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Como en la vida real. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Recuerdan que dije que no tendría mucha importancia? Mentí, lo fusioné con el que seguía y llegó una parte súper genial. Me emocioné como hacía tiempo no lo hacía, ojala les guste como a mí, el título dice mucho xD!

Los corchetes ([…]) es adelanto de tiempo de unos minutos, la línea de guiones (---) es adelanto de tiempo de unas horas, y si es más tiempo lo indicó entre paréntesis.

Las miró entrar en la cafetería, y como no tenía que nada mejor que hacer y ya estaba acostumbrada a su apodo de bruja entrometida, realmente no tenía mucho que perder. Las dos se sentaron en una mesa céntrica, así que se vio obligada a meterse también y acomodarse en una continua a ellas, tenía bastante curiosidad de cómo habían resultado las cosas, y aunque Krillin se lo contó, no le había especificado detalles, alegando que ni él mismo lo sabía. Pero su sed de ´sabiduría´ era infinita, así que paró oreja, y fingió tomar su té mientras ´escuchaba´ música en sus audífonos. Le costaba trabajo escuchar, sí, más con esas cosas puestas, per Chi-Chi parecía muy divertida casi gritando las cosas, incluso parecía que lo hacía apropósito, como si quisiera que lo supiera.

-Entonces… ¿Te contesta como hombre? – la pregunta de Juu-Chan iba más que nada para información propia y mero morbo, pero la morena estaba bastante entusiasta en tocar aquel tema.

-Sí… y es excelente…- rio divertida, cubriéndose la mitad del rostro con la palma de su mano. –Me hace tan feliz…- agregó más calmada, tomando un poco más de su ensalada en su tenedor, observándola simplemente sin llevársela todavía a la boca.

-¿Hablas en serio? Yo siempre los veo muy distantes…- le dijo, y a Chi le dolió en lo más profundo.

-Sí, bueno, no es muy cariñoso que digamos… al menos no en público… pero yo sé que me quiere tanto como yo a él…- el amor e inocencia femenina la hizo confiar en aquello, y Juu sonrió algo decepcionada.

-Vaya… entones es seguro que te quedas con él… ¿no? – recargó su rostro en su palma, soltando un suspiro fastidiado con la idea de Chi-Chi quedándose al lado de Vegeta.

-Claro, bueno, nada me gustaría más que permanecer a su lado por el resto de nuestras vidas – Juu-chan quiso reír ante aquellas cursilerías, era como si Chi-Chi estuviera dando sus votos matrimoniales en ese mismo instante.

-Y yo que creí que encontrarías un nuevo amor…- metió como quien no quiere la cosa, abogando siempre por el lado familiar.

-¿Un nuevo amor? ¡Claro que no! Vivo con el amor de mi vida, tengo al hombre perfecto ¿Qué más puedo pedir? – bebió de su jugo, y Juu sonrió ladinamente mientras atrapaba un pepino en su cubierto.

-Bueno, después de que te cumple con hacerte el amor salvajemente todas las noches, ¿Qué más se puede pedir, no? – Chi-Chi se sonrojó, exactamente lo que estaba buscando la rubia, y aunque de sobra sabían que no era verdad, especialmente la hermana de Goku que solo había tenido intimidad con Vegeta dos veces, no podía negarlo, no por orgullo, así que asintió manteniendo aquella mentira.

Bulma sonrió, ansiada con comunicar aquella información a medio mundo, con eso seguro esparciría el rumor de una boda entre ellos, nuevamente. Pensó en la cara de Goku, esa de terror y de dolor que había puesto cuando le tendió la trampa, y se extasió de solo pensarlo. Terminó con calma su té, y después Juu y Chi-Chi se levantaron, partiendo del lugar de regreso a los escenarios. La mujer del cabello celeste se puso de pie también, dispuesta a marcharse y comenzar a detonar aquello, que cada uno en ese lugar tuviera en su boca aquella información.

Avanzó a la salida unos momentos después que las mujeres pasaran la puerta, pero antes de llegar se percató de un sujeto muy extraño y gracioso, con unos lentes negros y un sombrero grisáceo que hacía juego con su gabardina del mismo color. Su rostro estaba en dirección a la puerta, como si hubiese seguido el camino que realizaron aquel par de amigas, y era porque realmente así había sido. -¿Y ahora por que traes eso encima, Krillin? Te hace ver bastante ridículo…- el hombre se sobresaltó, mirando a la mujer que tomaba asiento del otro lado de la mesa.

-¿Bu…Bulma? ¿Cómo supiste que era yo? – cuestionó realmente sorprendido, quitándose los lentes y cuestionando aún más con la mirada.

-Krillin, no seas estúpido… hasta un ciego lo notaría. ¿Quién más puede entrar aquí y tiene esa estatura tan peculiar? Ya dime, ¿Por qué te disfrazaste? – el muchacho se quitó también el sombrero, descubriendo su calva y dejándolo a su lado en la mesa.

-Yo… yo creí que no me parecía…- bajó la cabeza, y la chica soltó una risa divertida.

-¿Y eso de que te sirve? ¿Estabas siguiendo a alguien? – preguntó, y las mejillas del bajito se sonrojaron. –Ya veo… con que si… ahora que recuerdo hoy no ibas a filmar… de hecho hoy lo único que se iban a hacer eran unos cuantos ajustes… ¿Qué haces aquí entonces? – el hombre negó, rascándose la cabeza.

-Después de todo ¿Qué haces tú también aquí? – Bulma se cruzó de brazos, sonriendo altaneramente.

-No trates de cambiarme el tema… estábamos hablando de ti… ¿será que viniste a ver al amor de tu vida? – los ojos de Krillin se alzaron asustados, y la chica sonrió satisfecha con eso. –Ya veo, ¿no soportabas ni un día sin ver a tu amado Goku? – Krillin negó enloquecidamente, levantando las manos para agitarlas en el aire en negativa, pero la mujer siguió riendo. –Espera… ahora que lo recuerdo Goku no vino… - razonó, y el pelón suspiró un poco aliviado. –Ahora que lo pienso… parecía que estabas viendo a esas mujeres…- iba a continuar pensando, pero Krillin hábilmente la detuvo.

-Hablando de ellas, parecías escucharlas… ¿Descubriste algo? – El chisme, la debilidad de la mujer.

-Oh, sí, eso, no vas a creer lo que oí…- bajó la voz, acercándose a él en esa situación tan obvia y propia de ella de ´comunicar´ algo importante. –Al parecer a Vegeta ya no le importa nada Goku, creo que hasta un favor le hicimos… Chi-Chi dijo que incluso podría haber planes de Boda – Krillin sabía de sobra que estaba exagerando, pero el rearmado chisme le gustó bastante.

-Genial… eso seguro le caería mal a Goku si lo escuchara…- comentó, en parte verdad y en parte simple provocación para incitarla a ir y abrir la boca con todos.

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No podía creerlo. Entre más lo pensaba menos lo creía. Llevaba horas ahí acostado mirando hacia arriba, perdido en un sinfín de pensamientos y suposiciones que iban de lo más absurdo a lo más espeluznante. Estaba agradecido de que Chi-Chi hubiese tenido que salir, así tenía ese día libre para él, para pensar. No había dormido más que un par de horas en la noche, y cuando lo hizo tuvo unas pesadillas horribles. Estaba lleno de pánico, lleno de dudas, lleno de tantas cosas que se le escapaban de la situación y se desbordaban por todos lados en sus manos.

Obviamente creía en Juun, no había ningún motivo para que él le mintiera, incluso lo consideraba su amigo… pero… lo que le dijo si era algo muy, muy difícil de poder creer, de procesar, sencillamente esa confesión era la más dura cosa que le había tocado escuchar. Las palabras que le había dicho se repetían, y mientras más lo imaginaba su estómago se revolvía hasta causarle náuseas combinadas con coraje y miedo. Era imposible creer que el Juuro que conocía y el Juuro que le había descrito Juun era la misma persona, no coincidían en nada.

Debía admitir que le gigantón era alguien misterioso, alejado del resto, callado y que su presencia imponía, doblegaba… pero de eso a que fuera no-sé-que-tantas-cosas era muy diferente. Vegeta comenzaba a cuestionarse si tenía un problema en juzgar a las personas, había creído que Juuro era una buena persona… y resultaba que no en realidad. También había creído lo mismo de Goku, y le había salido con algo parecido, había pensado que Harima era un malo y había sido bueno… ¿Qué seguía? ¿Qué Krillin fuera un villano malvado en lugar del tipo rarito y tímido? No, pensó negando, eso ya era llegar a los extremos.

Enfocó de nuevo sus pensamientos en los hermanos, y la palabra familiar se retorció en sus pensamientos saqueadoramente. Le había dicho, le había afirmado que lo que Juuro le había contado no eran más que mentiras… que él no tenía amigos cerca por que tenía la mala maña de que cuando estaban muy juntos a él, tendía a matarlos. ¿Tendía a matarlos? ¿Qué clase de explicación lógica o coherente era esa? No puedes simplemente ir y decir que un sujeto, que por cierto es tu hermano, esta solo porque, guiado por una fuerza desconocida, terminaba por arrebatarles la vida.

Claro que comenzó a reír cuando escuchó eso, y claro que el semblante serio de Juun-kun se oscureció más al recibir aquello como respuesta. “Es la verdad” le dijo. “Mi hermano es un asesino” Bien, cuando iba a estudiar la preparatoria no recordaba haber escuchado nada sobre una carrera con ese nombre, así que definitivamente estaba hablando de que Juuro era un maldito maniático que acababa con las vidas de los demás por alguna razón. Y las razones que atravesaron su mente le dieron más miedo.

“No puede ser verdad, no puedo creerte… ¿Cómo podría ser eso verdad?” Él y su mente inocente que cree que toda la gente en el mundo es buena y que algún día se tomaran todos de las manos y cantaran y bailarán alrededor del fuego. Claro.

“Vegeta, tienes que creerme… estoy hablando en serio… ¿Qué ganó yo mintiéndote de esa manera?” había preguntado, susurrando y con un rostro lleno de pánico que a Vegeta no le quedó duda de que hablaba en serio. “Yo… quiero evitar verte en una caja dentro de unos días… por es te lo digo… “Vaya, que te digan eso es verdaderamente alentador. “No es como si fuera diciéndoselo a todo mundo, de hecho, estoy confiando mi vida en ti… así como yo estoy salvando la tuya” Vegeta se imaginó a él mismo, parado en aquella terminal de autobuses con rumbo a la ciudad hacía un tiempo, y deseó con todas sus fuerzas viajar al pasado y detenerse antes de que pusiera un pie sobre aquel vehículo. “No” se habría dicho. “Vas a desear volver en menos tiempo del que crees… ahórrate el sufrimiento de escuchar palabras aterradoras…” sí, eso hubiera sido buena idea.

“Pero… ¿Cómo o por qué? ¿Acaso él quiere matarme?” se sintió hostigado, extrañado, mareado, y en ese momento no había querido créeselo todavía.

“No lo sé… pero definitivamente no planea nada bueno, nunca planea nada bueno… si se te acerca demasiado… estás en su mira” un desmayo hubiese sido bueno, ¡No! Posiblemente algo como el final de Súper Campeones, quería despertar en el hospital de su pueblo y que le dijeran que una vaca lo golpeó noqueándolo y todo eso hasta entonces había sido un sueño. Sí, pero la vida es ingrata. “El por qué no lo sabría… él nunca trabaja por su cuenta, no sino va a recibir dinero a cambio de eso…” Sí, una cerveza con sus amigos de la escuela vendría bien, ¿Por qué no lo había hecho más seguido?

“¿A cambio de dinero? ¿Quieres decir que…?”Juun había bajado la cabeza, suspirando largamente y pensándose con calma si estaba dispuesto a decirle o no, con lo que había soltado ya se había metido la soga al cuello, pero faltaba todavía que le quitaran el banquito de donde se sostenían.

“No puedo decir mucho, suficiente es que sepas que trabaja para… unas personas… en donde matar es su especialidad” Vegeta quería un descanso después de aquello, un momento para pensar, otro para tomarse un café, y otro para llorar como niña desesperada al sentirse apuntalado con un arma justo en la nuca.

“¿Cómo lo sabes? ¿Eres… eres uno de ellos?” la pregunta posiblemente insultaba, ¡Pero al demonio con eso!, no se quería llevar nuevas sorpresas más adelante.

“No, no… claro que no… es sólo que… hace mucho tiempo, cuando Juu y yo trabajábamos como modelos, por accidente descubrimos lo que nuestro hermano hacía… y cuando quisimos ayudarlo, sacarlo de eso y demandar a los malditos que lo obligaban, levantó su arma, nos apuntó y nos dijo que no lo hacía porque lo obligaban, que lo hacía porque era la cosa más divertida sobre este mundo…” Juun para ese momento le estaba hablando en susurros, pegado a su orejea, incluso cuando movía los labios le daban cosquillas a Vegeta, pero la situación requería esa y más discreción.

“¿Él… él sería capaz de matarlos?” una leve risa sarcástica salió de los labios de Juun, pegándose aún más, teniendo que tomar los hombros de su amigo para sostenerse a esa distancia.

“Él nos ha hecho cosas peores…” su piel se erizó al momento de oírlo, pensando o con claridad todo aquello, sin siquiera desear preguntar que había sido, con lo que intuía bastaba, además no estaba lo suficientemente estable como para que le dijeran algo así.

“Junn… ¿Por qué no lo acusan con las autoridades?” ´si, graciosísima idea, debería tener de esas más seguido, quizá la próxima cosa que proponga sea coserse alas de pollo en la espalda para volar´ pensó Vegeta en ese momento, recriminándose a sí mismo.

“Si lo hago, muero… además… después de todo él es mi hermano…” no podía creer que lo defendiera a esas alturas, pero tampoco iba a ponerse tenso por eso. “Así que por favor, tu tampoco digas nada a nadie, sólo aléjate de él, huye… si lo haces estarás a salvo y no habrá nada malo en esta historia… estamos a punto de finalizar las grabaciones y partir… por favor…” había sentido en respuesta, y luego Juun se separó un poco para mirarlo a los ojos. “Promételo” le exigió, luego de un asentimiento, se dieron la mano.

Pero ahora pensaba, ¿cómo demonios afrontaría todo eso sin decirle a nadie? ¿Qué rayos haría? ¿Cómo escaparía? Demonios, eran tantas preguntas y ni una tenía una respuesta convincente. Tampoco es como si estuviera seguro de que Juuro le haría algo, así que no podía renunciar y salir corriendo como el cobarde que era, aunque tampoco descartaba la posibilidad de estar bajo su mira, lo que no podía dejar de ponerlo nervioso y a la defensiva. Que dilema, odiaba tanto la incertidumbre, pero claro, odiaba más la idea de estar muerto, así que mantenerse al margen de todo sonaba a la mejor opción.

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-Voy a hacerlo…- le informó, y Krillin se hubiera arrancado el cabello de la desesperación, pero claro, él ya era calvo.

-No digas estupideces, no puedes, no debes – insistió, pero Goku estaba firme en su decisión.

-¿Qué no puedo? ¿Qué no debo? Krillin, ya te lo dije, al demonio con todo lo que habías planeado, a mí no me interesa… yo sólo lo quiero a él…- Krillin se sostuvo el estómago, levantando una mano para que Goku se callara.

-No hables, me dan asco tus palabras – el más alto bufó, pasándose una mano por el rostro para intentar calmarse. -¿Cómo puedes hablar así? ¿Cómo después de lo que te dijo? ¿No tú mismo me dijiste que es un exagerado y que no confía en ti? – lo retó, pero el otro chico no se iba a dejar tan fácil.

-Sí, lo es, pero no me importa, ¡De hecho tiene razón! Yo he sido más desconsiderado que él desconfiado… además… después de que supo la verdad…- Krillin se levantó de un salto de su lugar, mirando a Goku desde arriba, pues el otro estaba sentado en el sofá.

-¿De qué verdad hablas, Goku? No le habrás dicho… - Goku se puso de pie, mostrando en su rostro molestia también por aquello.

-¿Y tú crees que yo soy un loco al que le gusta que se lo lleven a la cárcel o que Mr. Aracne le corte la cabeza con un movimiento de dedo? – preguntó sarcástico, y el más bajito volvió a su lugar mucho más tranquilo.

-Bueno, tienes razón… pero entonces, ¿Qué verdad le dijiste? – Goku regresó también a su lugar, meditando las palabras que diría.

-Una verdad a medias… le dije que traté de robarle, que lo había hecho antes, pero no le dije a quienes ni mucho menos para quien lo hacía…- aunque al otro hombre igual no le gustara la idea, asintió sin otra alternativa.

-Él debe odiarte después de eso, ¿Cómo planeas recuperarlo? – preguntó, más para poder arruinarlo que otra cosa.

-Sí… lo sé… debo ser la peor persona para él… pero sé que me quiere… sé que si aclaro todo, llegara a perdonarme…- quiso creer, pero realmente no sonaba muy convencido.

-¿Te perdonara como lo hizo Piccolo? – Goku estaba demasiado estresado como para pelear en ese momento, así que solo le aventó la botella de vino que había en la mesa, advertencia de que no debía siquiera mencionar aquel nombre. Krillin la esquivó apneas, subiendo las manos en señal de que no lo volvería a hacer. –Bueno, ¿y no llegas a creer que posiblemente Vegeta ya esté bien? ¿Mejor sin ti? – la cosa dolía, y pensarla dolía aún más, pero Goku no se permitió flaquear respecto a eso, sosteniéndole la mirada a su amigo.

-Jamás, me necesita tanto como yo a él… - era mentira, se notaba desde el espacio que el que no podía vivir sin él otro era él, pero de igual manera una depresión similar había embargado a Vegeta desde la pelea.

-¿Estás seguro? – la sonrisa y el tono de voz que usó Krillin indicaba que sabía algo lo suficientemente convincente como para retarlo en ese aspecto, y aunque deseó arrojarle esta vez su copa de cristal en la cara a ver si le distorsionaba su maldita sonrisa, se contuvo, angostando la mirada intrigado.

-¿De qué hablas? – Krillin se vio satisfecho con el interés que generó, pero no lo hizo tan notorio porque se suponía debía estar de su parte.

-Escuché a Chi-Chi hablar, a tu hermana, ya sabes… la novia de Vegeta – sus provocaciones no ayudaban en nada, pero Goku era fuerte. –Creo que ya sabes que viven juntos… ¿no? – el otro asintió sin mucho interés y sin nada de gracia. –Bueno, pues escuché que son muuuuy felices… - se detuvo un momento, recargándose y cambiando su mirada a una cargada de picardía. –Y sabes a lo que me refiero… ¿No? –

Quería ver a Goku goler todo, gritar como desesperado mientras soltaba un sinfín de leperadas en contra de todos y nadie, lo quería, sí, pero también lo quería lejos de Vegeta, lo más lejos que se pudiera en realidad… por su propia vida, y por la propia estabilidad de su amigo. Cuando Juuro pusiera sus manos en él, cuando se lo quedara, si Goku seguía queriéndolo eso le dolería mucho, seguro y ver el tercer funeral de un ser querido no sería para nada agradable, ¿Quién lo decía? Posiblemente Goku hasta podría quedar loco después de eso.

-Está bien, lo entiendo…- respondió con una calma no esperada, aun cuando Goku ardía por dentro imaginándose a Vegeta en la cama con alguien más que no fuera él. Pero se contuvo.

-¿Está bien? ¡¿Lo entiendes?! ¡¿De qué rayos estás hablando?! – dijo exaltado, mirando como en sus ojos, en lugar de odiar, parecía madurar, entender, comprender y pensar.

-Lo entiendo, y tenía todos los motivos y posiblemente todo el derecho de hacerlo. Fue débil, cree que puede solucionar todo… creyó que podía con eso. Yo mismo lo he intentado, una y otra vez… pero jamás funciona, por eso lo entiendo…- explicó, mientras se ponía de pie lentamente. –Y está bien porque cuando lo hacía, cada vez que estaba con Bulma, Videl o cualquier otra intentando olvidar, cada vez que las abrazaba deseando poder amarlas… fallaba, y me daba cuenta de que lo que verdad quería, lo había perdido de la manera más absurda…- Krillin no sabía cómo objetar a eso, así que solo lo siguió con la mirada mientras avanzaba a la salida. –La diferencia entre Vegeta y yo, es que en mi caso yo ya no podía hacer nada… él estaba muerto… pero Vegeta, Vegeta aun me tiene…- tomó su gabardina del perchero, colocándosela listo para salir.

Krillin se puso de pie alterado, y extrañado por que el que debía irse de ahí era él, no Goku, ese era su departamento. -¿Qué vas a hacer? ¿A dónde vas? – preguntó, sin saber si era momento de lanzarse sobre él para detenerlo.

-Voy a arreglar toda esta mierda… - contestó, saliendo por la puerta y cerrándola detrás de sí.

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Miraba la pantalla de su móvil mientras caminaba por la oscura calle, levantando los ojos sólo cuando debía cruzar la carretera o alguien pasara muy cerca de él. El teléfono de Juuro resplandecía en la pantalla, y llevaba más de dos cuadras decidiéndose entre llamarle o no. Probablemente era muy precipitado, probablemente estaba poniendo a su amigo en bandeja de plata, pero después de tantos años de servir como esclavo, ciego y traidor, era muy difícil para él no informar al hombre que lo controlaba en ese momento.

Finalmente lo llamó, llevándose el aparato a la cara, deseando que no contestara al mismo tiempo que aguardaba por ello. Tras el tercer toque la voz gruesa y algo suave sonó del otro lado, y Krillin tardó en decir algo, estaba bastante nervioso. -¿Krillin? ¿Qué pasa? – preguntó directamente, y el bajito se frenó completamente para charlar.

-Es Goku…- meter el nombre de su amigo en todo eso era agobiante, pero no era como si tuviera muchas opciones de ocultarlo.

-¿Goku? ¿Qué pasa con él? – esta vez la voz se escuchaba más extrañada que otra cosa, y sabía que no era muy bueno crear interés en alguien como él.

-Quiere arreglar las cosas con Vegeta, fue a hablar con él ahora mismo…- no se lo había dicho, pero eso Krillin lo había intuido sólo.

-¿Arreglarlas? Después de lo que hicimos no creo que tengan ni una oportunidad…- sonó tranquilo, pero el bajito no estaba muy seguro de eso.

-Creo que Goku tiene un plan de convencimiento muy favorable, estoy más que seguro que si hablan, se perdonarán…- Juuro suspiró, tomándose unos segundos en silencio para contestar.

-¿Qué puede ser tan fuerte? Veo a Vegeta bastante lejos de poder ceder…- Krillin gruñó, preguntándose internamente por que seguía ayudando a ese tipo, pero decidió ser paciente, después de todo es también ya era su problema.

-Mira, Juuro, Vegeta es un sentimentalista, y lo poco que lo conozco puedo asegúrate que lo hará, y de todos modos, si no lo perdona no le quita el hecho de que está viviendo con Chi-Chi, y que los dos juntos quieren boda y todo eso – Juuro rió al otro lado del teléfono, haciendo que Krillin volviera a bufar intranquilo.

-Eso no pasará, Vegeta sería viudo antes de casarse… - al bajito no le vino en gracia, soportando la risa poco bromista del otro por la bocina. –Pero bueno, si tan seguro estás vamos a hacer una cosa, esperemos a mañana… veamos que tal están, y si es necesario actuar, lo haremos, si no, después me haré cargo de esa mujer…-

-¿Actuaremos? De ninguna manera planeo permitir que…- protestó exaltándose, pero fue callado por el otro.

-No lo haremos nada a tu precioso Goku, si es lo que te preocupa… tengo un plan mucho mejor en mente… es más, deseo que lo hagan, así podré divertirme un muy buen rato…- Krillin iba a decir algo más, pero Juuro colgó, dejándolo escuchando el pitido de la llamada finalizada.

-Maldito…- chasqueó, bloqueando su móvil y continuando con su camino en la calle.

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Los dos se miraron cuando el timbre sonó, haciendo una expresión de incógnita y sorpresa al preguntarse quién podía ser a esa hora. Chi-Chi se levantó una vez que el timbre sonó por segunda vez, haciendo sonar sus zapatos mientras realizaba una carrera a la puerta, gritando un leve “Ya voy” cuando insistieron una vez más. Abrió la puerta, dejando apenas una leve rendija para ver quién era antes de abrirla completamente. -¿G-Goku? – dijo extrañada, abriendo los ojos y sin saber que decir.

-Hola Chi…- saludó sin nada de ánimos, apenas alzando la mirada mientras sus manos se escondían en su gabardina.

-¿Qué haces aquí? – preguntó, pero sacudió su cabeza para retractarse. –Vamos, pasa…- movió la madera hasta el tope, pero Goku no dio ni un paso.

-No, gracias… ¿Esta Vegeta? – sintió raro preguntarle eso a su hermana, más en ese lugar y en ese momento.

-Amm... si, ¿Quieres hablar con él? – cuestionó, y Goku asintió débilmente.

-Dile que venga aquí un momento, pero no le digas que soy yo…- Chi-Chi acató la orden sin saber muy bien porque, entrando de vuelta, mirando como el muchacho seguía comiendo con calma de su plato.

Soltó un “¿Quién era?” con la boca entre llena, pero se lo tragó todo cuando vio el semblante serio de la mujer. –Te hablan a ti, si puedes ir un momento…- a Vegeta se le hizo raro, e iba a preguntarle quien lo buscaba, pero quiso pensar que si lo supiera se lo habría dicho. Se levantó de su lugar, limpiándose la boca con la servilleta que se llevó en la mano, avanzando a la puerta, en donde su exterior no era perceptible desde su posición. Detuvo su marcha en seco cuando se encontró con aquel hombre atrás de la línea de entrada, cabizbajo y con una expresión de miedo y tristeza.

-¿Qué haces aquí? – fue rudo y cortante, pero todo seguía siendo entendible para el otro.

-¿Podemos hablar? – evadió con otra pregunta. Vegeta iba a responder de inmediato que no, pero algo en el rostro del otro hombre lo hizo pensársela un momento.

-Que sea rápido…- exigió, dando un paso hacia atrás, como indicándole que pasara.

-No quiero ser exigente pero… ¿No podríamos hablar aquí afuera? Entrar allí me da escalofríos…- Vegeta no entendió por qué, pero accedió, de todos modos, los temas que, suponía, tratarían, no era algo que podía contarse frente a Chi-Chi.

[…]

No cabía de la sorpresa. No podía creer lo que sus oídos habían escuchado. ¿Amor? ¿Asesinato? ¿Fraude? ¿Amor otra vez y asesinato otra vez? Habría reído si la situación no fuera tan peliaguda, tan extraña y sencillamente tan dolorosa. No se había dado cuenta el momento en el que Goku había comenzado a llorar, ni en el momento en el que se había culpado a sí mismo por la muerte de las dos personas que más había amado, ni siquiera fue consiente del momento en el que él mismo se quedó callado por el terror y la sorpresa.

Parpadeó en shock, mirando aun incrédulo como Goku se limpiaba las lágrimas de las mejillas, cerrando los ojos para tallárselos un poco, dejando finalmente de hipear. Vegeta lo abrazó, más por reflejo que por otra cosa, aun en el trance autoimpuesto mientras repasaba la situación en su cabeza. –No tenía idea…- le murmuró, como si con eso pudiera borrar todos aquellos insultos, reclamos, berrinches, indiferencia, rencor y demás cosas que le había hecho, por tantas cosas que había soltado sin pensar.

-Está bien – susurró, correspondiendo al abrazo y sollozando un poco más, Vegeta se inundó de ganas de querer llorar él también, pero fue fuerte, quedándose en su sitio mientras el otro se agitaba entre el abrazo.

Goku estaba triste por todos los recuerdos y sentimientos que agobiaban e inundaban su corazón, pero al mismo tiempo se sentía bien, era bastante bueno hablar, jamás lo había hecho y ahora su cuerpo era inundado por una liberación total. Que alguien más lo supiera a parte de él y Krillin era gratificante, sentía que podía respirar finalmente después de años y años, que de su pecho se había quitado un peso de más de mil toneladas. No le había dicho todo, obviamente, no arriesgaría a Vegeta tan fácil. Le había dicho que se había enredado con unos ´tipos malos´ pero jamás dijo que eran los Racnio, ni había mencionado a Mr. Aracne y su telaraña, de su boca solo había salido el nombre de Irie, Krillin, Tao y Piccolo, tampoco iba a comprometerse a nada, pero con esa parte de la información era suficiente.

-¿Piensas… que soy…? – Vegeta se separó para escucharle, negando un poco y bajando la cabeza, clavando sus ojos al suelo apenado.

-No, no pienso nada malo de ti… tal vez las cosas que hiciste no tuvieron buenos finales, pero… tu sólo fuiste una víctima…- Goku sintió un momento esa compasión volar en el aire, esa de la que huía, de la que se escondía siendo fuerte. –Y por eso comprendo todo ahora… tenías tus razones… siempre las tuviste…- le miró, y ahora fue el otro quien bajó la mirada.

-¿Eso quiere decir que me perdonas? – preguntó, y Vegeta negó, mordiéndose el labio.

-No, no hay nada que perdonarte… deberías tu perdonarme a mi….- se sinceró, y se recordó a si mismo pensando lo peor y estando con alguien más sin reservas.

-Hay que perdonar… debí haberte dicho esto mucho antes…- sonrió sin gracia, mirándolo un poco, paseando sus ojos de él al suelo. –Entonces… ¿Vas a volver conmigo? – preguntó, y Vegeta se lo pensó unos momentos, tenía mucho en que pensar, muchas cosas que hacer y aclarar, pero definitivamente tenía una respuesta para eso.

-Claro que lo haré…- sonrió, pero Goku miró al suelo.

-¿Por lastima o por amor? – la pregunta lo tomó por sorpresa, y se acercó un poco para abrazarlo otra vez.

-Por amor…- susurró. –Aunque, no puedo quedarme contigo justo ahora… sabes lo que tenemos que hacer primero… ¿no? – Goku asintió, de todos modos no esperaba llevárselo consigo en ese momento.

-Lo sé… pero, hagámoslo mañana mismo… sin faltas, sin demoras… sin excusas… lo haremos los dos juntos, frente a todos… ¿está bien? – se comprometió completamente, y Vegeta asintió completamente de acuerdo.

-Bien, hasta mañana entonces…-

------ (Al día siguiente) --------

-¿Por qué tan feliz? – preguntó Krillin, ya fastidiado de contemplar su sonrisa de tonto.

-¿Eh? Bueno… yo… no por nada…- agitó la mano en el aire, girándose de nuevo al frente.

-¿Qué pasa? Vamos dime… ¿solucionaste las cosas con Vegeta? – preguntó, y cuando miró en los ojos de su amigo aquel brillo, supo que había acertado.

-Bueno… yo…- sonrió, rascándose la nuca. –Si… si… hablamos y solucionamos todo…- soltó una risita nerviosa y feliz, llevando su rostro a un lado para que no notara su sonrojo.

-Ya veo… ¿En que quedaron? – Krillin se obligó a sonar feliz, sonriéndole lo más real que pudo.

-Bueno, hoy después de grabar vamos a reunirnos en mi camerino… citamos a Videl y a Chi-Chi para terminar con ellas… después de eso, es decir… mañana, ya no tendremos por qué ocultarlo frente a los demás…- el bajito quería vomitar, no sabía cómo iba a moverse en tan poco tiempo, tenía que hacer algo antes de que terminaran con esas mujeres.

-Si… bueno… espero todo les salga bien…- Goku asintió, sin ser consiente del tono tan poco emocionado y sincero de decirlo.

Mio llamó al más alto, y este se movió rápido, yendo a contemplar el encuentro de Gohan y Cell perfecto. Krillin debía ir también en cuestión de un par de minutos, pero se dio la vuelta, escondiéndose un poco para realizar una llamada telefónica. De nuevo ese nombre apareció en la pantalla, y tras tres toques nuevamente aquella voz contestó.

-Estoy a unos metros de ti… ¿Qué quieres? – Krillin tenía los ojos fijos en Juuro, quien con su caracterización estaba esperando su último turno de cabeza parlante.

-Es Goku… otra vez…- tragó, y a la distancia miró los ojos del hombre angostarse, como si le exigiera ir al grano de una vez por todas. –Arregló las cosas, hoy, después de grabar, terminarán con ellas y lo harán público… si lo hacen las cosas para ti se ven a volver más complicadas…- Juuro asintió. –Te estás arriesgando mucho, mejor ya déjalos en paz… ahora eres una figura pública… si se lo dicen a todo mundo y luego matas a cualquiera, sería muy extraño… no lo hagas… te estás exponiendo… - Juuro rió con toda la cautela que podía, negándole a Krillin una vez más.

-¿Crees que cederé tan fácil? – preguntó, y el otro apretó los labios con preocupación. –Ya puse mis ojos en Vegeta… y no los voy a quitar hasta que obtenga lo que quiero… y si ese Goku representa un problema, es solo cuestión de quitarlo del camino – Krillin jadeó asustado nuevamente, pero el otro continuó hablando. –Pero ya te lo había prometido, a ti y al mismo Mr. Aracne, no le voy a matar. Pero eso no significa que no voy a hacer algo, ¿Por qué no jugamos un rato? Tengo una idea… será divertido, los detendremos antes de eso, su sólo tienes que hacer lo que yo te diga…- Krillin suspiró, asintiéndole desde su lugar sin más remedio, cargado de coraje de ser un títere nada más, un títere de nuevo. –Todo saldrá bien, recuerda, donde pongo el ojo… pongo la bala…-

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Era la segunda llamada que recibía, no había querido responder, pero no sabía que era peor, si contestarle o ignorarlo. Se armó de valor, sosteniendo el móvil y llevándoselo a la oreja, después de todo no era como si fuese a apuntarle con un arma a través del teléfono. –Bueno – se escuchó más seguro de lo que sentía, suspirando y apretando el aparato entre su mano.

-¿Vegeta? Hola… ¿Cómo estás? –saludó cortésmente, y de nuevo la mente del joven entró en controversia unos segundos respecto al hombre.

-Bien, gracias… ¿Pasa algo? – dijo algo cortante, pero Juuro también tenía ganas de ir al punto de una vez.

-Si… bueno, no… yo quería hablarte… sobre algo – Vegeta tragó duro, sintiendo su mano temblar con aquellas palabras.

-¿Sobre… algo? – no quería sonar dudoso, pero las palabras de Juun se repetían en su cabeza.

-Sí, es que… es algo muy delicado… ¿Podemos hablar? – el bajito se mordió los labios, deseando soltar un “no” enseguida, pero ¿la resistencia contra un maniaco tenía sentido? No lo sabía, y tenía miedo, pero al mismo tiempo una parte de sí mismo seguía pensando y manteniendo lo que creía que era Juuro, sentía aun que era un chico solitario y tímido, alejado por el rechazo de la gente, y no un matón extravagante.

-mm… ¿Cuándo? – se aventuró, sintiendo su piel agitarse salvajemente ante la idea de estar arriesgándose posiblemente.

-¿Tendrás tiempo hoy? Lo necesito… por favor…- rogó, y bueno, ¿Quién puede resistirse a un ruego? Menos viviendo de alguien a quien consideraba su amigo hacía tan solo un par de días.

-¿Hoy? ¿De verdad es tan urgente? – inquirió, mirando su reloj de muñeca sobre su ropa casual.

-Vegeta, de verdad es importante, yo no soy como parezco, ¿sabes? Tengo problemas, serios problemas… siempre los he tenido… pero quiero dejarlos… necesito un amigo, alguien con quien hablar… por favor…- Vegeta jadeó levemente, preguntándose si estaba hablando de lo que él sabía, y su mente comenzó a correr rápido.

-¿Hablas en serio? – cuestionó, recibiendo un suave “sí”. Lo pensó un momento más, mientras un pensamiento surgía en él.

Juun quería arrepentirse de algo, quería dejar algo y necesitaba posiblemente un consejo o alguien con quien desahogarse o llorar. No podía ser tan insensible, además, ¿Las personas cambian, no? Estaba seguro de que cada persona en el mundo tenía la posibilidad de redención, y Juuro, si es que de verdad era un asesino, tenía el derecho de tenerla. Pensó si lo estaba engañando nuevamente, pero seguía confiando en él, aunque fuera un asesino eran amigos, ¿No? Y tal vez él era el único amigo de Juuro, y si el hombre solo necesitaba un poco de comprensión, entonces se la daría.

-De acuerdo, pero tengo una reunión hoy a las 7… ¿Crees que podamos hablar sólo un poco hoy? – pidió, pues Goku terminaba de grabar hasta esa hora, y él tenía una hora y media libre.

-Sí, está bien… podemos hablar un poco, que te diga lo más importante y mañana podríamos continuar… sólo, necesito compañía un momento…- Vegeta era frágil, táctil, flexible y muy, muy iluso.

-Está bien… ¿Dónde nos vemos? ¿Sigues en aquí? – preguntó, y Juuro, aunque este no lo viera, sonrió muy divertido.

-Sí, estoy en el estacionamiento… ¿Podrías venir tú aquí? – Vegeta respondió una afirmación, colgando y tomando sus cosas para irse.

[…]

-Hola – Juuro se despegó de su auto, sonriéndole a Vegeta ampliamente.

-Hola… - respondió terminando de llegar, deteniéndose frente a él. –Bueno, estoy aquí… ¿Qué pasa? – estaba ansioso y nervioso por irlo, pero también feliz de poder ayudar, de que posiblemente las cosas podrían cambiar para todos.

Bueno… yo… ¿Podríamos ir a mi departamento? – preguntó, y Vegeta se sobresaltó un poco.

-Pero... tengo que estar a las 7 aquí… y eso es en menos de una hora y media…- Juuro asintió, guardando un momento sus manos en sus bolsillos.

-Lo sé, pero mi departamento está a menos de diez minutos de aquí… me siento incomodo en este sitio… y lo que te voy a decir es muy privado… - el más bajo llevó su mirada al suelo, sintiéndose algo atrapado en la situación. –No te preocupes, prometo traerte de vuelta sano y salvo, a tiempo para las 7…- prometió, riendo divertido para sus adentros. “Sano y salvo” se repitió divertido.

-E-Está bien… - respondió dubitativo, pero es que de verdad la situación era importante para él. –Pero promete que regresaremos a tiempo… - le informó seriamente, y Juuro sonrió, asintiendo y moviéndose para abrir su coche. Era gracioso el no saber que un Racnio no hace promesas a nadie.

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Movió el pie alterado, encendiendo las luces de su móvil una vez más, soltando un largo suspiro mientras volvía a recargarse en la pared, rodando sus ojos en todos lados de manera intranquila. –Creo que no va a venir…-dijo Videl, ya cansada de estar parada en ese sitio.

-Tiene que venir… - confirmó Goku, clavando sus ojos al final del pasillo y esperando poder verlo atravesar por ahí en cualquier momento.

-Me estoy preocupando… ¿A dónde habrá ido? – Chi-Chi arrugó la frente, mirando al mismo lado que su hermano con la misma preocupación.

-Yo que sé… después de todo es tu novio, deberías saberlo…- la más joven se cruzó de brazos, mirando con reproche a ambos. –Me hicieron venir aquí a esta hora… si no llega ese tonto o no me dices que pasa, entonces me iré…- soltó, y Goku la miró con el ceño fruncido, mirando una vez más la hora.

-Espera, llegará, lo sé… - insistió, notándose completamente nervioso.

-¿Sí? ¿Cuánto más tengo que esperar? – dijo impaciente, girando su rostro a un lado con mucho fastidio.

-Cinco minutos más – respondió y Chi-Chi miró su reloj de muñeca.

-Goku, cariño, eso dijiste hace veinte minutos… dime, ¿Pasa algo con Vegeta? ¿Qué iban a decirnos? – el mayor se giró extrañado a su hermana, incrédulo a que hubieran pasado veinte minutos después de que había dicho la última vez cinco.

-No puedo decir nada hasta que él llegue – insistió, moviendo su pie más rápido contra el piso.

-Llevamos una hora esperándolo, acéptalo, no va a llegar…- Videl sostuvo de nuevo, y Goku no podía creer lo que estaba pasando. –Mira, cada vez es más noche, y si no vas a decirme nada y vas a continuar con tu pésima actitud para conmigo, me marcho, no voy a seguir perdiendo el tiempo…- siseó furiosa, dándose lea vuelta y marchándose por el pasillo.

-Goku, tengo un mal presentimiento… me iré a casa… tal vez Vegeta ya llegó allá…- le informó, y el muchacho apretó la quijada furioso.

-No, tiene que llegar aquí…- señaló en un tono fastidiado, como si ella tuviera la culpa de su ausencia.

-De acuerdo, si llega a aquí me llamas inmediatamente, si lo encuentro en casa yo te a aviso a ti… ¿Está bien? – el hombre asintió sin más remedio, recibiendo un beso en la mejilla por parte de su hermana, quien se dio la vuelta marchándose de ahí enseguida.

-Maldición…- bufó enfebrecido, abriendo la puerta de su camerino y entrando a él, azotándola con brusquedad una vez adentro.

Se dejó caer en el sillón, sacando su teléfono y volviendo a marcar el número de Vegeta. Sonaba ocupado, posiblemente estaba apagado, no lo sabía, pero fuera cual fuera la respuesta lo preocupaba, lo ponía nervioso y estresado, pero al mismo tiempo lo ponía muy, muy enojado, y su mente no dejaba de preguntarse en dónde demonios se había metido, porque no había llegado a la cita y por qué rayos no contestaba al celular. No quería enojarse de antemano, pero le dolía demasiado aquel abandono. Recargó su cabeza en el respaldo del sofá, colocándose una mano sobre la frente para tratar de tranquilizarse, estaba muerto de preocupación y de celos. Qué tontería.

Tocaron la puerta de su camerino una vez lo suficientemente fuerte, Goku se sobresaltó, pensando en que quizá podría ser él, pero sólo miró un papel pasando por debajo de la puerta. El chico se levantó, avanzando hasta agacharse por aquello, inspeccionándolo unos momentos antes de caer en cuenta que era una carta. La abrió, encontrando una hoja doblada en dos, con unas palabras escritas con máquina de escribir, sin poder dar paso a reconocer alguna caligrafía.

Vegeta está jugando contigo y con tu hermana, ahora mismo está revolcándose con su amante. ¿Por qué no lo miras con tus propios ojos? Ahora mismo se encuentra en un departamento a dos cuadras al norte de Toei Animation…”  

Decía, adjuntado a una dirección a no más de diez minutos del foro. Goku ardió en llamas, no quería creerlo, pero era prácticamente imposible no hacerlo. Abrió la puerta de golpe, pero obviamente ya no había nadie, había tardado demasiado en abrir. No sabía quién podía saber aquello, posiblemente todos lo sabían menos él, posiblemente todos se reían a sus espaldas, incluido Vegeta. Negó, tratando de no hacer conjeturas tan pronto… pero las evidencias decían mucho.

Tomó su abrigo, apagando la luz y bajando a toda velocidad al estacionamiento, mientras le seguía dando de vueltas a las cosas en su cabeza. Confiaba en Vegeta, confiaba en que eso era una completa, total y absoluta mentira, en que era tan irreal que ni siquiera podía darle crédito, pero… ¿Entonces por qué no había llegado? ¿Por qué apagó el móvil? ¿Por qué no estaba seguro de él mismo? Arrancó el auto, sintiendo como se le hacían los diez minutos más largos de su vida, y eso que se hizo solo siete por la velocidad a la que conducía.

Llegó a un lugar en donde no se imaginó, era un lugar de departamentos horribles, posiblemente pasables para cualquiera de clase baja, pero Goku, acostumbrado al suyo, eso no era más que una pocilga con un baño y un solo cuarto. Subió unas escaleras largas, mirando en las puertas que daban a un pasillo los números, buscando con atención el dieciséis, que era el número que indicaba la carta. Se detuvo en la última habitación del tercer piso, arrugando el papel en la mano mientras se decidía a hacerlo y descubrir qué demonios estaba pasando ahí, si es que había algo que descubrir.

Tomó la perilla, girándola despacio, escuchando un ruido desagradable adentro, y sintiendo miedo de poder abrirla. Se armó de valor cuando reconoció la voz de Vegeta dentro, en lo que no pareció otra cosa para sus oídos que un jadeo. En ese momento la abrió de golpe, pero al mismo tiempo que lo hizo, un cañón de un arma sonó, un disparó lo suficientemente cerca como para ensordecerlo, mirando algo que jamás creyó mirar, una horrorosa escena que le habría encantado jamás ver en la vida. El casquillo cayó a un lado con su típico sonido metálico, amortiguando después de un rebote por la sangre que se esparcía por el suelo y por la mayor parte de la habitación, terminando por seguir la trayectoria que dio aquel cuerpo cayendo inmóvil contra el suelo.

Notas finales:

Chan! Jajajaja, soy mala… en fin, nos vemos la siguiente semana, viernes. Gracias a Mary, doble gracias en realidad, se te agradece mucho querida, Vamipieza gracias por animarte a dejar Review, me hizo feliz, y millones de gracias a Mosheneira, *llora* me hacías falta te quiero!

Les dejo el hipervinculo de mi perfil en Facebook, para que... no se para que la tengan xD! jajajajaja

InuKidGakupo


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