Al sentir que caímos, SeungRi fue el primero que se puso a reír al igual que yo. Nos reímos unos segundos hasta que nos dolió el vientre (durante todo el “entrenamiento” estuvimos riendo y gastando bromas) SeungRi fue el primero en dejar de reír. Me estaba mirando fijamente, con un brillo especial en los ojos. Al sentir su mirada fija en mí, dejé de reír paulatinamente. Nuestras miradas se encuentran; sin poder evitarlo acerco mis labios a los contrarios para besarle con excesiva lentitud. Él cerró sus ojos y levó su mano hacia mi cabello acariciando suavemente, realizo una caricia circular con sus yemas.
Y entonces pasó…. Sin darnos cuenta nos comenzamos a amar. Sin apuro, sin brusquedad, sin lujuria…..únicamente ternura y amor.
Yo era ya un amante con experiencia, así que supe muy bien el cómo llevar al máximo de placer a mi pequeño Ri.
Les contaré un poco cómo fue…
Mi amado Riri como siempre en cada beso comenzó a agitarse ya que olvidaba respirar. Al oír su respiración fuerte e irregular, (ya…lo diré a sangre fría) me excitó. Tener a mi menor bajo mío agitado por un beso lento que nos dábamos pudo más que mi cerebro. “tienes que dejarle respirar…” me repetía una y otra vez en mi cabeza pero mi cuerpo no me hacía caso, no podía despegarme de sus carnosos labios. Le besé aún más profundo; cuando lo hice mi pequeño se aferró aún más su pequeño cuerpo al mío.
Reitero, mi cuerpo no respondía así que no me juzguen; mientras mi beso se volvía más profundo, las manos de SeungRi dejaron mi nuca para bajar a mi espalda y acariciarla suave. Mis manos, que usaba como punto de apoyo para no dejar caer todo mi peso en el cuerpo de mi pequeño, cambiaron de posición. Ahora, solo una de ellas servía de punto de apoyo mientras que la otra acariciaba sus costados con amor.
-H-hyung….-Murmuró un jadeante Ri, correspondiendo a mi beso.
- ¿Mmm?
-……Ámame.- Detuvo el beso para mirarme completamente rojo.
Al oírle cada músculo de mi cuerpo se tensó. Él me deseaba tanto como yo a él. Le miré y sin emitir palabra volví a besarle; ahora mucho más apasionado que antes.
Luego de una serie de caricias sensuales, posesivas que nos atribuíamos uno al otro; mi pequeño se erecta. Sonreí ante este hecho. Me encontraba besando su cuello en esos momentos, así que aproveché para susurrarle a su oído.
-Tan hermoso…
Él se sonrojó aún más; se estremeció por completo al sentir mi lengua en su cuello y su respiración se volvió aún más irregular. Pasaron los minutos y las caricias se volvieron aún más provocativas, inclusive comencé a levantar su polera.
-¡A..aani!! –Dejó de acariciar mi desnuda espalda (Ri ya me había quitado mi camisa hace unos momentos atrás) y se jaló su playera para cubrir el vientre que mi mano había descubierto.
Le mire y sin retirar mi mano, sintiendo su caliente piel, la acaricié suavemente con mi pulgar.
-¿Por qué no mi amor? –Murmuré ronco.
-P..P…Porque soy feo. –Se intentó cubrir aún más.
Le miré con la mayor ternura posible, al carajo se fuero mis necesidades de poseerlo ya. Primero estaba él, nada más que él.
Me senté en la cama con cuidado y jalé de su mano para que él también se sentara.
-¿Feo?...No…eres hermoso.-Llevo mis manos a su rostro para acariciarlo. Él cerró de inmediato sus ojos al sentir mis atenciones.- Tienes unos bellos ojos….-Besé cada uno de ellos.-Unos hermosos labios… -Los besé lentamente, sintiendo su sonrisa.-Unas hermosas manos… -Tomé cada una para depositar un beso en cada una de ellas. Lo que produjo una risita.- Mmh… ¿Qué más?
-¿Una bella nariz?-Me miró apuntándola.
-¡Oh sí! Mi naricita hermosa…. –Me acerqué a morderla sutilmente, produciendo más risas tiernas.- ¿Y…qué más?
-¿Una bella pancita? –Se levantó su playera. Entonces pude verla bien; estaba llena de moretones, marcas de golpes, algunos recientes otros, ya de varios días. Creo que él notó la forma en que miraba sus marcas: con ira, indignación y tristeza. Así que bajó lentamente su playera con la mirada baja.
-Una hermosa pancita. –Le sonreí un poco forzado, en realidad se los juro si encuentro al hijo de puta que le hizo esto a mi pequeño lo mato. Le quité su playera para luego, recostarle sutilmente en la cama y así repartir tiernos besos por todo su pecho y vientre.
Mi amado pequeño se relajó ante mis atenciones; tanto así que se entregó por completo a mí. Lamí y mordí con delicadeza cada parte de SeungRi, provocando que comenzara a gemir sutilmente. Al oírle mi cuerpo se volvió a tensar; fue un sonido tan dulce, tan hermosa para mis oídos que deseaba oír más, cada vez más y aún más fuertes.
Luego de eso, entre más caricias románticas nos terminamos por desnudar. Descubrí con horror, más una rabia asesina, que todo el cuerpo de mi Ri tenía marcas de violencia. Sus tiernos muslos delataban que anteriormente estuvieron manos aferrándose fuertemente a él. A cada moretón, a cada herida le acaricié con la mayor ternura del mundo (y con sensualidad claramente cofcof) Mi pequeño ya no podía dejar de emitir sonidos de placer; tanto como suspiros hasta pequeños gemidos.
Y…..lo hice mío.
Fue la experiencia más fantástica y romántica que había tenido. No se comparaba a nada, a ninguna otra vez anterior a esta. El interior de mi Ri era tan estrecho, tan cálido, tan exquisito que lo invadí hasta lo más profundo que pude llegar.
“Ahmm…. Mmgh… aahmmm..ah” Eran todos los ruidos que se escuchaban en mi habitación, en realidad, en mi casa. Gemidos puros, tanto como propios como ajenos.
No sé cuánto tiempo estuvimos llenándonos de besos, caricias, suspiros, movimientos sensuales, gemidos y sudor…..en simples palabras perdimos la noción del tiempo haciendo el amor.
Una vez que nos acabamos al mismo tiempo: yo dentro de él y él en mi mano. Nos quedamos en silencio, besándonos nuevamente, recuperando nuestro aliento en lentos besos interrumpidos por los estragos del orgasmo.
-Te amo Ri…-Murmuré en sus labios mirándole.
Me sonrió amplio, correspondió nuevamente a mis labios que se movían en contra de los suyos, cerró sus ojos dejando caer una lágrima por su sonrojada y perlada mejilla por el sudor. Al verla me preocupé.
-¿Amor? ¿Amor que pasa? ¿Te está doliendo mucho? ¿Te hice daño?-Detuve mis besos y sujeté entre mis manos su rostro viendo como derramaba más y más lágrimas: estaba llorando.
-E…estoy..feliz.. –Murmuró sonriéndome. Paralelo a que llevaba una mano a sus ojos para secarse las lágrimas.
Al oírle, suspiré más calmado. Le tome en brazos con delicadeza para colocarle mejor en la cama, tapando su cuerpo con las cobijas.
-Te dará frío…el sudor se va a helar y podrías enfermar.
Me miró muy sorprendido y luego sonrió amplio secándose nuevas lágrimas que se le escapaban de sus ojos, paralelo que asentía.
-T..te..a.a-mo Seungie.
Al oírle me acerco a él y beso tierno sus labios.
-Yo también Riri.
Vi la hora en mi reloj eran las 12:30 am.. con SeungRi comenzamos a tener relaciones a las 8:15 pm. Me recosté a su lado y le abracé con cariño.
-Buenas noches mi amor. –Besé su nuca.
-¡¿Eh?! ¿Dormir? ¡No amor! ¡No, amor amor no duermas! –Se sentó en la cama y me zamarreó con un poco de desesperación-No, no amor…no, no, no.
Había olvidado completamente el hecho de la somnifobia. Le miro sonriendo suave.
-Tenemos que dormir Ri, no pasará nada… te lo prometo.
Negó efusivo con su rostro.
-¿No?
-Nop. Hagámoslo de nuevo. –Se encimó a mí.
Al oír sus palabras y ver sus acciones sonríe ladino. Le acaricie su rostro con una de mis manos para luego, darle vuelta y así cambiar de posición, quedando él bajo mío. Volviendo así, por segunda vez en la noche, hacer el amor.
[Narración de SeungRi]
Ahí estaba yo, recostado en su marcado pecho, acariciando suavemente su piel con las yemas de mis dedos, mientras le conversaba para que no se quedara dormido. La pieza estaba más iluminada… “Está por amanecer, tienes que seguir manteniendo a Hyung despierto, ya casi lo logras Ri”.
-Pero se está durmiendo…-Murmuré inaudible.
Ya hace varios minutos la mano que yacía en mi espalda desnuda dejó de acariciarme. “¿Acaso quieres perderle?” insistió esa voz.
-No… no eso nunca –Negué suave.
Él había llegado tan repentinamente a mi vida, que aún pienso que es parte de mi imaginación. Choi era demasiado único para mí, me trataba con tanto amor, con tanta delicadeza que su tacto y cariño no dolían…. Él…era distinto. Incluso creo que realmente me ama. “¿Y G-dragon?”
Mi cuerpo reaccionó solo, me encogí aún más en el cuerpo de mi Hyung. Mi corazón se aceleró, comencé a sentir miedo y mi Choi dormía, y lo peor de todo es que no sabía si iba a despertar. Odiaba que durmiera, en ese estado no podía protegerme ni yo a él. Fue ahí cuando el ya conocido miedo comenzó a carcomer cada célula de mi piel. La habitación a pesar que estaba un poco clara, las cosas proyectaban sombras alargadas, incluso había un rincón demasiado oscuro. Mi cuerpo estaba demasiado cansado, mis ojos ardían, secos por la falta de humectación, ya que me daba terror cerrar mis ojos para pestañear ya que podría dormirme y no despertar jamás. Escuché un fuerte ruido de vidrios rotos, una risa lejana…. ¿Es GD? ¿Me encontró? ¿Me viene a golpear nuevamente? ¿O me viene a matar de una buena vez?
-t..t..tengo m-miedo . –Susurré cerrando fuertemente mis ojos. Prefería no ver.
Fue cuando de pronto sentí unos fuertes brazos rodear mi cintura. Me giraron y colocaron de lado sin dejar de abrazarme.
-Ri... –Murmuró mi amado para luego emitir unos pequeños ronquidos.
Su calor acunaba todo mi cuerpo, sentía su respiración en mi nuca. “se siente bien… ¿No?, quédate quieto me gusta sentir su calor”. Asentí sonriendo suave, cualquier rastro de miedo se fue esfumando paulatinamente, ya que me entretuve en sentir su calor, su ritmo de respiración y escuchar sus sutiles ronquidos.
Estar con Hyung siempre se sentía así; pero cada vez de una manera distinta. Me sentía protegido, feliz, seguro… me sentía en casa. En esa casa (no me refiero a la clínica) dónde te espera omma y appa. (Mamá y papá*)
¿Omma...y appa? ¿Alguna vez los tuve? Quizás sí…pero la verdad no les recuerdo muy bien… ¿o quizás mis vagos recuerdos de ellos solo los imaginé?, mordí leve mis labios pensativo. ¿Qué pasaba si en verdad yo nací de un huevo como los pollos? ¿O simplemente aparecí? No… G-Dragon me dijo que si yo tenía padres, pero ellos estaban en el cielo, por eso debía quedarme con él, ya solamente él podría cuidarme. Pero…… Hyung se siente más a casa que Ji.
-¿Ri? –Sentí su ronca voz.- ¿Estás dormido?
No respondí, tampoco me moví.
Deshizo el abrazo para sentarse en la cama, luego siento como las sábanas se vuelven más pesadas y estás me cubren hasta los hombros. Sus brazos vuelven a aprisionar mi cuerpo y me acerca lo que más puede al ajeno. Sentí un beso en mi nuca.
-Te amo…-Me susurró.
Quise responder pero ya me había quedado dormido. Le hubiese respondido si hubiese sabido lo que pasaría al día siguiente