“Mundo imaginario”
Mi mundo es asombroso, en mi mundo no existen razones para separarnos, estamos juntos solo él y yo, a veces creo que no existen los segundos, los minutos ni las horas, simplemente estamos los dos, trabajamos, claro que sí, sino, ¿Cómo viviríamos? Y aun así cada mañana despertamos juntos, nos besamos, nos preparamos, desayunamos y nos separamos para ir al trabajo correspondiente a cada uno, por las tardes comemos juntos, no importa cuánto trabajo tengamos siempre comemos juntos, platicamos, liberamos nuestras preocupaciones y estrés con el otro, separándonos con un beso y un “Hasta la noche” que se cumple al pie de la letra.
Cada noche hacíamos algo diferente, salir a cenar, comer en casa, una fiesta repentina en la piscina, en el jacuzzi o en la habitación, cambiamos completamente hasta terminar en nuestra habitación despidiéndonos con un “Buenas noches”, “Linda noche”, “Descansa”, cualquiera, pero el más importante y el que nunca faltaba era el “Te amo” que ambos susurrábamos cerrándolo con un beso.
Los fines de semana todo era distinto, maravilloso, mágico, la gente a nuestro alrededor envidiaba nuestra relación, paseábamos por las mañanas tomados de la mano, salíamos a cenar, a algún bar, un concierto, un parque de diversiones, cualquier cosa que se nos ocurriera y divirtiera en el momento lo hacíamos, excepto separarnos, era normal vernos juntos en todo momento, era razonable que a donde él fuera yo iba, a done yo fuera él iba; sin llegar a sofocarnos o irritarnos porque sí, para todo había tiempo, si algún día él me decía saldré y no me incluía entonces era en automático que lo entendería, no me sentía mal ni nada por el estilo, pasaba lo mismo cuando yo quería salir, no nos interrogábamos mucho, casi nada, confiábamos en el otro plenamente, muchas personas decían que éramos la pareja perfecta, prototipo, solo nos faltaban los hijos, sin embargo no éramos ninguna, había problemas como todo pero solo por cosas menores además no podíamos tener hijos por dos simples razones, no se nos apetecía y ambos éramos hombres; para ser Corea un lugar reservado nuestra relación es bien aceptada por todos.
En vacaciones salíamos a todos lados, la playa, el campo, la montaña, los Alpes, Europa, América, cualquiera que se nos ocurriera de cualquier forma el dinero no nos preocupaba, habíamos crecido entre trabajo duro por lo que después de unos años teníamos un buen trabajo y sin tanto esfuerzo, las festividades como San Valentín, cumpleaños, navidad, año nuevo, las pasábamos juntos a veces con su familia a veces con la mía y otros solo nosotros dos.
Cuando uno llegaba del trabajo después que el otro, cuando amanecía antes que el otro, o cuando peleábamos no necesitábamos palabras solo una mirada de ella se deslindaban muchas, que expresaban todos los sentimientos que poseíamos.
Dicen que si es amor no debe haber tristeza, sin embargo, otros dicen que si no duele no sirve, de cualquier forma, en nuestro mundo no había lágrimas de tristeza, nuestras pequeñas diferencias no llegaban a mucho, nada que no se pudiera arreglar con un abrazo y un beso y a veces, como bono, una noche entregándonos.
Recuerdo cuando viajamos a la playa, esa pequeña isla solitaria que nos llenó de júbilo en cuanto la vimos, la cena que tuvimos en ella en verdad fue inimaginable, las luces, la comida, la música, el ambiente, de verdad esa cena fue hermosa, en la arena trazamos nuestras iníciales y por tonto que suene un corazón a lado, un te amo y un por siempre, sonrió con todos los recuerdos.
Mi mundo se convirtió en nuestro mundo, y así ha sido siempre, el me ama y yo lo amo o al menos eso repito en voz alta cada vez que él no regresa a casa sino hasta la madrugada, por lo menos es mi mundo imaginario, es lo que pienso que somos no importa si no es real, es mi mundo al fin al cabo, no es cierto que siempre estamos juntos, hay días en los que no nos vemos más que un segundo, no es cierto que nuestra rutina cambia cada noche, algunas ocasiones ni siquiera dormimos juntos, hay fines de semana en los que se la pasa durmiendo por el cansancio de la semana por ende en las mañanas no salimos a ningún lado, no salimos a parques a cenar a nada, simplemente nos quedamos en casa, el durmiendo mientras yo me entretengo haciendo lo que se me ocurra, no salíamos siempre juntos, es muy raro que él tenga tiempo para salir.
No confiábamos plenamente en el otro, nos interrogábamos mucho, había veces que él comenzaba otras yo, ocurría que no me dejaba salir argumentando que debía quedarme en casa, que ese era mi lugar, los celos siempre lo atormentaron, por ende, no éramos una pareja prototipo, nadie lo creía, ¿Hijos? Jamás quiso tener hijos, yo tampoco, todos nos miran con ojos petulantes, arrogantes y con desprecio, somos hombres, estamos casados, Corea es más homofóbico que nada.
Las últimas vacaciones que tuvimos fue nuestra luna de miel, fue maravillosa, de eso no hay duda igual que la boda, pero de ahí, todo fue declinando.
Hay algo que es cierto, no sufrimos por dinero, él gana yo gano, tenemos una fortuna. Las festividades no las pasamos juntos, él no tiene contacto con su familia y yo no tengo familia, el día de hoy es 31 de diciembre, son las 11:50 pm y él no ha llegado, al parecer tiene mucho trabajo de nuevo.
No hablábamos, bastaba con mirarnos para sonreír y que todo fuera bien, eso era cuando éramos novios, antes de que viviéramos juntos, antes de casarnos. Han existido grandes peleas, lágrimas, gritos, no se arreglan con un simple abrazo, beso o una noche juntos, no me ha tocado en días, sólo cuando está ebrio, si yo digo no él dice si y una pelea más se avecina haciéndolo salir de casa yéndose a otro lado, sólo suspiro dejándolo en paz.
La cena en la playa, las iníciales, el corazón, el te amo y el siempre fueron borrados por la arena, jamás volvieron.
Las doce campanadas, doce deseos…
Primera uva…
Amor
Segunda
Tiempo
Tercera
Deseo
Cuarta
Dedicación
Quinta
Familia
Sexta
Unión
Séptima
Salud
Octava
Destino
Novena
Esperanza
Decima
Orgullo
Onceava
Valor
Doceava
El doceavo deseo no llego, las doce en punto se marcaron, la doceava lagrima salió.
¡Feliz año nuevo Hyunnie! Te amo
Susurro cerrando los ojos, doceavo deseo “Perdón”, la uva cayó al suelo, la copa de vino también, su mundo se vino abajo, su vida también.
La última oportunidad le había dado, y la había desaprovechado, creía que no lo había notado, más Ji Yong lo había observado, su esposo, su Hyunnie revolcándose con alguien más ¿Qué es lo que había pasado? ¿Hace cuánto había cambiado? ¿Hace cuánto fue hecho a un lado por su amado? No lo sabía, pero tampoco lo quería saber de cualquier forma él se iría a su mundo aquel en donde todo lo que había soñado se cumplía, la sangre salía rápidamente, sus brazos cansados cayeron, se había ido, pero estaba bien, estaba en su mundo, aquel mundo en donde Seung lo amaba más que nada, donde todos lo querían, donde tenía familia, su mundo imaginario.