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Desatando Sentimientos por Leana

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Notas del fanfic:

Saludos a todas! :D Como les dije en el especial anterior e.e Estoy cumpliendo con este fic :3

La verdad lo escribí hace mese xd Pero mi beta Arisa-san estaba muy ocupada como para revisarlo, así que decidí esperarla xd

Ok, este es un fic de “Kuroko no basuke” inspirada en la primera temporada :B Aaaww si me enamore de todos esos personajes *-* Y bueno, no podía resistirme a hacer un fic de ellos e.e

La obviedad xD del título se sabrá más adelante, después del 2º capitulo más o menos.

Contarles que es el primer trabajo que hago con estos chicos >< Así que suplico piedad D:

Se les adora! :3

*Saludines a mi beta Arisa-san! *w* Nena! Eres la mejor amiga de la infancia de la vida <3

Notas del capitulo:

En este capítulo narra Taiga Kagami *-* El pelirrojo mas sensualon, rudo y bruto de la serie :$

Aclaraciones:

Más adelante saldrán personajes de la “Generación de los Milagros” por ello, eh decidido que en el fic xD Éstos hayan comprendido el juego de Kuroko (que consiste en que lo más importante es el equipo) Así que Aomine, Midorima, Kise y Kuroko volvieron a unir lazos :3 

Sin más en que molestar xD

A leer! ^^

 

 

 

 

1.- Acciones desesperadas.

 

 

-.-.-.-.-

 

La verdad no sé en qué momento llegamos a este punto de la conversación.

 

Y peor aún... ¿Por qué me siento esperanzado?

 

-.-.-.-.-

 

Kagami’s POV

 

 

Después del entrenamiento de todos los días, camino hacia las duchas junto al equipo. Siento el cuerpo cansado y adolorido debido a los esfuerzos del juego, pero la sensación es extrañamente agradable. Esforzarse, mejorar y disfrutar de lo que más te gusta, eso es de lo que hablo, lo que me motiva a querer ser el mejor. Abro mi casillero mientras seco mi cabello con una toalla. Me visto y tomo mi equipo despidiéndome de los demás.

Al salir avanzo por la vereda, el aire es fresco a causa del atardecer, meto mi mano al bolsillo, al tiempo que me coloco el bolso por encima del hombro. Un chico más bajo, con cabellos celestes me acompaña en silencio. Me exalto, pero no emito palabra alguna, ya estoy bastante acostumbrado.

Desde hace algún tiempo, Kuroko ya no me toma tanto por sorpresa. Puedo percibirlo.

Sentirlo.

Entramos a la tienda de comida rápida, me acerco a la cajera y pido una bandeja repleta de hamburguesas, que me recuerdan a la ciudad donde crecí. Me siento en la misma mesa, al lado de la misma ventana, con el mismo paisaje hacia la calle, frente a la misma persona.

 

-          Kuroko- Hablo con la vista perdida en algún punto al otro lado del vidrio.- ¿Tú crees que vamos a derrotar a la "Generación de Los Milagros?- Pregunto, aunque más para confirmar que el de cabellos celestes está conmigo, que por saber si venceremos a esos engreídos.

-          Estoy seguro, sólo debemos hacernos más fuertes.

-          Lo haces ver tan fácil...

-          Cuando éramos un equipo... bueno, no lo éramos en realidad- dice, y noto el deje de melancolía en su voz- De nada nos sirve ser tan fuertes si no se disfruta del juego. Y eso es algo que ellos no tienen y tú sí.

 

Mi mirada se desvía inconscientemente hacia ese semblante monótono, que ahora esboza una muy leve sonrisa. No puedo evitar que mi estómago se contraiga de manera brusca.

He llegado a la conclusión de que, al no estar acostumbrado a señales de "cariño", reacciono de sobremanera cuando Kuroko lo hace.

Respiro profundo e intento pensar en otra cosa, lo primero que se me viene a la mente son los rostros de los jugadores milagrosos. Entonces las palabras salen de mi boca casi sin quererlo.

 

-          ¿Así que Momoi es tu ex-novia?

-          No.

 

Y eso es todo lo que responde.

De repente me siento incómodo ante su silencio, miro de reojo al de orbes celestes que juguetea con la bombilla del vaso de su batido de vainilla. El silencio es extraño y el hecho de que me haya cortado así, sin más, me molesta mucho, y cuando estoy molesto...

Soy demasiado impulsivo.

 

-          A mí nunca me fue bien con las chicas- suelto, me arrepiento al instante, pero si no lo explico seguirá sonando así de penoso- Digo, a causa de mi semblante, las intimido. Quizás por eso no me interesé nunca en ninguna, además el basket ocupa todo mi tiempo y atención.

-          A mí no me gustan las chicas.

 

Abro la boca y el trozo que acabo de morder se me cae al instante. Observo al más bajo intentando procesar las palabras que acaban de salir de su boca.

Kuroko me mira sólo por un momento y vuelve la vista a la ventana, sorbiendo el puto batido.

 

-          ¿Cómo eso de que no te gustan las chicas?

-          Eso- dice con voz monótona, cómo todo en él- No me gustan las chicas.

 

Trago, mi garganta está repentinamente seca. Me siento tan confundido...

Es extraño. No entiendo. No asimilo.

 

-          ¿Eso quiere decir que eres... gay?- pregunto bajito, acostado sobre la mesa para estar más cerca de él. Quizás escuché mal y estoy mal interpretando sus palabras.

-          ¿Me dirás que eres homofóbico?- el tono en que lo pregunta es frío, extrañamente hiriente.

 

La verdad no sé en qué momento llegamos a este punto de la conversación. Y de pronto en mi pecho algo se enciende, algo extraño. Poderoso.

Me asusto, jamás había sentido algo así. Es como... ¿esperanza? Sí, eso. Siento esperanza. ¿Pero por qué exactamente?  De tanto intentar deducir esto me está doliendo la cabeza. Mierda.

¡¿Qué está pasando?!

Sumido en mi monólogo interno Kuroko me está observando, me pierdo en esos ojos limpios como el cielo. Eso no me ayuda a pensar, me desconcentro viéndolo y estas sensaciones se vuelven un torbellino dentro de mí. Entre frustración y enojo, guardo el resto de las hamburguesas y me levanto de la mesa.

Camino a la salida y él me sigue. ¿A Tetsuya le gustan... los hombres? ¿Pero por qué me afecta tanto?

Agradezco el aire nocturno, frío y refrescante. Respiro y cierro los ojos intentando calmarme, caminamos un rato en silencio, aún me duele la cabeza y mi mal humor no ayuda a romper la tensión.

 

-          Entonces eres homofóbico.

-          ¿Qué?- pregunto, estoy tan sumido en mis pensamientos, que su voz se me hace muy suave.

-          Olvídalo Kagami- dice el de rostro monótono. Bajo la vista y él tiene su mirada gacha.

-          No es eso, Kuroko- respondo con molestia, alzo la mano y agito su cabello, sedoso, sí, muy suave- Es sólo que estoy agotado, vamos a casa.

-          De acuerdo.

 

Y como siempre no puedo descifrar su maldita expresión.

.

.

.

.

 

.

.

 

Cuando llego a la escuela, el de cabellos celestes ni siquiera me mira, tiene su vista clavada en un libro que sostiene frente a él. Frunzo el ceño y camino hacia mi puesto que está delante de suyo. El bullicio del salón parece no molestarle en absoluto mientras desliza su vista por las páginas.

 

-          Buenos días- lo saludo, dejando mi mochila sobre la mesa.

-          Buenos días, Kagami-kun.

 

No dice nada más, ni siquiera se toma la molestia de levantar el rostro. ¿Por qué está así?

.

.

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.

 

.

.

 

Terminan las clases y me dirijo al entrenamiento como de costumbre. Kuroko no me ha hablado desde antes de ayer, lo cual se me hace sentir bastante fastidiado. Lo peor es que por orden de la entrenadora tuve que esperar dos días para poder entrenar y así poder aprovechar de entablar alguna conversación con el chico. Sé que no es el lugar propicio... pero si no, ¿cuándo?

Boteo la pelota mientras busco al de cabellos celestes con la mirada. No está por ninguna parte y no es propio de él llegar tarde. Camino hacia Hyuga, que encesta y se gira para verme.

 

-          ¿Y Kuroko?- pregunto con semblante serio y el pelinegro comienza a buscar al chico de cabellera celeste.

-          No está.

-          Eso ya lo sé- contesto algo molesto.

-          Es extraño ¿no? Él no falta, es muy responsable.

 

Hago una mueca ya que no ha respondido a mi pregunta. Me alejo del pelinegro sin emitir palabra alguna, con el sentimiento de culpa enredándose en mi estómago y subiendo por mi pecho. Me siento horrible. ¿Será porque piensa que soy homofóbico?  Me acerco al aro boteando con fuerza ¡Pero no es así! Encesto de un salto. Maldita sea... vuelvo a recoger la pelota ¿por qué el tema me afecta tanto?

¿Será que...?

Sacudo la cabeza, siento que mis pómulos se calientan a causa del rubor mientras aprieto la pelota con fuerza. Eso es imposible. ¿Qué Kuroko me guste? No. No y no.

Trago duro.

Realmente estoy pensando estupideces, además, nadie me asegura que él se fije en mí. Miro el suelo frunciendo el ceño, vuelvo a botear y salto para encestar de nuevo. Me siento tan confundido, esto es muy extraño y nuevo para mí.

.

.

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.

 

Soy el último en salir de la escuela, me despido del portero agitando la mano y él me sonríe. Camino por la calle rumbo a mi casa, el atardecer es precioso, pero el paisaje no es capaz de sacarme de mis pensamientos.

Tengo la vista perdida en los colores naranja y rosa que se entremezclan en el horizonte, mientras en mi mente se forman ideas y preguntas. Es un torrente de emociones, confusas, poderosas. No sé exactamente lo que me pasa... lo que siento. Es como si Tetsuya hubiera puesto mi mundo de cabeza. Mi pecho se oprime cuando pienso en él.

Pero eso no es normal. No debería serlo.

La cabeza comienza a dolerme de nuevo, suelto un bufido y ladeo el rostro para despejarme: entonces lo veo. El de ojos celestes jadea mientras corre al lado del chico con cabellos azules. Ambos juegan, aunque se nota que Aomine se divierte burlando con sus rápidas jugadas al de ojos celestes. Respiran con fuerza y se mueven de un lado a otro en la cancha donde nos enfrentamos a unos brabucones junto a Kise.

Tetsuya estuvo aquí todo este tiempo, jugando con él y no conmigo. Jugando con Daiki, su gran amigo, su primera luz.

Maldita sea.

Camino a paso firme, giro y entro a la cancha. Ambos me miran, pero yo sólo me concentro en él. En Kuroko.

 

-          ¿¡Por qué hoy no fuiste a entrenar!?- le grito enojado, haciendo que el más bajo frunza el ceño.

-          Porque no quería.

-          ¡Ah!- exclamo agitando los brazos- Pero si querías jugar con él ¿no? ¿Recordando viejos tiempos?

-          Kagami, basta- dice con su semblante serio, igual que antes, igual que siempre.

 

¿Por qué no puedo saber lo que está pensando? Eso me frustra, me hiere y más aún, me enfurece. Aprieto la mandíbula.

El de cabellos azules se mueve parándose al lado del menor, se inclina y le habla al oído. Siento fuego, puro y ardiente. Quiero golpearlo por acercarse de esa forma a Kuroko, por haberlo herido antes cuando jugaban, por decirle que es un idiota por su estilo de juego, por estar ocupando su tiempo... por todo.

 

-          Dejemos esto para otro día- murmura sin dejar de mirarme, con sus labios pegados al oído del más bajo.

 

Gruño, no puedo evitarlo. Si no se aleja... me tiro encima y lo golpeo.

 

-          Sí- asiente el de ojos celestes- Ya no quiero jugar más, quiero ir a casa, solo.

 

Lo miro asombrado cuando recalca la última palabra, está muy enojado y me observa con furia contenida. Aunque su ceño fruncido es lo único que deja ver la obviedad de su sentimiento. Avanza y me choca al pasar. No soy capaz de decirle nada, el gesto me ha herido. Me giro y lo veo caminar hacia la salida de la cancha al tomar sus cosas.

Mi pecho se oprime, me siento tan estúpido. No debí haberle gritado. Me paso la mano por la cara soltando un suspiro cansado, me muevo para ir tras él pero una mano me sujeta del hombro.

 

-          No lo hagas- Su voz es arrogante, a pesar de que ha cambiado desde la última vez que jugamos.

 

Cuando terminó el campeonato que perdimos frente a su equipo, el de cabellos azules buscó a Kuroko, volvió a jugar con los otros miembros de la "Generación de los milagros". Aomine volvió a disfrutar del basquetbol. Y de sus amigos. Su personalidad se apaciguó en mayor parte, aunque yo no lo conocía antes de que se volviera un hijo de puta.

Lo miro por encima del hombro y él solo sonríe.

 

-          A Tetsu no le gusta que insistan cuando está enojado.

-          Hablas como si lo conocieras a la perfección- digo, girándome a verlo con el ceño fruncido.

-          Pues porque así es...

-          Te diré una cosa- Le doy un manotazo a su mano que sigue sobre mi hombro, me giro con las manos en puños. ¿Qué se cree? -Kuroko ya no es tu sombra ¿entendido? Él es mío.

 

Aomine abre los ojos con asombro, odio que me restriegue en la cara lo importante que fue para Kuroko en el pasado. Así que le dejaré en claro que yo soy su presente ahora. Su nueva luz.

 

-          Así que es eso- dice el de cabello azul cerrando los ojos con una sonrisa autosuficiente- A ti te gusta Tetsuya.

 

Sus palabras son como un puñetazo en el estómago, firme y certero. Las emociones se aclaran de una forma escalofriante.

¡¿Que me gusta Kuroko?! ¡¡¿A mí?!

 

-          Si que eres un cabezota- ríe el moreno con ganas, lo cual provoca que me enfurezca todavía más.

 

.

.

.

.

 

.

.

 

Hace frío, el viento raspa mis pómulos mientras me paseo de un lado a otro. Alzo la mano. Vuelvo a bajarla.

Mierda. Mierda. Mierda.

El botón del timbre está frente a mí. Cuando llegué aquí estaba tan decidido... ahora estoy asustado. Suspiro, me rasco la cabeza y gruño. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Y sin darme cuenta estoy presionando el timbre.

Sus ojos celestes se posan en mí con asombro cuando abre la puerta de entrada, alzo la mano y la muevo en saludo. Kuroko me estudia desde su posición, suelta un bufido y sale a abrirme la reja. Lo sigo adentro de la casa, en silencio, observo el recibidor. Los colores pasteles contrastan con los adornos, es muy hogareño y todo está ordenado. Es silencioso excepto por la música que suena desde alguna habitación, supongo la de él.

 

-          ¿Estás solo?- pregunto cuando su silencio se hace incómodo.

-          Sí- contesta escueto- Mis padres llegan a las 09:00 de la noche del trabajo.

 

Sigo observando el lugar. De pronto los pasitos del cachorro contra la madera del suelo se dirigen hacia mí. Me tenso de inmediato, odio a los perros. Cuando era pequeño estaba jugando basket y un enorme can me persiguió cinco cuadras hasta mi casa para morderme. N° 2 es adorable, sin mencionar que sus ojos son iguales a los de Kuroko, pero es un perro al fin y al cabo.

Y su cercanía me perturba.

 

-          Ven aquí- lo llama el de ojos celestes golpeando su muslo- A Kagami-kun no le gustan los perros.- El cachorro se acerca trotando al muchacho que le da una galleta- Ni los gays.

-          Kuroko, yo...- Ni siquiera sé por dónde empezar, y lo que ha dicho, me deja en shock, aún más dolido.

-          No importa Kagami-kun, será mejor que te vayas.

 

Lo miro parpadeando confundido. Ni siquiera me ha dejado hablar, vine aquí para que me escuchara y él me ignora olímpicamente.

 

-          Escucha Kuroko...- vuelo a insistir.

-          No me digas así, deberías dejar de ser tan informal- dice con su voz fría y hermética. Ni siquiera me mira, se gira caminando hacia lo que creo es su cuarto- Ahora vete Kagami-kun, no quiero oírte.

 

Cierra la puerta.

Ni siquiera he emitido más de dos palabras y él ni me ha mirado. ¿Por qué está tan dolido? Yo no he querido ofenderlo, mucho menos herirlo. Esto es un muy mal entendido. Además, vine para aclarar las cosas y mis sentimientos. Desde que Aomine me dijo eso esta tarde no puedo dejar de darles vueltas al asunto.

Pero no me rendiré, y si Kuroko quiere ignorarme, entonces lo obligaré a escucharme.

Camino hacia el sillón dónde N° 2 se recuesta tranquilo después de haberse devorado la galleta que le dio Tetsuya. Lo observo, miro hacia la puerta y el de cabellos celestes no da señales de salir.

 

-          Lo siento Tetsuya 2- murmuro con una sonrisa y el perrito me observa jadeando, moviendo su peluda cola- Pero tu amo es muy orgulloso, así que vamos a presionarlo un poquito.

 

Me acerco al perro que gira la cabeza confundido, el solo pensar que lo tocaré provoca que me piquen las manos.

 

 

 

 

 

Pero todo sea por el de cabellos celestes.

 

 

 

Notas finales:

Aaaww Ése grandote Tigre que le teme a los canes :B

Adoro a Kagami <3 xD

Y bien… ¿ustedes que creen que pasara? Veremos qué respuesta será la ganadora y se llevara un KagaKuro en vivo y en directo e//e

Dsdsdsasdasdads Ok Ok…

Espero que les haya gustado este primer capítulo *-*

Nos leemos el sábado! :D

Gracias por leer y plis deje su bello review ^^ Que es como un sueldo para las escritoras :3

Saludos y besos pegosos! :3


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