Me lo había encontrado en uno de esos pequeños bares de la ciudad. Eso de los clandestinos que les da cervezas a menores de edad sin preocupaciones, y donde más de un viejo verde busca a una chica con quien follar.
¿Qué hacía yo allí?. Fui a buscar a Jongin, sabía que él estaría en ese local.
"Ven por mi, por favor".
Un mensaje con tanta angustia, ¿Qué había pasado?.
Llegué a mi departamento y dejé ese cuerpo casi inconsciente, en el sillón más próximo a la puerta.
Kim Jongin "¿Cómo carajo quedaste tan ebrio?.No es normal verte así, ¿Ha pasado algo?". ¡Que va!, no puedo preguntarle, si con suerte respira con tanto alcohol que tiene en la sangre.
Saqué sin cuidado sus zapatos y lo cubrí con una manta. Aún con mis movimientos bruscos, no se movió ni un poco, luego me senté a su lado, para cuidar sus sueños, para cuidarlo a él.
Sabía que estaba triste, él solo bebe cuando está así.
Sentí una seca patada en mi muslo, estaba reaccionando. Abrió los ojos y me miró con cierta debilidad.
-Gracias.- Sabía perfectamente por qué estaba en mi casa y no en la suya, porque él no era de esos que olvida todo luego de beber como condenado.
-No es nada, tú sabes que siempre haré todo lo que me pidas.- Le sonreí con un poco de melancolía -¿Qué ocurrió?.- Pregunté aún sabiendo lo que ocurría.
-Lo mismo de siempre.- Se sentó con las piernas sobre el sillón y reposó sus manos sobre ellas. -Esta vez salí más rápido de allí.
Fui feliz, sólo un poco, por el hecho de haber escapado. No aguantaba verlo así, tan demacrado, tan dañado, tan infeliz. -¿Él como reaccionó?.
-Como siempre.- Esbozó una sonrisa tóxica. Sonrió porque encuentra todo tan irónico. De todas formas es una sonrisa, pero son esas que no quieres ni ver, porque están llenas de negatividad.
-Deja verte.- Me dio la espalda y levantó su camisa.
Su espalda estaba llena de moretones. Lo di vuelta con cuidado y vi su abdomen, estaba igual que su espalda. Horrible.
-¿Cómo te dejas hacer esto?.- Lo miré con odio. No porque lo odiara a él, si no que iba dirigido al poco amor que se tenía a si mismo.
-No puedo hacer nada al respecto, él es mayor que yo, mucho diría yo, es más fuerte, es más valiente.- Bajó la mirada algo triste.
Suspiré agotado. -Jongin, tú también eres valiente.-
-Si lo fuese, lo habría denunciado hace mucho y hubiera evitado todo esto.- Hablaba con tanto rencor, tanto, que lo dejaba salir junto a sus lágrimas.
Bajé su camisa y tomé su rostro con ambas manos. Agradecía tanto que su "Novio", -porque yo no consideraría a un viejo de cincuenta años como novio de Jongin- no golpeara su cara y dejara marcas que la arruinaran.
-Debo llamar a mi madre.- Se alejó y secó sus lágrimas, como si no hubiese ocurrido nada. Tomó su celular y buscó entre sus contactos el número de su ex-casa. Era la casa de su madre, seguía siendo suya aunque ya no viviese con ella.
-Estás medio borracho, se asustará.- Le quité el teléfono. Me miró desganado y volvió a su posición inicial.
-¿Y a mi padre?.- Me preguntó, porque sabía que él necesitaba mi autorización para hacer algo.
-Él es igual que tu putrefacto novio. Sabes que te golpeará y te dira "Te lo dije. No te acogeré otra vez".- Imité una voz gastada y ronca.- Él te advirtió que no era para ti un hombre 30 años mayor.
-Lo sé, pero, yo lo amo.- Quise sacudirlo, enserio ¿Amar a alguien que no te ama?, porque si no te respeta, no te ama.
-No te ama Jongin, sólo eres su lindo y joven juguete.- Lo miré irritado y él encogió sus hombros para mantenerse así. -De todas formas ¿Para qué llamarlos?, quédate aquí, no me molesta.
-Gracias.- No dijo nada más, lo abracé por los hombros. "Por favor, no busques oro donde no hay.", le susurré una frase tan metafórica. -¿Eh?.- Se escuchó ese débil monosílabo, no lo susurró, sólo no le salían las palabras.
-Tratas de encontrarle algo bueno a ese tipo, algo que no tiene. Es un borracho, te golpea, te insulta, ¿Qué cosa buena ha hecho por ti?.- Traté de hacerlo reaccionar.
-Me acogió cuando no tenía donde ir.- Fue firme. ¡Ay Jongin! siempre tienes respuesta para todo.
-Eso lo pude haber hecho yo.- Me iba a reclamar, pero sabía que tenía razón.- Tú solo estabas embobado con un viejo decrepito. ¡No lo conocías! aún así te fuiste con él.
-No me lo digas, lo sé Kris, ¿Es necesario calcarmelo en la cara?.- Se frustró y volvió a llorar.
Lo apegué más a mi y acaricié su cabello para tranquilizarlo.-Lo siento, mejor vamos a dormir. -Se secó las lágrimas como niño y asintió.
-¿Puedo dormir contigo?.- Me miró con temor. Nunca lo había visto con tanta inocencia en su mirada.
-Claro.- Le sonreí y ambos nos levantamos del sillón para ir a mi habitación.
Ya cuando llegamos, le di uno de mis pijamas, y él se cambió sin pudor. Así era él, pero solo conmigo. Se acostó a un lado de la cama y se colocó en posición de feto.
-Jongin, ¿Te diste cuenta que aún eres un feto y te saltaste tu hermosa adolescencia sólo para estar con ese hombre?.
-Lo sé, tampoco me recuerdes eso, tal vez, me arrepiento un poco de haberme ido con él.- Él sabía que si decía eso, yo le daría un sermón. Y así fue, se lo dí.
-¿Un poco? Deberías estar completamente arrepentido.-
-Pero lo amo.-
-¿Lo amas?, tú no lo amas, lo sabes, sólo lo haces para no terminar sólo.
-Cállate.- Cerró los ojos con fuerza y agarró las sábanas con furia.
-No. Jongin, conozco a mucha gente que ha sufrido, y no busca a alguien para ser feliz. Eres tan dependiente.
-¡Cállate!.- Se levantó de la cama y me miró suplicando que me callara.
-No sé para que repito tanto esto, si sé que volverás con él de todas formas.
-Si lo sabes ¿Por qué no mejor te callas?. Hazlo, me haría bien.- Lloraba, me sentía culpable. Las lágrimas de Jongin me hacían tan débil.
-He visto a gente que muere sola, y sigue apenas con las venas rotas.- Seguía insistiendole con otra de mis frases metafóricas.
-Kris, ¡Eres un excelente poeta!, deja de estudiar medicina y dedícate a esto.- Tanto sarcasmo que salió de aquella oración.
Rodé los ojos y bufé enojado. -Gracias por el consejo. Mejor duerme.-
Me acosté al otro lado, en dónde Jongin no se acostó. Cerré los ojos y me dispuse a dormir y dejar la rabia de lado. Sentí que él hizo lo mismo y me abrazó por la espalda.
-L-Lo siento Kris, pero no puedo dejarlo.- Besó mi espalda.- Te amo.- Y de ahí, no lo sentí más, se había quedado dormido.
Amaba a Jongin, él lo sabía, y yo sabía que él también a mi. Pero como él había dicho, no puede dejar a Chanbyung, no sabía él por qué, pero no podía dejarlo.
Adoro que discutan, porque es el único momento en que siento a Jongin tan cerca de mi, tan palpable, tan... él.
Sé que de aquí a mañana puede que él ya no esté conmigo, que haya vuelto a aquella casa que hacía sentir tan fatal a JongIn.
También sé que de aquí a dos días más de nuevo estaremos en esta situación. Puede que sólo durmamos,o bien puede que hagamos el amor. ¿Quién sabe?.
Por ahora, sólo vivo satisfecho de estar con Jongin a escondidas. Sí, porque fuera de estas cuatro paredes, nuestros encuentros. no se sabrán.
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