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El amor no es una opción (HunHan) por JunHan

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Notas del capitulo:

-Primera aparición del primer extra de EXO!! No voy a spolear nada.

Gracias por leerme si es que lo están haciendo y por favor dejen sus críticas y comentarios!!

 

Eran eso de las 10:30 y Sehun se encontraba dando vueltas indeciso. Da Yang le dijo que si quería enrolarse en la Universidad pública primero debía ir a visitarla, adaptarse al ambiente universitario, pero qué sabía ella?

Al llegar al inmenso campus un calor recorrió su cuerpo. “Qué mierda hago aquí?” pensó.

Se quedó en la entrada, apesadumbrado, mirando hacia todos lados, pensando si realmente quería estudiar una carrera.

Estudiar o no hacerlo no eran sus decisiones en realidad. El DEBÍA estudiar si no quería que sus padres lo desheredaran. Pero por qué en un lugar tan grande y lleno de gente? Por qué entre tantas personas que solo lo miraban de arriba abajo? En ese momento Sehun solo deseaba ser Peter Pan, y volver al país donde nunca jamás tuviera que entrar a la universidad.

Una vocecita familiar lo despertó de sus sueños…

-Oh Sehun!

El aludido levantó la mirada y vio a alguien correr hacia él. Una chica?

-Hey! Qué haces aquí!?

Cuando tuvo a la persona suficientemente cerca se percató de que eso no era una chica sino un chico, y quien otro sino Luhan podría ser confundido con alguien del sexo opuesto. El menor empezó a reír.

-Sabes…Al verte a lo lejos creí que eras una chica.- Dijo sin ningún tipo de filtro, entre risas.

Oh no. No se había olvidado de que lo había conocido hacía una semana y de que solo habían hablado una vez, es que Sehun es así, no se calla nada, le gusta molestar.

Luhan lo miró algo molesto pero la sonrisa volvió a adornar su cara.

-Que no soy una chica!- Aclaró empujando a su agresor suavemente.-Y no me has contestado…Qué haces aquí?

-Yo…Quería enrolarme y vine a conocer el lugar…-Contestó colocando una de sus manos detrás de su cabeza y rascándose confundido.

-Genial!-Luhan parecía entusiasmado con la idea.-Vamos, te daré un recorrido!-Sentenció halándolo del brazo.

El menor se dejó llevar, atónito. De algún modo, saber que Luhan asistía a la Nacional era un alivio para él.

Ambos recorrieron el campus por un rato. Se detuvieron en cada edificio, y Sehun escuchó atentamente cada aclaración, dato o información que su “guía” le ofrecía.

Usualmente el odiaba a las personas habladoras, y no era de poner atención, mucho menos si no le interesaba el tópico a tratar, pero con Luhan era diferente. Todo lo que decía era importante e interesante solo porque lo estaba diciendo él.

El aura que los rodeaba era extraña. Sehun se sentía observado porque, claro, las universitarias cuchicheaban a más no poder el dichoso fenómeno que estaban presenciando: Lu Han, el chico de tercer año que tenía locas a todas, le estaba dando un recorrido por la institución a otro chico casi tan atractivo como él. Parecían hermanos gemelos. Sin embargo, todo este cotilleo no le hacía mella alguna, dado que en lo único que se podía concentrar era en el universitario. Quería ser como él. Quería hablar como él, saber todo lo que él sabía, ver la vida del modo en que él la veía. Acaso lo idolatraba?

Después de una hora y media de recorrido llegaron hasta una cancha de football situada en una parte lejana del campus.

-Aquí venimos después de clases con los chicos a jugar. Cualquier día puedes venir  a acompañarnos!- Lo invitó el mayor, mirando hacia la cancha y luego volteándose a Sehun con una gran sonrisa.

-De verdad?...No quedaré muy colgado?- El menor volteó hacia su acompañante, dubitativo. Luhan le golpeó la espalda riendo.

-No! Seguro juegas mejor que varios aquí…Pero jamás les digas que dije eso o van a matarme.

Sehun no pudo evitar reír. Luhan lo hacía reír. Por qué? No lo sabía. Ni siquiera hacía tan buenos chistes. Era su forma de decirlos, su voz al pronunciarlos, todo eso le hacía reír y eso le gustaba. Le había tomado cariño, por fin alguien le caía bien.

Mientras el más bajo se detuvo a contar una anécdota divertida, o lo que parecía ser una, mirando hacia la cancha y gesticulando frenéticamente, Sehun se distrajo a mirar hacia uno de los lados y pudo divisar a tres chicos, bastante altos, que empujaban a uno más pequeño hacia la parte trasera de la que parecía ser la biblioteca del campus.

Sin articular palabra, Sehun dejó a Luhan hablando solo y se dispuso a ver que sucedía. Si el chico estaba en problemas debía hacer algo rápido, y sus impulsos irrefrenables no le permitían ni siquiera decirle al mayor lo que estaba sucediendo.

Al llegar a destino, pudo ver como los tres chicos empujaban aún más fuerte al bajito, quien se sorprendió al notar que no había chocado contra una pared, sino contra los brazos de alguien más. Sus ojos se hicieron más redondos de lo que eran, y miró hacia arriba para encontrar a su salvador.

-Estás bien?-Preguntó Sehun bajando la mirada hacia el pequeño, que de seguro era mayor que él, mientras lo sostenía con sus brazos por los hombros.

No esperó respuesta y lo dejó al enanito a un lado, ahora fijando la mirada en los 3 brabucones.

-Y ustedes de que van? Molestando a un chico siendo mayoría? Se creen malos, verdad?- Increpó a los otros con aires de superioridad.

Claramente esto fue otro impulso. Si bien Sehun era alto, también era muy flaco, no tenía nada de fuerza y a eso hay que sumarle que los tres matones eran prácticamente roperos. No había hecho buenos cálculos.

-Este niñito piensa que por ser el mejor de la clase puede dárselas de superior.- Contestó uno de los matones.

-Y tú que le das explicaciones a éste?- Interrumpió el que parecía ser el líder de la bandita mirando hacia su compañero, el cual tenía a un costado. Luego volvió a mirar a los dos muchachos y, con apenas un movimiento de manos, empujó a Sehun tan fuerte que éste calló contra el pequeño y ambos terminaron en el piso.

-Amigo eres un inútil!- Le gritó el bajito de ojos saltones.

Si claro, con razón le pegaban, el idiota encima de debilucho se creía que podía dar órdenes. Maldito sea el momento en que decidió no dejar que lo hicieran crema de ojos.

-Hey! Que te estoy ayudando!- Le contestó enojado el rubio.

-Cállense!-Dijo el “líder” de los matones, y acercándose hacia las víctimas tomó, de las manos de uno de sus compañeros, lo que parecía ser un fierro. Sehun estaba en problemas y gritar no solucionaría nada.

Con un ligero ademán, el brabucón levantó el fierro y atinó a pegarle a Sehun. Éste cerró los ojos y se cubrió la cara con las manos. Adiós facciones perfectas.

Sin embargo, los segundos pasaban y el rubio no estaba sintiendo ningún tipo de dolor. Se descubrió la cara y al mirar hacia el frente no podía creer lo que veía…

Luhan, que quien sabe cómo había dado en el lugar indicado, estaba parado frente a él, con las piernas abiertas haciendo fuerza contra el piso y deteniendo el golpe del fierro con sus manos.

Por más fuerza que hiciera el matón, no podría lograr nada. El mayor estaba estacado en el piso y ni siquiera se notaba en su cara ningún atisbo de esfuerzo.

Con un movimiento rápido, Luhan le quitó el fierro al victimario y en  un abrir y cerrar de ojos lo tumbó en el piso, haciendo uso del arma como palanca sobre los pies del brabucón.

Se volvió a enderezar calmado y miró a los dos seguidores del supuesto “líder” con una cara que hubiese asustado al mismo demonio.

Los matones que aun estaban de pie se sobresaltaron y lo miraron con los ojos como platos. Parecía que se iban a echar a llorar de un momento a otro. El que estaba en el piso se levantó como pudo y torpemente fue hacia sus compañeros desesperado.

-Vamos! Vamos! Salgamos de aquí!- Les ordenó aterrado y los tres desaparecieron a los tumbos.

Sehun miró toda la escena atento. Demasiado atento.

Sí, Luhan era lindo, lindo como una chica, delgado y parecía mucho menor de lo que realmente era, pero así y todo había espantado a tres sujetos diez veces más grandes que él, y ni siquiera tuvo que golpearlos. No sabía si aquel día en la cafetería se había cruzado con un chico muy lindo o con una especie de dios, solo sabía que cada vez sentía más admiración por él, y que ese semblante de joven cariñoso y amable con todos ocultaba una personalidad fuerte, propia de una persona que no se dejaba pisotear por nada ni por nadie. Ese era Luhan, el muchacho cuyo carácter no pegaba para nada con su aspecto, el único que le había caído de diez quién sabe porqué, aquel por el cual sentía admiración.

En el mismo segundo que todos estos pensamientos invadían la cabeza de Sehun, Luhan soltó el fierro y volteó a ver a los agredidos. Le extendió la mano al bajito primero, y luego al rubio, quien todavía lo miraba como si fuera una especie de aparición.

-Estás bien Kyungsoo?- Preguntó amablemente, mientras posaba una mano en el hombro del pequeño.

-Sí, gracias. Iré a la dirección a reportar lo que sucedió. Ustedes están bien?

-Sí, estamos bien. Nos veremos más tarde!-Lo saludó Luhan mientras el otro se alejaba.

Sehun todavía lo miraba atónito.

-Tu…Eres increíble.-Por fin había logrado decir algo. Algo sumamente vergonzoso y propio de una nena. Era por esto que él jamás se abría, podía llegar a ser muy gay a veces.

Luhan rió y volteó con una sonrisa que hubiera enamorado a cualquier persona sobre la faz de la tierra.

-No, tú eres increíble.-Luego hizo una mueca burlona.-Viniste hasta aquí sin avisarme para defender sin ninguna herramienta a un desconocido al cual le estaban pegando 3 monstruos. ESO es increíble.-Puso su mano sobre la cabeza del menor y empezó a revolver su cabello, haciendo fuerza hacia abajo con su palma para hacerle sentir algo de dolor.-Quién es el niño ahora?

Ambos rieron y el rubio se incorporó sonriente. No podía evitar reír, y se sentía maravilloso porque él jamás había estado tan contento por encontrarse a alguien de casualidad, además de que el desenlace fue toda una anécdota.

-Bien, debo irme a clase, ya es tarde y Julie debe estar puteando a mil infiernos porque no estoy para ayudarla en mate.- Dijo mientras se ponía las manos en los bolsillos y se miraba a sí mismo de la cintura para abajo para ver si no tenía ninguna clase de suciedad en su ropa.

Luhan se alejó pausadamente.

-Hasta luego!- Saludó mientras se volteaba de a poco.

No. No, no, y más no. Esa sola palabra se cruzaba por la cabeza de Sehun. Ese chico debía ser su amigo aunque tuviera que pedírselo de rodillas. Era la primera vez que se sentía tan a gusto con una persona, y si bien al principio solo le había parecido un chico que llamaba la atención, ahora había podido confirmar que Luhan era el tipo de persona que necesitaba para cambiar él, para mirar la vida de otro modo. Lo había visto solo dos veces y ya sentía que una amistad con este chico valdría la pena como ninguna otra. No podía dejar que se fuera.

-Luhan!...-Lo llamó adelantándose un poco y extendiendo su brazo. Al notar el exagerado ademán que había proferido, redirigió su brazo hacia su cuerpo antes de que el aludido se volteara e intentó cambiar su cara por una un poco menos perturbada.

El mayor se dio vuelta algo sorprendido. Sus ojos se abrieron más de lo usual.

-Mañana…Te veo?- Esta última frase la soltó con la sonrisa más serena y complaciente que había hecho en su vida.

-Claro! Pasaré por Tunnies a las 5! Nos vemos allí! Y no te pierdas a la salida del campus oíste?- Contestó burlón.

-No…No lo haré.-Respondió Sehun embobado.

Luhan se alejó mientras el menor lo miraba con admiración. Qué gran chico era el universitario, y qué suerte tenía de haberlo conocido.


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