Capitulo 2
Comenzó una nueva semana en esa ciudad aun desconocida para Hyuk, asistió a la escuela esa mañana con el nerviosismo a flor de piel porque descubriría nuevas cosas a las que estaba acostumbrado a ver todos los días en la “vida anterior.” Como era de esperarse el recinto no era público, era una escuela privada y de las mejores del rumbo. La mayoría parecía verlo con cierto respeto por ser el nuevo excepto por unos tantos a los que pudo distinguir como ‘los populares’ ya que su aura estaba totalmente cargada de egocentrismo y recelo para con los demás. Decidió entonces que era buena idea pasar desapercibido ante los ojos de los estudiantes, el no quería buscarse problemas con nadie ya que no congeniaba con la violencia, sin embargo, sabía muy bien cómo defenderse. A pesar de no ser tan maduro en cuanto a su edad, demostraba un desarrollo notorio en cuanto a su físico se trataba ya que varios años de su vida los dedico a desempeñarse como corredor o Running back en un equipo de americano.
El era alto y delgado, con unos músculos tenuemente marcados, ágil en sus movimientos lo que el baile (su segundo amor) le era de ayuda en ese campo. El cabello lo usaba ligeramente largo en el copete pero recortado a los lados con un color negro que se aclaraba con los rayos de sol hasta conseguir un tono ligeramente café; llevaba puesto el uniforme impecable de pies a cabeza como todos los demás estudiantes.
Repasaba aturdido los pasillos de su inmensidad de escuela, diciéndose a sí mismo que ya había pasado por esto antes y que no era tan difícil de manejar. Al terminar el día escolar sin darse cuenta consiguió un nuevo amigo: Siwon. Por lo que charlaron entre clases, Siwon era un chico bueno, estudioso y religioso a más no poder (pero eso no le impedía salir con una que otra travesura de vez en vez) además de ser jodidamente atractivo lo que ocasionaba que las chicas con las hormonas alborotadas dejaran un rastro de baba recién pasaba el muchacho.
Llegó a su casa después de las lecciones de guitarra y piano, se dirigió al jardín trasero, a sentarse en la banca-sillón instalada en la barda rojiza. Recostó su cuerpo en el mueble acojinado para repasar los hechos del día.
-1. No ser golpeado ~Listo – Repasó en voz baja- 2.Presentarse amablemente a los compañeros y maestros~ Listo 3.Pasar desapercibido- pensó un momento- ¡Claro! Tener como amigo al chico más guapo del instituto me va a hacer pasar por un fantasma –soltó de forma sarcástica y puso su antebrazo en la frente.
Bufó algo cansado y miró detenidamente lo bien cuidadas que estaban las enredaderas, se le antojaron como una jaula, una protección a lo que se encontraba detrás de esa muralla, se sentó para mirar más de cerca y se encontró con un agujero, del tamaño perfecto para no ser encontrado fácilmente pero que le serviría para mantener una conversación a través de él con quien fuera que estuviese del otro lado. Guiño uno de sus ojos y el otro lo posó sobre el agujero para darse una idea de lo que se encontraba ahí. Su limitada vista le proporcionó unas imágenes algo distorsionadas de lo que es un jardín algo más grande que el de su casa pero con muchos juegos infantiles y un edificio grande al fondo, algo parecido a una fortaleza algo vieja y descuidada pero habitable. Pensó infinidad de posibilidades: desde una casa embrujada hasta una mini-cárcel. Pero las pruebas lo remitieron a que era una especie de escuela primaria o secundaria, igual que donde el cursaba pero probablemente subsidiada por el gobierno o alguna organización de beneficencia a la comunidad.
Corrió para adentro de la casa, más específicamente al estudio donde se dedicaría a hacer sus tareas o proyectos escolares; tomó una hoja de papel y una pluma de color azul y escribió “Hola, soy el vecino de atrás ¿Cómo estás? ¿Quién eres? ¿Quieres ser mi amigo/amiga? –LHJ”
Enrolló el trozo de papel y le enredó una liga elástica para sostener, se dirigió de nuevo al patio para depositar el mensaje a través de la pared. Pensó un momento en lo que acababa de hacer, el mensaje era algo infantil, se avergonzó al pensar en lo que había escrito… además fue irresponsable querer comenzar un amistad con un desconocido, nadie sabía que era lo que se escondía allá atrás, podría ser algún secuestrador o algo así y el estaría conversando con alguien peligroso, sintió un escalofrío al pensar que eso podría pasar entonces decidió dejar eso de lado y seguir con su vida, seguir con la teoría de que es una casa abandonada para que su mensaje se quedará ahí para siempre, que lo destruyera la madre naturaleza con sus lluvias y vientos. Entró a su casa para mirar el reloj, sus padres no demoraría mucho en llegar a casa, prendió su consola de videojuegos e hizo algunas misiones junto con ‘Mario’ hasta que la puerta del garaje se abrió dando paso al carro de sus padres. Montaron una cena algo improvisada por la hora y el tiempo ‘Mañana mismo contratamos a una señora que haga las tareas domésticas’ dijo su madre y Hyuk estuvo de acuerdo puesto que él no estaba dispuesto a convertirse en la ‘ama de casa’. Se hizo un silencio algo incómodo y Hyuk tomo esa oportunidad para preguntar
-Ustedes saben- carraspeo un poco- ¿Qué es lo que hay del otro lado de la barda? Nuestros vecinos de atrás ¿Saben que hay ahí?
-Me parece que es una escuela o estancia infantil – Dijo sin importancia- Es algo para los niños pero no estoy muy seguro ¿Por qué la pregunta Hyuk?
-No, nada, por nada- Se apresuró a decir para no ser cuestionado más tarde. Se dedicó a terminar la comida de su plato, ayudó un poco a ordenar la mesa y la cocina para después dirigirse a su habitación ‘A lavarse los dientes y dormir’ fueron las palabras exactas de su madre antes de dar un beso de buenas noches a su hijo. Acató la primera indicación pero se encontró con dificultades para la segunda, no podía dejar de pensar en que sucedería si alguien encontraba su pequeña carta, estaba bien que muriera en el olvido pero si alguien la veía de repente y la leía ¿Qué sucederá? O lo peor y ¿Si contesta? Trató de borrar todos esos pensamientos y dedicarse meramente a descansar por el día de hoy, había sido cansado el primer día pero le gustaba vivir de esta manera, siempre teniendo algo que hacer, aprendiendo, haciendo nuevos amigos él quería vivir así por un tiempo aunque tenía miedo, si, de que cuando más feliz estuviera su padre dijera que debían mudarse de nuevo y tener que pasar por este “Ritual de iniciación” una vez más. Por ahora no quedaba otra opción más que disfrutar de su vida y dejar que todo fluyera de buena manera.
-Mañana será otro día, todo estará bien- susurró antes de caer en un profundo sueño.