Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como en la vida real. por InuKidGakupo

[Reviews - 385]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Wow, tuve que esperar mucho para poder decir sus nombres. Salió corto, al menos más que los demás, extrañaba la perspectiva de Vegeta. Espero les guste… y al fin trae lo prometido jejeje…

-¡Es un gusto tenerte de vuelta! Han pasado años…- comentó Mr. Aracne, mirando al alto hombre frente a él.

-Sí, lo sé… he venido a acompañar a mis hermanos, y de paso a divertirme con ellos – respondió, cruzando su pierna y mirando al frente con esos ojos potentes y azules que cargaba.

-¿Ah, sí? Eso significa que nos estaremos viendo…- afirmó, mientras servía más licor en la copa, pero el joven hombre negó un poco, moviendo en su mano el suave líquido.

-No lo sé, me gustaría buscar algo ya que he vuelto a Japón… recordar los buenos tiempos – Mr. Aracne entendió a qué se refería, mirando a su invitado beber más licor.

-¿Ya no te gusta el trabajo, Spider? – cuestionó intrigado, y el sujeto suspiró hondo, dejando con cuidado el objeto de cristal sobre la mesa baja frente a ambos.

-No es eso, es solo que quiero algo un poco distinto, me hago viejo, ¿sabes? – ambos rieron un poco, pero el joven hombre de ojos claros paró, meneando un poco más la copa en su mano. –Creo que será divertido… el trabajo se escucha prometedor… tal vez pueda encontrar ´algo´ ahí mismo – miró al frente, más allá del marco de la ventana.

-Y cuéntame, ¿Cómo se llama ese programa, eh? – lo miró y el muchacho volvió su vista a él.

-Dragon Ball… Z- respondió, y a Mr. Aracne le temblaron las manos un momento.

-He oído hablar de eso antes… y la coincidencia me impresiona…- sonrió con malicia, y el alto muchacho se intrigó de inmediato. –Solía tener un agente en ese programa… justo ahora trabaja ahí su reemplazo… Jumping*… es un pelón bajito…- el joven hombre sonrió ante eso, cruzando sus manos al frente y viajando sus ojos azules de nuevo a la ventana.

-Vaya que es interesante… parecen tener un serio problema entonces…- comentó. –Ojalá y así sean todos, así no podría aburrirme…- de nuevo esa sensación oscura recorrió sus facciones.

-No creo que pase… si te topas con un tal Goku, créeme, será todo menos aburrida…- la simple referencia hizo feliz al chico, ansiaba encontrarse con aquel tipo, con todos los tipos, que show montaría ahí, sonaba realmente interesante. Y algo le decía que encontraría a quien estaba buscando.

-----------------

-¿Y luego? – preguntó, y Mio se acarició la frente harta de tantas preguntas y cuestiones y tener que responder cada una de ellas aunque ni siquiera tuvieran relación con los que estaban ahí.

-Luego les avisa sobre los androides y todos huyen a entrenar…- respondió ya sin detalles. -¿Acaso no leíste el guión? ¿El resumen? ¿El manga? ¡¿La maldita adaptación que hicimos?! – gritó exasperada, y todos ahí miraban divertidos.

-Bueno… no muy bien… creo que entiendo mejor si tú me lo dices…- continuó Yamcha en su tonto intento de ligar, de lo cual, por cierto, Mio no se había dado colores. –Dime, ¿Qué pasa después? – La chica volvió a suspirar con más calma, mirando al joven muchacho y dándole una cálida sonrisa.

-Y luego te mueres – le dijo tajante, golpeándolo con el libreto en el pecho y alejándose a grandes zancadas de ahí. Los espectadores comenzaron a reír, y al joven no le quedó más que fingir leer sus guiones.

-Eso le pasa por idiota – comentó Goku, bajando de nuevo sus lentes negros y reacomodándose en su silla. Vegeta arqueó una ceja ante el comentario, mirándolo aun incrédulo, sin poder creer que ese patán que veía a su lado había sido el mismo tipo empalagoso y acosador con el que había formalizado algo.

-Bueno, creo que Mio debería darse una oportunidad, de todos modos ya no sigue con el papá de Trunks – le llevó la contraría solo para observar su reacción, la cual solo fue una mirada incrédula y un chasquido de lengua. 

-Ni lo menciones, que tendré que aguantar a ese mocoso por un largo tiempo – agregó, torciendo los labios a un lado y dando un vistazo aburrido a su alrededor. –Ja, veo que Harima conoce ahora su lugar – Vegeta volteó al mismo sitio que él, encontrando a su ex-amigo recargado en una pared algo alejado de los demás.

Vegeta quería protestar ante eso, defenderlo. Pero era tarde para eso, además nada ganaba más que una pelea absurda por alguien que ya no era nada suyo. Suspiró resignado, desviando la mirada justo cuando el moreno miraba en su dirección. Volteó al frente, encontrándose con Bulma, Tien, Freezer y King Cold, quienes charlaban sobre algo, Bulma no dejaba de ver en su dirección, pero fuera de eso se veían animados y felices, al parecer no era el único conmocionado por todo ese rollo de volver a grabar.

-Veo que todos se encuentran bien – murmuró feliz, y Goku bufó un poco.

-Por desgracia – fue su grosero comentario, pero de nuevo Vegeta no dijo nada, de algún esperaba eso.

-Hey, Goku… ¿Cuánto tiempo? – ambos voltearon ante el llamado, y el rostro de Goku cambió de serio y molesto a iluminado, falso y egocéntrico.

-¡Eh! ¡Krillin! ¡Mira cuanto has crecido! – se burló, poniéndose de pie y colocándole una mano en la calva.

-Déjate de tonterías, mejor cuéntame que tal la pasaste – pidió, ignorando por completo a Vegeta, de hecho, ambos lo hacían, como si él simplemente no estuviera ahí. Pero al mismo tiempo se puso algo nervioso por la pregunta, y más aún por cuál sería la respuesta.

-Nah, me la he pasado mejor… fueron meses aburridos de televisión basura y sueños largos. Fue tan aburrido que incluso podría decir que te he extrañado…- ambos comenzaron a reír, ignorando por completo el aura oscura que emanaba el tercer acompañante que nadie parecía ver.

Tuvo que volver a morderse el labio inferior para no decir nada negativo. No era como si de verdad hubiesen sido aburridos, y él esperaba que tampoco hubiese tenido mejores… además, su cerebro insistía en que de seguro decía eso porque no podía contarle a todo mundo que había tenido sexo con su compañero, ni que iba a terminar con su novia y salir del closet. Así que lo entendía. Pero claro que la ira y ser ignorado no son amigos de la comprensión, y se sintió tan incómodo que sus piernas pedían huir.

-Voy por algo de tomar – avisó aunque no hacía falta, y su mente volvió a reprenderlo por eso. Escuchó en su camino como ambos amigos seguían charlando, como si en serio no hubiera dicho nada y hubieran vuelto al primer día de conocerse.

Krillin le sonrió a Goku una vez que supo que el muchacho de cabello en punta estaba lo suficientemente lejos. Goku asintió, y ambos se fueron velozmente por el pasillo, poniéndose serios y silenciosos, tratando de mantener a pie su discreción.

-----------

-¡Hey! ¡Vegeta! – gritó una voz dulce a unos metros de él a su lado, y sus ojos siguieron el llamado involuntariamente al oír su nombre, encontrándose con aquella mujer que no quería ver, de hecho, las dos mujeres.

-¡Chi-Chi! ¡Videl! ¡Qué gusto volver a verlas! – dijo lo más sincero posible, y la primera lo saludó con un beso en la mejilla y un leve abrazo, mientras la más joven solo levantaba levemente la mano.

Tomaron asiento de nuevo en la mesa, y Vegeta sentía la tensión en el lugar, más por la situación incómoda en la que estaba, y recordando también la última vez que se vieron, la cual lejos estaba de ser linda. De hecho fue horrible y espantosa, y por la cara de Videl podía asegurar que ella si seguía recordando, al contrario de la hermana de Goku, quien actuaba como si jamás hubiese ocurrido, o cómo si le hubieran formateado la cabeza.

-Vaya, te ves bien, veo que si lograste aumentar tu masa muscular – le comentó la mayor, y él asintió. Aunque obviamente no se veía igual de monstruoso que en la tele, el cambio en su cuerpo había sido bastante notorio.

-Sí… tuve que hacerlo…- su voz sonaba tímida, más de lo normal, y Videl se cruzó de brazos, retadora.

-Vaya, así que la dichosa casa de Goku tiene su propio gimnasio…- sacó el tema a colación, y su amiga le dio un leve codazo bajo al mirar el rostro culpable del chico.

-Sí, lo tiene…- murmuró en respuesta, y Chi le puso mala cara a Videl.

-Olvida eso, mejor dime, ¿Cómo le hiciste para sobrevivir a mi hermano? Sé que Goku no es nada fácil…- trató de suavizar las cosas, pero el momento seguía bastante incómodo.

-¿Sabes? Mejor me voy, de todos modos aquí estoy haciendo mal tercio… ¿No? – la joven mujer se puso de pie, y los otros dos la miraron irse sin protestar, después de todo de algún modo tenía razón.

Miró a Chi fijamente, y aunque sabía que tenía que terminarla, no podía ser en ese momento, aparte de descortés sería grosero, más considerando que por quién la cambiaba era nada más que su hermano, y de alguna manera debía darle señales, pero no podía dejársela ir después de meses sin verla, y más si estaba portándose tan linda y amable.

-Dime, Chi, ¿Cómo has estado? – inquirió después de un leve lapso de silencio, y la muchacha continuó como si nada, platicando sobre muchas cosas que Vegeta no llegaba ni a entender.

-Y pues fue básicamente eso…- concluyó, estirando sus manos al frente y tomando las de Vegeta ligeramente. –Oye, y… siendo sincero… ¿Me extrañaste? – quiso saber, y el muchacho desvió levemente la mirada al suelo, sin saber si debía quitar las manos o corresponder a su caricia. Así que no hizo más que quedarse de ese modo, pensando velozmente en que decir para no terminar de arruinar más el asunto.

-Pues sí, claro – respondió y apretó los labios seguido de eso. En efecto la había extrañado, no de la manera en la que ella quisiera, pero lo había hecho, al menos en el estándar de amiga lo había hecho. Chi quitó las manos ante su seca respuesta, y forzó una leve sonrisa.

-Yo si te he extrañado… mucho…- admitió, y Vegeta deseó poder golpearse a él mismo, desaparecer, poder quererla, tener a un hermano que la quisiera, o un clon, ¡Lo que fuera que no la lastimara como él! Lo hacía sentir tan mal.

-Bueno, pero ya estoy aquí… ¿No? – lo dijo más sinceramente, tratando de aliviar ese dolor y en parte su propia culpa. Sabía que la chica no lo hacía con esa intención, pero de algún modo así lo sentía, y ahora aún más porque se suponía debía ser indiferente.

-Es verdad – “Mierda, mierda, mierda…” pensó nervioso aunque su rostro continuaba pasivo. “¿Por qué rayos no le dije mejor que no debía quererlo ni extrañarlo? ¿Qué le voy a decir después? Ya estoy aquí, pero debemos terminar de todos modos. ¡Maldición, yo y mis grandes ideas” se reprimió, mirando a la chica, quien también se veía algo nerviosa. –Y, hablando de eso…- se sonrojó, y Vegeta se dio por acabado. “¡Por qué tengo que ser amable cuando voy a terminarla! ¿Qué se supone que me va a decir?” –Tú y yo…  Seguimos siendo… novios… ¿Verdad? –

El chico casi se cae de su silla ante la pregunta. “¡Oportunidad! ¡Esta es mi oportunidad de decirle que no! ¡Que me olvide y que sea feliz sin mí, que yo jamás podría darle lo que ella quiere! ¡Lo tengo, no puedo dejar ir este chance!” –Sí, claro, seguimos andando desde luego…- “¡¿POR QUÉ DEMONIOS LE DIJE ESO?!”

-Vaya, que alivio…- Chi se colocó una mano en el pecho, mientras Vegeta sentía deseos de golpear su rostro contra la mesa de madera, contra su puño, contra la pared, ¡Contra lo que fuera que le arreglara el cerebro! “Pero es que no pude hacerlo… es tan amable... no podía romper sus sentimientos de esa manera…” se dejó vencer en la silla, bajando los hombros y tomando una pose cansada y de derrota. “Pero después de esto soy aun peor, ¿Qué va a pensar de mí cuando le diga la verdad?”

-Sí, verdad… que alivio…- ladeó la cabeza con desgane, tratando de pensar en algo inteligente que hacer ahora.

-Yo pensé que quizá algo había cambiado, y que tal vez ibas a terminar esto, y estaba bien si tú querías. ¡Pero me hace tan feliz saber que tus sentimientos siguen intactos! ¡Qué alegría! – Vegeta deseó, por primera vez en la vida, que algo de Dragon Ball fuese real y que pudiese robar la máquina del tiempo esa. Pero lo único que podía hacer en ese momento era rezar por que un avión cayera justo sobre su propia cabeza.

-Sí, verdad… - no encontró que más decir, y Chi se puso de pie, tomándolo del brazo y casi arrastrándolo de regreso al set, sonriendo orgullosa y feliz como si llevara un perfecto trofeo.

-Dime, ¿Te hiciste amigo de mi hermano? – preguntó en el trayecto, y Vegeta salió de su trance autoimpuesto y divagaciones sobre su propia muerte, mirando a la chica y asintiendo lentamente.

-Sí, algo así… se podría decir que ahora hasta somos cercanos… muy cercanos…- murmuró eso último, y la morena lo miró sorprendida, encogiéndose un poco de hombros.

-Que gusto, al menos se llevarán bien como cuñados, ¿No? – Vegeta sonrió sin gracia, girándose a otro lado para dejar mostrar su rostro de perdición y pena. –Y, ¿Ya conseguiste un departamento? – preguntó seguidamente, y el muchacho volvió a recobrar la seriedad.

-No, me quedaré en el de Goku… de hecho…- rascó su mejilla con la mano libre y antes de que Chi pudiese decir algo, otra voz interrumpió desde un lado justo cuando iban entrando al edificio.

-Vaya, ¿A nadie más se le hace esto sospechoso más que a mí? – preguntó Bulma, parada a unos pasos de los dos, mirándolos fijamente y con los brazos cruzados. -¿Por qué rayos Goku está siendo tan caritativo contigo? – fue más directa, andando algunos pasos más para estar completamente frente a ellos.

-Pues no lo sé, es mi amigo – resumió Vegeta, deseando no tocar ni indagar más en el tema sin aparente explicación.

-Pues qué raro, Goku no tiene ´amigos´ ¿sabes? ¡Amigas tiene! y muchas, pero a ninguna la mete a su casa… creí que su acto de bondad duraría hasta que regresáramos, pero esto ya es pasarse… ¿O eres tú el que no quiere irse? – Vegeta presionó la quijada, deseando responder con el mismo desdén con el que era atacado, pero sabía que no podía ponerse con una mujer, y menos estando ahí todos presentes.

-Mira, no tengo por qué decírtelo en realidad, pero si tanto es tu curiosidad te puedo decir que no he conseguido nada aun, en cuanto lo haga, me voy… - resumió echando más mentiras, pero prometieron no destapar nada hasta que las cosas estuvieran arregladas.

-Oh, ya veo… sigues siendo una carga para él ¿No? Vaya, que molestia…- Chi frunció el ceño, pasándose frente a Vegeta y encarando a la otra mujer.

-Bulma, ¿Por qué no te limitas a hacer tus asuntos y nos dejas en paz? Lo que mi hermano haga o deje de hacer con su casa, departamento, tiempo y dinero no te importa, ¿Si? Además, ni uno de nosotros anda contando cuantos hombres metes a tu casa o a tu cama, de hecho, no nos alcanzan los dedos… así que, con permiso querida…- Vegeta quedó con la boca medio abierta, pero se puso firme al pasar al lado de su compañera. Vaya que Chi era muy buena.

-Eso fue genial…- murmuró ya algo lejos.

-Se lo merecía, además, no es como si lo que dije fuera mentira… - rió divertida en un tono meloso e infantil, pero al chico también le dio mucha gracia. La puerta principal se abrió de nuevo, y Vegeta miró de reojo por simple reflejo, pero se quedó fijo en las personas que entraron.

-¿Quiénes son ellos? – preguntó en voz baja, y la chica giró para verlos, encontrándose con dos sujetos y una mujer, uno de ellos era un gran hombre y caminaba detrás de otros dos más jóvenes, el otro chico y la chica, quienes andaban con un poco de más normalidad.

-Oh, ellos, son los hermanos Jinzouningen*, básicamente son los protagonistas de la temporada…- explicó Chi tranquilamente. –Nos lo presentaron hace unos días… ¿Por qué no viniste? – Vegeta parpadeó en sorpresa, mirándola extrañado e interrogativo.

-¿Venir? A mí me citaron hasta hoy…- murmuró, y la chica suspiró con desgane.

-Ya veo, así que por eso faltaron…- el chico frunció y ella sonrió levemente. –Le avisaron a Goku, y habían quedado… los citaron hoy porque si no se presentaban estaban fuera…- Vegeta se molestó ante eso, y deseó poder reclamarle y preguntarle por qué demonios no le dijo y no habían asistido. –No te dijo nada, ¿cierto? – El chico solo se limitó a negar, tratando de tragarse su enojo y reclamos para después.

-Bueno, no importa… mejor dime, ¿Cómo se llaman? – quiso saber, mientras los seguía con la vista, pues estaban intercambiando palabras con Mio.

-La chica es Juuhachigou*, y el muchacho que se parece a ella es Juunanagou*, el más alto es su hermano mayor… se llama Juurokugou*…- Vegeta asintió a pesar de que confundió todos los nombres en su cabeza.

-Deberían llamarse los hermanos trabalenguas…- musitó extrañado.

-¿Los hermanos qué? – una voz los sorprendió, pues estaban tan perdidos que no se dieron cuanta cuando el muchacho de cabello largo y negro se les había acercado.

-Ah, Juunanagou... hola…- dijo Chi, inclinándose para besar su mejilla.

-Hola, soy Vegeta, gusto en conocerte Juu… jee… nan… go… go… ku…- el chico de ojos azules lo miró con una expresión desconocida, y Vegeta volvió a pedir al celo el avión sobre él, pero el muchacho comenzó a reír.

-¡Hola, Vegeta! He oído hablar de ti…- le extendió la mano, conservando aun la sonrisa en su boca. Vegeta la estrechó, aun atemorizado y avergonzado, más lo segundo que otra cosa. –Y por lo de mi nombre, no te preocupes… con Juun-Kun está bien…- le dijo y el hombre de cabello en punta solo pudo avergonzarse más.

-Está bien, entonces... es un gusto, Juun-Kun…- le devolvió la sonrisa, y finalmente se soltaron del saludo. –Entonces, sí sabes quién soy, espero y no te hayan dicho solo pestes…- rió sin mucha gracia, maldiciendo interiormente por decir eso “Seguro no le han dicho nada y la he regado al decirle eso, ahora creerá que soy raro o hay algo malo conmigo”

-¡Ja, ja, ja! ¡Para nada! La única que me ha hablado de ti es Chi-Chi, y una dama como ella sería incapaz de decir algo como eso…- suspiró un poco, mirando como Junn-Kun le daba una mirada rápida a la chica. –Además, no podría creer que hicieras algo malo, ¿Verdad? – vegeta negó velozmente, agradeciendo que ese joven fuera de tan buen corazón.

-¡Juunanagou! Anda, tenemos que ir para que acomoden unas cosas en vestuario…- dijo la chica rubia, mirando de pronto a sus dos acompañantes. – Ah, Hola… ustedes dos…- levantó la mano para saludar, ladeando la cabeza y dejando su melena rubia a un lado.

-Hola Juuhachigou – dijo Chi, sonriendo amablemente.

-Ho…Hola… soy Vegeta, mucho gusto… Juu…chi… ¿Cho? – la chica suspiró con desgane, cruzándose de brazos y mirando al sujeto.

-Juu-Chan está bien…- se aproximó a él, y por alguna razón Vegeta le tenía mucho miedo, así que cuando ella estiró el brazo él cerró los ojos creyendo que lo golpearía. –Te estoy saludando, idiota…- Vegeta abrió los ojos, recibiendo una oleada de risas por parte de los presentes. –Mucho, gusto, Vegeta…- soltó con su voz fría, pero terminó por sonreír cuando él le tendió la mano.

-Vegeta, el príncipe Vegeta…- una voz específicamente gruesa y calmada acaparó la atención, y los jóvenes hermanos se quedaron callados y miraron a otro lado, dando paso al gran hombre que se acercaba con seguridad. -¿Así que eres tú? Vaya, que sorpresa…- sonrió, y al chico de cabello en punta le entró aún más miedo que con los anteriores, pero trató de permanecer normal. –Antes de que pronuncies mal mi nombre me presento, puedes decirme Juuro, es un gusto conocerte – repitió el proceso extendiéndole la mano, la cual Vegeta tomó algo dubitativo. –Espero y nos podamos llevar bien – sonrió con malicia, una que solo los ojos de Juun-Kun detectaron, pero este miró el suelo, tratando de pasar desapercibido eso.

-Sí, igualmente es un gusto – sonrió nervioso, retirando su mano, recibiendo una especie de caricia al deslizar su mano, pero la ignoró pensando que fue una especie de acto involuntario. –Nos estaremos viendo, entonces…- agregó, mientras Juu-Chan y Juun-Kun comenzaban a avanzar hacia la salida. Juuro le dio un vistazo rápido a Chi, para después dar una pausada a Vegeta, dándole una sonrisa ladina y siguiendo a sus hermanos.

-Son muy amables, ¿No crees? – preguntó Chi, y Vegeta sólo asintió por asentir, fijo aun en la alta figura que se marchaba. Había algo que le resultaba extraño, pero no sabía exactamente qué.

----------------------

-Hiciste un muy buen trabajo…- le dijo con la misma sonrisa malévola de siempre. –Él muy bastardo seguía vivo cuando lo encontraron, pero murió patéticamente después de hacer una declaración estúpida…- agregó, y Krillin bajó la cabeza asintiendo. Recordaba la declaración de Tao antes de morir, en donde había afirmado matar a Piccolo, pero que había otros dos sujetos involucrados. Killin temía por la vida de ambos. –Dime, ¿estás listo para unirte? – Krillin salió de sus cavilaciones, mirando al jefe y arrugando la frente.

-¿Qué son? ¿Quiénes son? ¿Por qué no ha querido decírmelo antes? Ni siquiera sé en qué me voy a convertir…- Mr. Aracne comenzó a reír, cubriendo la barbilla de su rostro un poco interesado en la charla.

-Nada que no seas ahora…- respondió a eso último, y una ceja de Krillin se alzó en cuestión. –Somos asesinos, mi querido Krillin… una mafia, una bola de maestros del engaño… Somos los Racnio*…- explicó, pero el chico no se vio impresionado, en el fondo lo sabía.

-Bien… entonces estoy listo…- Mr. Aracne sonrió, regresando sus manos para cruzarlas.

-Ahora, como miembro de nuestro grupo lo primero es tu nombre… de hoy en más eres Jumping, y seguirás ciegamente cada orden que te indique…-  Krillin asintió, bajando la mirada algo preocupado. –Bienvenido a la Telaraña…-

[…]

-Krillin… ¿Por qué traes suéter? – preguntó Goku, mirando a su amigo estar cubierto por tela en todos los brazos. – ¿No tienes calor? – preguntó, pero el chico solo jaló más las mangas, enfocado definitivamente a no mostrarle nunca su tatuaje de araña, detalle que casi olvidaba después de tenerlo por tanto tiempo.

-No, para nada… mejor hablemos de lo que te dije…- Goku se sentó en el sillón de su amigo, prestándole absoluta atención. –Goku, debemos seguir robando…- El mencionado arrojó la silla al suelo de la sorpresa, mirando asustado e incrédulo al más bajito.

-¡No! ¡No, claro que no! ¡Mr. Aracne dijo que estábamos perdonados de pagar! ¿Por qué dices eso? – Krillin maldijo el buen corazón de Goku, y se maldijo él por tener que recurrir siempre a las mentiras y el chantaje.

-Goku, estamos en la ruina… peor que en la ruina… mira, tenemos que recuperar nuestro dinero… es más, obtener más dinero… ¿No quienes eso? – cuestionó, y el chico lo dudó, había pasado ya más de dos años desde que había muerto Piccolo, tiempo en el que se había alejado de todos y de todo, y eso incluía a su amigo y hermana, y aunque fuera difícil de admitir, era verdad que estaba por quedarse sin un quinto.

-Podríamos trabajar de otra cosa, lo que sea menos volver a eso…- rogó, pero Krillin ya tenía su plan en mente.

-Goku, no habrá problemas esta vez… lo juro… solo debemos recuperar todo lo que perdimos… por favor… por mi… no pudo hacerlo sin ti…- le dijo, levantándose y haciendo sus ojos suplicantes, Goku negó, mirando al suelo.

-Krillin, no nos vemos en mucho tiempo y cuando lo hacemos me pides esto… ¿de verdad? – Krillin sintió la culpa, pero lo colgarían en el casino si no pagaba todo, y si lo hacía se quedaba en ruinas.

-Lo sé, lo siento… pero es que de verdad lo necesito… me van a quitar el departamento si no pago… Goku, piénsalo… estamos quebrados…- habló, pero el otro ni siquiera lo miró. –No quería molestarte con esto, por eso solo te había llamado en estos años… y creí que seguíamos siendo amigos… y que tal vez podrías ayudarme…- suspiró, en parte verdades y en parte puras justificaciones. –Creí que harías lo que te dijera – los ojos de Goku se fueron asustados y abiertos contra él.

-Yo…- pausó, mirando al suelo.

-Y la forma perfecta para que no te enamores la he encontrado… esta vez es una chica…- explicó, pero a Goku ya no le importaba que fuera, ya no creía enamorarse nuevamente.

-Yo…- repitió, y Krillin suspiró esperanzado. –Yo lo prometí… haré lo que digas…- aceptó, y hubo felicidad y al mismo tiempo tristeza por parte del calvito.

-Ya verás Goku, te lo recompensaré todo, lo juro… podrás irte cuando ya no haga falta… lo prometo… - se acercó, abrazándolo, acto que Goku correspondió. –Sabes que no volverán a hacernos daño… y esto es para asegurar nuestro propio bienestar…- explicó, separándose. –Además, hasta podría ser divertido… debes conocerla, ella se llama Videl…- Goku miró al suelo de nuevo, aún sin interés.

-No quiero saber quién es, no me importa… sólo lo haremos y ya… ¿vale? – Krillin sintió de nuevo la culpa, pero terminó por asentir.

-Bien, no te preocupes…- colocó una mano en su hombro, agradecido por la compañía. –Te extrañé mucho – admitió, recibiendo una sonrisa. –Sabes bien que te quiero –   

---------------------

Suspiró, tratando de conservar la calma en el asunto, levantando la mirada para comprobar la verdad en los ojos de su amigo. -¿Dices que vino a la ciudad? – preguntó, y Krillin asintió, apretando los labios preocupado.

“Debo decirle, debo decirle que Spider está aquí…” pensó el calvito, meneando sus manos con nerviosismo. No se atrevía, hacía muchos años que había prometido no meter a Goku en el tema de los Racnio, y decirle que el mejor trabajador de todos los tiempos estaba ahí y que compartiría escenario con todos ellos era algo bastante malo, seguro se preocuparía por nada… no estaba seguro, quería ver primero su reacción al decirle que había vuelto a la ciudad.

-Ese maldito… ¡Ese maldito está aquí! ¡No puedo creérmelo! ¿Sabes cómo es? ¡¿Sabes cómo es, Krillin?! – se puso de pie, sujetando al más bajito de los hombros. –Sabes que él mató a Irie y nos metió en todo esto… dime como es… ¡Dime para que lo corte en pedazos! – exclamó, y el calvito negó, soltándose del agarre de su amigo. Era mala idea, lo sabía, no podía decirle que estaría entre ellos, que de hecho en ese momento ya estaba pisando las instalaciones.

-No sé cómo es…- mintió, y Goku bajó la mirada, suspirando y sentándose nuevamente en su lugar. –No tengo ni una pista, Mr. Aracne jamás me lo mostró…- agregó, y era en realidad que lo había visto en una fotografía en los archivos de control una vez, era una foto pequeña y algo borrosa, pero se apreciaba su rostro lo suficiente como para reconocerlo a kilómetros. No era fácil de confundir.

-Maldición… algún día me las pagará todas… ya verás… - afirmó con determinación, y Krillin solo asintió en acuerdo. –Si sabes algo debes decírmelo… ¿Entendido? – su cabeza se volvió a mover afirmativamente, y Goku suspiró con resignación. –Será mejor que me vaya… hablaremos de lo otro después, ¿ok? Tengo que volver al set…- lo dijo y se levantó de inmediato, abandonando el camerino de chico.

Krillin se dejó caer de lleno en el respaldo de su silla, cerrando los ojos un momento para tratar de tranquilizarse. No podía afirmar que nada malo pasaría, pero con todos los Racnio lo único que podía esperarse eran problemas, y eso lo incluía a él mismo. No estaba seguro, pero de algún modo sentía que estaba arriesgando a mucha gente, y más que nada, eso único importante para él. Estaba arriesgando a Goku, y si algo le pasaba a su amigo, jamás se lo perdonaría, era lo más cercano a familia que tenía.

Y nadie iba a arrebatárselo.

Se arremangó la manga derecha, encontrando bajo una pulsera de tela aquella marca, aquel símbolo que lo etiquetaba como un animal. Sobre su muñeca yacía una araña, esa maldición que ahora cargaba para siempre. La prueba de que era uno de ellos, de que estaba dentro de la mafia de los Racnio, que no era más que una araña tejedora y engañosa.

Se movió desganado, levantándose de su sitio y abandonando el cuarto, recorriendo el pasillo con los pies arrastrando, pensando por enésima vez en su vida que demonios se suponía que estaba haciendo, que demonios era y en que se había convertido. Era un fraude, un asesino, ratero, traposo, y había amado serlo como nada, pero en ese momento lo odiaba todo, odiaba la situación tanto como su propia vida. Quería cambiar, quería hacer algo que no fuera así de cruel. Tal vez Goku tenía razón y debían terminar todos esos juegos de una vez por todas.

Llegó hasta el set, en donde estaban ensayando por última vez antes de las grabaciones, preparando los últimos detalles y corriendo como locos por todas partes. Miró entonces al frente, encontrándose a Goku, quien charlaba con su hermana Chi-Chi sobre algo, lo que fuera no se veía nada a gusto. Estaba a punto de ir a con él cuando notó algo más en la escena. Ahí estaba él, y lo peor de todo es que estaba mirando fijamente a su amigo, a Goku, se lo comía con esos ojos cristalinos, casi incoloros, y con solo fijarse en su sonrisa se podía adivinar lo que quería.

Apretó los puños por la repentina y creciente ira que lo invadía, era inaudito, de todos en el lugar ¿tenía que verlo a él? Sentía miedo, debía admitirlo, pero si algo había aprendido en esos largos años como Racnio era que cobarde y temor no debían existir para él. Estaba en sus manos detener una masacre, más si esta iba dirigida a su amigo, debía detener a Spider de lo que fuera que estuviera pensando. Avanzó a pesar de que le temblaban las piernas, colocando firmes sus brazos a los lados para verse más seguro de sí. ¡Pero es que el tipo no solo era el triple de alto, también el menor asesino de todos los tiempos!

-Oye, ¿Qué tanto le miras a Goku? – preguntó tajante, parándose frente a él, y aunque claro, eso no era impedimento para que el gigante siguiera viéndolo, le prestó atención a Krillin.

-¿Y tú quién eres? – frunció las cejas, y el bajito sintió miedo de solo verlo así de cerca, recordando todas aquellas anécdotas.

-Mira, Spider, solo quiero aclarar una cosa, hagas lo que hagas y te metas con quien te metas, nunca mires a Goku… ¿De acuerdo? – el chico alto quiso reír, pero soló soltó un suave siseo.

-Bajito, calvo… debes ser Jumping…- Krillin angostó los ojos ante la forma en la que lo conocía, y más por el hecho de que de seguro había hablado con Mr. Aracne.

-Sí, y ese de allá es Goku, es como mi hermano… - suspiró, tratando de regular el tono de su voz. –Por favor, solo te pido, a él no…- su voz sonó sumisa, y al otro no le quedó más remedio que rodar los ojos y dar un breve asentimiento.

-No creas que lo haré por ti, solo es que en realidad Mr. Aracne me habló de él y tenía curiosidad. Yo ya fijé un objetivo – sonrió malicioso, y Krillin tomó aire aliviado. -¿Algo más, calvito que salta? – bromeó, pero al otro no le dio nada de gracia.

-Si en realidad… nada de llamarme calvito o Jumping… mi nombre es Krillin…- le dijo, aunque ya lo había hecho unos días atrás.

-Bien, entonces supongo que tendrás que hablarme por mi nombre también – le extendió la mano, acto de formalidad que no habían intercambiado cuando se conocieron. –Puedes llamarme Juuro… ya que si vuelves a decirme Spider en público te volaré los sesos…- Krillin asintió, estrechando su mano.

-Vaya, me quitas un gran peso de encima… en serio…- sonrió. –Es un placer conocerte, siempre he oído hablar mucho de ti – agregó, y en parte era verdad, porque por otro lado tenía el mismo deseo de matarlo por lo que hizo a su amigo y a él hacía ya muchos años.

----------

-Nos vemos mañana…- se despidió Vegeta, besando la mejilla de Chi aunque esta quiso mover la cabeza, pero el chico era rápido y escurridizo.

-Nos vemos, cuida bien de mi hermano – pidió, y Goku bufó, metiendo las manos a sus bolsillos.

-Como si este pudiese cuidar algo… no podría hacerlo a él mismo…- se burló, y Chi soltó una leve risita.

-No seas malo, es tu amigo, ¿No? – dijo y una ceja oscura se levantó en incógnita.

-¿Y quién te ha dicho tal mentira? – cuestionó de mala manera, y Vegeta solo atinó a apretar más la mandíbula, estaba hecho una furia. –Bueno, nos vamos, se hace tarde… y apresúrate si no quieres que me arrepienta y te deje aquí…- “¡Hijo de…!”

-Te deseo suerte…- le murmuró la morena cortando su idea justo a la mitad. Asintió ya sin ánimo, siguiendo unos pasos atrás a Goku, quien ni se inmutaba y avanzaba como si fuese algún rey o deidad privilegiada.

Quería decir algo, pero permaneció callado, subiéndose al auto en el copiloto, mirando por la ventanilla mientras Goku arrancaba el auto. Quería gritar, quería golpearlo, y de paso golpearse a sí mismo. Estaba desesperado, pero no tenía las palabras correctas para reclamar, es decir, ¡No había palabras para lo que estaba pasando! Era todo tan absurdo, falso, horrible y cruel que había esperado despertar de la pesadilla en cualquier momento.

Llegaron al departamento, el cual por suerte no estaba muy lejos de las instalaciones de grabación, y Vegeta fue el primero en salir, azotando la puerta detrás suyo. Subió al edificio velozmente, sin esperar a su acompañante, quien de inmediato lo siguió, llamando por su nombre pero el chico no frenó su caminata. Por desgracia Vegeta no tenía llaves, así que se sintió doblemente idiota cuando llegó a la puerta y fue consciente de eso.

-¡Oye! ¿Qué te pasa? – le dijo, pero los ojos del menor estaban fijos en otro lado.

-Podrías abrir, por favor… digo, si no es mucha molestia…- le dijo en un tono por demás exagerado después de unos segundos de silencio. Goku jadeó impresionado, buscando la mirada de Vegeta, la cual claro, no encontró.

-¿Por qué hablas así? ¿Estás enojado? – pregunto lo obvio, y el bajito giró los ojos exasperado, cruzándose de brazos y meneando el pie.

-¿Tienes las llaves o no? – inquirió tajante, y Goku sintió el impulso de sacarlas y arrojárselas, pero se controló por unos segundos.

-¿Qué demonios pasa contigo? ¡Ni siquiera sé por qué estas molesto! – a los dos le importaba una bolsa de pan que fueran a escucharlos los vecinos, así que Vegeta comenzó a reír sarcástico, de hecho tan sarcástico que su risa era muy molesta.

-Vaya, así que aparte de ser ciego y sordo también eres olvidadizo…- soltó, mirándolo a los ojos por unos segundos. -¿Vas a abrir la puerta o tengo que arrodillarme y suplicar a tu grandeza que me deje pasar a su castillo? – su voz sonó exagerada, y Goku solo se salió más de quicio.

- ¡No entiendo por qué te estas poniendo en este plan sin siquiera decirme nada! Yo no te dije o hice nada…- se justificó, pero el otro rió aún más ´divertido´.

-Oh, disculpe usted señor perfección, seguramente yo estoy loco y aluciné todo…- extendió las manos al frente, para luego volverlas a cruzar sobre su pecho. -¿Pues abrir ahora? – Goku sacó bruscamente las llaves de su bolsillo, metiéndolas en la puerta que casi tira por la brusquedad, abriendo la puerta con más dificultad de la necesaria.

Vegeta entró enseguida, intentado cerrar la puerta tras de sí, pero Goku la sostuvo a tiempo y la azotó una vez que estuvo adentro. –A ver señorito pancho, según tú ¿Qué demonios fue lo que hice esta vez? – Vegeta se frenó, iba a seguir evadiéndolo, pero estaba tan enojado que necesitaba reclamar y pelear.

-¿Te parece poco ignorarme por completo, insultarme, burlarte de mí, tratarme peor que cuando te conocí y parecer absoluta y completamente desinteresado en mí? - Goku abrió la boca para protestar enseguida, pero sintió lentamente llegar las palabras que decía Vegeta hasta su interior.

-Debíamos aparentar – se excusó ya tranquilo, y Vegeta anduvo hasta él.

-Sí, íbamos a aparentar que no éramos nada, no que iban a aparentar que nos odiábamos a muerte y que yo era un pobre indigente recogido como perro viejo en tu casa. No íbamos a decir nada de nuestra relación, no recuerdo la parte donde dijiste: “Te humillaré y haré a un lado si es posible” – hizo una mala imitación de Goku, y este solo pasó saliva sonoramente.

-Lo siento, yo… no sé… ya me creí el papel después de tantos años… - pausó, mirando consuelo en el suelo. –No lo volveré a hacer…- murmuró, y Vegeta negó lentamente.

-¿Y esperas que te crea? Me prometiste muchas cosas antes de venir aquí, y solo vi mentiras – esas palabras dolían, más porque la palabra ´mentira´ era la frase que seguía a Goku toda su vida.

-Lo prometo, por lo que quieras…- se rascó la cabeza, acercándose lentamente. –Creó que no medí mis límites con mi comportamiento, no pensé que fuera a lastimarte tanto – Vegeta torció la boca, pero no dijo nada. –No lo haré más, perdóname…- tomó sus manos, apretadoras, pero no fueron correspondidas.

-¿Qué hay con lo que dices? ¿Habas en serio cuando muestras desprecio hacia mí? ¿Hacía esta situación? – su voz sonó desilusionada, pero no sorprendida.

-¡No! ¡Claro que no! – le tomó por los hombros, acercándose aún más. –Son solo chorradas que digo sin pensar, es decir, todo va en automático, ¿sabes? Las cosas horribles que digo no son ni remotamente certeras – Vegeta lo miró, pero en sus ojos había duda.

-Y entonces… ¿Por qué las dices con tanta seguridad? – preguntó, y Goku ya no sabía cómo explicar y salirse de esa.

-Creo que soy un buen actor – sonrió, rascando su mejilla. –Pero no lo hare más, solo algo de indiferencia… ¿vale? – el otro asintió sin estar convencido.

-Entonces, todo lo que digas desde ahora será verdad…-  le dijo, y el otro levantó una ceja sin comprender. –Si dijeras de nuevo algo así… entonces sería verdad ¿No? Me estás diciendo que no lo harías si no es cierto…- Goku entendió a qué iba la cosa, y asintió seguro.

-De acuerdo, entonces empezamos desde este momento, ¿bien? – lo abrazó, y Vegeta correspondió levemente. –Te amo…- le susurró, besando su cabeza. –Y eso si es verdad –

El menor no dijo nada, ni sí le creía o no, ni si lo sentía también o no lo hacía. Y no porque siguiera molesto o no lo amara, pero había algo, algo que le impedía sacar a flote esa palabra, esa que simbolizaba el nivel máximo de amor, que unía sus corazones y sus almas. Y esa era precisamente la razón por la que no lo hacía. Por más que intentara pensarlo, por más que tratara de imaginar algo, una situación, una imagen o un escenario en donde verdaderamente estuvieran juntos. Donde cuadraran y coexistieran, no podía.

Y no es que no lo deseara, lo hacía, con cada parte de su cuerpo y célula de su piel, deseaba poder cerrar los ojos y creer, dejarse caer a ese abismo que simbolizaba, descender eternamente. Pero no pasaba y simplemente no podía, siempre que lo intentaba solo encontraba suelo. Y los golpes dolían, pero aun así el dolor no le importaba porque quería creer en ese amor imposible, quería pensar que los milagros existen y que de verdad podían ser felices. “Que gracioso…” pensó, soltando una leve risa. “Que gracioso es pensar y aferrarse a esa palabra… creer en ella cuando no puedo verla”

Era como creer en los fantasmas, valerte de algo que suena tan irreal. Incluso cuando deseaba con todas sus fuerzas que lo fuera. Pero esa voz traidora susurraba martirizante que lo que ambos estaban planeando e intentando era poco más que imposible, que en donde estaba uno simplemente no se le podía sumar el otro. Y era decepcionante, más que triste y doloroso, era absolutamente desconsoladora la idea y el saber que uno de los dos no se estaba esforzando como debería, y sabían bien que no hablaba de él mismo. Parecía no intentarlo, parecía no conocer la palabra ´sacrificio´ al menos no por lo que se suponía amaba como él aseguraba.

Y Vegeta tenía miedo, miedo porque en el fondo sabía que así era, porque temía al día en que ambos se dieran cuenta de que no podían continuar, de que Goku no estaba dispuesto a dejarlo todo por él, de hecho, no le confiaba nada de sí, no le daba pruebas contundentes de lo que sentía y quería iba en serio. Sonaba más a un paranoico que quería mantenerlo como su mascota personal protegido de algo imaginario que no comprendía, a una pareja.

Lo besó, y correspondió el beso a pesar de sus turbios pensamientos. No dejaba de amarlo, no dejaba de quererlo y estar enamorado. Le había confiado todo a Goku, e iba a permanecer a su lado y tratar de luchar por sus sentimientos. Iba a creer aunque no lo hiciera. Sintió las manos de Goku recorrer su cuerpo, viajar por su espalda en trazos lentos, y sintió sus propias manos arder en deseos de hacer lo mismo, sintiendo un escalofrío cuando tocó con las yemas de los dedos el rostro suave de Goku.

Apretó los ojos aún más, forzándose a no llorar, quebrarse, no podía… aun no era el momento para hacerlo. Sintió la lengua de Goku en su boca, empujando la suya propia y creándole espasmos en el abdomen, meneando su propia extremidad para acariciar la del otro, luchar y enredarse, compartir sabores. Era increíble y sorprendente la forma en que sus labios se habían acostumbrado tan rápido a besarlo, a sentirlo… y a necesitarlo.

Las grandes manos de Goku entraron entre su ropa, masajeando sus abdominales y sus costados en lentas y seductoras caricias, su piel exigía a gritos por más, y sin poder evitarlo lo expresó con un gemido ahogado. Goku entendió aquello como una invitación, así que zafó su camisa tirándola al suelo, haciendo lo mismo con la suya propia. Los vellos de toda su piel se pusieron en punta cuando entró en contacto con la piel desnuda de Goku, sintiendo su fuerte pecho contra el suya, apretando y quemándolo con tanto calor que generaba.

Los labios del más alto comenzaron a trazar un camino de cortos besos, descendiendo por su barbilla y deteniéndose en su cuello, el cual quedó expuesto sin necesidad de pedirlo. Saboreó, lamiendo lentamente y jactándose del sabor de esa zona, acariciando lento con la punta de sus dientes, olfateando el perfume natural que se exponía en esa piel. Vegeta se arqueó, apretando sus manos contra la espalda desnuda de Goku, quien solo atinó a apresarlo más con sus brazos.

Goku se separó un momento, y ambos cruzaron miradas. Lo tenía ahí, de frente, tan cerca que podría confundirse con él mismo, parecía incluso un dulce sueño. El más alto sonrió, dulcemente, honestamente, y Vegeta se recordó a si mismo porque lo amaba, por la realidad y bondad que mostraba en su sonrisa. Lo besó de manera breve, antes de que Goku lo condujera al cuarto.

Iba a hacerlo, iba a permitirse soñar el tiempo que fuera suficiente. Parecía un sueño, y tal vez estaba sólo soñando y esperando por la frase “Y fueron felices para siempre” pero bien sabía que no iba a llegar, así que se permitiría dormir y disfrutar de aquella ilusión el tiempo que durara, lo haría hasta que tuviera que despertar. Hasta que ambos tuvieran que hacerlo.

Cayó en la cama, mientras Goku acariciaba su piel. El sonido del cierre deslizándose y el botón de metal saliendo del ojal, seguido por el suave y casi inaudible siseo del pantalón deslizándose por las piernas trabajadas de Vegeta. El corazón latiéndole a máximo, se sentía bien perderse, lo sabía, lo sentía cada vez que perdía el aliento al contemplar la piel descubierta del otro. La presión en su entrepierna era asfixiante, y palpitaba con solo imaginar lo que vendría en ese momento, eso que ya había tenido otras veces per que siempre era grato volver a disfrutar.

Hubo un ronroneo por parte del mayor, quien se despojó de los estorbosos pantalones también, marcando en la delgada tela del bóxer su bien dotado miembro. Rígido, sugerente, a la espera del contacto, listo para dar y recibir placer. Esa energía eléctrica corrió desde adentro de su pecho, atravesando hasta llegar a acumularse en aquel punto, concentrarse mientras su mente repetía y repetía la misma cosa, el mismo nombre. Goku. Goku y más Goku. No había nada más allá de eso, y su instinto le partía la piel al quererlo pegado a sí mismo.

Las manos del más alto, sabías pero a la vez curiosas, como si estuviesen mirando y sintiendo esa piel por primera vez, como si la conocieran, y es que el disfrute sobre esta era cada vez más emocionante. -El cajón… el estúpido cajón… - murmuró desesperado, moviéndose sobre Vegeta para poder alcanzar el lugar mencionado, sacando una tira de condones que le desesperaban por solo perder el tiempo que podría utilizar contemplando y disfrutando de aquella vista.

La ropa interior se deslizó hasta sus rodillas, quitándole interés y centrándose en su miembro que comenzaba a dar breves ´saltitos´ por sí sólo. Lo tomo entre sus manos para colocarlo, pero el simple contacto con sus dedos lo hizo emocionarse más, ansiando con locura estar dentro. No había lubricante, pero lo que venía para él era mucho más divertido. Levantó las piernas de Vegeta, quitándole la ropa interior y colocándolas en sus hombros, recorriéndolas un momento antes de pasarse a sus glúteos y depositar ahí apretones suaves.

Vegeta mordió la parte interior de su mejilla cuando las manos de Goku separaron sus glúteos, abriendo más el ángulo de sus piernas por simple reflejo. La entrada quedó disponible para él, y sin el mayor de los pudores acercó su rostro, comenzando a masajear la zona con su lengua, pegando sus labios para depositar saliva y lubricar perfectamente la zona, mientras escuchaba los jadeos del otro, sintiendo los leves espasmos que experimentaban sus pantorrillas.

Se relamió los labios, colocándose de rodillas, lamiendo ahora sus propios dedos, bajando la mano para poner uno en aquella entrada. Vegeta sintió que el aire se le escapaba de los pulmones al mismo tiempo que su vientre se contraía de la sensación, sintiendo claramente el recorrido que hacía el dedo en su interior, moviéndose en lentos lapsos, marcando círculos y expandiendo suavemente las paredes.

El segundo dedo entró con menos dificultad, y las sensaciones aumentaban sintiéndolos moverse en direcciones opuestas, siendo suaves pero a la vez algo agresivos. Goku lo sintió listo, sacándolos lentamente y posicionándose completamente sobre Vegeta, tomando con una mano su pene para colocarlo en posición. –Eso es, aprieta los dientes…- le susurró en el oído, y Vegeta se dio cuenta de que lo estaba haciendo.

La punta entró lentamente, y la espalda de Vegeta se arqueaba con algo de brusquedad, en parte queriendo escapar y por la otra deseando que fuera más adentro. Goku sintió el espacio, era tan estrecho que sentía que llegaría antes de hacer algo, así que tuvo que tomar en cuenta su propio consejo y apretar los dientes, expandiendo más y más conforme avanzaba dentro de esa cavidad.

Un jadeó casi gemido salió del menor cuando lo sintió entrar al punto máximo, y Goku se quedó ahí unos momentos, bajando una de sus manos al miembro de Vegeta, apretándolo y dando algo de consuelo a esa erección que chocaba contra su abdomen, masturbándolo para tratar de calmarlo y relajarlo para sus siguientes movimientos. Empujó de pronto, moviéndose hacia atrás otra vez.

Vegeta dejó de sentir dolor pronto, mientras sus caderas comenzaban a moverse solas buscando saciar ese escozor en su interior, deseando estar más cerca de lo que ya estaban. Goku golpeaba contra su pelvis, sosteniendo aun sus piernas en el aire mientras entraba y salía en movimientos lentos y rápidos, tratando de dar placer y recibirlo, extasiado por la sensación de ser apresado por aquel cuerpo.

Los espasmos aumentaron, bajando desde su pecho y acumulándose en su miembro, mientras empujaba más y más, recibiendo más jadeos y murmullos que no lograba entender del todo. Lo sintió, dando unas últimas embestidas más rápidas antes de llegar de lleno al clímax, Vegeta se retorció bajo él, manchando también con su especia blanca.

Se salió lento, y Vegeta bajó las piernas, mientras el otro se acomodaba a su lado, abrazándolo para besarlo apasionadamente. Las palabras estaban en su garganta, pero no las dijo, tenía mucho miedo a que fueran expuestas, además, no quería arruinar ese lindo sueño con cosas o compromisos como esos. No hacía falta, solo se pondría gozar dormido, antes de que eso bello sueño se convirtiera en pesadilla.

Continuará…

Notas finales:

Vamos a imaginar que los nombres de Diecisiete, Dieciocho y Dieciséis no son los mismos va? Y que Juu-Chan, Juun-Kun y Juuro son así tipo nombres bien chidos de Japón jeje, es que se me hacía raro que se llamaran en “la vida real” como números, así que he cogido sus nombres originales, y que la numeración la lleven en la serie. 

Con Racnio. ¿Han leído “El Octavo Día” de Yanki Girl? Está buenísimo (Es de Trunks), y he aprendido de ahí esa curiosa palabra.

¿Qué pasará? Bueno, Vegeta tiene presentimientos, pero muy probablemente mal infundados y enfocados a otras cosas, pues han llegado los problemas por donde no se lo imaginan… Spoiler, próximo capítulo: “Número de la suerte”. Saludos, nos vemos la siguiente semana Jueves o Viernes, vale? Saludos y besos! Los quiero n.n!

*Racnio – Araña en Italiano

*Jumping – Referencia a la araña de Centroamérica conocida comúnmente en las regiones templadas como “saltarina”

*Juunanagou – Diecisiete

*Juurokugou – Dieciséis

*Juuhachigou – Dieciocho

*Jinzouningen – Androide


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).