Era temprano por la mañana. No había dormido exactamente nada, quizás un par de horas pero no más que eso. ¿La razón? Mejor dicho las razones: El especial de mi amigo Se7en y mi hermoso novio. Partiré por explicar el por qué mi amigo, era una de las causas de las cuales no puede dormir.
Cuando llegué a casa luego de ir a dejar a mi amado SeungRi a la clínica, pensaba que podría darme un relajante baño, comer algo y dormir temprano porque al otro día sería la misión, pero no, ahí estaba él instalado en mi sofá, con sus pies encima de mi pequeña mesita y bebiendo de mis cervezas.
-¡¿Qué diablos haces aquí Wook?!- Gruñí, “¿Cómo carajos había entrado a mi casa?” pensé.- ¿Tienes una copia de mis llaves?
-Tsk –Bufó.- ¿Me crees ilegal o alguna clase de psicópata pervertido que copia las llaves de tu casa en el local que está a la vuelta de la oficina ese pequeño pintado de azul, cuando estabas distraído y dejaste las llaves a mi alcance? Discúlpame pero me ofende que pienses así de mí.- Fingiendo estar dolido bebió un poco más de cerveza.
-Idiota. –Reí suave y caminé hacia mi nevera para sacar dos latas más de aquella bebida alcohólica a base de cebada. Le ofrecí una y me senté frente a él.- ¿Qué estás haciendo aquí? Ya es tarde.
-¿Acaso para admirarte hay hora establecida oppa? –Se colocó sus dedos índices en sus mejillas y las infló levemente.
-¡Argh! ¡Se7en! –Reí al verle actuar de aquella forma tan…tan… deprimente (?).
-Ya..ya, ahora como tienes novio me olvidas- Río suave y me miró.- ¡Bien! Iré al grano, la verdad es que vine por dos cosas. La primera es de vital importancia así que no me iré con rodeos e iré directamente al grano ¿Entendido?- Coloco su semblante serio (La verdad me asusté un poco, ¿Se7en serio? Eso era muy raro de ver así que, lo que debía decirme era importante) y dejó de lado la cerveza. Me miró fijo un par de segundos completamente en silencio, era como si estudiase mi rostro.- ¿Es bueno en la cama?
Estaba bebiendo un poco cerveza cuando oí su interrogante, llegué a escupir lo que tenía de la boca por el tipo de pregunta, realmente me había tomado por sorpresa, incluso me sonrojé muy sutilmente.
-¡¡¿Ah?!!
-Lo que has oído mi querido Topencio, ¿Es bueno para el sexo?
-Joder, ¿enserio me estás preguntando eso?
-¡Claro que sí! ¿No somos amigos de infancia? ¡Tengo derecho a saber cómo es en la cama el novio de mi mejor amigo!
Negué suave y suspiré. Luego de mirarle directamente a los ojos algo serio (Se había rotado los papeles) sonreí ladino.
-Woah.
-¿Woah?
-Sí, woah.
-Entonces es woah…woah.
Mientras le conté a grandes rasgos como fue y el cómo descubrí los moretones en el cuerpo de mi amado Ri, sin darme cuenta deformaba la lata que estaba en mi mano por la fuerza que aplicaba inconscientemente en ella.
-Wow… que hijo de puta es ese tío que tiene así a Ri… ¿Tienes alguna sospecha de quién es?
Asiento suave.
-Sí pero me temo que aún no puedo hacer nada….necesito pruebas aún más concretas y concisas. Incluso hoy le vi, tuve que controlarme para no matar ahí mismo a ese hijo de puta con exceso de gel en su cabello, tsk.
-Pero… ¿Cómo harás para que Ri no vuelva a ser golpeado de aquella manera?
Le miré sonriendo aún más ladino y bebí un poco, los últimos restos de aquel licor a base de cebada, de mi deformada lata.
-Siempre voy un paso más adelante mi querido Se7en.
Enarcó ambas cejas sonriendo.
-Explícate.
-Ayer le enseñé las técnicas básicas de defensa personal a mi Riri, además le entregué un aerosol de pimienta y le compré un nuevo móvil. Le dije, que cuando ese “G-Dragon” como le llama él, volviera a hacerle daño que usase el aerosol en sus ojos y luego, que me llamara. Me registré en su nuevo móvil como en número 1 y en el caso que yo no esté, te puse a ti en el número dos.
-Woh… ¡ese es mi Ti ou pi!- Ríe suave.- Bueno, me alegro que hayas tomado alguna medida contra este abuso, peeeeeeeeeeeeero mi sensual presencia se debe a otra cosa: vine a transformarte para mañana guapo.-Me guiñó, bromeando.
Afirmé sonriendo suave, creo que antes no se los había explicado pero el cargo de Se7en en la policía es exactamente cambiar la apariencia de las personas cuando nos vemos enfrentados a este tipo de situaciones en las cuales, nuestra identidad es un celado secreto. Además era un muy bien analista y creador de planes. Resumiendo un poco, Wook era todo un analista.
-Bien… ¿Qué me harás?
Sonriendo, de una forma que no me gustaba mucho… había un brillo de travesura en sus ojos, sacó de su mochila unas tijeras más unos tubos de tintura para el cabello. Apenas vi las cosas que acababa de sacar, la sonrisa de mi rostro se borró. “Aigo… un retoque de cabello” pensé.
Cuando me veía al espejo no podía creer lo que veía. “¿Ese era yo?” Los cambios no fueron muchos, pero hacían que mi reflejo fuese distinto. Primero mi característico cabello negro liso, un poco largo que me peinaba hacia un lado desapareció por completo. Ahora era blanco, totalmente blanco. ¡SI BLANCO! Y era corto, tenía un corte a lo militar (¿lo conocen no? Ese corto en todos lados menos en la parte delantera para poder peinarle hacia un lado). Era increíble como un cambio en el cabello hacía que mi piel, pálida generalmente se viese más bronceada y mis rasgos masculinos se marcasen aún más.
-¿Qué pensará Ri si me ve así? -Murmuré viendo mi reflejo, al cual aún no podía acostumbrarme. ¡Ah! Olvide un pequeño detalle, Se7en agregó una cicatriz que me cortaba la ceja a la mitad y me colocó un tatuaje temporal que se encontraba en mi nuca: eran unas letras japonesas que decían “venganza”. Suspiré y tomé el móvil para sacarme una fotografía de primer plano.
“[Mensaje de texto] Mira Riri… así luzco ahora para la próxima misión que será dentro de una hora más… “
Escribí para luego guardar el móvil en mi chaqueta e ir a preparar los últimos detalles.
Estaba leyendo algunos informes sobre la “personalidad” que iba a adoptar cuando sentí vibrar mi celular. Le saqué sonriendo suave, sabía que era de él.
“[Mensaje de texto] Me gusta tu cabello blanco… ¿Debes ir a esa misión? ¿Por qué no te quedas conmigo?”
Suspiré, Ri desde anoche no quería que fuese, no sé qué le pasaba. Según él tenía un mal presentimiento, pero yo estaba seguro que era el típico miedo de la primera misión del novio. SeungRi nunca antes había tenido un novio policía… tomé el móvil para llamarle, contestó de inmediato.
-¿Debes ir?
-Sí amor, debo ir. Es parte de mi trabajo, lo sabes.
Escuché como suspiraba al otro lado de la línea
- ¿Pero… estarás bien?
-¡Claro que sí! ¿Por qué estaría mal? Ya te expliqué lo que haría cielo, no es nada del otro mundo. Calma ¿sí?
-No… no quiero que vayas. Tengo un mal presentimiento.
-Ri…
-¡No Seung! Por favor..
-SeungRi…por favor. Anoche ya hablamos de esto
-…..-
Se produjo un silencio al otro lado, de un par de minutos quizás. “¿Se habrá enojado?” Pensé. Hasta que sentí su tartamudeo.
-S-se…seungie…
Ay no…no podía contra la personalidad de Ri. Me mordí suave mis labios.
-¿Qué pasa amor?
-H….ho..la.
-Hola cosita.
-¿Y..ya.. n-no me… q-qui-quieres?
“Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder, Joder.”
-Claro que sí pequeño…. Te amo demasiado. ¿Por qué lo dices?
-E-ent-entonce-ces qu-quéd-quedate.
-No puedo hacer eso cosita.
-Hazlo p-por mi…m-mí. P-por fav-vor. –Susurró.
-Cosita…
-S-seun-gie.
-Ri, por favor.
- ¡¿Qué?! Así que prefieres tu estúpido trabajo ¿no?
Ese quién gritó era Seung…Dios, ¿Tanto le afectaba el tema que cambió a esa personalidad? Me sobé suavemente mi cien, vi de reojo la hora, ya era tiempo. Viajar al lugar me tomaba una hora de trayecto, debía irme ya.
-Seung..
-¡¿QUÉ?!
-Te amo.
Me colgó. Miré el móvil unos segundos más y luego le coloqué en silencio. Tomé mis cosas y salí de casa.
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El bar era clandestino y bohemio. Estaba ubicado entre callejones y si pasabas por fuera, nunca pensarías que era uno. Simplemente parecía un humilde negocio, pero si ibas hacia el lado donde estaban las verduras, entre estantes, había una camuflada puerta. Ingrese después de Kim. El olor a opio y a marihuana era tan intenso que mi nariz ardía al respirar. Sin decir palabra nos sentamos en una de las mesas más cercanas a la barra.
Para mi sorpresa Kim pidió dos vasos de wiski. Le miré con reproche.
-¡Ey! Calma, es solo un trago.- Ríe suave mientras se relajaba en la silla.
Le miré y le sonreí ladino.
-¿Cuándo ocurre?
-Calma… va a venir.
Asiento y miro como un “mozo” (si es que se le puede llamar a aquel muchacho) nos sirve dos vasos con hielo y con wiski. Kim tomó de su vaso y lo alzó.
-¡Salud por usted, señor Choi!
-Salud.
Murmuré y me llevé el vaso a la boca para tomar un gran trago. Debía aparentar ¿no?, además Kim se tomó de un solo sorbo todo su contenido. Al verme como bebí casi todo mi trago él comenzó a reír de una manera un poco neurótica. Le miré extrañado.
-¿Disfrutó su bebida poli?
-¿De qué ha… -No pude terminar la frase, mi cuerpo comenzó a sentirse demasiado extraño. Mi vista se estaba nublando, sentía una gran presión en mi cabeza como si estuviera a punto de estallar. Mi vientre ardía y mi garganta se sentía demasiado seca. Tome como pude el vaso y al removerle pude notar un polvillo blanco en su interior. “¡Joder! Me envenenó”. Su risa comenzó a sonar aún más fuerte al verme, en aquel estado. Intente pararme para golpearle pero mis piernas me fallaron, intenté sujetarme de la mesa pero no tuve la suficiente fuerza para hacerlo, provocando que me cayera y llevarme a esta conmigo derramando los vasos. Mi cabeza daba vueltas, no podía fijar la vista en nada fijo, todo mi cuerpo temblaba, fue entonces cuando diviso (con gran dificultad) un par de pies frente mío.
-Párate.
“Esa voz…. Me suena familiar” pensé mientras tosía. Contra mi voluntad dos personas me tomaron por los brazos y me levantaron. No podía dejar de toser, mis piernas temblaban aún más al no ser capaz de soportar mi propio peso y mis ojos se llenaban de lágrimas por las toz.
-¿Qué ….. mierda m-me ..diste? –Pronuncié con demasiada dificultad.
Aquella persona se acercó aún más a mí y me golpeó fuerte en mi estómago, haciéndome caer de rodillas. Ya ni podía respirar. (Un estado deplorable ¿no?) Se arrodilló a mi lado y cogió de mi mentón, fuerte, para hacerme mirar a otro lado y así estar cercano a mi oído. Fue en ese momento cuando noté los nudillos de sus manos tatuadas y un cabello rubio peinado hacia atrás con excesivo gel.
-¿Crees que puedes venir de la nada y tocar lo que es mío? ¿Quién mierda te crees que siquiera pensar en arrestarme? ¡Ja! Me haces reír hijo de puta.
Sentí un agudo y fuerte dolor en mi costado izquierdo, una fina y helada hoja atravesaba rápidamente mi piel. De pronto sentí como un líquido caliente comenzaba a brotar y bajaba lentamente por mi vientre. Instintivamente llevé una mano hacia mi costado, pero ese cuchillo se volvió a enterrar. No podía hacer nada, el dolor era demasiado intenso y por el veneno que me dieron mi cuerpo no dejaba de temblar, sudar y mi respiración se volvió aún más agitada. Me golpeó un par de veces más y luego ya nada… todo era negro y muy silencioso.