excusa. Eso no es justo. Ahora que estoy soltero, nunca has ido a visitarme. No te entiendo.

 

— ¡Qué tengas un buen día!

 

—No necesito nada de ti.  Nada te pido. ¿Por qué no podemos ser amigos?

 

— ¡Qué tengas un buen día!

 

 

—Ki, siento que hayas tomado esa decisión, pero insisto en celebrar la Navidad, así que !Feliz Navidad, Bummie!

 

 

—Qué tengas un buen día, un Feliz Año Nuevo, y adiós.

 

 

—Como quieras, Ki. Y... KyungSoo, que pases una Feliz Navidad.

 

—Le deseo lo mismo para usted, adiós. — respondió el empleado de su amigo, si es que se le puede llamar así.

Taemin se retiró de la oficina dejando un ambiente algo tenso.

— ¿Qué te parece? Un empleado que gana el salario mínimo, con una hija, hablando de una Feliz Navidad. ¡Debe estar loco!

— Señor, he terminado de hacer todas las cartas y de archivar las copias. También traje más leña y barrí las cenizas. Y, bueno, es hora de cerrar, Sr, Kim.

— Bien, si ya terminaste tu trabajo, puedes irte ahora. — dijo restándole importancia a lo que su empleado decía.

— ¿Sr. Kim? Mañana es Navidad, un día para pasarlo con la familia. — Dijo frotando sus manos.

— ¿Supongo que quieres el día libre?

—Bueno, sí, Sr. Kim, al fin y al cabo es Navidad.

— ¿Navidad? Está bien. Tómate libre el día de mañana, pero llega temprano al día siguiente.

—Sí, señor. Feliz Navidad, Sr. Kim.

—Estupideces. — renegó y volvió a empezar a recontar su dinero.

Kibum abrió la puerta y KyungSoo se fue a su casa. Entonces Kibum regresó a su escritorio para terminar sus cuentas. Al cabo de unas horas, cerró sus libros de contabilidad y cerró la oficina. Cuando llegó a su casa subió las escaleras para ir a su dormitorio, se sentó en una silla al lado del fuego y comenzó a cenar. De golpe escuchó el sonido de unas viejas campanas, y un ruido fuerte y extraño que provenía del exterior.

— ¡Quién está haciendo ese ruido!  ¡Me habré quedado dormido!

Aun que ese extraño sonido continuo y vio una luz blanca en una esquina de su habitación, esa luz se hacía más tenue dejando ver a su difunto amigo, Kim DaeBum

— ¡Creo que estoy soñando! — Dijo restregando sus ojos.

— ¡No, esto no es un sueño!

— ¡Te conozco! Eres mi socio, DaeBum. ¿Qué quieres de mí?

— ¡Quiero mucho de ti!  ¿Ves estas cadenas? Estoy encadenado a mis pecados.

— ¿De qué pecados hablas? Fuiste muy trabajador y un buen negociador.

— ¿Negociador? ¡Me aproveché de la gente! Mientras estuve vivo, nunca aprendí el valor del amor y de la caridad. Ahora tengo que vagar por la tierra, incapaz de encontrar la paz. ¡Escúchame, Ki! ¡Estoy aquí esta noche para advertirte! Aún tienes la oportunidad de cambiar, y si no lo haces, tendrás la misma suerte que yo. Escúchame bien, Ki, te visitarán tres espíritus. El primero llegará mañana cuando el reloj marque la una. El segundo llegará al día siguiente a la misma hora. Y el tercero en la noche siguiente cuando el reloj dé la última campanada de las doce.

Aquella figura se esfumo dejando un mal gusto a Kibum, ¿eso había sido un sueño? Suponía que sí, estaba soñando.

Al día siguiente, cuando el reloj marco las una.

Diviso una extraña criatura al lado de su cama.

— ¿Quién eres?

— Soy Onew el Espíritu de la Navidad Pasada. Sal de la cama y acompáñame.

El rubio no supo cómo o porque pero siguió a ese fantasma en un recorrido hacía el pasado. Era su pueblo natal, recordó las casas, la iglesia, el rio, el puente y sus vecinos.

— Ellos no pueden vernos ni oírnos. Solo son sombras del pasado

— Mira, la escuela no está vacía. Hay un niño pequeño, solo, olvidado por sus amigos. Lo conozco, pobre niño.

— Ahora vamos a ver otra Navidad.

 

 

Entonces llegaron a una casa.

 

—Esta casa me resulta conocida. Oh, esta es mi casa, donde me crie. — divisaron por la ventana

 

 

 

—Si lo es. ¿Y reconoces a ese niño pequeño sentado allí leyendo solo?

 

 

—Soy yo, de niño. Pero... ¿por qué estoy... por qué está solo?

 

 

—Tú debes saber la respuesta.

 

 

—Porque mis padres estaban trabajando, por eso siempre estaba solo. Por eso mis Navidades eran tan tristes y solitarias. — dijo con resentimiento en la voz.

—Ven, toma mi mano, no tenemos mucho tiempo.

— ¡No, ya he visto suficiente, vete!!No me tortures!

—No me eches la culpa. Te dije que eran sombras de las cosas que fueron.

— ¡Llévame de regreso!

—Sólo nos queda una última parada, nuestro tiempo se acaba.

Y aparecieron en un jardín. Kibum era ahora un hombre joven, sentado en un jardín al lado de un hermoso muchacho. Este  estaba llorando.

—No puedo casarme contigo, Kibum.  Hay algo que tú amas más que a mí.

—Tonterías, no amo a nadie más que a ti

—Es cierto. Amas el dinero. Lo amas más que a nada en el mundo.

—No hay nada de malo en amar el dinero.

—Cuando nos comprometimos éramos pobres y luego fuimos felices siendo pobres. Espero que seas feliz con la vida que has escogido.

Y la muchacha se alejó corriendo del jardín.  Kibum y el espíritu la siguieron.  Cuando se detuvieron, Kibum  pudo ver que ella ya era algunos años mayor. Había niños riendo y jugando con la mujer. Una niña pequeña la abrazó y le dio un beso.

—Ayúdame a abrocharme el sombrero, mamá.

— ¿Son sus hijos? ­­ ­­— Dijo triste

—Así es, pero pudieron haber sido los tuyos por igual

La puerta grande de madera se abrió y con ella pudieron ver a un hombre con muchos regalos

— ¡Papá!

Los niños corrieron y lo abrazaron. El hombre sonrió y les dio los regalos.  Después abrazó y besó a su esposa.

— ¡Basta! ¡Llévame a casa!

Y Kibum apareció en su dormitorio.

—Gracias a Dios, todo fue un sueño. —Entonces sonó la campanada del reloj.

—No, Kim. No fue un sueño.

—Supongo que eres el Espíritu de la Navidad Presente.

—Así es. Soy Jonghyun el Espíritu de la Navidad Presente. Tengo mucho que mostrarte. Tómate de mí bata. ¡Apúrate! No podemos llegar tarde.

 

Kibum tocó el ruedo de la bata del espíritu y el dormitorio desapareció. Kibum se encontró en una calle de mucho movimiento y llena de nieve.  Había mucha gente comprando los regalos de último momento, las tiendas permanecían abiertas, la gente cocinaba sus mejores platos, y las campanas de la iglesia sonaban. Todos asistían a la iglesia con sus mejores ropas. Todos estaban felices.

—Todos parecen tan felices.

—­­­Lo están. Es Navidad. ¿Qué esperabas?

— ¿Quieres decir que estén felices sólo porque es 25 de Diciembre?

—Sí. Hoy pueden dejar de lado sus problemas y sólo disfrutar estar con sus familias. Se dedican sólo a disfrutar de la comida en sus mesas y de todas las bendiciones que reciben.

Entonces el Espíritu llevó a Kibum a la casa de KyungSoo. Y estando allí parados frente a la puerta, el Espíritu bendijo la humilde casa. Después Kibum vio a Kyung jugando con sus hijos, tres niños y dos niñas.

— ¿Es aquí dónde vive?

—Claro, con su salario, esto es todo lo que él puede pagar.

—Entonces el Señor Kim entró al comedor llevando un pequeño pavo en una bandeja.

— ¡Parecen tan pobres! Sus ropas son tan viejas.

—Amor es lo que puedes sentir aquí.

—Soo levantó al niño más pequeño de una silla que estaba en un rincón y lo llevó hasta la mesa. El niño era pálido y delgado y llevaba una muleta.

— ¿Qué le sucede? ¿Por qué no camina?

—Está muy enfermo. Su nombre es Baekhyun, y sus padres no tienen dinero para pagar un doctor, así que tal vez muera.

— ¿Muera? Pero debe haber algo que pueda hacerse. Por favor, dime que no morirá.

—Veo una silla vacía en aquella esquina. Si el futuro no cambia, con seguridad morirá.

— ¡No! ¡No!

—De todos modos ¿qué te importa? Eso hará que disminuya la población mundial.

En ese momento Kibum se dio cuenta de que esas eran sus propias palabras y sintió lastima por sí mismo. Entonces escuchó su nombre.

— ¡Sr. Kim! Gracias al Sr. Kim tenemos esta cena,

—Ojalá pudiera verlo para agradecerle personalmente. — Dijo el esposo de KyungSoo

—Querido... niños... ¡Es Navidad!

—Lo sé, querido. ¡Espero que él tenga una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo!

—Vamos a brindar por nuestra Navidad y por el Sr, Kim. Feliz Navidad, y que Dios nos bendiga a todos.

Mientras tanto se hacía tarde. El Espíritu llevó a Kibum hacia diferentes lugares para que pudiera ver cómo la gente celebraba la Navidad. La gente, aunque pobre, como decía Kim, era feliz y disfrutaban estar en familia y con amigos. De golpe, sin previo aviso, aparecieron de pie en una habitación.

 

 

—Reconozco esa voz. Es mi amigo. Está en una fiesta.

—Ja, ja, ja, ja, ja... dijo que la Navidad era sólo una mentira. —rio su sobrino con amargura

—Debería sentirse avergonzado. — Dijo un muchacho a su lado

—Es muy divertido, pero  es una persona agradable.

—Me dijiste que es muy rico.

— ¿Y con eso qué, XiuMin? No le sirve de nada su riqueza. No hace nada con su dinero.

—No vino a cenar con nosotros esta noche porque está muy ocupado contando su dinero. Ja, ja, ja, ja...— Rio un rubio llamado LuHan

—Prefirió enojarse con nosotros que venir a divertirse.

—No les agrado.

—No, a menos que el futuro cambie.

— ¿Y cómo puedo cambiar el futuro?

La habitación desapareció y continuaron su viaje.  Visitaron muchos países, viajaron hacia tierras lejanas. Visitaron a los enfermos que se sentían felices, a la gente pobre que se sentía rica, los refugios donde la gente sentía esperanza. Fue una noche muy larga. Y todo sucedió en tan sólo una noche. Entonces, el Espíritu de la Navidad Presente desapareció.

—Oh, nuevamente estoy en mi cama.

Pero al incorporarse, otro espíritu flotaba en su cuarto. Estaba vestido de negro y una capucha oscura ocultaba su rostro.

— ¿Quién eres? Primero me visitó el Espíritu de la Navidad Pasada, luego el Espíritu de la Navidad Presente. Tú debes ser el Espíritu de la Navidad Futura. ¿Estás aquí para mostrarme el futuro y cómo puedo cambiarlo?

El Espíritu no respondió, sólo se dirigió hacia la puerta. Kibum lo siguió hacia la calle frente a su oficina. Tres hombres estaban parados enfrente, hablando y moviendo la cabeza.

—Los conozco. Hago negocios con ellos. Somos amigos. Les caigo bien aunque no ocurra lo mismo con mi Taemin. Pero... ¿qué están diciendo de mí?

—Pobre Kibum.

—Lo sé, me da mucha pena.

—Me dijeron que está muy enfermo.

— ¿Quién lo cuida?

—Nadie. Ya sabes que siempre quiso vivir solo. 

—Tampoco tiene amigos y siempre rechaza a Taemin quien es de su confianza.

El Espíritu empezó a avanzar y Ki lo siguió por la calle. Luego llegaron a una pequeña casa.

—Ya hemos estado aquí antes. Esta es la casa de KyungSoo

—El Espíritu condujo a Key hacia el dormitorio. Allí se encontraba el Sr. Kyung sentado al costado de la cama de su hijo. El niño estaba muy enfermo.

— ¿Porque está llorando? La última vez que estuve aquí estaban tan felices.

El niño se encontraba dormido, pero estaba más delgado y muy pálido. Jongin  entró a la habitación.

—Cariño, ¿qué vamos a hacer? ¿Le pediste ayuda al Sr. Kibum?

—Sí, pero no puede ayudarnos. Pero su amigo nos ayudará.

—Espero que no sea demasiado tarde. ¿Qué haremos sin nuestro hijo?

— ¿Por qué? Dime qué le sucede al pequeño. ¿Acaso, va a morir? ¿Qué puedo hacer para ayudarlo? Por favor, ¡dime!

El Espíritu no respondió. Después todo se tornó oscuro y Kibum apareció en un lugar frio y neblinoso.

— ¿Dónde estamos? ¡Esto es un cementerio! ¿Por qué me trajiste a este lugar?

El Espíritu le mostró a Kibum una tumba.

—Antes de que me acerque a esa tumba, dime algo... ¿es la imagen de lo que será? ¿O solamente la imagen de lo que puede ser?

—El Espíritu no respondió. Entonces Kibum se acercó a observar la tumba. Y allí grabado, estaba el nombre: Kim Kibum. Entonces Kim cayó de rodillas. 

—— ¡No! ¡No! ¡Espíritu, escúchame! ¡He cambiado! ¿Por qué me muestras todo esto si ya he perdido toda esperanza? Por favor, dime que puedo cambiar todo lo que me has mostrado. Honraré la Navidad en mi corazón. Viviré en el pasado, en el presente, y en el futuro. No olvidaré las lecciones que todos los espíritus me han enseñado. Oh, por favor, dime que puedo borrar mi nombre de esa tumba.

Angustiado, tomó la mano del Espíritu, pero éste la rechazó y en ese instante Kibum despertó en su cama.

— ¡Oh, gracias! Me han concedido otra oportunidad. No sé qué día es hoy, o cuánto tiempo he estado con los Espíritus. Me siento como un niño, pero no me importa. ¡Quiero ser de nuevo un niño!

Entonces escuchó que sonaban las campanas de la iglesia. Luego vio a un niño en la calle y gritó.

— ¡Oh, qué maravilloso! ¡Oye tú! ¡A ti! ¿Qué día es hoy?

—Es Navidad, señor. La mañana de Navidad.

— ¡Muy bien! No la he perdido.

Entonces sacó una bolsa de dinero, y llenó de monedas la mano del niño.

—Hay un pavo grande y jugoso en la carnicería que está al final de la calle. Cómpralo y llévalo a la casa de KyungSoo.

—Pero, señor, esto es mucho dinero.

—Quédate con el vuelto. Apúrate. Los Kim tienen hambre.

— ¡Si, señor!

— ¡Oh! ¡Niño!

— ¿Dígame, señor?

— ¡Qué tengas una feliz Navidad!

—Gracias, señor. Que usted también tenga una feliz Navidad.

Kibum ahora vestido con su mejor ropa, se dirigió hacia la casa de su amigo. Se sentía realmente feliz y emocionado. Saludaba a  todos en la calle y los trataba con amabilidad.

—Niño, toma este dinero y ve a comprarte dulces de Navidad.

—Gracias, señor.

—Feliz Navidad.

Cuando Kibum llegó a la casa de su amigo, este se sorprendió al verlo.

— ¡Kibum estoy feliz de verte! Me alegra que hayas cambiado de opinión acerca de la cena de Navidad. Ven a celebrar con nosotros.

—Sí, gracias por aceptarme.

La hija de su amigo colocó un plato extra en la mesa.

—Estamos felices de tenerlo aquí. Ha llegado justo a tiempo para el pavo.

Después de la cena, Kim dijo algunas palabras. 

—Gracias. Nunca había comido una cena tan deliciosa. Pero ahora tengo que irme, tengo otras cosas que hacer, y gente que visitar.

Y Kibum enfiló hacia la casa de KyungSoo. La el señor Kim abrió la puerta, no podía creer lo que veía: el Sr. Kim parado frente a ella.

— ¡Oh, Sr. Kibum! ¡Qué sorpresa! Quiero agradecerle por el maravilloso pavo que nos envió.

—Fue un placer para mí. 

—Mr. Kibum, entre por favor.

—Kyung Soo, has trabajado largas horas por muchos años sin quejarte. Te subiré el sueldo y también te ayudaré a sostener a tu familia.

—Oh gracias, Sr. Kibum. Usted es tan generoso.

— ¡Feliz Navidad!

Kibum hizo más de lo que dijo que haría. Cuidó a baekhyun como si fuera su segundo padre. Algunos se reían al ver cómo había cambiado, pero no le importaba. Kibum nunca volvió a ver a los Espíritus, pero tenía muchos amigos y estaba muy cerca de su familia. Y cada vez que comía con sus amigos y con su familia, decía...

—Que Dios nos bendiga. Que Dios bendiga a cada uno de nosotros.

Desde ese día lleva una buena vida con su amigo Taemin, sin importar la pobreza o riqueza ahora tiene un corazón sincero cuidando y queriendo a los demás, especialmente a su pelinegro favorito.

Notas finales:

Espero les haya gustado. Pau, pronto empezaré tu twoshot y los que quieras ~ 

Los primeros comentarios tienen un oneshot de su pareja fav. Dejen pareja, y de que quieren que trate con o sin lemon. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).