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Rain (OneShot) por Tetsu

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Notas del fanfic:

Soy yo de vuelta con un OneShot en el que he trabajado por algunos días.

El IchirouxYuuki resulta ser mi pareja favorita y como no había visto historias entre estos dos he decidido hacer una. No se me dan bien las historias largas y ya tengo una de esas en proceso así que ha salido un OneShot corto pero con sentimiento.

Espero les guste.

Notas del capitulo:

Probablemente la lluvia cayó en el momento indicado, en el instante justo en el que quería que estuvieras a mi lado.

I

Sus dedos entrelazados le aferraban con fuerza, como si fuese lo único que le sostuviera en el mundo; su respiración agitada y su pecho subiendo y bajando frenéticamente tratando de atrapar algo de aquel preciado aire en sus pulmones. Los labios entreabiertos, invitándole a besarle entre suaves gemidos que se escapaban de ellos y sus cuerpos amoldados perfectamente; como si hubiesen sido hechos el uno para el otro...

-Ah... -le escuchó jadear y un espasmo se apoderó del cuerpo del más bajo, haciendo que aquel movimiento también enviara olas de corrientes eléctricas por su espina dorsal... 

Tentación.

Y justo cuando levantó el rostro para besar aquellos labios todo desapareció.

La alarma sonaba estrepitosa, como una onda cortando el silencio de la mañana y supo que todo había sido un sueño.

Llevaba varios días así, esperando, soñando y despertándose empapado en sudor y con una leve, modesta molestia en su entrepierna. El lío venía al llegar al estudio y encontrar a su vocalista... Entonces se resignaba, repitiéndose mentalmente que todo había sido un sueño y que nada podía pasar entre ambos.

Yuuki a veces parecía corresponderle. Cuando se tomaban fotos juntos, eran fotografías mucho más... Cercanas, por así llamarlas, a pesar de llevar poco tiempo como miembro oficial. También solía siempre estar a su lado en los eventos e incluso en algunos conciertos se iba hasta donde se encontraba la batería y le hacía partícipe de la interacción entre los fans y ellos. Sin embargo todo ello bien podrían ser declaraciones de amistad que en últimas a nada le llevarían... Más que a una amistad claro está. Y aunque Ichirou le enviaba señales como gestos, sonrisas o palabras, Yuuki parecía jamás entenderlas o hacer si quiera el esfuerzo de captarlas.

Se estiró lo más que pudo hasta que los músculos le dolieron y algo de mareo (seguramente por el movimiento y la fuerza) se apoderó de él. No tenía muchos ánimos de salir de la comodidad de su cama, mucho menos en el frío de invierno y caminar hasta la estación del tren. Tampoco quería quedarse todo el día fingiendo otra estúpida enfermedad que no le ayudaría; llevaba casi una semana haciéndolo así que dejaría de ser creíble.

Con un pesado suspiro se puso de pie y tomó una toalla caminando hacia el baño, tomó una ducha fría para disipar cualquier vestigio de aquel sueño que venía desesperándole y dejó que el agua helada congelara parte de sus preocupaciones. Aunque el frío le calara los huesos y le erizara la piel... Le distraía momentáneamente

-7:15 -murmuró frotando sus ojos. Recientemente también tenía el mal hábito de no dormir y de dar incesantes vueltas en la cama durante toda la noche. También había adquirido el hábito de calmar el dolor constante de cabeza con agua fría que, claramente, en últimas empeoraba. Sabía que no estaba bien pero mientras buscaba en el armario, pensó que quizá iría al médico y esperaría que le recetara algo para poder dormir...

...O aún mejor a un psiquiatra que le ayudara. No, que le quitara esos sueños estúpidos que sólo hacían que su vida se convirtiera en un infierno.

De su armario tomó una camisa negra de manga larga con leves rayas verticales, unos jeans negros con algunos desgastes sobre la pierna derecha, su par preferido de botas negras, esas que tenían una hebilla dorada a la altura del tobillo y un abrigo largo negro; ideal para el día lúgubre que se anunciaba a través de los nubarrones grises sobre la ciudad. Definitivamente el invierno no era su estación favorita del año.

II

¿Y si simplemente se lo digo?  Pensaba el pelirrosa tendido sobre su cama. No había logrado dormir por la catarata de pensamientos que continuamente fluían en su mente así que ni siquiera se molestó en mirarse al espejo cuando notó que era hora de tomar una ducha. Si bien la costumbre era hacerlo en la noche, el frío no le permitía simplemente cambiarse de ropa y ya. No, era necesario que tomase una ducha por lo menos antes de salir y ello fue lo que hizo; dejando que con el agua tibia, el torrente de sus pensamientos se fueran por el desagüe.

Debía admitir que además de todo estaba preocupado. Justo cuando encontraba el valor para hablar con su baterista, resultaba que este llamaba diciendo que se encontraba enfermo, que había pescado un resfriado y se sentía mal así que por leyes de seguridad en una metrópolis tan grande como lo es Tokio, tenía literalmente prohibido el abandonar su departamento. Yuuki intentó preguntar si todo estaba bien  y si era posible verle pero Ichirou se negaba rotundamente, afirmando que su voz no podía verse afectada durante grabaciones por un resfriado así que nada más le quedaba sino resignarse...

...Estaba empezando a pensar que su baterista lo estaba evitando.

III

-8:20 -observó fugazmente su reloj de pulsera mientras empujaba la puerta de vidrio del estudio de grabaciones. Había llegado 10 minutos antes a pesar de haberse tomado el tiempo necesario para poder arrepentirse. El estudio era amplio, 3 grandes salas de grabación generales, una para voz y dos para instrumentos además de un segundo piso en el cual se improvisó una pequeña terraza para que los músicos despejaran un poco su mente entre grabaciones. Por su parte la recepción estaba pintada de un brillante color rojo, casi carmesí y techo blanco; era un saloncito perfectamente cuadrado; junto a la puerta a la derecha se encontraba el cubículo de recepción que era más bien un escritorio en forma de media luna de color negro y madera opaca. A la izquierda había un sofá de cuero negro y a su lado una maceta con un arbolito de largas y verdes hojas; al otro extremo, la pared frente a la puerta, había un sofá gemelo del anterior cuyo costado se extendía hasta  otra puerta de vidrio, una más pequeña que daba a las salas de grabación tras atravesar un corto pasillo; la decoración era simple pero era necesaria para que el sonido no sufriera transformaciones durante las grabaciones. Sin duda alguna hacía frío y definitivamente por el gris, casi negro de las nubes podía afirmar que llovería pronto.

Fue entonces cuando así sucedió y del cielo empezaron a caer grandes gotas que en poco tiempo crearon largos charcos en las aceras. Había sido como si las nubes esperaran a que él llegase para descargar su furia.

Frunció un tanto el ceño mientras paseaba su mirada por las calles atiborradas de personas que corrían desenfrenadamente a resguardarse de la lluvia. Debía admitir que aquel era un pasatiempo divertido: el de observar. Era increíble todo lo que se podía aprender en tan solo unos momentos; como el comportamiento de las madres en el parque con sus hijos y otras personas, y cómo este cambiaba cuando él sin querer (aunque realmente quería) se acercaba a los pequeños; sin duda alguna sus rostros de desaprobación y el amague de llamar a los niños le eran suficiente para entender que aún estaba muy lejos de ser lo que las madres consideran un buen ejemplo para sus hijos. También hacía lo mismo antes de los lives, asomándose o de incógnito tras bambalinas. Había fans que observaban constantemente la puerta como si esperaran por alguien mientras otras hablaban entre ellas. Tuvo incluso la oportunidad de ver a un par de personajes extranjeros, dentro de los cuales había un hombre con una camiseta con el logo de la banda; aquello sin duda había sido algo interesante y que le hizo sentir importante cuando el primer autógrafo que el extranjero pidió fue el suyo.

Sí, definitivamente observar era algo divertido, algo que hacía que su reciente dolor de cabeza disminuyera y A medida que la lluvia caía, pensó que sería bueno sentarse a esperar.

IV

-Tsk, empezó a llover -masculló Yuuki haciendo un mohin con sus labios. Esa mañana no había traido consigo la sombrilla y de la estación al estudio siempre podía contar un par de minutos que esta vez le valdrían empaparse por completo pues las gotas se veían realmente gruesas, de esas que aunque no son muchas, son suficientes para llegar escurriendo agua sin piedad alguna.

Como pudo se las arregló para hacer de su suéter un paraguas que pronto se hizo pesado y que de nada le sirvió cuando las gotas pasaban filtradas y le mojaron el cabello; entonces se tuvo que detener bajo un árbol cercano al estudio, desde donde podía ver la puerta de cristal. Estaba totalmente empapado y además tiritaba. Quizá lo mejor sería esperar a que dejase de llover y una vez eso sucediera, podría atreverse a dar un paso más fuera de la protección de su árbol, aunque seguramente el resfriado del que tanto le estaba protegiendo el pelinegro terminaría haciendo presa de él de formas poco conocidas por el invierno para aquel entonces.

V

Estaba mirando sin mirar, es decir, a pesar de que veía a las personas su mente se encontraba en otro lugar, en un lugar donde no llovía ni tenía que huír despavorido ante la mención del vocalista. Fue entonces cuando reparó a través del vidrio empañado en una figura menuda, totalmente de negro y algo rosa brillante casi a la altura de lo que parecía ser su cabeza. Limpió con la palma de su mano y lo que encontró bajo aquel árbol hizo que riera un poco, pero más importante que tomase su sombrilla y saliera del estudio para ir por é, seguramente si no lo hacía, el pobre terminaría totalmente mojado. Cuando estuvo a unos pocos pasos del menor, se percató que estaba tiritando y que la ropa se le pegaba el cuerpo de lo mojada que estaba. Se apresuró aún más cuando Yuuki se percató de él y en un movimiento involuntario lo atrajo hacia su cuerpo, resguardándolo de la lluvia y del frío. Sin una palabra, con su mano libre desabotonó su abrigo para luego cubrir el cuerpo menudo del otro con este de tal manera que caminaban prácticamente unidos el uno al otro. 

Fue también Ichirou el que abrió la puerta, permitiendo que el vocalista pudiese pasar al cálido interior del lugar.

-¿Por qué no me llamaste? -preguntó un tanto molesto el baterista mientras cerraba la sombrilla y la dejaba descansar a un lado de las puertas.

-No se me ocurrió... -murmuró el más bajo dejando su saco al lado de la sombrilla.

-¿Cómo no se te va a ocurrir? -le interrumpió de inmediato el pelinegro- ¡Está lloviendo torrencialmente y no se te ocurre llamarme! ¡Al menos a Satoshi, a Zero o a Hiyuu!

-¡Y yo qué iba a saber que vendrías! ¡Llevas una semana sin venir a los ensayos ni a las grabaciones! -replicó el pelirrosa un tanto molesto. Temblaba y no era sólo por el frío.

Ichiruou suspiró deshaciéndose de su abrigo mientras se lo extendía al menor.

-Lo voy a mojar... Mi camiseta también está...

-Te la puedes quitar.

-¿Acá? -preguntó él arqueando una ceja.

-¿Y por qué no? -le devolvió la pregunta imitando su gesto.

-Porque estás acá...

-Oh, claro -sonrió el baterista burlonamente- como si jamás te hubiese visto sin camisa... No, no eres de la clase de vocalistas que anda prácticamente desnudo en el escenario.

Yuuki hizo algo parecido a un puchero, quizá una mueca entre desagrado y molestia, y sin responderle se deshizo de la prenda mojada tomando el abrigo que el más alto le ofrecía para ponérselo. Era realmente reconfortante ante la idea del frío que hacía poco había sufrido. Se dejó caer pesadamente sobre el sillón, que casi chirrió e Ichirou no pudo contener un par de risillas furtivas que se escaparon de sus labios, risillas a las que el vocalista respondió con una mirada fulminante.

-Lo siento... Debía avisar que vendría también... Me siento mejor -fue lo único que atinó a decir.

Yuuki negó incapaz de pronunciar palabra, no porque no quisiera sino porque el castañeo de sus dientes no se lo permitía. De su cabello escurrían gruesas gotas de agua y se frotaba constantemente las frías manos para al menos poder volver a sentir sus dedos.

Ichirou le miró, debatiéndose entre abrazar el cuerpo del otro o simplemente dejar que él mismo entrara en calor. Se mordió el labio inferior y pasó sus dedos por entre su cabello para finalmente decidirse a alargar sus brazos y tomar ambas manos del vocalista entre las propias. Yuuki le observó con la sorpresa fija en sus ojos y a Ichirou le pareció ver que un leve tono carmín se asomó en sus mejillas.

-No recuerdo mucho de física... Pero sí sé que un cuerpo más caliente le pasa calor a un cuerpo más frío hasta que ambos quedan en equilibrio. Puede que te calientes como que a mí me dé frío -explicó él con una leve sonrisa en su rostro. Yuuki desvió la mirada y sin pensarlo dos veces apoyó su cabeza en el hombro del más alto.

-Gracias -murmuró cerrando por un momento los ojos. Aún era demasiado temprano para que los demás llegaran pues siempre solían tardar más de lo pactado… De hecho al parecer era demasiado temprano, hasta para la recepcionista que ni había llegado.

Ichirou sintió el agua empezar a mojar su camisa pero no le importó. Deshizo el agarre con las manos de Yuuki y le envolvió entre sus brazos para luego volver a tomarlas. De esa forma estaba seguro que el más bajo entraría en calor...

Pero lo que no pensó es que Yuuki levantó la cabeza y de repente se encontraron por primera vez en mucho tiempo frente a frente y aunque realmente luchaba contra ello, no podía evitar el fijar su mirada en los labios del otro.

VI

El corazón le palpitaba con tal fuerza que sentía que se le iba a salir. Estar entre los brazos del otro y sentir sus manos apretando las propias era simplemente demasiado para lo que era capaz de soportar... En menos de 20 minutos. Le observaba a los ojos, esos ojos que con sólo verle parecían también escudriñar en su alma y luego su mirada se paseaba por cada detalle del rostro de su baterista: su nariz recta y esa pequeña sonrisa que se asomaba en las comisuras de sus labios, haciendo que un par de hoyuelos aparecieran y le quitaran el aliento. Finalmente clavó la vista en los labios gruesos del otro, sintiendo la respiración ajena chocar en su rostro... ¿Qué debía hacer? ¿A caso lo mejor era separarse de él en aquel mismo instante? Un torrente de preguntas sin sentido se arremolinaba en algún rincón de su mente, haciendo que su consciencia le rogara mantenerse lejos… Tampoco es que le prestara atención pues esa molesta vocecita se apagaba cada vez más a medida que se perdía en el hombre frente a él.

VII

Cerca. Peligrosamente cerca. Tan cerca que su cuerpo acortaba la distancia entre ambos sin que él se diera cuenta. Las manos de Yuuki se aferraron con fuerza a las propias mientras su respiración empezaba a hacerse más pesada. Era ahora o nunca. Fue cuando hizo acopio de valor y juntó sus labios con los del otro.

El menor se tensó pero no se apartó de él, sus manos incluso se aferraron con mayor fuerza a las suyas y un suave suspiro escapó de sus labios. Ichirou entonces inició un suave movimiento sobre los labios ajenos, movimiento que pronto Yuuki siguió, dejándose llevar por el roce suave entre ambos y las mariposas que revoloteaban en su estómago.

Fue un beso dulce, casto que pronto los hizo separarse y cuando el pelinegro finalmente abrió los ojos, se encontró con un Yuuki que había deshecho el agarre entre sus manos para enterrar su rostro en éstas sin pronunciar palabra alguna. Aún, de cuando en cuando una gota caía de su cabello húmedo y uno que otro escalofrío le recorría la espalda, no precisamente por el frío. Entonces el pelirrosa descubrió un poco la vista para encontrarse a un Ichirou que le observaba con una leve sonrisa estampada en su rostro.

-Lo siento -murmuró el vocalista tras algunos momentos más de tortuoso silencio y percatarse de que Ichirou no se iba a lamentar.

-¿Ha sido algo tan malo como para que me pidas perdón? -preguntó el baterista tratando de controlar la sonrisa estúpida que buscaba afanadamente apoderarse de su rostro.

Yuuki negó.

-¿Entonces por qué lo sientes?

Yuuki no respondió pero de a poco retiró las manos de su rostro, desviando la mirada de los penetratntes orbes marrón de su baterista que le observaban fijamente. Fue entonces cuando Ichirou atrajo el menudo cuerpo de su vocalista y lo envolvió entre sus brazos. Yuuki encontraba el calor del otro realmente acogedor y aunque aún no había respondido, sonrió, dejándose abrazar por él. A veces las palabras no eran necesarias.

-¿Yuuki? -preguntó de repente el pelinegro. El vocalista levantó la cabeza para mirarlo e Ichirou se inclinó para besarlo de nuevo.

Notas finales:

¿Y qué les pareció? Recibo sus tomates y flores <3

Los reviews son amor.


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