Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como en la vida real. por InuKidGakupo

[Reviews - 385]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Aquí el cap 8, espero les guste pasan muchas cosas :3

-¿Y bien? ¿Cuál es el plan?- preguntó impaciente, frenándose justo enfrente de su amigo.

-No hay más, Vegeta, tendrás que cambiarte de casa…- le dejó ir sereno. Vegeta se estremeció ante la idea, abriendo los ojos como platos, para después fruncir levemente el ceño.

-¿Estas bromeando verdad?- dijo repentinamente, sentándose en el lugar de enfrente.

-No, claro que debes mudarte, esos tipos seguirán ahí hasta que te vuelvas loco…- advirtió el moreno, levantándose las gafas oscuras para que observara la seriedad en su mirada.

-Se cansarán… sólo es cuestión de tiempo…- Vegeta soltó, suspirando para tratar de calmar sus pensamientos.

-Tengo una noticia para ti, Vegeta, ellos nunca se cansan…- Hablaba la voz de la experiencia, y Vegeta lo supo en la seguridad de sus palabras. –Además, pronto se estrenará la temporada, ¿crees que te dejarán así como así?- era obvia la respuesta, sólo se volvería más famoso en el lanzamiento, y eventualmente la gente se interesaría más por su vida en su pocilga.

-Entiendo tu punto… pero la cosa es que no puedo irme, porque no tengo a donde ir…- Harima rodo los ojos, recargando sus brazos cruzados sobre la mesa y mirando enfadado a Vegeta.

-Dime una cosa, ¿En qué demonios te has gastado lo que nos han pagado hasta ahora? ¡No me vas a decir que en comida para gato! ¿Verdad? ¿Cuánto tienes?- quiso saber, colocando las palmas extendidas al frente para tratar de centrarlo y centrarse a sí mismo.

-Bueno… yo…- el menor se rascó la parte trasera de la cabeza, bajando la mirada y buscando la forma de decir las cosas. –Yo no tengo nada…- aceptó.

-¡¿Qué?!- exclamó, y no habría creído eso si no supiera que Vegeta no mentía. Sus ojos se abrieron grandes y tuvo la intención de golpearlo en el rostro. -¡¿Pero por qué?! ¡¿Cuánto puedes estar pagando por vivir en ese basurero?! ¡¿Qué demonios comes?! ¡¿Qué le hiciste?! ¿Sakamoto compró una casa en Hawai o qué?- el sarcasmo de Harima, el cual no ayudaba en nada, lo hizo bajar la mirada, suspirando y tomándose unos segundos para comenzar con su explicación.

-Mi familia es dueña de un Dojo, lamentablemente quebramos hace un tiempo y no habíamos podido reabrir. Esa fue una de las razones por las que dejé de estudiar, mi hermana, Nao-chan, trabaja y estudia al mismo tiempo, y mi madre estaba cada día más desesperada. Les he dado todo a ellos, sólo me quedó con lo suficiente para la renta y comida, al fin mis padres pueden recuperar su herencia familiar…- Harima quiso tragarse sus palabras anteriores ante esa explicación, soltando un leve suspiro y reclinándose de nuevo en la silla.

-Bien, eres más niño bueno de lo que creí…- comentó, cruzándose de brazos y mirando al techo. –Debemos pensar en algo, que sea rápido para que no termines agobiado y machacado como figura pública…- Vegeta asintió, consciente de ello, pues le habían levantado más falsos que en toda su vida junta. Y eso había sido mucho.

-Tal vez pueda conseguir algo barato, con lo que me paguen el próximo mes…-

-¿El próximo mes? – interrumpió el moreno, mirando a Vegeta como si fuera un completo demente o estuviera a punto de hacer lo peor del mundo. -¿Estás loco? ¿Acaso quieres que te coman vivo?- preguntó exaltado, pasando una mano por su cabello para tranquilizarse y poder hablar. –Mira…- dijo tranquilo, con un tono que expresaba un buen consejo, o una advertencia. –Tú debes de abandonar ese lugar lo antes posible, por mucho al final de esta semana, si te quedas ahí, morirás como actor, como persona, como ser viviente… abandónalo lo antes posible…- a pesar de que habló calmado, Vegeta se alarmó en demasía. Todavía no tenía una vida como verdadero actor, y los medios ya se estaban destruyendo.

-No tengo a donde ir…- reiteró. –No tengo dinero… no me pidas cosas imposibles…- masculló, poniéndose de pie y tomando su mochila de la mesa. –Esperaré a que se pasen, estaré bien…- agregó, mirando a Harima, quien negaba con la cabeza lentamente.

-No sabes lo que dices…- se puso también de pie, tomando sus lentes oscuros de la mesa y colocándolos sobre su cara de nuevo. –Pero de acuerdo, haz lo que quieras, yo te lo he advertido…- dijo mientras avanzaba a la puerta interior de la cafetería.

-No necesitas advertirme, el siguiente mes rentaré un departamento, en donde sea, para entonces estaré bien…- Harima asintió finalmente, tratando de sonreír y pasando su brazo por el hombro de su amigo.

-Bien, si las cosas se ponen feas avísame… supongo que si lo dices, entonces sabes cuidarte…- palmeó su espalda, retirando su mano y soltando un suspiro. –Aunque me sorprende la rapidez con la que te atacaron, y la cantidad de falsos que te levantaron… ¿aún no sabes cómo averiguaron tu dirección?- inquirió, mirando por el rabillo de su ojo a su amigo más bajito.

-No, no entiendo quién pudo haber sido. Quizá la información se filtró y alguien del personal del edificio proporcionó mis datos…- expuso, tratando de dar una explicación lógica a tan raro asunto. –A parte de ti sólo saben otros dos mi dirección, y no creo que ninguno de ellos haya dado mis datos a alguien…- miró al suelo, repasando una y otra vez en su mente si había dado detalles a alguien más.

-Tal vez tengas razón, si no fuera por eso pensaría que todo fue planeado…- comentó Harima, atravesando el pasillo de pilares camino al set. –Las cosas se ven muy raras…- murmuró pensativo, sintiendo un extraño miedo en su corazón. Algo de todo eso no le gustaba en lo absoluto.

-Estamos a punto de terminar, ¿en qué estás?- quiso saber para cambiar de tema y despejar su mente.

-Estoy agonizante en la nave…- respondió soltando una risita. –Es increíble, a Bulma Briefs le da mucho miedo Piccolo, y a Bulma Sambrano también, se pone loca cuando me ve en el papel… ¡Hace un drama y dice que no la toque! – se burló y ambos comenzaron a reír, imaginándose a la peli-azul gritando como histérica y huyendo de Piccolo como loca. –Y tu… ¿en qué vas?- cuestionó calmado.

-Bueno, sigo enterrado en realidad, pero mañana revivo… no hay problema, jejeje…- puso su mano en su nuca, encogiéndose de hombros y sonriendo nerviosamente. –Después todos iremos a la tierra… - murmuró pensativo, veía infinito en camino hacia el final de Dragon Ball.

-Pff… quédate muerto hermano, todo es mejor que casarte con la loca de Bulma…- ambos rieron fuertemente, deteniéndose unos momentos frente a la primer puerta del set.

–Al menos es rica… - agregó Vegeta, y Harima estalló en una carcajada. Vegeta rió brevemente, imaginando por un momento en que alguien tan rica como Bulma Briefs lo acogiera en su casa, igual que a ´Vegeta´, y que le proporcionara todo a cambio de nada… bueno, sólo hasta el momento en que se enamoraron y pasó de ser alguien acogido a su pareja sentimental.

Suspiró desvaneciendo todas esas fantasías, la realidad era otra y estaba en medio de un caos, económico, público y sentimental… vaya que problemas. Harima terminó de reír y Vegeta finalmente abrió la puerta, adentrándose los dos en largos pasillos con cámaras y escenarios que conocía y no. Se alegraba de sólo tener que ir a los obligatorios ensayos de grupo, no tenía ganas de nada ahora que se daba cuenta. Estaba frito en todos lados, su casa y el trabajo.

Bueno, al menos en el primero no tenía la culpa. Por lo segundo, temía por las consecuencias de sus actos, no tenía cara para mostrarse ante el inocente rostro de Chi, ni tenía el valor para mostrarse frente a Goku. Simplemente no tenía nada que mostrar a la vida. Se sentía una basura, y tal vez lo era, ¿Por qué no? No había hecho nada más que cagarla una y otra vez desde que puso un pie en ese lugar. Seguía preguntándose si era su premio o su penitencia.

-Debo ir a retorcerme de dolor, ¿estarás aquí?- dijo Harima de repente, deteniendo su paso y señalando uno de los pasillos del gran edificio que guiaba hacia los camerinos.

-No… iré con Mio por lo del ensayo rápido y volveré a mi casa… insiste en que todo este perfecto… ya sabes cómo es…- ambos sonrieron asintiendo, aunque a Vegeta vinieron recuerdos más bien lastimosos de la última vez que se vio obligado a ensayar una escena.

-De acuerdo… no te pierdas mucho…- finalizó levantando una mano en señal de despedida, caminando hacia otro pasillo con la bolsa en la espalda. Vegeta le miró avanzar unos momentos, para luego seguir su camino al frente.

--------

-Listo…- Dijo Mio mirando el libreto una vez más. –Esta parte tienes que gritarla, toda tu vida e infancia fue una basura por culpa de este cretino, lo odias como a nadie, ¡Debes decirlo con ese odio!- gritó asustando al joven, quien sostenía las hojas del guión, las cuales obviamente ya se sabía de memoria.

-Bien, de acuerdo, lo haré entonces…- declaró, bajando los brazos y tomando una pose extraña, debía estar “volando” durante esos diálogos. -¡Y tu maldito Freezer! ¡Te eliminaré justo ahora!- exclamó extendiendo una mano como si cargara una bola de Ki.

-¡Bien! ¡Bien! Debes mirarlo con odio… con repulsión, como si de verdad pudieras eliminarlo de un solo ataque…- dijo la chica con las manos temblorosas de la emoción.

-Oye Mio… deberías dormir algo… te ves muy nerviosa…- comentó Vegeta con delicadeza, mirando las manos temblorosas de la chica.

-Estoy bien… sólo es que estoy muy nerviosa, faltan pocas escenas… - dijo ella, mirando las letras una y otra vez, colocándose un dedo en la boca y mordisqueándolo levemente.

-Todo saldrá bien, las escenas son perfectas, todo es increíble, ¡el público lo amará!- animó él, tratando por todos los medios de que la mujer se calmara o terminaría por volverlo loco a él también.

-No es eso, sé que todo es genial, ¡Lo estoy haciendo yo!- dejó ir un poco de arrogancia, colocándose la mano en el pecho con orgullo. Pero su semblante cambió de un momento a otro, fijando sus ojos en la nada misma frente a ella. –Pero tengo miedo de que pase lo mismo que aquella vez… no estoy lista para perder más miembros, Dragon Ball no está listo para ello… no de nuevo…- murmuró eso último, pero estaban sólo ellos dos en el sitio, así que sus palabras sonaron bastante fuertes.

-¿Perder miembros… de nuevo? ¿De qué estás hablando?- cuestionó Vegeta, y su tono alto de voz sacó a la chica de sus pensamientos, moviendo la cabeza bruscamente como si quisiera alejar imágenes desagradables de su mente.

-No… de nada… estoy hablando sola…- agitó la mano a un lado para quitarle importancia. –En fin, perdón por hacerte venir hoy, pero necesitaba que estuviera todo perfecto, y de nuevo disculpa que lo hayas hecho solo, pero Goku y Freezer están en maquillaje ahorita, comenzaremos temprano, por eso te cite a esta hora…- Levantó sus ojos azules un momento, mirándolo a través de sus lentes y dedicándole una breve sonrisa.

-Si no te preocupes por ello… - respondió, comenzando a levantar sus cosas del suelo. –Pero ¿sabes, Mio? Alguien debería decirme de una buena vez que fue lo que pasó aquí…- giró sus ojos para ver a la chica, pero ella sólo se seguía mordiendo el dedo nerviosa, leyendo la parte que grabarían ese día, haciendo de cuenta que Vegeta no había dicho nada. –De acuerdo, está bien… nos vemos mañana…- Colocó la mochila sobre su hombro, avanzando a la salida lentamente.

No quería pensar mucho en eso, Harima a veces también hablaba sobre la tragedia en Dragon Ball, pero aun así nadie había tenido la delicadeza de contarle lo sucedido. Suspiró relajando los hombros, no tenía caso agobiarse, de todas formas ¿Qué era lo peor que podía haber pasado? Comenzó a andar por los pasillos, iría a dejar unas cosas a su camerino antes de marcharse, mañana sería su resurrección y en el fondo se sentía feliz por la vida de su personaje. Esa locura, maldad y amargura de ´Vegeta´ comenzaba a gustarle, le recordaba vagamente a alguien.

Llegó a su camerino y entró tranquilamente, estaba tan callado y cómodo que imaginó quedarse a vivir ahí por un momento. Como estaban a final de filmaciones ya no había mucha gente recorriendo los pasillos, y era lo suficientemente temprano como para que esa parte se encontrara vacía. Necesitaba relajarse, y no pensar, eso era primordial, deseaba poder sacar toda preocupación de su mente, cada carga. Terminó de arreglar las cosas y salió del cuarto con la sola intención de irse y descansar el resto del día en su departamento, quizá hacer un poco de ejercicio.

-Hey… espera…- escuchó una voz detrás de él, una que no deseaba escuchar, no al menos ese día. Se frenó en seco y su cuerpo se tensó, era claro que por más que quisiera no podía tener un día tranquilo, y ni siquiera sabía que rayos quería ahora.

-¿Qué es lo que…?- preguntó mientras se giraba, pero no pudo contemplar su frase, quedándose paralizado por la escena, era como un hechizo, su cuerpo estaba inmóvil y el único que se movía como loco era su corazón.

-Dime, ¿Qué piensas? ¿Cómo me veo?- cuestionó Goku, dándose una vuelta lentamente, con esa gracia y vanidad que lo caracterizaban.

La quijada de Vegeta no podía irse más abajo solo porque no podía desprenderse de su cara. Sus ojos recorrieron hambrientos la imagen, capturando cada detalle en todos los rincones de su mente. Su cabello rubio en punta, era claro que estaba pintado, no permanentemente, seguro con tinte removible. Sus ojos azules, un color que quedaba estupendo con su piel clara… lucía fabuloso, estupendo, guapísimo. Pero lo que más lo dejó atónito era su vestuario, no sabía por qué Goku siempre terminaba sin camisa en sus combates, pero la idea le encantaba.

-Wow… te ves… fantástico…- respondió a la cuestión inicial, sin siquiera poder esconder un poco su asombro. Mordió su labio inferior y recorrió una vez más de abajo hacia arriba. –Te queda increíble…- por un momento olvidó que había prometido no hablarle, que estaba enojado con él y que había besado a su hermana.

-¿Verdad que si? El rubio también me hace ver guapo… - de nuevo su vanidad salió a flote, y sonrió entre emocionado y malicioso al ver el rostro embelesado de Vegeta, quien solo le faltaba babear para completar su grado de encantamiento.

-Si…-Susurró el menor sin darse cuenta, clavándose en esos ojos entre azules y verdes.

-¿Crees que soy guapo, Vegeta?- el sonido de su nombre en esa voz lo sacó de su trance de hermosura y perfección. ¡Pero claro que era guapo! ¡El más guapo que conocía! Pero claramente no podía dar esa respuesta. Posó los pies de nuevo en la realidad, sacudiendo brevemente la cabeza al igual que sus ideas.

-Bueno… lo que quiero decir es que te ves bien… eso es todo… - acomodó su postura indiferente. –Bueno, que te vaya bien, nos vemos mañana…- se apresuró a decir dándose la vuelta, pero una mano detuvo su marcha, sosteniéndolo fuertemente del brazo y dándole la vuelta bruscamente.

-¿A dónde crees que vas?- inquirió Goku, con una sonrisa coqueta y algo maligna.

-¿Q-Qué te pasa? Suéltame…- en realidad el agarre no le dolía en nada, pero la incomodidad de la cercanía, y el mero acto, era lo que lo ponía nervioso. -¿Qué quieres?- cuestionó zafando su brazo bruscamente.

-¿Qué quiero? Bueno… te has alejado de mí sin razón, me has dejado de hablar a pesar de que seríamos amigos, la respuesta es simple… quiero un poco de ti…- las palabras lograron hacer un hueco en el estómago de Vegeta que tuvo la sensación de que vomitaría o simplemente que vaciaría todo su cuerpo.

-¿Qué cosas dices? Me tengo que ir…- su lado cuerdo respondió, obligándose a mover los pies y tratar de escapar, pero Goku volvió a tomarlo del brazo, esta vez pegándolo contra su propio pecho.

-Dime Vegeta, ¿Qué parte no entendiste?- Sus ojos se miraron fijamente, y el menor creyó que se desmayaría justo en ese momento, sintiendo su cuerpo tan pegado, sus pechos juntos. –Sólo quiero un poco de ti…- Vegeta estaba seguro de que perdería en control si seguía mirando esos ojos por ahora verdosos, así que giró la cara a un lado y empujó con ambas manos el pecho de Goku para separarse.

-El que no entiende eres tu… estás loco, déjame en paz…- sus palabras salieron aunque realmente no quería decirlas, estaba por más dispuesto a quedarse ahí.

-¿Estoy loco?- preguntó divertido, tomando ambos hombros de Vegeta y haciéndolo avanzar de reversa. –Hay que averiguar que tanto…- agregó al momento en que la espalda de Vegeta chocó contra una pared, acorralándolo después con los brazos.

-¿Qué vas a hacer?- inquirió Vegeta asustado, genuinamente asustado.

-Depende, ¿Qué quieres que haga?- había más de un millón de respuestas para eso, pero claramente no podía decir ninguna. Su boca se abrió, buscando las palabras para contestar, mientras Goku se agachaba lentamente con picardía en la mirada y visualizando los labios del otro chico.

Un sonido agudo interrumpió el momento, y Goku se separó de la pared para buscar su celular guardado entre su traje. –Bueno…-

-¡¿Goku?! ¡¿Dónde demonios estás?! ¡Vamos a empezar ya así que mueve tu súper trasero saiyajin al foro quince o pondré a Yajirobe en tu lugar!- gritó Mio para colgar un segundo después.

-Bien, debes marcharte…- dijo Vegeta escapando por un lado.

-De acuerdo, pero nuestra charla queda pendiente – sonrió, comenzando a andar de reversa en el pasillo. –Pero hablando en serio, no entiendo por qué me dejaste de hablar, somos amigos… ¿no?- esta vez soltó una sonrisa más sincera, levantando dos dedos y haciendo una seña rápida de despedida. Se dio la vuelta y salió corriendo por el pasillo, porque cuando Mio decía que pondría a Yajirobe en su lugar, hablaba en serio.

Vegeta respiró finalmente, sus piernas temblaban, y tenía la sensación de que se caería en cualquier momento, pero al mismo tiempo sentía las ganas de correr, como un loco, por la eternidad y estaba seguro de que no se cansaría. Ahora sí, Goku había querido besarlo, o necesitaba un psicólogo de inmediato. Estaba atónito e incrédulo, sorprendido, feliz y asustado. Su cabeza era un rollo, le daba vueltas y su loco corazón no dejaba de estremecerse al recordar.

Genial. Lo que le faltaba a su día.

--------

-Entonces… ¿Qué es lo que va a hacer?- preguntó preocupada, colocándose una mano en la boca ante tanta sorpresa.

-Pues no lo sabe aún, él dice que se mudará hasta dentro de un mes… pero es que lo pueden hacer trizas en ese tiempo…- explicó Piccolo, jugando con sus antenas verdes sobre su cabeza.

-No puede ser, los amarillistas son malos pero no tanto, estará bien…- aseguró Chi, tratando de calmarse y pensar positivamente.

-No lo creo, tienes razón, los amarillistas no son tan malos, pero es que estos eran diferentes, tu no escuchaste la forma en la que lo atacaban, tenían toda la intención de destruir su hasta ahora perfecta imagen…- expuso, soltando sus antenas y entrelazando sus dedos largos y verdes frente a su cara.

-Bueno, tienes razón, es muy raro que pase eso, es como si quisieran algo…- opinó la chica, sentándose de nuevo en su silla.

-Sí, como si quisieran obligarlo u orillarlo a algo…- respondió Harima, y fue ahí cuando algo dentro de su cabeza hizo un “Click”. –Como… como si quisieran que él abandonara ese sitio a toda costa…- agregó más para él que nada, escuchando otra afirmación por parte de la chica.

-Pobre Vegeta… - murmuró la chica, bastante comprensiva con el asunto.

-Oye Chi… tu no podrías, ya sabes… ayudarlo…- la chica levantó la mirada a Harima, ladeando la cabeza a modo de confusión.

-¿Ayudarlo? ¿Cómo?- inquirió, curiosa por saber cómo podría.

-Ya sabes, quizá tú y él… bueno… puedan vivir juntos…- Chi se sonrojó al extremo, bajando la mirada apenada. -¡Bueno, quiero decir! ¡No como pareja, solo, solo juntos!- expresó, levantando las manos al frente avergonzado.

-Está bien, no te preocupes… - dijo tocándose la mejilla, soltando una risita discreta. –Sí, yo creo que sí puedo… le… le diré…- sonrió abiertamente, y Piccolo sonrió de igual manera, conmovido por los sentimientos de la chica. –Solo espero que nadie le proponga lo mismo antes que yo…- agregó, y Harima colocó una mano en su hombro.

-No te preocupes, Vegeta no tiene muchos amigos, en realidad sólo somos tu y yo, así que si me lo dice, simplemente le diré que no puedo… ¿ves? Tu encárgate de decirle lo antes posible…- ambos sonrieron, y Chi no pudo más que sonrojarse de nuevo.

-------

Giró en el pasillo de su piso, encontrándose con lo que ya se esperaba. Un montón de cámaras se giró hacia él, atacándolo con preguntas que no se molestó en escuchar. Le habían recomendado no responder a nada, así que simplemente se paseó silencioso por lo largo del lugar hasta la entrada de su puerta, abriéndose paso con las manos dificultosamente. A penas y pudo meter la llave en la cerradura, girando con fuerza y manteniendo a raya a los periodistas, quienes se empujaban salvajemente e inclusive quisieron invadir el interior del departamento.

Cerró la puerta y colocó todos los seguros, escuchando a través de la madera los murmullos de todos, quienes seguían soltando preguntas y comentarios ofensivos. Muy ofensivos. Tuvo el deseo de salir y gritarles más de un par de cosas, pero se controló, eso no le beneficiaría en lo absoluto, en realidad sólo terminaría de arruinarlo y hacerlo parecer el monstruo vagabundo que decían que era. Dio un paso al cuarto, pero sus pies se encontraron con una pila de anuncios, todos de citas a programas y ventas de casas y departamentos. Que humillación.

Los pateó frustrado a un lado, suspirando profundo y relajando sus manos. No había problema, sólo era un mes de aguantar eso. Se sentó en su escritorio, encendiendo su computadora dispuesto a escuchar música y librarse de los golpes en su puerta, pero de nuevo fue sorprendido, tenía más de mil correos electrónicos en una sola noche. Ni siquiera se tomó la molestia de leerlos, eran solo ventas y capturas del programa, comentarios abiertos y una que otra loca con propuestas de matrimonio.

Abrió otra página para distraerse, pero Facebook estaba cargada por la misma cantidad de basura. 10000 solicitudes de amistad, 800 mensajes privados y 300notificaciones. Deseó borrar su cuenta en ese momento, preguntándose de nuevo como demonios habían dado con él. Miró únicamente el mensaje de Harima, que acababa de llegar en ese momento. “Piensa en lo que te dije” soltó un suspiro, sobándose levemente la frente de modo frustrado. “Lo pensaré, las cosas no están bien por acá… la prensa sigue afuera de mi casa…” respondió, cerrando su sesión un momento después.

Se puso de pie, avanzando a la cocina para preparar algo para él y para Sakamoto-san, quien comenzaba a restregarse en sus piernas pidiendo atención y alimento. Tardó un rato en terminar, y para cuando volvió a la mini sala, el silencio había vuelto y ya no había nadie merodeando el pasillo. Al pasar a un lado de su teléfono fijo la luz roja de mensaje de voz llamó su atención, deteniéndose para mirarlo. ¡Doscientos cincuenta mensajes de voz! ¿Qué demonios? Imaginó lo que sería, pero decidió corroborarlo, parecía algo casi imposible.

“Buenos días, hablamos de las residencias del sol para ofrecerle…” picó el botón de borrar sin siquiera terminar de oírlo, y automáticamente comenzó el siguiente. “En las lomas usted podrá tener el modelo de vida que siempre soñó…” Presionó de nuevo el botón de manera frustrada, escuchando el siguiente con una estupidez similar. -¡Malditos sean! ¡Sin pensarlo en un mes me largo de este lugar!- exclamó molesto, tanto que arrojó el teléfono al suelo, dispuesto a dejarlo ahí y marcharse a comer de una buena vez. Pero la grabadora con el siguiente mensaje se reprodujo por el golpe, quedándose atento a lo que decía.

“¡Onii-chan, es fantástico todo lo que has hecho! ¡Papá está muy feliz aunque no lo diga! Al fin estamos levantando un poco todo esto, es genial, ¡Mamá se ha visto mucho mejor últimamente! Gracias hermano, te extrañamos mucho, y aunque nos estés ayudando con toda tu paga para nosotros siempre serás más importante tú, vuelve cuando quieras, ¡Seguro papá será feliz! Con lo que nos mandes el próximo mes terminamos de pagar las deudas y no nos quitarán el Dojo, ¡Que alegría! Mamá está entusiasmada, en un mes comenzamos de nuevo con las clases. ¡Te extrañamos mucho! Te mando muchos besos y abrazos, te queremos todos, llámanos cuando puedas. Cuídate.”

El mensaje terminó, y ni siquiera fue consciente de que el caldo caliente de su sopa le estaba quemando la mano, las palabras del mensaje se repetían, y su cabeza conecto las cosas que ya sabía. Claro, solo les quedaba ese mes para terminar de pagar, y él no podía fallarles, por más mal que estuviera, no podía usar el dinero en él, no perdería la herencia de su familia por algo tan burdo como eso. Estaba frito. Era comida de periodistas y sería el primo de ´Sasuki´ por el resto de su vida. No le quedaba más opción, debía buscar ayuda en algún lado.

-----------

-¡Vas a morir maldito!- gritó, extendiendo su mano al frente como si creara una bola de energía.

-¡Corte!- gritó Mio, loes tres en escena suspiraron, bajando guardia y relajando sus expresiones. –Muy bien Vegeta, contigo es todo por hoy…- avisó, y el mencionado asintió con rostro cansado. –Bien, Freezer, solo dices “¿Qué demonios pasa?” y Goku, ya sabes, le explicas con felicidad que han deseado que todos sean transportados a la tierra menos tú y él…- ellos asintieron, mientras Vegeta se salía de la cortina verde, en donde se supone estarían volando en el planeta Namek y el desaparecía de repente. –Y con eso acabamos por hoy, ¿De acuerdo?-

Vegeta levantó sus cosas, sintiendo un dolor de cabeza al pensar que llegando a su casa estaría igual de infestado que el día anterior, además que Harima le había dicho que la noche anterior habían vuelto a hablar de él, pero ni siquiera tuvo ganas de ver que nuevas cosas se les ocurrió inventar. Era la tarde, y el edificio estaba medio vacío, así que anduvo armonioso hasta su camerino.

-¿Puedo pasar?- escuchó una vocecita fuera y unos leves toques en la puerta. No quería verla, pero sabía bien que no tenía escapatoria en ese momento.

-Sí, adelante…- respondió, terminando de sacar su ropa de civil de la maleta.

Chi-Chi entró, sonriendo y con las mejillas algo sonrojadas. Vegeta le respondió la sonrisa, tratando de parecer normal, pero la verdad es que se sentía bastante tenso. La chica llegó hasta él, depositando un suave beso en los labios de Vegeta, el cual tuvo que responder casi por pura cortesía. -¿Cómo estás? Harima me ha dicho que las cosas no marchan muy bien…- suspiró, las cosas no podían ir peor.

-Sí, tengo unos problemas con la prensa en mi departamento… y todos me acosan… no sé de dónde rayos sacaron mis datos…- explicó y ella asintió bajando la mirada.

-Cierto, no comprendo cómo, debiste decírselos a alguien más, o alguien debió oírlos por accidente…- Vegeta sintió retorciendo los labios a un lado, deseando poder tener al responsable enfrente y darle unos muy merecidos golpes.

-bueno, el punto es que no puedo huir ahora…- comentó, sacándose el traje de combate azul de la parte a arriba. Chi se volteó avergonzada, a pesar de que a vegeta no pareció importarle.

-Oye… y… no habría una manera de que puedas salirte de ahí… ya sabes… yéndote a otro sitio… por lo menos en lo que consigues un lugar…- comenzó a decir, planeando sus palabras para llegar a su punto. Vegeta pensó detenidamente, mientras se colocaba una camiseta negra y guardaba los guantes y la camisa en una bolsa.

-No lo sé… no creo que nadie quiera cargar conmigo…- respondió riéndose, zafándose las botas y los pantalones de vestuario.

-¡Claro que sí! – gritó al momento, pero de inmediato se calmó. –Bueno, quiero decir… si tu… si tu quisieras, tal vez, podrías venir a vivir conmigo…- propuso, cubriéndose la cara a pesar de que estaba de espaladas a Vegeta. -¡Sólo… Sólo temporalmente! No estoy diciendo que quiero que nos juntemos ni nada por el estilo, bueno, no si no quieres, es decir… ¡O-Olvida eso! Lo que quiero decir es que yo te puedo recibir en mi departamento, es grande y vivo sola- terminó de hablar, y Vegeta estaba fijo en su espalda.

En otros momentos hubiera aceptado de inmediato, pero ahora se veía confundido. No quería, tenía miedo, miedo de hacer eso más grande, miedo de dejar volar algo que no debería tener alas en primer lugar. Las cosas se harían grandes y empeorarían, no quería, bajo todos los medios no quería, ¡No podía! Bajó la mirada, colocándose los pantalones y los zapatos en completo silencio.

-No creo que sea buena idea Chi…- comenzó, tomando su chaqueta y bolso del sillón. –No quiero que nadie hable mal de ti, no quiero arriesgarte a que te hundas conmigo…- había parte de verdad en sus palabras, así que no se sintió tan mal por lo que dijo. Colocó una mano en su hombro, y la chica volteó sabiendo que estaba vestido.

-Pero, a mí no me importa…- dijo ella de inmediato, mirando con ojos ilusionados y cristalinos al hombre.

-Pero a mí sí, no puedo permitirlo, estaré bien, lo prometo…- sonrió con seguridad, una que por cierto no sentía. –Lograré salir de esto sin arriesgar nada…- miró en sus ojos grandes y negros la decepción, una que no le gustaba ver por el hecho de ser su amiga. -¿Estarás bien?- preguntó, tomándola de la barbilla y tomando la actitud de un hombre. Chi asintió, y el dubitativo mentalmente la besó suave y rápidamente. –Anda, tenemos que irnos…- indicó, mientras Chi se aferraba a su mano y ambos abandonaban el camerino.

------

Escuchó su teléfono sonar, tomándolo de entre las cosas que recogía de la silla, era un mensaje en WhatsApp de Krillin, y lo abrió rápidamente a discreción. “Vegeta se ha marchado, se fue con tu hermanita… supongo que ella se marchará rápido, así que ya sabes lo que tienes que hacer”. Leyó, tomándolo con ambas manos para responder. “¿Tu estarás listo?” preguntó, recibiendo una respuesta casi inmediata. “Obviamente, un mensaje o llamada tuya bastará para que avise a Steve y retire a todos esos periodistas basuras que contrató”.  Goku suspiró, mirando unos momentos la pantalla con algo de desconfianza. “¿Cómo sabes que funcionará?”. Reiteró su duda nuevamente. “No seas tonto, les oí hablar el otro día, no tiene ni un yen, será fácil, confía en mi…”

Goku no sabía si creer en esas últimas palabras, pero como siempre no podía acobardarse a esas alturas del juego, estaba a nada de tener el control en sus manos. Terminó de levantar sus cosas y guardó su celular, preparándose mentalmente para cualquier desenlace. Sin más se marchó a su camerino para cambiarse y marcharse en dirección al departamento de Vegeta.

-------

Su teléfono sonó, y no habría contestado si no fuera por el tono de la llamada, se colocó de pie de inmediato, avanzando rápidamente al aparato negro medio destartalado por el golpe del día anterior. –Bueno, ¿Harima?- dijo, recibiendo un saludo de su amigo por el otro lado del auricular.

-Oye Vegeta, ¿esos tipos te atacaron hoy también? – inquirió, y el mencionado soltó un suspiro cansado.

-Sí, siguen allí afuera, no lo entiendo, ¿Por qué demonios me molestan justo a mí?- se preguntó, soltando un quejido frustrado. –Ni siquiera ha salido la estúpida serie, ¡Esto no tiene sentido!- expresó, en un tono que mostraba su enojo.

-Tienes razón, cosas como esas no las había visto antes…- comentó Harima, pero su voz se cortó y dejó ir un jadeo. –Bueno, yo no lo he visto, pero sé de alguien que le pasó lo mismo…- Vegeta arqueó una ceja, recargándose en la pared intrigado por ese comentario.

-¿Alguien? ¿A quién? Dime como sobrevivió a este infierno…- pidió con voz suplicante, recibiendo un silencio prolongado por parte de su amigo.

-Ese es el problema…- murmuró con voz seria. –No sobrevivió…- declaró, y Vegeta sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo.

-¿Qué? ¿Cómo dices? ¿Hablas de que no sobrevivió a unos periodistas? Estas hablando de su vida como actor… ¿cierto?- Quiso engañarse a sí mismo, pero por el tono de voz de Harima sabía que se refería a otras cosas.

-No Vegeta, estoy hablando de que él murió… bueno… de que terminaron con su vida…- Vegeta tragó duro, creando un sinfín de imágenes posibles en su mente. –A mí me contaron, que hace mucho en Dragon Ball, había un nuevo personaje…- pausó, sin saber si era buena idea decírselo, tal vez sólo asustaría al pobre muchacho.

-Espera, Mio dijo algo así, acaso… ¿Acaso es el que murió cuando Dragon Ball iba a finalizar?- intuyó por la plática con la chica, recibiendo otro alargado silencio.

-Sí, pero él no murió, a él lo mataron – Las palabras eran duras, pero no terminaba de entender a que venía todo eso, en que se relacionaba con su situación actual. –Él era Piccolo Daimaku… el original…- finalmente un poco de la información que había estado esperando.

-¿Lo mataron? ¿Por qué lo hicieron? ¿Quién fue?- cuestionó intrigado, sólo había visto a dicho personaje en fotos, se veía bastante amable y bueno, no entendía por qué alguien quisiera deshacerse de él.

-Verás, según me contaron, Piccolo se volvió un personaje famoso y amado rápidamente, bastantes personas lo seguían, era el villano que escondía bastante…- Vegeta volvió a tragar duro, otra extraña coincidencia con él. –Pero él tenía un problema, durante su trabajo recibió acoso de otros compañeros, unos cuyos nombres me fueron negados, después las cosas se calmaron, pero fue acosado por la prensa, y por otras muchas cosas, era como si lo estuvieran obligando a algo… bueno, al menos eso me dicen…- Quiso arrojarse de la ventana en ese momento, pero estaba tan impresionado que sus piernas no respondían. –Bueno, en fin, cuando las cosas parecían más tranquilas, alguien le disparó… lo mataron y el escandalo fue enorme, la audiencia se alarmó y Dragon Ball corrió riesgo de cortar producciones. Fue encontrado en la parte trasera del foro 30, al final de las edificaciones…- una exclamación abandonó los labios de Vegeta, quien no podía con tanta información. –No fue encontrado solo, a su lado yacía su supuesto agresor… pero yo no me creo ese cuento…- comentó pausando para acomodar sus ideas.

-Pero… ¿Quién fue? ¿Cómo pasó? – preguntó intrigado, tomando el teléfono con más fuerza de la necesaria.

-A su lado estaba Tao Pai Pai, herido por una bala de la misma pistola que sostenía, él estaba con vida cuando lo hallaron, y aceptó haber matado a Piccolo, pero cuando le preguntaron quien lo hirió a él, dijo que eso sería trabajo de la policía, que había más cómplices detrás de esa muerte… Fue trasladado al hospital, pero no llegó vivo a su destino. La policía cerró el caso diciendo que Piccolo había disparado en contra de su agresor, y que no había más investigaciones que hacer, pero yo sé que ese cuento no se lo traga nadie… algo muy extraño pasó ahí…- Vegeta limpió su frente, pasando su mano por su cabello para pensar más claramente.

-¿Crees que esté pasando lo mismo conmigo?- quiso saber, y Harima se tomó un momento.

-Yo espero que no, Taoi Pai Pai está muerto… y su reemplazo no parece tan malo, pero de todas formas cuídate más de la cuenta, ten cuidado con quienes te juntas…- Vegeta apretó los labios, sin saber cómo reaccionar ante la advertencia. –En fin, tengo que colgar, cuídate y no cruces palabras con muchos, no confíes en nadie…- agregó, verdaderamente preocupado.

-Sí, de acuerdo, estaré bien… gracias por preocuparte… y gracias por contarme sobre Piccolo…- dijo, despegándose de la pared y aflojando el teléfono. –Nos vemos mañana, cuídate y descansa…- finalizó antes de colgar.

Tenía bastante en que pensar, su cabeza daba vueltas y no sabía cómo enfrentarse a tanta información, necesitaba relajarse, descansar y dormir. Avanzó a su habitación para cumplir con ello, pero fue justo cuando pasaba frente a la puerta que escuchó un gran alboroto afuera, uno muy, muy grande, más del murmullo que ya traían, esos locos estaban gritando a todo pulmón. Iba a pasarse derecho e ignorar el ruido, pero el constante nombre repetido llamó su atención. “¡Goku! ¡Por favor conteste a nuestras preguntas!” Escuchó que gritaban, y al menos que lo estuvieran confundiendo, Goku debía estar ahí. La puerta no tardó en ser golpeada con brusquedad, el tiempo que el mencionado gritaba auxilio desde afuera.

Sin pensarlo dos veces fue a abrir, quitando los seguros a una velocidad de la que no sabía era capaz de hacerlo. La madera se giró a un lado con violencia, apareciendo Goku por ella de inmediato. A pesar de que Vegeta fue a abrirle, estaba realmente sorprendido de verlo ahí. Goku se adentró, tomando la puerta y cerrándola con violencia, recargando su cuerpo contra la superficie para evitar que alguien más cruzara el umbral. Vegeta se quedó con los ojos abiertos como platos, mirando atentamente al otro hombre, quien jadeando le dedicaba una sonrisa.

-Vaya... sí que es un infierno allá afuera...- bromeó, mostrando su blanca dentadura en medio de una mueca ladina.

-¿Qué… qué haces aquí?- inquirió Vegeta saliendo de su trance, girándose unos momentos a la entrada para volver a cerrar todo con seguros.

-Bueno, me enteré de tu situación… así que vine a ver cómo iban las cosas…-  contestó con naturalidad, sacándose la chaqueta negra de cuero y dejándola sobre el pequeño y único sofá que ahí había.

-Pues son terribles, ¿Quieres saber más?- El tono violento de Vegeta, que buscaba tratar de intimidar a Goku y sacarlo de una vez de su casa entes de perder la cordura, sólo logró sacar una risotada de parte del mayor.

-¡Oye, tranquilo viejo!- soltó la frasecilla famosa de un joven actor, levantando las manos y mostrando su sonrisa burlona. –Yo he venido a ayudarte y tú me tratas con tanta agresividad…- dijo en tono airoso, sentándose sobre la superficie acolchonada y vieja del sillón.

-¿Tú vas a ayudarme? – cuestionó Vegeta, andando hasta quedar frente a Goku, frunciendo el ceño sin llegar a ser capaz de creer que así era.

-Claro, somos amigos, los amigos se ayudan… ¿no?- Una de sus cejas se levantó interrogante, como si pusiera a prueba la inteligencia del otro chico.

-Bueno… si… - respondió más tranquilo, soltando un suspiro y mirando esta vez esperanzado a Goku. -¿Cómo piensas hacerlo?- Goku tomó su propia barbilla en pose pensativa, mirando de un lado a otro como si buscara algo.

-Esos tontos de la prensa no te dejarán en paz… - comenzó, extendiendo los brazos en el respaldo del sofá purpura, tomando una pose altanera. –Y tienen razón… ¿Ya viste dónde vives?- sonrió divertido ante la provocación, recibiendo algo similar a un gruñido por parte de Vegeta.

-¿Has venido a criticar o a ayudar?- Goku negó con la cabeza, regresando sus manos al frente para colocarlas sobre su regazo.

-¿Qué te parece si primero hacemos que esas moscas se vayan?- Vegeta alzó una ceja ante su propuesta, mirando como Goku sacaba su celular rápidamente. –Conozco al tipo dueño de la cadena, tal vez si les pido que retiren a sus reporteros, que eres un buen amigo, te dejen en paz…- Vegeta escuchó aquello como un cuento de hadas, pero el mayor tecleó un numero rápidamente.

-Claro, en seguida…- Contestó Krillin del otro lado sin que Goku dijera palabra alguna.

-Hola Max, quería saber si me puedes hacer un favor…- dijo Goku amablemente, comenzando con su actuación, en la cuál por cierto, era muy bueno. –Sí, el mismo… ajá, mira la cosa es que tus reporteros están acosando y hostigando a un buen amigo… ¿Podrías retirarlos?... si, ya veo… bueno, al menos por hoy…- continuó hablando sólo, escuchando de fondo una que otra risita baja de Krillin y la intimidante voz de Steve dando la orden de retiro.

-Listo hermano… el resto te toca, trata de parecer convincente…- Pidió Krillin, quedándose en línea unos momentos más hasta que su amigo terminara con su actuación.

-¿De verdad? ¡Si claro! Solo por esta ocasión… muchas gracias, si, es siempre un gusto saludarte, claro, nos vemos…- colgó el celular, mirando a Vegeta quién observaba entre incrédulo y curioso.

-¿En verdad los mandaste a quitar?- su pregunta se contestó con la sonrisa triunfadora de Goku. Vegeta frunció el ceño, acercándose a la puerta y quitando unos seguros, de inmediato se percató de que el sonido había cesado así que se vio más animado a abrir. Se sorprendió al encontrar el pasillo vacío, en calma… ¡Tres horas antes de que esos sujetos se fueran por su cuenta!

-¿Ves? Yo sólo quiero ayudarte…- dijo Goku entusiasmado, poniéndose de pie y acercándose a un incrédulo Vegeta.

-¡Gracias! Aunque me gustaría que no volvieran nunca…- se giró el menor, cerrando la puerta y mostrando un puchero de frustración.

-¿Sabes? Existe una manera para que eso suceda…- Comenzó, captando la atención de Vegeta, quien en sus ojos demostraba duda. –Si dejas de vivir aquí, entonces ellos dejarán de molestarte…- dijo, estirando sus brazos a los lados con naturalidad.

-Es que yo no tengo a donde ir, ni dinero con que comprar nada…- explicó harto de la misma cosa.

-Ahí es justamente donde te quiero ayudar, como tu amigo que soy…- sonrió, colocando sus manos en los hombros de Vegeta. –Te quiero proponer que te vengas a vivir conmigo, ¿Qué dices?- de sus labios salió una reluciente sonrisa, acompañada por un brillo sobrenatural de sus ojos.

-Que tú quieres, ¿Qué?- los ojos de Vegeta se abrieron incrédulos, en un punto en donde casi se salen de sus cuencas.

-Que quiero que vivamos juntos…-

Las cosas estaban demasiado raras, parecía que el mundo del espectáculo iba más allá de la simple interpretación.

¿Cómo se supone que acabé en este punto?

Continuará…

Notas finales:

Sí, la frase del chico famoso es Drake… jejejeje
Bueno, ya vimos cosas del pasado con ese Daimaku, pero la cosa va más allá de eso. Aclaro, las cosas del pasado no son el tema central de esta historia, el tema viene en… bueno, más adelante.
Están terminando temporada, así que pronto vendrá la saga de Cell! *3* y esa creo que será larga… jejeje. Llegará hasta Majin Buu, pero de esa saga casi no va a pasar nada.
Sólo incluiré una película!! Quería que mínimo Bardock y Turles, pero wee…
Ese Goku ya anda loco, y me gustan sus acercamientos, las “vacaciones” serán divertidas, jejejeje.

En fin, nos vemos la siguiente semana! Saludos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).