Una vida entera.
Gtop
—Ya casi es navidad, Seungie~ —Los delgados brazos de Ji Yong se enredaron en mi cuello, estrujándome con fuerza, mientras hundía su rostro en mi pecho, aspirando con fuerza mi olor.
Una de mis manos se dirigió a su nuca, acariciando su cabello con delicadeza. No era necesario que me lo dijera, él lo sabía, pues salíamos a los conciertos con adornos navideños, sin mencionar el decorado de la casa. Ji Yong tenía una razón para recordármelo: Su regalo.
—Lo sé, Ji. —Susurré, aspirando el olor de su cabello, mis manos se dirigieron a su cintura con delicadeza.
—No lo olvides, hyung~ —Volvió a decir con ese tono tan infantil. —Tu regalo ya está listo, amor. — ¿Cómo explicar la sensación que me provocaba que me llamara amor? Que al fin me dijera así...después de tanta tensión ¿amorosa? ¿Sexual? Lo que fuera...eso ya había pasado y ahora gozaba un hermoso noviazgo de dos años con el gran G-Dragon, mi Ji Yong.
Sonreí con diversión, abrazándole más fuerte.
—Tengo el regalo perfecto para ti, amor. —Disfrutaba mucho regresar esa palabra de igual manera.
...
—No tengo idea de que regalarle a Ji Yong —Taeyang escuchó mi "inconveniente" -como había acudido a él- con mucha seriedad, mientras jugueteaba con sus manos ansioso.
—GD había dicho qué tenías el "regalo perfecto" para él. —La ironía de sus palabras se podía apreciar a distancia, sin duda sabía perfectamente qué yo no era el mejor en detalles.
—Lo sé, si le decía la verdad se enojaría y...—decidí callar antes de decir alguna estupidez.
Young Bae se rio, entendiendo que evitaba decir.
— ¿En qué has pensado? —Indagó atento, le miré agradecido, inclinando levemente mi cabeza.
—No puedo pensar en nada...pero sin duda debe ser algo increíble, algo que no pueda comprar. —El rostro de Bae luchó por mantenerse sereno, sin embargo soltó a reír poco después descaradamente.
—Haber, haber...TOP...— Tae movió sus manos con énfasis. — Estamos hablando de Ji Yong, del grande, poderoso y MILLONARIO G-Dragon...pocas cosas no puede comprar ese hombre, cosas que seguramente no están en venta. —Oficialmente Young Bae no estaba ayudándome mucho.
—Ya lo sé... ¡Pero debe haber algo! —Me exasperé frustrado. —No sé qué hacer...me va ahorcar si no le gusta el regalo. —Murmuré nervioso.
Ji podía ser amable, carismático, alegre y todo lo que quisieran...pero enojado no era precisamente lindo.
—Bueno...pues, tomando en cuenta que ya le dijiste a GD que su regalo estaba listo, no puedes preguntarle que le gustaría, así que... ¿Por qué no dan un paseo? —Aunque parecía que Bae dijo lo primero que le cruzó por la cabeza, la idea resultó bastante buena. —Ya sabes...un paseo por los centros comerciales de Seúl, se divertirán y así verás que le interesa a Ji Yong. —Agregó con una sonrisa amable para persuadirme más.
Asentí sonriente, casi energético, ante la posibilidad de adquirir algo bueno para mi Ji.
...
—Seungie~ Hace mucho frío, no sé porque quieres salir ahora. —Ji Yong llevaba todo el camino al centro comercial quejándose, mientras me hacía pucheros enfadados, que sólo me hacían reír.
— ¿Acaso es qué no puedo llevar a mi novio de compras? —Pregunté con una sonrisa, sin duda ahí estaba la clave de todo.
—Tienes razón. —Ji se abalanzó sobre mí, alarmándome al sentir perder el control del volante, era peligroso, el asfalto estaba muy resbaladizo. —Me gustan las compras. — "Te encantan” mejor dicho. Ji depositó un pequeño beso en mi mejilla.
Sonreí mientras intentaba mantener mi atención en la carretera. Poco después el área más comercial y cara de la ciudad apareció ante nosotros, revelándose poco a poco. El rostro de Ji Yong era felicidad pura, como la de los niños cuando les regalas un caramelo, como si él nunca hubiera ido a ese lugar ¡Si él conocía el área comercial de Seúl como la palma de su mano!
Después de estacionar el auto caminamos por la calle mirando el sin fin de tiendas y centros comerciales que había ahí, yo sólo seguía a Ji Yong, era una sensación extraña el pasar por la calle libremente. Ambos llevábamos mucha ropa y no sólo por el frío, sino para pasar lo más desapercibidos posible, también los sombreros y anteojos ayudaban bastante.
Terminamos en un ridículamente gigante centro comercial, el favorito de Ji Yong.
Lo siguiente sólo fue subir y bajar por todo el centro comercial, literalmente. Ji Yong tenía gustos exclusivos y únicos, no compraba algo qué no le agradara completamente.
—Es perfecto. —Su voz pasmada ante un lujoso y elegante traje me hizo reaccionar, yo me estaba durmiendo, no tenía planeado comprar nada para mí.
—Tómalo, no hará daño. —Sonreí, todo lo que le había gustado se lo compré, al principio la idea no le agradó, pero a mí no me molestaba comprarle cosas.
—Gracias, amor. —Sonrió muy animado y llamó a la mujer que le atendía.
Sí, a Ji le gustaban muchas cosas, pero era muy especial para ello, era imposible complacerle con algo qué no haya aprobado antes, todo era un caos, pues todo lo que le gustaba realmente, lo pedía, y así no podía llegar de la nada con un regalo cualquiera.
Nuestro paseo siguió por horas y horas, ya cargábamos demasiadas bolsas y nada me convencía para mi Ji, ni él ni mí.
—Hyung~ tengo mucho frío. —Dijo temblando levemente aferrándose a su abrigo, era verdad ya era tarde y la temperatura había disminuido más.
—Vamos, compremos un café y vayamos a casa. —Tomé su mano y comencé a caminar, había una cafetería a una cuadra.
—No, hyung, ve tú, me quedaré un poco más a ver las tiendas. — ¿Qué no sé moría de frío? Bueno, la ropa para Ji era muy importante.
Asentí y caminé con rapidez hacía la cafetería, pediría dos cafés expresos y me reuniría con Ji Yong. Al entrar al lugar me formé de inmediato en la caja para pedir lo que me proponía comprar, el lugar era cálido y acogedor, mientras esperaba miré a mi alrededor, había varias personas en las mesas conversando, muchas parejas.
"Algún día" Pensé, siempre pensaba lo mismo, algún día estaría así en algún lugar con Ji, disfrutando de nosotros, sin escondernos.
—Señor...—Una voz ajena y femenina me hizo reaccionar. Miré al frente apenado, era la cajera. — ¿Qué desea? —Preguntó alegre, mientras me miraba.
—Dos expresos, para llevar, por favor. —Dije, ella asintió e hizo las cosas necesarias en su caja, después me dijo el costo y pagué.
No pasaron más de cinco minutos para que me entregaran lo que pedí. Salí rápidamente en busca de Ji, debía estar congelándose.
Caminé a paso firme, buscando con la mirada a Ji Yong, quizá no estaba donde lo había dejado, para mi sorpresa había avanzado apenas sólo una tienda de donde estábamos. Se quedó de pie frente a un aparador completamente ido, miraba algo con mucha sorpresa. Su cabello revoloteaba ante el aire, y se podía ver su aliento debido a la luz de una lámpara y el frío prominente, cuando me di cuenta me había quedado quieto, mirándole solamente.
— ¡Ji! —Dije al reaccionar, avanzando rápidamente. Tendí su café a sus manos, rápidamente lo tomó intentando obtener calor del envase. — ¿Qué mirabas? —Pregunté divertido, girándome hacia el cristal, percatándome de que era una joyería.
—Eh...mmm...nada en especial, hyung. —Dijo nerviosos ¿Por qué esa actitud? Le miré de nuevo esta vez extrañado. —Yo sólo miraba ese collar, ¿es lindo no? —Miré lo que señalaba. Un collar de oro, supuse, en forma circular...sólo eso, no era la gran cosa.
—Ah...sí, lo es. —Dije dudoso ¡No, no lo era! — ¿Quieres verlo? —Pregunté. Ji negó rápidamente, tomando mi mano.
—Es tarde, vayamos a casa. —Dijo arrastrándome de nuevo al auto.
...
—Joder, TOP, ¿Cómo qué no conseguiste nada? —Bae nuevamente rodó los ojos con incredulidad. —Era perfecto. —Susurró.
— ¿Y ahora qué? —Pregunté ansioso. Bae me miró confundido, seguramente pensaba algo como "¿Y a mí qué?"
—No lo sé, piensa algo rápido, la velada es hoy. — ¿Por qué carajo debía reafirmar las cosas que ya sabía?
—Bae, ya lo sé...ayúdame. —Mi voz era tan suplicantes qué se notaba la mirada lastimera de Taeyang sobre mí.
— ¿Qué planeas? —Me preguntó rendido, resoplando cansado.
—Vamos al centro comercial, eres su mejor amigo, sabes muy bien que le gusta. —Bae se puso de pie, cogiendo las llaves de su auto.
—Vamos, vamos. —Me levanté del sofá muy sonriente, esta era mi última oportunidad.
Salimos del apartamento muy rápido, sin avisarle a nadie, de cualquier manera entre menos personas mejor.
— ¿Y? —Bae traía kilos de ropa que claramente le gustarían a GD, eran completamente su estilo, sin embargo no era nada excepcional.
—Es…buena. —Dije indeciso.
—Joder, TOP, llevas diciendo eso a cada cosa que te muestro, así nunca encontraremos algo.
—Lo siento, Bae...pero Ji Yong tiene mucha ropa...no creo sorprenderle con eso.
En ese preciso momento me sentí escoria, ¿Cómo era qué no sabía que obsequiarle a mi novio después de dos años? No, a mi compañero de toda la vida, le conocía desde hace mucho. Ji era mucho más que mi novio...
Sonreí.
—Creo que hay algo que le gustó. —Murmuré, apenas para mí de momento, como si no quisiera olvidarlo. — ¡Lo tengo! —dije entusiasmado. —Quédate aquí...yo...ahora vuelvo. —Estoy seguro de que Taeyang me dijo algo, pero yo sólo corrí, corrí al único lugar donde Ji había mostrado interés.
Aspiré con fuerza el aire de mi alrededor, había corrido más de diez cuadras -tenía condición pero no era el superhéroe flash - estaba agotado.
El brillante letrero de la joyería se extendía a lo largo de la fachada elegantemente, te invitaba sin duda a entrar. Miré el aparador, viendo que aún permanecía ahí el collar que tanto miraba Ji Yong.
Le miré fijamente, intentando verle el encanto por algún lado.
—Es imposible. —Bufé, no me gustaba ni un poco. Un simple círculo dorado y caro era esa alaga.
¿Estaría bien darle un regalo que no me gustara? Con que a él le guste debe bastar. Aún no me cabía en la cabeza como le gusta...eso.
—Como sea. —Suspiré, entraría y lo compraría, era mi última opción. Pasé la mirada por el resto del aparador, había collares mucho más bonitos, brillantes y sofisticados. Sé veía poca gente ahí adentro, Seguramente porque ya pronto serían vísperas de navidad, nadie compra sus regalos tan tarde.
Uno de los hombres me llamó la atención, su rostro lo tapaba el collar qué compraría, debido al ángulo en que veía, la imagen me pareció graciosa, sin embargo alcance a ver su sonrisa, compraba un anillo...
Un anillo.
Esa sensación de conforte me inundó el pecho. Ji Yong era mucho más que mi novio...era mi amigo, mi compañero, mi primer amor...era todo lo que tenía en el mundo.
Entré a la joyería, más seguro de lo que compraría en toda mi vida.
...
Ji Yong y yo ya estábamos en casa, la cena había ido bien, pues sólo celebramos con personas cercanas, el momento perfecto.
— ¿Por qué quieres brindar, hyung? —Ji tomó la copa entre sus delgados dedos, yo le imité.
—Por nosotros...por nuestro amor. —Cuando mis labios tocaron los de Ji sentí como sus labios se curvaban en una sonrisa, y después me tomaba con fuerza, profundizando el beso.
Ji era bastante impaciente respecto a ello, difícilmente podía besarle lento. Sonreí de igual manera al romper el beso, recordando cuando le cuestioné respecto a su entusiasmo ante los besos.
"Me gusta el sabor de tus labios" había soltado sin más.
—Entonces brindemos. —Llevó la copa a sus labios, bebiendo con delicadeza.
—Feliz navidad. —Murmuré de nuevo, caminando hasta un estante cercano al sofá, justo donde había dejado la pequeña caja. —Aquí tienes. —Tomé su mano ya vacía y deposité una cajita envuelta en un colorido papel.
Ji sonrió y me besó una vez más, al separarnos tomé su cintura y comencé a bailar lento, al ritmo de la música que había puesto al llegar.
—Realmente eres sensual cuando bailas así, hyung. —Sonrió al terminar de decir aquello, a lo qué no pude evitar reír.
—Ji...abre tu regalo. —Nos movimos un par de veces más hasta qué la canción terminó y Ji desenvolvió la caja.
Una cajita azul y pequeña yacía en sus manos. La abrió sin más, sonriendo para mí...sonrisa que se quedó congelada en su rostro, sonreí al ver su sorpresa y felicidad.
El me hace feliz...
—Ji...pude darme cuenta de cómo mirabas ese aparador. —Retiré lentamente y con delicadeza la caja de sus manos. Él no podía ni hablar. —Cualquiera diría que mirabas ese collar, ese feo collar —Corregí sonriendo. —Pero yo no soy nadie ajeno...yo soy tu novio, tu amigo, tu compañero...—Mientras decía todo aquello me fui arrodillando poco a poco ante su mirada deseosa.
—Mi...Mi todo. —Articuló levemente, temblando. Asentí.
—Ji...tú mirabas esto. —Levante la cajita para que pudiera verle mejor. —Y lo entendí... Kwon Ji Yong... ¿Sería tan generoso de concederme una vida a su lado? —Los ojos de Ji se cristalizaron. — ¿Quieres casarte conmigo? —Un anillo de compromiso era lo que había en esa pequeña caja.
Era pequeña pero contenía la felicidad de una vida al lado de él, suficiente para mí.
Ji Yong se abalanzó sobre mí, abrazándome con fuerza, llorando de una vez.
—Sí, sí, claro qué sí, amor. —Repetía una y otra vez. —Te amo tanto. —Pegó su frente a la mía. Ambos permanecíamos de rodillas, nuestras miradas clavadas en él otro.
—Estoy tan feliz. —Murmuré, limpiando sus lágrimas. —Para toda la vida, Ji. —Besé su mejilla.
—Para siempre. —Rodeo mi cuello con sus brazos y me volvió a besar, esta vez un poco más lento, profundizando poco a poco.
Saqué el anillo y lo coloqué en su dedo. Le volví a besar, nunca me cansaría.
Ji Yong era mi vida entera.