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Mi chico con somnifobia. por vvip

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Cómo se encuentran?  Esperando a que esten bien les traigo otro capítulo. 

Disfruten <3

 

 

 Me quedé extrañado al ver que SeungRi se había detenido a mitad del camino, bajó sus brazos y me sonrió tímido.

­-Hola

Enarqué mi ceja,  me acerqué a él y poseé, bajo su mentón, dos de mis dedos para subirle lo suficiente, para así unir ambos rostros en un beso. Él cerró de inmediato sus ojos, se paró de puntas y ladeó su cabeza correspondiendo a nuestra unión de labios, pero sin tocarme, hecho que me extrañó. Luego de unos minutos se separó de mi jadeante, nuevamente se le había olvidado respirar.

-¿Estás listo? –Le pregunté sonriendo, paralelo a que acariciaba su rostro.

El afirmó con su rostro y retrocedió para ir en busca de su pequeño bolso.

-Deja, yo lo llevo. –Le quité dicho objeto para colgármelo en el hombro. Estiro mi mano para coger la del menor. Él entrelazó nuestros dedos y apoyó su cabeza en mi brazo.

 

Nos fuimos en silencio  hacia mi moto. Un silencio cómplice y agradable, en donde únicamente  nos acariciábamos nuestras manos con los pulgares.

-¿Nos iremos en moto, hyung? –Me sonrió suave.

 

-Así es, te traje tu casco. Lo usarás ¿vale?

 

Extraje el caso de la pequeña “maleta” (si es que se puede llamar así a esa pequeña caja que viene en todas las motocicletas), me coloqué en frente de él y comencé a colocárselo.

 

-¿Está muy apretado?

 

-No, está bien hyung.

 

-¿Seguro?

 

-Sí, está perfecto. –Se acercó a mí y me robó un beso.

 

Le miré sonriendo, me di vuelta y me subí a la motocicleta; él se sentó atrás mío, me abrazó por la cintura pero teniendo el cuidado que nuestros cuerpos no se tocaran, hecho que nuevamente me extrañó. “¿Por qué no quieres tocarme, bebé?”  Pensaba mientras conducía hacia mi hogar.

 

Cuando llegamos, él no se bajó. Sonreí para mí, “Quizás quiere que le baje” Pensé y me dispuse a hacerlo, pero mi pandita al ver lo que me proponía se bajó de inmediato.

 

-Gracias –Se quitó el casco y me lo entregó.

 

Lo recibí más que extrañado, ya no era solamente una sensación: Ri no quería que lo abrazara. Me sentí un poco mal, así que guardé silencio mientras entrabamos a la casa. SeungRi notó mi cambio anímico y me quedó mirando mientras se mordía el labio.

 

-¿Hyung?

 

Alce mi rostro y le miré.

 

-Dime

 

-¿Puedo dormir con usted? –Se sonrojó al preguntarme.

 

Aquella inocente pregunta ayudó a que mi pena se esfumara, le sonreí para abrazarle con cariño; creo que le tomé por sorpresa ya que no opuso resistencia, pero en el momento que apliqué un poco de fuerza para atraerlo a mi él gimió de dolor.

 

-¡Ay!

 

Me separé de inmediato y le miré más que preocupado. Esto no se veía nada bien, ni siquiera ejercí demasiada fuerza en el abrazo, fue uno normal. Arrugué mi ceño y sin previo aviso le levanté la playera; lo que me encontré no fue para nada de mi agrado.

 

-¿Quién fue? –Gruñí. Estaba furioso.

 

Él me miró asustado y bajo de inmediato su ropa; cubriendo así  las marcas rojas que tenía en su vientre y también el gran moretón que tenía en el centro. Desvió la mirada y no me respondió.

 

-¿Podré dormir contigo?

 

-No me cambies el tema SeungRi ¿Quién fue? Esos moretones son recientes, dime quien fue.

 

Me miró; su mirada había cambiado, ahora era de miedo. Su labio inferior comenzó a temblar. Negó varias veces y se acercó a mí para aferrarse a mi playera.

 

-M-me… g-gol-peó…e..es..esta m-ma..ñana… -Tartamudeó hundiéndose más en mi ropa.

 

¡¿QUÉ?! ¿Quién mierda fue?, quise decir pero no pude. Era Ri quien estaba hablando en estos instantes y era muy difícil que en esa personalidad me diera información y ahora lo estaba haciendo. Llevé mi mano hacia su cabello y lo acaricié con dulzura. (Controlando mi ira asesina, por supuesto)

 

­-O-dia q-que me j-junte c-contigo… n-no pu-de def-fenderme… -Se aferró con fuerza a mí.

 

-¿Quién fue pequeño?

 

-…..-

Suspiré, me esperaba eso pero lo intentaría una vez más.

-¿Me dices quien fue amor? –Murmuré lo más suave que pude y acaricié su cabello al mismo tiempo.

 

Creo que surgió efecto hablarle así, ya que se separó suave de mí, lo suficiente para mirarme. Su mirada había vuelto a cambiar; ahora era alegre y entusiasta. (En resumen, ahora estaba  como SeungRi) 

 

-¿Cómo me dijiste?

 

“Diablos, ahí quedó nuestra conversación…ahora con suerte sabré quien fue el que te golpeó. Tsk” Lo miré unos segundos para controlar mi ira, a veces esta situación de los cambios de personalidad me exasperaba, aún más en estos casos que necesitaba la información.

 

-¿Hyung? –Abultó sus labios en un tentador puchero.

 

Al verle así, no me contuve y dejé un pequeño besito en aquellos labios abultados. Él sonrió de inmediato.

 

-Te dije Amor… ¿Te gusta que te llame así?

 

Se sonrojó de sobre manera y me miro.

 

-Si… me gusta mucho.-Me sonrió tímido.

 

Él era mi pequeño, mi amado, mi novio. Aunque me enojaran algunas reacciones de él, (como el hecho de ocultarme  información cuando el tópico no era cómodo para él o cambiarme de inmediato de tema), pero la verdad….lo amaba. Tal cual como era y aquellos pequeños gestos; como sonrojarse  al mirarme hacían que me enamorara más de él. Por ende, como supondrán estimados dejé el tema hasta ahí.

 

-Entonces te diré así mi amor.

 

Ríe con ternura y se aferró a mi pecho hundiendo su rostro en él. Lleve una mano a su cabello acariciándole suave,  disfrutando de la escena que vivía con mi pequeño novio.

 

-¿Oye?

 

-¿Mmm? –Alzó su vista para verme.

-¿Quieres comer? Anoche dejé preparada la comida.- Bajé lo suficiente mi rostro para que mi nariz chocara con la contraria, sutilmente deformándolas.

 

-Me encantaría comer, tengo mucha hambre.

 

-Vale.- Me alejé y le robé un besito.-Iré a calentar la comida. Siéntase como en su casa.

 

Nos encontrábamos en el living o sala de estar principal de mi casa, al oír mis palabras sonrió más que amplio, sin previo aviso corrió hacia mi habitación. De seguro iba a revisar todas mis cosas.

 

-Bobo…. –Sonreí ladino y me doy media vuelta para calentar la comida. Fue cuando de pronto un recuerdo cruzó por mi cabeza: “¿tuvieron sexo?” Era la voz de Se7en, y mi mente volvió a formular la erótica imagen de Ri. Siento como un calor comienza a subir por mi cuerpo desde mi ingle.

 

-Seung, contrólate.- Me dije a mi mismo para tomar un poco de aire y concentrarme en lo que hacía. “No puedes pensar en esas cosas, es un niño”. Suspiré y terminé por ordenar la bandeja con los platos de la comida más dos latas de bebida. Me encaminé a la habitación cuando le vi jugando con mi arma.

 

-¡PIUM! ¡Pium! –Me apunto imitando el ruido.

 

En un principio al verle con el arma me asusté, pero luego recordé que aquella pistola siempre traía puesto el seguro  (era muy cuidadoso con esos detalles) Me relajé y dejé la bandeja encima de mi cama.

 

-¿Por qué me matas pequeño?

 

Negó reiterado y dejó la pistola en mi cómoda.

 

-No te maté, solo estaba jugando mi a-amor –Se sonrojó al decir lo último y se dio la vuelta para así, seguir revisando mis cosas.

 

-Que hermoso se oyó eso. Ya enano curioso ven a comer­.

 

Me senté en la cama y cogí la lata de bebida mirándole. El de inmediato dio la media vuelta  y se fue a sentar a mi lado, demasiado cerca, comenzando a comer animadamente balanceando sus pies. Le miraba de reojo, su piel desnuda que dejaba ver su playera hacia que mi temperatura corporal  siguiera subiendo. “tsk joder joder joder contrólate Seung.” Luego  de un rato el menor, masticando un  gran trozo de carne que llevaba en su mano, se levantó y se sentó en mis piernas. Me observaba en silencio mientras se comía su trozo de carne. Subí una mano y le acaricié su rostro.

 

-¿Qué pasa?

 

No dijo nada, solo sonrió con aquel trozo de carne en su boca y  recostó su cabeza en mi pecho pero cercano  a mi hombro. Volví  a beber un poco más de bebida, la verdad comimos así toda la comida; él sentado en mis piernas y yo, rodeando y acariciando su cintura mientras que mi diestra cogía la comida.

 

­-¿Me hablas de ti? –Me miró sonriendo tierno, rompiendo así nuestro silencio.

 

-¿Hablarte de mí?

 

Asintió con una sonrisa para acomodarse mejor en mis piernas; estaba sentado con sus piernas a cada lado de mí (para así mirarme de frente mientras comíamos) ahora se colocó de lado, apoyando su cabeza en mi hombro mirándole, mientras su mano derecha subía hasta mi rostro acariciando mi mejilla, un tacto suave, cariñoso, lleno de amor.

 

­­-Bien…Mmm…. Me llamo Choi Seung Hyung (?) –Bromeé un poco.

 

Rio con ternura sin dejar de acariciar mi rostro, luego negó. – ¡Anni! Tienes que decirme algo secreto,  algo que nadie más sepa, solo yo. Tu novio.

 

(Nota: ¡¿NO ES JODIDAMENTE ADORABLE?!) Al oírle sonreí y ladee mi rostro para besarle su frente.

-Mmm…. Cuando era pequeño odiaba ir a la escuela. –Le miré sonriendo mientras sentía como aquellos dedos dejaron de acariciar mi mejilla y ahora delineaban mis labios reiteradas veces mientras hablaba; al oírme me miró con atención luego de soltar una pequeña risa.

 

-Todos odian la escuela Seungie mayor, ¡hasta yo!

 

-Lo sé, Seungie menor, pero  yo la odiaba tanto que me escapaba para ir con mi madre. Prefería mil  veces estar con ella en casa que en la escuela. Incluso una vez…la maestra harta que me escapara, me escondió los zapatos para así, evitar que yo me fuera. Me dio igual y me fui a mi casa a pie descalzo…

 

-¿Por qué? ¿Por qué preferías estar con ella? –Miro mis labios que acariciaba para mirarme a mis ojos, sonrojándose de inmediato al notar como yo correspondía a esa mirada.

 

-Mm.. es que cuando era pequeño yo era obeso, los niños pueden ser personas muy crueles ¿Ne? Y me molestaban demasiado.

 

-¿Y qué hiciste para que dejaran de hacerlo?

 

-Ehm….bueno yo, les golpeé mucho.

 

Al oírme el  detuvo sus caricias para verme. Se quedó pensativo unos instantes para luego reanudar su tarea de delinear mis labios, pero esta vez sus ojos tenía otra mirada; se veían astutos como si se le ocurriese una idea. Aproveché el momento para depositar un beso en aquellos deditos. Reaccionó ante mi beso y me miró sonrojado, pero alegre.

 

-¿Sabes pelear?

 

-Claro. Soy policía,  tengo que saber artes marciales para defenderme.

 

-¿¡Me enseñas?!

 

 

Después de que me lo pidiera accedí, nos levantamos y pasé media hora intentado enseñarle lo básico; cómo empuñar la mano para dar un golpe, el  cómo defenderse ante golpes directos a la cara y hasta le enseñé el cómo zafarse de un agarre por la espalda. Lo especial de esta simple rutina de ejercicios, fue que en todo momento, cada vez que el pequeño tuviera oportunidad me robaba un beso. Aquello me hacía sonreír más que un idiota de primera. Cuando le enseñaba como zafarse, nuestros pies se enredaron, entre risas caíamos a la cama, quedando así mi pequeño bajo mío. 

Notas finales:

Uhhhhhhhhhhhhhhhhhh~ Advertencia desde ahora, se viene el lemon niñas.  


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