Taemin se tira en su cama con una gran sonrisa de felicidad en su rostro.
Su mente recreando una y mil veces la perfecta tarde que había vivido.
Su mente divagaba entre los brazos de Minho, tan cálidos, sus labios tan suaves, sus ojos mirándolo con ternura, sus manos tibias acariciando sus mejillas cuando había cortado el beso.
Todo había sido tan perfecto que parecía irreal.
Se acurruca entre las mantas luego de comer algo y ducharse, secarse el cabello.
Toca sus labios varias veces, riendo y revolviéndose debajo de las mantas hasta que por fin logra dormirse, con una gran sonrisa en el rostro.
Al día siguiente, el castaño se viste y se peina un poco, haciéndose una media coleta en su cabello.
Ya se lo cortaría luego.<
Agarra su mochila y por primera vez en tres años, le sonríe sinceramente a su madre cuando la saluda diciéndole que iba tarde a clases, cosa que la mujer sabía que no era verdad.
Taemin se siente tan feliz que incluso saluda a los vecinos, sorprendiéndolos pero correspondiendo el saludo de todas formas.
Cuando llega al colegio, su plan inicial era correr hasta su grupo de amigos a contarles todo, pero una figura alta que se interpone en su camino se lo impide, agarrándole de la mano sin mirarlo, sonriendo levemente y con un leve sonrojo cubriendo su rostro.
El menor entrelaza sus dedos en los largos dedos de Minho y sonríe, y sin decir una palabra se dirigen al pasillo del colegio.
Lejos de allí, en la esquina de siempre, tres pares de ojos observan a los dos menores.
Jonghyun suspira y se pasa una mano por el cabello, mientras que Kibum se queja en voz alta de que Minho no iba a saber cuidar a Taemin.
Jinki estaba callado, simplemente pensando.
Si Taemin era feliz con ese tal Minho, no había nada de malo, ¿Verdad?
Jinki había cuidado de Taemin más que al resto y se juró a si mismo que si Taemin quería estar con alguien en el futuro, él no se metería en eso.
Pero si esa persona le hacía daño, podía considerarse muerta. A pesar de todo, extrañamente, Minho le daba seguridad, confianza.
Jinki sabía que Minho no iba a lastimar a Taemin.
Con un suspiro, el mayor de los tres se levanta, despidiéndose de los dos restantes y se dirige a clases, bostezando.
Jonghyun y Kibum, en cambio, se quedan en la escalera.
El profesor de Kibum había faltado y las primeras dos horas las tenía libres.
Jonghyun, quien había decidido quedarse con su amigo, casi nunca iba a clase, pero siempre presentaba los trabajos a tiempo asique los profesores no se quejaban.
Ambos se quedan hablando de cosas sin importancia, hasta que Jonghyun menciona ese tema.
- Mañana van a ser 3 años y 4 meses, si no me equivoco… - murmura Kibum.
Los recuerdos de aquella noche estaban marcados con fuego en su mente, puesto que él había perdido a la persona más importante en su vida aquella noche de invierno.
Si, lo recordaba perfectamente. Los gritos, los disparos, la casa en llamas, recordaba todo, absolutamente todo.
- Lo se… no quería recordártelo, lo siento… - susurra el mayor, algo apenado, pero Kibum niega con la cabeza y le regala una de sus mejores sonrisas.
Luego de eso, Kibum se dirige al baño, cargando su mochila, y aun con esa sonrisa fingida en su rostro, se encierra en uno de los cubículos.
Respira hondo y trata de concentrarse en otra cosa, pero su mente le obliga a recordar, una y otra vez, las imágenes devastadoras no dejaban de reproducirse en su cabeza, como una vieja película.
Enreda sus dedos entre los rubios mechones de cabello y jala un poco de ellos, apoyándose en la pared y deslizando su cuerpo hasta que queda sentado en el suelo, sollozando, con la cabeza hundida entre sus rodillas, las lágrimas no dejaban de caer por su rostro.
Estaba seguro que sus sollozos se escuchaban hasta el pasillo, pero en ese momento no le importaba.
Solo necesitaba descargar todo el dolor que tenía dentro, incluso luego de casi 4 años.
Casi media hora después, Kibum está parado frente al espejo.
Delineador en mano y base en la otra, logró que sus ojos hinchados pasaran desapercibidos.
La sonrisa falsa estaba de nuevo en su rostro, aunque con un ligero tic en el lado derecho que avisaba que en cualquier momento, su perfecta actuación se iría, literalmente, a la mierda.
Ignorando ese pequeño detalle, guarda todas sus pertenencias en la mochila y camina por el pasillo, pensando, totalmente perdido en su memoria, en el pasado.
Y tan perdido estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando chocó contra otra persona.
Sorprendido, se echó hacia atrás, viendo atentamente a la persona con la cual se había chocado. El chico simplemente se reía, viéndolo.
- Yo… ah… lo siento… ¿estás bien? –murmuro el rubio, viendo algo preocupado al joven.
- Estoy perfecto. ¿Y tú? – una gran sonrisa adornaba el rostro del mayor.
¿Cómo puede una persona ser tan feliz? Se preguntó el menor, con algo de envidia al ver esa sonrisa tan sincera.
- Estoy bien. – Suspira y se pasa una mano por el cabello - ¿Cómo te llamas? –pregunta, con curiosidad. Nunca le había visto por allí antes.
- Soy Woohyun –responde casi de inmediato, sin quitarle la vista de encima. Asique por eso no lo conocía, era más que obvio que era nuevo en el colegio.
- Kibum, un gusto –sonríe sinceramente por primera vez en el día, y pasa la siguiente hora libre que le queda hablando con el chico nuevo, mostrándole todo el colegio, y contándole algunas cosas sin importancia.
Olvidando totalmente que Jonghyun estaba esperando, preocupado, que regresara a donde él estaba.
Por otro lado, Minho y Taemin intercambiaban papelitos en medio de la clase.
Algunas risitas se les escapaban, ganándose ambos más de una mirada enojada del profesor.
Pero ellos simplemente no le prestaban atención, estaban perdidos en su propio mundo.
Taemin ignoraba las miradas curiosas de sus compañeros, mientras garabateaba un par de palabras en un papelito, sonriendo.
Le pasa el papel a Minho y el alto lo lee con interés, para luego ver de reojo al menor, y lentamente toma su mano, entrelazando sus dedos.
El resto de la clase, Taemin se la pasa jugando con los largos dedos de Minho, sin prestar la más mínima atención a lo que el profesor está explicando en el pizarrón.
Un par de llamados de atención y un ‘Salgan de mi clase’ basta para que a ambos se les dibuje una sonrisa en el rostro y salgan sonrientes del aula.
Kibum y Woohyun estaban sentados en uno de los bancos que estaban ubicados en el patio, debajo de los árboles.
Kibum reía alegremente por una de las tantas cosas que el mayor le había dicho ese día, haciéndole olvidarse completamente de la tristeza que había sentido esa mañana.
Jonghyun observaba la escena desde lejos, escondido detrás de una cabina de teléfono que había en pleno patio, refunfuñando en voz baja, los celos recorriendo cada parte de su cuerpo.
¿Por qué demonios Kibum se estaba riendo con alguien más? ¿Quién era ese idiota que hacía reír a su mejor amigo?
Los celos y las ganas de asesinar al desconocido eran cada vez más grandes, a medida que veía como Kibum sonreía mientras veía al extraño o como el desconocido se quedaba viendo fijamente al rubio cuando este reía.
Eso estaba mal, solo él tenía el derecho de ver al rubio de esa forma.
Se acerca lentamente, cruzado de brazos, listo para reprocharle al rubio el haberle dejado solo y preocupado por su bienestar mientras reía con otro, sin ser consciente de que estaba a punto de crear una autentica escena de celos.
- Kibum… ¿Dónde te habías metido? Estuve buscándote por todo el colegio… - murmura, y automáticamente Kibum se levanta y lo ve, mordiéndose el labio.
- Ah, Jonghyun… Lo lamento, solo… Me quede enseñándole el colegio a Woohyun – El rubio sonríe y Jonghyun siente una extraña sensación en su cuerpo, un cosquilleo extraño, que jamás había sentido antes.
- No te preocupes, está bien – sonríe totalmente fingido y ve a Woohyun – Es un gusto conocerte. – Y así, totalmente consumido por los celos, decide irse de una vez por todas a clase, sin percatarse de la mirada impactada de Kibum sobre él.
Eran las tres de la tarde y en ese momento, todo el colegio estaba en clases.
Menos ellos dos.
Las grandes y calientes manos de Minho tocaban la suave piel de la espalda de Taemin por debajo de su camisa, sacándole suspiros de gusto.
Las manos de Taemin estaban aferradas al cabello del mayor, mientras este repartía besos y mordidas por su blanquecino cuello, haciéndole estremecer.
Minho presiona más su cuerpo contra Taemin, sacándole un gemido al sentirse aprisionado entre la fría pared de cerámica y el caliente cuerpo del mayor.
Le jala del cabello casi con desesperación cuando siente que el roce entre sus entrepiernas se hace más fuerte y rápido, mientras se muerde el labio tratando de acallar los gemidos que querían escapar de su boca.
- Minho, espera, no podemos… - Taemin trata de apartar al mayor entre jadeos y gemidos de gusto, pero Minho se resiste y se aferra más a su cuerpo, negando con la cabeza, sin despegar sus labios de su piel.
Cierra los ojos e intenta separarlo una vez más, pero cuando los abre, está en la azotea del colegio, abrazado a Minho, que tenía los ojos cerrados al igual que él hace unos segundos, mientras escuchaba música pacíficamente con los auriculares.
¿QUÉ?
Se remueve entre los brazos del alto que le tenían aprisionado contra su cuerpo y se pasa una mano por el cabello, mientras Minho le veía sonriendo.
¿Qué acaba de pasar?
- Hum… -el alto se estira y se quita los auriculares, mientras Taemin aun estaba estupefacto, sabiendo ya de antemano que todo había sido producto de su imaginación.
¿Fue un sueño?
Se lleva una mano a la boca y ve a Minho, sonrojado, mientras el alto se rie y le revuelve el cabello cariñosamente.
- Parece que tenías un sueño muy interesante, Taemin.
Dios mio, tierra trágame. Que vergüenza.
Taemin se levanta y se acomoda el buzo y el cabello, mordiéndose el labio, casi desesperado por buscar alguna excusa para que Minho no pensara que era un pervertido de mierda.
-Yo… -Taemin traga saliva y se muerde el labio, nervioso- Minho…
-No importa Tae. –El mayor sonríe y le acaricia las manos- Esta bien, yo también he soñado cosas… así –se sonroja un poco y carraspea- Es normal.
Luego de eso, lo que quedaba de la tarde estuvieron hablando de cosas triviales, sin volver a tocar el tema del sueño de Taemin.
Sonrisas cómplices y un par de miradas fueron suficiente para que sus labios volvieran a unirse en un tierno beso, lleno de cariño y felicidad.