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Akuma no Uta por Lubay Nue

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Notas del capitulo:

Como tal parece si fue de su agrado, aquí esta la continuación... tal parece me saldrá en mas capitulos, pero espero les guste

 

Yugi y el resto de los personajes le pertenecen a su creador...

 

Disculpen las faltas de ortografía pero nunca fue mi fuerte

-¡ha! ¡Ya despertaste!-  gire rápidamente mi vista a la persona que me había llamado y ahí... lo encontré...


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El... era... tan idéntico a mí y a la vez diferente... se veía más pequeño que yo, aunque su aspecto era tan idéntico al mío, las únicas diferencias notorias era el tamaño "era más bajo que yo", sus ojos grandes de color amatista y llenos de bondad he inocencia "que era lo que más resaltaba en el" y por ultimo un mechón rubio suyo caía enfrente de su rostro pero eso no evitaba la vista a esos hermosos ojos...


-¿cómo te encuentras? ¿Estás bien?-  comenzó con sus preguntas, aquella voz dulce y melodiosa preguntaba por mi... me sentía muy feliz... pero, recordando lo último que había pasado yo pasé mi mano por mi cuello notando que aun traía aquel collar de perro que mi hermano Atem me había puesto...


-¿que pasa? ¿Estás bien? ¿Por qué estas triste?-  volvió con sus preguntas, yo lo mire triste y desvié la vista mientras movía mis labios sabiendo que él no me iba a comprender


-*como si fueras a comprender a alguien que no puede hablar*-  dije con desdén y dolor, ahora entendía lo que sentía Atem, lo que vivió todo este tiempo


-eso no es cierto... yo sé leer los labios-  dijo de pronto, ante esta revelación yo gire mi vista sorprendido notando un ligero sonrojo en las mejillas de este chico


Que yo sepa, en el mundo había 3... O tal vez 7 personas perfectamente idénticas a nosotros mismos, algo así como un gemelo pero en todo el mundo, algunos dicen que si llegaras a ver a uno solo, te mueres, otros dices que solo te desmayarías y ya... pero nunca pensé que si podría llegar a verme a mí mismo... en definitiva nos parecíamos mucho... a acepción de ese curioso cachivache que traía colgando al cuello, lucía como una pirámide invertida dorada y al frente un ojo egipcio


-ha, este es mi rompecabezas del milenio, es un amuleto y me iba a conceder un deseo-  me dice mientras lo toma entre sus manos... pero le hice verme a mi


-*¿cómo es que llegue hasta aquí y quien eres tú?*-  le trate de preguntar lo mas correctamente sin sonar molesto ni mal educado, el se sonrojó un poco y comenzó a decirme


-lo que pasa es que había ido con mi abuelo de vacaciones y te encontramos flotando por el rio así que te salvamos y te trajimos hasta aquí-  me dijo mientras se rascaba la cabeza


-*ya veo... entonces arruine sus vacaciones, discúlpame por favor*-  le volví a hablar mientras me inclinaba pidiendo disculpas


-¿ha?... ¡no, no, no! ¡No te disculpes!... a decir verdad ya íbamos de regreso, solo pasaba por el rio para ver si no faltaba nada o si se había quedado basura, pero te encontré a ti, por eso, no hay problema-  y me mostró una hermosa y radiante sonrisa... aun más hermosas que aquellas que daba mi hermano Atem... cierto...


-*¿donde estoy?*-  pregunte recordando ese detalle de sumo interés


-¿ha? estas en el hospital central de ciudad Domino que es la ciudad centro de Japón-  me explico... ahora entendía... viaje por el rio de un extremo al centro... ante esta conclusión yo asentí y luego me volví a inclinar en forma de agradecimiento


-por cierto, yo soy Yugi Muto ¿cuál es tu nombre?-  me hizo la pregunta mientras sonreía de esa forma tan gloriosa que a la vez me hacía pensar que ni las sonrisas de mi hermano llegaban a ser así de gloriosas... pero era cierto... no podía decir quién era del todo... a fin de cuentas... mi... 


-*mi voz por mi libertad... que cruel estupidez si no he muerto*-  susurré pero olvide por un momento que este chico de nombre Yugi podía leer mis labios


-¿a qué te refieres?-  al girar y verlo (al tiempo que recordaba que él podía leer los labios) vi que estaba triste viéndome, gire la vista evitando verlo


-*... Yami... mi nombre es Yami*-  dije rogando que así pudiese evadir aquella pregunta


-¿y por qué es que estabas en el rio Yami-kun?-  me pregunto él, lo mire y hablé, o bien, moví mis labios como si realmente pudiese hablar


-*Yami... puedes decirme solo Yami... y sucede que había caído por una cascada cuando me asomé por esta, así que era normal... caí por ella y no supe nada de mi hasta ahora que despierto*-  el veía atento mis labios y eso me hacía ponerme nervioso, el sonrió un poco


-¿y de dónde eres Yami?-  volvió mientras sonreía...


-*eso... no lo se... nunca me dejaban salir de casa así que... no lo sé...*-  baje la vista recodando cosas crueles otra vez... 


-¿heee? ¿Cómo que no lo sabes?... ¿y entonces como piensas volver a tu casa?-  ante esta última pregunta yo me tensé... y negué rápido


-*no... ¡No pienso volver a casa!*-  estuve a punto de emitir un fuerte grito, pero logre contenerme y solo sacar aire, lo vi por unos momentos él como él me miraba y con dolor le dije


-*en ese lugar yo...


-¡Yugi! ¡¿Estás bien?! ¡¿Por qué estas en el hospital?!-  de la puerta llegaron 3 personas, 2 hombres y una mujer que serían mas o menos de mi edad... 


Aquel que le había hablando a Yugi era un joven rubio de piel blanca y ojos miel, otro era de cabello castaño y piel morena como la de mi hermano y la última era una chica de cabellos castaños y piel blanca


-ha, Joey, Tristan, Tea... lamento no haberme podido explicar bien, lo que pasa es que encontramos a Yami inconsciente y lo trajimos al hospital-  sonrió con gentileza, yo me había quedado viendo esa hermosa sonrisa, pero el grito de los otros 3 integrantes me saco de mi propia ensoñación


-¡waaaa! ¡Se parecen demasiado!-  grito el hombre moreno


-¡hasta podrían pasar por hermanos!-  dijo el rubio y yo baje la cabeza


-no sean mal educados y preséntense-  regaño la mujer y luego la misma se acerco a mi


-yo soy Tea, mucho gusto-  luego fue el rubio


-yo Soy Joey Wheeler y este otro es Tristán-  dijo tomando al otro por el brazo y mientras los otros 2 se peleaban la chica me pregunto


-¿y cuál es tu nombre?-   yo moví mis labios pero tal pareciera que no me podían comprender

-¿no puedes hablar?-  yo asentí a su pregunta 


-¡entonces ya sé como comunicarnos!-  grito de la nada Joey mientras sacaba una libreta y una pluma

-¿puedes escribir aquí verdad?-  yo tome ambas cosas y asentí, luego de abrir en una página en blanco comencé a escribir


-*hola, mi nombre es Yami y tengo 17*-  fue lo primero que puse


-¡¿tienes 17?! Valla, te ves más joven... bueno, no es mucho, eres de la edad de Seto-  hablo Tristán


-*¿quien es Seto?*-  ahí iba yo y mis dudas


-ha, Seto es un conocido nuestro que aun se niega a admitir que es nuestro amigo...-  me explicó Yugi... ¿a que se referirá?


-cierto, además de que está interesado por Joey pero el muy tímido no sabe como acercársele-  comenzaron las burlas a lo cual Joey algo rojo comenzó a luchar contra su amigo, al ver estas escenas de amigos y amistades era que sonreía... incluso deseaba poder reír con todas mis fuerzas y poder cantar la alegría que sentía al poder estar en este lugar rodeado de buena gente... pero, el solo hecho de recordar este candado que suena como un cascabel es algo que me lastima y hace que toda mi felicidad se esfume


-por cierto ¿qué es esto Yami? y ¿donde lo conseguiste? esta genial-  dijo Joey, cuando me di cuenta el estaba acercando su mano hacia mi cuello, algo asustado le golpee la mano, el me vio confuso y yo comencé a escribir


-*lo siento mucho, pero no quiero que lo toquen... digamos que... no es algo que pueda ser tocado... es... malo...*-  cuando me di cuenta de lo que había escrito trate de subrayarlo pero Joey me había quitado la libreta y con una cara un tanto seria y burlona me pregunto


-¿y si es tan malo porque lo cargas tu hee?-  yo lo vi y baje la cabeza


-*por que es mi camino a la libertad*


-"por que es mi camino a la libertad"  fue lo que dijo-  de pronto escuché la voz de Yugi repetir mis mismas palabras


-¿a si? ¿No veo el cómo?-  dijo Tristán igual serio y yo negué 


-escucha Yami, puede que nos acabemos de conocer pero puedes confiar en nosotros, te ayudaremos en todo lo que podamos-  sonrió Tea, yo solo asentí pero aun estaba triste así que baje la cabeza y por fin Joey me devolvió el cuaderno


-*yo... soy un demonio... así que no creo... que quieran estar cercas de mi... doy miedo ¿cierto?*-  escribir pero no lo mostré, mas sin embargo recibí un fuerte golpe en la cabeza que me desorientó por unos momentos, al ver a mi espalda encontré a Joey quien había sido el que me había golpeado


-idiota,  ¿como demonios piensas que darás miedo si ni siquiera te conocemos? además, tu no pareces exactamente un demonio y mucho menos das miedo, solo pareces un chico asustadizo-  dijo él con algo de molestia


-espera Joey, Yami nunca había estado fuera de su casa, es la primera vez que habla con alguien según tengo entendido ¿cierto Yami?-  me defendió Yugi, yo lo mire y asentí


-haberlo dicho antes, vamos, te llevaremos a conocer todo lo que se debe de como se debe vivir la adolescencia actual-  dijo de pronto Joey y entre él y Tristán me tomaron y sacaron de la cama para comenzar a caminar


-¡esperen! ¡Aun no lo dan de alta!-  grito Yugi


-"no tengo a donde ir" dice Yami-  habló por mi Yugi mientras yo trataba de hacer que se detuvieran pues casi me llevaban cargando por los brazos, aunque las palabras de Yugi los detuvieron


-Yami ¿no tienes familiares aquí en Domino?-  pregunto Tea y yo negué, por fin ambos me dejaron pararme bien y escribí


-*la única familia que tenía se encuentra en aquella casa pero a decir verdad a ellos yo no les intereso en absoluto... así que, decidí no volver... por razones personales, no quiero volver*-  escribí, pero como tal parece se estaba haciendo costumbre, Joey me volvió a quitar el cuaderno para leerlo en voz alta


-¿y no tienes a donde ir?-  pregunto Tea mientras yo negaba


-no hay problema, puedes quedarte con nosotros ¿cierto Yugi?-  pregunto de pronto un anciano muy parecido a Yugi


-¡abuelo... claro, por mi está bien!-  dijo este con una sonrisa, yo me sonroje y baje un poco la cabeza diciendo gracias


-no tienes por qué agradecer-  dijo el anciano, lo vi asombrado y el también sonrió


-yo también se leer los labios muchacho-  me dio algo de pena y volví a agradecer


-muy bien, si ya esta decidido ¡vamos a divertirnos!-  dijo Joey mientras me volvía a tomar del brazo y a llevarme junto a Tristán, yo solo los seguí sin chistar... 


Había sido tan repentino, estaba tan asustado y feliz, que no pude hablar


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Fue rápido, fue impresionante... fue algo sin igual... 


El señor Muto era alguien amable y rápidamente se hicieron los trámites para que yo quedase bajo su custodia, vieron que estaba aun más avanzado que ellos en cuanto a los estudios así que me dieron a elegir si ir a estudiar o quedarme en casa, fue más que obvio que decidí ir a la escuela


Quede en el mismo grupo que el resto, así que podía pasar el tiempo con todos ellos, aunque claro, a Yugi y a mí nos hicieron burlas sobre que era su gemelo perdido y esas raras locuras suyas, mas nunca le prestamos atención, solo a pasar los buenos tiempos


Por igual, rápidamente me acostumbré a la nueva vida que poseía, aprendí los nuevos juegos que habían y trataba de comprender algunas cosas que se hacían en el mundo exterior; a veces los muchachos se burlaban por mi inocencia, aunque claro, poco a poco eso fue desapareciendo con forme el pasar del tiempo


Tratando así con mis amigos, no comprendía realmente la razón por la que mi hermano Atem me odiaba, habían ocasiones en que le preguntaba a Yugi si yo corrompía a la gente, pero el siempre lo negaba, aunque claro, también note que él era muy molestado cuando estaba solo, y yo, siempre iba a ayudarlo, ellos salían corriendo de tan solo verme, no lo entendía


Un día, mientras caminaba tranquilo por el lugar buscando al resto de los muchachos, luego de haber acabado la clase de deportes me encontré con una sala de música, la vi pues la puerta estaba abierta, así que, algo dudoso entre en ella y vi todo el lugar... era algo pequeño a comparación de mi antigua sala... ahora... ahora que lo recordaba... mi hermano Atem sabía cantar pero no sabía tocar ningún instrumento... mas yo, era diferente, yo si sabía hacerlo...


Cuando me di cuenta estaba sentado justo frente a un piano, toque una tecla y por un momento me dio la sensación de que era mi voz la que sonaba, toque otra tecla y de nuevo aquella voz mía sonaba a través del piano...


Me abrace a mí mismo, no, no podía romper mi palabra, no volvería a usar mi voz... ... ... y era cierto... casi han pasado 6 meses desde que fui atacado una última vez por mi hermano, 6 meses de no poder usar mi voz... pero... al mismo tiempo... no necesito mi voz... si al menos... puedo volver a la música como amo... cierto... yo... amo cantar... amor tocar música... amaba... ser yo... aunque... eso lastimase a los demás...


Cerré mis ojos al darme cuenta que tocaba el piano aquella melodía que salía de mi corazón, trate de detenerme pero ya era tarde, no podía frenar este torrente de emociones... cerré con más fuerza mis ojos mientras permitía que las lagrimas no derramadas en años escapasen por primera vez... mis labios comenzaron a moverse siguiendo la melodía, diciendo palabras sin sonido, gritando en silencio el dolor que acongojaba esta torturada alma... 


La velocidad y la fuerza con la que tocaba la música estaba en un veloz aumento... solo... yo solo...


-*¡¡¡SOLO QUIERO VOLVER A CANTAR!!!!!!!*-  abrí de golpe mis ojos, había golpeado el piano para el final, había estado a punto de gritar... pero gracias al cielo, solo había sacado aíre... no había emitido ni un solo sonido...


Me senté de nuevo dejándome caer y pase una mano mía por todo mi cabello para tratar de tranquilizarme, mas de pronto escuché el aplauso de varias palmas como si de una lluvia torrencial se tratase, al ver hacia la puerta me encuentro con todos mis amigos quienes aplauden con entusiasmo y varios compañeros mas de clases diferentes que no conozco, también aplaudir con ímpetu, los miro algo contrariado... ¿cuando fue que llegaron todos?


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Luego de aquel incidente extraño mis amigos me dijeron que tenía talento para la música, sonreí y les dije que a mí, mi hermano me llamaba demonio... al haber escrito esto y Joey robarme la libreta, abrí mis ojos y la arrebate muy tarde, Joey había dicho mis palabras... arranque la hoja y la tire a un bote de basura que estaba por los alrededores y luego escribí


-*no es nada de importancia*-  mas a nadie engañe


-¿Qué pasa Yami? ¿Que nos estas ocultando?-  pregunto Joey, yo negué, baje la cabeza y sentí la caricia de la cálida mano de Yugi en mi mejilla


-puedes confiar en nosotros, somos tus amigos después de todo, siempre estaremos ahí para ti-  y me sonrió, yo tome su mano para presionar su mano mas contra mi mejilla y sonreí contento mientras mi corazón latía cada vez mas y mas... es verdad... creo que me enamoré de Yugi...


-¿Qué hacen todos ustedes dando espectáculo a mitad de calle?-  habló una voz serca, al girar nos dimos cuenta de una limusina y de ella un joven de cabellos castaños y ojos azules nos miraba...


-¡¿Qué diablos insinúas Kaiba?!-  pregunto molesto Joey a la defensiva, yo abrí mis ojos por la sorpresa


-así que es el de quien Joey siempre habla... el muchacho que le robo el corazón...-  supuse por su forma de reaccionar


-¿hace cuanto que volviste Kaiba?-  pregunto Yugi tranquilo


-apenas... ¿quién es tu espejo?-  pregunto Kabia mientras me miraba de forma profunda, casi como si atravesara mi alma... tome mi libreta y escribí


-*mi nombre es Yami, mucho gusto Seto Kaiba... supongo*-  el hizo un ligero gesto para volver a ese rostro apacible y pregunto


-¿que, no hablas?-  yo asentí y luego posó su vista a Joey


-adiós perro-  y su carro arranco y Joey se quedo luchando contra el auto gritando insultos a su dueño, yo gire a ver a Yugi y le pregunte con los labios


-*¿ese es el tipo del que Joey esta tan enamorado?*-  Yugi rio y asintió en silencio, yo sonreí 

-*parece ser que son tal para cual*-  Yugi volvió a darme la razón y reímos un poco


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Otro tanto más de tiempo paso y Seto nos invito a todos a una cena en su mansión; era algo bueno para el resto, pero a mí ya no me gustaba para nada estar en las mansiones pues me recordaban a la mía y a lo que vivía... así que, aun de mala manera tuve que ir ya que a mí era a quien más quería ver, pero claro, Joey no me iba a dejar solo con el "él iba de mi guardaespaldas" aunque podría apostar que iba más a checar que no se hicieran cosas indebidas... cosa que realmente no iba al cazo...


-ya era hora de que llegaran-  dijo el, tan simpático como siempre ¬.¬


-habla ya Kaiba ¿para qué has llamado a Yami?-  pregunto Joey, Seto sonrió de medio lado de forma un tanto macabra y a mí me recorrió un escalofrió por la espalda


-Yugi me contó que tu sabes tocar casi todos los instrumentos y que eres muy habilidoso en el piano, si eso es cierto quiero que me lo demuestres-  dijo el tranquilo, yo lo vi algo sorprendido... esa no era una buena idea... pero al ver a Yugi y como este me sonreí yo acepté


-sí, yo también quiero volver a escuchar como tocas-  dijo Joey, luego fue apoyado por Tristán y Tea, volví a ver a Yugi y me lo pidió también, él quería escucharme tocar... sonreí y asentí 


-*tocare con el corazón*-  el sonrió mas y yo me dirigí a sentarme frente al gran piano de cola que estaba en medio de una habitación sin nada, luego de que todos tomaran sus asientos yo vi a mi audiencia, solo mis amigos y uno que otro sirviente... de cierto modo me hacía sentir bien... 


En mi otra casa a nadie le importaba si tocaba o si no, siempre estaba solo, pero ahora, la habitación que era más grande que en la de mi casa se veía repleta para mi, así que, sonriente cerré mis ojos y comencé a tocar una a un ritmo algo rápido pero que me gustaba, que me hacía sentir bien


En mi mente se recreaban todas esas imágenes donde estaba con mis amigos, cuando reíamos, cuando nos pasábamos las respuestas de un examen, cuando peleábamos por el ultimo pan al vapor o cuando estábamos jugando básquet juntos... todos eran buenos momentos y muy divertidos, sin lugar a dudas... aunque no pudiese hablar, la música hablaría por mi...


Así siguió de buena manera hasta que, ante tal emoción decidí cantar yo sin darme cuenta, abrí mis labios y estuve a punto de cantar 


-*tu corrompes a la gente Yami...*-  recordé de golpe sus palabras y el cómo me miraba con odio y desprecio, me levante de golpe y me alejé del piano algo asustado, todos corrieron a verme pero yo solo negué


-*no... Yo no corrompo a la gente hermano...*-  susurré para mi, aterrado y caí inconsciente...


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_*tu corrompes a la gente Yami... por eso te llamas Yami, Yami significa oscuridad... eres un demonio... Yami...*_


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Yami... Yami... Yami... despierta... Yami...


Cuando abrí mis ojos me encontré con todos a mi alrededor pero sobre todo a Yugi a mi lado... al verlo solo en mi mente aquellas palabras de mi hermano resonaban, pero como había sido yo quien les había dado sonido... era mi propia voz la que resonaba y me atacaba con esas palabras que, aunque sabía que no eran mías, me lastimaban como si lo fuesen de verdad...


... ... ...


-una vez más gracias por todo Seto-  nos despedimos del mencionado quien estaba en su limosina y nos había dejado a todos a nuestras respectivas casas, solo habían quedado Joey y Seto en la limusina pues Yugi y yo habíamos sido llevado a la casa


-solo ocúpate de descansar Muto-  me dijo a mí y luego se fueron, yo suspire y baje un poco la vista


-Yami... ¿estás bien?-  mire como Yugi se mostraba preocupado ante mí y yo asentí no muy seguro de mi respuesta...


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-muchachos, regresaron temprano-  hablo sonriente mi abuelo


-así es abuelito-  le respondí con la misma sonrisa


-*si me disculpan, voy a darme una ducha*-  escribió Yami para posteriormente irse, cuando escuchamos la puerta cerrarse tardamos un poco mas y mi abuelo se me acerco


-¿Qué paso?-  habló entre susurros


-no lo se... estaba tocando a la perfección y lleno de energía pero de pronto su música cambió a una siniestra y que sonaba con miedo para luego levantarse de su lugar con un brinco y decir que el no corrompía... creo que dijo "hermano" y luego se desmayo, desde que despertó ha estado así... me preocupa pero él insiste en que está bien-  le explique entre susurros también, pues Yami había vuelto con un mirar triste y opaco


Siempre que le preguntaba sobre su familia y su vida el siempre se ponía así, así que nos era casi imposible saber más sobre él; otra cosa que era enigmática era la gargantilla, nunca se la quitaba, pese a que había tenido problemas en el pasado con eso nunca se la quitaba alegando que era algo importante para él, pero no se veía contento cuando lo decía... ¿qué clase de vida tuvo antes de que lo conociera?...


... ... ...


Un nuevo día había llegado, Yami nos ayudaba a mi abuelo y a mí en la casa, éramos una familia pequeña pero cálida, mientras mi abuelo atendía la tienda, yo hacía las labores y Yami había ido a comprar algo para la cena, el teléfono sonó


-¿hola? Yugo Muto habla-  dije como siempre


=Yugi, soy yo, Kaiba=  sonó del otro lado del auricular su voz seria


-¿ha? ¿Seto? ¿Qué pasa? ¿A qué se debe tu llamada?-  pregunte pues no era algo muy normal y no creo que fuese para algo bueno que el llamase


=hay algo que quiero tratar contigo urgentemente, es sobre tu amigo Yami=  me dijo 


-está bien ¿cuando quieres que te vea?-  pregunte pues yo también estaba interesado


=en media hora, ya he enviado un auto que te recoja, llega puntual=  asentí y colgamos


-¡abuelito! voy a salir por un rato, avísale a Yami para que no se preocupe por favor-  llegue a la tienda y el accedió, me prepare y cuando salí justo iba llegando la limosina de Kaiba


-hola Yugi, sube-  dijo Mokuba, yo lo salude y partimos hacia las empresas Kaiba


... ... ...


-muy bien Seto, ya estoy aquí-  dije serio, Mokuba, quien me había estado acompañando se quedo fuera de la oficina y Kaiba cerró con llave


-¿sabes qué clase de cachivache está usando Yami en su cuello?-  pregunto de pronto


-no, no lo sé, cuando le pregunto él dice que es algo que no quiere que nadie más toque y dice que es especial para el-  le dije aun sin comprender nada


-lo supuse... y también supongo que ese idiota no sabe que es lo que lleva al cuello-  dijo entre burla y pensante


-¿quieres explicarme que es lo que está pasando Kaiba?-  pregunte algo desesperado, el me miro y habló más serio


-el cachivache que trae no es algo que usen los humanos, es una correa de castigo para perros, si se porta mal el perro, una fuerte corriente eléctrica le recorre el cuerpo, pero por lo que pude ver, el suyo ha sido alterado, no se a que reaccione, pero si lo hace recibe una fuerte corriente eléctrica-  dijo serio y yo comprendí... ... ...


-reacciona a su voz... Yami no tiene permitido usar su voz-  dije llegando a la conclusión y ahora fue turno de Kaiba para exigir explicaciones


-cuando conocí a Yami la primera vez dijo algo de que había cambiado su voz por su libertad... cuando lo vimos tocar por primera vez, pese a que no pudo gritar yo vi como con desespero movió sus labios diciendo que quería volver a cantar... lo más seguro es que si habla esa cosa lo lastime-  dije, el me miro y suspiro


-¿sabes si hay alguna forma de quitárselo Kaiba?-  pregunte preocupado


-podríamos hacerlo con mi tecnología pero en el proceso recibiría algunas descargas, de todos modos tengo que hacerle pruebas a esa cosa-  dijo el sin interés


-no creo que él quiera... ¡ya se!... Kaiba, puedes fingir que habrá una fiesta y hacerlo ir a tu casa, ahí podrías hacerle las pruebas-  dije yo emocionado


-llamé a Yami por que iba a haber una fiesta en otra ciudad y me pidieron que llevara algo que les interesara, si él sabía realmente tocar lo pensaba llevar-  dijo el, yo le vi mal pues tenía pensado usar a Yami 

-podríamos usar eso para que este aquí más seguido y poder quitarle esa cosa de mal gusto-  dijo el, yo sonreí y le agradecí, sabía que no lo hacía por mi o por Yami, mas bien, era para quedar bien con Joey


Estaba ya fuera de su casa y entrando en la limosina cuando recordé algo mas


-por cierto Kaiba, Joey te extraña, siempre habla de ti, no sería mala idea que vallas de cuando en cuando a la escuela a visitarlo-  le sonreí, el me miro frio y me fui, ya había hecho algo también porque esos 2 se acercaran mas... 


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Veía el cielo nocturno por mi habitación, hace poco había recibido una llamada de parte de Kaiba diciendo que me contrataba a mí para dar un concierto en la noche y que si lo hacía iba a dejar que mis amigos vinieran; iba a ir a una fiesta de disfraces así que supongo que no habría problema, aunque, por extraño que pareciera Yugi se veía más entusiasmado en esto de lo normal... así que no me pude negar... 


-se supone que de ahora en adelante voy a tener que ir a la casa de Kaiba para que el elija que tipo de música deberé de tocar-  me dieron escalofríos de tan solo recordar su gran mansión


-*que mal, no quiero volver a pisar una mansión...*-  me levante de la ventana y me metí a la cama


_*Tu corrompes a la gente Yami... tu eres la oscuridad de los corazones ajenos, aquella oscuridad sellada que nadie quiere ver... siempre serás despreciado por todos... nunca habrá nada bueno para ti...*_


De pronto me levante de golpe en la cama tomando con dolor mi cuello, tal parece había hablado mientras dormía pues me sentía lastimado, toque el maldito collar que llevo al cuello y recordé la mirada maliciosa que me había dado mi único hermano antes de lanzarme por aquel precipicio... debo dar gracias que caí en la cascada y no en tierra firme o todo hubiese terminado para mi...


-*haaa... tengo miedo de volver a dormir... no quiero recordar esas cosas crueles de Atem otra vez*-  me dije a mi mismo molesto, pase una vez más mi mano por mi cuello sintiendo aquel candado que me ataba a mi propia jaula que yo mismo elegí, pero el recuerdo de Yugi llegando a mi mente me hizo sonreír lleno de alegría...


-no es tan malo, me gusta vivir así, me alegro de haber pedido mi libertad... porque gracias a ello conocí a Yugi... mi vello ángel celestial...


_*tu corrompes a la gente Yami*_
  abrí mis ojos al recordar esas palabras que tanto dolor me causaban, tape mis oídos rogando por que aquellos recuerdos se fuesen, pero eran más notorios que nunca, así que, levantándome de golpe en mi cama fui al escritorio que tenía y tome el ultimo regalo que me habían hecho todos, un pequeño reproductor y unos audífonos


Volví a recostarme en la cama y poniéndome ambos audífonos puse el volumen al máximo para poder evitar escuchar mis propios pensamientos, solo así pude volver a dormir...



-------EN OTRA PARTE LEJOS, MUY LEJOS DE CIUDAD DOMINÓ-------


-¿aun no lo han encontrado?-  pregunto un hombre serio y muy frio


-no, aun no-  dijo uno de sus sirvientes


-*basta padre, olvídese de ese inútil, no tiene ningún caso que siga buscando*-  dije yo, el solo me miro y desvió la vista


-si es así... lo daremos por muerto, después de todo no creo que haya sobrevivido haya afuera el solo-  dijo mientras se levantaba de su lugar y se marchaba, pero justo antes de abandonar la habitación se detuvo y habló


-Atem... habrá una fiesta lejos, del otro extremo de Japon, quiero que vallas en mi representación, en la fiesta habrá gente importante, así que quiero que vallas presentable... creo... que tú estabas interesado por Seto Kaiba ¿cierto?-  giro a verme y yo asentí


-el será quien traiga la música, y creo que no le gusta usar disfraces así que... suerte si lo vez-  sonreí notoriamente y asentí para luego dar una reverencia mientras veía como se iba aquel hombre tan imponente


-esta vez... lograré conquistar a Kaiba con mi voz... con mi nueva voz...-  sonreí más abiertamente de forma algo macabra pensando en todo lo que estaba por venir...

Notas finales:

ojalá les haya gustado

 

¡comenten!

 

Que tengan un buen día n.n

 


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