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Jaque Mate por ExoticElfVip

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Notas del fanfic:

¿que tal? :D aqui les traigo una adaptacion de una novela que encerio ame y mientras la leia no pude evitar imaginarme a TOP y GD como protagonistas *-* mucho fanfic hace mal... en fin espero que les guste y si demoro mucho es porque es epoca de estudio u-u tratare de ser rapida :D

la novela original se llama Jaque al miedo y es de Kay Hooper, si alguna vez pueden leanla :3

Notas del capitulo:

bienvenidos de nuevo a mis delirios mentales... ah esperen gran parte del fan fic no son delirios mios xD

en fin una pequeña anotacion:

UICC: unidad de investigacion de la Corte Constitucional

es una unidad ficticia que invente :D pero la corte constitucional si es un organismo de corea xD

en fin que se diviertan en la lectura y si les quedo alguna duda no olviden preguntar~

~hace 5 años~

Estaba acostada de espaldas, con sus manos bajo sus piernas (pero sin atar) y con los ojos vendados. Sentía el aire pesado y con un olor a humedad, muy desagradable.

Tenía que quedarse callada o él podría oírla. No quería que cambiara de opinión. Recordaba su voz cuando dijo “Toma esta medicina y duerme un rato, cuando despiertes debes esperar un poco, empezar a contar hasta quinientos y entonces yo me habré ido y tu podrás moverte, podrás quitarte la venda. Pero si lo haces antes de tiempo lo sabré, y tendré que lastimarte”.

Pareció una eternidad hasta que llego a 500, pero para asegurarse conto hasta 600. Entonces lentamente saco sus manos de bajo sus piernas y comenzó a mover sus dedos, le hormigueaban demasiado. Entonces con miedo aún, subió lentamente hasta alcanzar su rostro. Saco la venda con lentitud y abrió los ojos.

Oscuridad, una profunda oscuridad. No podia ver nada y en el fondo de su mente una voz estaba empezando a gritar una idea terrorífica que ella se negaba a creer.

Levanto las manos y sintió madera y la empujo. No se movió un milímetro. Empujo más y más fuerte pero nada cambio. Entonces la realidad la invadió y soltó un grito ahogado.

Te enterró viva - dijo la voz en su mente- y nadie sabe donde estas.

------

— Te digo que es inútil –la voz de la teniente Park normalmente afable y suave era ahora áspera y estaba cargada de certeza- esta muerta.

— Muéstrame el cuerpo.

— Seung Hyun…

— Hasta que no vea el cuerpo, no voy a dar por muerta a esa chica - la voz de Choi Seung Hyun era calmada pero contenía cierta intensidad-.

Cuando Seung Hyun salió de la sala de reuniones lo hizo con el paso de un hombre con excelente estado físico y con la energía de dos hombres, quizás tres.

Park suspiro y miro a los demás inspectores encogiéndose de hombros.

—Fue contratado por la familia y esta respaldado por el alcalde, no tenemos autoridad sobre él.

—No creo que alguien pueda tenerla—dijo Lee Chae Rin con admiración y escepticismo- Buscara a Kim Yura hasta encontrarla. Viva o muerta.

Un detective estaba mirando el montón de archivos que tenia adelante y sacudió la cabeza cansinamente.

—De todos modos, tenga o no el don que dicen que tiene, trabaja solo y puede dedicarse a un caso en particular el tiempo que sea necesario. Nosotros no podemos darnos ese lujo.

Park asintió con la cabeza.

—Demasiado tiempo y agentes dedicados a un caso de desaparición en el que no hay ni una sola pista o prueba de que la chica haya sido secuestrada contra su voluntad.

— Su familia asegura que así fue —le recordó Chae Rin —. Y Seung Hyun también.

—Lo sé. Yo tambien, lo mas que se puede estar seguro de una intuición. —Park volvió a encogerse de hombros—. Pero hay casos atrasados y órdenes que cumplir. La investigación sobre Kim Yura queda oficialmente cerrada.

— ¿Los constitucionales tambien se quedan con esa conclusión? —preguntó Chae Rin, mientras levantaba las cejas cuando miro a un hombre alto y moreno, que estaba recostado tranquilamente sobre un archivador, desde donde podia observar a todos los ocupantes de la sala.

El agente especial Yang Hyun Suk negó con la cabeza una sola vez.

—La conclusión oficial de la UICC es que no se ha cometido ningún delito que nos incumba. No hay pruebas de secuestro... ni de ninguna otra cosa que pueda implicarnos. Además, tampoco se nos ha solicitado nuestra intervención en la investigación. —Su voz era fría, como sus oscuros ojos negros de centinela. Lucía una media sonrisa, pero resultaba, más que agradable, amenazante.

—Entonces, ¿qué hace usted aquí? —preguntó con suavidad el mismo inspector de aire cansino.

—Le interesa Choi —respondió Jang Hyun Seung— Es eso, ¿no, Yang? Ha venido a ver el numerito del médium.

 La actitud del inspector era hostil y notoria, aunque no era fácil distinguir si despreciaba más a los supuestos médiums o a los agentes de la UICC.

Yang contestó con tranquilidad:

—He venido porque había un posible secuestro.

—Y supongo que es una pura coincidencia que haya estado vigilando a Choi.

Con una risa suave y sin humor alguno, Yang afirmó:

—Las coincidencias no existen.

—Entonces, está interesado en él.

—Sí.

— ¿Por qué dice ser médium?

—Porque es un médium.

—Eso son tonterías y usted lo sabe —dijo Jang—. Si en verdad tuviera poderes, ya habría encontrado a esa chica.

—Las cosas no funcionan así.

—Ah, claro, lo olvidaba. No se puede simplemente apretar un botón para obtener todas las respuestas.

—No. Por desgracia, eso no es posible ni para un médium auténtico y con un don especial.

—Como usted bien sabe.

—Sí. Como yo bien sé.

Park, notando tanto la irritación que hervía en la sala como el resentimiento de algunos de sus inspectores hacia la UICC, dijo con calma:

—Eso no importa ahora, en lo que a nosotros respecta. Como decía, la investigación sobre el caso Kim queda cerrada. Pasamos de página.

Chae Rin mantenía la mirada fija en Yang.

— ¿Y usted? ¿También pasara de página?

—Yo —contestó Yang— voy a hacer lo que vine a hacer aquí. —Salió de la sala sin apuro, tan tranquilo y despreocupado como Choi Seung Hyun, tenso y callado.

 

Yang sabía que las especulaciones empezarían en cuanto dejara la sala de reuniones, pero aparte de dejar una nota mental de agregar a Park Bom a su lista de policías que en el futuro podían querer estar en su Unidad de Crímenes Especiales, no pensó más en ello. Fue en busca de Seung Hyun al que encontró en el pequeño despacho que le habían dado obligadamente.

—Dije que no estaba interesado —dijo Seung Hyun en cuanto Yang apareció en la puerta.

Yang se recostó en el borde y vio como Seung Hyun guardaba las copias de sus incontables papeles que acompañaban a un caso de desaparición.

— ¿Tanto te gusta ir a tu tiempo? —Preguntó con calidez—. Trabajar solo tiene desventajas. Nosotros te ofrecemos apoyo y recursos que no encontrarías fácilmente en otra parte.

—Quizás. Pero odio la burocracia y el papeleo —contestó Seung Hyun—. Y la UICC tiene en abundancia de eso.

—Ya dije que mi unidad es distinta.

—Pero aun tienes que informar a su presidente, ¿no?

—Sí.

—Entonces no es tan distinta.

—Me asegurare de que lo sea.

Seung Hyun se detuvo un instante y miró a Yang con el ceño un poco fruncido, con curiosidad.

— ¿Sí? ¿Y cómo?

—Mis agentes no tendrán que involucrarse en el funcionamiento interno de la agencia; eso lo hare yo. Desde hace años me creo una reputación, dando y pidiendo favores y apretando algún que otro tornillo para asegurarme de tener la mayor autonomía posible a para llevar a cabo nuestras investigaciones.

Seung Hyun dijo con tono burlón:

— ¿Y qué? ¿No hay normas?

—Es obvio que sí. Pero normas moderadas, sólo para dejar tranquilos a los peces gordos y convencerlos de que no actuamos ilegalmente. Habrá que ser cuidadosos al comienzo, discretos, hasta que tengamos un historial importante de casos resueltos con éxito.

— ¿Tan seguro estás de que habrá éxitos?

—No haría esto de no estar seguro.

—Sí, bueno. —Seung Hyun cerró su maletín con un chasquido—. Te deseo suerte, Yang, de verdad. Pero trabajo mejor solo.

— ¿Cómo puedes estar seguro si nunca has trabajado de otra manera?

—Porque me conozco.

— ¿Qué me dices de tu don?

— ¿Qué tiene?

Yang sonrió ligeramente.

— ¿Cuanto lo conoces? ¿Entiendes lo que es, cómo funciona?

—Lo suficiente como para usarlo.

Yang dijo deliberadamente:

— ¿Y por qué no encuentras a Kim Yura?

El semblante de Seung Hyun se endureció un poco.

—No es tan fácil y tú lo sabes.

—Quizá debería serlo. Quizá sólo te falta la práctica y el entrenamiento adecuados para ser un médium capaz de controlar y utilizar sus habilidades más eficazmente como herramientas de investigación.

—Y quizás estés delirando.

—Demuéstrame que me equivoco.

—No tengo tiempo para esto. Tengo que encontrar a esa chica.

—Está bien. —Yang apenas dudo antes de decir—: Es el miedo.

— ¿Qué?

—Es el miedo lo que captas, lo que intuyes. La señal electromagnética del miedo. El miedo de la víctima. Eso es lo que tu cerebro percibe, telepática o empáticamente.

Seung Hyun quedo callado.

— ¿Qué captas, sus pensamientos o sus emociones?

—Ambas cosas —contestó Seung Hyun de mala gana.

—Así que sientes su miedo y conoces sus pensamientos.

—El miedo es más fuerte. Más seguro. Los pensamientos, si logro captarlos son sólo susurros. Palabras o frases. Energía mental estática.

—Como una emisora de radio que se sintoniza y desintoniza.

—Algo así.

—Pero es el miedo lo que te conecta con ellos.

Seung Hyun asintió con la cabeza.

—Más fuerte es el miedo, más intensa es la conexión.

—Generalmente. La gente enfrenta el miedo de distintas formas. Algunos lo guardan o frenan al punto que nada se escapa. Con esos tengo problemas para captarlos.

— ¿El miedo a estar... perdido?

Seung Hyun miro fijamente al detective. Se encogió de hombros y respondió:

—Miedo a estar solo. A que te atrapen, estar acorralado. Indefenso. Sentenciado. Miedo a morir.

— ¿Y si dejas de sentirlo?

Seung Hyun no respondió.

—Es porque están muertos.

—No siempre.

—Sé sincero.

—Está bien. Generalmente si dejo de captarlos es porque no sienten miedo. No hay pensamientos, ni vida. — El decir eso lo enfado, y no se molesto en ocultarlo.

—Como ahora, con Kim Yura.

—La encontraré.

— ¿Sí?

—Sí.

— ¿A tiempo?

La pregunta quedó en el aire, entre ambos, junto a un largo silencio; entonces, Seung Hyun tomo su maletín y se acerco a la puerta.

Yang se apartó sin decir nada.

Seung Hyun pasó a su lado, se volteo bruscamente antes de llegar a la escalera y dijo:

—Lo siento, pero no la puedo encontrar por ti.

— ¿Por mí? Kim Yura está...

—No ella. A Eun Joo. No puedo encontrar a Eun Joo por ti.

Yang no altero su expresión, pero su mejilla palideció.

—No te lo pedí—dijo después de una pausa breve.

—Capto el miedo, ¿recuerdas?

Yang no dijo nada, solo vio a Seung Hyun alejarse hasta perderlo de vista.

------ 

Park Bom y Yang Hyun Suk se encontraron en la carretera que pasaba por el barranco.

Yang solo dijo:

— ¿Choi está ahí abajo?

—Sí, con ella. Aunque no queda mucho. —Bom miró con fijeza a su acompañante—. No sé como la encontró, supongo que fue su don.

— ¿Causa de muerte?

—Debe dictaminarlo el forense. Como dije, no queda mucho. Y lo que queda estuvo expuesto al ambiente y los depredadores. Desconozco como murió y lo que paso antes de morir.

—Ni siquiera estás segura de que fuera secuestrada, ¿verdad?

Bom negó con la cabeza.

—Por lo que encontramos, podría haberse caído por ir caminando al borde de la carretera. Pudo haberse golpeado la cabeza o roto un hueso y no pudo volver a subir. Hay mucho tráfico pero nadie para. Pudo haber estado aquí todo este tiempo.

— ¿Crees que el forense podrá determinar la causa de muerte?

—Me asombraría. ¿A partir de huesos, un poco de piel y algo de pelo? No podríamos haberla identificado si no fuera porque su mochila estaba casi intacta y contenía cosas con su nombre. Además encontramos entre los restos la extraña pulsera que llevaba. El análisis de ADN confirmara su identidad, estoy segura.

—Así que, no le robaron nada y el asesino no se llevó ningún trofeo.

— Si hay un asesino no se llevo ninguna de sus pertenencias al parecer.

Yang asintió con la cabeza; entonces se dirigió hacia el gran hueco en el guardar raíl, que debería haberse arreglado hace tiempo, paso junto a los investigadores y no se detuvo hasta llegar con Choi Seung Hyun en una zona poblada de piedras, bajo la sombra de un pequeño árbol torcido.

Seung Hyun parecía un hombre diferente al que Yang había visto la última vez. Estaba sin afeitar, enflaquecido y su ropa arrugada como si hubiera dormido vestido. Si es que había dormido. Estaba de pie, con las manos en los bolsillos de su chaqueta marrón y miraba el piso colmado de piedras.

Miraba restos dispersos que solo expertos podrían haber identificado como humanos. Pedazos de hueso y retazos de ropa. Un mechón de pelo negro oscuro.

—Ya se han llevado la mochila —dijo—. Se la darán a sus padres, supongo.

—Sí —contestó Yang.

—Lo sabías. Desde que llegaste, sabías que estaba muerta.

—No desde que llegué.

—Pero sí desde ese día.

—Sí.

Seung Hyun miro a Yang con incredulidad.

— ¿Y no dijiste nada?

—Sabía que estaba muerta, pero no dónde estaba. Ni la policía ni su familia me habrían creído.

—Quizá yo sí.

—Tú no querías creerme. Tenías que encontrarla tu mismo. Solo esperé que lo hicieras.

—Sabiendo desde el comienzo que estaba muerta.

Yang asintió.

—Eres un tipo despiadado.

—A veces.

—No me digas que no te queda más remedio.

—Está bien. No lo diré.

Seung Hyun hizo una mueca y volvió a fijar su mirada a los restos de Kim Yura.

—Termina así a menudo —Su voz sonaba exhausta—. Con un cadáver o lo que queda de él. Porque no fui lo bastante rápido, no fui lo bastante bueno.

—Murió una hora después de que el maldito le pusiera las manos encima —dijo Yang.

—Esta vez, tal vez. —Seung Hyun se encogió de hombros.

Yang añadió:

—Según la ciencia, es imposible ver el futuro, saber que va a ocurrir. Es imposible que una persona tenga ese instinto. Yo no lo creo. Creo que todas las llamadas facultades extrasensoriales nos pueden servir para mejorar nuestras herramientas. Para volvernos, tal vez mejores. Hacernos más rápidos.

Un momento luego, Seung Hyun miro fijamente a Yang.

—De acuerdo. Te escucho.

Dos días después, luego de dormir un día entero y varias duchas, Seung Hyun sentía y aparentaba estar mejor.

El detective y Yang estaban desayunando.

—He estado pensando que, como vamos a ir al este, deberíamos marcharnos temprano –dijo Yang mientras le daba un sorbo a su café- el avión tiene los motores en marcha.

Seung Hyun levantó las cejas.

— ¿El avión? —dijo—. ¿Tienes de un avión de la UICC?

Yang sonrió ligeramente.

—Un jet privado.

— ¿Tienes un jet privado?

—No sólo estoy intentando tener una unidad en la UICC—contestó Yang serio—. Tambien quiero organizar una estructura de apoyo a la comunidad, una red de gente tanto dentro como fuera de las fuerzas de seguridad que crea en nosotros. Nos ayudaran de diversos modos, facilitándonos por ejemplo medios de transportes veloces y precisos.

—De ahí sale el jet.

—Exacto. Sólo es una contribución generosa de un ciudadano que quiere echar una mano.

—Un día —dijo Seung Hyun—, debes contarme como se te ocurrió todo esto. Después de todo, tambien tengo mis obsesiones.

—Tendremos tiempo de sobra para hablar.

Seung Hyun murmuró:

—Me pregunto si lo haremos.

Yang no contestó, sólo dijo:

—Si tienes listas las valijas, ¿qué tal si nos vamos?

— ¿Antes de que cambie de parecer?

—Bueno, no creo que lo hagas. Como dijiste, tambien tienes tus obsesiones.

—Tengo la impresión de que la UICC no sabe en que se mete en realidad.

—El tiempo dirá.

— ¿Y si, cuando se den cuenta, cierran la unidad?

—No permitiré eso.

— ¿Sabes? —Dijo Seung Hyun con burla—, casi te creo.

—Bien. ¿Vamos?

Salieron de la pequeña cafetería. Una hora después, casi llegando al aeropuerto, Yang presunto lo que tanto necesitaba saber.

Con voz baja dijo:

— ¿Por qué no puedes encontrarla?

Seung Hyun contestó de inmediato, esperaba la pregunta.

—Porque no está perdida, está escondida.

— ¿De mí? — Era obvio que a Yang le costaba verbalizar esa pregunta.

—Indirectamente. Tú sabes de quién se esconde en realidad.

—Tiene miedo. Puedes sentirlo.

—Remotamente, a través de ti. Estuvieron unidos supongo. Tu miedo por ella es el más intenso. Ella tiene miedo, pero es fuerte, muy fuerte. Y segura de sí misma.

— ¿Está a salvo?

—Lo más que puede estarlo. —Seung Hyun lo miró—. No puedo predecir el futuro, lo sabes.

—Sí —repuso Yang— Lo sé, pero en algún lugar hay alguien que puede.

—Entonces, espero que lo encuentres —dijo Seung Hyun mirando fijamente la carretera—Así como me encontraste a mí.

Notas finales:

no se cuando tendre listo el cap. 1 pero voy a intentar no demorar mas de una semana :3 

XOXO!


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