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AMORIS CAUSA por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

Holis gente.

 

Disculpen la tardanza, me fui de vacaciones el mes pasado, jeje. Por recomendaciones de mi doc debía desconectarme completamente de todo. 

El cap explica un poquito que esta pasando en el caso, espero les guste.

 

 

El griterío imperaba en el ambiente. Un grito especialmente agudo hizo que los oídos  de Viktor chillaran por daño. Esperaba que no fuera permanente.

Los grandes y brillantes ojos que le miraban atentos parecían de lechuza viéndolo desde las alturas por las ventanas frontales del edificio, decenas de miradas. Gracias a Merlín eran niños porque ser atacado por lechuzas era bastante aterrador, al igual que por niños,  así que estaba confundido de que era mejor o peor para su  seguridad.

El día había sido especialmente marcado por Yvaylo (seguro que en protesta por haberlo puesto en su lugar) para visitar un orfanato de víctimas de la Guerra. Así que Viktor, quien a pesar de tratar con  niños (quienes conformaban  el grueso de su fanaticada),  nunca se sentía del todo cómodo con ellos. Así que se preparó psicológicamente para enfrentar preguntas incómodas, manitas pegajosas y berridos venidos de solo Merlín sabe dónde.

-¿Todo bien?- Yvalo preguntó.

Viktor apenas fue consiente que estaba plantado en la entrada sin atreverse a entrar. Asintió rígido, dudoso de pasar.

Su representante le empujó con un golpecito en la espalda. Se escucharon carreras alocadas y grititos de alegría y después   fue recibido por un alud de aplausos y vivas. Unos  cincuenta niños de edades variadas  (los mayores parecían tener quince o dieciséis años) apiñonados en el lobby le dieron la bienvenida.

-¡Bienvenido señor Krum!- la bruja de cabello negro  corto y alborotado de mediana edad, que fungía como directora del lugar, le estrecho la mano.  Viktor recordaba vagamente que su apellido era Smith.- Es un honor tenerlo en nuestro humilde centro. Adelante, adelante.

Viktor cabeceó en respuesta, cohibido.

Le dieron un paseo por  la casa  grande,  espaciosa e iluminada, con un lindo jardín lleno de árboles frutales  que daban una deliciosa sombra. El aroma de los limoneros se mezclaba con el de la lavando que impregnaba la casa. Viktor pensó que el lugar distaba de ser humilde, pero tampoco era ostentoso.  Terminaron en el comedor, allí habían preparado  un montón de sillas y cojines, precedidos por la mesa del personal, donde al centro había una mullida silla.  El puesto de honor solo para él. Viktor tragó duro. Era peor que una rueda de prensa. Tieso cual petrificado caminó a su puesto y se sentó, esperando.

Los ayudantes repartieron a los niños, sentando los más pequeños al frente y se apostaron al fondo del comedor, atentos al igual que los niños que lo miraban con embeleso.

Ahora ¿Qué hacía?

Tic,toc,tic,toc.

-Niños, les presento a Viktor Krum.

Gracias a Merlín por la oportuna participación de la Directora.

Los niños aplaudieron.

-Como saben, el señor Krum es un jugador de Quidditch, para ser más exactos es Buscador.  Ha jugado para la selección de Bulgaria y actualmente es jugador de los Cuervos de Vrasta. Él nos explicara cómo es que llegó a ser tan buen jugador.

Un montón de brazos se extendieron expectantes  como si fueran  flechas, buscando ser el primero en preguntar.

-Tu primero.- le dio el turno a uno de los más pequeños –Hum, ¿Cuál es tu nombre?

El pequeño  niño  castaño se levantó  impulsado como un resorte. Sus puñitos  descansando a sus costados. -Eh, e-este, soy Timy, señor Krum.- Toda la valentía que tuvo al pararse de su cojín se extinguió al momento de hablar con Viktor.

-No es cierto, te llamas Timothy.- Replicó una niñita rubia de lentes, con toda su sabihonda inocencia.

-Blair, que te he dicho de interrumpir cuando otros están hablando.-Corrigió un hombre castaño de veintitantos años.

-Lo siento señor Dennis.

-Dime Timy.- Viktor supo que hizo lo correcto al llamar al niño así cuando su pechito se llenó de orgullo.

-¿Es verdad que para ser buscador hay que comerse todas las verduras?

Dios, había caído en la dimensión desconocida. Del montón de cosas que podía haberle preguntado ¿esa era su mayo duda? Esa era una pregunta para su madreo su padre. Una punzada en su corazón le recordó que los niños no estaban allí precisamente por gusto. Suspiró-Sí, debes de comerte todas tus verduras.

-¿También las zanahorias?- El niño preguntó ávido.

-¿Uh?

-El señor Dennis  dice que si comes tus zanahorias vas a poder ver en la oscuridad y muuuuuy lejos, así como los conejitos.

En su vida había escuchado algo semejante. -¿En serio?- Viktor le preguntó al hombre, que estaba completamente abochornado.   Todas las miradas viraron al pobre Dennis, que asintió mientras veía con suplica a Viktor para que no dijera nada más. Viktor suspiró-Sí, Timy, también las zanahorias.

El niño frunció el entrecejo en duda, no creyendo que esas verduras también fueran necesarias. Enfurruñado, se sentó en su cojín con los brazos cruzados y con un mohín de disgusto en la boca. Si su héroe decía que tenía que comer zanahorias también (yuck) así lo haría.

La inocente reacción del niño le arrancó una carcajada a Viktor. Bien, roto el hielo, era hora de empezar.-Bueno, niños ¿Quién quiere saber cómo atrape mi primera snitch?

***********************************

Estaba sumergido en el infierno de la frustración. Su caso estaba estancado en la más profunda mierda.

El pelirrojo  descartó por completo la teoría de un grupo nuevo de seguidores de Grindewald. Llegó a la conclusión  ya que después de ahondarse en los mares de la historia (a estas alturas de su vida hizo lo que nunca en la clase de Historia) este nunca tuvo una fuerte presencia en los Balcanes. La gente que murió en sus manos a pesar de ser opositores en sí no eran reales contrincantes que representaran un gran problema para su ascenso al poder; aparte que fue detenido antes de dejar una huella más profunda en la zona. El abuelo de Viktor simplemente se había cruzado en un mal momento en el camino del mago tenebroso. Tampoco podía tratarse de un emulador del tipo, ya que llevaba al punto de partida.

Ron cepilló su cabello con la mano. Había buscado por un lado, por el otro y nada que encontraba alguna pista racional.  Había aumentado su estrés recibir los expedientes de Asimov y el ricachón ese y sus hijos y no encontrar nada más que multas por apariciones ilegales y manejo de sustancias peligrosas. Solo la chica tenía una restricción para acercarse a un ex novio; digamos que no se tomó muy bien la ruptura.

Un memo llegó volando para detenerse en su escritorio.  Reconoció el  color como proveniente del departamento de Cooperación Mágica. Desenvolvió la carta solo para incinerarla muerto de rabia. De nuevo otra negativa del departamento de Aurores de Hungría y de Suiza para compartir sus más recientes descubrimientos en los casos. ¿Cómo era posible que antepusieran su orgullo al bienestar de las personas? Aunque pensándolo bien, eso era de lo más normal. Él mismo había estado renuente a compartir su investigación,  cuando lo hizo lo tacharon de loco y desestimaron su trabajo. La razón, había usado un método muggle de investigación.

Así de soberbios eran los magos.

 Lo había hecho solo como escape al aletargamiento de horas de dar vueltas como perro persiguiendo su cola, y después de recordar un capítulo de una de esas series de criminales  de la televisión (sí, tenía una gracias a su padre).  Había tomado las fotos de los casos y comparó  los patrones y halló que eran diferentes, obvio, pero se repetían. Maniáticamente reviso todo el expediente, aplicando  sus escasos conocimientos muggles  sobre perfiles criminales y se  sorprendió enormemente al encontrar algo que la magia no había podido revelar.

Solo dos personas habían perpetuado los asesinatos.

Para empezar, aunque ambos se limitaban en uso de la magia uno parecía más inexperto que el otro ya que dejaba rastros más notorios de ella. Uno era visiblemente organizado; la hora en que las personas murieron era exactamente la misma que su antecesor. En el otro, el margen de la muerte variaba de entre algunos minutos a horas. Uno aplicaba violencia sobre las víctimas solo para someterlas. El otro tenía explosiones de ira que se traducían a ataques virulentos sobre la víctima. Más y más cosas como estas salieron cuando se metió en ello. Pero todos sus esfuerzos no valían nada si no avanzaba y para ello necesitaba más información. Información que no le era proporcionada porque lo consideraban poco apto para llevar una investigación de magos.

Como si él solo se dedicara a jugar al detective.

Miró al calendario que tenía clavado en la pared y vio con disgusto que faltaba menos para “El Día”. Sus opciones se estaban limitando alarmantemente.

Debía jugar sucio.

Tomó las fotos del expediente, así como las hojas con sus anotaciones. Fue a su casillero en donde se cambió su ropa de auror por ropa muggle. Estaba a punto de salir cuando fue interceptado por una persona bastante inesperada, Peter Burne lo abordó- ¿Podemos hablar, señor?

Ron asintió mudamente. Le mostró el camino a su oficina. Esperaba no tardarse. Debía salir a Londres muggle.

Tenía mucho que hacer.

*************************************

Viktor se encontraba descansando bajo la sombra de uno de los limoneros del jardín, ya que era la hora de la siesta para los niños. Había sido extenuante tratar con ellos, pero muy divertido ¿hace cuánto que no la pasaba tan bien? 

Había excedido a quedarse para la comida y jugar un partido para cuando los niños despertaran, a pesar de las protestas de Yvaylo. A honor a la verdad, también quería posponer lo más que pudiera el enfrentamiento que se daría con su representante por el tema de Adalind Burne.

No entendía para nada esa obsesión de Yvaylo por firmar con la marca de Bourne. Igual a últimas fechas había notado que el hombre había cambiado, imperceptiblemente, pero lo había hecho. Hizo una mueca al recordar a sus otros representantes. Todos al principio eran encantadores, con el tiempo sacaban las garras. Tal vez era tiempo de dividir sus caminos.

Una bonita auror se le acercó. Le sonrió desde la distancia y Viktor le regresó la sonrisa. Al parecer, ya tenía su próxima almohada para las frías noches inglesas.

**************************************

Ronald se apareció a unas calles del orfanato. Se acomodó la chaqueta de piel y palmeó sus notas del caso, confirmando que estaban seguros. No estaba muy orgulloso de cómo había verificado su información, pero bueno, lo que importaba era que había obtenido resultados. Amén que había minimizado los daños colaterales hasta hacerlos casi nulos. Y la charla con el chico Bourne había sido de lo más interesante.

Aunque debía avisarle a Harry por si le llegaba una citación  del departamento de la Oficina de Uso Incorrecto de la Magia.

Naa, detalles.

Llegó al portón de la casa y se identificó debidamente. Iba a buscar a Asimov, debía hablar con él. Una corazonada insistente le urgía a que hablara con el representante, pero el hombre  era tan escurridizo que hacía que se levantaran sus sospechas aún más.

Como esperaba, el hombre se había ido a solo Merlín sabía dónde. Así que cambio de estrategia, hablaría con Krum acerca del hombre.

No es que tuviera la urgencia de ver al moreno.

Ahora ¿Dónde estaría? El lugar estaba en silencio y vacío y no tenía como comunicarse con sus hombres  ya que se suponía que él no debería estar allí. Un joven dio la vuelta por una de las esquinas  y camino  por el pasillo llevando  sujeto de la mano a un niño que bostezaba ruidosamente y frotaba sus ojitos con sueño.

-En serio Timmy, sé que es mucha la emoción pero debes de dormir la siesta.

-¡Pero no tengo sueño!

-Sí, sí. Ahora no te puedo llevar con los demás porque con tu escándalo los vas a despertar. En serio ¿Qué hare contigo?

Ron vio la interacción de ambos curioso. El joven le recordaba alguien. -¿Dennis Creevey?

Los dos que venían al fin se dieron cuenta del pelirrojo- ¿Ronald Weasley?

Ron cabeceó, saludando al hombre que conocía de la escuela. Dennis no se detuvo y lo estrechó en un fuerte abrazo de oso, Ron se sintió incómodo.  Aunque se conocían, no llevaban una amistad tan cercana para semejante demostración de afecto.

-¿Qué haces aquí? Lo último que supe es que trabajabas en el Departamento de Aurores.- pregunto Dennis, provocando que el niño espabilara completamente, curioso.

-Asuntos del trabajo. –Aclaró Ron.-  Buscó a Krum ¿sabes dónde está?

-¡Yo sé! ¡Yo sé!- se apresuró a contestar el niño- ¡Está en el jardín!

-¡Timy!

Ron sonrió.- ¿Me enseñas dónde?

-¡Sí!

El grupo de tres empezó a caminar al jardín, siguiendo al niño que se pavoneaba con un gran líder.

-No sabía que trabajaras aquí.- Empezó Ron una breve plática.

-Sí, después de Hogwarts me especialice en Cuidado Infantil. Hice mis prácticas aquí y me quede después, ya que la Directora me ofreció un puesto.

-¿De dónde conoce al señor Dennis, señor Ronald?- interrumpió el niño, caminando de espaldas para ver a los hombres.

-¿Qué te he dicho de interrumpir a los mayores, Timy?

-No importa.-Trató de calmar Ron.

-Sí importa.- Dennis respondió a Ron, luego se centró en el niño.-  Este niño debe de recordar su educación para con los adultos.

-Lo siento señor Dennis. No volverá a pasar- Se disculpó.- ¿Ahora me puede responder el señor Ronald?

Ron cubrió su risa con una tosecilla. Dudaba que esto dejara de pasar, al parecer la criatura hacía mucho eso.- Lo conocí en Hogwarts. Éramos compañeros de casa y del ED.- contestó Ron con sinceridad.

Los ojos del niño se abrieron grandes -¿Qué es el ED?

Ouch, al parecer no debió decir eso por la cara que puso Dennis. Esté se adelantó un poco.

-Sabes Timy, el señor Ronald es amigo de Harry Potter. El mismo participo en la batalla de Hogwarts y ahora es auror.- Intervino Dennis. Al parecer era tabú para el joven mencionar al Ejército de Dumbledore.

-¡WOW!- El niño empezó a brincar. Haciendo que los nervios de Ron se crisparan ¿Cómo rayos hacía para caminar adelante sin ver por dónde iba? Le provocaba calosfríos a Ron de solo pensar que un mal paso que diera se rompería la cabeza. -¿En serio?

Ron asintió.

-Estoy seguro que el señor Ronald querrá venir a platicarnos su historia.

-¡Wow! Solo ¡wow!- Timy vio con sus grandes ojos a Ron, la ilusión brillando en sus ojos.

El pelirrojo no sabía qué hacer. Sinceramente no tenía tiempo para eso.  Los  ojitos de cachorro del niño suplicaban. Los mismos ojos que ponían sus sobrinos cuando querían algo de él y no se podía negar. -Eh, bueno…veré que puedo hacer.

-¡Espere a que les cuente a los chicos!

-Será mejor esperar Timy. El trabajo del señor Ronald es muy importante. Luego si le dices a los demás…

Dennis paró en seco, provocando que el niño chocara con sus piernas y Ron mirara por encima del hombro del joven para ver qué fue lo que provocó semejante reacción. Los vellos de la nuca de Ron se crisparon y reaccionó.  En milisegundos, antes que el niño  terminara de voltear para curiosear lo tomó del piso y se lo entregó  a Dennis, que había girado en redondo, impidiéndole ver - ¿Qué te parece si vas a buscar a tu Directora  con el señor Dennis y le comentas nuestro plan?

Dennis lo vio agradecido y huyó como alma que llevaba el diablo del lugar. Ron los vio alejarse para luego cuadrarse y entrar modo a modo auror. Suspiró ante la imagen que tenía frente a sí.

La escena que se presentaba  no era una salida de las películas de horror, gracias a Merlín.

Era el preludio de una película triple x.

Eso era peor en un lugar repleto de niños.

Notas finales:

Espero les haya gustado gente.

Comentarios, quejas, ideas, saluditos  en review.


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