Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Days and Nights por Feel Good Yaoi

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Segundo fanfic que participa en el concurso navideño de la Scanlation Feel Good Yaoi

 

Days and Nights

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

  

El sonido de la campanilla de viento era un aliciente increíblemente efectivo para la soledad del cuarto vacío. Naruto la miraba ausente, atrapado en el curioso movimiento que acompañaba el tintineo. Era una tarde tranquila para los ninjas que, como él, no tenían misiones pendientes.

 

Llevaba casi una semana en ese repentino descanso y apenas un par de días atrapado en el mutismo de sus pensamientos tras la ausencia de Sasuke. Odiaba tener que pensar tanto, no quería seguir el hilo de esas extrañas ideas sobre su relación con el Uchiha. Si es que acaso tenían una. Aunque supuso que una petición para vivir juntos no se hacía en un caso cualquiera, ni a la primera persona que veías.

 

Cuando Sasuke se lo pidió luego de aquella extraña conversación que habían tenido donde ambos malinterpretaron los sentimientos del otro, no supo qué responder. Pero por alguna razón Sasuke decidió por él y se suponía que harían un intento por compartir más tiempo juntos que el estrictamente necesario.

 

Naruto nunca estuvo muy seguro de esa idea, pero ver la enorme sonrisa de Sasuke ante la posibilidad, casi lo había convencido días antes cuando se resignó.

 

Y como una especie de señal irónica del destino, Sasuke fue enviado a una misión que podría extenderse varios días en compañía de Sai y Yamato.

 

Aún sin ser oficialmente invitado, Naruto se había escabullido en la casa de Sasuke cada día desde entonces, sin saber qué buscaba, o por qué lo hacía. Pero una y otra vez recordaba las palabras de Sakura. Era cierto que Sasuke le importaba, quería ayudarlo tanto como pudiera pero no estaba muy seguro si eso que Sakura llamaba “amor” era la razón por la que Sasuke lo había besado.

 

Cuando salió un poco de sus pensamientos pudo notar su propia mano rozando sus labios.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Sasuke mantenía el ritmo del viaje a una prudente distancia de Yamato teniendo en su campo de visión a Sai quien marcaba un paso similar a su derecha. Al menos le aliviaba saber que no era el único en pensar que aquello era una perdida de tiempo. Darle rango B a perseguir a la comitiva del Señor Feudal no era exactamente una misión, ni tan importante como para que hubiera dejado la aldea por ello.

 

Se contuvo de suspirar mientras la expresión de su rostro adquiría una mueca más. Justo cuando esperaba conseguir algún progreso con Naruto, a la incorregible Hokage se le ocurría semejante intento de misión. Aunque después de escuchar la explicación de Yamato no estaba seguro de quién había sido la peor idea.

 

Al parecer todo había sido por petición del Señor Feudal, que en un simple capricho había pedido que los Anbu lo escoltaran, atravesando ese bosque sin nada llamativo ni peligroso, solo porque podía hacerlo. Según Yamato no había ningún Anbu disponible para el trabajo, pero aquello sonaba como la renuencia de Tsunade a obedecer, eso y el orgullo de los ninjas élite que no se rebajarían a semejante trabajo ni siquiera por la Hokage.

 

Por qué habían sido elegidos precisamente ellos, era algo en lo que Sasuke no quería pensar. Cualquiera que fuera la respuesta tendría que ser una tontería. Ni siquiera parecían un equipo o al menos un grupo que compartiera objetivo.

 

Cuando Yamato se detuvo imitando al segundo grupo de seguridad, que apenas se veía a la distancia, Sasuke se tomó un momento para mirar el camino andado, preguntándose cuánto le tomaría volver.

 

Resistió tanto tiempo ocultando sus sentimientos a Naruto que era inútil tratar de pensar en algo más.

 

– Descansaremos un rato –anunció Yamato situándose entre Sasuke y Sai. El primero ni siquiera había notado el momento en que el mayor se había alejado.

 

Entre los árboles donde se habían detenido, la distancia de cada uno solo aumentaba la tensión que Yamato había tratado de explicar a Tsunade. El Anbu disimuló un suspiro cansado, no era la primera vez que la Hokage lo ponía en ese tipo de problema. Se suponía que Sasuke estaba haciendo un esfuerzo considerable por reintegrarse a la aldea, pero al parecer el problema estaba en Sai.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

 

– ¿Por qué la cara larga?

 

Naruto levantó la mirada encontrándose con Sakura, demasiado cerca de él. De hecho estuvo a punto de chocar con ella sino le hubiera hablado y en un acto reflejo se deslizó hacia atrás despertando las sospechas de la pelirosa.

 

Había estado tan inmerso en sus pensamientos que ni siquiera fue consciente de lo lejos que había caminado desde la casa de Sasuke. Miró a su alrededor tan disimuladamente como pudo.

 

– ¿Naruto?

 

– ¡Ah! ¡Estoy bien! –sonrió llevándose una mano detrás de la cabeza– creo que me asustaste.

 

– ¿Hablaste con Sasuke, cierto? –atacó de inmediato casi leyendo el problema en la frente del rubio. Aunque tampoco le costo mucho adivinarlo mirando el camino detrás de Naruto. Solo podía haber un lugar en esa dirección al que estuviera interesado en ir.

 

– ¿Hablar con él? Pero si esta en una misión –respondió inocente tratando de captar algún otro sentido en la pregunta.

 

– Me refiero a, antes de que se fuera –terció hablando muy despacio– dijiste que le habías dicho lo que sentías. Y que él no te había rechazado.

 

– Si… algo así fue lo que paso.

 

– No te rechazó, ¿cierto? –repitió manteniendo la calma antes de empezar a gritar. Naruto negó con la cabeza sin mirarla– y tú le dijiste lo que sientes, ¿cierto?

 

Naruto desvió un poco más la mirada, si es que eso era posible, casi girando el rostro y con una clara intención de salir corriendo. Entonces una imperceptible vena aumento de tamaño en la frente de Sakura antes de que sujetara al rubio por el cuello de su playera.

 

– ¡¿Qué demonios hiciste?! ¡¿No me digas que Sasuke-kun se fue de aquí sin saber lo que sentías?!

 

– ¡No tengo idea de lo que paso! –chilló genuinamente aterrado ante la mirada asesina de su amiga– intente hablar con él, pero todo paso muy rápido –Sakura cedió un poco su furia notando la mirada sincera de Naruto, lo soltó devolviéndole su espacio esperando que dijera algo más– no lo sé. Quiero estar con él porque me importa, creí que él protegería la aldea porque era lo que quería, y luego pensé que lo hacía por mí. Pero dijo que había vuelto a la aldea… por mí. Luego me pidió que viviéramos juntos, y tú dijiste algo sobre tirarlo, pero ¡ahora se fue y no sé que se supone que debí decirle!

 

Sakura apretó los labios con fuerza haciendo un gran esfuerzo por no soltar la carcajada que se estaba atorando entre sus mejillas. Se llevó una mano a la boca disimulando un poco más. Para cualquiera que lo escuchara, era obvio que Naruto no sabía nada sobre los sentimientos, ni siquiera de los propios y que todo el problema era por eso. Él se lo estaba tomando muy en serio aunque verlo desde fuera resultara tan cómico, apuesto a que para Sasuke también estaba siendo un problema. Y Sakura no pudo evitar el pensamiento egoísta de que se lo merecía por rechazarla. Aunque viendo la sinceridad pura que era Naruto, no podía menos que elogiar la decisión de Sasuke.

 

Carraspeo un poco para evitar reírse.

 

– Creo que deberías olvidar todo lo que te dije –empezó sonriendo  sin poder evitarlo. Naruto la miró como si no la estuviera escuchando, al parecer seguía inmerso en sus discusiones mentales– olvida lo que te dije –repitió– lo único que tienes que hacer es decirle lo que sientes. Dime, ¿a qué le tienes miedo?

 

Esperó por una respuesta que tal vez ni el mismo Naruto sabía pero era lo menos que podía hacer por él, luego de cometer el error de no explicarse bien. Había olvidado lo lento que era el rubio en más de un tema. Estaba convencida de que Sasuke esperaría todo el tiempo que fuera necesario para que Naruto aclarara sus sentimientos, pero ella sabía por experiencia propia lo cruel que era esa espera y el temor latente que crecía a cada día de continuas dudas.

 

– Por cierto –se llevó un dedo a la barbilla en actitud pensativa– creo recordar que no te perdonaría hasta que te confesaras a Sasuke-kun.

 

Naruto hizo una “O” casi perfecta en sus labios recordando esa vaga promesa. Pero antes de que pudiera justificarse, Kakashi llamó su atención acercándose a ellos sin mayor prisa.

 

– Tenemos una misión –anunció como si hablara del clima.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Mientras recorría el tramo que los separaba de la tercera guardia, Sai comprendió que aquello solo había sido una excusa para mantener la distancia entre él y Sasuke. No podía ser tan ingenuo para creer lo contrario ni Yamato tan idiota como para no notar la tensión. Pero no tenía intenciones de fingir como todos en la aldea que la presencia del Uchiha era bienvenida, al menos no de momento, ni después de conocer la verdadera faceta del moreno y saber de lo que era capaz.

 

Aquello tampoco significaba que quería convertirlo en su enemigo a muerte, solo quería mantener la distancia hasta que las palabras de Naruto se cumplieran y pudiera ver por si mismo a la persona detrás de todas las buenas intenciones del rubio. Aquel gran amigo por el que Naruto luchó tanto debía existir en algún lugar dentro de Sasuke. Sai solo quería comprobar que existía.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Yamato observó a Sai partir para explicar la repentina pausa a la guardia que cerraba la comitiva, sin moverse hasta que desapareció de su vista. Entonces se giró hacia Sasuke, quien ya se había acomodado entre las ramas de un árbol no muy alto, mirando algo en la distancia hacia el camino que les esperaba.

 

– Sé lo que estás pensando –murmuró en un tono confidente que, pese a la distancia, Sasuke pudo escuchar. El moreno le dirigió una mirada sin emociones ante su burdo intento por iniciar una conversación– esto es una perdida de tiempo.

 

– Lo es –respondió sorprendiendo al Anbu una vez más.

 

Desde su regreso a la aldea, Sasuke había mostrado una actitud demasiado accesible hacia el resto. Era amable y se esforzaba en todo trabajo que le impusieran. No era un misterio para nadie el continuo acoso al que era sometido por todo tipo de mujeres. Yamato nunca supo nada sobre Sasuke, salvo por las historias que se contaban del clan Uchiha, y después por lo poco que pudo hilvanar de las conversaciones de Kakashi o Naruto. No estaba muy seguro de cómo acercarse a él.

 

Sasuke le sostuvo la mirada esperando que agregara algo más pero no tardo en volver a internarse en sus pensamientos. De nuevo, y como ya venía siendo una costumbre, dirigiéndose a Naruto. Desde que había vuelto a la aldea no había tenido oportunidad de pelear al lado de Naruto en alguna misión, salvo por aquella ocasión en que ocurrió un falso ataque a la aldea. Tampoco sabía mucho acerca de las nuevas técnicas del Uzumaki, en general no sabía muchas cosas sobre él. Quizá por ello se sentía tan desesperado por tenerlo cerca. Eso, y las mínimas posibilidades que existían de perderlo, como ya había ocurrido una vez.

 

Volvió su mirada al frente encontrándose con Yamato que sin previo aviso se acomodó a una prudente distancia.

 

– He escuchado muchas cosas sobre ti –comenzó recordándole a Sasuke lo poco que se conocían– y ninguna coincide con tu “yo” actual –la sonrisa con la que hablaba desconcertó un poco al moreno pero no tardó en comprender a qué se refería. Se miraron largamente sin alejar su atención del entorno– ya debes estar cansado de escuchar la misma pregunta pero ¿por qué decidiste volver?

 

– Tenía un asunto pendiente en Konoha.

 

– ¿Así de simple? –replicó genuinamente sorprendido– significa que cuando termines ese asunto, ¿te irás de nuevo? –Sasuke le devolvió una mirada extraña, como si esa idea fuera algo más que imposible– no lo malinterpretes, podrías convertirte en un errante como Jiraiya-sama o la misma Tsunade-sama antes de llegar a Hokage. ¿No lo has pensado?

 

Sasuke no tuvo que aceptar esa propuesta, porque no era una idea que despertara su curiosidad. El único futuro que había imaginado era junto a Naruto y todo lo que había sido su pasado había quedado justo en ese lugar. Ya no podía imaginar una vida fuera de Konoha.

 

– Sé que tu situación en la aldea ahora es muy buena –continuo el castaño como si hubiera leído sus pensamientos– pero has pasado tanto tiempo fuera que sería extraño que te acostumbraras tan pronto.

 

– No lo había pensado de ese modo –murmuró, empezando a incomodarse con el tema.

 

Yamato asintió como si hubiera esperado esa respuesta.

 

– Supongo que nadie lo ha pensado de ese modo, tengo entendido que has sido bien recibido –lo miró delatando con ese gesto la rutina a la que Sasuke era sometido cada día por prácticamente toda la comunidad femenina de la aldea. El moreno ladeo el rostro inconforme con el comentario– hay muchas personas que esperaban que volvieras. Creo que Naruto encabezaba la lista. Ha estado muy feliz por ti, lo escuché hablar varias veces sobre su vieja rivalidad. Dijo que al fin tenía alguien de su nivel con quien entrenar. Exagera, ¿cierto?

 

– Siempre lo hace.

 

– Se ha vuelto muy fuerte –murmuró mirando a la distancia a Sai. Apenas era una mota oscura saltando entre los árboles, avanzaba muy lento pero no tardaría en llegar. Se puso de pie dando la espalda al moreno– sé que lo será aún más. Y un día cumplirá ese sueño que no deja de perseguir. Supongo que cuando se convierta en Hokage, tendrá una mejor oportunidad que su padre. Aunque es muy despistado para esos temas, ¿no crees? –se giró para mirar a Sasuke pero éste ya se había levantado. Apenas lo vio saltar dejándose caer hasta tierra justo en el momento en que Sai llegaba a su lado.

 

Al sentirse ignorado, Yamato no pudo evitar el pensamiento de que había cometido una imprudencia. Pero no estaba muy seguro de cómo.

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Naruto había permanecido ausente de toda misión por algo más de una semana, poco tiempo en realidad pero demasiado para su usual hiperactividad. Por eso cuando escuchó la explicación de Kakashi, ni siquiera le importo de qué se trataba, le bastaba con ser útil a la aldea.

 

O al menos ese fue el impulso inicial, hasta que pensó en restregarle en la cara a Sasuke su buena suerte y recordó torpemente que el moreno no estaba en la aldea. De nuevo los pensamientos confusos que existían entre ambos lo invadieron, acompañándolo todo el camino hasta los limites de Konoha donde debían seguir la pista de un supuesto espía que, en teoría, había cruzado los limites de la aldea.

 

Su atención era peor que de costumbre, ni Kakashi ni Sakura dejaron de notarlo. Era preocupante y casi molesto verlo moverse como una especie de muerto viviente. Sino fuera por lo monótona que resultó la misión, ninguno le hubiera permitido continuar.

 

El primer día vagaron como el pequeño grupo que eran siguiendo falsas sombras, sin ninguna pista fiel para marcar un camino. Con la ausencia mental de Naruto y la aparente calma de Kakashi, Sakura recurría a toda la paciencia que podía para no empezar a lanzar golpes en todas direcciones.

 

Para el segundo día, Kakashi sugirió separarse y abarcar tanto espacio como fuera posible. Los limites de Konoha no solo eran grandes sino traicioneros, con caminos visibles y otros bastantes difíciles de andar si se estaba buscando algo tan vago como un rastro.

 

– ¡Es suficiente! ¡Reúnanse! –murmuró el jounin a través del comunicador que lo unía a su equipo.

 

Tanto Sakura como Naruto escucharon la voz carente de emociones. Segundos después, los tres aterrizaban en una zona alta del bosque, un pequeño espacio a medio iluminar por el sol que se encontraba cada vez más cerca del atardecer.

 

Sakura fue la última en llegar, mirando con especial atención el rostro decepcionado de Kakashi. Era normal ver al jounin aburrido con todo tipo de misiones pero que se mostrara con esa actitud pese al cuidado que estaban teniendo no era normal. ¿En qué forma perseguir a un posible espía podía ser tomado tan a la ligera? Quizá estuviera relacionado con los casi dos días que llevaban de búsqueda sin resultados.

 

– ¿Ahora a dónde iremos? –preguntó Naruto llevándose ambas manos detrás de la cabeza. Él también se mostraba cansado de dar vueltas en un campo tan amplio sin encontrar nada. Aunque su agotamiento se debiera en gran parte a cierto detalle nimio que había olvidado dejar en casa de Sasuke.

 

– Ya deberíamos volver –anunció soltando un amplio bostezo.

 

– Pero si no hemos encontrado nada –intervino Sakura mirando de uno a otro– ¿qué clase de reporte vamos a entregar? Dijiste que Tsunade-sama había dado la orden personalmente.

 

– Pero ella solo se dejo llevar por un rumor –murmuró Kakashi, aumentando su gesto de fastidio– usualmente cuando llega una alerta de amenaza tenemos más que eso y estoy casi seguro de que estamos aquí por una falsa alarma.

 

– ¿Por qué lo piensas? –preguntó Sakura notando la distancia que Naruto estaba marcando de ellos. Una vez más, en el poco tiempo que llevaban lejos de la aldea. Aquello ni siquiera parecía una misión, ninguno tenía un mínimo interés y ella ya estaba empezando a cansarse– ¿Kakashi-sensei?

 

– No importa. Debemos volver. Ha pasado demasiado tiempo como para encontrar algo a estas alturas. Y tampoco hemos recibido alguna otra indicación –terminó mirando sobre sus cabezas como si esperara esa última señal.

 

Sakura siguió la mirada del jounin corroborando su idea. De hecho había algo extraño en las indicaciones de la misión, se suponía que debían encontrar y capturar un sospecho por infiltrarse en la aldea pero al mismo tiempo les pedían que solo revisaran la zona, delimitaran un espacio y tomaran notas. Era como si supieran que iban a fallar antes de intentarlo.

 

– De acuerdo –dijo derrotada– pero quiero estar presente cuando hables con Tsunade-sama.

 

– Bien. Si hemos perdido suficiente tiempo, volvamos.

 

Naruto dejo escapar un débil suspiro, feliz de volver. Estaba convencido de que regresaría antes que Sasuke pero hacerlo lo tranquilizaba y estuvo a punto de golpearse por pensar de ese modo. No había nada de malo en pensar que su relación no era estrictamente seria. O mejor dicho, ¿hasta que punto debía considerarla si todo seguía igual entre ellos?

 

– Naruto, en serio, estás agotando mi paciencia –el rubio giró el rostro sin aminorar la velocidad de su avance a través de los árboles. Sakura se emparejo a su ritmo sin mirarlo– es tan raro verte callado que molesta –dijo sonriendo por su propio comentario. Kakashi se mantenía al doble de distancia frente a ellos sin dar señales de haber escuchado.

 

– Eso no…

 

– Y no mientas –interrumpió provocando que Naruto desviara la mirada– solo espero que no sigas preocupado por Sasuke, a puesto a que cuando regresemos él ya estará esperándote.

 

– Espero que no –dijo sin poder evitarlo y al notar lo rápido que Sakura giró el rostro hacia él empezó a pensar que si había cometido un error.

 

– ¿Por qué? ¿Hay algo más que no hayas dicho o hecho?

 

– ¿Crees que debí dejarle una nota de que saldría por una misión? –dijo como si estuviera hablando consigo mismo– no estaba muy seguro de qué escribirle, por eso no lo hice. Y no siento que deba informarle sobre cada paso que doy.

 

En medio de su monólogo, Naruto fue inconsciente del pesado silencio que se formó a su alrededor e inmerso en sus divagaciones tampoco sintió el peligro que se acercaba en forma de una certera patada por parte de la pelirosa que lo derribo sin problemas sobre un par de ramas que no pudiendo soportar el impacto lo dejaron caer bruscamente contra el tronco del árbol hasta deslizarse al suelo que lo recibió con un golpe más.

 

Había sido casi cómico para el único espectador presente, pero Kakashi solo permaneció en el sitio donde había detenido su camino mirando la estruendosa caída del rubio antes de que Sakura saltara sobre él dispuesta a canalizar toda la furia que había contenido los últimos días.

 

– ¡¡¿Cómo crees que se va a tomar tu silencio si ni siquiera sabe tus sentimientos?!! –gritó mirando a Naruto incorporarse torpemente mientras se llevaba una mano a la cabeza– Naruto –llamó inclinándose frente a él.

 

El rubio se replegó contra el árbol en un vano intento de escapar de Sakura pero la chica había logrado suavizar un poco su mirada recuperando su atención.

 

– Sé que no intentas lastimarlo, y que solo estás siendo un poco ingenuo. Pero trata de ponerte en el lugar de Sasuke-kun. Si tú hubieras estado enamorado de él y pudieras decírselo sin recibir respuesta. ¿Qué pensarías? Si Sasuke-kun continuara con su vida sin darte mayor importancia, ¿cómo te sentirías?

 

Naruto estuvo a punto de interrumpir las palabras de su amiga más de una vez pero no pudo evitar que la idea se instalara en su mente. Por primera vez se puso en el lugar de Sasuke.

 

Desde que volviera a la aldea, el Uchiha empezó a comportarse diferente con él. Y aunque al principio no le hubiera dado importancia, en algún punto noto, como todos, ese cambio. Aún ahora, luego de saber el motivo detrás de ese comportamiento, Sasuke seguía siendo excesivamente paciente con él. Aceptaba todo lo que le dijera, y lo veía sonreír tan seguido que ya se había acostumbrado a ese gesto. Incluso se abstuvo de cualquier tipo de acercamientos, cuando él lo rechazó la primera vez, no por miedo sino por falta de costumbre.

 

Se había aferrado a la idea de que una relación más allá de amistad con Sasuke era casi imposible sin detenerse a pensar lo mucho que sus reacciones lastimaban al moreno.

 

Por un momento pensó que el golpe recibido por Sakura había sido realmente débil para la penosa situación en que se encontraba.

 

– Lo siento… –murmuró escondiendo el rostro detrás de su flequillo.

 

– No se trata de disculparse –continuo poniéndose de pie para ofrecerle una mano– debes corregir lo que has hecho –Naruto tardó un poco en tomar su mano pero al final se levantó mirándola con una nueva duda– primero hay que volver a la aldea.

 

Su sonrisa fue el incentivo que el rubio necesito olvidando que estaba a mitad de una misión, antes de salir corriendo, sin darle oportunidad a la pelirosa de detenerlo.

 

Sakura sonrío sin poder evitarlo ante aquella reacción tan absurda, se suponía que debían llegar juntos. Aún así asintió satisfecha consigo misma girando en el momento justo en que Kakashi aterrizó evitando el tener que alcanzarlo para explicar el cambio de planes. Frunció ligeramente el ceño consciente, al fin, de su presencia.

 

– Eso fue… inusual –dijo al fin, divertido por la serie de expresiones en el rostro de la menor.

 

– No suena como un cumplido –retó con gesto infantil.

 

– No lo es. En realidad me preguntó qué estás pensando. Creí que su relación te molestaría por mucho tiempo.

 

– Me molesta –dijo orgullosa, como si realmente la estuviera elogiando– Naruto es un tonto y un necio. Y Sasuke-kun resultó ser exactamente igual… por eso, creo que están bien juntos –su voz se volvió un murmullo pero dejo la actitud arrogante dejando que sus sentimientos fluyeran– y tengo que ayudarlos. A este paso, Sasuke-kun sufrirá mucho si Naruto no puede ser sincero.

 

– Ya que los estás ayudando tanto, supongo que tú responderás por Naruto –Sakura sonrío nerviosa sin saber que decir, casi había esperado que Kakashi omitiera ese detalle, ahora si tendría que salir corriendo detrás del rubio, solo para que moderara su actitud– creí que había algo diferente en ellos. Pero supongo que todos han madurado –retomó mirando a su alumna con una expresión solemne, que rara vez usaba– en especial tú.

 

Aquel comentario infló aún más el orgullo que Sakura sentía por si misma, sabiendo que hacía lo correcto por alguien más.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Luego del largo recorrido acompañando al Señor Feudal, junto con todas las excentricidades que eso suponía, el último tramo tuvo que ser pospuesto a escasos metros solo porque la comitiva principal se rehusaba a continuar de noche.

 

Acostumbrados como estaban, los diferentes grupos de ninjas no tuvieron problema en ajustarse a los nuevos horarios, cada uno monto guardia individual toda la noche pero poco antes del amanecer, la comitiva principal llamó a los representantes de los grupos dos y tres. Yamato acudió dejando a Sasuke y Sai a cargo, y listos para un posible cambio de planes.

 

En medio de la, aún, oscuridad previa a la salida del sol y sin una fogata que les diera un poco de ayuda visual, Sai observaba de reojo la expresión tranquila de Sasuke, apreciando la increíble diferencia entre la persona que era y la actual. Aquel gesto gélido de desprecio ya no cubría el estado naturalmente serio del Uchiha. Durante un largo rato Sai calibró la posibilidad de que no estaba molesto con él, solo sentía una gran desconfianza ante alguien tan inestable. ¿Miedo? Tal vez tuviera algo que ver.

 

Detuvo el escrutinio y sus pensamientos de golpe, al verse descubierto por la mirada contraria. Por suerte su estricto entrenamiento evito que la expresión de su rostro cambiara.

 

– ¿Ahora si puedes hablarme sobre esos lazos de amistad? –preguntó evitando un enfrentamiento. Entre la oscuridad no pudo notar algún cambio en los gestos del Uchiha pero estaba convencido de que ni siquiera se había inmutado– dijiste que no existían lazos entre Naruto y tú, supongo que eso cambió cuando volviste a la aldea. Dime, ¿acaso mentiste y esos lazos nunca desaparecieron?

 

Sai sentía una profunda curiosidad sobre las emociones, no era un secreto que él no podía experimentarlas de un modo “normal” pero el misterio andante que era Naruto, lo intrigaba de manera especial.

 

– ¿Por qué quieres saberlo?

 

Tampoco había esperado que Sasuke respondiera, por eso no sabía la respuesta a su pregunta. Tal vez solo quería encontrar algo que inclinara la balanza entre la desconfianza que le tenía y la posibilidad de creer en ese abrupto cambio de su personalidad.

 

En realidad no tenía sentido preguntarle nada, porque no lo entendía.

 

Antes que la paciencia de Sasuke se agotara bajo el repentino silencio, Yamato volvió con una expresión corporal aún más abatida que la que había intentado ocultar durante toda la travesía.

 

– Regresaremos a Konoha –anunció ubicando rápidamente a su equipo, apesar de la oscuridad.

 

– Aún no hemos llegado –aportó Sai poniéndose de pie casi al mismo tiempo que Sasuke.

 

– Parece que el Señor Feudal se cansó de tenernos merodeando su espacio –dijo sin más, resignándose– considera que con el equipo uno es suficiente para continuar.

 

– Eso no se verá bien para la Hokage, ¿cierto?

 

– Tsunade-sama conoce mejor que nadie las excentricidades de los líderes. Supongo que estaremos de regreso por la tarde –comentó, casi agradecido de que ya no tuvieran que andar a un ritmo tan lento– al menos quiero pensar que todo esto no fue una perdida de tiempo, ¿verdad? –miró a cada uno, esperando algún indicio que delatara una renovada camaradería. Pero termino aceptando que se parecían bastante.

 

No estaba en la naturaleza de Sasuke demostrar sus emociones y Sai había sido entrenado para eliminarlas, así que no tenían remedio. Solo le quedaba agradecer porque ya no intentaban matarse, y al parecer ni siquiera ignorarse, pensó mirándolos trabajar en conjunto para levantar el improvisado campamento.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

El viaje de regreso se convirtió prácticamente en una carrera. Casi parecía un acuerdo silencioso para alejarse de la comitiva del Señor Feudal tan pronto como fuera posible o evitar que cambiara de opinión, cualquiera que resultara peor. Aquel era el mejor ejercicio que podían tener como ninjas, apenas unas horas después de partir ya casi lograban la mitad del camino. Aunque el silencio seguía presente entre ellos, ya no parecía tan incómodo como al inicio del viaje. Tal vez hubiera sido inútil como misión pero al menos pudieron demostrar que no eran un equipo tan malo.

 

Sasuke mantenía su mirada al frente, sin dirigirse a los otros dos, manteniendo una considerable distancia entre cada uno, que aunque les impedía mantener el contacto visual no era problema para saber que mantenían su formación. No había podido alejar de su mente la opinión que Yamato tenía sobre Naruto, preguntándose si en la aldea existirían más personas que compartieran esa opinión. Amigos o simples conocidos que imaginaran el futuro de Naruto, no solo como Hokage sino formando una familia como la que él mismo había perdido. De algún modo se había convertido en un icono, y si las expectativas de la aldea sobre él eran tan altas, tal vez no aceptarían que cualquiera interfiriera.

 

De pronto se vio a si mismo como una especie de intruso que afectaría el futuro de Konoha de un modo, más bien indirecto. Claro que eso cambiaría si Naruto lo elegía como parte de su vida, estaba seguro que entonces nadie podría oponerse. Aunque el rubio no le hubiera dado la respuesta que esperaba, al menos tenían… algo así como una relación íntima.

 

…De otro modo no lo hubiera aceptado en su vida… tampoco vivían juntos oficialmente, aunque se lo había pedido, pero aquello solo era a causa de la repentina misión que de algún modo ya habían terminado.

 

Si Naruto realmente no lo quisiera en su vida, lo habría dicho… saber que lo estaría esperando en su casa sería una buena forma de comprobarlo.

 

Inconscientemente apuro el paso cuando diviso la entrada a Konoha y en cuanto la cruzó, ni siquiera se detuvo para esperar a Sai y Yamato quienes mantenían su paso tranquilo. Siguió directo a su casa esperando un momento hasta que su respiración se volvió normal. Giró la perilla pero al sentir el seguro puesto un incómodo presentimiento no tardó en volverse realidad cuando entró encontrando el lugar vacío.

 

Antes de irse le había asegurado a Naruto que no habría problema si decidía instalarse. Pero al parecer había una brecha importante entre lo que él pensaba y esperaba de su relación, y lo que Naruto decidió.

 

¿Era posible que Naruto, como muchos en la aldea, pensara en una vida donde él no podía entrar?

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Kakashi resistió un largo y desgastante rato tratando de apagar la euforia que Sakura había despertado en Naruto en un vano intento por concentrarse en la misión. También tuvo que recriminarse por su imprudencia al decir sus pensamientos tan abiertamente, sobretodo ante una perceptiva Sakura, que hasta el momento no se cansaba de criticar su actitud. La pelirosa podía ser muy dura cuando se trataba de algo relacionado con su maestra.

 

– Este es el limite –anunció, personalmente aliviado dando una señal a los otros dos para que se detuvieran– más allá de este punto no se puede considerar parte del problema.

 

– Se supone que estamos buscando pistas… –murmuró Naruto lo obvio mirando un punto debajo de Kakashi. Ni el jounin ni Sakura le prestaron atención, esperando que empezara a quejarse– ¿algo como eso? –dijo sin preocuparse señalando un bulto de hojas.

 

Desde la perspectiva de Kakashi, apenas era un montón de hojarasca, similar a muchos otros. Sakura veía una mancha oscura en la base del tronco, pero nada que mereciera mayor escrutinio. Naruto siguió considerándolo en medio del silencio de sus acompañantes ante de dejarse caer en picado, seguido por Kakashi quien aterrizó en un punto donde pudo reconocer la forma humana debajo del montón de tierra y hojas. Se acercó lentamente con un par de kunai en las manos esperando una reacción del hombre que, solo hasta que estuvo a su lado, comprobó estaba muerto.

 

Sakura llegó juntos a ellos guardando sus propias armas ante la ausencia de peligro.

 

– No hace mucho que esta aquí –anunció Kakashi tras revisar su pulso mostrando la sangre aún fresca en sus dedos.

 

Sakura se acercó para revisarlo con mayor detalle mientras Naruto miraba con especial atención el pergamino que colgaba de sus ropas. Se inclino girando una esquina para ver la serie de símbolos en el.

 

– Se parece… –murmuró mirando a Kakashi quien se inclinó para mirar lo mismo– cuando atacaron la aldea hace un par de semanas, Sasuke desapareció un pergamino como este. Fue lo único que quedo del atacante.

 

– En ese momento no se encontró ninguna pista –comento el jounin– pero el reporte de Sasuke especificaba ese pergamino.

 

– Deberíamos llevarlo –dijo Sakura– si existe un espía, él puede darnos una pista para encontrarlo.

 

– Es muy extraño que este aquí si realmente posee esa información –continuo mientras preparaba el pergamino para encerrar el cuerpo.

 

– También pudo ser suicidio.

 

Ninguno agregó más mientras terminaban los preparativos. Kakashi se encargó del pergamino mientras Sakura y Naruto hacían una última revisión a los alrededores sin encontrar nada más. Ni el arma homicida ni alguna pista sobre un posible agresor.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

El regreso fue mucho más rápido con el anochecer muy cerca de atraparlos. Para cuando cruzaron la puerta principal, Kakashi se adelantó para hablar con Tsunade dejando atrás a Sakura, quien no había olvidado su promesa de estar presente al ver a la Hokage, pero parecía satisfecha con haber encontrado algo de utilidad para continuar la investigación.

 

Naruto se separó de ellos llegando a su casa solo para quedarse de pie en el umbral, consciente de que no debería estar ahí. Miró el par de cajas que estorbaban en la puerta principal, repletas con algunas cosas que planeaba llevar a casa de Sasuke. Cuando supo de la misión del Uchiha, se sintió aliviado de no tener que mudarse pero al mismo tiempo no pudo volver a desempacar. Pateo ligeramente una de las cajas, molesto consigo mismo antes de soltar su mochila de viaje en el mismo pasillo. Corrió al baño donde tomó una larga ducha obligándose a mantener la mente en blanco.

 

 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

 

Sasuke llevaba un largo rato recostado en el techo de su casa solo mirando el amplio cielo nocturno sobre si. Sus pensamientos finalmente habían dejado de torturarlo por lo que pudo descansar en ese tranquilo momento de soledad.

 

Apenas un par de horas atrás había salido con la intención de buscar a Naruto pero en cuanto se enteró de que estaba en una misión su renovada emoción por verlo murió no sabiendo como tomar el hecho de que Naruto no parecía muy consciente de él.

 

Cuando el acostumbrado grupo de chicas que buscaban su atención lo asaltó en su camino de regreso, se agotó lo que quedaba de sus energías para ser amable y terminó encerrándose hasta ese momento en que finalmente pudo relajarse.

 

Escuchó un murmullo de pasos haciendo eco en los pasillos de las habitaciones. No sintió amenazas de peligro pero aún así se deslizó para encontrar el interior sumido en la oscuridad sin ningún cambio. Volvió a escuchar los pasos, encaminándose al corredor que daba al patio justo para ver a Naruto mirando a través de la puerta corrediza.

 

– ¿Qué estás buscando? –preguntó procurando un tono normal al ver el breve respingo en el rubio– ¿qué clase de ninja eres tú? –se burló sin poder evitarlo.

 

– No entiendo como puedes vivir con tanta oscuridad –se quejó riendo para disimular su sorpresa.

 

– Escuché que tuviste una misión –continuo ignorando su comentario. Se recargó en el extremo opuesto de la puerta mirándolo con un amago de sonrisa– supongo que fue muy corta.

 

– Si, perseguíamos a alguien que nunca encontramos. Pero fue tan repentino que no supe si avisarte, pensé que volvería antes que tú… –hablo muy rápido, nervioso ante la actitud ausente del moreno.

 

– Creo que nuestra misión también fue algo así como un fracaso –dijo desviando la mirada. Podía sentir aquellos ojos azules que tanto amaba mirándolo con atención. Volvió a sonreír para si pensando que si eso era todo lo que Naruto podía darle, entonces no lo arruinaría buscando algo más que tal vez nunca sucedería.

 

Claro que decirlo era más fácil que hacerlo. Ni siquiera fue consciente del momento en que se movió hasta que sintió a Naruto entre sus brazos y no pudo evitar aferrarlo. Cuando el rubio le correspondió torpemente no supo si tomarlo como una aceptación o solo era el mismo tipo de reacciones que tenía Naruto con él, como si se dejara llevar.

 

– Naruto –murmuró muy cerca de su oído notando el estremecimiento del menor– esta bien –acarició su cabello inconsciente de la expresión confusa del rubio.

 

Naruto no pudo evitar tensarse ante el gesto tan íntimo, y recriminarse por hacerlo, sabiendo que ya debería haberse acostumbrado. Pero cuando escuchó la voz quebrada de Sasuke supo que algo no estaba bien. No parecía el mismo que buscaba ese tipo de contacto por gusto. Intento abrazarlo aunque sus manos se quedaron a medio camino apenas rozando su ropa.

 

– No importa si solo podemos ser amigos, lo único que quiero es estar cerca de ti.

 

El rubio volvió a tensarse, aunque esta vez por una razón diferente. Aquello no era lo que quería escuchar y en seguida supo que sus acciones pasadas habían tenido terribles consecuencias. El pánico lo invadió mientras se agitaba tratando de separarse de Sasuke, solo para mirarlo, pero éste pareció tomar a mal sus intenciones atrapándolo un poco más.

 

– Sasuke, espera, eso no es lo que…

 

– No quiero obligarte a nada, así que si no estás seguro podemos volver a como éramos…

 

– Sasuke…

 

– Tampoco tienes que mudarte aquí y…

 

– ¡¿Quieres escucharme?! –gritó empujándolo de golpe.

 

La expresión de Sasuke era demasiado tensa, pero el dolor que reflejaban sus ojos acabo con las dudas de Naruto dándole la comprensión que Sakura tanto intento decirle. Se acercó de nuevo a él siendo el turno del moreno para tensarse retrocediendo inseguro, pero Naruto no desistió, cerró la distancia entre ambos tomando su rostro con ambas manos para unir sus labios en un gesto torpe al que no estaba acostumbrado.

 

Sasuke apoyó las manos sobre sus hombros debatiéndose entre alejarlo o aferrarse a él, sabía que no podría controlarse si se acercaba más.

 

Como si Naruto le leyera la mente lo aferró en un abrazo acercándose a su oído.

 

– Lo siento. No era mi intención que lo malinterpretaras –inclinó el rostro sobre su cuello sabiendo que no sería capaz de sincerarse si lo miraba– pero no sé que hacer, o cómo debo comportarme. Tengo la sensación de que tú quieres algo más pero no sé que es.

 

Sasuke podía sentir el rápido latir del corazón de Naruto contra su pecho pero estaba consciente que el suyo se agitaba del mismo modo. Parecían un solo latir que los mantenía juntos. Las palabras del rubio cayeron lentamente dibujando una sonrisa tranquila en su rostro. Al fin se permitió abrazarlo acariciando su cabello mientras repartía pequeños besos en su cuello.

 

– Gracias…

 

Fue lo único que Naruto escuchó antes de sentir los labios de Sasuke sobre los suyos, agitando algo dentro de si que de nuevo lo puso nervioso, pero esta vez se aferró a él evitando huir. No volvería a lastimarlo por culpa de su actitud infantil.

 

– Te amo.

 

– También te amo –sonrió entre besos sintiendo las manos de Sasuke que recorrían su cuerpo.

 

El Uchiha sonrió cuando encontró la confirmación de sus palabras a través del brillante azul de la mirada de Naruto. Volvió a unir sus labios, esta vez con más calma mientras deslizaba sus manos por la cintura del menor.

 

Naruto mordió ligeramente su labio inferior cuando sintió las caricias de Sasuke descendiendo por su estómago hasta la cintura del pantalón. El toque de sus manos comenzó con un suave vaivén que pronto aumentó su temperatura corporal haciéndolo gemir su nombre, agitó sus caderas de manera inconsciente antes de sentir una calidez aún mayor proveniente del miembro de Sasuke.

 

Al sentirse juntos ambos dejaron escapar sonidos roncos y suaves gemidos, entrelazando sus manos sobre ambas erecciones, hasta que Naruto se detuvo pidiendo a Sasuke que hiciera lo mismo pero el moreno lo ignoró aumentando la presión mientras Naruto terminaba cubriendo sus manos con su simiente. Sasuke no tardó en alcanzarlo permitiendo que el menor dejara caer su peso sobre él. Lo sostuvo con cuidado deslizándose por la pared hasta que ambos terminaron sentados en el suelo, sus respiraciones agitadas aminoraban el ritmo mientras Sasuke frotaba la espalda de Naruto con un movimiento adormecedor.

 

– ¿Significa que si te mudaras? –preguntó con la voz ligeramente enronquecida.

 

– ¿Cómo se supone que me vaya estando así? –retó fingiéndose molesto.

 

Sasuke sonrió depositando un pequeño beso sobre el cabello rubio, sintiendo la desesperación de los últimos días desapareciendo tras una agradable sensación que se había negado a si mismo desde el momento en que supo que estaba enamorado de Naruto, sabiendo que jamás sería correspondido.

 

Ahora, finalmente podía agradecer por ese sentimiento, podía dejarlo escapar de si y compartirlo con Naruto sin temor a asfixiarlo. Después de tanto tiempo, todo estaba bien.

 

Naruto se aferró al moreno, medio adormecido por la actividad reciente pero genuinamente feliz. Sin el temor de negar sus sentimientos, ni de lastimar a la persona más importante en su vida.

 

 

FIN

Notas finales:

Si te ha gustado esta historia pasa a votar al blog de FeelGoodYaoi. Cierre de votación el día 3/01/14


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).