La noche era demasiado tranquila, el silencio era sepulcral... se podía sentir una cierta tensión en el aire, lo más probable era que dicha sensación, solamente la podía percibir yo… ¿La razón? Muy sencilla, me encontraba escondido detrás de un bote de basura esperando la señal de Daesung. El tiempo de espera se me estaba haciendo eterno, el sonido de las olas del mar chocar motonamente contra la orilla, metros más abajo, me exasperaba un poco.
Suspiré castamente y me acomodé el collar, apegado de a mi cuello, en donde se encontraba el micrófono para poder hablar con el equipo. Debía ser paciente…lo sé, pero estaba demasiado inquieto. No sabía que estaba pasando dentro de la casona y porqué D-Lite y Bae se demoraban tanto en su tarea de investigar cuantos “guardias” tenía aquel edificio. Cansado ya, de mi posición de alerta, cambie el peso de mi cuerpo al pie izquierdo, mi costado aún no del todo sano, me molestaba un poco. La opresión que ejercía mi chaleco antibalas era demasiada para esa jodida herida, pero en cierto punto, aquella molestia hacía que mis deseos por vengarme de JiYong no se esfumaran y se mantuvieran vivos.
-Hyun, cambio.
Esa era la voz de Bae. Sonreí ante ella y llevé dos dedos para presionar el pequeño botón que se encontraba en el collar. (Nota: no estoy muy seguro si era un collar pero estaba alrededor del cuello y era de cuero, así que le diré collar ¿vale?)
-Aquí. –Murmuré ronco.
-Son 12.
“Joder…eran bastantes para ser solo seguridad de rutina ¿Cuántos enemigos tenía este hijo de puta?” Pensé al mismo tiempo que me mordía el labio.
Creo que deben estar bastantes perdidos sobre qué diablos está pasando…. ¿verdad? Les contaré el plan que habíamos ideado en la casa del ángel.
La misión “Rescate a Ri” era muy sencilla, constaba de dos partes. La primera, ya cumplida, era colocarle los transmisores a mi amado pequeño y a Kwon, para así, obtener su localización exacta todo el tiempo, además gracias al programa avanzado de Taeyang, obtuvimos un plano 3d de la residencia.
La segunda fase de nuestro plan, se estaba efectuando en este mismo instante: Etapa vigilancia. En ella, nos dividimos en tres grupos; el grupo A (compuesto por Daesung, Taeyang y su computadora (?)) se encargarían de la obtención de datos. A causa de esto, ambos habían partido inmediatamente a los alrededores de la casona (dae) para vigilar e intentar comprender la rutina de los guardias, desde un lugar estratégico, mientras que Bae, desde una cafetería cercana, creaba un plano más real de la casa, con posibles vías de escape si todo salía mal.
El equipo B constaba de 10 personas, todas miembro de la policía, ellos serían los refuerzos. Cuatro se había ubicado en puntos estratégicos de posibles entradas hacia la mansión, uno en cada esquina. Todos ellos, incluyéndome, poseíamos una pequeña cámara que se encontraba en nuestro collar (en el que también estaba el micrófono) para así ampliar el rango de visión de Tae; según lo que este me había dicho en la casa antes de partir el programa que tenía constaba de pequeños recuadros que le mostraba simultáneamente lo que veíamos nosotros, más la visión 3d del mapa que había creado gracias a los rastreadores de SeungRi y GD poseían. (No se imaginen un gran mapa, sino, era simple, en sin ningún detalle de la realidad, a excepción de las paredes y pasillos). Todo esto, servía para guiarnos para entrar a la casona. Dae había descubierto que había muchos guardaespaldas. Realmente era un mafioso con poder ese hijo de puta.
El resto de los policías eran el refuerzo si algo salía mal. Ellos esperaban en vehículos cerrando todas las posibles vías de escape, es decir, las calles. En cada una de ellas se encontraba un vehículo esperando en un lugar estratégico listos para salir en caso de cualquier emergencia. Si necesitábamos refuerzos Dae los atraería a la mansión y si en los peores de los casos, Gd se escapaba con mi pequeño bebé, se llevaría a cabo la persecución.
Por último se encontraba el equipo C, en el cual, estoy yo y Se7en, nuestro objetivo es muy sencillo: rescatar a Ri y capturar a Gd. Aunque, el último es más objetivo de Se7en a mí, lo que más me importa es tener a mi pequeño de una buena vez en mis brazos.
Me volví a apoyar en el basurero, pero esta vez, de otra forma: alerta. Había escuchado pasos y un silbido. Disimuladamente, miré me asomé por encima del basurero y pude ver a uno de los “guardias” vestía de una forma… ¿playera? Y poseía una m16 (tipo de metralleta), llevé disimuladamente mi mano a mi cuello para activar el micrófono.
-Pájaro 1, en posición.
Cerré mis ojos unos segundos para concentrarme, agudicé mi oído y saqué mi arma que estaba colgada en mi cinturón. Le coloqué el silenciador rápidamente, lo que menos esperaba era usarla, pero si era necesario, el gobierno de Corea nos había dado el permiso para disparar a matar.
Cuando vi de reojo la punta del pie del sujeto, rápidamente le golpee con el mango del arma en la nariz. Sabría muy bien, que el impacto y el dolor le haría cerrar de forma involuntaria los ojos. Cuando hizo esto, giré sobre mis tobillos para quitarle el arma, lanzándola lejos y tapar su boca con mi mano ejerciendo fuerza. Con mi mano libre tomé una de sus manos quebrándosela. El dolor hizo que el sujeto de arrodillara. En esa posición, nuevamente con el mango de mi arma, le golpee en la cabeza dejándolo K.O. (Noqueado).
-Neutralizado. –Murmuré ronco y veloz, soltando de inmediato el botón para el micrófono.
Miré al pobre sujeto tendido en el suelo, con un hilillo de sangre correrle por el rostro hasta el suelo, formando un charco. No moriría, pero debía esconderlo. Le tomé de su ropa y lo dejé en donde estaba yo. Le dejé sentado, así no se ahogaría con su propia sangre. Saqué una de las esposas que tenía colgando de mi cinturón. Le amarré las manos y me levanté volviendo a tocar ese botón.
-Taeyang ¿me copias?
-Sí, wey… te luciste con ese tipo.
-No hay tiempo para ello, dime si mi camino hacia la mansión se encuentran más sujetos. No puedo ver nada desde aquí.
-Ehm…. Sí, por las visiones que me dan ustedes, hay 3 más pero se están separando. Según lo que me dijo Dae, ellos tres tienen una rutina de 5 minutos. Se juntan en la esquina opuesta a ti y van hacia las otras tres, ya diste de baja a uno, cuando pasen los cinco minutos se preocuparán… así que tienes … ehm… 4 minutos y contando para ingresar allí sin que te vean.
-Entendido. Gracias.
Saqué mi mano y me corrí la distancia que me separaba del próximo lugar para esconderme: Se trataba de una pequeña fuente rodeada de rosales. Me escondí rápidamente tras de ella. Ahí ella el punto de encuentro de Se7en y yo, antes de ingresar a la casona, que nos separaban aproximadamente unos 40 metros.
-Top. –Escuché la voz de Wook en mi oído (puesto a que tenía un auricular)
Me llevé mis dedos a mi cuello para poder hablar, mientras no dejaba de estar atento al ambiente, hasta ahora todo estaba en silencio. Incluso, tenía a unos 25 metros a un distraído guardia que se fumaba un cigarrillo.
-Dime.
-No puedo pasar por el fumador. Estoy justo enfrente de él, si me muevo me localizará ¿dónde estás tú?
Sonreí ladino, sacando mi arma lentamente.
-Justo detrás.
Cuando saqué mis dedos, y como ya tenía cargada el arma, apunté a uno de sus muslos.
-Le haré caer…atento.
En el preciso instante que terminé de hablar disparé, haciéndole caer de rodillas por el impacto. De inmediato, de los arbustos, salió Wook. Le pegó dos certeras patadas: una en su mano del arma y la otra en la cabeza, dejándole KO.
Sonreí divertido al verle como le arrastraba hacia los arbustos, fue en ese momento cuando una bala voló un pedazo de mármol de la fuente, justo a la altura de mi cabeza. Logrando que aquel trozo, me golpeara en la espalda.
-¡Cuidado Top! –Gritó Se7en quien había dejado completamente de lado al hombre que yacía en el suelo, mientras disparaba hacia mi agresor.
Me di vuelta rápidamente, en ese preciso instante vi caer, del balcón, un inerte cuerpo de un joven, de no más de 20 años.
-¡¿Estás bien?! -Corrió a mi lado.
-Sí.., ¿Nos descubrieron? ¡BAE! ¡Di algo! –Grité tocándome el cuello para activar el micrófono.
-Chicos… ¡Ya saben que están allí! Se están juntando rápidamente, van a su dirección y… ¡tsk JODER NO TE PEGUES! GD y Ri están en movimiento.
[Narración SeungRi/ Unos momentos antes]
Estaba feliz, había conseguido colocarle esa cosa que me había dicho mi amado novio, así que ¡Tendría premio! Mi sonrisa era de oreja a oreja.
“Eres un pervertido… puedo ver lo que estás pensando”
-Cállate, tú solo estás hablando de celoso. ¿O me equivoco?
Al notar que se quedaba callado, volví a sonreír. Me acomodé más en la cama de JiYong, tiré lejos un par de almohadas para tomar una, que no tenía su horrendo olor, y así, hundir mi rostro en ella. Estaba demasiado feliz, mi novio no solo estaría orgulloso de mí, al ver cumplido su misión sino, que me daría mi premio.
-¡SeungRi! –Gritó GD interrumpiendo inesperadamente en la habitación.
Aquel grito me hizo asustarme por completo. De inmediato, más bien, mi cuerpo reaccionó solo; me cubrí con las almohadas y me refugie en una esquina.
-¿Q-q..que p-pa..sa? –Tartamudeé.
Él estaba extraño, incluso, me atrevería a decir que estaba asustado. Sus cabello, siempre bien peinado hacia atrás, estaba sobre su rostro y su ropa estaba arrugada. Su mirada era lo que más me aterraba… estaba desorbitada, llena de ira. Sus ojos inyectados en sangre se clavaron en mi asustado rostro.
-Daremos un paseo bonito… Así que, vendrás conmigo. –Se acercó a mí lentamente.
“Mira su mano derecha… cuidado, ten mucho cuidado.”
Apenas oí la voz, mi vista fue a dar en aquella mano, en efecto; tenía un arma. Ahora sí que me asusté mucho. Mi cuerpo no reaccionaba. Él se acercaba cada vez más a mí, sin quiera el decoro de esconder dicha pistola.
Cuando pasaba por la ventana, pude escuchar un fuerte ruido y segundos después, la nombrada, se rompió en miles de pequeños trozos de vidrio haciendo que él cayera al suelo por el impacto de aquellos trozos que cayeron encima de su cuerpo; me asusté mucho, no entendía que pasaba. Miré hacia afuera y pude ver personas corriendo hacia la casa.
-¿Qu-ué e..es..stá p..pa-sando?
Nuevamente aquel ruido, pero esta vez rompió la tv que estaba al fondo de la habitación. De forma innata me cubrí los oídos y me hice bolita en aquella cama. Tenía mucho miedo. Otra vez el ruido, más cosas rotas, sangre en el piso, G- Dragon gritándome, tenía el rostro ensangrentado, más cosas rotas, más gritos…
-¡LEVANTATE Y VEN CONMIGO! –Volvió a gritar, jalándome del brazo.
Me hizo caer de la cama, ejerció demasiada fuerza en aquel agarre, fue demasiado inesperado para mí... caí de bruces en el suelo, enterrándome los vidrios en las palmas de mis manos y en mis rodillas.
-¡Ah!! –Grité de dolor.
A él no le importó, me volvió a tomar de la muñeca levantándome, haciendo que ahora me enterrase los vidrios en mi descalzos pies… el dolor es insoportable… duele demasiado. Me obligó a correr por los pasillos, más me enterraba aquellos vidrios en mis pies, caí del dolor.
-¡ARRIBA IMBÉCIL! –Me gritó mientras me agarraba desde mi cabello para levantarme, no dejaba de llorar.
“¿Por qué me pasa esto a mí?... “pensé, viendo nublado por el dolor y mis lágrimas.
-¡NO LO TOQUES! –Gritó una enfurecida voz ronca.
Una voz que yo conocía muy bien, una voz ronca que hizo erizar mi piel, un tono de voz que muchas veces hizo latir muy rápido mi corazón. Levanté la vista y pude verle… Ahí estaba él; con un hilo de sangre correr por su costado, brazo izquierdo y en su frente. Pero se veía sereno, con su ceño completamente fruncido y un arma, apuntando directamente a GD.
-S-Seung…. –Murmuré, apenas con fuerzas.
[Fin narración de SeungRi]
Tenía mi arma apuntando la cabeza de ese desgraciado hijo de puta quien tenía sus asquerosos dedos enredados en el cuerpo de mi amado niño, el cual, con solo mirarle, hacía que me viese todo rojo.
Mi pequeño bebé, mi ángel, tenía sus manos, brazos, rodillas y pies ensangrentados; desde mi posición podía ver como tenía atravesado un trozo de cristal en su muslo derecho.
-¿Crees que me dejo atrapar tan fácil? O no… no… -Sonrió ladino, sacando un arma apuntando directamente a la cien de mi menor.
Mi niño miró demasiado asustado a G-Dragon y luego me miró a mí, sus ojos solo decían una cosa: terror.
-Suéltalo. –Gruñí, sin dejar de apuntarle.
-Mmn… Déjame pensar. –Cargó el arma.- No.
-¡S..seun..g-gie! –Tartamudeó mi pequeño, las lágrimas bañaban sus tiernas mejillas.
-¡TE DIJE QUE LO SUELTES HIJO DE PUTA! –Gruñí aún más fuerte y amenazador, cargando mi arma.
- ¡¡UN MOVIMIENTO MÁS Y LE VUELO LA CABEZA A SEUNGRI!! –Gritó, golpeando la cien del aludido, quien no dejaba de llorar y temblar.
Me mantuve quieto y sereno, debía hacer algo y rápido. Si dejaba el arma me mataría y se iría con mi pequeño; si le disparaba existía el 60% de posibilidades, de que por reacción, apretase el gatillo matando al eje de mi vida.
-Tira el arma –Me ordenó.
Lamentablemente me tenía en sus manos….estaba en juego la vida de mi menor.
Su vida era más que importante que la mía, no podía permitir que matase al amor de mi vida, tan pequeño aún… a él le quedaba mucho por vivir, por amar, por aprender. Yo... ya había vivido y estaba feliz porque pude haberle conocido. A ese niño que se vestía como un extraño mimo para regalar globos a las personas, ese niño quien cocinaba para mí, (aunque dejase la cocina irreconocible), a mi pequeño quien ocultaba sus tesoros detrás de un viejo mueble…. Al amor de mi vida, quien me despertaba en plena madrugada para que le hiciese el amor…..aquel chico, mi chico con somnifobia.
Sonreí ladino, tirando el arma.