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Midnight memories por lUZzz UzUMaKI

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Notas del capitulo:

Bien, este es el segundo cap, realmente espero que les guste, es un pov Sherlock.

 

para mi seria mejor que lo leyeran mientras escuchan esta cancion.

http://www.youtube.com/watch?v=wVyggTKDcOE

 

Sherlock pov.

Este era un salto de fe, mis probabilidades de sobrevivir eran muy pocas, menos del 3.6% y aun así estaba dispuesto a hacerlo, a saltar y a entregar mi vida  a las probabilidades.

Desde el principio supe que algo así iba a pasar, pero nunca sospeche que realmente me dolería tanto, más bien, no pensé que por primera vez en mi vida dejaría que los sentimientos se apoderaran de mí, tan solo pensar que estés en peligro hace que todas mis ideas se vayan y solo me concentre en la forma en la cual puedo salvarte, sin importar que tenga que dar mi vida a cambio.

Veo un taxi pararse en el edificio de enfrente, se que eres tú, siempre atendiendo a mis llamadas, inclusive si estas aun no han sido hechas. Tomo mi celular y pongo marcar al único número al que alguna vez hare una llamada, veo como contestas, suenas apurado, preocupado.

-Sherlock, ¿estas bien? – es lo primero que me preguntas, tendrías que estar preocupado por tu propia seguridad no por la mía.

-da la vuelta y regresa por donde viniste – dije, con la voz mas normal que pude.

-ya voy a entrar – conestase, corriendo un poco mas rápido.

-solo has lo que te pido , por favor – mi voz ya empezaba a fallar, realmente no quería hacerte esto, no deseaba que lo vieras, que fueras el espectador especial, el que estaría dentro del show, pero las cosas no se dan como uno quiere la mayor parte de las veces.

-¿Dónde? – preguntaste, volviendo sobre tus pasos.

-detente ahí – dije, viendo como lo hacías inmediatamente.

-¿Sherlock? – pude escuchar un leve temblor en tu voz, probablemente ya sabrías lo que venia, no eras muy buen deductor, pero tus presentimientos la mayoría de las veces eran acertados.

-mira hacia arriba, estoy en el techo – vi como girabas lentamente el cuerpo, para quedar frente a frente al edificio en donde yo estaba parado.

-oh dios – escuche del otro lado de la línea.

-no puedo bajar, así que tendremos que hacer esto así – por un instante paso por mi cabeza olvidarme de todo, de Moriaty, de las personas a las cuales tenia el deber de proteger, de la red de criminales que desmantelaría, para poder bajar y hablar contigo frente a frente. Ese pensamiento fue rápidamente desplazado al recordar la amenaza que se cernía sobre ti.

-¿Qué sucede? -  dijiste, dando un paso atrás, parecias tan asustado.

-una disculpa – fue lo primero que salio de mi boca, lo mas real que he dicho en años, no podía pensar en otra cosa mas que en eso – todo lo que dicen de mi es verdad – continúe con la voz un poco rota – yo invente a James Moriaty – dije, intentando mantener la mente lejos de los recuerdos que me estaban comenzando a acechar.

-¿porqué estas diciendo esto? – cuestionaste, con la voz baja, como si me estuvieras confesando un secreto, con ese tono que solo usábamos entre nosotros.

-solo soy una farsa – continue, si hubieses llegado a ver mi rostro sabrías el dolor que me causo decir esas palabras, en especial a ti, la única persona que en verdad me entendía.

-Sherlock – estabas a punto de interrumpirme, lo sabia, con uno de esos comentarios que me descolocaban y hacían que un pequeño latido comenzara en mi pecho.

-lo hice todo por mi, yo solo, quiero que le digas a Lestrade, quiero que le digas a Mrs Hudson, quiero que le digas a Molly,  a todo aquel que quiera escucharte que yo cree a Moriaty, para mis prpios propósitos – termine, viéndote, como me hubiera gustado poder ver tu rostro, poder extender la mano y tocarte, saber que no eras solo la alucinación de una mente necesitada, como lo era la mia.

-ok, Sherlock, cállate, cállate – dijiste, por tú voz sabia que comenzabas a sospechar que es lo que estaba haciendo en la azotea del hospital. Eres un poco lento, si tú lo hubieras hecho yo ya sabría qué es lo que tenías pensado. Y hubiera corrido a detenerte, sin importar que. – la primera vez que nos vimos, la primera vez que nos vimos – te estaba costando trabajo respirar, tu frecuencia cardiaca había cambiado, tenias miedo, lo podia escuchar por el teléfono. – tú sabias todo de mi hermana – dijiste, tú respiración se detuvo por un momento, en espera de mi respuesta.

-nadie puede ser tan inteligente – intente insinuar.

-tú podrías – me respondiste de inmediato sin un asomo de duda en la voz.

Eso, esas simples palabras fueron las que terminaron de destruir mis defensas, mira lo que has hecho John Watson, por ti ya no soy la persona racional y sin sentimientos que siempre se me pidió que fuera, no me había dado cuenta de las lágrimas que estaba empezando a derramar hasta que sentí como corrían libremente por mis mejillas, ¿te das cuenta de todo lo que haces? ¿Tienes una mínima idea de cuánto he cambiado gracias a ti?

-te investigue, para impresionarte – dije, con un nudo en la garganta. – es un truco, solo un truco de magia – continué, no importaba lo que pasara, el nudo no se deshacía.

-ok, detente, simplemente detente – dijiste intentando acercarte, no podía permitirlo.

-quédate exactamente en donde estas – extendí  la mano, como si con eso pudiera tocarte, poder sentir ese suave pulso que recorría tú piel – no te muevas  - aún tenía la mano extendida y vi como alzabas la tuya.  – mantén tus ojos fijos en mí, ¿podrías hacer eso por mí? – aun no lograba controlar mis emociones, sabía que esto terminaría pasando tarde o temprano, pero nunca pensé que me costaría hacerlo.

- ¿hacer qué? – cuestionaste, lo sabias, sabias lo que pasaría a continuación, pero no deseabas creerlo.

- esta llamada es mi nota – la voz no tenía aquel tono que por un momento creí que saldría, tan arrepentido, dolido – eso es lo que las personas hacen ¿no? Dejan una nota –

- ¿dejan una nota cuando Sherlock – no necesitaba contestar a esa pregunta, y no tenía palabras para hacerlo.

-Adiós John – aquellas palabras serian la herida más profunda que mi alma recibiría en años, esa simple despedida, sin la verdad, solo dos palabras.

-no, no…- murmuraste y no seguí escuchando.

Colgué el teléfono y lo tire por alguna parte, no me interesaba saber más de él, no debías saber cómo encontrarme, ni siquiera contactarme, y  yo no podía permitirme aquel aparato al lugar a donde iría a parar. Extendí los brazos, y el olor de Londres inundo mis fosas nasales,  todo tenía que salir perfecto, si no terminaría tres metros bajo tierra.

Y sin preámbulos salte, al vacío, y en vez de todos los cálculos que se supone llenarían mi mente por esos momentos solo pude ver pasar nuestros momentos juntos, ¿era tan difícil dejarte ir? Llegue al colchón antes de lo planeado, y los agentes comenzaron su trabajo, corrí de inmediato a esconderme en el portal de Bart´s, primero tenías que ver un cadáver. Y llego el momento en el que se haría el cambio, con precisión lo hicimos, en un tiempo record. Pronto estabas justo al lado mío, tomando con fuerza mi mano, sentir de nuevo tu cálido tacto hizo que mi voluntad flanqueara por unos segundos, de nuevo.

Llegaron los ayudantes de mi hermano, y me llevaron en una camilla, entramos al hospital y me dejaron ahí, hasta que Molly tuviera pase libre, necesitábamos ser lo más discretos posibles, al lado de la camilla había un nuevo cambio de ropa.  En cuanto termine de vestirme me di cuenta de algo, a partir de ese momento había dejado de ser Sherlock Holmes, ahora era otro de los vagabundos que pasaban desapercibidos en Londres.

No fui al funeral que Mycroft preparo, realmente se me hacía tonto tan siquiera pensar en asistir, como el insistió durante días ¿ir para ver a las personas que se convirtieron en parte de mi familia sufrir como nunca? 

Sin embargo no pude dejar de ir al panteón, a ver quién se atrevía a visitar la tumba del detective condenado, para eso siempre me ponía la ropa que solía usar antes de Reichenbach solo por algunos momentos me gustaba tener de nuevo la sensación de ser Sherlock. Sabía que ese día estarías en ahí, deseaba verte antes de empezar aquel escalofriante trabajo, necesitaba recordar que había cosas que proteger.

Vi cómo te acercabas a la tumba con la señora Hudson, estabas más pálido de lo normal; se notaba la gran carga emocional que tenías encima.

Y después de que se retirara nuestra amada casera fue cuando empezaste a hablar, cada palabra que salía de tu boca era una pequeña hendidura que no tardaría en romper aquella determinación férrea que se apodero de mi desde el momento en el cual vislumbre la red de Moriaty.

Cuando las lágrimas hicieron su aparición mi corazón se detuvo por unos instantes, no era posible que mi muerte te hiciera sufrir tanto ¿verdad?

 –una cosa más, una cosa más, un milagro más Sherlock, no estés muerto, por mí, por favor, solo detén esto, detenlo – eso fue suficiente, ¿Qué eres tú John Watson? Ni siquiera mi madre lograba hacerme sentir culpable de cualquier cosa que hiciera, y ahora por protegerte me siento la peor persona del mundo, aunque lo dudes en cierta forma aún sigo siendo una persona.

Las cosas se oscurecieron, los trabajos cada vez eran más complicados, en algunas ocasiones tuve que recurrir al uso de la violencia, y en no más de una mate a un ser humano, eso hizo que mis sueños se volvieran nebulosos y crueles, en las pocas ocasiones en las que dormía.

En más de una ocasión me voltee de espaldas, dispuesto  a preguntar tu opinión respecto a las pistas que estaba siguiendo, y siempre me encontraba con el silencio que reinaba en el centro de operaciones.

-es mejor que me lo digas Holmes, no es muy inteligente intentar mantener eso en secreto – dijo con voz seseante el hombre que me tenía secuestrado, o eso pensaba él.

-por amor a dios, que acaso no pueden tan siquiera intentar cambiar sus frases – comente con desprecio, recibiendo a cambio una nueva cuchillada en la espalda.

- si no quieres que le hagamos daño a tu noviecito más te vale que hables – otro hizo acto de presencia en la habitación, trayendo consigo una fotografía, se notaba que era reciente – sí, tenemos bajo vigilancia al doctor Watson y si no cooperas con nosotros… - no llego a terminar la oración cuando noto que ya estaba frente a él, a mis pies estaba su compañero, con el cuchillo en el estómago.

-si eres tan inteligente como dices ser entonces sabrás que más te vale dejar a John fuera de todo este asunto – en mi vida creo haber visto una expresión tan aterrorizada que le de ese hombre al darse cuenta que me había liberado del agarre y lo amenazaba con su propia pistola.

Salí de ese lugar con tranquilidad, el equipo de mi hermano no tardaría en llegar, para limpiar el lugar, nadie debía sospechar  de la célula terrorista que  en algún momento estuvo ahí, me deje caer en el pasto, el cielo estaba despejado, hacía más de una semana que no veía un cielo así, más bien, que no veía el cielo.

Mis ojos comenzaron a vagar por todo el lugar, era una pequeña comunidad típica de medio oriente, apenas estaba en desarrollo y ni siquiera había una sola casa de concreto, todo estaba en completa armonía con la naturaleza.

Solo hasta que el equipo de Mycroft llego me di la oportunidad de perder la conciencia. El cuerpo resentía el esfuerzo al que se había visto sometido en los últimos días.

Desperté en una delas camillas del centro, estaba realmente cansado y totalmente desnudo, lo mas probable es que durante mi inconciencia aprovecharan para tratar mis heridas, agradecía eso, nunca en voz alta, pero lo hacía.

Tuve un sueño, aunque no estoy muy seguro de que lo fuera, tal vez solo era un recuerdo o una mala pasada de mi mente. Veía como John se alejaba cada vez más, como se perdía en la bruma, y simplemente desaparecía, la sensación de asfixia fue la que me hizo despertar, me levante lentamente de la cama, y me acerque a un calentador que estaba en la habitación, tenia el cuerpo cansado, aun no me recuperaba por completo del “interrogatorio” que me hicieron. De repente una imagen vino a mi mente, tan rápido que apenas tuve tiempo de procesarla, era John, alejándose de mi, con paso firme.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, si era necesario lo aceptaría.

-Frío – dije, y me arrebuje un poco mas en las sabanas e intente poner las manos  cerca de aquel calentador, pero en mi mente sabia que el frío que sentía nada tenia que ver con la temperatura.

A Hilda la conocí en uno de los tantos trabajos que tenia mi hermano reservados para mi, era un chica pequeña, apenas debía de haber cumplido la mayoría de edad, pero había algo en sus modales que te hacia replantear por completo ese pensamiento.

-Sherlock, es mejor que comas, nuestra próxima cacería comienza dentro de diez horas, y no quisieras andar débil por ahí – me dijo, extendiéndome un plato lleno de la asquerosa comida del servicio militar.

-realmente detesto esa comida – fue mi escueta respuesta.

Ella solo me sonrío, se sentó enfrente mío y comenzó a comer despacio, sin preocupación alguna.

Esa primera cacería a su lado nunca la olvidare, se sintió tan emocionada de atrapar al “malo” como le llamaba que se abrazó a mí con fuerza.

Nos comenzamos a llevar bien, se había transformado en lo mas parecido que tenia a un amigo en aquel lugar.

Pero las cosas nunca van bien, al menos no conmigo, estábamos en medio de una cacería, lo que se podría decir un día normal, el hombre al que perseguíamos estaba desesperado, sabíamos que estaba a punto de caer, no contábamos con que aun se encontraba en contacto con la célula criminal a la que habíamos pasado por alto.

Solo Hilda y yo sobrevivimos, pero ellos nos atraparon, deseaba atraer toda la atención que se pudiera sobre mi, a ella no debían siquiera tocarla, pero mis planes se fueron al trasto al ver como ella les llamaba la atención para que no me hicieran daño. Apenas  habían pasado siete horas, y ya me habían fracturado la muñeca derecha, marcado la espalda con la fusta, quemado la piel con sus asquerosos cigarros, y todo por intentar saber en donde se encontraba su líder, sonreí torcidamente, ni una sola palabra abandonaría mis labios.

Sin embargo Hilda despertó antes de lo planeado, y vio como me torturaban una y otra vez, ella gritaba groserías e improperios, hasta lograr llamar su atención, y comenzaron a golpearla, a utilizar sus técnicas mas sádicas, no soltó ni un solo sonido, nada que pudiera delatar que realmente estaba sufriendo. Pero podía verlo en sus ojos,  aquel dolor indescriptible.

Justo cuando estaban a punto de ultrajarla fue cuando pude liberarme de mis ataduras, y descargue todo aquel sadismo que siempre mantenía oculto, aquello que se mantenía bajo control.

No sirvió para nada, voltee a ver a Hilda, dispuesto a ayudarle, cuando me di cuenta de que tenia un largo y afilado cuchillo incrustado en el estomago, temblaba; me acerque a ella, no sabia que hacer, por mas que revisara una y otra vez en mi palacio mental no recordaba como salvar la vida de una persona que ha sido herida de profundidad con un cuchillo, la levante de la silla, pude escuchar un leve gemido, y simplemente comencé a caminar, teníamos que salir de ahí, conseguir ayuda…

-Sherlock, creo que deberías detenerte – me dijo con voz clara, pero no la quise escuchar, podía sentir como su sangre me manchaba la ropa, sin importar el torniquete que le había puesto para evitar el desangramiento. - ¡Sherlock Holmes, detente en este instante!  - me grito, o mas bien me dijo en la voz mas fuerte que pudo para ese instante.

Y lo hice, me detuve, y la acune en mis brazos, escuchando sus sollozos, sabia lo que venia, claro que lo sabia.

-esto… no … es… tú… culpa – me decía una y otra vez, pero no podia evitar pensarlo, tendría que haber previsto todos los escenarios.

Pronto deje de escuchar su respiración arrítmica, y su ritmo cardiaco se paro por completo, y por primera vez en mi vida me sentí impotente, y los sollozos no tardaron en salir de mi garganta, primero por mi culpa casi matan a John, y ahora, por mi ignorancia habían matado a Hilda. Así me encontraron los hombres de mi hermano.

 Después de eso me negué por completo a que cualquier persona trabajara conmigo, no podia permitirme mostrar esa debilidad de nuevo.

Antes de lo que pensaba ya casi se cumplían tres años desde mi partida de Londres, me encontraba en medio de la ultima misión, solo ese estúpido Lord y ya habría terminado. Note cuando Mycroft se infiltro en las filas enemigas, pero no le di demasiada importancia, todos los escenarios ya estaban planeados, un golpe mas, y todo terminaría.

Notas finales:

espero que lo disfruten, y mas importante, el proximo cap es el final, va a tener un final feliz, lo juro.

sin nada mejor que decir Lua fuera

espero sus reviws


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