Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMORIS CAUSA por Whisperyuki

[Reviews - 106]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cada célula del cuerpo de Ron protestó de dolor que, a causa del leve culetazo de su pistola con silenciador, le arrojó de nuevo al piso por su debilidad. También el poco aire que Ron había podido tomar se fue por completo, dejándole los pulmones como una masa  ardiente. Abrió su boca buscando oxígeno, pero  todo lo que logró fue toser sangre. Que contrariedad, aun así una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, estaba agradecido.

 

Gracias a Merlín por los pequeños milagros.

 

Por la mujer que no notó la pistola que guardaba bajo su túnica.

Porque a pesar del dolor pudo erguirse lo suficiente para empuñarla.

Porque  la mujer que en su completa locura no vio nada.

Y por su pulso que no falló en un momento tan crucial.

 

Podía escuchar los sollozos histéricos de Adalind que había salido del imperio y los dolorosos jadeos de Viktor. Si tan siquiera pudiera moverse un poco para poder sacarlos de aquel lugar, pero su cuerpo no respondía a ninguna de sus órdenes.

 

Unos orejas cual murciélagos entraron en su capo de visión. Ron no tuvo dificultad para saber que se trataba de Evy. Intentó hablar, solo para volver a escupir sangre.

 

Estaba tan jodido.

 

-Maldición, Ginger, sé que estas vivo. Sí puedes hacer, lo que sea que le hayas hecho a esta bruja,  puedes aguantar un poco más, carajo.

 

Ron parpadeó, tratando de enfocar a Viktor, en vano.

 

-Hey tú, llévalo a un hospital junto con ella.

 

Ron intentó protestar, pero solo salió un gorgoteo extraño de su boca. Los chillidos inconexos de Adalind llegaron a sus oídos más nítidamente ya que la tenía a hora a su lado,   Evy tomó su mano y al instante sintió como era transportado a algún lejano lugar. El frío piso de baldosas blancas fue lo primero que vio al llegar, y lo último al perder la conciencia.

 

**********************************

 

Viktor se volvió a repetir que no debía enloquecer con toda la mierda que estaba ocurriendo. Sus dientes castañearon por el frío y tembló, aunque debía reconocer que no solo era  porque estaba en shock, estaba, valga la ironía, muerto de miedo. Maldijo cuando la herida de su pierna empezó a pulsar en dolor y blasfemó en su lengua natal con cuanta grosería se le venía a la mente. Miró el cuerpo de Ileana y no pudo sentir pena por ella, mejor dicho, no pudo sentir nada.

 

El tiempo que pasó se le hizo eterno, cuando un fuerte plop sonó, retumbando en eco por las paredes del lugar. Suspiró aliviado, no se habían olvidado de él. El elfo de antes llegó trotando a su lugar, tras él venía un hombre que Viktor pudo reconocer como un auror por sus ropas. Con un último suspiro, y sabiendo que todo iba a estar bien, se dejó llevar por la oscuridad.

 

***********************************

 

Murmullos y destellos de luz llegaron a Ron como una suave marejada. Sintió sus ojos muy pesados al intentar abrirlos. Un brillo continuo le molestaba. Con dificultad abrió sus ojos, cerrándolos al instante cuando la brillante luz sobre de él le cegó. No pasó mucho tiempo para que una enfermera entrara tras un doctor, ambos empezaron a moverse alrededor de él, lanzando  hechizos y tomando notas respectivamente.

 

-Al parecer todo está en orden, aunque debe permanecer aun en observación.- El medimago le dijo a la enfermera, que asintió mientras escribía. –Amigo, es usted muy afortunado.- El doctor palmeó suavemente el hombro de Ron. Ron les miró con sus ojos vidriosos, preguntando mudamente qué más, pero ambos le ignoraron y solo le dieron unas pocas palabras, nada esclarecedor, para luego salir. En el trascurso del día fue atendido, progresando su salud con bien.

 

Al día siguiente recibió un alud de visitas. Sus familia (su madre después de darle una regañina de aquellas le abrazó entre sollozos, diciendo que no quería volver a ninguno de sus hijos en el hospital) y el personal del Departamento de Aurores tuvieron prioridad. Por parte del personal (gracias a Merlín no era Liu) se enteró que la ex novia de Viktor, que milagrosamente sobrevivió y sería deportada al continente,  sufría de personalidad múltiple y que la dominante había sido la que planeó los asesinatos para en parte vengarse de Viktor, más detalles del caso luego le serían dados. Igualmente le pidieron su versión de los hechos, a lo que Ron respondió sus cuestionamientos lo mejor que pudo. Fue todo, nada de regaños, nada de visitas de asuntos internos, nada. No sabía si sentirse aliviado o preocupado.

 

Completamente cansado, increíblemente ya que durante cinco días estuvo totalmente fuera de servicio; aun así quería dormir, pero una pregunta que rondaba en su cabeza le impedía conciliar el sueño debidamente.

 

-Toc, toc.

 

Ron le sonrió  a Elliot. Cabeceó levemente dándole permiso de entrar. Elliot lucía su natural cabello castaño, muestra de su preocupación ya que era un adicto a los tintes. Eso enterneció a Ron, ya que ni Hermione o Harry había ido a verle, aunque comprendía que ambos deberían estar desbordados de trabajo, sobre todo Harry.

 

-Idiota, me asustaste.-Elliot le reprochó mientras se sentaba en el sillón de visitas.

 

-Lo siento.- Ron no tenía más que decir. Ambos sabían de los riesgos de hacer semejante cosa. Guardaron silencio. El pelirrojo no se contuvo más.- ¿Cómo está Viktor?

 

Elliot tragó visiblemente, desviando la mirada-Bien.

 

-¿Sabes si puedo visitarlo?- No es que no le creyera a su amigo, solo que sentía la necesidad de ver a Viktor con sus propios ojos.

 

-Ron,- Elliot le tomó de la mano, rozándola suavemente con las yemas y mirándole a los ojos por fin- Viktor fue dado de alta hace tres días.

 

-¿En serio?- Eso era un gran alivio para Ron. La incomodidad de Elliot llamó la atención de Ron.- ¿Qué?

 

-El regresó a Bulgaria.- Eli bufó, molesto.

 

-Oh.- la voz de Ron sonó plana.

 

-¡Ese hijo de puta! No fue para siquiera darte una visita de cortesía. Solo le dieron de alta y huyó como una rata.- Elliot se levantó del sofá, caminando como león enjaulado en el cuarto.- Y no me mires con esos ojos, ni trates de justificarlo.

 

-Y no lo hago. Simplemente no entiendo que esperabas, Elliot.

 

-¡Oh, por favor!

 

-Es verdad.

 

-¿Me vas decir que no esperabas que mínimo te diera una respuesta?

 

-Eso quedó claro en el momento que paso eso.

 

-¿Te estás escuchando siquiera? ¿Tan poco te valoras?

 

-¡¿Y qué pretendes con esto Elliot?! - Empezó a apretar sus manos en puños por la frustración.

 

-¡Que te des cuenta!

 

-¡¿De qué?!

 

-¡De que no te merece!

 

-¡¿Y qué me hace merecerlo a él?!- Ron sintió un deja vú de la conversación.

 

-Por el amor de Merlín.  Le salvaste la vida ¿eso es poco?

 

-¿Y eso me hace especial por qué? Era mi trabajo.

 

-¡Mentiroso! Nadie arriesga así su vida por trabajo. ¡¿Sí quiera te escuchas?!

 

-¡¿Y qué?! ¡Simplemente soy uno más de los que están enamorados de Krum, ¿qué no ves?!

 

Lo último salió en un chillido agudo, nada propio. Ron sintió vergüenza, no por el grito, sino porque en el marco de la puerta no solo estaban el medimago y la enfermera, que fueron atraídos por los gritos, también Harry que llegaba a visitarlo.

 

Mierda.

 

-Señor, le tengo que pedir que por el momento se retire, está alterando al paciente.- La enfermera sacó a Elliot, que antes de partir le fulminó con su mejor mirada de “esto aún no termina, amigo.”

 

Nadie dijo nada en el tiempo que le revisaron que todo estuviera en orden, y el silencio se volvió abrumador cuando en la habitación solo se quedaron Harry y él.

 

Harry se rascó la nuca, de pie cerca de la cama- No sé qué decir.

 

-Por favor, no digas nada.- suplicó Ron.

 

Silencio.

 

-¿Por qué no me lo dijiste?

 

-¿Me hubieras creído?

 

-Sinceramente, no.

 

-Allí tienes tu respuesta.- Ron suspiró. -Además, no te quería fallar.- Rio sin humor.- Creo que no sirvió de mucho.

 

-Oh, no estaría tan seguro de eso. Atrapaste una asesina serial internacional. Y a  pesar que no fue un método muy, ejem, ortodoxo, los Ministerios están encantados con el resultado. Tanto así que el Ministro le pidió a Asuntos Internos que se hicieran, por única vez, de la vista gorda.

 

-Con que me digas que Nadeem se está retorciendo del coraje me conformo.

 

-Que de eso no te quepa la menor duda.-sonrió Harry.

 

Ambos rieron, despejando un poco el humor sombrío del lugar.

 

La enfermera se asomó por la puerta -Señor, la hora de visita se ha terminado. Retírese, por favor.

 

Harry asintió.- Nos vemos, hermano.- se despidió al vuelo.

 

- Sí, hermano.- Cuando el eco de los pasos de Harry se hicieron tan débiles como para oírlos, Ron cerró sus ojos, dispuesto a descansar. También para evitar que las lágrimas que tenía atoradas salieran.

 

*************************************************

 

Los días pasaron en un lento correr. Estos trascurrían entre visitas del personal médico, las visitas del personal del ministerio, uno que otro reportero que lograba colarse tratando de lograr una entrevista y de algunos de sus amigos, entre estos últimos se incluía a Peter (no se podía planear un rescate sin terminar con un lazo con esa persona). Gracias a él se enteró de partes que los aurores no le habían querido decir. Como que Ileana había desarrollado doble personalidad por los abusos de su padrastro. Qué había podido mantener a raya a su alter ego, pero que la muerte de la madre de Ileana había “revivido” su otra personalidad, y que está puso de cabeza la vida de la mujer provocando la ruptura con Viktor, lo que provocó la ira de Emiliya (hasta entonces se enteró del nombre del alter ego). En venganza por “dañar” a Ileana, esta planeó matar a Viktor, algo que ya había hecho con el padrastro; las muertes de los otros fueron solo para cubrir sus huellas. Fue una horrible coincidencia del destino que conociera Adalind, con  quien sostuvo una pequeña amistad con Emiliya. Emiliya  vio una oportunidad perfecta ante la frágil situación de Adalind, que había terminado con su novio,  para salir indemne de sus fechorías y obtener como bonus riqueza manipulando a la chica, ya que aprovechándose de su amistad con ella embrujó al padre de los gemelos con potentes pociones de amor y venenos. Con horror para Adalind, Emiliya le contó lo que hacía a su padre y la amenazó que si no hacía lo que ella le pedía terminaría enloqueciendo y matando a su padre. Adalind terminó cediendo por temor, por eso Adalind había atacado a Viktor, pues fueron órdenes de Emiliya. También por eso se presentó ese día en la bodega, Emiliya estaba planeando culparla de los crímenes y matarla para que no hablara.

 

Era demasiado, digno de una película muggle y hacia que le doliera la cabeza.

 

El día de su alta fue vergonzoso, no solo el personal a cargo de él  se despidieron entre aplausos (muchos dijeron que no creían que saliera por su propio pie por lo delicado de su estado), también sus seres queridos estaban esperándole en su departamento, dándole una pequeña fiesta sorpresa de bienvenida. Fue todo cálido y reconfortante ver a su familia y amigos reunidos por él, aunque de Elliot ni sus luces. Todo parecía normal, como sí todo fuera simple, como si no hubiera pasado nada.

 

Y la vida siguió su rumbo.

 

********************************************

 

Ya habían pasado varias semanas. Ron estaba mejor de salud, así que pudo salir, oh milagro, junto con Harry en uno de esos rarísimos días libres del pelinegro. Era mitad de semana y temporada de exámenes, así que los locales estaban muy por debajo de su habitual clientela, pero aun no podía decidirse a donde entrar. En el camino se encontraron a Elliot. -Hola.- Ron saludó al castaño.

 

-Hey, hola.- El tímido saludo de Elliot, le caló a Ron, su amigo no era así.-Veo que te sientes mejor.

 

-Sí, sí. Decidimos pasear un poco,  para ver qué comer.

 

-Igual yo. Tú sabes que no puedo vivir sin la comida hindú de Pradesh.

 

Un pequeño grupo de parroquianos se arremolino cerca, su atención en ellos. Harry empezó a incomodarse. En lo profesional podía manejar la atención, pero en lo personal seguía siendo el chico que prefería pasar tras bastidores.

 

-¿Sabes? Podríamos pedir algo para llevar e ir a mi terraza, ya sabes, para más tranquilidad.- Sugirió Elliot, luciendo un poco ansioso.

 

A Ron le parecía fantástico, pero debía tomar la opinión de Harry, así que le miró preguntándole con la mirada su opinión.  Harry sonrió y asintió. –Es una excelente idea, Elliot.

 

Una enorme sonrisa iluminó a su amigo. – Bien ¡andando!

 

La terraza de la diminuta casa de Elliot  tenía  unas cómodas tumbonas, una mesa y una parrilla. Macetas llenas de coloridas flores y fragantes hierbas bordeaban el lugar, tenía una hermosa vista de la ciudad y el cielo, que esa noche un tanto nubosa permitía ver la luna rojiza y una que otra estrella,  era perfecto. Se instalaron y comieron bajo la luz de las pocas estrellas su comida, bebiendo cerveza de mantequilla, bromeando y charlando cosas sin sentido. Todo era tan apacible. En determinado momento las bromas se terminaron y se dedicaron a ver el cielo levemente estrellado que el clima les había regalado.

 

-Pensé que ya no ibas a hablarme.-soltó Elliot- Ya sabes, por aquella vez

 

Claramente era el incidente del hospital.- En absoluto.- Ron habló con sinceridad.- Simplemente estabas molestó por mí.

 

-Hay algo que no entiendo Ron ¿Por qué te enamoraste de Krum? Harry aprovechó que el tema había salido por sí solo.

 

Ron se encogió de hombros, mientras bailaba la botella de cerveza de mantequilla en entre sus dedos-Porque Viktor era todo lo que yo no era.-Respondió con sinceridad Ron. Esa fue la primera razón, no iba a engañar a Harry con historias falsas y edulcoradas. ¿Qué sonaba muy banal? Sí, pero era la verdad.

 

-Aún recuerdo cuando querías golpearlo por salir con Hermione.- Aportó Harry.

 

-Ni me lo recuerdes hermano. Eran celos sin entender. Como cuando caí en cuenta al querer arrancarle la cabeza a la amiga de Fleur.- río al recordar ese bochornoso momento, para ponerse serio otra vez. Le dio un gran trago a su cerveza, haciendo tiempo para ordenar sus ideas.

 

-¿Aun lo amas? Preguntó Elliot desde su tumbona.

 

-Sí.

 

-¿Qué harás ahora Ron?- preguntó Harry. El pelinegro había encajado las piezas y le supo mal que su amigo no le dijera nada de su amor por Krum, pero le perdonó, después de todo, como había dicho Ron al principio ¿le habría creído?

 

Ron agitó levemente la botella en su mano, meditando. -¿La verdad? No tengo idea, solo sé que no puedo seguir igual. 

 

Paciencia. Ron se repitió su nuevo mantra, quince años de amor no se iban a borrar de un plomazo. Mientras tanto, disfrutaría de la velada con sus amigos.

Notas finales:

 

 

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).