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El amor no es una opción (HunHan) por JunHan

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fanfic. No se si añadiré lemon porque no soy buena escribiendo esas cosas, aunque prometo que algún día haré uno.

Desde ya gracias por leer. Cualquier crítica, sugerencia o incluso alago es aceptado.

 

Notas del capitulo:

-El personaje Julie es una parodia de mi misma, por lo cual la descripción que van a leer es una descripción de mí. Perdón si me alago en alguna parte del fanfic, es que me amo (chiste)

-El personaje de Da Yang es totalmente inventado

-Los demás miembros de EXO aparecerán pero casi sin protagonismo, esto es para que no esperen ver a un deslumbrante Kai merodeando por ahí porque eso no va a pasar más de dos veces en todo el fic.

Desde ya gracias por leer! 

-Vamos apúrate! Deja de mirar el celular mientras los clientes entran Sehun!!- Sí, esa era la poderosa y aguda voz de Park Da Yang, su jefa hacía unas semanas, que no lo dejaba tranquilo ni un segundo.

-Ya voy…-Respondió el aludido con desgano, despegándose de la silla en la cual había permanecido un buen rato mirando su celular como un idiota.

Es que así era él, un idiota. Sehun no le daba demasiada importancia a los estudios, ni a las relaciones con otras personas. No era sociable, por lo cual no tenía amigos, era muy serio todo el tiempo, y si estaba trabajando allí era para no parar mucho en su casa, donde sus padres lo atosigaban por su actitud de niño inmaduro.

El jamás había necesitado dinero. Su familia le daba lo que él quisiera, desde celulares modernos hasta ropa nueva y radiante, pero a Sehun no le importaba. Solo veía superficialidad en esas cosas.

Su fría personalidad y desprecio a todo fastidiaban a la mayoría de las personas que lo frecuentaban, y a pesar de que sentía cariño hacia sus cercanos, como Da Yang, no solía mostrarlo seguido.

Da Yang también sentía aprecio por él, y lo cuidaba como si fuera su hermano pequeño, (a decir verdad ella es 6 años mayor que Sehun), pero su continua actitud de superado la sacaban de quicio y solía invadirla la necesidad de golpearlo de un momento a otro.

-Ya estoy aquí. Qué pasa?- Preguntó el rubio con un ademán de insolencia.

Si bien desde que él había entrado a trabajar a Tunnies, el dichoso café del centro, la clientela había aumentado considerablemente, esto no conformaba a Da Yang, quien solo veía impertinencia provenir del joven muchacho.

Es que así era. Un chico rubio, alto como poste de luz y flaco como un escarba diente que se vestía bien y además tenía esa aura de chico malo y rudo todo el tiempo, despertaba poderosamente la atención de todas las colegialas que por el café pasaban y lo veían desde el vidrio, baboseándose como estúpidas.

-Cómo que “qué pasa”?- Contestó la joven tratando de no levantar demasiado el tono de voz-Ve hacia las mesas y límpialas antes de que la gente piense que trabajamos en un criadero de cerdos!- Le dijo con el seño fruncido del enfado, señalando las mesas en frente de la barra.

Los clientes entraban de a montones y no era para menos; Tunnies era un gran lugar, bien situado, con decorado sencillo y de colores cálidos. Sobre la puerta había una campanilla que sonaba siempre que alguien entraba, y a unos metros a la derecha se encontraba la barra donde estaban los empleados, atendiendo detrás, con el extenso menú de la pared a sus espaldas.

También estaba la linda jefa, cuya cara aniñada y ojos negros brillantes atraían a todos los prepubertos de secundaria al café. No era muy alta y traía cabello corto, negro, pero algo en su actitud hacía que los chicos se voltearan a ver.

-Para ser tan pequeña tienes un carácter que asusta.- Se burló Sehun levantando levemente la comisura de su boca en una sonrisa provocadora.

La gente entraba y salía del local constantemente y el trabajo era agotador. Era la misma secuencia todos los días. Entrar, ordenar las mesas, ver a las chicas de la secundaria  tomar las mesas frente a la barra y cuchichear sobre lo alto y bien formado que estaba el nuevo empleado, contemplar a los chicos y hombres de negocios pedir un café parados frente a la barra murmurando sobre lo buena que estaba la dueña del local, ver a los padres y madres con sus hijos alojarse en las mesas del fondo tratando de no molestar al resto de las personas con los llantos y quejas de sus pequeños. Que va, todo era igual que siempre y cada vez se hacía más aburrido. Sehun creía que en cualquier momento, por más que le doliera horrores dejar a su amiga en la soledad, debería irse a buscar otros caminos.

La tarde pasó volando y la hora pico los dejó agotados a ambos, que se sentaron en unas sillas altas detrás de la barra para tomar un respiro, aprovechando que ya poca gente entraba al negocio.

Claro que la paz no duraría por siempre. La pequeña puerta de madera se abrió y el hermoso y a la vez irritante sonido de la campana que colgaba de ella acarició los oídos de los jóvenes. Aunque Sehun sentía más un grito de alarma que una caricia cuando la puta campana sonaba.

-Buenas tardes! Bienvenidos!- Saludó Da Yang de forma cortés. No importaba cuanto estuviera ahí dentro fingiendo sonrisas, ese trabajo era todo lo que tenía, lo amaba y lo haría con energía todo lo que durara.

-Buenas tardes!- Dijo una voz masculina. Muy masculina.

Sehun miró a los recién llegados. Una chica alta, bueno…Más alta que Da Yang. Debía medir 1,70 aproximadamente y no parecía coreana, o china, o japonesa. Era muy occidental. No era delgada, más bien era bastante voluptuosa a diferencia de todas las chicas que el frecuentaba en la escuela. Tenía un largo cabello lacio color café y ojos del mismo color. Linda.

Más atrás de ella venía un chico alto, pero más bajo que el. Su novio quizás? No lo sabía pero si lo era realmente no se estaba haciendo valer. El muchacho se vestía como los dioses, era delgado aunque se notaba que estaba en excelente forma, tenía una piel blanca como la nieve y para rematar, una cara que parecía salida de un anime shojo. Si bien la chica era linda y se la veía simpática, el joven era un modelo, o un semidiós. Sehun se reía para sus adentros al escuchar esas palabras dentro de su mente.

Ambos se acercaron a la barra.

-Julie!!- Exclamó Da Yang parándose de la silla y abrazando a la recién llegada por encima del mostrador.

Sehun se quedó atónito. Se conocían?

-Hola hola!! Veo que hay un nuevo producto en venta por aquí…- Dijo…Julie? Que nombre era ese?

La dueña rió divertida:

- El es Oh Sehun, el nuevo niñito de mami que contraté para ayudarme, te gusta? Te lo regalo.- Respondió  señalándolo con una mano y abrazando al susodicho con la otra.- Y él es…

-Lu Han.- Aclaró el recién llegado con una sonrisa en su rostro. Una gran sonrisa. Una hermosa sonrisa.

Da Yang también estaba embobada con el muchachito, quién parecía ser el novio de Julie. Y no era para menos. Lo estudió meticulosamente de los pies a la cabeza y no podía creer como alguien así se había fijado en una extranjera medio pelo. El chico tenía boca y nariz pequeñas, ojos cafés brillantes, una sonrisa blanca perfecta y el cabello más aparentemente suave que alguien podría imaginar. No tenía defectos, ni uno solo. Era tan molesto.

-Venimos a encargar  5 menús especiales para las 9, si no es mucha molestia.- Dijo el tal Luhan, cuyos modales dejaron atónitos tanto a Sehun como a su compañera.

La dueña del café rió nuevamente:

-Mira, están de suerte. Los menús se preparan constantemente y sobraron bastantes en el día, si quieren puedo envolvérselos y solo tienen que calentarlos cuando lleguen, les parece?

-Genial! Entonces danos 5 por favor, y no los elijas demasiado, comemos cualquier cosa.- Respondió entre risas Luhan mientras su amiga extranjera lo golpeaba a modo de juego en el brazo.

Da Yang fue a envolver el pedido mientras Sehun se quedó en su silla mirando su celular, aunque a veces desviaba sus ojos hacia la parejita, la cual tenía justo frente a él, charlando y divirtiéndose como dos tontos enamorados.

-Me temo que son muy grandes…No podrán llevarlos todos.- Declaró la dueña reapareciendo desde la cocina con apenas dos bolsas. Dos bolsas muy grandes…Y faltaban tres más.

-No te preocupes, nosotros podemos.- Respondió Luhan sonriente.

-Hey! No vas a dejar que Julie cargue tanto peso, verdad? Sehun los ayudará.- Sentenció Da Yang.

El aludido levantó la mirada hacia ella estupefacto pero finalmente suspiró y aceptó el mandato de su jefa.

Los tres salieron del local. Sehun y Luhan cargaban dos bolsas cada uno mientras que Julie llevaba la más pequeña.

Debido a que la joven iba bastante más adelante que ellos, el ambiente se volvió propicio para entablar una conversación:

-Ella no es de aquí…Verdad?- Preguntó el rubio mirando al frente. Luhan desvió su mirada hacia él, divertido.

-No, es de Latino América. Estudió tres años de coreano para venir a estudiar aquí.

-No me digas que va a la universidad. Bueno, de ella me lo creo, pero tú…- Ahora Sehun miro al joven sorprendido.

El más bajo rió y miró hacia el suelo en un ademán de vergüenza, luego volvió su vista al frente.

-Tengo 21 años, estoy en tercer año de la universidad.

Sehun se echó a reír con ganas.

-No me lo creo. Eres más grande que yo! Cuatro años más grande! Esto es demasiado!

-Hey no te rías!- Contestó el mayor riendo también.- Crees que es fácil que confundan tu edad, y hasta tu sexo todo el tiempo?

-Lo siento!- El menor miró hacia abajo conteniendo la risa.- Y es tu novia?- Ahora cambió su mirada juguetona por una de curiosidad.

Luhan abrió los ojos como platos, miró al otro y comenzó a reír aun con más fuerza de lo que lo había hecho Sehun la primera vez. De verdad no era tan obvio que salían?

-Julie es mi mejor amiga! La conozco hace tres años! Además jamás podría enamorarme de alguien como ella, me hace rabiar!

-Hey que te escuché!- Gritó la aludida, dándose vuelta a lo lejos con cara de pocos amigos.-Yo no soy lesbiana! No salgo con mujeres!- Se burló sacando la lengua.

-Ya se pasó…- El  mayor sonrió irónicamente tratando de no llenar de insultos a la extranjera mientras Sehun lo miraba sonriente, divertido por toda la situación que se había generado.

-Bueno, ya hemos llegado.- Anunció Julie.

El lugar al que habían arribado era una especie de pensión, separada de la acera por un patio bastante grande con un camino de piedras que conectaba la entrada con la puerta de la casa en cuestión.

-Déjame darte una propina…Sehun?- Dijo Luhan mientras apoyaba las bolsas en el suelo y se revisaba los bolsillos, mirando hacia ambos lados de su cuerpo.

-Oye no…Déjalo. Me he pasado un buen rato y además no trabajo por dinero, así que está bien.- Respondió entre risas. Aquel chico…Luhan, era muy fácil de tratar y su personalidad no pegaba para nada con su semblante. Sintió como una especie de admiración.

-Oh por dios!!!- Julie fue hacia ellos con los ojos como platos y tomó a Luhan por los brazos, obligándolo a ponerse a la par de Sehun.- Ustedes son iguales! Excepto por el peinado y el color del cabello…Y que Sehun parece unos 5 años mayor que tú.-Completó tapándose con la mano la sonrisa que se había formado en su rostro, mientras miraba de reojo hacia abajo, burlona.

Luhan le dio un golpe en la cabeza a modo de juego.

-No te hagas la graciosa!- Le contestó jugando.

Sehun miraba toda la escena, sorprendido y sonriente… El era “igual” a un chico prácticamente perfecto que acaba de conocer? Sí claro que era igual, físicamente, porque sus personalidades eran terriblemente opuestas y eso lo dejaba algo vacilante. Por qué él no podía disfrutar la vida como Luhan? Tenía su aspecto, su ropa, e incluso el tenía a su familia allí en Corea mientras el otro vivía en una pensión con vaya a saber cuánta gente más que le era ajena.

-Bien, debo irme. Espero que pasen nuevamente por el café! Me agradó conocerlos.

Bueno ahora si esto era nuevo, incluso para el mismo Sehun. Julie y Luhan no lo conocían y por supuesto que asintieron agradecidos, pero cualquiera de su círculo íntimo que lo hubiera visto habría pensado que estaba poseído. Él siendo amable? Él sonriendo a desconocidos? Él sociabilizando con extraños? Él comparándose y sintiéndose un imbécil porque alguien le había dejado en jaque con su actitud de amor al prójimo? Y lo que era peor: ÉL ADMIRANDO A ALQUIEN MÁS? Wow…Esto era importante, pero por un momento deseó que Luhan fuera su hermano mayor.

El joven se despidió de los dos amigos y los saludó desde la entrada, mirándolos alejarse. La pensión tenía puertas corredizas, las cuales estaban abiertas y por las que se podía visualizar a un grupo de chicos sentados alrededor de una mesa charlando avivadamente.

Sehun se alejó pensativo. Y si en realidad el debía cambiar su actitud?

 

 

 

 


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