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Como en la vida real. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Hola, aquí de nuevo, feliz porque las cosas avanzan, tengo que decir que nos vamos recio… jejeje… ojala y les guste… hay muchos saltos de tiempo que espero se entiendan. Disfruten!

-Parece que no dormiste mucho…- comentó Chi, sonriendo mientras Vegeta terminaba de bostezar.

-No, la verdad es que le la pasé pensando muchas cosas… no he podido pegar el ojo…- se recargó en su mano, pestañeando a lapsos.

-Vaya, que cosas, yo creí que no habías podido dormir por culpa de mi hermano – Sabía que el comentario no iba para allá, pero no pudo evitar sonrojarse de sólo recordar vivido esa misma noche. –Ya sabes, es bastante irritante – agregó, y el chico la miró, asintiendo y tragando saliva.

-Si… bastante irritante…- divagó un momento en el doble significado de la palabra, sacudiendo la cabeza para regresar a su mundo y concentrarse. –Andando o Mio enloquecerá…- Chi asintió, y ambos retomaron su camino por los pasillos, llegando hasta los camerinos, en donde la chica siguió por el corredor, dejando a Vegeta frente al suyo. Abrió la puerta despistado, soltando otro bostezo antes de entrar completamente.

-Hola – la voz lo asustó, y se giró como gato hacía el mini sillón dónde provenía esa voz, encontrando a un chico muy sonriente.

-¿Juun-Kun? ¿Qué…? – el mencionado se levantó, colocándole una mano en el hombro mientras lo giraba a un lado para verse en el espejo.

-Sí, bueno, tal vez Mio no te dijo… pero compartiremos camerino de hoy en más…- Vegeta sintió que el aire se le escapaba, tratando de no hacer notoria la expresión de fastidio y terror que quería salir.

-¿Hablas… en serio? – quiso reiterar, y con la misma sonrisa y ánimo Junn asintió, soltándolo para llegar hasta el tocador, donde sacó unas cosas acomodándolas a lo largo del mueble.

-Tranquilo, no te molestaré mucho… será así hasta que la temporada termine…- agitó la mano, regresando su atención a lo que hacía.

-Pero… tú todavía no vas a grabar… ¿Qué haces vestido así? – le miró, reconociendo de inmediato el símbolo y el vestuario.

-Sesión de fotos para promocionales, ya sabes… - se arregló el cabello en el espejo, girando sus ojos azules hacía Vegeta. –Por cierto, ¿Sabes si Chi-Chi ha venido hoy? – Vegeta estaba pensativo, así que contestó con un simple asentimiento. –Genial… entonces será aún más divertido…- murmuró, revisándose una vez más.

-¿Tú y tu hermana son gemelos? – preguntó Vegeta, resignándose un poco a la idea y tomando asiento para comenzar a sacar sus cosas.

-Sí… el accidente de mamá y papá… ya sabes…- rió levemente, girando el nudo del paliacate naranja sobre su cuello. –Dicen que somos idénticos, y no sé si yo parezco mujer o ella parece hombre – Vegeta comenzó a reír con eso, negando para evitarse el contestar cosas raras.

-Bueno, la diferencia es el cabello, así que creo que no podrían confundirse… - Junn-Kun tomó lugar en la otra silla frente a Vegeta, mirándolo algo divertido.

-Eso lo dices porque no la viste antes de su oxigenación, era igual a mí… ¡Y con eso de que es planalandia, parecíamos los dos varones! – Vegeta se sonrojó ante eso sin poder evitar reírse, recordando incómodamente el pecho de la mujer, extrañado con el humor y burla de su hermano.

-Bueno, entonces podría ser verdad – Juun asintió, posando raro frente a su reflejo. -¿Eras modelo? – El muchacho asintió dudoso, quedándose congelado y con la mirada algo perdida.

-Era, hace mucho… tuve que dejarlo…- admitió, bajando las manos a los lados. –Mi hermana y yo éramos bastante populares en América, pero cuando ascendimos a la fama… las cosas ya no pudieron ser…- Vegeta se extrañó, mirando como el joven se quitaba del espejo y evitaba verse de nuevo, tomando lugar otra vez frente a él.

Vegeta no quiso preguntar más, así que se dedicó a colocarse lo que le hacía falta, evitando preguntar más para no entrometerse, al parecer era un tema delicado. Juun esperó a Vegeta, y ambos salieron del camerino cuando estuvieron listos, comenzando su caminata por las instalaciones hasta el set. Chi-Chi y una incómoda Juu-chan esperaban ahí, y los dos chicos se aproximaron hasta ellas.

-¿Qué pasa? ¿Dónde está Juuro? – preguntó el gemelo, y la rubia le miró algo hastiada.

-Al parecer hubo un problema con una parte de su traje… no lo sé, esa pelirroja esta histérica y solo le hace falta lanzar fuego para que sea una completa bestia – Chi y Vegeta la miraron, soltando una sonrisa extrañada y sorprendida ante la friolenta actitud de la chica, y la manera tan normal de aceptar eso por parte del chico.

-En fin, sirve que mientras tanto podemos charlar, ¿no? – Juun-Kun se acercó a Chi, tomándola levemente del brazo mientras arrastraba también a su hermana a unas sillas detrás del escenario, y a Vegeta no le quedó más que seguir.

-Que fastidio, creí que terminaríamos con esto rápido…- se quejó Juu, cruzando sus piernas apenas se sentó, soltando un suspiro cansado.

-Tranquila, hermanita… ¿Por qué no intentas socializar un poco? – le preguntó entre dientes, ignorándola un momento después para mirar a sus acompañantes.

-¿Dónde estará Bulma y los demás? – preguntó Chi, buscando entre el gentío. –También estamos a punto de comenzar y nada – bajó la cabeza, apretando un poco los labios.

-No lo sé, yo ya empiezo a tener frío…- se quejó el bajito, tratando e tapar ese hoyo que llevaba su armadura.

-ja, ja, ja, pero te queda bien, así te luces frente a las damas, ¿No? – comentó el joven, y la frente de Chi se frunció.

-¡No! ¡Claro que no! ¡Él sólo puede hacer eso conmigo! – dejó ir, y Vegeta bajó la mirada apenado, mientras Juun-Kun se quedaba en shock un momento.

-¿Por qué habría de hacer eso? – preguntó en voz baja, y Juu-Chan comenzó a reír, dándole unas palmaditas en la espalda vengativamente.

-Hay Juun, ¿Qué no lo sabes? Ellos dos son novios…- le dijo con una voz hiriente, conociendo ya lo suficiente a su hermano como para conocer sus intenciones.

Vegeta no entendió, y al parecer Chi tampoco, pero le restó importancia cuando de la puerta principal llegaba Goku, en su ropa de civil por su falta de participación por el momento, llevando en su brazo colgada a Videl, como el mayor de los adornos existentes, los dos muy sonrientes y normales, como siempre. Algo dentro de Vegeta dolió, pero no se permitió hacerlo notar, simplemente los siguió con la mirada, la cual Goku no se dignó a responder. Por la mente del menor corrió la mayor traición de todas, pero su poca capacidad de confiar y racionalidad le dijo que aguardara, que seguramente estaba en procesos de terminarla. “Claro, así como yo…” se regañó a él mismo, mirando culpable a Chi a un lado.

–Me alegró tanto por Videl, creyó que terminarían, pero míralos ahora…- comentó la chica, y la molestia de Vegeta aumentó más, pensando en que había tenido la oportunidad como él y la había desaprovechado, pero conocía a Goku, y sabía que él no tendría compasión por ella, que la dejaría incluso sin decirle nada, entonces… ¿Qué estaba pasando ahí? La única forma es que él hubiera continuado con eso por su propia decisión.

-Vuelvo en un rato – avisó, poniéndose de pie y pasando detrás de las sillas.

-Pero vamos a comenzar en cualquier momento – dijo Chi-Chi, pero fue como si no hubiera dicho nada, el muchacho ya iba muy lejos.

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-Que interesante coincidencia, ¿No crees? – la voz burlona sonó en su cabeza, y deseó poder romperle la cara ahí mismo.

-Déjate de bromas y largo – no podía creer, no quería creer, así que sus piernas estaban tiesas, manteniéndolo inmóvil en el umbral de la puerta.

-Pero que genio te cargas para ser tan pequeño – sonrió divertido, girando levemente la silla en donde sus pies se mantenían suspendidos. –Ya te dije que no estoy bromeando, lo extraño aquí es que no te avisaron…- agregó, y Krillin sintió un tic en el ojo.

-No podré soportar esto – comentó en voz baja, y Juuro se levantó, mostrando su enorme anatomía bastante intimidante.

-Por mi está bien, podrían acomodarme mejor en el de Goku, ¿No crees? – Krillin caminó hacia adentro por puro reflejo, acercándose lo suficiente para poder verlo a la cara sin levantar tanto el cuello.

-Que no te acerques – siseó, y la enorme mano de Juuro se posicionó en su cabeza calva, acariciándolo de tal modo que casi parecía algo tierno.

-Pero mira, ¿Tanto miedo me tienes de verdad? ¿En serio crees que voy por ahí matando gente sin alguna clase de sentido? – preguntó, aplicando presión, haciendo que Krillin doblara un poco el cuello. –No seas tonto, además ya te dije que no le iba a hacer nada, así que si quieres que siga con esa idea deja de joderme con lo mismo. A ti más que a nadie te conviene que seamos amigos…- El ceño de Krillin se frunció, la verdad es que Juuro tenía razón, le convenía y le creía cuando le decía que no se acercaría. Pero todas las cosas que llevaba arrastrando del pasado, esas cosas que habían sido su culpa, no lo podían dejar en paz, no podía mirarlo sin desear romperé la cara y sacarle los ojos.

-Bien, no lo diré más… te creo… - la mano se quitó de su cabeza, y sus grandes brazos se cruzaron sobre su pecho.

-Genial, porque nos estaremos viendo, y sería una lástima que tuvieran que buscar reemplazo para un enano pelón…- se rió, avanzando a la salida. –En fin, me voy, la loca de Mio me está buscando por todos lados, así que iré antes de que se cargue a mis hermanos – cerró la puerta tras de él, dejando a un pensativo Krillin solo.

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-Videl…. ¿podrías dejar esto de una vez? – le murmuró, zafándose del agarre de ella una vez estuvieron sentados.

-¿Por qué? ¿No quieres que nos vean juntos? – dijo ella, molesta, soltando el razo de mala manera. Goku frunció, girando sus ojos nerviosos a la dirección en donde había visto a Vegeta hacía unos segundos, sorprendiéndose al notar que ya no estaba.

-No es eso, lo que pasa es que podría darse a interpretaciones – comenzó, pero la chica hizo un gesto entre tristeza y enojo, tomando el brazo de Goku apretándolo rabiosamente.

-¿Interpretaciones? Tú y yo somos novios así que no hay nada de interpretaciones – Goku gruñó, tomando su mano para quitársela de encima, suspirando para tratar de encontrar calma y decir las cosas de una vez.

-Mira Videl,  una cosa que tengo que decirte…- giró sus ojos discretamente a la dirección en donde su hermana y esos gemelos raros estaban, preguntándose si Vegeta lo habría visto con Videl y si estaba molesto, o si se había ido sin darse cuenta. Como fuera, debía actuar de una buena vez. –Yo ya no puedo…-

-¡Pero que bonitos se ven juntos! – La voz de Bulma sonó tan engreída y maliciosa como siempre, colocándose las manos en las caderas mientras se detenía al lado de ellos. –Hacía mucho tiempo que no los veía así, ya hasta había llegado a pensar que Goku bateaba para el otro lado…- comentó, y Videl comenzó a reír tomando a la fuerza la mano de Goku mientras negaba con una falsa sonrisa.

-¡Claro que, Bulma, ¿Cómo crees?! – dijo, y el muchacho tragó duro. –Goku es todo un macho, y tal vez tú no nos habías visto, pero no sabes todo lo que hemos pasado… ¿verdad, mi amor? – El muchacho sabía que esas dos se odiaban a muerte, y que una y otra se picaban con comentarios absurdos, y al chico no le quedó más que asentir sin mucho entusiasmo.

-Sí, se nota… como pasa todo el tiempo contigo y no con ese Krillin… o peor… con ese Vegeta…- la última mención puso nervioso al hombre, y enfureció a Videl por la utilización del sarcasmo que lastimaba muy bien su orgullo.

-¿Qué quieres, querida? – preguntó la morena para acabar de una vez con esa charla sin sentido, mandándole una mirada de rabia disfrazada de una cálida sonrisa.

-Bueno, yo sólo venía a felicitarlos, ¿No puedo? – se rió, y Goku quería únicamente que esa harpía se largara y poder continuar con su ruptura con Videl.

-¿Felicitarnos? – una ceja oscura se levantó, y Bulma sonrió aún más.

-Bueno, pensé qué después de tanto tiempo juntos por fin se casarían… si no te apresuras, tu hermana va a ganarte…- dijo lo último dirigido al chico, y este se crispó por el comentario. –Ya ves, con ese de que anda muy feliz diciendo por todos lados que su relación es la de cuentos de hadas, se nos casa en cualquier momento…- Goku entendió, bueno, de sobra sabía, que esa mujer solo estaba ahí para molestar, así que suspiró, ya fastidiado.

-Si mi hermana se casa sería un milagro, y tendré que llevarle el pésame a Vegeta, pero lamentó informarte que nuestra boda no está cerca, así que si no tienes nada más que decir te agradecería que nos dejes solo…- Goku quedó sorprendido por su amabilidad, bueno, por su casi amabilidad, y a Bulma no le quedó de otra más que apretar los labios y darse la vuelta. Goku suspiró aliviado de que los dejara solos al fin, volteándose a Videl para tratar de continuar con lo que decía.

-¿Hablas en serio? – preguntó, y Goku la miró en incógnita. –Dijiste que no estaba cerca, pero, ¿hay posibilidad… de que nos casemos? – El hombre quiso golpearse contra la mesa, el suelo, la pared y cualquier cosa que le quedara cerca, suspirando para tratar de decir las cosas con sutileza.

-Bueno, verás… en realidad yo creo que…-

-¡Con un demonio ¿Por qué carajo no te has puesto el traje?! – casi cae de la silla ante tremendo grito, girándose asustado a la mujer a su lado, quien mantenía su ceño fruncido, arrugando ese par de cejas rojas en su cara.

-Mi…Mio…- murmuró, y la mujer lo tomó del brazo bruscamente, levantándolo y llevándoselo consigo. –Pero yo no voy a…-

-¡¿Y por qué crees que estás aquí, terroncito de azúcar? ¿Para mirar cómo me vuelvo loca con todo esto?! ¡Pues no papacito, dije que no grabarías pero la maldita sesión no la manejó yo, y vas a moverte de una vez por que las fotos se toman a la voz de ya! – gritó como histérica mientras se alejaban, dejando a Videl con la incógnita en su cabeza.

Videl ladeó la cabeza, tratando de pensar en que cosa iba a decirle Goku, y si debía preocuparse o no por ello. Suspiró, no le quedaba más que esperar a que todo ese caos de inicio terminara.

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-No van a hacer las paces, ¿verdad? – La voz de Chi lo sacó de sus pensamientos, y se movió en su lugar para ocultarse nuevamente detrás de la pared, llevando su vista al frente para mirarla.

-La verdad es que no creo que exista solución…- le respondió, y la mujer se asomó por el mismo lugar, observando a Harima, quien yacía recargado en una pared con los ojos cerrados, en completa calma, incluso parecía meditar como tanto lo hacía su personaje.

-¿Qué no existe? Pero si ustedes dos eran muy buenos amigos, no entiendo de verdad que pasó, ¿Qué tantas eran sus diferencias? – Vegeta recordó con amargura lo ocurrido aquel día, y llevó su vista a otro lado, incapaz de poder responder con abierta sinceridad.

-Él no quería para mí lo que yo anhelaba, se la pasaba imaginando cosas y tratando por todos los medios arruinar aquello, simplemente no quería mi felicidad… y eso no es de un amigo – resumió, y la mujer suspiró, lanzándole una mirada de tristeza al morocho muchacho.

-Que lastima, pero… llevas rato mirándole… ¿No lo extrañas? – preguntó, y Vegeta tardó varios segundos para responder.

-No es que no lo haga, pero ya no tiene caso… le agradezco mucho, pero sé que él no se arrepiente de lo que dijo…- se giró, negando, comenzando a avanzar por el pasillo en otra dirección.

-Ya veo… al menos no estás solo, yo seguiré contigo… lo sabes, ¿Verdad? – el chico no quería contestar a eso, sabía que ella estaría ahí, pero, ¿Él estaría ahí para ella? Sabía de sobra que no, y la idea lo ponía algo triste. Asintió sin más, agachando la mirada en el transcurso.

-¡Hey! ¿Con que aquí estaban? – la jovial voz de Juun sonó, y ambos se frenaron a verlo. –Al fin terminamos con las sesiones, ¿Qué tal ustedes? – dijo, y Juu-chan se cruzó de brazos tras él.

-Ya terminamos, sólo que debemos ir a cambiarnos – respondió la morena, y Juun apenas podía contener su cara de tonto al verla.

-Pensábamos en si querían ir a tomar algo con nosotros, ya saben…- habló Juu-chan, ya que su hermano estaba en trance mirando a Chi.

-Sí, suena bien, si nos esperan iremos…- Vegeta habló, tomando el brazo de Juun-Kun para jalarlo levemente en su dirección. -¿Por qué no me acompañas? – el chico de cabello largo asintió casi por reflejo, avanzando detrás de Vegeta, dejando a las chicas solas, quienes también se fueron para los camerinos.

Se cambiaron rápido, y los tres se marcharon en el auto de Juun, pues Vegeta ni se molestó en buscar a Goku para avisarle, estaba molesto, debía admitirlo, pero no tenía muchas ganas de pelear, así que simplemente se había marchado y apagado el móvil para mayor seguridad. Chi-Chi los siguió en su auto compacto, extrañada de que Vegeta no quisiera irse con ella, poniendo como pretexto que irían más cómodos así.  Se detuvieron frente a un restaurante Chino (Sí, a mitad de Japón) bajando y entrando en el lujoso lugar, mientras Vegeta rezaba para que alguien más fuese lo suficiente generoso para pagar la cuenta con tan colgados precios.

Tomaron asiento en una mesa exclusiva para cuatro, compartiendo lado con Juun, quien hacía comentarios absurdos y decía chistes que hacían sonreír hasta la misma Juu-chan, quien se mantenía seria y al margen la mayoría del tiempo. Se sintió extraño de que hablaran con tanta naturalidad, como si llevaran mucho de conocerse, pero entre tantas coas también fue consiente de la sonrisa del chico, más precisamente, la que le estaba dando a su novia.

-¿Creen en estas cosas? – preguntó Juu-chan, tomando una galleta de la charola central al final de la comida.

-Yo la verdad sí creo…- dijo Chi, tomando una también, abriéndola y desenrollando su papel. –Alguien nuevo llegará a tu corazón…- leyó en voz alta, y Juun soltó una risita. -¡Tonterías! Yo ya tengo a mi Vegeta…- agregó, haciendo bolita el papel y dejándolo en la mesa.

-Pero dijiste que creías en él…- le recordó la rubia y Chi arrugó la cara al verse atrapada en medio de sus propias palabras.

-Bueno… eso sólo si son cosas buenas…- se cruzó de brazos, y Juun-kun volvió a hablar esperanzado.

-¿Y eso no es bueno? – preguntó inocente, pero la mirada de la morena le contestó. Giró su rostro a un lado, indignada, y los otros dos comenzaron a reír.

-¿Qué dice la tuya, Juu-chan? – preguntó Vegeta, y la mencionada la abrió, extendiendo la tira al frente.

-La fantasía se hará realidad…- leyó, sin lograr entender. –Número de la suerte: 2 –agregó, y a Vegeta se le hizo interesante, tanto que también tomó una.

-Llegarán desgracias a tu vida– la lectura los dejó en silencio, uno extraño, uno que solo Vegeta podía volver a romper, después de unos segundos de pensarse aquella frase. –Número de la suerte: 16 – Vegeta volteó a ver a Juun, y este se miraba tenso.

-Creo que la galleta te miente, debería decir, número de la infelicidad – le dijo, y Vegeta frunció el entrecejo.

-En la serie, ¿No tú eres Dieciséis? – preguntó, y el otro negó rápidamente.

-No, yo soy Diecisiete, Dieciséis es mi hermano…- Juu-chan bajó la mirada, girándola a otro lado sin saber que decir.

-Emm… Junn-Kun, ¿Por qué no tomas también una? – le dijo Chi, tratando de aligerar la situación. El chico asintió entusiasmado nuevamente, tomando una galleta de la bandeja central.

Llegó el momento de decir la verdad. Número de la suerte: 1” Arrugó el papel encontrándole sentido a eso pero sin querer aceptar aquello, sonriendo forzadamente a los presentes. –Que encontraré el amor pronto… jejejeje…- se apresuró a decir. –Bueno, será mejor que nos vayamos, ya es tarde…- todos asintieron, levantándose después de que Juun-Kun ya había pagado la cuenta.

Vegeta miró el pedazo de papel hecho bola que Chi había colocado sobre la mesa, leyendo el resto que no terminó, formando una sonrisa ante aquella coincidencia. “Alguien nuevo llegará a tu corazón. Número de la suerte: 17”. Lo guardó en el bolsillo de su pantalón, quitándole importancia un segundo después, lo que ni uno sabía era que las galletas habían acertado para los cuatro, y que la cave solo estaba en quitar la frase “Numero de la suerte” para obtener el mensaje verdadero.

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Se recargó en la ventana, mirando el exterior para tratar de no pensar en lo incomodo de la situación, algo que lo traía de verdad muy angustiado, molesto, preocupado, irritado y demás cosas que no podía explicar. Miró de reojo a Goku, quien conducía sin quitar la vista del frente, con la expresión endurecida y los labios apretados duramente. Vegeta se giró de nuevo a la ventana, tratando de no sentirse mal, pensando en que los dos tenían algo de culpa, pero la discusión de esa noche no se la podía borrar.

Había llegado algo tarde después de ir con Chi-Chi y los gemelos Jinzouningen a cenar, la misma Chi lo había llevado hasta el departamento de Goku, pero al llegar no encontró más que frialdad, ni gritos, ni reclamos, ni nada, solo indiferencia absoluta. Y no sabía si el silencio era peor que los gritos. ¿Qué clase de basura era esa de pelear todos los días? Era desgastante, y no sabía la capacidad de aguante que tendría, que ambos tendrían respecto a eso.

Llegaron hasta el edificio, y Goku llevó el auto hasta el fondo del estacionamiento, como siempre, bajando rápidamente una vez que estuvo apagado, pero se detuvo a la mitad para voltear a Vegeta. –Oh, sí, casi lo olvido, para ahorrarnos problemas, que tu novia te vaya a dejar de ahora en más… te aviso para que ni te molestes en buscarme en la tarde…- dijo, con el claro tono de irritación e inconformidad posible.

-Goku, espera…- dijo Vegeta, suspirando para tratar de calmarse. –No es lo que tú piensas…- comenzó, pero el mencionado se giró violentamente en su dirección, poniendo esa expresión seria que daba miedo.

-¿No es lo que yo pienso? ¡¿Acaso te importa lo que yo pienso?! – se señaló agitando la mano, haciendo que Vegeta se hiciera hacía atrás por reflejo. -¡Haz lo que quieras! Bueno, para que te lo digo si ya lo haces…- se giró de nuevo, pero Vegeta lo detuvo tomándolo del brazo.

-¡Fui a cenar con los hermanos Jinzouningen y con Chi, definitivamente no pasó nada! – explicó, pero el mayor se soltó bruscamente, lanzándole una mirada aún más enojada.

-¡Y los celulares se hicieron solo para adornar ¿no?! ¡Te largaste sin decir nada! – avanzó un paso, mostrando los dientes agresivamente. -¡Te estuve llamando más de veinte veces! ¡¿Sabes todo lo que pensé?! ¡¿Sabes todas las cosas malas que corrieron por mi cabeza?! ¡No, a la miera con lo que yo piense! – gritó, y Vegeta sintió la culpa caer sobre su cuerpo, sin entender del todo el miedo bien justificado de Goku, ese que no conocía.

-Lo siento, la batería se murió y…- la risa sarcástica de Goku frenó sus palabras, pero esta risa se disolvió en una mirada helada.

-¿Me vas a decir que a todos con los que ibas les pasó lo mismo? – era claro que no, era claro que definitivamente había estado huyendo de él. –Estuve esperando como un completo idiota aquí mismo, parado y preocupado mientras tú te ibas a no sé qué con no sé quién… ¡Muy bien, genial! – alzó los brazos, remarcando su punto.

-Disculpa, es que pensé que estarías muy ocupado planeando tu boda…- le regresó, y Goku se giró de nuevo a verlo, apretando aún más la quijada.

-¿Ahora crees en los chismes de la arpía de Bulma? – se formó una sonrisa en su rostro, que lejos estaba de estar feliz.

-No, creo en lo que ven mis ojos… pensé en darte tiempo con Videl, después de todo, ella es tu novia ¿no? – No pudo contener más los celos y la misma rabia que sentía la noche anterior, estallando de una buena vez.

-Con que así son las cosas, ¿Por eso te fuiste con mi hermana? ¿Para creer que pagas de la misma manera? – cuestionó, y antes de que pudiera defenderse, una mano de Goku se fue contra su muñeca. –Para tu información estaba con ella porque a diferencia de ti quiero terminarla, no sé cuáles sean tus planes, pero yo creí en lo que dijimos…- de nuevo la culpa, pero esta vez de tantos lados que lo hicieron sentir una completa basura.

-También lo estoy haciendo, quiero acabar con esto de las escondidas de una buena vez…- Goku aflojó su agarre, pero no lo soltó, le miró como esperando más palabras. –Lo siento, ya no pienso, necesito que los dos estemos libres finalmente… necesito que no existan mentiras… - Goku asintió, soltándolo finalmente y girándose a la entrada.

-Esa zorra es la que se me pega…- murmuró, y Vegeta soltó una leve sonrisa. –Creo que también me estoy volviendo loco, y paranoico… - pausó, soltando un suspiro tranquilizador. –Acabemos con esto de una vez, vamos a terminar destruyéndonos a este paso… - Vegeta se emparejó con él, metiendo las manos en sus bolsillos.

-Una cosa más y me volveré completamente loco…- comentó bromista, pero siempre existen las verdades detrás de las mentiras. –Lo lamento de nuevo, nos vemos esta noche aquí mismo… ¿sí? – Goku rió de lado, asintiendo, y ambos caminaron a la entrada.

Juuro sonrió, complacido con la información que acaba de recibir gratuitamente, cruzándose de brazos aun sentado en el pavimento del estacionamiento, en donde atinó a esconderse cuando los vio llegar, escondiéndose detrás de su gran camioneta debido a su altura. Sabía que ellos guardaban algo, y eso solo le daba más oportunidades para poder divertirse, aunque para esto estaba seguro que necesitaría de ese jumping, pronto tendría mucho con que jugar.

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-¿Qué dices? – cuestionó, pero Krillin no levantaba la vista, mirando sus manos jugueteando con su móvil.

-No sé, no te creo… - dijo finalmente, mordiendo su labio inferior y sin atreverse a levantar la vista aún.

-Mira, pequeñín, yo sé que eres un Racnio, y los Racnio son la peor cosa que existe en el mundo, así que dudo de tu inocencia y tu ignorancia… - Las manos del bajito frenaron en seco, sosteniendo el celular con las yemas de sus dedos.

-Teníamos un plan, pero fracasó… no tiene por qué estar con él…- respondió, pero sentía la presión por dentro, de alguna manera sentía que el gigante estaba diciendo la verdad.

-Fracasó… ¿Por qué fracasó? ¿Lo sabes? – más que saberlo Krillin estaba seguro, pero no quería soltar sus sospechas, ni sus rabias. -¿Acaso fracasó porque se enamoró de verdad? – tras la pregunta soltó una risa burlona, y las manos del pelón volvieron a moverse, nerviosas, girando el aparato en círculos.

-No. No lo sé, no me ha dicho nada… - miró unos segundos a Juuro, y este se cruzó de brazos.

-Te estoy diciendo que los oí…- le repitió, y Krillin se incorporó, mostrando su entrecejo fruncido.

-¿Y por qué me lo dices hasta ahora? Dices que los escuchaste hace más de una semana, ¿Por qué hasta este momento vienes a contármelo? – le reclamó, en parte a Juuro, en parte a Goku, a su falta de confianza, al sentirse excluido de los planes.

-Bueno, los escuché decir que harían algo con sus relaciones con esas mujeres, lo estaba esperando, pero no han hecho nada… así que me toca actuar…- los ojos del calvo bajaron de nuevo al suelo, y se recargó desganado sobre el respaldo de su silla.

-Se me hace imposible de creer, Goku no puede ser tan tonto… no otra vez…- dijo eso último en un murmullo, escuchando una risita ahogada de Juuro frente a él.

-Ya veo… creo que en el fondo te conviene ayudarme…- le dijo, y el otro hombre le miró expectante. –Mira, ayúdame a apartar a esos dos, sales ganando, con Goku libre tú puedes tener tu oportunidad… - La silla de Krillin salió volando ante eso, quedándose estupefacto ante aquella afirmación.

-¡¿De qué hablas?! ¡Yo no quiero a Goku de esa manera! – exclamó, provocando aún más la risa y diversión del otro.

-No trates de mentirme, se te nota, has estado enamorado de él por mucho tiempo, ¿no es así? – las mejillas  de Krillin se sonrojaron sólo de imaginar aquello, agitando las manos en el aire mientras negaba.

-¡Estás diciendo locuras! ¡Para mi Goku es como un hermano, como mi familia! ¡No todos somos gays, ¿sabes?! – el gran hombre comenzó a reír, asintiendo falsamente.

-Sí, no lo eres, lo sé porque se lo pregunté a tu novia imaginaría…- se burló, y los ojos de Krillin se expandieron, abriendo la boca para decir algo, pero Juuro continuó. -¿Cuántos años tienes, Jumping? ¿Cuántas novias has tenido en ese tiempo? Oh, sí, ya sé, ninguna, te has pasado la vida protegiendo, cuidando y utilizando a Goku… Goku, Goku…- el bajito lo habría golpeado, claro, de no ser porque era como tres veces más grande, y que seguramente unas diez más fuerte y más hábil.

-No he tenido por falta de tiempo, y por qué creo que a la que llegué a amar no la metería a la vida de infierno que tengo – explicó aunque su orgullo decía que no hacía falta.

-¿Ah, sí? ¿Hay una chica que te guste ahora? – la pregunta iba en broma, pues era obvio que Juuro sólo estaba jugando, pero por la mente del bajito corrió un nombre, uno que de sólo pensarlo se puso nervioso y más sonrojado, apretando los labios para no decirlo, pues algo le decía que las cosas no irían bien si lo hacía. –Oh, ya veo… - murmuró, burlón. –Entonces, ¿vas a ayudarme a quitar a uno del otro? Ya sabes, te dejo a Goku cuando esto acabe…-

-Te voy a ayudar, pero no por que quiera a Goku, solo porque al parecer no tengo opción…- aceptó, admitiendo para sus adentros que si le molestaba un poco que su amigo estuviese enamorado en serio y él no lo supiera.

-Claro, haces bien, si no tendría que lastimarte a ti y a él… - se levantó, colocándole una mano en la cabeza. –Te avisaré después que hacer, número dos…- le agitó el cráneo, sonriéndole antes de abandonar el cuarto.

Krillin quedó solo, maldiciendo para sus adentros la situación, y que su amigo siempre terminara enredado con las que se suponía eran las víctimas. Ahora no sabía que cosas tenía que hacer, y la verdad es que no tenía ganas de hacerle daño a su amigo Goku, no más del que le había estado haciendo durante tanto tiempo, merecía felicidad. Pero Krillin no era tonto, conocía a Spider en escalofriantes leyendas, así que había decidido bien, prefería a Goku sufriendo que muerto.

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-Vamos, tenemos que terminar de una vez…- dijo Mio, revisando el libreto, caminando como leona enjaulada de un lado a otro. –Acaban de lastimar tu orgullo saiyan, en especial por que fue una mujer quien te lastimó… al gran súper saiyajin,  necesito que te veas furioso… muy furioso ¿de acuerdo? – levantó la vista unos momentos, para ver a Vegeta, quien le asintió, cansado de tanto rollo, como si él mismo no hubiera leído una y otra vez lo que pasaba.

Mio siguió parloteando, y el chico de cabello en punta suspiró, la temporada avanzaba rápido, no podía creer que ya llevaban casi dos meses grabando la saga de Cell, y que las cosas se estuvieran poniendo así de interesantes, bueno, al menos en la serie, porque en la vida real… eso era otra historia. Ni Goku ni él habían terminado con sus respectivas novias, tampoco es que pasaran la vida con ellas, ni las besaban, incluso tampoco demostraban serlo, pero cuando llegaba el momento de decirles, algo pasaba, y llegó el momento en que prefirieron ignorarlas y pasarlas de largo, a ver si se percataban de que las cosas ya no iban igual.

Las cosas en su relación iban extrañas, no empeoraban, pero tampoco habían mejorado mucho que digamos, los dos se consumían en suposiciones, pero ninguno quería dejar su orgullo un momento de lado, lo único que los mantenía tranquilo era el sexo regular que mantenían. Pero las dudas al final de cuentas no lo dejaban continuar, y así como él huía del tema de Chi, Goku escapaba cuando le preguntaba más profundamente de él, de sus acciones, de su infinita ignorancia respecto a muchas cosas. Estaba completamente ciego, y eso le hacía lanzar golpes al azar en la oscuridad. Y esos dañaban a veces sin darse cuenta.

Al menos las cosas en su vida social se habían compuesto mínimamente, tal vez ya no tenía a su amigo Harima con él, y probablemente jamás volvería a tenerlo, pero que compartiera camerino con Juun-Kun fue lo mejor que le hubiera podido pasar, era un gran chico y se habían vuelto amigos rápidamente, al menos con él ya no se sentía tan solo, y aunque todavía no le confiaba todo sobre su vida, sentía que cualquier cosa que dijera el muchacho la podía guardar. Y en verdad necesitaba desahogarse con alguien un día de esos.

-No, no, tenemos que ver primero lo de Mirai… hijo, ¿Dónde estás? – el pobre Trunks bajó la mirada algo avergonzado de que su mamá lo nombrara así en el trabajo de esa forma, pero terminó avanzando un poco al frente.

Vegeta rió brevemente, recordando lo sucedido con él hacía ya vario tiempo, quedándose algo perdido al volver a cuestionarse el porqué de aquello, la razón y la realidad de los actos grotescos, sucios, viles y engañosos de Goku. Le miró, de reojo, cruzado de brazos y mirada aburrida, clavada el frente mientras meneaba un pie con desesperación, harto ya de todo ese estrés que envolvía las horas casi infinitas de trabajo. Y le pareció casi increíble todo lo que había pasado en ese tiempo, todo lo que había cambiado, y la realidad de que ese mal hombre era al que quería. Se sintió incomodo de nuevo, y la necesidad de desaparecer y tomarse un respiro volvió.

-Oye, ¿Podrías acompañarme al mi camerino? Olvidé algo…- una voz a su lado le sacó de sus pensamientos, encontrándose a Juuro a su lado. Habría actuado menos espontaneo y disponible, pero alejarse de ahí era esencial en ese momento.

-Sí, claro… - comenzó a seguir al alto, confiado en que a la pelirroja le faltaba una biblia entera que recitar antes de regresar a la acción, emparejándose con el otro en el pasillo una vez afuera del set.

Le miró de reojo, preguntándose porque rayos se lo había pedido a él de entre tantos, como por ejemplo a sus hermanos, pero luego Vegeta fue consiente de una cosa, Juuro siempre estaba solo, los gemelos se movían juntos todo el tiempo, pero Juuro incluso parecía un desconocido para ellos, y eso lo dejaba con la única respuesta de que el tipo no tenía amigos. Lo había visto charlar con Krillin varías veces, pero intuía que posiblemente sólo era respecto a su convivencia en los camerinos, y Vegeta entendió que posiblemente le dijo a él porque era quien quedaba más cerca, y por qué definitivamente se sentía algo excluido de los demás.

-¿Y qué es lo que olvidaste? – preguntó cuándo ya estaban en la puerta.

-Los pendientes…- respondió, mirándolo y tocándose el lóbulo de la oreja con el dedo, le sonrió un momento, para girarse al frente y quitar el seguro de una vez. –Entra, los dejé por aquí…- Vegeta obedeció, echando un vistazo al lugar que era exactamente del mismo color y tamaño que el de él, con la diferencia de que Krillin y Juuro parecían más ordenados que él y Juun-kun.

Juuro comenzó a buscar en un cajón, metiendo la mano, pero no llegó a su objetivo, trató con la otra, pero ocurrió lo mismo. Vegeta le observó, notando aquello, y antes de que pudiera ofrecerse a sacarlo, Juuro se quitó las muñequeras de su traje, las responsables de que estuviera demasiado ancho como para entrar, dejándolas sobre el tocador frente a él. Metió la mano al fondo, tomando los pendientes y comenzando a colocárselos frente al espejo.

-Que tatuaje tan curioso…- comentó Vegeta, y el otro hombre miró sin disimular la araña dibujada sobre su muñeca, deseando golpearse por dejar notar algo que podría costarle un gran error.

-Sí, es bonita…- dijo, bajando la mano y colocándose las muñequeras de vuelta, pensando en si el chico no las había visto antes en Krillin, o si Goku no le había dicho nada de los Racnio, pero el bajito sonrió asintiendo.

-Sí, se te ve bien, no la había visto siempre traes cubierta esa parte… tal vez debería hacerme una…- Juuro rió ante aquello, pensando en que Mr. Aracne le cortaría el brazo antes de llevar la marca sin ser uno de ellos.

-Vamos, regresemos antes de que Mio llame a la policía por nuestra desaparición…-

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Estaba en sus planes. En sus órdenes. Atado de manos tras los deseos de Juuro, Spider, el número uno, ese sujeto del que no sabía que esperar, ni que pensar, al que temía, respetaba, odiaba y por desgracia también obedecía, y ahí estaba, recargado en la pared, pensativo y con un nudo en la garganta, un peso en el pecho con el que no podía cagar, sintiendo en su mano deslizarse el cuchillo hipotético que representaba apuñalar a su mejor amigo de la manera más vil, claro, una baja y vergonzosa para alguien como él, para alguien de su calaña. Por la espalda como el cobarde y rastrero que era.

Levantó la vista, tragando duro cuando vio a la mujer con cabellos color celeste acercándosele, con esos ojos asqueados el ceño fruncido, completamente incomoda de estar ahí. Se detuvo a una prudente distancia, cruzándose de brazos y soltando un suspiro hastiado, ladeando la cabeza interrogativamente. El calvito bajó la mirada un momento, por primera vez desde hacía muchos, muchos años, que era débil ante una mirada tan arrogante y fría, cortante, vacía, de esa manera en la que se sentía todos los días de su vida. Bulma arqueó una ceja, extrañada ante aquella acción, pero Krillin volvió a su postura indiferente, mirando fijamente a la mujer.

-¿Para qué me llamaste? – preguntó ella de mala manera.

-Quería proponerte algo, es una cosa que muy probablemente te interese…- le dijo, y el rostro de Bulma cambió a interés e intriga.

-¿Y que podrías decirme tu que me importara? – Krillin sonrió con suficiencia., conociéndola más de lo que ella creía.

-Sé que has estado deseando tu retribución, una venganza para Goku después de que te engañara… ¿No es así? – Los ojos de Bulma brillaron en deseo destructivo, pero su rostro realizó una mueca de incredulidad al recordarse con quien estaba hablando.

-Bueno, tal vez… pero… ¿A qué viene eso? ¿Tratas de engañarme? Goku es tu amigo, así que no me creas tan tonta como para caer en tus juegos sucios – el hombre se despegó de la pared, agitando una mano a un lado para indicar que se equivocaba, dejando ver una sonrisa retorcida y entusiasmada, muy contraria a la decepción que sentía hacía él mismo.

-Bueno, no estás tan mal informada sobre mí después de todo, pero no, no es una especie de “trampa” como te imaginas… es algo más… divertido…- sonrió, a sabiendas de que era completamente lo contrario. –Digamos que Goku ha estado divirtiéndose por ahí con alguien, solo quiero que alguien confirme mis sospechas…- Bulma se puso aun más derecha, angostando los ojos aun dubitativa.

-Oh, ya veo… quieres que le pregunte… ¿y que gano yo con eso? – Un siseo frustrado de Krillin abandonó su boca, pero decidió proseguir tranquilamente.

-Pues ganas que él sea infeliz, ganas que pierda a quien quiere… es lo que buscabas ¿no? – los labios de la mujer se apretaron, mientras de mordía la parte interior de la mejilla.

-¿Y qué ganas tú? – Krillin se sonrojó ante eso, recordando lo que Juuro le había dicho que dijera, pero era algo a lo que él se había negado, preparando una respuesta improvisada que tenía que ver con honor de amigos, pero Bulma le quitó la palabra antes de que pudiera responder. -¡Ya entiendo! Quieres tenerlo libre para ti… ¿no es así? – Él negó, pero ella soltó una carcajada. -¡No seas tonto, eso es imposible! No importa que le quites a la amante, Videl sigue ahí y no vas a lograr que se separe… tienes cero oportunidades…-

-¡No es una oportunidad para mí! – le aseguró, pero la chica solo asintió, completamente convencida con lo que ella había intuido. –Bueno, como sea… tu sabes muy bien que Goku no ama a Videl, ¿no es así? – Bulma volvió a asentir, pero esta vez seriamente. –No es solo una amante cualquiera, no es un amor carnal o pasajero… de hecho, no es ninguna amante… es un hombre del que quiero que lo separes – la vele sonrisa de la mujer se desvaneció, dando paso a un rostro molesto cargado de incredulidad.

-Estas diciendo locuras, Goku es todo un hombre, y…- esta vez fue Krillin quien soltó una carcajada ante aquello, y Bulma sabía, desde el fondo de su pecho, que el calvito tenía razón.

-Mira, él esta con Videl por conveniencia, pero no la quiere, y no lo hace porque simplemente no le gustan las mujeres… está enamorado de verdad, esta vez va en serio, y si haces lo que te digo seguramente se acabará lo que ellos tienen… - explicó, y a Bulma pareció quitársele el asco, agachándose un poco para estar a la altura del hombre.

-Y así tienes oportunidad, ¿Verdad? Aunque te advierto que aun siendo gay veo muy difícil que salga contigo…- Krillin volvió a sentir la rabia, pero no dijo nada, solo volvió a respirar profundo.

-¿Aceptas o no? – la cuestionó, y la chica se lo pensó un par de segundos antes de asentir.

-Pero bueno, dime de una vez de quien se trata, ¿es Yamcha? Eso explicaría su papel de macho que se da… ¡No, espera! ¿Es Tien? ¿O Trunks? No, es muy joven para él, ¡Ya sé! ¡¿Es Juun?! ¡Quedarían hermosos juntos! Los dos son tan lindos… aunque acaban de conocerse y…-

-¡No! – interrumpió Krillin antes de que sus oídos siguieran siendo azotados con semejantes locuras. –No es ninguno de ellos, creí que lo imaginarías… - Bulma frunció, deseando no escuchar el nombre que estaba en primera fila en sus pensamientos. –Estoy hablando de Vegeta…- La mirada de la chica cayó al suelo, pensándose las cosas un momento.

-Tiene sentido…- murmuró, mirando al hombre y dedicándole una leve sonrisa. -¿Qué es lo que tenemos que hacer? –

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Giró en otro pasillo, pero nada. Nada en ningún lado. Se movió otra vez, andando a pasos apresurados, después de haber estado esperando por largo rato en el estacionamiento y que Goku no llegara se había decidido a buscarlo dentro de las instalaciones, ni siquiera lo había descuidado más de diez minutos cuando lo perdió de vista. Sentía algo de preocupación, pero no se comparaba a la desesperación y nerviosismo que sentía, algo que presionaba dolorosamente sobre su pecho.

-¡Hey! ¡Vegeta! –la voz gruesa pero suave de Juuro le llamó, y se detuvo a la mitad del corredor, girando a un lado, por donde le vio venir. -¿Qué haces aquí tan tarde? – cuestionó, y el chico resopló, no queriendo pensar en eso.

-No encuentro a Goku, y no tengo como regresar al departamento…- le dijo, omitiendo obviamente muchas partes. Juuro sonrió, y aunque Vegeta sabía que era un tipo amable, le daba algo de escalofríos verlo hacerlo.

-Lo vi hace un rato, no más de cinco minutos, iba en dirección al camerino de Bulma, con ella, claro…- le explicó, y Vegeta suspiró, deseando poder tener algo finalmente.

-Iré a ver. Gracias, nos vemos mañana…- se despidió con un ademán, comenzando a avanzar velozmente por el pasillo, teniendo en la mira el camerino de Bulma, el cual no quedaba lejos de ahí.

Divisó la puerta, la cual estaba levemente abierta, así que se acercó, pero los escuchó hablar, así que decidió esperar, no era como si fuera a meterse a interrumpir. Estaba a punto de darse la vuelta, pero la voz de Goku le llamó la atención. -¿Me vas a decir de una vez que quieres? – preguntó, y por el tono de voz que tenía, se notaba que no era la primera vez que cuestionaba eso.

A Vegeta le entró la curiosidad, así que se quedó en su sitio, sin saber que detrás de él Krillin lo vigilaba, escribiendo algo rápidamente en su móvil, para luego darse a la fuga, como siempre. –Espera, solo dame un…- el sonido del celular de Bulma la interrumpió, y por los breves segundos que ella se quedó en silencio, intuyó que lo leía. –Bueno, tienes razón, te lo diré ya…- sonrió, dando unos pasos hacia él. –He tenido la duda, ya sabes, de algo que ha dado mucho de qué hablar de ti…- Goku permaneció inmutable, ero por dentro sintió miedo ante el tema. –Es, acerca de Vegeta…- por fuera el mencionado se sobresaltó, acercándose un paso más a la puerta para escuchar mejor.

-¿De Vegeta? No tengo nada que decir sobre él, y si es todo me voy yendo de una vez…- Bulma lo frenó del brazo, antes de que siquiera pudiera dar un paso.

-Podrás hacer tonto a todo el mundo si tú quieres, pero yo te conozco, te conozco como no tienes idea, y sé que algo ocultas – Goku se soltó, mirándola seriamente. - ¿Crees que me creo el cuento que solo por buena persona le dejaste vivir en tu casa y ahora permites que se quede en tu departamento? ¡No me hagas reír! ¡Tú y él no podrían ser amigos nunca! –Goku sonrió, arrogante, sin poder evitar usar la oportunidad de llevar la contraria y pelear con esa mujer.

-No, tienes razón, no podríamos ser amigos, nunca…- admitió, sabiendo muy bien que en sus pensamientos la frase “somos más que eso” acomodaba a la perfección su oración. Se movió de nuevo para irse, pero Bulma volvió a retenerlo, alzando el rostro al hablar.

- Un impulso tan grande no puede ser tan inocente – la frase crispó a Goku, dejándolo quieto, asustado, con un sinfín de recuerdos acosándolo, con la sensación de escozor y dolor profundo en su pecho, escuchando incluso la voz de Aki en su cabeza. Era imposible, y sintió como la boca se le secaba ante aquello, ¿Dónde pudo haberla escuchado? No, era grande la coincidencia, pero de seguro solo era eso, una coincidencia. Tragó, desviando la mirada a un lado para tratar de tranquilizarse.

Quería contestar con coherencia, quería decir un “no te interesa” o un “La verdad es que estamos juntos” pero no podía, no podía ante esa frase, ante aquello con lo que había sido lastimado años atrás, muchos años atrás, pero que sin embargo seguía en su cabeza, repitiéndose con claridad. No podía ser sincero, no podía decir nada con sentimiento cuando debía enfrentarse a aquella frase. La ira y odio de aquel día se repetían en su cabeza, llenando su alma de rencor hacia todos, solo con ganas de lastimar, como aquel día hicieron con él. Solo quería zafarse de aquello. Poder decir un poco de lo que no dijo, de lo que debió decir.

-Cierto, no lo hice desinteresadamente…- soltó, y Vegeta, recargado afuera, abrió los ojos, algo tenso con la idea de que confesara todo, pero por la mente de Goku corrían otras ideas. –Tenía un plan, todo era un plan…- no eran las palabras que había dicho Irie aquel día, pero era así como él lo había escuchado. -¿Creías en serio que sería solo por ser amable, bueno, amigo? – sonrió, sin verla, y Bulma miró hacia la puerta, deseando de verdad que Vegeta estuviera escuchando. –No, yo necesitaba más, más fama, más dinero, y él era mi buena opción, para hacerme rico, para hacerme más famoso, para que me conocieran como el bueno que le dio asilo a un tonto…- Bulma asintió satisfecha.

-¿Eso es verdad? ¿Hablas en serio? ¿No será que estás enamorado de él? – preguntó, recitando las preguntas que Krillin le había dado.

-¿Enamorado de él? ¡Ja! No digas estupideces, no podría enamorarme de un niño…- Bulma creyó que lo decía por su leve diferencia de edad, pero en la mente de Goku las cosas iban hacia otro asunto. –No podría quererlo, no podría… nunca…- dijo lo que quería escuchar, aquello que era mejor que la dolorosa verdad.

-¿Entonces estás jugando con él, no lo quieres? – Picó, de nuevo, y Goku negó, lentamente.

-No, no lo quiero, no tengo razones para mentirte… - la puerta se abrió, y ambos voltearon a ver, encontrándose con Vegeta, quien en lugar de estar triste o llorando, solo tenía rabia y rencor sobre sus facciones, mirando con nada más que odio a Goku, incluso ignorando por completo a la mujer, quien sonrió complacida.

-Si me lo que querías era darte más fama te hubieras quedado con Trunks, maldito bastardo…- le dijo, despegándose de la puerta y avanzando por el pasillo.

Goku salió de su trance autoimpuesto, lanzando a Bulma a un lado al moverse rápidamente para salir. -¡Espera! – le gritó, mientras las cosas horribles que dijo se repetían en su cabeza. -¡Por favor, escucha! – Vegeta frenó, girándose bruscamente en su dirección.

-¿Qué quieres que escuche? ¿Más de tus sucios engaños? ¡Claro, no te preocupes, ahora sé que todo es mentira! – se acercó a él, en lugar de retroceder. -¡Siempre lo supe, no sé cómo pude creer en ti! – exclamó, intentando irse, pero el más alto lo tomó por la  muñeca, impidiéndoselo.

-¡No sabía que estabas ahí! – dijo velozmente, y una risotada escapó de Vegeta.

-¡Claro, si lo supieras no habrías dicho la verdad! – se soltó, hirviendo en rabia. –No te preocupes, no estoy decepcionado, no esperaba nada de ti de todos modos – Goku frunció, sintiéndose acorralado entre las palabras.

-¡Lo que oíste es mentira, sabes muy bien que debemos hacerlo! – Vegeta se movió para mirar detrás de Goku, encontrando a Bulma mirándolos.

-¡Cuidado! Bulma nos sigue escuchando, y no tienes por qué mentirle a esa mujer, ¿No? ¡Ya lo sé todo, deja de hacerte el imbécil conmigo! ¡Ya te dije, no me importa, sabía bien que eras un mentiroso y farsante! – Goku se movió rápido, impidiéndole el paso.

-¡¿De verdad crees eso?! ¡¿De verdad no confías en mí?! ¿Acaso eres tan tonto que no recuerdas lo que acordamos? ¡¿Es tanta tu necedad?! – le gritó, y Vegeta mostró los dientes, enrabietado.

-¡Tú mismo lo dijiste, soy un tonto, pero por creer en ti, por haber confiado en ti! – le respondió, dando otro paso en su dirección, retadoramente. -¡Pero ya no! ¡Estoy harto de tus mentiras, de tus tonterías, de todos tus tratos sucios con todos! ¡Todos tus secretos y todos tus cambios de humor y de carácter! ¡Ya no quiero saber de ti! ¿Y sabes qué? ¡Tal vez sea reciproco, tal vez yo tampoco pueda enamorarme de ti nunca! – aseguró, aunque bien sabía que era mentira.

-¿En serio? ¡¿Hablas en serio?! ¡¿Estás seguro de lo que dices?! ¡Escúchate bien! – le advirtió Goku, pero el otro estaba preso por la rabia.

-¡Sé lo que digo, y tú también deberías escucharte cuando hablas! ¡¿Querías dinero?! ¡Tengo una sorpresa para ti, soy pobre! ¡Así que déjate de engaños y lárgate! – Trató de irse de nuevo, pero Goku volvió a detenerlo por el brazo.

-¡Yo no lo hago por dinero, de ese créeme que tengo suficiente! – le aseguró, pero solo alteró más al otro.

-¡Tendrás dinero, pero es lo único que tienes! ¡Eres un maldito cretino interesado sin sentimientos! – Las manos de Goku se fueron en un impulso contra su cuello, tomándolo por la orilla de su camisa.

-¡Tú no sabes nada de mí! – le gritó en la cara, azotándolo contra la pared levemente. ¡No sabes nada de nada! ¡Cree lo que se te venga en gana, estoy harto de esto también!- Lo soltó, y Vegeta soltó un rugido, pisando nuevamente el suelo, mirando como Goku se marchaba a grandes zancadas del lugar.

Notas finales:

No, no voy a hacerle como en la telenovela “la gata” en donde se pelean y se reconcilian, y se pelean y se vuelven a reconciliar… y así sucesivamente infinitamente. Tengo que decir que el final ya está cerca, así que digan, huy que bruto que cerca está, pues no… jejeje… pero al menos ya lo veo… cerca… derechito… no les digo cuantos caps faltan para no asustarlos… jejeje, pero pocos… Gracias por leer, nos vemos la próxima semana, peor que en serio que ya quiero acabarlo… es el más largo hasta ahora que he escrito… besos a todos!


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