En agradecimiento por la alianza entre los países Pendragon y Alcahala queremos invitarle a usted y a su familia a la gran boda de mi hijo, Zhang YiXing con la duquesa de Sunterra Park Seon Yong, esperamos con ansias su visita, sin más que decir los espera con los brazos abiertos el país de Pendragon.
Eso decía la carta que sostenía JoonMyun, se la había dado su padre la noche anterior intentando darle tiempo para pensar su respuesta.
Un suave golpe se escucho en la amplia habitación sacándole de sus pensamientos, ideaba una mentira para no asistir a aquel evento, era algo tan falso, completamente en contra de lo que él quiere para su vida, por un momento se lamento por YiXing, aunque no lo conocía no le gustaría que nadie viviera tal farsa, fingir amor debería ser un pecado.
-Pasa- dijo fuerte y claro para que llegará a los oídos del anciano hombre
-¿Cómo estás?- su padre jamás se preocupaba por él, sabía que solo quería hacerlo sentir en confianza.
-iré- respondió fríamente, se levantó de la cama y dejó en la mano de su padre aquella invitación.
-me alegra que comiences a ser responsable, sabes que con esto podremos encontrar a alguien indicado para ayudar la situación del país-respondió su padre con felicidad, él solo rodó los ojos con frustración.
-no, no lo hago por eso, simplemente quiero ver como es una boda arreglada, quiero darme una idea de cómo fue la boda de mi hermano- su padre se acercó a él y posó una mano en su hombro.
-no es tan malo JoonMyun, Siwon es feliz- no podía, no podía seguir escuchando esa mentira cada vez que su hermano era nombrado, simplemente no podía aceptar que su vida tenía que ser dictada por el bienestar de mucha gente que él no conocía, no es que fuera egoísta, en todo caso los ciudadanos que exigían más felicidad dando a cambio la felicidad de él era egoísta. Soltando un largo suspiro salió de la habitación
-quita esa cara, cariño- le dijo su madre dando un suave rose en su mejilla.
-lo siento- trato de sonreír, pero aunque quisiera no podía parar los escalofríos que sentía desde que salió de casa, estaba nervios aun sin ser su boda.
-majestades, llegamos- anuncio el conductor haciendo que JoonMyun sintiera sus manos empaparse con sudor, se sentía incomodo con aquel traje negro, pero de cierta manera ya se había acostumbrado a vestir así, dio una gran inhalada de aire.
El castillo era hermoso, completamente blanco, un gran cuadrado rodeado de torres rectangulares que casi alcanzaban el cielo, en la puerta de aquel castillo el nombre del país de color dorado, en los ventanales en forma de flor dispersos por todos lados se parecía ver una luz dorada, para él era como un punto de luz en medio de una noche obscura, lástima que la ocasión no fuera la mejor.
Al bajar del carruaje negro se encontraron con dos personas, el rey y reina de Pendragon, él señor era alto, de piel pálida y una gentil sonrisa, por el brazo sostenía la mano de su esposa de cabellos dorados, ojos con un brillo particular y al sonreír se veía un delicado hoyuelo en la suave piel de su mejilla.
-me alegro que hayan aceptado la invitación y mejor aun que el príncipe pudiera venir- la voz del rey era suave, te hacía sentir cómodo
-lamento no haber venido anteriormente- dio una reverencia y se enderezó para dedicarle una sonrisa al rey.
-lo importante es que está aquí en esta celebración tan importante para nosotros, los invito a pasar y sean bienvenidos- tanto el rey como la reina dieron una reverencia.
El lugar estaba repleto de gente, vestidos con trajes de distintos colores, dependiendo del color del país al que pertenecían, las damas con vestidos apompados al igual que los hombres representando a su país con el color, pero al final de cuentas todos desconocidos para él.
A excepción de unos cuantos –que bueno verte, pensé que ya le tenías miedo a la gente- comentó el chico alto de cabellos miel, SeHun era su nombre según recordaba, vestía un traje beige perteneciente al país vecino de Alcahala; Wairen.
-hola, no les tengo miedo simplemente no había tenido tiempo, es bueno verte no nos vemos desde hace ¿qué? ¿Cuatro años?- sonrío, ambos estrecharon sus manos y aprovechando que sus padres los habían dejado solos se dieron un ligero abrazo.
-cinco, pensé que sabias contar los soles de tu ventana, bueno como sea ¿conoces al desafortunado?- ya recordaba por que le agradaba tanto, ambos tenían ideas muy parecidas, aunque SeHun era un chico egoísta a comparación de él sin embargo la palabra egoísta al igual que perfección eran muy inciertas
-no ¿tú sí?- el otro negó con la cabeza-los veremos más tarde- ambos le restaron importancia al asunto y siguieron conversando de trivialidades.
-oh mira allí está LuHan, ahora vuelvo- el chico prácticamente corrió hasta un chico con traje rojo.
Aprovechando que estaba solo y todos lo ignoraban caminó sin rumbo alguno, después de unos minutos de vagar saludando a desconocidos que le sonríen llegó a la puerta que daba a uno de los tantos jardines que tenía el enorme castillo, en medio de este había un pequeño quiosco de color blanco haciendo juego con toda la estructura, estaba rodeado de ligeras fuentes que sobresalían del suelo en forma de pequeñas esferas de piedra, caminó hasta ahí y se quedó en medio observando el enorme jardín lleno de tulipanes.
Un pequeño suspiro lo saco de sus pensamientos, volteó hacia el origen de sonido y se encontró con un chico de cabello café claro, piel pálida y ojos observando el suelo, el chico iba sumergido en sus pensamientos que no le prestó atención, o eso quiso pensar para no sentir que lo habían ignorado completamente. El chico en cuanto subió caminó unos pasos a la derecho y recargó suavemente su mano en el balcón.
-¿estás nervioso?-JoonMyun se regañó a si mismo internamente por hacer una pregunta tan tonta al protagonista de la boda, bueno eso supuso por el color blanco del traje
-pensé que estaba solo, lo siento- dijo una voz tranquila sin apartar la vista del suelo, el otro chico se acercó y se paró a su lado- sí, estoy nervioso, ni siquiera la conozco, nunca he hablado con ella- el de traje negro se enojó por sus palabras, sabía que las bodas arregladas solo traían tristeza.
-te mantendré distraído hasta el momento que nos digan que debemos entrar- le sonrió pero el chico seguía sin levantar la vista.
-suena buena idea, muchas gracias-sonrió aun viendo el suelo-¿podrías decirme cómo te llamas y de dónde eres?-
-mi nombre es Kim JoonMyun y mi país lo sabrías si levantaras la vista y me miraras- se comenzaba a enojar la actitud del otro- ¿o eres demasiado tímido como para verme a los ojos? Realmente odio cuando la gente no me ve a los ojos cuando hablamos- el otro soltó una suave risa
-dudo que puedo reconocerlo aun si levantó la vista- respondió suavemente, el otro frunció el ceño- y perdona si te hago enojar, por favor se paciente conmigo- con esas palabras el otro se sintió mal consigo mismo por exigirle algo al otro aun sabiendo que no era el mejor momento.
-te mostraré algo, mira hacia enfrente- el otro lentamente subió la mirada, con un movimiento de manos de JoonMyun el agua comenzó a hacer hermosas figuras representativas de su país, aunque con el control del agua bastaba para saber su procedencia, en cuanto terminó regreso el agua a su posición inicial y miro al otro esperando una reacción, el enojó regreso a él al no ver ni siquiera una ligera sonrisa en aquel rostro que le parecía hermoso.
-¿qu…qué hiciste? ¿Me salpicaras con agua?¿te fuiste, JoonMyun?- ¿Cómo podía preguntar tal cosa teniéndolo a un lado
-n…no, no me he ido-tartamudeo por la sorpresa- ¿tú…-iba a preguntar pero el otro lo interrumpió
-¿no veo? La respuesta es sí, no veo desde que nací- sonrió un poco- ¿me puedes mostrar otra vez lo que hiciste pero en mi mano?-el otro sin pensarlo tomó la mano que YiXing le extendía y comenzó a hacer figuras con agua, no las mismas que las anteriores ya que eso le costaría trabajo a YiXing tocar, cosas simples como flores, terminó haciendo un pequeño ratón que corrió desde la palma de la mano cálida hasta la mejilla pálida de YiXing, rió al sentir el agua-wow eres grandioso, debes ser de Alcahala- dijo tomando la mano del otro
-sí, así es- JoonMyun entrelazó sus dedos con los de YiXing
-¿es curioso, no? Ser el príncipe del reino de Pendragon, el reino blanco de la sanación y ser ciego-
-curioso- simplemente dijo mirando el perfil de otro, sin pensarlo con su mano libre volteó el rostro del chico para mirarlo de frente-eres realmente hermoso- el otro se sonrojó.
-¿tan hermoso como para que me saques de esta pesadilla?- preguntó YiXing dejando escapar una lagrima, esa lagrima que amenazaba con salir desde que le comunicaron de su boda.
-tan hermoso como para causar una guerra por ti- rosó con su palma la mejilla del otro como su mamá lo hacía cada vez que intentaba tranquilizarlo.
Se acercó un poco al rostro frente a él, sabía que las consecuencias de rosar sus labios con alguien que no fuera su esposa (so) era un pecado y ser un pecador tenía su condena, aun sabiéndolo no se detuvo acortando la poca distancia entre ambos besando esos delicados labios, YiXing sonrío dentro del beso rodeando el cuello del otro con su brazo libre mientras su otra mano seguía tomada con la de JoonMyun. Ambos deseaban liberarse de esa manera, aun sin amarse realmente pero el tiempo haría que eso cambiara.
Aquella noche carente de luna y de estrellas ambos huyeron.
-hola, amor- Suho se acercó a su esposo que estaba sentado en la sala mientras escuchaba música
-hola, cariño- el otro sonrió al sentir los labios del otro sobre los suyos, como había sido desde hace miles de millones de años, dejaron de contarlos desde hace mucho, más bien dejaron de contar el tiempo desde que se hablaron por primera vez.
Lay se levantó del sillón y fue a hacia la cocina, conocía a la perfección su casa-tengo buenas noticias- comentó el mayor entrando detrás de su esposo y manipulo el agua de una jarra llenando un vaso frente a él, bebió por completo el liquido para evitar que su voz temblara al decir la noticia, se paró frente al otro que miraba en su dirección, lo tomó con delicadeza de la cintura y lo alzó un poco al decir-conseguí los papeles para tu operación- Lay soltó una risa de felicidad para agacharse un poco y besar los labios del otro
-eres el mejor JoonMyun, te amo demasiado, no sabes cuánto te lo agradezco, te amo, te amo, te amo- en cuanto Suho bajó a Lay se abrazaron fuertemente
Ambos eran pecadores, sí, fueron condenados a la vida eterna sin embargo ambos eran felices de tenerse el uno al otro; para ellos el tiempo hacia su amor más grande.
Ambos eran inmortales pero un cuerpo siempre iba a ser un cuerpo; al igual que un sentimiento