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Como en la vida real. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Estoy anonada con el número de Reviews recibidos para el capítulo anterior, fueron alrededor de 80 (sumando los que fueron posteados en el prólogo u otro capítulo) Wow, de verdad que cuando los vi se me hacía algo absolutamente irreal, me alegro de no haber abandonado (borrado) este fic cuando tuve la intención de hacerlo, de verdad, estoy muy feliz, esta historia ha superado los 200, gracias infinitas a todos, espero no decepcionarlos.

El título en realidad no tiene mucho que ver, tiene, pero no tanto, lo puse más por mi amor/obsesión por Broly. Ojala les guste!

Estaba avergonzado, verdaderamente avergonzado, no quería ni ver al frente de tanta vergüenza. Se frenó en la entrada de aquella extraña sala en donde su abogada le esperaba sentada en la silla de metal frente a una mesa, llevando consigo un folder con documentos y papeles que él no tenía ni idea de lo que fueran. Se sentó frente a ella, y en realidad no era esa mujer quien lo ponía en ese estado de culpa y nerviosismo, era por quien precisamente la había enviado ahí.

-Joven Urabe, soy Mariana, un gusto… - saludó, poniéndose de pie y extendiéndole la mano.

-Mucho… mucho gusto…- correspondió al saludo, regresando a su lugar un momento después. La mujer suspiró, acomodándose los lentes y mirando amablemente al muchacho.

-Como usted sabrá soy su abogada… supongo yo que la señorita Chi-Chi Ichimoku le habrá hablado sobre mí, ¿No es así? – Vegeta suspiró, asintiendo y sintiendo nuevamente toda esa culpa y decepción, y esta última no sólo para él, sino también para ese ´alguien´ que había esperado que lo ayudara.

-Sí… hablé con ella por teléfono, dijo que había contratado a un abogado de su confianza… - De verdad que era en momentos como ese cuando Vegeta deseaba ser rico y no necesitar de nadie, se sentía tan mal con Chi-Chi, era increíble que fuera precisamente ELLA antes que nadie, ella, cuando él llevaba usándola y mintiéndole tanto tiempo. Como habría querido amarla, por lo menos sentirse merecedor de su ayuda.

-Bien. He investigado su caso… definitivamente no pueden dictarle acto formal prisión, no pueden hacer nada aun, faltan muchas pruebas… muchas cosas que podremos arreglar de aquí en lo que llega el día del juicio…- el chico suspiró cortadamente, asintiendo a algo que había estado queriendo oír. –Lo que vamos a hacer no es fácil, tenemos que convencer y demostrar al juez que fue en defensa propia… y déjeme decirle que las lesiones en su cuerpo, tanto en el de Juurokugou como en el de usted, encajan en violencia, y que podemos comprobar que usted fue atacado, incluso fue más agredido que él…- el muchacho sonrió un poco, agradecido de que al menos fueran buenas noticias. –Lo malo es que la prueba de antidoping resultó negativa…- Vegeta se exaltó, levantándose en sorpresa, pero cuando un guardia le dio una mirada de advertencia regresó a su asiento.

-¿Negativa? Tienes que estar bromeando, me drogo… de verdad que lo hizo…- Mariana levantó una mano para calmarlo, tomándose un momento antes de hablar.

-Es probable que lo hiciera con alguna droga natural, no lo sé… algo que no dejara huella… - El hombre sintió algo de desesperación, pero claro, ¿Qué podía esperar de un asesino profesional? –Regresaron a la escena del crimen, pero no encontraron nada… y los recipientes donde se sospecha que tomaron, se rompieron en un impacto y no hay líquido rescatable… en pocas palabras, se secó todo y no hay manera de comprobar aquello…- No sabía de qué lado estaba la mujer, lo estaba poniendo nervioso.

-Sí… me arrojó a la mesa… yo… bueno, se desquebrajó todo debajo de mi…- recargó sus brazos en la mesa, masajeando sus sienes para buscar calma. -¿Por qué no revisan mis calzoncillos? Quedaron empapados de esa porquería…- soltó entre sarcástico y bromista, pero por su mal humor sonó casi como un reclamo a nadie en especial.

-Aún tenemos cosas, no podemos usar lo de la aplicación de drogas, pero los criminólogos están trabajando, seguro que podrán realizar una idea con exactitud de los hechos, bueno… basados en su historia…- Vegeta gruñó ante el tono que usó en esa última frase, como si estuviese dudando total y absolutamente de él.

-¿Por qué no pueden sólo creerme y ya? – se quejó, y Mariana apretó los labios, sin saber cómo explicar de manera amable a su cliente, estaba cansada de que en cada uno de sus casos le preguntaran lo mismo, como si en realidad fuese tan fácil.

-Porque usted está acusando a un hombre de ser un asesino, violador y secuestrador sin una sola prueba, de quien sólo se tienen registros de un hombre promedio que trabajaba como modelo… y que su acusación es muy grande y no podemos comprobarlo porque está muerto, porque lo mataste, y por qué no tiene sentido su historia… por eso no pueden créele y ya…- Si hubiese sabido que las cosas terminarían así, me habría quedado a cuidar el Dojo, definitivamente.

-Gracias, necesitaba escuchar eso…- soltó sarcástico una vez más, y la mujer se mordió la lengua para no responder en el mismo tono.

-Tranquilo, todavía podemos salvar esto… claro, si no se encuentran registros de que usted era dueño legítimo del arma…- ¿De los mejores abogados? ¡Claro!

-Más buenas noticias…- se rió sin gracia. –El arma era de él, la saque de su chaqueta que estaba en el suelo, la que voló después de que nos peleamos a la mitad del cuarto… ¿Por qué demonios yo tendría un arma? – le cuestionó irritado, y la chica se encogió de hombros con naturalidad.

-No lo sé, ¿Para matar a alguien? – le respondió con desdén, con toda la intención de regresársela. Vegeta respiró profundo, su actitud estaba alterando también a la mujer.

-Lo siento… ¿Cómo van a comprobar eso? – Mariana asintió una vez para aceptar su disculpa, apretando sus labios mientras seguía el flujo de la idea.

-El arma no tenía licencia, es ilegal… no encontraron huellas de él, sólo tuyas… las cosas no están saliendo nada bien…- por primera vez se escuchó preocupada, cruzando sus dedos al frente para no lucir tan nerviosa a como se sentía. –El cuarto del departamento estaba a un nombre desconocido, por su pobreza y nivel no pedían ningún documento legal… y la persona que se suponía era el dueño resulta que en realidad no existe… el casero dijo que jamás había visto a ninguno de los dos…- Vegeta habría llorado, claro, si no fuera porque estaba ahorrando su valioso líquido para su encierro.

-¿Qué no existe? Déjame adivinar…  ¿Me van a volver a culpar? – preguntó sin ánimos, recargando su rostro en su mano.

-No… en la llave del departamento había huellas únicamente de él… y aunque eso no prueba nada en particular, tenemos una especie de punto a favor…- Sí, yo en el Dojo, con una vida tranquila, mostrándole a alumnos que me llamarían ´Sensei´ la disciplina de las artes marciales… habría sido una buena vida, más en la parte en la que no hay rejas y reos, y horribles camas… y golpeadores… y hombres malos que te violan sin clemencia todas las noches, haciéndote gritar, llorar, suplicar… arrodillarte y tener que obedecer, y no puedes resistirte u oponerte a sus sucias y enromes manos, con sus largos, largos dedos y…-¡Vegeta! – El grito lo sacó de sus pensamientos, mirando de nuevo a la mujer frente a él.

-Lo siento, el encierro me pone mal…- sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, centrándose de nuevo en la idea de que su vida era una completa basura.

-Como te decía…- siseó entre dientes, carraspeando un poco y recuperando la seriedad. –Pero a pesar de todo esto, tengo buenas noticias para ti…- Vegeta no se emocionó mucho, no quería hacerse ilusiones para que le dijera algo como que le darían una almohada que no estuviese rellena de ratones muertos. –Había mucha controversia en tu caso, y dictaminaron que posiblemente puedas decir la verdad. Te dieron derecho a fianza… bueno, al menos hasta la fecha del juicio… - A Vegeta le brillaron los ojos ansiosamente, sintiendo por fin un poco de alegría en esos tres días.

-¿En serio? ¡Maldición, que bien! ¿Cuándo es lo que tengo que pagar? – inquirió entusiasmado, pensando velozmente en que pediría dinero a sus padres, a sus amigos, a quien fuera para salir de ahí.

-De hecho, la señorita Chi-Chi ya pagó la fianza… saldrá hoy mismo…- OK, tal vez no a quien fuera…

-¿Qué la pagó? ¡¿Cuándo pagó?! – se alertó, haciendo una cuenta mental de todo lo que le debía a Chi-Chi, y no sólo económicamente, sino también moralmente.

-Eso no importa…- se rió, acto que mostraba su complicidad con la chica, seguramente le había dicho que guardara el secreto. –Lo que importa ahora es poner más cosas a tu favor, para que salgas de esto definitivamente…- miró las hojas donde llevaba información, fotografías e informes, cerrándolo una vez que aclaró su idea. –Vamos a necesitar testigos de nuestro lado…- A Vegeta se le vinieron muchas opciones, pero luego la lista se redujo sólo a uno. –El joven Goku Ichimoku es un gran problema en todo esto, es un gran, gran punto negativo… uno en nuestra contra…- El joven lo sabía, y la verdad es que no era nada listo al haber actuad sin pensar, claro eso incluía desde el momento del disparo. –Él debe declarar a nuestro favor… si lo hace, tal vez con investigación encontremos el punto que nos falta en todo esto…- Vegeta bajó la mirada ente eso, sin estar seguro de lo que pasaría, de si podría confiarse de él.

-Goku sólo va a decir lo necesario, no tiene por qué incluirse en todo esto…- dictaminó, tratando de pensar en algo más duramente. -¡Oh! Ya sé, también tenemos la declaración de Juun… él tiene que decir la verdad… lo sabe todo…- Mariana cambió su expresión, mostrando la decepción sobre eso de antemano.

-La vez que fueron a hablar con él evadió el tema en lo absoluto, dijo que no sabe nada y que no va a decir nada tampoco a menos que tengan una orden formal. Será uno de los testigos llamados a juicio, pero debo advertirte que no va a decir absolutamente nada que nos ayude… lo mejor es que te retractes de todo ese alboroto del asesino y del pobre hermano amenazado…- Vegeta maldijo por lo bajo, masajeando el puente de su nariz y preguntándose que otro amigo cercano lo traicionaría y abandonaría cuando más lo necesitaba. –Creo yo que debería dejar de proteger a Goku sólo porque es su amante, necesitamos que diga todo… - el joven se sobresaltó, levantando la mirada para unirla a los ojos negros de ella.

-¿Amante? ¿Cómo sabe…? – negó con la cabeza, el por qué era más que obvio. –Mejor dicho, ¿Chi-Chi sabe de eso? – cuestionó, y Mariana maldijo tener que estar siempre en medio de problemas como esos.

-Sí, lo sabe, está más que al tanto… también es un testigo llamado a juicio…- En los ojos del chico apareció el terror total y absoluto, sintiendo su corazón agitarse y el pánico invadirlo sólo de imaginarse lo que pensaría Chi de él ahora, de todo lo que debería despreciarlo y odiarlo, ¡Por qué se lo merecía! Pero sólo se sintió más mal y más culpable de que a pesar de todo fuese ella quien le había mandado un abogado y pagado su fianza.

-Diablos… no sé cómo podré verla a la cara después de esto…- dijo para sí mismo, bajando la mirada a la mesa metálica una vez más.

-Espero que bien por que vendrá por usted en la tarde… sólo deben arreglar unos papeleos antes…- Vegeta quiso hundirse en la superficie de la mesa, pero el metal era duro y seguro cualquier intento el guardia lo detendría.

-Bueno… gracias… al menos podré volver a la tranquilidad unos días…- dijo tratado de darse ánimos y confianza a sí mismo.

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Por desgracia lo último que obtuvo fue tranquilidad, había dado un solo pasó afuera cuando las cámaras comenzaron a acosarlo, y no podía siquiera dar un paso entre tanta multitud gritando un sinfín de cosas locas y raras que no entendía, y sinceramente, no quería entender. Tomó a Chi-Chi de la mano en cuanto la vio, y ambos caminaron por un lado rápidamente, evadiendo a los periodistas y entrando en el auto de ella, uno negro y protegido, espacioso y con chofer integrado, cortesía nuevamente de la mujer que más debería odiarlo.

-Que locura es esa…- dijo ella al fin, y Vegeta no tenía ni idea de que decir, como comenzar, y sinceramente odiaba a la prensa, pero muy en el fondo les agradecía haber aligerado el encuentro, no había tenido que decir nada en realidad, al menos no aun. –Ya puedes soltarme…- su vocecita dulce le sobresaltó, y se dio cuenta de que la tenía de la mano aun.

Lentamente obedeció, sintiéndose extraño de que ella le pidiera eso, y la idea de la culpa y la verdad volvió a él de forma descontrolada, no sabía qué, pero algo tenía que decir para que por lo menos no sonara como un desconsiderado cínico aparte de cobarde patán. –Yo… verás…- pausó, mirando por la ventana a puerta del lugar que abandonaban.

-Está bien, no hace falta que digas nada… lo entiendo…- Su amabilidad lo hizo sentirse aún más, y se habría arrojado del auto en movimiento y terminado con su vida de una vez, si no fuera porque de seguro ella cargaría con los gastos del funeral también.

-Yo… quiero agradecerte, de verdad… no sé cómo pagarte… no hay manera de hacerlo… tu… eres tan buena a pesar…- le costaba creces decirlo, y por la pronta interrupción de Chi, era evidente que a ella también.

-No hay por qué agradecer, no iba a dejarte ahí de todos modos, te estimo y creo que tenemos una buena relación… es cosa de fidelidad y amistad…- aclaró e punto, y de verdad que estaba muriendo de vergüenza.

-Bueno, muchas gracias de todos modos…- Chi-Chi bajó la mirada, sonriendo a pesar de la incomodidad.

-Me alegro de que puedas estar libre… al menos por ahora, pero te juro que haremos lo posible para que salgas impune…- soltó con total, absoluta y entera sinceridad, tomándolo del brazo sólo por unos segundos.

-Chi… tú… ¿Tú crees en mí? – cuestionó lo obvio, pero necesitaba escucharlo, sentirse menos mentiroso y defraudador.

-Claro que te creo, desde que me entere de lo que pasó, de lo que hiciste y de lo que decías, sabía que estabas detenido injustamente… no es posible que hicieras algo así, además, no tienes razón para haber hecho eso… ni para mentirle a todo el mundo…- la palabra fue especialmente dolorosa, y tragó duro para poder despejarse el nudo que se le había formado en la garganta.

-Te mentí – fue lo único que pudo decir, recibiendo un asentimiento con pesar disfrazado de seguridad.

-Lo sé, pero ahora es lo último que importa, deja de preocuparte…- Vegeta no quería decir nada más, de cierto modo Chi-Chi tenía razón y era posiblemente la última cosa que debería importarle ahora que había sido acusado de algo tan grave y que tenía que juntar las pruebas suficientes para salir de esa.

Suspiró mirando a la calle a través de la ventana, reconociendo de inmediato que la dirección hacía donde se dirigían era la casa-departamento de Chi, y por más que trataba de no pensar en eso, esa sensación de sentirse traicionado y abandonado lo invadía. Chi-Chi estaba ahí, a su lado, acompañándolo y dándole su apoyo en más de una forma, ella cuando creyó que sería Goku quien se encargaría de eso. Quién se suponía lo amaba. Durante la noche que se quedó detenido había imaginado y fantaseado con ese hombre llegando en su auxilio, lo había creído preocupado, mortificado, capaz de pelear con todo y contra todo para tenerlo libre. Para tenerlo de nuevo junto a él.

Pero sus sueños no habían sido más que eso, sólo sueños, y regresando sus pies al suelo se había dado cuenta de que lo había dejado completamente sólo, lo había abandonado y no había tenido la delicadeza de visitarlo, o de preocuparse, o de ir por él cuando saliera, la prensa completa estaba ahí menos él. ¿Qué diablos le pasaba? Bien, le había dicho que no se metiera, pero… ¿Eran tantas sus ganas por tratar de resguardarse a sí mismo que se había alejado y puesto al margen completamente? No lo creía, había sido llamado incluso a juicio, sabía que la policía tenía conciencia de que él estaba involucrado, y aun así no había aparecido ni de broma.

Y la idea de la realidad era dolorosa, muy, muy dolorosa. Giró sus ojos un momento a su lado, preguntándose quien de verdad parecía amarlo en toda esa historia. Se preguntó si estaba tomando el camino correcto, si estaba confiando en el equivocado. No era la primera vez que Goku le fallaba de alguna manera, y estaba seguro que posiblemente tampoco sería la última, el día del juicio estaba cerca, y por alguna razón sabía que no podía confiarse a él.

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-¿Habla en serio? – preguntó sorprendido aún, mirando a Chi a un lado, quien le asintió sonriente.

-Sí, sería una pena que no estuvieras en la película…un reemplazo en tu personaje arruinaría todo el concepto de la serie…- el Gran Maestro dijo, y el joven actor se sintió honrado.

-Yo… con tantos problemas no sé si le afectaré en lugar de beneficiarlo…- declaró, pero el hombre levantó una mano, agitándola negativamente.

-Entiendo lo difícil que es esto, y la ansiedad de la prensa amarillista para destruirlo todo… pero verdaderamente sé que eres inocente…- Era bueno escuchar aquello del creador y productor de la serie, se sentía verdaderamente bien.

-Yo… no estoy seguro…- murmuró, pero la morena le colocó una mano en el hombro sonriéndole.

-Le apuesto a que estará aquí mañana mismo…- le aseguró la mujer, y el Maestro asintió sonriendo.

Los dos chicos salieron de su oficina, tomando un aire para relajarse. –No sé si sea buena idea, acabo de salir ayer mismo de la delegación… no es como si pudiera venir y hacer una película como si nada estuviese pasando…- le susurró a su amiga mientras avanzaban, pero ella le sonrió, apretándole el brazo  para darle apoyo.

-Vegeta, te necesitamos en esto… debes hacerlo… además, tuvimos suerte de que termináramos a tiempo con la saga de Cell… - Vegeta no quería ni pensar en ello, estaba cansado de esa cosa, y no quería ni toparse con algún promocional de aquella saga, no en una donde salía el rostro del hombre a quien había matado.

-No lo creo, además, una película no se graba en dos semanas… - replicó pesimista, avanzando con pesadez por el pasillo. –Eso lleva meses, como con la de Cooler, Bardock, y las demás… no es algo fácil… ¿Cómo rayos voy a filmar mis partes en dos semanas si salgo en todo el jodido rodaje? – preguntó exaltado, deteniéndose a mitad del pasillo y mirando a Chi, quien suspiró y rascó su mejilla para pensar.

-Vegeta, creo en tu inocencia, así como creo que quedarás libre, así que duré lo que dure la película confío en que estarás libre para eso…- Vaya, de verdad que si no fuera gay me casaría con esta mujer sin pensarlo.

-Gracias…- evadió su mirada, sin saber si lo que sentía en el pecho eran ganas de abrazarla y no soltarla jamás, o de besarla. No lo sabía, pero ni una de las dos le gustaba, ella ya era un caso perdido para él, no la merecía. –Lo haré entonces – Chi dio un divertido saltito de emoción, juntando sus manos y sonriendo emocionada.

Comenzaron a caminar de vuelta, pero los pies de ambos se frenaron en seco cuando miraron a alguien parado y mirando en su dirección apenas unos pocos metros adelante. No o había visto desde el día del asesinato, y la verdad es que una parte de él ya no quería verlo más, pero ahí estaba. Goku lo miró y su expresión variaba entre la culpa y los nervios, la incomodidad flotaba por todo el lugar. Sus ojos se sostuvieron por unos segundos, antes de que los del mayor bajaran al suelo, moviéndose de un lado a otro como si se exigiera a si mismo pensar en algo que decir. Chi-Chi bajó la mirada, y Vegeta se dio cuenta de que una vez más estaba prestando atención a quien no debía.

Le dio un breve saludo con la cabeza, como si fueran viejos conocidos de la escuela encontrándose por accidente en la calle, y no dos supuestos “amantes” topándose en el trabajo. Vegeta tomó a Chi-Chi del brazo, y antes de que alguien pudiese decir algo, salió del lugar con ella por delante, quien se veía bastante extrañada y sorprendida con eso. No fue hasta que estuvieron en el último pasillo del edificio cuando la mujer se frenó en seco y se giró para mirar al chico.

-¿Qué pasa? ¿Está todo bien con…? – ni uno de los dos quería escuchar especialmente el nombre, así que bastó con un gesto de mano para impedirlo.

-Todo está bien, sólo que no hemos hablado desde ese día y la situación es aún traumática para ambos, él fue testigo de aquello después de todo… - resumió lo que en verdad quería que fuera, y no un abandono y desentendimiento mutuo.

-Bien… de acuerdo, lo entiendo…- se alejó un poco, incapaz de estar muy cerca de él. –Vamos a casa, mañana será un día difícil…- sonrió forzadamente, adelantándose un par de pasos de él.

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-¿Y? ¿Qué pasó? – Goku azotó su cabeza contra la superficie de la puerta, dedicándole un puñetazo suave después-

-Nada… - respondió con la voz apretada por su posición. Krillin se cruzó de brazos, inclinándose un poco sobre su silla.

-¿Nada? ¿No te dijo nada? – Goku negó con la frente sobre la madera, dándose un tope más al recordar.

-No… más bien yo no le dije nada… y él se fue…- soltó lo último con desgane y tristeza, y el pelón bufó cansado.

-¿Se fue? ¡¿Por qué demonios no le dijiste nada?! ¡Si te dije que estaba aquí no era para que lo vieras sin decir nada! – su amigo lloriqueó un poco más, decidiéndose a separarse para mirarlo de frente.

-No lo sé… no tuve el valor, no supe que decirle antes, si un “lo siento”, “Perdón”, “estoy contigo” o un “soy un completo imbécil” y de tanto pensar que primero ganó la última opción, porque se fue antes de que pudiera decir algo…- expresó con histeria, avanzando hasta dejarse caer sobre su sillón.

-Lo entiendo, yo también me habría ido… - siseó dolorosamente, y Goku golpeó su cabeza contra el respaldo del sillón. –De verdad que no te entiendo, Goku, creo que eres tonto por naturaleza…- su amigo no le vio la gracia, mirándolo desdeñosamente. –Es la verdad, no fuiste a verlo, no le ayudaste, no  lo recogiste, no le has llamado y luego te quedas callado cuando lo encuentras… ¿Qué rayos piensas? – a Krillin en realidad le importaba muy poco Vegeta, en lo absoluto, pero debía admitir que desde que había asesinado a Juuro y con eso le había quitado un gran peso de encima, le apreciaba mínimamente, eso sumado a que era la persona quien hacía feliz a su mejor amigo, y si así era finalmente libre de obstáculos, lo apoyaría en su totalidad.

- No sé, estoy en pánico… cada vez que quería ir a verlo me daba miedo pisar ese lugar, sentía que me atraparían en cualquier momento… soy un loco y cobarde…- sacó su teléfono de su bolsillo, tecleándolo hasta llegar  a los mensajes, en donde tenía uno ya redactado y listo para enviarse, pero que no lo había hecho. –No sé qué decirle, llevo editando esto desde el primer día…- apagó las luces, dejando caer el delgado aparato a su lado.

-Goku, dime una cosa… Tú de verdad crees que Vegeta es inocente… ¿Verdad? – Goku apretó los labios incapaz de responder, clavando la mirada al frente en un punto perdidizo en la pared.

-Bueno, sé que posiblemente no quería matar a Juuro… pero… ¿Es verdad todo lo demás? – Sí, era ahí cuando Krillin deseaba poder decirle toda la verdad, decirle que sí, que Vegeta era muy listo y que había hecho una simulación de los hechos con bastante exactitud, pero eso obviamente lo incluía a él y a su participación, por tanto a una buena cantidad de años en la cárcel y por supuesto que la enemistar de su mejor amigo.

-Pues… no tienes más opción que confiar…- también tenía miedo de que pudiera llegar la policía con él, pero en serio se sentía en deuda con Vegeta, no sólo por quitarse a ese desgraciado que lo usaba, sino también porque ahora Goku estaba fuera de peligro y por qué él era el número uno en los Racnio.

-Eso creo… pero no puedo abandonar esa duda… además, ¿Qué rayos voy a decir? – insistió en lo mismo, y Krillin ya no sabía cómo hacerle entender que estaba muerto el desgraciado correcto.

-Diles la verdad… no hay de otra…- sí, la verdad que ellos habían manipulado, pero esperaba que con eso faltara para dejar a Vegeta libre.

-Eso creo… aunque de verdad que por mis estúpidas dudas ahora quedé como un cretino…- se inclinó, mirando muy seriamente al pelón. -¿Crees que Vegeta y mi hermana planeen volver? – una ceja de Krillin se levantó en incógnita, y Goku dio un suspiro antes de continuar. –Iban juntos hace un momento, además, Vegeta sigue quedándose en su casa… y ahora que ella le está ayudando, podría seguir con ella por agradecimiento – El bajito no sabía si él ya se había vuelto muy listo o definitivamente Goku era un completo imbécil.

-Goku, Vegeta y Chi-Chi no van a volver ni aunque el mundo entero dependiera de eso… ha quedado clara la relación entre ellos, créeme… y él sigue en su casa porque no tiene otra opción y por qué tú te la has pasado quejándote y lamentándote en lugar de mover tu trasero y hacer algo por recuperarlo y llevártelo de vuelta…- El más alto no entendía el cambio de opinión radical en su amigo con respecto a su romance, pero de verdad que una buena patada mental para reaccionar no estaba mal.

-Tienes razón… mañana hablaré con él – declaró, y el bajito siseó, recargándose cómodamente sobre su lugar.

-Vaya, así que aceptó filmar la película…- murmuró para sí mismo. –Bien, El súper Saiyajin Legendario no sería lo mismo sin él…-

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-El súper saiyajin legendario…- leyó Vegeta una vez más el título, habiéndose grabado ya las primeras partes de su guión. –Broly…- musitó, mirando nervioso al frente, encontrándose con Chi-Chi y Goku bien vestidos para la “reunión” en una escuela para el buen Gohan.

Necesitaba ensayar, pero nada más había dado un paso dentro de las instalaciones cuando todos se habían alejado e ignorado como si en lugar de ser sólo un actor fuese algo radioactivo que te mataría con el simple hecho de acercarte. Suspiró fastidiado, lo suficientemente molesto como para darse un respiro en su camerino y volver luego, pero al girarse se encontró con alguien que sinceramente le hacía falta. Harima apenas se movió de su sitio cuando fue golpeado, y Vegeta se encogió un poco de la sorpresa, bajando su mirada cargada de culpa al enfrentarse a alguien que había creído traidor y había sido sólo un amigo de verdad.

-Lo siento – dijo rápido, tratando de evadirlo, pero el chico extendió un brazo al lado, impidiéndole el paso y llamando su atención.

-¿Te parece si ensayamos? – cuestionó sin mirarlo, y el más bajito se sintió emocionado y melancólico. No había pedido disculpas, no había dado explicaciones, no había hecho nada después de haberle dicho todas esas cosas feas a pesar de que cada una de ellas eran mentira, y que Harima había dado unos muy buenos y justificables puntos.

-Yo… claro…- Harima comenzó a caminar, seguido por el otro, y se podía sentir una tensión, pero uno una tan grande, era más bien como un abismo que se había creado que era necesario saltarlo.

Llegaron al patio principal, en donde Harima se frenó, llevando su ropa de vestir y su chamarra negra, su cabello era levemente más largo y lo llevaba acomodado con sus lentes negros como si fuesen diadema. El menor se paró a su lado con una considerable distancia, estaba en el límite, toda su vida era una terrorífica pesadilla, y lo peor es que sabía que el sueño aun no terminaba, pero se sentía bien estar acompañado, que alguien no tuviera miedo repentino como si él guardase armas en los calzoncillos y fuese a disparar a diestra y siniestra como el psicópata que todos creían que era.

-Harima… ha pasado tiempo y yo…- suspiró para tratar de encontrar las palabras y disculparse de una vez, pero Harima se rió rompiendo su idea, girándose a él y mirándole finalmente a los ojos.

-Eres un completo idiota, lo sabes, ¿No? – se burló, y Vegeta asintió sin mucho ánimo, soltando una risa sin chiste. –Te dije que cuando estuvieras en la ruina por su culpa y me necesitaras, no estaría ahí…- le recordó, pero no hacía falta, Vegeta lo recordaba muy claramente. –Pero hare una excepción a mis promesas… porque de verdad que estás hasta el cuello de toda esa mierda… amigo…- colocó una mano en su hombro y le sonrió cálidamente, y el menor no pudo hacer más que sentirse de lo peor, en muchos aspectos.

Fue extraño pero a la vez inevitable no llorar, y lo hizo, y no hubo problema en lo absoluto. Lo último que hicieron fue ensayar los diálogos que realmente sólo iban en lo básico de las batallas de Dragon Ball, hablaron de todo menos de eso. Vegeta le expresó que ver morir a Juuro había sido la peor cosa en toda su vida, que era un trauma y una pesadilla con la cual soñaba incluso despierto. Le habló todo sobre Goku, le contó la mayoría de cosas que parecían importantes, todo, incluido su abandono y nulo interés, le habló de Chi-Chi y de como de alguna manera lo hacía sentir mal, y que no había podido desahogarse con nadie porque ella no era la apropiada para escuchar todas esas locuras. Terminó diciéndole lo mal que iba su caso y la gran posibilidad de que sería encarcelado para siempre, con bastante en su contra. Finalmente le pidió perdón de la manera más patética que pudo, pero fue sincero en su totalidad y Harima lo aceptó sin rechistar, lo estimaba en serio y lo había extrañado, era su amigo y lo necesitaba en ese momento.

-Lo que necesitas es saber lo que dirán… de eso dependen muchas cosas… dependes de ellos…- Vegeta asintió, pasándose un brazo por su enrojecido rostro, agradeciendo que ese día no fuese a grabar nada y que no se le notaría la cara de muerto que tenía.

-Lo sé… pero no sé quién aparte de Goku y Chi-Chi declararan… muy posiblemente Juun también lo haga…- Harima rascó su oreja un momento, tratando de pensar rápido en algo.

-No creo que Goku o Chi digan algo malo… pero de Juun no estoy tan seguro…- Vegeta se sorprendió ante eso, la abogada le había dicho lo mismo, pero no podía llegar a creerlo completamente, se suponía que Juun era su amigo, su poca colaboración era extraña.

-¿Por qué dices eso? – inquirió, y Harima cruzó sus brazos sin saber cómo explicárselo calmadamente, pero claro, todos los que habían querido explicarle algo calmadamente terminaban arruinando la situación.

-Mira, probablemente Juun te dijo eso porque quería evitar cosas como estas, pero… ¿Por qué crees que no había ido con la policía antes? – esa era una buena pregunta, tanto que Vegeta se la había hecho al chico, y ahora recordaba su respuesta. Bajó la cabeza ante eso, sin poder contestar. –Juuro era su hermano, y por más psicópata que fuera no dejaba de serlo… se querían… y ahora está muerto y no creo que vaya a declarar a tu favor, además, lo acusarían de complicidad…- La realidad le azotó, y Vegeta tragó duro.

-Será un juicio difícil… pero… son dos contra uno…- trató de razonar, pero Harima negó con la cabeza. Más malas noticias.

-La cuarta persona a declarar fue alguien que tomaron de aquí mismo… Bulma Sambrano declarara en tu contra, no lo dudes…- Vegeta se levantó abruptamente del suelo, en el cual se había sentado mucho rato atrás.

-¡¿Bulma?! ¡¿Por qué demonios va a declarar ella?! – exclamó, sintiéndose perdido nuevamente.

-Ellos vinieron aquí a hacer preguntas… ella contestó con algo de “información” con sus chismes para joderte, pero de alguna manera la relacionaron con el caso… ella dijo que sabía sobre la relación entre ustedes… - Vegeta expandió los ojos al haber olvidado tan importante detalle, había ignorado por completo el hecho de que Bulma lo sabía, que los había hecho pelear y que incluso lo habían admitido abiertamente frente a ella.

-¿Ella… es sospechosa? – preguntó deseando poder oír un “sí” y resolver todo el maldito rompecabezas, pero por desgracia recibió una negativa.

-No, ella sabía de su relación de ustedes, pero de lo demás no sabe nada… se cree que fue ella quien le mando la carta a Goku… declarara en tu juicio…- Vegeta odiaba eso, odiaba a Bulma, ella sin dudarlo terminaría de apretarle la soga.

-¿Cómo lo sabes? ¿Ella te lo dijo? – Harima levantó una ceja extrañado con aquello, mirando algo incrédulo a su amigo.

-No, ¿De qué me ves cara? – se burló, y Vegeta volvió a su lugar en el suelo. –Me lo dijo Videl, ella habló con Bulma y como es típico de ella, le soltó todo… me lo contó esta mañana, hablaron anoche mismo…- el otro hombre se encogió en su lugar. –Me sorprende que no lo sepas, se supone debes saber todo… Chi te dio un abogado, ¿No? – Vegeta asintió sin mucho ánimo.

-Sí, pero es que la verdad no quiero oír nada de eso, anoche ella y Chi hablaron… pero cuando querían hablar conmigo me rehusé… estaba hecho polvo… dijeron que hoy lo hablaríamos con calma pero bueno… ya me adelantaste las cosas…- suspiró una vez más, como si disfrutara de grandes bocanadas de aire antes de que este se le acabara en el reclusorio. –Ya son dos contra dos…- murmuró con pesar. –Oye… ¿Te has vuelto muy amigo de Videl, no? – el moreno rió ante eso, girando su vista a otro lado.

-Algo así…- soltó avergonzado. –Que no te preocupe muchacho, lo que tienes que hacer es convencer a Juun de que declare a tu favor…- cambió de tema, y Vegeta asintió. –Sé el lugar y la hora donde podrás encontrarlo y hablar…- Vegeta levantó la cabeza, no sabía dónde podía ver al chico después de haber terminado la serie, pero Harima parecía haber estado al pendiente de todo desde que eso había comenzado.

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 Era verdad, ahí estaba Juun-Kun, y no había hecho más que esperar hasta tarde, el chico aún tenía cosas que arreglar con Toei Animation y había asistido ese mismo día en compañía de su hermana Juu-Chan para hablar con el director, y estaba realmente nervioso por lo que tendría que decirle. Era claro, soltar un “Cuenta toda la verdad para que salga libre y los malos no metan cosas en mi cuerpo donde no debe haber nada” no era convincente, no, no lo era, en lo absoluto. Golpeó su cabeza un poco para aclarar sus ideas y saber con precisión que diría cuando el chico saliera de aquella oficina.”Hey, hola amigo, ¿Qué tal? ¿Recuerdas que maté a tu hermano, verdad? Bueno, no es suficiente, quiero enviarte a la cárcel, así que confiesa de una buena vez y no me hagas pagar por años de prisión cuando era yo a quien iban a violar”

Ya deja eso. Se regañó el mismo, sin saber por qué diablos  su lado más sarcástico salía a flote en esos momentos. Bueno… pensó, así soy yo… supongo…
La puerta se abrió y del interior salió la chica rubia primero, dedicándole una ligera sonrisa más por la impresión que por otra cosa. Juun le siguió, pero él no soltó ni un ápice de gracia, nada, sólo algo de indiferencia, rencor y posiblemente miedo. Bueno, no eran tan diferentes. Se puso de pie, avanzando en dirección a ellos, y el otro muchacho se tensó, mirando al suelo y apretando la quijada mientras trataba de llevar a su hermana fuera de eso, pero Vegeta les impidió el paso, extendiendo los brazos a los lados.

-Espera… por favor…- pidió, buscando la mirada de su amigo, pero este apretaba la frente incapaz de enfrentarlo. –Necesito hablar contigo…- Juu-Chan no sabía muy bien que hacer al respecto, así que se soltó de su hermano, haciéndose a un lado y mirando a Vegeta con algo de dolor en sus ojos.

-Hablen, lo necesitan…- les dijo a ambos, dedicando una mirada más a su hermano, quien se aterró con la idea de que lo dejaría sólo. –Trata de superar esto, Juun…- murmuró a su gemelo, apretándole el brazo antes de apartarse y desaparecer por el pasillo.

-Juun… sabes que yo no quería matarlo…- comenzó, y el otro muchacho levantó sus ojos, mostrando esta vez pura rabia.

-¿No querías? ¡¿Entonces por qué demonios lo hiciste?! – gritó histérico, apretando su puño al frente.

-No puedes culparme, sabías como era Juuro – Juun golpeó la pared extendiendo el brazo a un lado, tratando de desquitar su ira con algo que no fuera el rostro de él.

-¡Tú también lo sabías y aun así fuiste con él! – le reclamó, y era verdad, tenía todo el derecho de decirle eso. -¡sabías que era un demente! ¡Sabías que te haría algo! ¡Lo sabías! ¡¿Para qué demonios crees que te lo dije?! ¡¿Para qué fueran a comer un helado juntos?! – al parecer no era al único que la tragedia le resaltaba el sarcasmo.

-Lo sé… traté de alejarme, en serio… pero él parecía verdaderamente arrepentido, creí que estaba diciendo la verdad…- Juun se rió sin gracia, negando mientras miraba incrédulo a Vegeta.

-¿Y le creíste? Te dije lo que te dije… y le creíste…- sostuvo su cabello, sin saber cómo controlar ahora todo ese sentimiento que había acarreado todo ese tiempo. –Te lo confesé para ahorrarnos todo esto, y tú vas y lo matas…- era tan horrible tener que escucharlo de esa manera, y a Vegeta le costó trabajo poder contener la gravedad de esas palabras.

-Yo no quería, estaba asustado, eso es todo… no sabes lo que lamento que este muerto – era verdad, Juuro podía ser todo lo que quisieran, pero de verdad que ni aun así le había deseado la muerte ni un solo momento.

-Y no sabes cómo lamento yo no poder hacer nada al respecto ahora – Vegeta se pasmó ante so, había predicho lo que iba a decirle.

-No, Juun, espera, sabes que te necesito ahora… - el mencionado bajó la mirada. –He venido exactamente a hablar de eso, sabes que soy inocente, sabes que fui atacado y que en defensa propia… tienes que ayudarme – trató de tocarlo, pero el muchacho retrocedió.

-Y tú sabes que él era mi hermano – fue su tajante respuesta, pero Vegeta no se daría por vencido así como así.

-Pero tú conoces la verdad y sabes que es lo correcto, ¿No? – el otro no contestó, sólo bajó la mirada a los pies. -¿Vas a protegerlo? Juun, no sé qué te hizo y estoy más que seguro que no quiero saber, pero sabes que a pesar de ser tu hermano no fue la mejor persona que existía…- pausó, apretando sus manos para darse fuerza. –No quiero deshonrar su memoria, pero él está muerto ahora y sinceramente no sé si fue completamente malo, pero lo que sí sé es que será malo que yo vaya a la cárcel siendo inocente… que vaya a la cárcel cuando mi vida si sigue…- Juun no lo miró, y Vegeta no sabía si estaba peleando una guerra perdida. –Que vaya a la cárcel por una injusticia por que no quisieron decir la verdad – se alejó unos pasos, listo para irse. –No lo hagas por mí, ni por mi amistad, sé qué harás lo que creas correcto…- no estaba seguro si había oído ese viejo discurso en una película, pero de igual forma algo de todo ese tenía que servir.

-Hare lo correcto – Vegeta creyó que tenía una leve esperanza, pero esta se desvaneció cuando el otro siguió hablando. –Y la familia es lo correcto, lo siento – agregó, pasando a su lado velozmente y dejándolo a mitad del pasillo sólo y con toda su esperanza sobre el suelo.

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A esas alturas ya estaba pensando que definitivamente terminarían de grabar la película con alguien más, que probablemente tendrían que volver a grabarla desde el principio en realidad. Pero ya no le importaba mucho. Admiró los árboles de Sakura que se extendían a lo largo de ese hermoso campo, respirando armoniosamente el aroma del lugar, mirando desde la lejanía a sus compañeros, esos que ya practicaban un par de cosas, principalmente Krillin quien estaba entusiasmado sobre un escenario ´improvisado´ y cantaba sus propias canciones a viva voz. Vegeta sonrió ante eso, cruzándose de brazos y mirando con algo de melancolía. De verdad extrañaría eso.

Fue rara la sensación, pues en ese momento parecía que se hacía uno con su papel del príncipe, alejado de los demás, uno por orgullo y otro por simple gusto, ambos un par de asesinos. Rayos, de verdad que por primera vez en toda la serie comprendió al príncipe Vegeta, a sus miedos, a su soledad, a que los demás te miraran con miedo y como un extraño y que tú te vieras forzado a convivir con ellos aun cuando no encajabas ahí, y debías ser fuerte, muy fuerte para no quebrarte ante ellos. Era lindo abrazarse a sí mismo y fingir indiferencia. Se sintió el verdadero mercenario condenado en ese momento, a excepción porque él no tenía un hijo y a una mujer ahí mismo, en realidad, casi dos hijos si contaban a Trunks del ´futuro´.

Él estaba sólo, y de nuevo se preguntaba si un saiyajin se sentía así de sólo en el universo.  Bueno, de esos raros que quedaban, de esos que no eran humanos, y se sorprendió ante las casualidades y coincidencias que tenían sus personajes. Vegeta y Goku eran raros exiliados de sus vidas, asesinos que aparentaban ser grandes héroes. Piccolo era un gran guerrero, pero no dejaba de ser el que fue malo expulsado de Kami y quiso conquistar la tierra, en un lugar en donde no pertenecía, en donde se adaptó a pesar de que no todos confiaban plenamente en él… como Harima, quien nadie quedó convencido cuando se quedó en el lugar de otro, que era amable y trataba de encajar pero no lograba ganarse a muchos porque creían que su personaje estaba maldito. Eran unos extraterrestres en un mundo de humanos, ellos sumados a Juun y Juu, diecisiete y dieciocho, un par de androides que son peor que alienígenas, son humanos que se les fue arrebatada la vida por un científico loco para sus propios beneficios, como a ellos que se les fue arrebata la oportunidad de ser alguien, de cumplir sus sueños, les fue quitada su propia inocencia por un tipo loco y sus propios deseos. Eran un grupo de locos y raros fenómenos entre el grupo que quería ser perfecto.

Esperaba que al pobre de Gohan y al pobre de Trunks no les pasara lo mismo, ellos serían saiyajins después de todo, bueno, a menos medio saiyajins. Recordó con ese pensamiento un detalle, aún faltaban un par de extraterrestres, esos que no había podido conocer aún, apenas y había tenido tiempo de leer velozmente lo que le tocaba sin darse la oportunidad de un ensayo grupal, por suerte sabía improvisar. Esos eran Paragus… y Broly. Su vista se topó con alguien a lo lejos, y sus ojos se achicaron para examinarlo.

Era un tipo alto, muy alto, su altura le dio miedo, era terrorífico ver su enrome cuerpo, su enrome musculatura, su duro y poco amable rostro, ¡Demonios! ¡Y está viendo hacía acá! Se gritó alterado, tragando mientras seguía con calma recargado en ese árbol, tratando de distraer su vista en los pétalos que caían a su alrededor, pero era imposible. El sujeto tenía una vista muy poderosa, y desde la distancia sabía que lo veía con algo más que curiosidad, era como alegría, diversión, o enemistar y burla, lo que fuera no le gustaba nada. Giró su vista a otro lado, cruzando sus brazos más fuertemente sobre su pecho y tratando de no pensar en lo divertido que era esa imagen para su personaje, estaba plagiando a Vegeta. Y lo hacía bien.

Para su desgracia miró de reojo una persona acercándose a él y por la altura y traje (bueno, si el torso desnudo se le puede llamar traje), supo de inmediato que ese hombre había llegado hasta él. – ¿Tu eres Vegeta? – vaya, no sólo su cuerpo y rostro eran impresionantes, su voz sacada de una película de terror también lo era. Vegeta sólo lo miró, forzándose a imitar una de esas miradas desdeñosas del príncipe, pero flaqueó un poco al tenerlo asó de cerca, lo hacía sentir tan bajo… ¡Porque todos tenían que ser tan altos! –Tenía muchas ganas de conocerte – dijo, pero Vegeta de sobra sabía que ese no era un lindo fan que le pediría un autógrafo, de seguro no saldría nada bueno. Otra vez.

-¿Por qué? – se aventuró a preguntar algo de lo que de seguro se arrepentiría.

-Supe que mataste a Juurokugou… queroía ver quien era ese sorprendente individuo – Vegeta arrugó el ceño, pero después su expresión cambió a sorpresa, mirando atentamente al grandulón.

-¿Tu sabes algo de él? ¿Lo conocías? – preguntó deseando que su respuesta fuera afirmativa, para su suerte lo fue, una buena noticia después de toda esa mierda.

-Sí, conocí a ese cabrón, de verdad que estoy sorprendido, esperaba que fueras… diferente…- fue la primera vez que a Vegeta no le importó un comentario sobre su altura, asintiendo completamente de acuerdo.

-Tú… ¿Tú sabes que él era un asesino demente, verdad? – el gran hombre  sonrió, y lo hacía verdaderamente siniestro.

-Sí… eres listo, Spider siempre fue un idiota… eso debió matarlo…- Vegeta parpadeó extrañado ante aquel apodo, pero al alto negó con las manos de inmediato.

-¿Sabes que era él? Oye, por favor… necesito que me digas lo que sabes, necesito salir de esta…- los enormes brazos del otro se cruzaron sobre su pecho, haciéndolo más imponente de lo que ya lucía.

-Veo que eres un cobarde, probablemente mataste a Juurokugou sólo por accidente… ¿No es así? – Vegeta se sintió mal sólo por un par de segundos por no haberlo matado queriendo, pero rectificó su mente de inmediato.

-Yo no soy un asesino, y no quiero ir a la cárcel…- el otro lo meditó un momento, apreciando con chiste el rostro suplicante del otro.

-Mira, sinceramente no me importa lo que te pase, en lo absoluto… pero te voy a decir algunas cosas… unas que posiblemente te ayuden…- Vegeta puso total atención. –Eres cobarde, pero de verdad que te agradezco haber borrado a ese cretino de este mundo, tienes agallas… - para el bajito no era especialmente el mejor alago que le hubieran dado, no si este era respecto a disparar en los cráneos de la gente. –Te lo contaré todo… pero no ahora… nos veremos mañana terminando de grabar… ¿Te parece? – Vegeta asintió sin pensarlo un solo momento, tratando de no verse tan cobarde ni tan débil. El alto se dio la vuelta para marcharse, pero se frenó girándose de nuevo al otro. –Por cierto, soy Broly…- le extendió la mano, la cual Vegeta tomó sin mucha duda. –El número tres…- agregó mostrando de nuevo esa dentadura terrorífica.

-¿Número Tres? – preguntó el bajito extrañado, creando la hipótesis de que se había equivocado de personaje y que se creía el androide número tres.

-Ya lo sabrás… no te martirices pensando en eso – lo soltó, mostrando su enorme y ancha espalda mientras se marchaba a grandes pasos. Definitivamente, ese anime era un imán de fenómenos dementes.

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Era noche, y no había considerado que tan noche sería eso. Había mandado a Chi a la casa y le había asegurado que llegaría bien, que tenía un par de cosas que hacer antes de volver. Sí, como tratar de juntar pruebas para no ir a prisión. Metió las manos en los bolsillos de su chamarra, esperando paciente lo que el gran hombre le había dicho. Finalmente un auto negro y caro se detuvo frente a la calle, y como este auto que seguramente valía más que el Dojo y su casa en el campo juntas, no tenía techo, pudo observar a Broly en su interior, portando una chaqueta marrón y lentes negros, por una razón adivinó que una vida estrafalaria era todo menos buena señal. –Sube – dio como orden y el  bajito no necesitó que se la repitieran.

Entró al auto, y Broly comenzó a conducir, probablemente estaba loco, pues siguió con el capote abajo a pesar de que el viento congelante golpeaba su rostro, pero al demonio con eso, prefería el viento contra su piel que un par de puños. Condujo hasta lo que fue un lugar baldío,  era un par de terrenos lejos de la ciudad en donde detuvo el auto y bajó de este, y por la mente de Vegeta pasó la posibilidad de que en realidad era un amigo de Juuro y estaba ahí para cobrar venganza, que se había arriesgado mucho y que moriría de una bala en el cuerpo en medio de ese lugar horrible. En fin, tendría un genial final de película.

Pero para su suerte no fue así. Broly se recargó en el auto, guardando las manos en sus bolsillos un momento. -¿Sufrió mucho? – preguntó repentinamente, y al bajito le costó un par de segundos saber de qué diablos hablaba.

-Bueno, no en realidad… murió frustrado, arruiné sus planes – Broly rió aun con esa información, mirando al cielo sin mucho interés.

-Genial, hubieses sido carne molida si no hubiese sido por esa arma… y créeme, hablo en serio…- Lo miró a los ojos, y Vegeta no necesitó otra cosa para saber que era verdad. – Juurokugou era un loco… jamás me cayó bien, acaparaba toda la atención sólo por ser un demente… eso lo hacía el número uno – hizo un mohín asqueado, atraído por un par de recuerdos desagradables. –Siempre hacía todo dramáticamente, ¿sabes? Lo podía hacer fácil y recibir el crédito igual, pero lo hacía desastroso y a todo mundo le encantaba… yo era mejor que él… pero a todos les encantaba tener que verlo sacarse carne de los dientes – Vegeta no sabía si hablaba literalmente, pero como fuera le entraron ganas de vomitar. –Y el muy bastardo se regodeaba de eso, se burlaba de mí en mi cara – finalmente el bajito notó el odio en los ojos de Broly, sabía que iba en serio. –Todos lo hicieron – murmuró para sí mismo.

-¿De quienes estás hablando? – se atrevió a preguntar, y Broly sonrió ladinamente.

-Del grupo de asesinos al que pertenecemos, Juurokugou no era un bastardo psicópata por su cuenta, él era trabajador para una maltita mafia, igual que yo…  - admitió y Vegeta se preguntó por qué los locos dementes tenían la tendencia de acercarse a él. –Él muy bastardo engañaba, estafaba, violaba y mataba a quien fuera… lo hacía para alguien, lo hacía bajo órdenes – Se despegó de su auto, mirando al otro muchacho de frente. –Vegeta, no estas tras de un sujeto, estas tras de una organización de dementes que no podrás vencer… de un montón de locos que te cortarían la cabeza con un solo dedo – Gracias, era justo lo que quería escuchar. Pensó de nuevo pesimistamente.

-¿Qué se supone que debo hacer? ¿Resignarme? – cuestionó irónico, pero Broly negó, volviendo a su lugar sobre el coche.

-No en realidad, te dije que diría algo para ayudarte… ¿No? Para pagarte que lo eliminaras… y gratis… - rió ante su chiste sin sentido para él otro.

-¿Qué es lo que vas a decirme? ¿Cómo se llaman esos tipos? – Broly se rió aún más fuerte, y supo que el asunto no iba por ahí.

-¿Estás loco? ¿De dónde diablos vas a decir que sacaste esa información? – se burló, acomodándose el cabello a un lado distraídamente. –No, lo que tú vas a decir es que Juuro era de una organización  de mafia buscada por la policía, FBI y todas las cosas que quieras agregar, y que él te lo confesó… él,  no su hermano, sí dices que fue él no hay manera de traerlo a testimonio… está muerto - Vegeta se dio cuenta de cuánta razón tenía,  y quería conocer entero su plan. –Le dices que no sabes el nombre, pero que si sabes de dos de sus cómplices… pero que callaste porque te amenazaron de muerte…- pausó, levantando su mano para aclarar. –Asegúrate de decírselo a tu abogado y confesárselo al investigador… ya sabes, para acomodar todo para el juicio…- Vegeta se dio cuenta de que ese Broly de verdad que había pensado en cada cosa, debía estar en verdad agradecido, debía odiar mucho a Juuro.

-Claro, pero… ¿Quiénes son esos cómplices? Yo no conozco a nadie…- Broly se echó a reír una vez más, y Vegeta estaba próximo a entender su buen humor.

-No es como si fueran sus cómplices, ellos pertenecen a la mafia… bueno, al menos uno de ellos sí, él otro sólo se relaciona por demente…- hizo un ademan con la mano para marcar su punto, cruzándose de brazos otra vez. – He tratado de irme ¿sabes? Quiero acabar con esa mierda, quiero hacerle ver al Gran líder que su juego se va a venir abajo – Vegeta entendió que no sólo era por la muerte de Juuro, Broly estaba viendo realmente una oportunidad para vengarse. ¿Quién diablos dijo que la venganza era mala?

-¿Qué tengo que hacer? – presionó, pero el alto agitó la mano despreocupado.

-He borrado mi registro… de casi todos lados, me faltaba en las instalaciones mayores… o sea, aquí en Tokio, en donde esa maldita araña vive… cuando lo haga, podrás echar todo abajo y quedaré impune… al igual que tu…- eso le gustaba por primera vez si era de verdad lo que quería escuchar. –Me enteré de ti… y vine, pero no sabía cómo acercarme… luego vi el casting y bueno, asunto resuelto… - se rió ante eso. –El papel de verdad me gusta, es bueno… y divertido… pero lo interesante fue que no sólo tu trabajabas ahí, si no que uno de esos sujetos trabaja contigo…- Vegeta se pasmó, no podía creerlo.

-¿Alguien de la mafia? ¿Quién? – estaba impaciente, pero a Broly le gustaba torturarlo.

-Uno a parte de Juuro, claro… ese sujeto es el número dos en la mafia, es un muy buen estafador… ¡El sucesor de Tao! – sólo con oír ese nombre se le erizó la piel, y su mente comenzó a hacer sus propias suposiciones. –El muy bastardo de Krillin – Vegeta sintió que tendría un infarto ahí mismo, estaba impactado, era imposible.

-¿Krillin? ¿El pelón bajito? No puede ser, él…- pero recordó lo que Goku le dijo, y entonces temió lo peor.

-Sí, ese bastardo a robado y matado a muchos, ¿Cuál es el problema? – Vegeta bajó la mirada, en silencio. –Su amigo y cómplice es Goku, ha trabajado para ellos, ha sido parte de la mafia, si se lo cuentas al investigador los descubrirá… te lo aseguró, los tomara desprevenidos… irán a prisión, y tú y yo no…- los ojos negros del chico no se despegaron del suelo, pensando detenidamente en lo que estaba pasando. –Es increíble, primero Tao, luego Krillin y Goku, después Juuro y yo… que divertido, eso de Dragon Ball es todo un caos…- al bajito no le pareció nada que involucrara aquel nombre en esa terrible lista de locos, y comenzó a negar.

-No, eso no se va a poder…- dijo, y Broly le miró extrañado.

-¿De qué demonios hablas? Se podrá, cuando elimine mis datos de la base principal podría poner unos a propósito de ellos en acceso rápido para hacerlo más fácil – Vegeta negó aún más, centrándose en el rostro del otro.

-No, no será posible porque no lo voy a hacer, si digo eso ellos irán a la cárcel – Broly le miró como si fuera un completo loco, ladeando la cabeza en incomprensión.

-¿De qué mierda hablas? Esa es la idea, que ellos vayan, que todos vayan… - Broly claro que no sabía nada, así que siguió. –De verdad que eres un loco, te estoy dando la oportunidad de salvarte, ¿la vas a desaprovechar? Irás a la cárcel – le aclaró, y el otro asintió.

-Si tengo que ir, iré… pero no los voy a involucrar a ellos… yo... yo confió en que esto estará bien sin que diga esto – miró a Broly, y apretó sus facciones. –Gracias, de verdad que me gustaría terminar con esa mafia yo mismo, pero no lo haré… tomaré esa condena…- se acercó al auto, indicando que quería marcharse. –De igual forma, confió en que alguien vaya a tomar la decisión correcta…- susurró para sí mismo. –Borra tu nombre -

-Eres un loco, pero es tu decisión…- se burló, avanzando al otro lado del auto. –Y claro que lo borraré… no soy tonto, podrías cambiar de opinión – lo miró, dejando ir un suspiro. –No hay modo, quería compensarte por tu exitosa muerte – Vegeta le miró y sus facciones se pusieron tensas de determinación.

-Hay una manera de que puedes pagarme… ¿Podrías, por favor, borrar a Goku y Krillin de los registros también? – Esa era una petición que no se esperaba, exactamente lo contrario a lo que él quería.

-Como quieras – subió al auto, siendo imitado por Vegeta. – ¿Sabes Italiano? – cuestionó divertido, colocándose los lentes negros. –Por qué definitivamente lo vas a necesitar…- agregó para arrancar sobre aquella calle vacía, dejando a Vegeta sin entender y en la incertidumbre de aquello, pensando en todo lo que había pasado y en todo lo terrible que vendría.

Notas finales:

No tengo idea de cómo funciona la ley, sólo estoy suponiendo, así que disculpen si algo no tiene mucho sentido.

Agradecimiento especial a Mary (Gracias por todo, por cierto, ya sabes lo de “Mariana” y hablamos lo del ejercito de dios y eres todo menos molestia) mosheneira (Gracias, gracias, no sabes lo mucho que te adoro y me encantas) Vampireza (Todos tenemos esos deseos xD) B-G-Livi (Te adoro hermosa muchas gracias) RosaAzul (Gracias por leer), Mica-Otaku foreever (Bueno, era él o Vegeta xD) gracias a ustedes por seguirme, algunas desde el principio y otras no tan antes.

Eva *0* (lo hice malo, pero le hice un fic especial de él por eso xD), Lady-ling, Princesa lucy (también lo amo Uke),  Diana, Anónimo, Anónimo, Any-chan, Claribel, Anónimo, Bianca12 (Gracias), Yami, Grisell (buena percepción :D), Anónimo, Mey, Kikyo, hank, kai, Anónimo, Emilia (jajajam pobre Krillin, jajaja, gracias), Elisa, Kar, Anónimo (mil gracias), Natalia, Hinata (Gracias, también me encantan), Karen miki 48, Anónimo, Emi_Sakura (Claro que valió la pena, gracias enormes, tomaré en cuenta tus consejos *violación* xD), nana, Anónimo, Bella (De nada, ya veremos al héroe), Daliala (Vegeta Uke Forever xD, mil gracias), Maya 367, Anónimo (Claro, como todos los viernes), Mariana, Carolina Beutl 7 (ya somos dos), Princesa ana, Maxima , Saira 26, Vanessa, SDF, Vampire Asa (me alegra que no te decepcionara), Nant-Saya (Ntp, muchas gracias), Kido-chan, Girl Killer (jajaja, tranquila, también lo amo como sea), Susana wide (Gracias), Sachiko, Candy princess, Black-Lady, Angela TG56 (Gracias, lo encontraste a tiempo), Anónimo, Kia-chan, Rihana, Nana-chan, Emperatriz de la oscuridad, Anónimo, Natsumi 34t, Asley, RosaBlanca, Marxesm 23, Anónimo (Los viernes, jejeje) y Anónimo… MILES DE GRACIAS A CADA UNO! Perdón su alguien me faltó, responderé detalladamente a cada uno eventualmente (por que hoy no me dio tiempo)!

Seguimos con la cuenta regresiva, faltan cuatro capítulos… juju, estoy emocionada, pero entro a la escuela este lunes, así que espero seguir bien mi ritmo, obviamente le daré prioridad a este fic sobre mis otras obras. Nos leemos con suerte el próximo viernes!


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