El lugar estaba infestado de niños correteando de aquí para allá, comiendo dulces y snack. Muchos golpeándose con espadas de espuma y otros simplemente saltando en un inflable en forma de castillo.
Algunas niñas estaban viendo al simpático payasito haciendo globos en forma de animalitos, corazones y el mejor de todos en forma de gatito. Nadie sabía cómo lo hacía, él simplemente lo hacía y muy bonito.
Mientras tanto, su compañero estaba preparando su acto de magia para los más soñadores de la pequeña fiesta. Luego de entretener a esas bestias los padres del cumpleañero llamaron a los pequeños a hacer juegos adentro y le dieron un pequeño descanso. Se lo merecían, fueron atacados, babeados, golpeados y agredidos por niños infantes de 4 a 8 años.
Caminaron hasta un garaje y guardaron todo lo que ellos habían llevado para sus respectivos actos. Taemin, el mago, camino hasta Kibum, el lindo payasito. Le abrazó por la espalda mirando por encima de su hombro, suspiro en el oído del contrario viendo como el mismo se contraía y lanzaba un pequeño jadeo, inofensivo.
- Te ves tan caliente, Ki Bummie, con ese trajecito tan estrecho.- le dio una nalgada y el otro solo se sonrojo fuertemente.
- Tae, no aquí.- dijo una vez sintió los mullidos labios de su menor en su blanco cuello, ahora dueño de unas cuantas marcas violetas.
- ¿Por qué no?- pregunto paseando sus manos por el delgado cuerpo, como le encantaba esa figura tan dulce y exquisita.
- Estamos trabajando, es una fiesta de niños, bebé, cuando vayamos a casa podemos hacer lo que quieras. Es más, dejaré que uses ese dildo que me compraste hace dos meses ¿quieres?
- Eso suena tentador, pero… ¿sabes qué?
- ¿Hum?
- No creo aguantar hasta casa, y si quieres que esos pequeños niños no me vean con una erección deberás atenderme.
- Pero…
- Vamos gatito, nadie nos escuchará si eres lo suficientemente silencioso.
El rubio con mechas coloridas se rindió, dejo que el más alto le recorriera el cuerpo con fervor. Miró curioso a la puerta principal, no había nadie y tenían el tiempo necesario para aprovecharlo en deseos lujuriosos.
- Ah…~- gimió el mismo-. No me tortures, por favor.- sus manos se apegaron a la pared, se sentía caliente y el hecho de que en cualquier momento niños y los padres de los mismos podían salir le hacían perder los estribos, aquello le había excitado de sobremanera.
- Perdón, mi sexy payasito, pero… no puedo ir más rápido, amo recorrer tu maldito cuerpo con mis manos.- declaro cuando empezó a bajar el pantalón de colores dejando esas apetitosas piernas blanca a su disposición. Empezó a recorrerlas con dedicación, subió sus manos, serpenteando hasta la camisa con puntos arcoíris. Cuando su rubio solo estaba con la camisa abierta empezó a jugar con los pezones que se estaban endureciendo al antojo de Taemin. Kibum mordía su labio inferior tratando de gemir pero su novio lo tocaba tan rico que le era casi imposible no hacerlo.
— Ahh…ohhh— sintió como su novio baja su ropa interior hasta sus rodillas y jugaba por fuera de su entrada, la cual se contraía en busca de placer. Le encantaba sentir como ese muchacho castaño le tocaba con dedicación pero, llegado a un momento, quería que se hincara en el de inmediato — Ahh… por favor… Ahh…Tae…— Sentía como los dedos de Taemin entraban y salían de su interior tocando su punto G en todas las embestidas que le regalaba. Rozaba su próstata sin detención haciéndolo gemir más fuerte aún. — Vamos… entra ya…— el menor se posiciono detrás de Kibum, inclinándolo hacia delante.
—Oh, que desesperado mi bebé — rio y perfilo su miembro en la entrada de su novio para introducirse lentamente colmando la paciencia del penetrado. — Ah bebé… cada vez está más delicioso acá adentro — dijo una vez estuvo completamente dentro del muchacho. Sus manos se sostenían fuerte de la cintura de Kibum, seguramente al día siguiente tendría marcas que delatarían todo. Fue lento, calmado y profundo, pero luego recordó donde estaban y se dedicó a masturbar a su novio e ir más profundo en él.
— Ahh…Ahh… ¡Más!... Ahh~— Se sostenía como podía de la pared mientras llevo una de sus manos a su rodilla apretando esa zona, intentando deshacerse de lo tortuoso que llegaba a ser ese estado de calentura en su cuerpo. Realmente disfrutaba hacerlo y aún más si podían ser descubiertos.
— Mghh… Ahh — Gruño Taemin al sentir que su cuerpo se sentía más liviano y su vista se nublaba.
— Ah…Ahh… Mghh… Tae…Oh, me vengo...— término de decir para despedir su esencia en la mano de su novio. Su recto se había contraído completamente en el momento de su clímax dejándolo apretado un poco más de tiempo pero lo suficiente como para que Taemin se viniera dentro de él cuando dio una de sus últimas estocadas.
Antes de poder besarse por última vez se acomodaron la ropa (dado que ninguno se había desnudado por completo y volvieron a su trabajo, cinco minutos después los niños habían salido.
Luego de media hora ambos salieron de la fiesta con un pedazo de pastel y su paga, caminaron hasta la casa.
— Kibum, caminas muy gracioso.
— No es mi culpa, te has venido dentro mío y es incómodo — hizo un puchero.
— Bien, vamos… te ayudaré a limpiarte — le guiño el ojo.