Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Atado a ti. por YahikoGirl

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, pero la idea si è.é Así que nada de copias! D: 

 

Notas del capitulo:

Hola!! :3 ewe 

En otro fanfic que tengo, hice una leve mención del ItaNaru (*CofCof* Leve...) XD La cosa es que me pidieron que hiciera uno, así que lo dedico a esa personita que me lo pidió: kaia shirley, espero que te guste :3 

Besito! 

Nuestras miradas se cruzaron por tan solo dos segundos, sé que pudiste ver la manera tan cruel en la que te acusé.

-Vamos a estar en mi habitación. – Avisó Sasuke, con una boba sonrisa en sus labios al mirarte. Tú solo agachaste la cabeza, te sonrojaste violentamente y luego viste como yo asentí y bajé mi vista a la computadora.

Los escuché subir la escalera con algo de prisa, y entonces me tomé el rostro enojado. ¿Te tenías que ir con mi hermano menor? ¿Por eso me dijiste que “ya era suficiente”?

Miré mi teléfono con la ilusión de encontrar un mensaje de algún amigo que me invitara a beber y no tener que quedarme toda la noche, escuchando las risitas y notando lo feliz que te hacía Sasuke. ¿Me lo hacías a propósito? ¿Acaso era para refregarme en la cara que no fui lo mejor de tu vida, cómo siempre te dije que quise?

-¿Vas tú o voy yo? – Preguntaron a mi lado y abrí los ojos algo asustado. Observé el rostro de mi hermano y pude verte a su lado, tenías los ojos algo colorados y me percaté de las inmensas ganas de llorar tuyas. Se me revolvió el estómago al ver aquello y me pregunté cuanto tiempo había pasado desde tu llegada. - ¡Hey! – Me retó Sasuke, chasqueando los dedos frente a mí.

-Deja, voy solo. – Hablaste, dirigiéndote hacia la puerta.

Me llamó la atención la mirada furiosa que te envió mi hermanito y pude descifrarlo al instante, te habías negado a continuar con su estúpido juego.

-Te acompaño. – Dije, entonces te volteaste pasmado. – Es demasiado tarde. – Disimulé, sintiéndome algo cruel por sonreírme.

*

Vivías a unas cuadras de mi casa, aún así, era demasiado tarde como para que te fueras solo. Siempre tuve miedo y te obligué a irte acompañado. Caminamos un poco y cuando estuvimos lo suficientemente lejos del lugar del que partimos, te tomé de la mano y te obligué a mirarme.

-No necesitas que te cuente lo que sucedió. – Me dijiste, para intentar deshacerte del agarre bruscamente. Pude oír como tu voz se quebraba y luego, tus hermosos ojos color celestes, desprendían algunas lágrimas. ¿Era muy egoísta pensar que llorabas por mí?

Sin decir una sola palabra, te tomé con dulzura del mentón y uní nuestros labios en un cálido y reconfortante beso, intentando dejarte en claro que yo nunca iba a poder guardarte rencor ni hacerte daño. Te quería demasiado.

-¿Puedes quedarte conmigo esta noche? – Me pediste, haciendo que por mi cuerpo corriera un escalofrío.

-Claro. – Respondí pasado un rato, volviendo a besarte y sintiendo cómo me correspondías de la manera más hermosa posible.

*

Sujetaste mi mano y me guiaste a tu habitación, reí tontamente al notarte igual de ansioso que yo.

-¿Seguro que lo quieres, Naruto? – Te pregunté, a la vez que te tomaba de la cintura y me enfocaba en lo tiernas que se veían tus mejillas sonrojadas.

-Sí… - Aseguraste, llevando un brazo a mi cuello y haciendo fuerza para que nuestras bocas se juntaran nuevamente.

Yo solo cerré mis ojos, para después comenzar a mover mis labios sobre los tuyos. No me iba a contener. Busqué una abertura entre tus dientes para meter mi lengua y la hice chocar con la tuya levemente. Luego te noté algo deseoso y me pareció exquisita la forma en la que intensificaste aquellas caricias. Sentí tu mano, revolver mis cabellos y yo solo te levanté de la cintura para hacerte quedar en puntitas de pie. Me parecía increíble lo inexperto que eras en aquellas cuestiones y sonreí sobre tus labios, para después invadir tu cavidad de la forma más deliciosa que pude, haciéndote gimotear.

Si tan solo supieras cuanto tiempo te soñé

Al rato, pude observarte sin nada en el torso. Marqué con mi dedo, una delgada línea desde tu cuello hasta tu obligo. Me encantaba verte sudado, con tu respiración agitada, regalándome la más hermosa de las melodías, susurrando mi nombre de vez en cuando, dejando en claro que solo yo iba a ser la persona que te tomara por primera vez.

-Naru… - Se me escapó, entonces pude ver cómo sonreías, mientras yo me sonrojaba. Hacía demasiado que no te llamaba así.

-Itachi… - Me dijiste de nuevo, sentándote en tu cama y acercándote a mí. - ¿Entiendes lo que me pasa? – Me preguntaste al oído, mordisqueando tímidamente mi lóbulo, dándome cosquillas y haciendo que me volviera a aferrar a tus caderas.

-Sí, entiendo. – Hablé, besando la piel expuesta de tu cuello y notando cómo se erizaba con mi caricia. - ¿Entiendes lo que significas para mí? – Me atreví a decirte, dándome cuenta que todo sonaba increíblemente cursi.

-Sí. – Afirmaste, tomando el rojo colín que recogía mi pelo y bajándolo hasta soltar mi gran cabellera. Siempre te gustó mi pelo suelto, nunca supe por qué.  

Bajé con prisa hasta tu pecho, lo besé y luego sentí como tus manos rozaban mi cinturón. Tímidamente lo desprendiste y bajaste mi pantalón, junto con el incómodo bóxer que llevaba puesto. Tu cara se enrojeció de repente y exclamaste algo que no fui capaz de oír. Sí lo hacía, apuesto a que moriría de vergüenza. 

Me coloqué entre tus piernas, y te recosté suavemente en el colchón, con delicadeza y paciencia, te terminé de desnudar.

-Mmm… - Ahogaste, a la vez que yo te sonreía de manera traviesa, mientras recorría con uno de mis dedos aquella erección tuya. – Más… - Pediste, con tus pupilas dilatadas por el deseo. Y no pude hacer más que obedecerte y tomar con fuerza, lo que palpitaba en mi mano.

*

-Ita… Itachi… - Se te escapaba de vez en cuando, sintiendo como mi mano seguía con la felación en tu miembro. Yo solo jadeaba y sentía como mi cuerpo se contraía, al chocar sin querer mi ansiosa entrepierna contra tu piel. – Hazlo. – Me rogaste, abriendo más tus piernas, levantando las caderas para que yo pudiera colar mi mano y llegar hasta tu trasero.

Lo sentí caliente y expectante, me pareció increíble rozar tu entrada y notarla latente, a la espera de lo que era yo.

-¡Agh! – Gruñiste, cuando te sentiste invadido por dos de mis dedos de golpe. Me pareció majestuosa la forma en la que los apretaste, y me vi en la obligación de agacharme a la altura de tu boca, para devorarte casi salvajemente. – Sí… Más… Itachi, más… - Gemías al rato, meneándote tú solo sobre los dedos, los que ya salían y entraban sin dificultad. Entonces, solo llevé a mi boca, la mano que me quedaba libre y dejé caer una gran gota de saliva, la que luego se encargó de lubricar mi erecto pene.

-Te amo. – Te mencioné al oído, rozando ligeramente con mi miembro, tu ano. Quería que lo supieras antes de concretar lo que tanto tiempo deseé y te hice desear.

Y antes de que me pudieras contestar, invadí tu interior de una forma exquisitamente brutal, haciéndote gritar de dolor y de placer. ¡Ahh…! Que delicioso y cálido se sentía, mi amor.

Supe que tú, lo único que fuiste capaz de querer en ese momento, fue que yo me moviera en tu interior. A pesar del dolor que estaba seguro que sentías, deseabas con todas tus fuerzas que yo te embistiera de la manera que quisiera.

Y obedeciendo tu desesperado capricho, comencé con mi vaivén, haciéndolo lo más suave que pude, y clavando mis dientes en alguna parte de tu cuello.

*

Echaste mi pelo hacia atrás, te había comenzado a molestar. Me tomaste de las mejillas y con algo de torpeza por no dejar de cabalgar sobre mi erección, sacaste tu lengua para lamer el interior de mi boca. No supe diferenciar cual de las dos cosas me pareció más placentera. Apresaste mi lengua entre tus dientes, habías comenzado a jugar de manera obscena, al menearte con frenesí sobre mi pelvis.

Tu pene rozaba mi vientre y el sudor que corría por mi espalda, hacía que las yemas de tus dedos se resbalaran. Me pregunté más de una vez, por qué no me rasguñabas y me dejabas marcado como yo quería.

-Na… Naruto… ¡Naruto! – Exclamaba, levantándote de la cintura y dejando que cayeras violentamente sobre mí. Tu interior era exquisito, mejor de lo que nunca me pude haber imaginado; y el hecho de sentir como el aire rodeaba mi miembro y luego, era apresado por ti nuevamente, me volvía loco.

Susurrabas cosas incomprensibles a mi oído, mientras dejabas que en la desesperación de volverte mío, tu cabello rubio se revolviera al compás de la cabalgata que ejercías sobre mí.

-Me… Gustas… Así… - Siseé, notando como clavabas tus inmensos ojos celestes sobre los míos negros. Tu paladar se notaba seco, tu garganta emitía sonidos roncos, ya que tus cuerdas vocales estaban cansadas de tanto trabajar, tus labios se veían increíblemente rojos y tu lengua hacía un esfuerzo sobrehumano, para retener la saliva que se filtraba por las comisuras y llegaba hasta tu mentón, cayendo de a gotas entre nuestros cuerpos. Me excitaba de una manera asombrosa verte de esa manera.

-Lo sé… - Lograste articular, sin saber lo increíblemente sensual que sonaron esas palabras. – Y… Tú a mí… Así, también… - Dijiste, antes de aumentar el maniático ritmo que llevabas y hacerme correr dentro tuyo.

Estiré mi cuello hacia atrás y sentí como atrevidamente, llevabas una de mis manos a tu miembro, pidiéndome que te ayudara a terminar con aquel acto. Lo hice tan rápido como pude y sentí como luego de un chillido que pegaste, un líquido viscoso corría por mi abdomen.

Caímos los dos completamente exhaustos a la cama. Tú sobre mí, no dejaste que me saliera de ti y me mordiste fuertemente las veces que lo intenté hacer.

Jugaste con tu lengua en mi cuello un largo rato, saboreando una que otra vez, algún molesto mechón de pelo mío que se colaba entre tus labios y no te dejaba continuar tu labor.

Acaricié tu trasero y luego tu espalda, llegué hasta tu nuca y colé mis dedos entre tus cabellos; los noté algo mojados y sonreí al saber que era tu sudor. Tu cuerpo desprendía un aroma exquisito, haciendo que deseara lamerte completamente.

-Te amo. – Me aseguraste pasado un rato, subiendo hasta mi rostro y mordisqueando levemente mi nariz. Te quejaste al sentirme fuera tuyo, pero te pareció graciosa la expresión de mi rostro, al escuchar lo salido de tu boca.

Nos volvimos a besar, tú jugaste de manera atrevida con tu lengua y de a ratos, con tus húmedos labios, rozabas mi frente y el resto de mi rostro, logrando que yo cerrara los ojos y suspirara en un acto reflejo.

*

Escuché el ruido de la ducha y me desperté, observé a mi costado y nuestra ropa seguía tirada en el mismo lugar. Probablemente la habías dejado allí para hacerme saber, que no estaba en un sueño. Las veces que hicimos el amor anoche, fueron reales, cada una de ellas.

Me levanté algo cansado, el cuerpo me dolía. Hacía demasiado tiempo que no practicaba algún tipo de actividad física y ahora, mi organismo me pasaba factura; aún así, no me arrepentía y haría lo que fuese para repetir mil veces más lo que me hiciste vivir.

-Buen día… - Balbuceé en tu cuello, a la vez que sentía cómo el agua caliente daba de lleno en mi pecho y podía percatarme de la bella sonrisa que se dibujaba en tus labios. – ¿Cómo dormiste? – Te pregunté, volteándote y haciendo que nuestras miradas chocaran.

-¿Me preguntas en serio? – Comentaste gracioso, logrando que nuestras frentes se tocaran levemente. – No dormí. No me dejaste. – Dijiste, pegándote a mí.

Reí porque era cierto lo que me planteabas. Solo habíamos podido descansar dos horas, tal vez un poco más, pero me conformaba con saber que no te arrepentías, al igual que yo.

-Es tu culpa. – Te acusé, entonces dibujaste un infantil puchero en tu rostro.

-Tú eres un pervertido. – Hablaste, dándote la vuelta, provocándome sutilmente cómo sabías hacer.

-Me encantas. – Aproveché y te incité, tocando tu trasero y notando tu ano, todavía algo dilatado. – Júrame que nunca habrá más nadie. – Dije, logrando que asintieras mientras jadeabas.

-Te lo juro. – Afirmaste, antes de que yo tomara tu mano y la sacara de las canillas. Deseaba que el agua corriera un rato más, me ayudaría terminar lo que empecé. 

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado. No sé, no soy muy fan del ItaNaru, pero creo que es bastante bonito como para hacer un fanfic cortito. Esta idea se me ocurrió a las cinco de la mañana, después de despertarme por no se qué :D 

SasuNaru al poder ♥ (Aunque Sasuke sea un puto ¬¬) xD 

Beso! n.n 

Dejen rw si les gustó... Y si no también. 

Sé que tal vez, no esté impícito el significado del título. Pero me gusta hacer que lean entre líneas :) 

Mua! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).