En los siguientes días todos se habían comprometido a reparar cualquier daño y ayudar al pueblo cerca de la gran montaña. Así que sin lugar a dudas esos dos días que Smaug había dejado solo a Bilbo no fueron tan largos como el pequeo había pensado.
- ¡qué calor! – grito Filli – no soporto más
- ¡tranquilos enanos! – clamo Thorin, haciendo una seña y de repente unas meseras salieron con bandejas llenas de hidromiel
- ¡el elixir de los Dioses! – gritaron a la par que brindaban por los aires
Desde ese día en el bosque, Escudo de Roble no le quitaba de encima los ojos a Bilbo, esos días nada fuera de lo común hacía. Seguía siendo el amable Hobbit de siempre.
- Ya son dos días, creo que…debería de alistarme para cuando llegue- detuvo su tarea, se sintió observado, era Thorin. Le regreso una sonrisa
- ¿ya estás cansado? Puedes ir a descansar si gustas Baggins- la cara se le ilumino
- Solo termino y me iré –
- Como quieras- ya no tenía marcas, puede ser que esa marca allá sido de un animal…eso esperaba porqué sino…
- Si lo sigues mirando así termiras por devorarlo con los ojos- se sonrojo al escuchar la voz de Balin
- ¿qué demonios dices Balin? – tomo su arado y volvió a su labor
- Vamos Thorin, tan fácil como decirlo-
- ¡bah! Cállate – una hora después Bilbo había terminado de tejer las canastas para las proviciones. Salió corriendo a la posada, comió y después se dio un cuidadoso y detallado baño. Ya era de noche, todos estaban tan cansados que la cena termino rápido y todos fueron a dormir. Nervioso esperaba en su alcoba peor nunca llegó.
- Ojala que nada le haya pasado- susurró, la tristeza lo invadió, quería llorar ¿y si lo había dejado? ¡NO! Era su amo, tenía que volver por él, tenía que. Con un dolor en el pecho trato de conciliar el sueño, lentamente cayo en los brazos de Morfeo.
Todos se disponían a desayunar cuando de pronto Thorin se percato de que el hobbit no estaba acompañándolos en la mesa.
- ¡hey! Paren la música ¿dónde esta Bilbo?- todos guardaron silencio y se miraron entre sí
- Aún sigue dormido, al parecer no se sentía bien
-
- Bien, vayan todos a seguir sus labores- una vez que salieron, prendió su pipa y subió a los dormitorios. A penas iba a tocar la puerta cuando se abrió, le mostro a un Bilbo serio, callado y con la cara un poco hinchada, junto a los ojos rojos.
- ¿estás bien?- tocio un poco y examino al joven
- Si, solo tuve una pesadilla, solo eso. Regresaré al campo a sembrar trigo- y así lo dejo con la palabra en la boca
Los días pasaron y unos cuantos se dieron que la vitalidad del Hobbit, la alegría, su fuerza se desvanecía día a día. Dándole por soñar despierto, estar distraído sin saber en que día vivía. Smaug llevaba casi una semana sin aparecer y eso le estaba afectando sobremanera al ojiazul. Mucho para solo llevar una relación amo-esclavo de tan poco tiempo
- ¿Qué rayos le sucede? Nos ha retrasado en la labor- Dwalin gruño contra la persona de Thorin
- No sé, lleva casi una semana así, casi no ha comido tampoco-
- Deberías ir a hablar con él, tal vez extrañe su Comarca-
- Puede ser. Lo haré solo dame tiempo-
-
Días atrás…
A lo lejos se veía la turba que lo seguía, corría lo mas rápido que podía pero una de sus alas estaba lastimada. Los aldeanos habían visto a Smaug y fueron tras él, no sabían que alguna vez fue ese gran dragón que todos temían, por su nuevo aspecto de semi-humano. El crujido de las ramas y su respiración llenaban sus oídos, podía escuchar cada respiración ahogada que daba. Como pudo trepo al un gran abeto perdiéndose así de la concentración que lo seguía con hachas, trinches, espadas.
- Maldición, es el cuarto día sin poder llegar a donde Bilbo- apretó sus ojos al sentir como la sangre corría por su brazo- antes tendré que hacer una parada con una bruja
Llego a un pantano oscuro y gris, a lo lejos pudo divisar una pequeña cabaña con madera podrida y paja con moho por todos lados. Era la casa de la Bruja “Tlugur”. La decrepita anciana sabía que pronto tendría visitas
- ¡Oh! Adelante joven Ben, hace muchos inviernos que mis hermosos ojos no lo veían y menos en ese estado tan deplorable, como lo es el ser humano-
- ¡ja! Hermosos ojos, sino tienes par de ojos Tlugur-
- No, pero puedo ver y saber mas que sin ellos , y mas que tú aun teniéndolos, precioso-
- Ya sabes a que venía, apresúrate, tengo que salir de aquí lo antes posible-
- Ya, ya , tranquilo, siéntate para curar tus alas- la vieja preparo sus pociones dando lugar a un líquido negro que comenzó a untar en la ala lastimada
- ¡argggh! – gruño el joven – vieja bruja
- ¡bah! No te quedo ni una pizca de dragón asesino ¡ya está, mira por ti mismo!- asomo su ala y vio comenzaba a regenerarse poco a poco
- Excelente podré irme antes del anochecer- se puso de pie pero lanzo un grito de dolor
- No, algo más que tu cuerpo está lastimado-
- ¡maldición!- tuvo que quedarse un día mas
Ya casi era la semana, no podía aguantar mas, ni un minuto mas al no estar al lado de Bilbo. Y menos cuando ese enano le rondaba.
- Ten buen viaje, Ben-
- Espero llegar vivo, es todo-
La noche caía y Bilbo no estaba bien, nuevamente quedo dormido entre lagrimas. Después de tanto tiempo se sentía solo, y pensar que su vida lo era antes de ese gran viaje por la Tierra Media. A media noche sintió como el frío recorría su cuerpo, las cortinas ondeaban por la gran velocidad. Las ventanas estaban abiertas de par en par.
- Smaug…Smaug- lo llamaba en sus sueños. La sombra se deslizo por la habitación llegando hasta la cama, aferrándose al cuerpo del hobbit
- Bilbo…- susurró apenas con vida haciendo que el otro saltara del miedo, viendo frente a él una sombra negra chorreando sangre
- ¿S…Smaug?- pregunto con la voz entre cortada, sus dedos tocaron el cabello rojizo húmedo por la sangre - ¿dónde…?¿por qué me dejaste? Sangre ¿estás herido?
- No, solo es un remedio-
- ¿la sangre de un ser vivo?-
- Bilbo, no es de un ser vivo, es magia negra…tiene plantas y lo mas sádico una pata- miro como el rubio lo veía con ojos de sufrimiento mezclado con alivio
- ¿estás llorando?- el ojiazul se lanzo a él
- Eres un idiota, me dejaste tanto tiempo, dos días y ya es casi una semana- se abrazaron
- Tendré que tomar mi bienvenida- Smaug lo recostó en la cama y comenzó a besarlo con besos ligeros y amorosos, pero luego suplicantes por la falta de tiempo que habían perdido en esa semana. Besaba su cuello sin parar, con su afilada lengua recorría cada centímetro. Le retiro de sus ropas de dormir, se dirigió a los pequeños y rosados pezones para darles el mismo trato que su cuello. El pequeño hobbit se retorcía debajo de las sabanas, la cola del dragón nuevamente se ocupaba de su parte favorita: su entre pierna, haciéndolo gemir.
- Nhngn….no- su rostro lleno de lagrimas de felicidad lo delataban al mismo que sus gemidos, mordió sus labios para ahogarlos, tomo desesperado los caireles para guiarlo hasta su sexo y que le prestara atención con su boca. A veces lo recorría con el filo de sus dientes y luego con esa lujuriosa lengua haciendo que se corriera dentro de la boca del ojidorado – lo siento…- sin mas y con su cola se cercioro que abajo estaba dilatado lo suficiente para tomarlo entre sus brazos y lo monto sobre él. Le ayudo a colocar su gran miembro mientras que todo el peso caía sobre sus caderas- gnhnh….siento todo hasta el fondo…Smaug- se abrazo al otro y gemía a la altura de su sensible oreja puntiaguda
- Bilbo…- al tener todo el miembro dentro y que el ojiazul se acostumbrara el hobbit comenzó a mover sus caderas de arriba abajo, las grandes manos rodearon la pequeña cintura para guiarlo y que ambas caderas se sincronizaran en un ritmo excelso y excitante. Hasta llegar al orgasmo , el rubio arqueo su espalda al no dejar de sentir como su compañero daba varis descargas en su interior, se dejo caer sobre el pecho caliente, jadeando
- Tan caliente, es mucho…amo- eso hizo sonrojar al otro
- Aún no has tomado los viales ¿cierto?
- No, ¿a qué viene eso?- con la punta de una de sus uñas dibujo lo largo de la espalda del rubio
- Solo quería asegurarme, sino sabes como usarlos te puede causar la muerte…acercáte- sin cuestionar se acerco a él dejando la altura de su cuello en la boca- tengo que marcar lo que es mío ¿ese enano no te hizo nada, verdad?
- ¿qué dices? No, Thorin es incapaz, es un hombre bueno, valiente, noble, cumple su palabra…- a medida que aumentaban los elogios lo hacia también el coraje de Smaug enseñando sus colmillos y sin aviso los clavo en el frágil cuello de su compañero
- ¡SMAUG!- chillo alto y por inercia cubrió su boca- eso duele…dejarás una gran marca
- Eso es lo que quiero, aún no tengo un lugar a donde ir, pero por lo demás no te preocupes, solo dame 3 semanas mas y nos iremos de aquí. Todo lo que me has dicho lo he tomado en cuenta y he hecho algo al respecto- ¿irse?
- No creo que…-cualquier opción era peligrosa , la que fuese -…gracias-
Al día siguiente todo era normal, el antiguo Baggins regreso a lo de siempre; durante días tuvo que usar un cuello largo. Smaug buscaba un “castillo”, mas bien una casa donde pudiera vivir el resto de sus días.
- Me alegra que estés de nuevo con nosotros Bilbo- Thorin le dio una palmada en el hombro
- Si, todo está bien- durante las tardes se reunía en el bosque junto con Smaug a comer y verse de nuevo en la noche, el olor a humo aún seguía
- Si, ya sé, y tengo una solución a eso pero no es algo fácil…- el ojidorado metió la mano a su gabardina, palpo la pluma y la tinta- aún no estoy listo ni tú, antes de eso necesito que me aclares algo…- se acerco a él
- Dime…- lo miro a los ojos, trataba de leer su mente sin tener que hacerlo
- Será después, cerca de los dos ciclos lunares-
- Oh, bien-