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Como en la vida real. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Este y los demás capítulos son elaborados sin la intención de insultar a nadie, (Toriyama-Sensei) lo hago con total y absoluto respeto a su persona con el objetivo de entretener y nada más.

Las letras en cursiva son pensamientos de Vegeta.

Nos quedamos justo donde la última vez, cosas inesperadas, disfruten el capítulo!

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó Harima detrás de él, mirándolo en una extraña convulsión por la ira, perdido en un extraño pensamiento profundo.

–Maldito hijo de perra…- siseó entre dientes. –Esto… Esto… ¡Me lo vas a pagar!- gritó, dándose la vuelta listo para correr y romperle la cara a ese sujeto.

-¡Espera!-Piccolo lo detuvo, rodeándolo con sus brazos para impedir su partida. -¿De qué rayos estás hablando?- susurró, luchando contra el joven que resultó ser más fuerte de lo que parecía.

-¡Esto fue planeado! ¡Esto lo plantaron para culparme a mi…!- gruñó, haciendo un movimiento brusco para zafarse del agarre, y para suerte de su amigo, se quedó quieto, girándose para verlo a los ojos.

-¿Planeado? ¿A qué te refieres?- cuestionó entre incrédulo e intrigado, tomando los hombros de Vegeta para tratar de tranquilizarlo.

-¡Me refiero a…!-

-¡Ahí viene!- gritó un tipo, llegando y entrando al camerino a toda velocidad, casi cayendo al suelo por hacerlo.

-¿Quién…?- inquirió Piccolo, exaltado por la mirada y el rostro cargado de pánico del muchacho.

-¡BULMA! ¡Ahí viene Bulma!, ¡Y viene a matarte!- dirigió eso ultimo a Vegeta, quién había estado perdido en sus pensamientos y furias hasta ese momento.

Su rostro palideció, temblando a sobremanera, llevando su rostro aterrado y confundido a todos los que lo observaban entre preocupados y divertidos, buscaba ayuda en alguno, alguien que fuera capaz de decirle que hacer en la peor pesadilla de cualquier individuo. Finalmente sus ojos cayeron en los de su amigo frente a él, quién parecía pensativo e igual de preocupado. Abrió la boca, pero las palabras no salieron, un estruendo sonó tras ellos.

-¡¿ASÍ QUE FUISTE TÚ EL MALDITO JODIDO QUE TOMO SEMEJANTES FOTOS?!- no supo que llegó primero, si el sonido ensordecedor de sus gritos, o la palma que impactó contra su rostro. -¡¿Cómo te atreviste?!- exclamó, y Vegeta balbuceó sin ser capaz de articular algo racional, estaba en completo shock y pánico.

-Tranquila, Bulma, estoy seguro que no fue él, esto es solo un mal…- trató de intervenir, pero los furiosos ojos de la dama se fueron en su contra.

-¡Tú no te metas Harima! ¡¿Cómo puedes defenderlo y pensar que fue un mal entendido cuando está claro que no?!- esa mujer parecía tener el don de los gritos, pues su tono de voz no descendía de lo agresivo.

-L-Lo fue… y-yo no tomé nada de esto… de verdad…- tartamudeó Vegeta, tratando de no dejarse llevar por el momento e intentar defender su punto.

-¿A no? ¿Me puedes explicar cómo es que todas mis fotos estaban en tu camerino, señor genio?- ironizó, cruzando sus brazos sobre su pecho y mirando al joven de una manera que si pudiera, lo mataría con solo eso.

-¡Las han plantado aquí!- se apresuró a decir, rezando a todos los dioses que la mujer pudiera entender eso.

-Si claro, eso suena muy coherente…- ironizó, profundizó su entrecejo, mirándolo retador. -¿Quién más aparte de ti tiene una copia de tu llave?- la pregunta llegó de golpe a su cabeza, no habiendo considerado correctamente eso.

-Tal vez… tal vez fue con la misma que lo abrieron esta mañana…- se defendió, mirando a los ahí presentes en busca de una buena explicación, tanto para ella, como para él.

-Krillin había olvidado unas cosas aquí adentro, le pidió la llave de repuesto al encargado para poder entrar, ya que tú llegabas tarde y ahí fue cuando descubrieron todo…- contestó un técnico desde las filas observadoras, logrando únicamente que los afilados ojos de Bulma se apretaran más contra él.

-Ho… ¿ahora me vas a decir que el buen Krillin y el gerente del set vinieron ayer por la noche y plantaron esto aquí?- Vegeta escuchó lo absurdo que sonaba eso, llevaba poco de conocer a Krillin, pero sabía que él, o alguien de la producción, sería capaz de alguien como eso.

-No…- respondió, completamente convencido, sabía muy bien quién había hecho eso. –Pero si se de alguien que lo ha hecho…- su voz sonó más fría y enrabietada, clavando defensivamente sus propios ojos en aquellos azules.

-¡Deja de mentir! ¡Admítelo, eres un maldito degenerado! ¿Por qué alguien querría hacerte eso?- preguntó, pero antes de que Vegeta pudiera responder, miró la barbilla de la mujer temblar. -¿Por qué me hiciste esto?- cuestionó comenzando un sollozo, haciendo brillar sus ojos bañados en lágrimas contendidas.

-Y-yo no fui, Bulma… - murmuró al verla ceder ante su llanto.

-¡Deja de mentir! ¡Deja de negarlo y acepta que lo hiciste! ¡Por qué nadie más podría!- cubrió su boca con su mano, apretando los ojos y dejando correr sus lágrimas. –Nadie más, jamás me había pasado algo así hasta que llegaste… no hay duda…- masculló entre sus gimoteos.

-¿Por qué pegaría yo mismo una foto en la puerta y hacer que me descubrieran? ¡Yo no lo he hecho!- abogó una vez más, pero otra cachetada le hizo callar de nuevo.

-Tal vez lo hiciste como lo pegaste al resto de tu camerino…- soltó ella entre dientes, forzándose a retener el llanto.

Vegeta se quedó pasmado en su lugar, mirando como Bulma se agachaba y comenzaba a levantar una a una las fotos sobre el suelo, teniéndolas que despegar pues parecían llevar cinta, pero entremetida en su llanto su trabajo resultaba difícil, y solo por un descabellado y loco momento pensó en ayudarla. Antes de que recordara por qué y que estaba haciendo. No pudo evitar sentirse culpable, lloraba por rabia y por vergüenza, siendo seguida por las miradas de todos esos inútiles de ahí.

Bulma se levantó para comenzar a despegar unas de la pared, y para su suerte, se le sumaron dos chicas de la limpieza, recolectándolas más eficientemente que ella, terminando solo en unos pocos momentos más. La mujer recibió los paquetes de las chicas, tallándose una mejilla húmeda para secarla y avanzando dolidamente hasta Vegeta.

-Debo admitir que no me lo esperaba de ti…- susurró, mirándolo con nada más que odio. –Pero déjame decirte, que esto no se queda aquí, Vegeta Urabe, no descansaré hasta verte fuera de este programa y verte pagar por esa humillación y acoso. Te costara caro tu atrevimiento…- llevó sus manos a las de Vegeta, arrancándole el último juego de fotografías, las cuales sostenía por simple inercia. –No se va a quedar así…- finalizó su amenaza, pasando sus ojos igual de fieros frente a todos los ahí presentes, los cuales no tardaron más de cinco segundos para escapar.

La mujer salió con la cabeza en alto, tratando de no rebajarse más ante ese acto avanzó por los pasillos rápidamente antes de desaparecer en la esquina. Harima soltó un suspiro en cuanto se vieron solos nuevamente, avanzando un paso y colocando su mano sobre el hombro de Vegeta, quién mantenía la mirada perdida y sufría de leves espasmos.

-No debiste hacerlo, Vegeta…- masculló Piccolo, mirando como su amigo salía de su trance y se giraba con brusquedad y rabia.

-¡Yo no lo hice! ¿Acaso me crees capaz?- espetó furioso y nervioso, dolido y avergonzado.

-Bueno, no en realidad, siempre he pensado que eres, ya sabes, del otro lado y…-

-¡Suficiente!- lo calló, sosteniendo su frente con su mano y masajeando su sien para tratar de tranquilizarse. -¿Acaso nadie entiende que no lo he hecho yo?- dijo más para sí que para alguien en particular.

-¿Entonces como explicas esto?- quiso saber, tomando asiento en una silla frente al tocador.

-¿Acaso no me has puesto atención las veces que te lo he dicho? ¡Goku me odia! ¡Me quiere fuera y me juró que no descansaría hasta verme fuera de esto!- Piccolo colocó su mano en su barbilla de manera pensativa, angostando los ojos reflexivo.

-Sí, eso lo recuerdo, pero ¿De verdad crees que Goku haya sido capaz de hacer semejante cosa? Esto ha ido muy lejos…- Vegeta asintió en acuerdo, tomando el otro lugar frente a él.

-Estoy seguro, nadie más pudo haber sido, solo él… me lo dijo, dijo que no estaba jugando y que de alguna manera lograría sacarme de aquí…- insistió en el punto, cruzando sus brazos y mordiendo su labio inferior con nerviosismo. –Sé que lo hizo…- soltó en un susurro.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Cómo vas a comprobar que lo hizo?- Vegeta gruñó ante la cuestión, en efecto, no tenía idea de cómo demostrar semejante cosa, ese bastardo fingía todo el tiempo tratándolo miserablemente cuando nadie notaba.

-Maldito cretino, me las va a pagar, tenlo por seguro…- Piccolo sonrió ante semejante juramento, colocándose en una pose similar a la de su amigo y cruzando sus brazos sobre su pecho.

-¿Ahora si quieres hacer algo al respecto? Creí que solo eran juegos infantiles y que no caerías en eso…- se burló usando sus propias palabras, recibiendo una mirada enfurecida del menor.

-Pero se ha salido del juego, no me voy a quedar de brazos cruzados… ¡Pagará! No sé cómo, pero me vengaré por esto…- golpeó la mesa de su tocador al termino de sus palabras, regresando sus manos a su rostro y pasándolas entre su cabello.

-Tranquilízate, muchacho, primero debemos enfrentarnos a la ira y acusaciones de Bulma… esto seguramente no ira nada bien… - Vegeta suspiró agobiando ante esa declaración. –Debemos comprobar tu inocencia, encontrar al culpable y después de eso, buscas la venganza que quieras, pero mientras tanto…-

Un golpeteo en la puerta interrumpió a ambos, haciendo que levantaran la mirada y la llevaran a la madera que permanecía cerrada. –Joven Vegeta, e-el señor Toriyama y la directora Mio requieren de su presencia…- anunció el chico de los mandados, esperando en silencio alguna clase de afirmación.

-E-Está bien… diles que irá enseguida…- decidió responder Piccolo ante el rostro paralizado y asustado del muchacho, quien no parecía capaz de moverse ni de hablar. –Anda, Vegeta, tienes que ir…- susurró, moviendo a su amigo del hombro y encontrándolo tan tieso como un muerto. –Vegeta…- llamó sacudiéndolo más, sorprendido al no poder moverlo ni un centímetro. –Si no reaccionas te llevaré cargando hasta allá…-

Tardó un par de segundos más hasta que reaccionó, levantándose con movimientos forzados y avanzando como si fuese un robot, dejando Harima con ganas de ponerse a llorar por semejante acto. –Camina bien… no tienes por qué estar tan nervioso…- sugirió en un susurro cuando la puerta se abrió y dejó ver al joven muchacho muy nervioso.

-Me pidieron guiarlo hasta la oficina de Toriyama-sama…- avisó, andando con la cabeza gacha por los pasillos, seguido por Vegeta y Piccolo muy de cerca, en donde el primero no dejaba de ver al piso y pasar sus manos con nerviosismo en su rostro, y el segundo no dejaba de negar con la cabeza. Algo le decía que esto no iría nada bien.

El joven hombre se detuvo frente a la puerta, señalándola y escondiendo su mirada de la de Vegeta, quien agradeció, para recibir un leve asentimiento antes de que el muchacho saliera corriendo. Se aventuró a tocar una vez sobre la madera. –Adelante, Vegeta…- escuchó a Mio dentro, con un extraño tono furioso. Miró a Piccolo una vez más antes de colocar su mano en el picaporte y girarlo lentamente.

-Te deseo suerte…- dijo Harima antes de que su amigo entrara con los nervios al máximo en ese misterioso lugar.

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-Entonces, ¿Se la creyó?- preguntó con una sonrisa maliciosa en sus labios.

-¡Claro que sí! La hubieras visto, estaba gritando y llorando como loca…- respondió el otro, soltando a la par que su amigo una carcajada.

-¿Y Vegeta? ¿Qué dijo ese idiota?- dijo Goku, continuando su indagación en el asunto.

-El muy imbécil no pudo decir nada, se quedó frío y por un momento pensé que se pondría a llorar…- explicó con emoción. -¡No puedo creer que Bulma le haya pegado!- exclamó emocionado, guiando a otra serie de risas.

-Excelente, ¿No te vio verdad?- alzó una ceja y miró por sobre su lente negro a su amigo, el cual negó orgulloso. –Genial, eres el mejor de todos, Krillin…- felicitó, colocando una mano sobre la calva de su amigo y sonriendo abiertamente.

-Nada de eso, ha sido muy fácil, el muy idiota cree que la producción pidió mi desalojo del camerino, no tiene ni idea de que fue planeado…- soltó el pequeño, bebiendo de su lata de soda.

-Ese Vegeta, eso le pasa por confiado, ahora el muy imbécil estará fuera…- rió, cruzando sus brazos y mirando algún lugar en la pared.

-Dime Goku, ¿Qué fue exactamente lo que te hizo ese sujeto?- inquirió Krillin, recargándose sobre sus brazos apoyados en el escritorio.

-En realidad nada, es solo que me molesta su presencia, ¿Cómo se le ocurre a un campesino venir y tratar con los grandes?- ironizó, recibiendo una afirmación por parte del otro.

-Cierto, aunque arriesgaste mucho tomando las fotos a Bulma, ¿sabes?- Goku bufó ante la visión de su amigo, tomando a un lado el paquete de fotografías completamente originales y dando un rápido vistazo.

-Esa perra también me las debía, se atrevió a publicar asuntos de nuestra vida cuando fuimos novios…- frunció el ceño, mirando con nada más que rencor a la mujer en la imagen. –Solo me lo cobre… maté dos pájaros de un tiro…- ambos rieron, bebiendo un poco más de sus hidratantes. –Una humillada y otro fuera del trabajo… todo salió a la perfección…- sentenció, relajándose sobre su asiento.

-No hay que cantar victoria, Goku…- Krillin arruinó su preciado momento con sus palabras. –Falta que el señor Toriyama crea todo esto…- Goku bufó y acomodó sus gafas, cruzando sus brazos tras su cabeza cómodamente.

-Tú no te preocupes, cualquier cosa que diga, aun si eso me incluye, nadie le creerá…- afirmó, escuchando a Krillin soltar un siseo. –Créeme, Vegeta es tiempo pasado…- se movió en su asiento, tomando una pose pensativa. -¿Me pregunto quién irá a ser el nuevo "Vegeta"?- Krillin estaba a punto de responder, cuando la puerta se abrió abruptamente y el muchacho de los mandados entró agitadamente.

-Señor…- comenzó a decir, pero Goku se paró abruptamente y lo tomó por el cuello de la camisa.

-¿Por qué demonios entras así a mi camerino? ¿Quién demonios te crees?- soltó entre dientes, juntando sus rostros agresivamente.

-L-Lo siento, pero lo que le tengo que decir es algo muy importante…- tartamudeó recibiendo un último gruñido de Goku antes de soltarlo y azotarlo contra el suelo.

-¿Qué es lo que ocurre? ¿Algo salió mal?- inquirió, tomando su respectivo asiento. -¿Acaso te descubrieron?- preguntó eso ultimo con un marcado coraje.

-N-No… es solo que a Vegeta lo han mandado a llamar, parece que le preguntarán sobre lo sucedido…- respondió, poniéndose de pie y temblando del miedo. -¡A-A mí todo esto me da mucho miedo, señor! No quiero que ellos…-

Krillin y Goku rieron al unísono, cortando las palabras del muchacho, mirándose unos momentos antes de volver a sus amenazadores rostros. –No seas cobarde, no tienen por qué saber nada…- la voz del alto sonó tan espeluznante como pocas veces. –Al menos claro, que hayas dicho algo…- lo último lo dijo como sugerencia, una a la cual el muchacho comenzó a negar.

-No he dicho nada, no lo haría… -dijo haciendo una inclinación.

-Entonces tranquilo, todo saldrá bien…- la voz de Krillin salió desinteresada, volviendo a su bebida indiferente.

-Anda, vete muchacho, si pasa algo verdaderamente importante, me avisas, ¿de acuerdo?- el chico asintió antes de salir cabizbajo.

-Otro idiota…- comentó Krillin, haciendo soltar otra risa por parte de los dos.

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-¿Entonces me estás diciendo que fue una trampa?- preguntó Mio escéptica.

-¡Que deje de decir idioteces! ¡Está claro que fue él!- gritó Bulma, quien había sido llamada al encuentro.

-No, es verdad, lo juro, yo jamás haría algo así…- la voz de Vegeta sonaba quebrada, casi como una súplica mirando de uno al otro buscando algo de comprensión.

-¡Bastardo, eres un pervertido hijo de…!- la mano del jefe se levantó para hacerla callar, moviéndola al frente para darle de nuevo la palabra.

-Fue una conspiración señorita Bulma, se lo juro por lo que quiera, no le miento cuando le aseguró que soy inocente…- reiteró, y por unos momentos el silencio se volvió agónico.

-¿Y tienes alguna idea de quién pudo haber sido el "culpable"?- inquirió Mio, por alguna razón en un tono que no parecía más convencida que Bulma.

-Sí…- respondió, tomándose unos momentos para responder. –Fue Goku…- el silencio se extendió, marcando un par de caras perplejas ante aquello, rompiendo solo cuando Mio comenzó a reír.

No tienes idea de lo que estás diciendo, Vegeta, Goku jamás…-

-Le creo…- la afirmación y convicción de Bulma llamó la atención de los demás, quienes la miraron con los ojos al tope.

-¿Acaso tú crees que Goku sería capaz?- la pelirroja permanecía escéptica.

-Estuve con él por más de tres años, y se perfectamente de lo que es capaz de hacer, y créeme cuando te digo que es capaz de esto y más…- sonó dolida en sus palabras, mirando esta vez fijamente a Vegeta, con unos sombríos y desconocidos ojos. –Solo dime, ¿Por qué crees que él lo hizo?- preguntó, hundiendo la frente en rabia.

-No lo sé, por alguna razón que desconozco me odia… y me quiere fuera…- Bulma presionó los puños, mirando directo a la puerta.

-Ese bastardo, me utiliza para sus locuras y me humilla así…- soltó airada, sintiendo nuevas y repentinas ganas de continuar llorando.

-Espera, ¿me estás diciendo que verdaderamente crees que él lo hizo?- Mio seguía sin entender, tratando de encontrar algo razonable en la discusión. –Esto no puede ser, Goku es…-

-Hagan traer a Goku…- la voz del jefe sonó, y dejó a los tres tensos, mientras su secretaria personal salía de inmediato con la orden.

-Bueno, aquí esto… ¿Qué sucede?- preguntó Goku con voz nocente, adentrándose en la oficina del jefe mostrando el rostro más inocente que nadie jamás hubiese visto.

-Sucede que a Bulma le tomaron unas fotos, las cuales terminaron en manos de Vegeta… y ahora parece que el culpable de estos dos "incidentes" eres tu…- habló Mio, y Goku debió ser premiado por su actuación sorprendida.

-¿Qué? ¿Acaso piensan que yo hice semejante cosa?- si Bulma y Vegeta no lo conocieran, creerían que su declaración era fidedigna. –Eso no puede ser, yo jamás haría algo así… Bulma es mi amiga y saben que lo de las fotos me pareció en primer lugar algo demasiado ofensivo…- la mencionada bufó, cruzándose de brazos y mirando fieramente a su ex novio.

-Si claro…- dijo sarcástica. -¿Por qué no eres un hombre y actúas como tal?- su voz sonó completamente ofensiva, y a Goku se le ocurrieron más de mil maneras de contestar a eso, pero se mantuvo recto en su posición.

-¿Por qué creen que fui yo en primer lugar?- sonó un poco inexpresivo, frunciendo el ceño y buscando respuesta en alguna de las miradas. -¿Por qué me acusan a mí?- reiteró un poco más brusco.

-Vegeta cree que fuiste tú…- Mio habló, sonando de principio a fin completamente del lado del alto actor.

-¿Qué? ¿Por qué me acusas de esa manera?- Vegeta expandió los ojos sorprendido por su don de aparentar inocencia, surcando la frente una vez que mentalizó las palabras.

-Sabes bien porque lo digo, me amenazaste, ¡dijiste que harías algo para botarme de aquí!- levantó la voz sin darse cuenta, dando oportunidad a que Goku sonara más inocente.

-No sé de qué estás hablando…- negó. –Yo jamás dije algo como eso…- mantuvo la mirada firme contra el chico, quién pudo percibir malicia en esos ojos negros.

-Si no dijiste eso, explícame por qué Vegeta te culparía de esa manera- intervino Bulma, cruzándose de brazos y deseando acabar con eso de una buena vez.

-No lo sé…- susurró el "inocente" acusado. –Tal vez quiere avergonzarme y culparme solo porque el otro día se tropezó con mi pie… a pesar de que eso no fue mi culpa…- se encogió de hombros, realizando sobre su rostro una expresión dolida.

-¡Si eso también fue a propósito!- gritó Vegeta, levantándose de su asiento listo para atacarlo, pero la mano del jefe indicó calma.

-Perdóname Vegeta, esa vez no fue mi intención…- el mencionado revivió sus ganas de partirlo a golpes, pero se limitó a soltar un gruñido ante semejante hipocresía.

-¡Bueno, venganza o no! ¡Díganme quién lo hizo de una vez!- demandó Mio exasperada.

-¡Yo soy inocente!- hablaron los dos hombres al unísono, señalando sus respectivos pechos con su pulgar. -¡No le crean, él lo hizo!- gritaron nuevamente, señalando al contrario en una imagen espejo, para luego retarse con una mirada fiera.

-Maldición… con ustedes no se puede… ¡Parecen unos niños cobardes!- rugió de nuevo la volátil mujer. –No queda más, si no hablan tendremos que sacar a los dos de aquí…- declaró indignada, cerrando los ojos y recargándose en el escritorio.

-¡¿QUÉ?!- sus voces sonaron de nuevo exaltadas. -¡Eso no es justo!- dijeron aferrándose a sus lugares.

-Pues no hay otra opción…- suspiró la pelirroja, negando brevemente con la cabeza.

-Espera…- la voz del jefe habló de nuevo. –Tengo una idea, ustedes dos, esperen afuera…- indicó eso ultimo a los dos hombres, quién asintieron un tanto inconformes.

Goku se levantó abandonando la sala primero, seguido muy de cerca por el otro muchacho, quién se aseguró de cerrar bien una vez que estuvo fuera. –Vaya campesino, sacaste las uñas…- se burló, cruzándose de brazos y recargándose en una pared cercana.

-No sé de qué hablas, idiota, yo solo me defiendo…- siseó Vegeta con clara frustración, acercándose unos pasos.

-¡Oye! Tranquilo viejo, no tienes por qué insultarme…- la voz de Goku sonó bromista, mientras extendía las manos al frente con la intención de tranquilizarlo.

-¡¿Qué no tengo por qué?!- casi gritó al decir eso, dando un nuevo y largo paso al frente. -¡Me están acusando de algo que yo no hice! ¡De algo que tu planeaste!- soltó apuntando acusadoramente con un dedo su pecho.

-Sí, que bien… si todo marcha bien finalmente te veré largándote de aquí…- aceptó con una sonrisa, cruzando sus brazos y recargándose en un pie contra la pared.

-Eres un desgraciado, ¿Por qué demonios haces esto?- su irritación se marcó en su ensombrecido rostro.

-No lo sé, supongo que es divertido… no te preocupes mucho, campesino, pronto podrás volver con tus vacas y tus becerros a tu cabaña en la selva…- dijo completamente casual.

-En primer lugar, pedazo de animal, las vacas y los becerros viven en el campo, no en la selva. Y en segundo lugar, no me iré a ningún lado, porque yo soy inocente…- Goku rió ante su explicación, agitando la mano a un lado con desinterés.

-Eso lo veremos… - justó la puerta se abrió, dando paso a la cara de Mio, quien indicó con un ademan que entraran de nuevo.

-¿Sucedió algo?- preguntó Vegeta intrigado, su vida entera pendía de esa respuesta.

-Sí, revisamos las cámaras de seguridad…- explicó la pelirroja, con una voz neutra y algo preocupada.

-¿Y bien?- incitó Goku a continuar, cruzándose de brazos ante la anticipación de su inocencia.

-Ha sido el chico de los mandados quién colocó las fotos en el camerino de Vegeta…- explicó, sonando decepcionada y algo perdida. –Lo hemos llamado a traer y…- la puerta sonó desde afuera, indicando con una leve afirmación que entrara.

-¿P-pasa algo?- el tímido chico bajo la gorra preguntó, deslizando sus ojos imperceptiblemente a Goku, quién asintió una vez.

-Tenemos que hablar contigo, muchacho, es sobre lo que hiciste…- indicó la pelirroja, haciendo una señal para que todos abandonaran la oficina.

-Supongo que te debo una disculpa, Vegeta…- dijo Bulma una vez que los tres estuvieron fuera de la habitación.

-No te preocupes, te entiendo…- respondió con una media sonrisa un poco tímida, haciendo que Bulma sonriera y lo tomara del hombro en señal amistosa.

-¿Y para mí no hay una?- se burló Goku desde atrás, siendo testigo de la horrorosa escena.

-Tu puedes irte mucho al infierno, Goku…- expuso la mujer, cambiando su tono pasivo a uno agresivo y violento. –Con permiso…- alzó el rostro indignada, despidiéndose de Vegeta con una mano y saliendo a prisa del lugar.

-Parece que te has salvado de esta, campesino…- dijo mientras guardaba las manos en los bolsillos de su pantalón negro. –Pero no te descuides, estaré cerca…- sonrió airoso, pero el más joven se giró agresivamente.

-Creo que el que debe cuidarse ahora serás tú, mi querido Goku…- sonó completamente fiero con ese calificativo. –Por qué créeme cuando te digo que las cosas no se van a quedar así, no voy a permitir que te burles y hagas lo que quieras. De esta me voy a vengar, y créeme que será de la peor de las maneras, cuida tus espaldas, Goku…- el otro no tuvo tiempo de responder, mirando como el chico bajito se apresuraba a marcharse en el pasillo.

-Vaya, necesito una sesión anti-estresante…- se burló ladeando la cabeza y colocándose de nuevo esas gafas oscuras que siempre llevaba consigo.

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-¿En serio le dijiste eso?- preguntó Piccolo, cercano a destruir la mesa por lo fuerte que la presionaba. -¡¿Y qué es lo que piensas hacer?!- en su voz se escuchaba la emoción y la intriga.

-Ese es el problema, no tengo idea de cómo me voy a vengar…- suspiró Vegeta algo cansado, recargando su mejilla en una de sus manos.

-¿es en serio? ¿Lo amenazaste y ni siquiera tienes idea de qué hacer?- soltó la mesa un tanto decepcionado, recargándose en la silla y colocándose pensador. –Debemos pensar en algo…- murmuró cerrando los ojos y acariciando su barbilla.

"¿En qué momento lo incluí yo a é?" pensó Vegeta sin saber si agradecer, o ponerse a llorar. –Debe ser algo tan fuerte como lo que él me hizo…- soltó para sí mismo, pero Harima reaccionó de inmediato.

-Debes tener cuidado, Goku tiene dinero y muchos cómplices…- susurró. –Ya, ves lo del chico de los recados, admitió toda la culpa, desde haber tomado las fotos hasta haberlas colocado ahí, sin importar que lo despidieran, es obvio que quería cubrir a alguien más…- Vegeta asintió, recordando haberlo visto ayer levantando sus cosas listo para irse sin protestar.

-No puedo creer que Goku sea capaz de dejar a alguien sin empleo…- reflexionó, sintiéndose inútil e incapaz de hacer algo como eso. –Es oficial, estoy acabado, no podré vengarme nunca…- declaró desparramándose sobre la madera.

-Hey, no digas eso, solo hace un día que lo juraste ante él y ya te diste por vencido…- trató de animar su amigo, dando unas breves palmadas en su espalda.

-No se me ocurre nada…- dijo desanimado, quedándose ahí por unos momentos, pensando atentamente antes de decidirse por algo bueno. –Lo tengo, no hay motivos para vengarme, hablaré con él…- golpeó los puños en la mesa ante su determinación.

-¿Hablar con él? ¿Estás de broma, verdad?- Piccolo lo miró incrédulo, sintiendo una gota de sudor resbalar por su sien.

-¡No! ¡No es una broma! Hablaré con él maduramente, como adultos, como personas, las cosas no tienen por qué ser así, lo convenceré de frenar esta tontería infantil…- respondió animado.

-Es mi deber informarte que Goku y la palabra "maduramente" no pueden usarse en el mismo contexto. Ese sujeto no comprende palabras, incluso dudo de su identidad como ser pensante…- Piccolo trató por todos los medios bien sabidos de disuadirlo, pero Vegeta se giró muy decidido.

-Iré a hablar con él hora mismo…- más Vegeta lo ignoró por completo mirando al frente con los ojos brillantes.

-¡Espera! Lo vi irse hace ya un buen rato…- dijo sincero, logrando solo detenerlo unos segundos.

-Iré a asegúrame a su camerino, ¡Gracias por la ayuda!- exclamó saliendo velozmente.

-¿Ayuda? ¿Sabrá que no hice nada?- murmuró, pasando una mano por su cabello y clavando la mirada en la lejanía. –Parece que Goku no es el único necio aquí…-

Vegeta continuó a toda prisa por el pasillo, llegando hasta un lugar que daba la impresión de ser área restringida, y tal vez lo era, pero no le importó. Leyó el nombre de Goku sobre una puerta, en realidad una enorme puerta, agitándose y volviendo a acelerar su ritmo inicial.

Estaba completamente eufórico, tanto que no tomé ni un solo segundo para detenerme y tocar, simplemente coloqué mi mano en la perilla, girándola y moviendo la puerta a un lado rápidamente, entrando y enfocando mis ojos en la imagen ante mí.

En ese momento quise correr, desparecer, morir, cualquier cosa sonaba mejor que estar ahí, pero no pude hacer absolutamente nada más que permanecer quieto y podía jurar que hasta sin respirar. Mi quijada se desencajó, mientras mis oídos eran azotados por ese último quejido, sí, quejido. La imagen era difícil de describir, Goku, completamente desnudo, sobre el joven Trunks, quién también estaba desnudo, a cuatro patas sobre uno de los sillones, con la cara roja y con el… bueno, con una conexión íntima con Goku.

Sus miradas se fueron contra mí, asustadas y sorprendidas. Era oficial, la peor parte de mi vida seguramente comenzaría ahí.

Continuará…

Notas finales:

Asjaskajskas! Qué final! bueno, el siguiente cap será interesante, veremos las reacciones de todos! (Inesperado lo de Krillin) (Y lo de Trunks, claro)

No me burlo de nadie al referirme a Vegeta como campesino, en realidad yo vivo en el campo rodeada de vacas y borregos, así que la primera insultada sería yo. Me refiero así a él ya que he visto la discriminación por parte de los "ricos" hijos de perra sin escrúpulos que se creen mejor que otros solo por tener un poco más. Aclaro, tampoco tengo nada en contra de los honrados ricos, todo es parte de la trama. En fin, nos vemos la siguiente vez!

Piccolo es Harima Kenji de School Rumble, y pertenece a Kobayashi Jin.

No sé nada de acosadores sexuales, todo lo estoy inventando.


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