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La loca familia de mi novio por kazukichanlove

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Notas del capitulo:

Hola mis queridas lectoras. Muchas gracias por apoyar este nuevo fic. Espero que este 2014 sea un año de éxitos para todas ustedes.

Mil gracias a Anónimo, Otakunekokawaii, Kiseki_nkoi, Cyss de lincourt y anónimo-no sé si sea la misma persona-.

Les subo la primera parte de cómo se conocieron nuestros lindos tortolitos a leer. 

2 años antes

 

Desperté algo confuso y adormecido por el repentino vuelo del cual había bajado hace unos minutos. Había estado horas antes en Inglaterra trabajando en el hospital de la capital hasta que mi sensei reclamó mi presencia en Japón. Esperaba a Gino el cual ya llevaba un año trabajando en Japón mientras yo había ido a Inglaterra con la promesa de volver en un año. Gino se había ofrecido, más bien me había llamado con dos días de anticipación anunciándome que el sería quien me iba a recoger para que no hiciera planes de nada. Ahora lo estaba esperando en una pequeña banca junto con mis maletas, un café bien cargado y unos panecillos de nuez. El idiota ya se estaba tardando.

—¡¡¡SUZU-CHAN!!!

Casi me caigo de la banca por el grito tan chillón de Gino, volteé a todos lados buscando al rubio desquiciado y lo vi corriendo de manera exagerada, dejé el café y mis panecillos aun lado antes de ser preso del abrazo de oso que me proporcionaba Gino.

—¡¡¡TE EXTRAÑÉ MUCHO SUZU-CHAN!!! ¡¡TODOS LO HICIMOS!! ¡¡EL HOSPITAL  NO ES EL MISMO SIN TI!!

Suspiré correspondiendo a su asfixiante abrazo, la verdad yo también los había extrañado mucho a todos. Gino me llevó hacia su auto, un porsche 911 turbo en color azul oscuro, para llevarme a mi nueva casa- una de las mansiones de  mi familia-.

—Cuéntame, Suzu-chan, ¿Cómo te fue en Inglaterra?

—Me fue bien, Gino, no querían que me fuera de allá pero honestamente yo ya quería volver- suspiré recargando mi cabeza contra la ventana y mirando las nubes del cielo.

—Acá te extrañamos mucho, tus chicas se pondrán a chillar como locas cuando te vean- Gino rió al recordarme a ese loco par. Las extrañaba mucho a mis dos mejores amigas.

Llegamos al hospital y miré su nueva fachada, aunque no pude admirarla por mucho ya que  Gino me llevó a rastras hacia adentro del hospital, más específicamente en el ala de recepción médica, o conocida también como la “Baticueva de los médicos”. Escuché unas serpentinas y espanta suegras al abrir la puerta, después vi a todos mis colegas y las primeras en lanzarse fueron mis dos enfermeras favoritas. Después de las felicitaciones, abrazos y demás cosas, me llevaron hacia un enorme pastel de merengue en una tonalidad verdosa con varias rosas hechas de betún carmín que parecían reales, además de una dedicatoria en cursiva que decía:

Bienvenido de nuevo Suzaku

 Le di la mordida tradicional, rápidamente antes de que a Gino se le ocurriera aventarme al pastel. Mastiqué el bocado saboreándolo al instante y enloqueciéndome por el sabor: el sabor era chocolate amargo con un toque de ron. Mi sabor favorito. Me serví la rebanada más grande y aun así sobró. Ese pastel sabía a gloria y yo me llevé el trozo más grande a mi casa, donde luego de darme un baño y ponerme el pijama me acosté en mi cama saboreando el pastel. Aunque horas después me indigesté por comer tanto pastel.

 

 

Ya había pasado una semana trabajando en el hospital, me había acoplado perfectamente y mis dos enfermeras se sabían mover en este ámbito: Shirley se encargaba del papeleo y de las consultas fáciles mientras de Kallen se encargaba de las consultas difíciles y cuando entrabamos a quirófano. Hacíamos buena mancuerna entre todos y ya volvíamos a ser la familia de antes.

Pero todo cambio días después.

Estaba esperando a Gino en la recepción ya que me había pedido que lo acompañara ahí para recoger no sé qué. Me estaba exasperando puesto que tenía mucha hambre. Segundos después lo vi regresar con un bentou de tamaño grande y ambos nos encaminamos al comedor de nuestro refugio. Curiosamente, Gino siempre llevaba un bentou de ese tamaño para comer, y siempre iba a recogerlo a las 10 de la mañana, a las 2 de la tarde y a las 6 de la tarde. Y este era el de las 2 de la tarde.

Tenía mucha curiosidad por saber de la persona que le traía el bentou tan puntualmente y  porque cada platillo que venía ahí estaba sumamente delicioso, esto porque le robaba la comida a Gino cuando se distraía, y no me arrepentía. Verlo comer esos platillos con tanto placer me hacía rabiar y no sé porque, porque cuando le preguntaba me evadía con maestría. Pero esta vez no lo iba a lograr.

Habíamos terminado de comer cuando Milly llamó a Suzaku diciendo que tenía varias consultas.

—El deber llama, Suzu-chan, ¿Podrías hacerme un enorme favor- le asentí en respuesta mientras me acomodaba la bata-Tenía que ir a recoger unos panecillos a una cafetería que está cercana de aquí, como a tres cuadras. Necesito que me recojas ese encargo.

Asentí no muy convencido pero no me quedaba de otra, debía cumplir ese favor. Solo le avisé a Shirley y a Kallen que saldría un momento y que no tardaría mucho. Antes de irme les pregunté acerca de esa cafetería y del sitio exacto donde estaba. Después de ello me marché rápidamente hacia ahí, aún tenía varios pacientes por ver. No demoré mucho en llegar ahí, el lugar parecía pequeño pero en realidad estaba muy grande. Había varias personas sentadas en las mezas, el lugar parecía demasiado antiguo. Vi a un chico castaño de ojos semi rosados atender varias mesas y tomando algunos pedidos, evalué el lugar con aire crítico y caminé hacia el recibidor del lugar cuando resbalé con algo que había en el piso y patiné al puro estilo bambi llevándome en mi trayecto a cierto pelinegro de ojitos bonitos el cual llevaba un pastel recién decorado en sus manos, ambos gritamos hasta estrellarnos en la fuente decorativa del lugar. Cabe mencionar que protegí a mi ángel con mi cuerpo siendo yo la persona que me llevé la peor parte ya que terminé amoratado, mojado y con el pastel de sombrero y mi cara estaba llena de merengue.

— ¡Lo siento mucho! ¡¿Está bien?! …

Abrí los ojos notando cara a cara a Lelouch con su rostro lleno de preocupación y vergüenza, me enamoré a primera vista de él. No podía dejar de mirarlo, me había hechizado en el acto. Saboreé mis labios y notando el dulce sabor del merengue y un poco del pastel también: era de vainilla. Demasiado delicioso. Pero también estaba mi ángel del cual no podía despegar mi mirada: sus ojos, su cabello, su sonrisa, su esencia, todo en él era perfecto. Acababa de conocer al que sería el dueño de mi corazón, de mi alma, de mi vida y de mis quincenas ♥u♥.

—Creo que lo mejor será ir a un hospital, al parecer se llevó un buen golpe.

Sacudí mi cabeza mientras lo miraba de manera suave y fija, mi ángel se sonrojó suavemente mientras me ayudaba a pararme.

—Estoy bien, no pasa nada.

—T-Te ayudaré a l-limpiarte.

Mi ángel, y no me canso de decirlo, me llevó hacia un pequeño cuarto donde sacó varias toallas, unos curitas y lienzos limpios húmedos. Procedió a limpiarme todo el merengue que tenía en el rostro y la cabeza, había trozos de pastel por todo mi cuerpo, creo que hasta en mi nariz. Mi cabello quedó todo pegostioso, y mi ropa igual.

—Lo lamento tanto, mira nada mas como quedaste- El pobre aún se seguía disculpando por lo ocurrido aunque quien tenía más culpa era yo.

—Soy yo el que debería disculparse, arruiné tu pastel, el cual por cierto está delicioso.

Él se sonrojó por el halago mientras me quitaba una cereza que tenía en la cabeza y una flor de betún que estaba embarrada por mi cuello. Estaba totalmente enamorado de esta belleza. Tenía que saber todo de él, absolutamente todo.

—¿Puedo saber tu nombre? ♥u♥

Le solté sin pensarlo realmente, hasta yo me asusté con mi propia pregunta. ¡¿Cómo podía arruinar mi única oportunidad?! Tal vez ahora pensaría que soy un acosador.

—Me llamo Lelouch vi Britannia ^u^- su sonrisa me derritió por completo y casi me pongo a babear por la ternura que Lelouch estaba destilando-y ¿Puedo yo saber el suyo?

—Sí, mi nombre es Suzaku, Suzaku Kururugi- tu futuro esposo ♥u♥. Rayos ya empezaba a fantasear. Tanto juntarme con Gino me estaba haciendo daño: ya se me estaban pegando sus mañas pervertidas. Tomé su mano para darle un suave apretón, la cual Lelouch me estaba ofreciendo, y al momento tuve una sensación extraña y novedosa.

—¿Suzaku? ¡Oh, ya sé quién eres! Eres el chico al cual le hice el pastel hace un par de semanas, eres el mejor amigo de Gino onii-san.

Al escuchar lo último me congelé al instante, como si algo muy pesado y frio cayera sobre mí. Una ira justificada estaba creciendo en mi interior la cual me clamaba por asesinar a ese rubio desgraciado mal amigo. Lo iba a matar. Maldito infeliz. Pero no podía comportarme de esa manera frente a Lelouch, pensaría que estoy demente. Así que primero a lo primero: iba a conquistar a mi ángel y luego mataría a su estúpido primo.

—Sí, ese soy yo, je. Estuvo delicioso el pastel, muy delicioso.

—Me alegra que te haya gustado- de nuevo ahí estaba su sonrisa, me estaba conteniendo para no saltarle ahí mismo. Escuché mi localizador emitir su alarma y de inmediato lo quise pisar hasta hacerlo polvo por arruinarme el momento.

—Rayos, debo irme Lelouch, fue un gusto haberte conocido y el pastel que te arruiné corre por mi cuenta- pude ver en sus ojos un leve rastro de decepción pero luego volvió a sonreir de esa manera que me volvía loco.

—Igualmente, Suzaku-san, debo entregarle un encargo para Gino onii-san.

Ambos nos encaminamos hacia el mostrador, creo que su ayudante ya había limpiado el desastre del pastel porque el lugar estaba impecable, donde Lelouch me entregó una pequeña canasta con panecillos. El maldito localizador volvió a sonar y me juré que lo aplastaría.

— Nos veremos luego Lelouch.

—Está bien, Suzaku-san, vuelva pronto.

Ese vuelva pronto me mandó al cielo derechito y sin escalas, le asentí como idiota y salí del lugar con una sonrisa de idiota enamorado. Caminé con esa cara por todo el trayecto comiendo unos cuantos panecillos hasta llegar al hospital donde me encaminé hasta el refugio y ahí estaban prácticamente todos.

—Suzaku-san, ¿Qué te pasó? ¿Por qué tienes merengue y chocolate en la cabeza y ropa? ¿Te peleaste con un pastel o qué?- Kallen me movía y movía sin lograr una respuesta de mi parte- ¿Suzaku-san? ¿Por qué sonríes como un idiota? ¿Qué te pasó?

—Acabo de conocer a mi futuro esposo ♥u♥- suspiré de manera soñadora logrando que todos gritaran de manera exagerada.

— ¿Por qué gritan? ¿Qué te pasó Suzu-chan?- me volteé de manera amenazante hacia Gino el cual había llegado ya, sin perder ningún minuto me le lancé tacleándolo y mirándolo con un aura amenazante y macabra.- ¿Suzu-chan? ¿Qué te pasa?

—Gino, eres un jodido mal amigo…¡¡¡ ¿POR QUÉ DIABLOS NO ME DIJISTE QUE TENÍAS UN PRIMO?!!!

Lo agité como  si fuera una muñeca de trapo hasta dejarlo mareado de tanto movimiento. Mis enfermeras trataban de separarme de él pero no podían, estaba dándole su merecido por idiota. Después de un buen rato, que me calmé, lo solté y ahora lo tenía bajo amenaza. Los demás habían salido a sus  deberes y solo estábamos él y yo.

—Veo que ya conociste a Lulu-chan, Suzu-chan, ¿A poco no es una lindura?- rió Gino comprendiendo mi razón de enojo para con él mientras se acomodaba el cabello que le había  despeinado y la ropa se la había desacomodado.

—Es una belleza- ah, no, no me iba a cambiar de tema- ¿Por qué no me dijiste que tenías un primo, tarado?

—Se me había pasado decirte, Suzu-chan, no me mates- Gino  retrocedió hasta la pared donde lo había arrinconado- ya lo conociste, aunque creo que no de una buena manera.

—Idiota, resbalé al llegar y le tiré un pastel, que por cierto está bien bueno- agarré de las solapas a Gino alzándolo y mirándolo de manera macabra- Tienes que decirme todo de él, Gino, o te patearé el trasero con el Lancelot Albion. Y sabes que no miento y que tan macabro soy con el Lancelot.

—Su nombre es Lelouch vi Britannia, tiene 21 años, mide 1.76 m de estatura, su cumpleaños es el 5 de diciembre, es chef, tiene esa cafetería la cual también es repostería, su comida favorita es de toda no le pone pero a nada, le encanta salir a pasear y su pasatiempo favorito es leer y también cocinar, le encantan las rosas y las azucenas, los chocolates y las frutas frescas, la música clásica y la instrumental, de preferencia el violín y el piano…

Hice literalmente cantar a Gino de todo lo que quería saber, y vaya que le saqué muchas cosas acerca de Lelouch. Lo interrogué por varios  minutos hasta que me sentí satisfecho.

—A todo esto, Suzu-chan, ¿No me digas que te enamoraste? ¿La visión de Lulu-chan te nubló los sentidos?

Suspiré recargándome en la ventana tratando de mentalizar bien la respuesta, pero cada vez que lo hacia la imagen de Lelouch acudía a mi mente. Rayos, no podía quitármelo de la cabeza.

—Solo sé que esto no es algo efímero, Gino, no es algo pasajero. Al verlo, algo dentro de mí se encendió, fue una sensación extraña que no puedo describir, que no puedo explicar. Nunca antes me había pasado con alguien, pero no puedo dejar de pensar en Lelouch, no puedo dejar de pensar en su mirada, en su voz, en su sonrisa…

—¡Para ya! Ya no digas más, ya te entendí: estás enamorado hasta las chanclas de mi primito-Rió Gino suspirando sonoramente y dándome una mirada seria después- Suzu-chan, sino fueras mi amigo, te patearía el trasero con mi Tristán- le miré feo por ello y por copiarme mi método de castigo y él se alzó de hombros- ¿Qué?  Lulu-chan es mi único primo doncel y tengo el deber de velar por su bienestar en ausencia de su familia. Porque te conozco perfectamente, y no en vano nos conocemos desde hace muchos años, sé que eres un hombre de bien y eres el hombre ideal para mi Lulu-chan. Porque con tanto idiota suelto por ahí, no quiero que mi primito caiga en las garras de cualquier pervertido.

—Gracias por el apoyo Gino- Gino me sonrió para después darme un abrazo de oso que me dejó sin aliento.

—Además de que ya me había mentalizado a que  seriamos familia Suzu-chan. Ahora ve a darte un baño porque si sigues así, las enfermeras se te lanzaran como moscas a la miel.

 

 

 

Después de conseguir la aprobación de Gino, que se sentía el papa de Lelouch, pero eso que ni qué. Ahora estaba yendo de camino a la cafetería de Lelouch con un ramo de rosas en compensación por lo de su pastel. Ya iba más presentable y también nervioso. Al llegar vi únicamente a dos chicas en una meza mientras que el ayudante de Lelouch las atendía, a él no lo vi por ningún lado hasta que lo vi salir con merengue en su ropa y cara, llevaba un enorme pastel de bodas en un carrito y al parecer estuvo decorándolo por un buen tiempo ya que se veía agotado. Dejó el carrito aun lado y se sentó en una silla pequeña que estaba cercana, esta es mi oportunidad. Me acerqué  con cuidado hasta donde Lelouch estaba y apareciendo a su vista.

—Hola Lelouch.

—¡¡Waaa!!

El pobre se espantó y se cayó de la silla, dejé el ramo en una meza desocupada y me acerqué para levantarlo mientras me veía por un espejo que estaba por ahí. ¿Estaba feo o tenía algo en la cabeza para que se haya espantado?

—¿Te encuentras bien? ¿No te lastimaste?

—E-Estoy bien, Suzaku-san, me sorprendió eso es todo- lo ayudé a levantarse y noté que sus mejillas estaban algo sonrosadas, se veía tan lindo con las mejillas así ^o^- Estoy un poco distraído, ya que estuve preparando y decorando un pastel de bodas.

Me señaló al mencionado y vi que de plano Lelouch se había lucido y esforzado muchísimo en el decorado: el pastel era de siete pisos y los detalles estaban finamente hechos. Vi a los muñequitos del pastel los cuales estaban en la cima y por un momento les vi los rostros de Lelouch y mío. Sacudí mi cabeza y recordé el ramo que tenía que darle, lo tomé del lugar donde lo había puesto para dárselo a Lelouch el cual al verlo se puso tan rojo como las cerezas que adornaban al pastel.

—Espero que te gusten.

—E-Están muy hermosas, m-muchas gracias, no t-te hubieras m-molestado n////n- tartamudeó mi ángel tomando las rosas y oliéndolas, su carita sonrojada no tenía precio ♥u♥.  Lelouch fue a ponerlas en un florero con agua cerca del mostrador mientras me sentaba en una meza cercana a donde estaba él. Su ayudante se aproximó a él y le dio unas cuantas bolsitas, Lelouch le asintió sonriéndole y se acercó a mí con un menú de tamaño mediano para  entregármelo pero su ayudante se le adelantó.

—Sempai, usted siéntese con su invitado mientras yo los atiendo- este niño me empezaba a agradar jejeje.

—P-Pero Rollo…

—No se preocupe, sempai, usted debe descansar. Llevaba horas adentro preparando ese pastel y se merece un descanso.

El chico, Rollo, lo llevo a empujones hasta que lo sentó en la silla frente a la mía, en definitiva el chico me agradaba ahora. Lelouch suspiró con una sonrisa mientras me miraba de manera tímida, le correspondí a su mirada junto a una pequeña risilla.

—De acuerdo Rollo, tráeme por favor una malteada de chocolate y un trozo de pastel de vainilla. ¿Qué pedirá usted, Suzaku-san?

—Yo quiero una rebanada de pastel de chocolate y una malteada de vainilla.

—Enseguida los traigo.

El chico salió rumbo a cumplir los pedidos y Lelouch y yo nos quedamos solos, me encontraba ahora pensando en que podría decirle a Lelouch para no quedarme como un tonto.

—¿Cómo se conocieron Gino onii-san y usted, Suzaku-san?

No pensé que mi ángel tomara la iniciativa tan rápido pero bueno, ahora debía continuarle.

—Nos conocimos en el internado de la nueva Britannia, cuando ambos teníamos diez años: yo me encontraba perdido debido a que estaba en un país desconocido era obvio que no tenía amigos, pero Gino fue el primero, de hecho fuimos compañeros de habitación durante todos nuestros estudios. ¿Dónde estudiaste, Lelouch-san?

—Solo Lelouch está bien, Suzaku-san, bueno yo estudié en el colegio de la capital de Britannia, y asistí a la universidad ahí mismo. De hecho no tengo mucho tiempo viviendo aquí en Japón.

—¿Ah no? ¿Y eso porque? Claro si no soy muy entrometido.

No quería meter la pata tan pronto pero la dulce sonrisa de Lelouch me lo negó al igual que lo hizo con su cabeza.

—No lo es, Suzaku-san, lo que sucede es que estoy aquí en Japón debido a que hace poco tiempo sufrí un intento de secuestro- Rollo-kun había traído nuestros pedidos y yo casi me caigo de la silla. ¿Un intento de secuestro? ¡¿Por qué ese idiota mal amigo no me lo ha dicho? ¬¬** -tenía un pequeño negocio en Britannia después de haberme graduado, no era tan grande y apenas estaba empezando. Salí del negocio esa noche y quise irme a casa caminando pero no noté que alguien me estaba siguiendo, únicamente sentí cuando alguien me tapó la nariz y la boca con un pañuelo y no recuerdo más. Desperté en el hospital con mi familia muy preocupada, por fortuna una pareja pasaba por ahí y evitaron que me secuestraran y fueron ellos los que me llevaron a un hospital, lograron atrapar a mi agresor y lo hicieron confesar: resulta que unas personas querían vengarse de mi padre porque estaban haciendo unos negocios sucios y mi padre los mandó encerrar debido a que mi padre es el gobernante actual de Britannia y prácticamente toda mi familia está involucrada en la política excepto yo. Mi familia lo pensó y decidió que yo estuviese lejos hasta que la situación se mejorase puesto que yo era el blanco y motivo de venganza de ellos. No puedo mantener contacto con ellos más que limitadas ocasiones, solo unas cuantas veces  al año, ni puedo verlos ni ellos a mí.

Me dolió ver su cara tan triste, no me gustaba ver esa expresión en él, me hacía sentir mal. Quería confortarlo, abrazarlo, hacerlo sentir mejor. Sin poderlo evitar, alcancé su mano que reposaba en la meza para darle un suave apretón.

—Te comprendo, Lelouch, sé que es muy difícil separarte de tu familia, y más por las circunstancias que tuviste que pasar, pero a pesar de que nos conocimos hace apenas unas horas- reí un poco al recordar nuestro primer encuentro al igual que logré que Lelouch riera un poco-quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea, no estás solo en esta ciudad, ahora cuentas conmigo.

—Muchas gracias Suzaku-san.

Estuvimos  hablando por horas y horas sin parar acerca de todo lo posible, no me cansaba ni me importaba, me tenía hipnotizado. Claro, hasta que tuvo que cerrar el lugar. Me quedé con él luego de que su ayudante, Rollo-kun, se fuera a su casa. Le ayudé a cerrar su cafetería y ya estaba por despedirme de él hasta que  se me ocurrió una fantástica idea xD.

—Te llevo a tu casa, Lelouch.

Lelouch por un momento se quedó estático y hasta rojo negando nerviosamente.

—N-No es necesario, Suzaku-san, p-puedo pedir un taxi.

Tartamudeó nervioso y moviendo sus manos constantemente, aunque no iba a dejarlo que se fuera solo: ya estaba muy oscuro y además las calles estaban un poco solitarias.

—De ninguna manera, no puedo permitir que te vayas tu solo.

Después de muchos intentos de persuasión para que no me molestara, según Lelouch, aceptó. Caminamos hasta mi auto y nos subimos, Lelouch me indicó la dirección de su casa y resulta que vivía  a unas cuantas cuadras de donde yo vivo.

Su casa es pequeña: es de dos pisos y estilo inglesa en color azul claro, como si fuese una cabaña, con un pequeño jardín y un bonito balcón. Lelouch bajó del auto y yo también mientras lo acompañaba a su recibidor.

—Listo, sano y salvo.

—Muchas gracias Suzaku-san por molestarse en haberme traído.

—No es molestia, Lelouch.

Ambos nos sonreímos, aunque Lelouch estaba más rojo que una manzana de temporada, sin decirnos nada más como si no quisiéramos que el tiempo pasara. Y después Lelouch, sin previo aviso, plantó un suave beso  en mi mejilla para después ponerse más rojo de lo que estaba y yo puse una cara de idiota enamorado.

—H-Hasta pronto S-Suzaku-san.

—Hasta pronto Lelouch.

Lelouch se metió a su casa con una sonrisa y yo me metí a mi auto con una más grande. Esa noche dormí sonriendo hasta que al día siguiente me dolió el rostro y las mejillas.

 

 

A los pocos días, llegué al hospital en la mañana y vi en la recepción dos cajitas medianas de bentou y Gino ya estaba recogiendo la suya junto a sus dos enfermeras. Al verme llegar me sonrió como el gato de Alicia y emitiendo una risa al estilo del guasón.

 —Suzu-chan, al parecer alguien dejó algo para ti.

Le miré extrañado y noté bien que la otra cajita de bentou tenía una notita con mi nombre: al parecer Lelouch la había dejado para mí. No pude evitar sonreir como idiota hasta que llegaron los demás colegas junto a mis enfermeras.

—Suzaku-sensei, ¿Quién le dejó un bentou de almuerzo?- Shirley daba brincos para tratar de ver la nota pero yo la escondía hábilmente sin contar que Kallen me la quitara y la leyera antes de que pudiese recuperarla.

—Mmm el susodicho en cuestión se llama Lelouch… ¡¿Lelouch?!

— ¿Lo conoces, Kallen?- Anya cuestionó con  su tono de voz monótono y tomando la nota. Yo tenía infinidad de tics mientras evitaba que Lloyd tratara de robarse mi almuerzo.

—Por supuesto,  es el dueño de la cafetería de la sexta avenida, donde compro mis volovanes y pastelillos de crema. Cocina delicioso y además es muy lindo *u*.

Todos me empezaron a ver con miradas sospechosas de todos ellos y las chicas no se detuvieron para hacer su exclamación del día haciendo memoria y recordando a quien les había mencionado: ya que habían hecho las correctas suposiciones de que la persona que les mencioné ese día y Lelouch eran la misma persona.

—¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! ¡¡Qué lindos!!

—¡¡Ya no  fastidien!!

 

 

Bueno, yo seguí en mi plan de conquista habiendo pasando casi dos meses: en mis horas libres iba a la cafetería a visitar a Lelouch y de paso a tomar un buen café, el cual por cierto lo hacía demasiado delicioso, y también nos preparaba los bentou a Gino y a mí; a veces me acompañaban Kallen o Shirley, o incluso todos para espiarme, para ver por quien suspiraba en mis estadías en el hospital.  Gino incluso me dio una fotografía de Lelouch la cual siempre llevaba en mi cartera y la veía a todas horas.

Una tarde iba de regreso a mi casa, mi turno ya había acabado y decidí ir a visitar a Lelouch en su cafetería. Habíamos llegado a tener una bonita amistad al principio, no quería ir muy rápido con Lelouch para no presionarlo y hacerlo huir. Llegué y vi a Rollo-kun atendiendo el mostrador y no vi a Lelouch por ningún lado.

—Hola Rollo-kun, ¿No está Lelouch?

—Hola, Suzaku-san, sempai no está: salió por unos ingredientes a la ciudad vecina. Se fue hace un par de horas así que ya debe estar de regreso- Rollo-kun me extendió una taza de café humeante-pero me dejó indicado que lo atendiera bien.

Sonreí aunque no de la misma manera, la verdad quería ver a Lelouch además de que quería invitarlo a salir: había un pequeño concierto de violines en el teatro de Tokio y ya tenía reservados los boletos.  Bueno, si Rollo-kun dijo que se fue hace horas, así que me iría a casa para arreglarme y vendría por Lelouch mas tarde.

—Rollo-kun, ¿Me harías un gran favor?-  él me asintió de inmediato, de hecho Rollo-kun me estaba ayudando a conquistar a su lindo jefe xD- Por favor, dile a Lelouch en cuanto esté aquí que se arregle, lo llevaré a ese concierto de violines que mencionó el otro día.

— ¡Eso es genial, Suzaku-san! ¡Sempai estará muy feliz de ir con usted!

— ¿Estás seguro, Rollo-kun?- quería cerciorarme que no estaba soñando. Rollo-kun me guiñó un ojo mientras reía levemente.

—He visto como sempai ha estado más alegre desde que lo conoció: lo noto más feliz, más lleno de vida.  Sé que sempai también tiene sentimientos fuertes por usted, se lo digo porque lo he visto.

Eso me alegraba de sobremanera, el saber que Lelouch sentía algo por mí me hacía feliz. Bebí mi  café y me marché a casa con ese pedido hacia Rollo-kun, debía estar listo para antes de que Lelouch llegara. Iba manejando a casa de manera lenta disfrutando un poco del paisaje. Debía pensar muy bien si quería decirle mis sentimientos a Lelouch, pero a la vez me lo pensaba ya que era muy poco el tiempo.

Me detuve a orilla de la carretera y salí al borde de esta, tenía que pensar muy bien y lo que haría después. Suspiré mirando hacia alrededor como si haciendo eso pudiese despejar mi mente. Hasta que algo captó mi atención. Había un auto vereda abajo en malas condiciones: había tenido un accidente. A lo lejos de la carretera vi las marcas de llantas y  al ver el frente del auto supuse que lo habían impactado de frente. Envié un mensaje rápido a Gino pidiendo una ambulancia por los heridos que pudiese haber mientras bajaba con cuidado por la vereda para ayudar a los posibles heridos. El auto estaba algo lejos y el terreno era algo difícil.

Al ver el auto, se me hizo muy familiar puesto que ya lo había visto antes, se trataba de un BMW deportivo color azul claro; caminé lento para verlo más de cerca y al irme acercando el miedo me empezó a embargar de inmediato: el auto pertenecía a Gino. Pero Gino había estado conmigo hace escasas horas y un recuerdo me dejó en shock al momento en que empecé a correr de manera desesperada y con un terrible presentimiento.

 

—Gino, que raro que  vengas a pie.

Le dije a mi rubio tonto amigo que venía a pie efectivamente, eran  casi las tres de la tarde y Gino había pedido permiso para salir. Estaba yo afuera del hospital ya que había recibido una llamada de mis padres y salí para poder hablar con privacidad.

—Sí, sé que dije que no me separaría de mi bebé, pero es por una buena causa- empezó Gino mientras ambos nos encaminábamos hacia adentro del hospital- Lulu-chan me pidió prestado el auto y no pude decirle que no. No recuerdo que dijo que iba a hacer pero que me lo devolvería en un par de horas.

—¿Lelouch sabe manejar?

—Claro, es un conductor muy responsable. De hecho, tengo que ver lo de su auto: mi oji-sama, el papá de Lulu-chan, me envió un jugoso cheque para que le comprara un auto para su hijo. Y tú, Suzu-chan, me acompañarás un día de estos por él.

 

 

El terror me invadió mientras sentía que el alma se me iba a los pies, las lágrimas inundaron mis ojos en un instante al ver a la persona que estaba en el auto: estaba inconsciente y herido de gravedad.

—¡¡¡LELOUCH NO!!!

Notas finales:

¿Qué les pareció el cap? No me maten, recuerden que esto es solo un recuerdo jejeje. Dejen reviews porfa. Les prometo que en la continuación habrá mucha pero mucha miel. No tardaré en hacer el próximo cap, nos leemos probablemente antes del viernes.

Próximo cap: El comienzo de Suzaku y Lelouch parte 2


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