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AMORIS CAUSA por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

Ya perdí la cuenta de las veces que he intentado subir el cap, espero sea la última

La autocompasión era un mal hábito que Ron había luchado por exterminar. Pero hoy estaba tan hundido en la miseria que se había olvidado por completo de contenerse. ¿Pero acaso no tenía razón para sentirse así? Había sido usado como una vil muñeca inflable, carajo.  Claro que Viktor no había tenido la culpa, es más Viktor  era una víctima ya que estaba dopado hasta las manitas; aunque el conocimiento de ese dato era peor para la conciencia de Ron.  No entendía por qué se había dejado llevar. Ron sabía que Viktor no estaba en condiciones, él mismo iba a ir a buscar al medimago ya que el búlgaro se había sentido mal. ¿Y  qué había hecho Ron? Había respondido a los avances de un hombre dragado ¡Y lo había disfrutado! ¿Qué clase de persona hacía eso?

Intentó por todos los medios concentrarse en su trabajo, ahora de oficina, ya que había huido tan pronto limpió a Viktor y le dejó con el guardia en turno. Pero por más que intentaba su mente no se centraba en la investigación. Peor, estaba estancada y requería todo su esfuerzo para poder atrapar al asesino serial. El colmo fue cuando se pinchó el dedo al momento de colgar una foto en el mural de investigación. Suficiente, necesitaba un respiro. Iría a su casa a darse una rápida ducha, y, y…

-¿Cómo vas?

Ron gimió. Lo último que le faltaba para coronar su desastroso día laboral  era la aparición de Harry. Sin tener nada que decirle simplemente se encogió de hombros y negó con la cabeza.

Harry chasqueó la lengua, crispando los nervios de Ron.

-¿Tiene algo que decirme, Jefe?-El uso del título honorario de Harry era clara muestra de su mal humor.

Harry abrió mucho los ojos por el arrebato de Ron. Generalmente el pelirrojo soportaba muy bien la presión del trabajo.-Sé que este caso te está afectando demasiado Ron…

-No tienes idea de cuánto.- Pensó Ron.- Es solo qué nada ha salido como lo planeamos.

-Así es la vida.

-La vida de Viktor- dijo con cierta amargura Ron- Tiene un sequito de psicópatas atrás suyo.

-Sé que tu turno terminó. Pero quiero que me acompañes a informar a Viktor de lo sucedido; después de todo tú estabas allí y eres quien mejor podrías responder a sus dudas.-Harry pidió-ordenó.

Ron se quería jalar de los pelos ¿Cómo se le ocurría a Harry?-Aún está bajo los efectos del antídoto.-Trató de zafarse Ron.

-No más, me acaban de informar que despertó.

Al mal tiempo darle prisa, no tenía caso aplazar su confrontación con el dueño de sus desvelos.

 

Ambos llegaron a la casa, siendo recibidos por uno de los guardias que le dio la parte del momento.

-¿Cómo está Krum? –preguntó Harry.

-Al parecer bien señor.  El medimago terminó de revisarlo y se encuentra en la sala. Ahora mismo está hablando con su Representante.

Harry arqueó su ceja-Expresamente pedí que nadie lo viera antes que yo.

-E-el señor Asimov insistió en verlo ya que…

Harry cortó la perorata alzando la mano. Con más fuerza de la necesaria pisó, alejándose y yendo a donde  Viktor. Ron lo siguió a la zaga.

-¡DE NINGUNA JODIDA MANERA!- La voz de Viktor se alzó, retumbando por el pasillo para ser seguida de un zumbido que erizó su piel, al que Ron pudo reconocer como la magia fuera de control de Viktor.

Varita en mano  ambos irrumpieron en la sala, de donde venía el grito,  para encontrar a los búlgaros enfrascados en una discusión, sosteniendo cada uno su varita. Ambos parecían estar bien, solo algo magullados. El lugar  parecía zona de guerra, con el mobiliario hecho trizas y fuera de su lugar a causa de la explosión de magia de Viktor.

-¡NO ES QUE QUIERAS, DEBES DE HACERLO!- Gritó con voz aguda Asimov, agazapado en el rincón usando  de escudo uno de los sillones, enfrascado en una lucha de miradas con Viktor.

Como Viktor los notó, ni idea. Volteó y les vio fijo. Parecía un toro embravecido a punto de atacarlos. Un bajo gruñido subió por su garganta, Antes de que dijera, o hiciera, algo más  Ron le lanzó un Desmaius. El pelirrojo  pudo atajar el  cuerpo del búlgaro antes de que cayera  y golpeara en el piso.

Ron  pasó por un lado de Harry, que discutía acaloradamente con Asimov, llevando el cuerpo levitante del búlgaro  a su habitación. Antes de cerrar la puerta pudo escuchar un gran los gritos de Asimov (“Usted tiene que apoyarme”), negó con la cabeza, ya se enteraría después de que iba todo el drama.  Puso a l búlgaro en la cama con cuidado, sentándose mientras acomodaba la almohada bajo la cabeza de Viktor, regalándose para sí una caricia en la barbuda mejilla de Viktor, amando el áspero tacto en su mano. En la noche (sabía que debía olvidarla) sentir a Viktor raspar su piel había sido ambrosía.  La puerta se abrió, Ron rápidamente retiró su mano, no se levantó ya que eso sí se hubiera visto sospechoso. -¿Qué paso allí?

Harry bufó- Ese hombre pretende que sea su alfombra.

Ron asintió,  sin enterarse muy bien porque. Suspiró. Se levantó de la cama y musitó-Enervante.- Soló bajó la varita, listo para mandarle otro hechizo al búlgaro si fuera necesario.

Viktor despertó, mirándolos con ojos acuosos. No gritó, ni amagó en hacer un escándalo, asustando a Ron. Parecía…miserable.

-Acepto que me merecía eso- dijo Viktor, frotando su cara con la palma completa de su mano.

Eso dejó a ambos aurores perplejos, sobre a todo Ron.

-Viktor,-habló Harry- Necesitó que hagas tu declaración.

-¿Para qué? De todos modos ustedes ya decidieron todo.

Eso los confundió. -No entiendo.- Se le escapó a Ron.

Viktor lo fulminó con la mirada. Ese era el Viktor que Ron conocía.

-Ya que ustedes decidieron que no podían proceder de manera penal contra esa, no veo porque deba de declarar. Pero ni crean que no intentare demandarla por la vía civil.

Harry y Ron se miraron, Ron con más confusión y Harry con un evidente dolor de cabeza.-Mira Viktor,-le habló al búlgaro, acercándose  a la cama- no sé que te haya dicho tu representante, pero no está en nuestras manos decidir el futuro de esa chica hasta que se hayan desahogado todas las pruebas. Como entenderás, para eso necesitamos tu declaración.

Ahora el confundido era Viktor- Pero…Yvaylo me dijo que…

-Krum, nosotros aplicamos justicia, no la acomodamos a como mejor nos convenga.- Habló Ron- Ahora, necesitamos que declares. Todas las dudas que tengas puedes preguntarme a mí. No te mentiré, pero si hay algún dato que no pueda decirte te lo mencionare.

Viktor se le quedó viendo un largo rato a Ron, haciéndolo sentir incómodo. ¿Acaso estaría recordando lo de la noche anterior? El pelirrojo empezó a sentirse más  y más  nervioso cuando esa mirada no se separaba de él.

-De acuerdo.

Alivio y decepción corrieron por el cuerpo del pelirrojo. Al parecer, no recordaba nada de su, ejem, asunto.  Apareció una silla, se sentó a un lado de Viktor, sacó la libreta y una pluma mágica y empezó a escribir el relato de Viktor.

-Es todo lo que recuerdo.- Terminó el búlgaro.

Ron asintió. Vio su libreta y todo lo escrito, verificando que no faltara nada.

-Ginger…-

Ron alzó los ojos, dándose cuenta que el sobrenombre que generalmente desdeñaba era bien recibido si venía de parte de Viktor. – Dime.

-¿Tú fuiste quien me trajo aquí?

Ron tragó duro- No realmente.

-Entonces ¿Por qué te recuerdo a ti? Es decir, tus brazos.- Viktor frunció el ceño, como si el esfuerzo del gesto fuera suficiente para recordar.

Ron boqueó cual pez fuera del agua-¿Qué más recuerdas?

-No mucho realmente. Después de que todo se volvió negro solo eso.

-Eh, pues, veras, yo llegue antes de que pasara a mayores y  verifique que estuvieras bien.

Viktor asintió, sopesando las palabras-Entonces jugaste a ser el caballero de brillante armadura.

En serio Viktor lo desconcertaba ¿Qué diablos con el jodido comentario? De repente, Ron fue consiente que sus hombros estaban todos tensos por culpa de las frases sin sentido y estar con la guardia arriba dilucidando cada palabra que salía de la boca del búlgaro.

-Gracias.

-Uh,  de nada.-Titubeó. - Me voy, no dudes en llamar a alguno de los guardias si necesitas algo.-Ron se levantó, guardó sus enseres y acomodó su capa.

-Hasta mañana.-Viktor se despidió, girando en la cama, dándole la espalda, dando por concluido todo.

El pelirrojo le dio un largo vistazo a Viktor.  Giró y fue a la puerta, tomando el pomo de la puerta musitó -Hasta mañana.-, cerrando la puerta en un suave clic, dejando que el hombre se tranquilizara.

***********************************

Viktor, encontrarse sumergido en un gran silencio, volteó su rostro, mirando la puerta perfectamente sellada después de que Ginger saliera.

Hasta mañana.

¿Por qué esas simples palabras le daban tanto consuelo?

El medimago le había dicho que descansara, pero sinceramente no sentía sueño. Se sentía como una mierda, sí, pero sus sentidos estaban en alerta provocándole a quedarse despierto. Los azules ojos de Ginger vinieron a su mente, y el vago recuerdo de unos brazos rodeándole le sobresalto, poniéndolo a pensar más a profundidad.  Tal vez, la fiera determinación que vio en esos ojos eran los causantes de su repentina simpatía por el pelirrojo, eso y saber que a pesar de que Viktor se había comportado como un verdadero patán no había impedido que Ginger se comportara cabalmente y lo rescatara de una situación extrema. También era que el pelirrojo no lo trataba como una super estrella. Cierto que era su trabajo cuidarlo, pero no dudaba en plantarle cara, inclusive hechizarle si lo ameritaba la ocasión.

Quizás, solo quizás, podía verdaderamente confiar en Ginger. Un poco, solo para variar.

El búlgaro se arrellenó  en la cama, incomodo a más no poder. Mejor debía levantarse de la cama e ir a buscar a su representante. Debía poner unos puntos sobre las íes con el hombre, no importaba lo mucho que lo estimara debía recordar cuál era su lugar.

****************************************

Ron estaba sentado en la oficina de Harry, bebiendo la más cargada taza de café que pudo conseguir, viendo de ida al pelinegro que lucía tan cansado como él.

La cereza del pastel para lo que “cariñosamente” llamaba “el Huracán Krum” fue un howler enviado por el dueño de la casa donde se estaba hospedando el búlgaro, quien alertado por su elfo doméstico acerca de los destrozos provocados por este en la casa, hizo extensa su inconformidad con el Jefe de Aurores pidiendo que salieran de su propiedad. Cabe señalar que el hombre no estaba enterado quien estaba albergado en su casa, tal vez esto lo hubiera aplacado un poco, y el señor estaba en todo su derecho de pedir que abandonaran su casa; más Harry, en un hábil movimiento había apaciguado las aguas y logró que el dueño se calmara permitiéndoles continuar en la residencia, sin afectar la operación.

-¿En qué piensas?-preguntó Harry desde su silla.

-En todo y en nada.-respondió Ron. Había tantas ideas en su cabeza, pero después de sesenta horas despierto su raciocinio no funcionaba del todo bien.

El pelinegro cruzó sus piernas sobre el escritorio, echando atrás su cabeza, viendo aburrido el techo blanco -¿También lo notaste?

-¿Qué Asimov le miente descaradamente a Krum? Sí, lo noté.-Y esa era  la principal molestia que Ron tenía. Solo que no lograba hilvanar bien el asunto.

-Me sorprende hasta donde el hombre puede llegar por un contrato.-remató Harry.

Y eso era lo que más incomodaba a Ron ¿el dichoso contrato con Burne era tan importante? Era un patrocinio, pero no era como si Viktor lo necesitara; inclusive había más marcas y mucho más prestigiosas que solicitaban los servicios de representación de Viktor ¿qué había allí?-Necesito que el expediente de Asimov.

Harry le miró.-Esta bien.

-Y creo que no es necesario que pido que investiguen a Bourne y sus hijos.

-No lo es.

-Bien.- se levantó de la silla, desapareciendo la taza de café a medio beber.- Necesito ir solo un momento a casa a descansar. Sabes que no me gusta beber pociones para estar despierto, afectan los sentidos.

Harry asintió, despidiéndolo con un movimiento de mano.

Ron salió del Ministerio de Magia después de quitarse toda insignia que lo distinguiera como auror y se dirigió a su pub favorito, se le antojaba primero comer. Como era de esperar, el lugar estaba casi vacío ya que había pasado la hora del almuerzo. Tomó lugar en la barra  y espero a que lo atendieran.

-¡Roniiie!

Ron se encogió ante semejante chillido emocionado que le saludaba. Y así como el chillido vino se encontró apresado entre la barra y el abrazo de su amigo.-Hola Elliot.

-¡Mal amigo!-Elliot lo soltó, enfurruñándose en un puchero que muchos considerarían adorable.-Ni una llamada desde la última vez que te vi ¿te enojaste por el beso que te di? ¡Juró solemnemente que mis intenciones eran buenas! Tenía que alejar esa arpía de McLauren de ti, mira que todos los días viene y trata de ligar con quien se deje ¡Tengo que proteger tú castidad!-termino la frase en una pose digna de un super héroe.

Ron viseó a ambos lados de la barra, gracias a Merlín nadie escucho la perorata de Elliot (Eli para los amigos).-Agradezco el gesto Elliot, pero no era necesario.

El castaño (que llevaba el cabello pintado de lila) lo vio con sus grandes ojos azules, le recordaban los de Luna.- ¿Qué le sucede a usted señor Weasley?

Señor Wasley. Ron rio por el término. Solo Elliot le llamaba así cuando quería sacarle el más jugoso de los chismes. Era bastante increíble el cómo habían terminado siendo amigos y un tanto vergonzoso también. Había sido en una de sus incursiones en busca de su identidad sexual. Después de un vergonzoso papel tratando de ser el “de arriba”, el chico había sido lo bastante sensato para no juzgarlo y retirarse. En la siguiente vez que llegó al pub, lo vio trabajando allí y este le había saludado con tal naturalidad, que fueron hablando y poco a poco se fue abriendo con él.  Así Elliot era el único que sabía acerca de su enamoramiento por Krum.   

-¿Tiene que ver con Krum?

Ron dejó ver su sorpresa, pero rápidamente la enmascaró.

¡Ajá! Lo sabía- Ahora, cuenta.

Viéndose atrapado Ron, y después de hacerle jurar bajo hechizo que no diría nada, empezó a hablar. Bueno, en honor a la verdad, necesitaba desahogarse.  El relato terminó con Ron viendo el vaso de jugo que Elliot le había alcanzado.

-Ronnie, cariño, cuando la cagas, lo haces a lo grande.

-¡Hey!

-Ron,-el semblante de Elliot cambió-te he dicho un millón de veces que dejes ese amor  tuyo por Krum.

Ronald guardó silencio.

- Es completamente unilateral.-Elliot extendió la mano, dándole unas palmaditas- Sé que suena cruel, pero necesitas avanzar.  Tal vez, podrías aprovechar y confesártele para que te rechace apropiadamente, así te darías por vencido.

-¡Eso provocaría conflicto de intereses! –medio protestó Ron.

-No me vengas con eso a estas alturas del partido Ron.- Le sermoneó Elliot, con las manos en la cintura, parecía a su madre en esa pose.- No digo que ahora. Cuando termine todo el trabajo puedes hacerlo, corazón.

Otro embarazoso silencio cayó entre ambos.

-Lo pensaré.

 

 

Notas finales:

Gracias, ya saben, todo tipo de comentatios en review.

Besos


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