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Concertados por BlackRose94

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Notas del capitulo:

Aquí estoy de nuevoooo~~ Hoy vengo muy animada. Me han aprobado el examen de alemaaan y el de traducción alemán-español YIIIJAAAAAA. Sé que esto no tiene nada que ver con el fic, pero me sentía muy contenta y tenía que decirlo :D Ahora que se ha pasado mi momento locura, os dejo con el fic.

El número de jóvenes que recorrían las calles era más grande cuanto más se acercaban a la plaza. Por las caras de preocupación de la gran mayoría, no era muy difícil adivinar que tenían que presentarse a la Revisión. Eren, mientras seguía la misma dirección que los demás, acompañado de Mikasa, no podía hacer otra cosa que pensar: "¿cómo pueden obedecer todos fielmente al destino que les están imponiendo? ", o "¿desde cuándo hay tantas personas con 16 años en Shiganshina?", o "me duelen los pies. Estos zapatos son un asco". Mikasa no le quitaba el ojo de encima, observando detenidamente la expresión del castaño.

-Eren, no te apartes de mi lado, ¿de acuerdo?

-¿Y por qué?

-Porque siempre te metes en líos si no estoy yo para protegerte, Eren.

-Creo que estás siendo demasiado sobreprotectora.

-Te equivocas, Eren. Ya sabes que si haces algo que disguste al gobierno, las consecuencias pueden ser terribles, Eren.

-Soy mayorcito para cuidarme yo solo…

-¡Eren…!

-Eren, Eren, Eren por aquí, Eren por allá… ¡Deja de gastarme el nombre, joder!- tenía la sensación de que su nombre se había vuelto como una de esas palabras que son tan repetidas que ya pierden el sentido- ¡Y deja de estar todo el santo día encima de mí!

-Eren- su mirada se intensificó y sus ojos se abrieron de una manera siniestra- NO-TE-VAS-A-SEPARAR-DE-MI. ¿Entendido?

-En-entendido…

Eren estaba empezando a sospechar que su hermana tenía una doble personalidad: la de una chica seria y amable y la de una acosadora psicótica. Dejó de lado aquella sensación y comenzó a enseriar de repente, pues ya habían llegado a la gran plaza principal. Un gran recinto circular, adornado y lleno de flores y plantas, se abría ante ellos, de una extensión tan grande que cabían todos los jóvenes de 16 años allí. Si bien Shiganshina no ha sido nunca un distrito rico, desde luego aquella plaza demostraba todo lo contrario, concentrando toda la riqueza y esplendor.

El joven Jäger comenzó a buscar con la vista entre la multitud a su buen amigo Armin, aquel que siempre sabía ver el lado lógico de las cosas, que siempre tenía soluciones para todo. Solo esperaba que también pudiera sacarlo de aquel aprieto…

-Vaya, vaya, vaya… -una voz que, por desgracia, Eren conocía muy bien, sonó a sus espaldas. Se giró y allí estaba aquel chico de cara alargada y ojos filosos que a Eren le caía tan mal: Jean- ya veo que vuelves a estar al lado de Mikasa, como siempre.

-¿Y a mí qué me cuentas? Yo no sé dónde vives, capullo.

Jean estalló en carcajadas.

-¡Eres tan tonto como aparentas ser! El gobierno va a hacer bien en emparejarte con una "eminencia" acorde con tu categoría- Eren no sabía desde cuándo llevaban esas peleas verbales, pues desde pequeños han sido siempre rivales, pero hoy iba a ser el día en el que le iba a pegar de verdad.

-Yo también te deseo suerte, cara-caballo. Espero que te junten con una yegua acorde a tu categoría.

-¿¡Qué acabas de decir!?- Jean se puso en posición para golpear- Hoy vas a cobrar Jäger, y no precisamente dinero. ¡MI PRETENDIENTA SERÁ MIKASA!- estiró el puño en dirección a la cara del castaño.

-¡PUES VETE A TU CASAAAA!- otro puño en dirección al cara-caballo.

Estaban a punto de comenzar la pelea cuando, sin esperarlo, una sombra se interpuso entre los dos. Era Mikasa que, con una velocidad increíble, le lanzó un puñetazo a Eren mientras que levantó una pierna al máximo para asestarle una patada a Jean en toda la mandíbula.

-Te…te he visto las bragas…- y los dos cayeron fulminados al suelo.

-Yo no soy pretendiente de nadie… y nadie se burla de mi nombre- si había algo que Mikasa NUNCA toleraba, ni tan siquiera al mismísimo Eren, era que hicieran chistes con su nombre.

-¡Eren!- el joven castaño escuchó que otra voz le llamaba, o alomejor era que estaba empezando a alucinar. Levantó la cabeza del suelo y pudo comprobar, con alivio, que se trataba de Armin. ¡Menos mal; alguien que proporcionara algo de sentido a aquella absurda situación!- ¡Chicos! ¿Qué ha pasado aquí?

-Se han tropezado- la joven asiática no dio tiempo a los otros de responder- Este suelo es muy resbaladizo, ya sabes.

-Vaya… De todos modos, deberíais de levantaros. ¿A dónde creéis que vais con esas pintas?

Eren se levantó con algo de dificultad.

-¿Y qué más da?

-Si vas así de desarreglado, no te emparejarán conmigo, y eso no lo podemos permitir.

-¡Pero si has sido tú la que…!

-No lo digo por eso, chicos- interrumpió Armin- Me refiero a que, según he oído, ha venido el generalísimo Zackly para presentar la ceremonia. Y si él está aquí, no debe salir nada mal…por nuestro propio bien.

-¿¡El generalísimo está aquí!?- no podían hacer otra cosa que sorprenderse, ya que las visitas a los distritos de María eran prácticamente nulas. En sus 16 años de existencia, solo recuerdan que aquel hombre visitara Shiganshina una sola vez. Solo recuerdan su rostro por haberlo visto en cuadros o carteles.

-¿Qué pinta este hombre en Shiganshina? ¿No debería estar en las ceremonias de Sina?- saltó Eren- La verdad, me da un poco de mal rollo que ese hombre esté aquí…

Y es que tenían motivos para temer a aquel hombre. Después de todo, él es quien gobierna los tres muros con mano dura y fue él quien ideó las ceremonias de Revisión para elegir las parejas. Los tres estratos sociales ya existían de mucho tiempo atrás, pero sirvieron de apoyo a Zackly para clasificar las parejas según clases, para que los pobres siguieran siendo pobres y los ricos siguieran siendo ricos. Solo en casos excepcionales se juntaba a un Alfa con un Gamma.

-Yo también tengo esa sospecha, si te soy sincero- murmuró Armin- Si ese hombre está aquí, no debe ser por algo bueno, aunque espero equivocarme…

-Me estoy temiendo lo peor. ¡Tienes que pensar en alguna idea para librarnos de esto, Armin!

-¿¡Yo!? ¡Pero yo no puedo hacer nada!

-Venga, pero si tú eres un cerebrito.

-Eren, será mejor que no armes jaleo.

-¡Deja de repetir mi nombre!

-Hey, ¿os vais a dar a la fuga?- Jean ya se había espabilado del golpe- Pero si de este modo es mucho más cómodo encontrar novia. Ya no me tendré que preocupar de que me den calabazas otras chicas.

-Hasta tu prometida te dará calabazas.

-¿Qué acabas de decir, capullo?

Los murmullos constantes que reinaban sobre la plaza dieron paso a un silencio sepulcral que no pasó inadvertido para Eren y los demás. Todas las miradas se dirigieron al escenario que había al final de la plaza, en donde un hombre que daba señales de estar empezando a entrar en la ancianidad, con barba y pelo recogido hacia atrás, acababa de aparecer: Darius Zackly. Eren no pudo evitar sentir un sudor frío al ver a aquel hombre, aquel que les imponía aquel destino y que castigaría severamente a aquellos que se opusieran. Cuando todas las voces se apagaron del todo, comenzó a hablar.

-Buenos días a todos, jóvenes- "serán buenos para ti", pensó Eren-. Veo en la mayoría de los rostros preocupación o tristeza, y os comprendo; tenéis miedo a este cambio. Yo también lo tendría si fuera vosotros. Pero no tenéis que asustaros; todo esto está hecho por vuestro bien y el de vuestros predecesores. Si no fuera por estas ceremonias, la mayoría de vosotros no estaría aquí- hizo una breve pausa-. Todo esto está hecho para que encontréis una pareja que os haga feliz.

A simple vista, parecía que aquel hombre sabía comprender los sentimientos de todos aquellos jóvenes, pero Eren sabía que él no estaba allí solo para soltar un discurso; había algo que buscaba o que estaba tramando, estaba seguro de ello.

-Supongo que ahora sabéis todos lo que hay que hacer, ¿verdad? Tenéis que separaros por sexos- se pudo escuchar un desesperado "no" de Mikasa- y dirigíos a las dependencias de la policía para someteros al chequeo. No temáis, pues todo está pensado para vuestra felicidad. Que la buena fortuna esté siempre de vuestra parte.

Y dicho todo esto, dio por terminado el discurso y comenzaron las oleadas de aplausos que Eren no siguió. La multitud comenzó a moverse y agruparse mecánicamente en dirección a las dependencias, que estaban justo al lado de la plaza.

-Tranquilo, Eren, no tardaré nada en reunirme contigo.

-Me parece que la que debería calmarse eres tú…

Armin palmeó el hombre del castaño.

-Deberíamos movernos nosotros también. Mucha suerte, Mikasa.

-Igualmente.

La asiática se dirigió al grupo de las chicas con gran pesar. Más pesar le daría si se hubiera enterado del suspiro de alivio que dio Eren cuando ella se alejó. No es que le cayera mal, ni mucho menos; el problema estaba en la enfermiza sobreprotección de la muchacha.

Eren y Armin (Jean ya había desaparecido entre el gentío) se reunieron con los chicos para ir a las dependencias, que se encontraban a pocos metros. La sala donde tenían que esperar era amplia, pues daba cupo a los casi 100 chicos que habían, pero no se oía nada, como si todos hubieran perdido la capacidad de hablar…como si fueran presos esperando su sentencia de muerte. Ahora solo les quedaba esperar, ya que iban llamando a la gente de uno en uno y por orden de lista.

-Armin, tú debes de ser de los primeros, que tu apellido empieza por la "A". ¿No estás nervioso?

-No te lo voy a negar, la verdad…

Ya habían comenzado a llamar a los primeros, pero ninguno de ellos salía. Rumores absurdos se comenzaron a propagar entre los jóvenes, dando paso a una histeria cada vez mayor. Al final tuvo que aparecer uno de los policías militares, aclarando que aquellos que ya habían realizado el chequeo habían salido por otra puerta para no coincidir con los que no habían entrado todavía. Pocos minutos después, se abrió la puerta y un policía pronunció el nombre de Armin.

-¿Tan pronto?

-Ánimo, tú puedes.

Pobre Armin, pensó Eren. Pero, en realidad, todos eran pobres, pues todos tenían que pasar por lo mismo para ser seleccionados como un rebaño de ovejas.

El tiempo hasta que comenzaron con los apellidos que empezaban con "J" se le pasó rápido, demasiado rápido. ¿Por qué no podía tener un apellido que comenzara con "Z", como el de Zackly? Maldito vejestorio, tenía suerte hasta para eso…

Seguía metido en el hilo de sus pensamientos hasta que escuchó:

-Jäger, Eren.

Se había imaginado muchas veces cómo se sentiría en el momento en el que pronunciaran su nombre, aquel momento en el que tenía que entrar por aquella puerta y formar parte de aquel sistema de matrimonios tan desigual e injusto entre las tres clases sociales. Se había angustiado al imaginarse aquello, pero ahora que había llegado el momento, sentía un desasosiego inimaginable. Se sentía helado, no se podía mover.

-Eren Jäger, preséntate.

Se había quedado con la mirada perdida, no miraba a nada. Sabía que todos aquellos muchachos estaban observándolo con una mezcla de ansiedad y lástima. No quería estar allí, quería desaparecer, desmaterializarse. Comenzó a pensar en Armin y en Mikasa, en cómo les habría ido.

-Eren Jäger, muévete- el policía se estaba empezando a impacientar-. No te lo voy a repetir más veces.

Eren no escuchaba, o al menos fingía no hacerlo. Si se hacía el trastornado, quizá lo dejarían en paz. Se equivocaba.

-¡Maldito mocoso mal educado!- ya había perdido la paciencia y estaba cogiendo a Eren del brazo, a la fuerza- ¡No tengo por qué aguantar a un niñato como tú! ¡Muévete!

-¡NO!

De repente, la puerta de donde había salido el policía se abrió precipitadamente, mostrando la figura de Zackly. Ahora Eren sí que estaba sin aliento.

-¿Qué está pasando aquí?

-¡Es este criajo, generalísimo!- Eren seguía intentando zafarse del agarre- Me está empezando a tocar los…

-Suéltalo.

-¿Eh?

Escuchar la grave voz de aquel hombre tan de cerca sirvió para que el joven dejase de forcejear. El generalísimo comenzó a acercarse, con expresión tranquila.

-¿Cómo te llamas, joven?

-Eren… Eren Jáger.

-Eren…-el castaño se incomodó al comprobar el interés que transmitía la mirada de aquel hombre sobre él- ¿A qué temes?

-N-no temo a nada, pero… no me gusta este sistema- lo que nunca en mil años se habría podido imaginar era estar diciéndole aquellas palabras al mismísimo Darius Zackly.

-Vaya… Me disgusta que esa sea tu opinión, pero, como tú comprenderás, no puedo cambiar las leyes porque unos cuantos niños no quieran acatarlas. Las leyes están para obedecerlas, joven Jäger. Me gustaría poder llevarme bien contigo, pero para eso, tienes que cruzar la puerta.

Ahora sí que no tenía remedio. Con los pies entumecidos por los nervios, comenzó a dirigir sus pasos hacia la puerta donde, tras de ella, tendría lugar la Revisión.

-Así me gusta, que nos llevemos bien.

Antes de entrar por la puerta, no pudo evitar dirigir una última mirada hacia atrás. El policía malhumorado, los jóvenes que guardaban un silencio sepulcral…y Zacklay, que había cambiado el rostro de amabilidad por uno de severidad.

Eren no pudo evitar pensar que se situaba en el punto de mira del generalísimo, que se encontraba en la cuerda floja y que un solo error más bastaría para ser el blanco de aquel hombre.

Después ya no pudo pensar en nada más. El sonido de la puerta cerrándose lo había sacado por completo del hilo de sus pensamientos.

Notas finales:

Creo que el momento en el que estaban en la plaza era una mezcla de Los juegos del hambre y el final de la canción de "honra nos darás"(creo que en latino era "honor nos vas a dar") de Mulán. Y Zackly sería como la casamentera gorda que se acaba quemando el culo, ¿no? xDDD

Supongo que no tardaré mucho tiempo en actualizar, pero tengo el problema de que mis clases son siempre por la tarde, normalmente de 3 a 9, y entre que cojo el bus para ir a la uni y volver pierdo mucho tiempo u_u Pero espero encontrar tiempo para escribir! También actualizaré pronto "Pájaro en jaula", para aquellos que lo siguen. Y quien no lo han leído nunca, pues les invito a que se la lean (hacer publicidad nunca está de más xDD)


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