En mi trayecto hacia mi casa, evité pensar. Manejé un poco lento; mirando todo a mí alrededor inclusive pasé a una tienda a comprarme un par de cervezas, una cajetilla de cigarros y un paquete de papas fritas. Empujé suave la puerta de mi casa con mi espalda (ya que tenía las manos ocupadas con las bolsas de mi cena), al darme vuelta me encontré con la realidad; los recuerdos del menor se agolpaban en mi mente…desde su extraño desayuno hasta cuando habíamos visto películas juntos. Suspiré pesado y dejé las bolsas encima de la mesa.
-Seung… ¿Qué te está pasando? –Me dije a mí mismo al momento que estiraba los músculos de mi cuello y me disponía a limpiar. (Nota: tardé bastante porque no sé cómo demonios un niño puede dejar en esas condiciones una cocina)
Cuando ya había terminado el estómago me gruñía tal como animal endiablado. Reí suave y cogí el paquete de papas junto a una lata de cerveza; salí hacia mi balcón y me dispuse a comer. Si una persona me viera, pensaría que estaba admirando el paisaje de un Seúl nocturno, pero en realidad no era así, mi mente evocaba mi conversación con JiYong.
[Tiene tres personalidades… -Juntó sus manos sobre su regazo divertido al ver mi expresión de asombro.- En un principio creímos que eran 5 pero con el tiempo nos dimos cuentas que solo posee tres, cada una con un nombre distinto pero a la vez derivado de su propio nombre.
Hubo un silencio, no sé qué esperaba pero yo necesitaba saber más. Así que me acomodé más en mi asiento y le miré desafiante.
-Continúe
Sonrió de medio lado y prosiguió. –Como pudo haberse dado cuenta con anterioridad, el pequeño se llama Lee Seung Hyun. Sus otras personalidades derivan del nombre Seung. –Se relamió los labios para continuar, mientras cambiaba de postura.-
-Tenemos a Seung: persona violenta, fría, grosera y altanera. Suele presentarse cuando Seung Hyun se encuentra en una situación incómoda para él o simplemente se enoja.
-También está SeungRi: Es su personalidad del “diario vivir” como solemos llamarle. Es tranquilo, divertido, tierno, algo risueño y le gusta salir a regalar globos a los niños pequeños en cualquier hectárea verde.
Cuando nombró eso de salir a regalar globos, no pude evitar sonreír un poco. Mi mente evocó a mi pequeño dando saltos intentando coger sus globos que se hacían cada vez más arriba.
-Y por último… está la peor de todas… Ri. Es tímido, tartamudo y no se siente seguro con nadie, por ende, cuando se encuentra en estado de “Ri” – Realizo con sus dedos el signo de comillas mientras decía el nombre.- es peligroso porque suele durarle muy poco, ya que, su inseguridad y temor le hacen cambiar rápidamente a Seung. Pero cuando ocurre esto, la personalidad llamada Seung que adopta, es mucho más violenta que el Seung de otras veces. ¿Me comprende?]
Terminé de beber mi cerveza y reí por lo bajo negando. Las personalidades del pequeño no me preocupaban en absoluto, sino lo más interesante era que constantemente me asaltaba la duda de cuál de ellas estaba enamorado de mí. Aplasté la lata con mis manos y me levanté para ir a dormir, mañana había trabajo y mi vida seguiría su rumbo normal.
O así lo pensé mientras me recostaba, pero me di cuenta de tres cosas esa misma noche.
1° Nunca más iba a dejar que el menor cocinara.
2° Tenía que verle nuevamente.
3° Y la más importante de todas…creo que soy un pedófilo o algo por el estilo, pero me estaba enamorando del pequeño.
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Nunca pensé que llegaría el día en que odiara mi trabajo, pero llegó y fue el siguiente de esa noche “reveladora”. Se preguntarán la razón, sencillo: me mandaron a la punta del mundo para ir en busca de un estúpido sujeto que se estaba refugiando en una cabaña abandonada a la ladera del río Han. Sí, era como de película…les contaré un poco su caso: Él se llamaba Kim Wook Jun, un famoso narcotraficante que estábamos siguiéndole la huella de hace meses. Bueno, a escasas horas de que comenzara el horario de visitas para ir a ver a mi Pandita, el tipo este comete el error de su vida; volvió a usar su teléfono móvil, por lo cual el satélite y los rastreadores de llamados pudieron dar con su paradero exacto. Me llamarón para ir allá como refuerzo; acepté pensando inocentemente que Wook se encontraba cerca pero no. ¡Me llevo toda la jodida tarde en llegar, patearle el culo por hacerme demorar y volver a la oficina!
-¿Seung?
Levanté mi mirada del notebook (en el cual hacía la ficha con los detalles del arresto de Wook) de mala gana. Necesitaba terminar, solo restaba menos de una hora que acabara el horario de visita de mi Ri.
-¿Qué? –Gruñí.
-Vaya… Que amoroso andas Seung.
La ignoré y continúe con lo mío, me quedaba muy poco.
-¡Oye! ¡Te estoy hablando! –Tras decir esto, cerró mi notebook.
Miré lo que hizo sorprendido unos segundos, para luego hacer un esfuerzo sobrehumano por no insultarla.
-Hyo…. ¿Me puedes decir que has hecho?
-Te cerré la lap. –Me sonrió traviesa mordiéndose suave su lengua.
Aquello me sacó de quicio, bufé y de reojo vi la hora “19:30” Me restaba tan solo media hora para verle, miré la lap “el trabajo ya está perdido”, pensé al momento en que me levantaba y tomaba mi chaqueta dispuesto a irme. Cuando iba en la puerta siento unas manos jalar de mi chaqueta.
-¡Seung! ¿Qué diantres te pasa?
-Hyo, suéltame debo irme.
No esperé respuesta y me zafé de su agarre. No sé como pero llegué en menos de cinco minutos a la clínica.
-Llega un poco tarde señor Choi. –Me miró la enfermera tras el panel.
-¿Por qué? Aún quedan 20 minutos…
-Eso ya lo sé, pero el pequeño Lee ya ha regresado a su habitación, estuvo todo desde las cuatro esperándole y preguntándome a cada momento si su “hyung” había venido ya.
Mierda, aquello me destruyó.
-¿Puedo pasar a verle? Por favor... –Supliqué.
La anciana creo que vio en mi mirada o tono de voz mi necesidad de ir a verle; ya que fijó su mirada en mis ojos por unos instantes para luego asentir e ir a abrir la puerta eléctrica que estaba a mi derecha.
-Gracias… -Murmuré.
Corría hacia su habitación, cuando estuve frente a ella iba golpear pero me detuvo su voz.
-N..no…d..dije q-que n..nn..no lo ha.aaria.
Ese era Ri ¿Con quién hablaba?, me apegué más a la puerta para poder oír mejor. Los momentos siguientes no pude oír nada, solo silencio.
-¡DIJE QUE NO, JODER!- Gritó (¿Ahora era Seung?) y luego oí un estruendo de algo chocar. Al oír aquello abrí rápidamente la puerta; me encontré a un enojado SeungRi mirando hacia la esquina donde yacía un destruido móvil por el impacto. (No me imagino con que fuera lo tiró… ya que el móvil se rompió y la paredes eran acolchadas).
-Vete. –Me gruño. (Sip, ere era Seung)
Lo miré y cerré la puerta tras de mí.
-¿Qué no me oyes? Dije VETE. –Tras decir esto, se dio vuelta para verme. Su semblante de ira poco a poco cambió a asombro.
-Pequeño... –No me dejó terminar. Se abalanzó a mí, abrazándome fuertemente por mi cintura hundiendo su rostro en mi pecho.
-Pensé que no vendrías… estaba muy deprimido. –Susurró con un hilo de voz.
-Lo lamento... el trabajo me impidió venir antes mi niño.
Se aferró más a mí con una tierna sonrisa. Mis manos subieron a acariciar su cabello suavemente. Tener así al menor me hacía colocarme feliz. (No piensen que soy un jodido cursi, pero ponerme así es lógico ¿no? Porque le amaba)
-Te extrañé mi pequeño.
Me miró sonrojado y sorprendido, (Creo que nunca antes le había dicho “mi pequeño”) pero luego la sonrisa volvió.
-También le extrañé mi hyung.
Oír ese “mi” de posesión hizo que mi corazón diera un vuelco, así tipo paro cardíaco. Fue en ese mismo instante que oí una extraña música similar a la melodía de un timbre; mi pequeño se irguió atento escuchando, sonrió ladino y luego me miró.
-¡Quédese aquí! –Me empujó suave a la cama.- Ya regreso.
Dicho esto, salió rápidamente y cerró la puerta tras de sí. Me quedé sorprendido unos segundos; me había dejado solo en la habitación y no tenía ni idea de lo que fue a hacer, fue entonces cuando mi vista llegó a parar en el móvil destrozado. “¿Por qué lo hizo?” Pensé, caminé hacia él y recogí los trozos, llamándome la atención un trozo de carcaza con un escrito un tanto borroso. La tomé entre mis dedos y esforzándome un poco pude leerla.
“Sabes que te quiero…GD”
Aquello me descolocó un poco, nuevamente estaba ese hombre misterioso metido aquí…pero.. ¿De quién era la letra? ¿De Ri, Seung o de SeungRi? O.. ¿Era de G-Dragon? Mientras pensaba mirando aquella pieza, la puerta se volvió a abrir, dejando pasar a un feliz SeungRi con una bandeja de comida en sus manos.
-¿Tiene hambre?
“Ah… entonces ese sonido era el llamado a cenar”, pensé y le sonreí.
-No mucha.
Caminó hacia mi lado, como los trozos de celular estaban a mi lado les miró con ira para luego patearlos lejos. Se sentó a mi lado, extremadamente cerca, dejó la bandejas en mis piernas y me miró.
-¿Qué? -Murmuré riendo suave por la forma en que me miraba.
Posó sus ojos en su puré (papas molidas) con carne y luego me miró aún más fijo e intenso. Me fijé en cada acción y sonreí para mí.
-Vale, ya capté el mensaje.
Río con ternura y se acercó más a mí. Tenías sus muslos rozándose con los míos. Tomé el tenedor y unté un poco de puré. Acerqué el utensilio a su boca, él la abrió y comenzó a comer como niño bueno. Mientras le daba la comida estaban completamente baboso. ¿La razón? Todo él. Sus acciones me encantaban; como abría suave su boca para que viniera otra carga de comida, en cómo se pasaba su lengua por sus labios tras saborear, cuando masticaba un tanto exagerado y apoyaba su cabeza en mi hombro.
Se terminó la comida y el pequeño me quedó mirando. Correspondí su mirada y subí mi mano para limpiar los restos de comida de sus labios con mi pulgar. Se sonrojó por esto y dio un pequeño besito en mi dedo, me sonrío tierno.
-Hyung...
-¿Dime? -Murmuré viéndole.-
-Te quiero.