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Mi eternidad eres tú por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Nyan >w< ,konnichiwa!

Estoy feliz por el momento. Sebas ya hablo conmigo. Me explico por qué se enojó conmigo… dijo que su orgullo de hombre se vio por los suelos ya que una chica le defendía y cosas así… =3= que complicados son los hombres…

Gracias por leer el capítulo. Estamos casi a la mitad de la historia ;9 seguiré tratando de que la historia sea interesante. Aunque Sebas me ha dicho que está cargado con demasiado suspenso y que pronto se aburrirán TTwTT , además de que con tanta emoción luego no podré terminar (en la forma en que me dijo esto me hizo recordar una escena del manga Lolipop Dragoon =w=)

Muchas gracias por leer y también muchas gracias por su review a Pochan. Su comentario me animo en escribir más rápido el capítulo n,n. aunque me partí el cráneo tratando de qué manera continuaría… ya tenía una parte armada, pero cuando Sebas lo leyó, me dijo que escribiera nuevamente y aquí estamos…

Ya no les distraigo más. Por favor lean n.n/

Los acontecimientos más importantes e impactantes en la vida ocurren de manera inesperada, inevitable.

Se acurruco entre sus brazos. Sentía un poco de frío. Misaki dormía al lado de Akihiko. Este lo contemplaba. Su piel ligeramente tostada lo fascinaba. Su cuerpo delgado y frágil se veía apetitoso. Aunque después de la noche anterior, solo podía dejar descansar a su niño. Le acaricio su mejilla. Le pareció tierno que Misaki sonriera al contacto. Luego olio su aroma, su ahora aroma favorito: fresas salvajes.

-¿Misaki?

-… -el muchacho seguía durmiendo. Lo abrazo. –Aki..hiko…sa..

-Te quiero, Misaki.

 

En otra parte de la mansión se escuchaban ruidos vergonzosos y una que otra frase con algún nombre en él. Sus cuerpos se movían desenfrenadamente. Como si se devorasen, no cesaban las acometidas, las caricias o los besos.

-¡Ah! No tan… fuerte…

-No puedo controlarme… solo quiero estar así… tenerte entre mis brazos…

-¡Nngh! ¡Aah!

El castaño se convulsiono sensualmente llegando al clímax. Cayó pesadamente en la cama. Trato de calmar su respiración agitada. Se acomodó en la cama y se cubrió. Nowaki le abrazo por la espalda y le beso en la nuca.

-A veces pienso que no eres humano. Tienes la fuerza y resistencia de un íncubo. Y me haces sentir muy bien… -esto último lo dijo en voz baja.

-¿Qué tal otra ronda más?

-¡¿Ehh?! Pero estoy un poco cansado… además tengo que arreglar la biblioteca dentro de un rato.

-No te preocupes. Yo te ayudare si no puedes moverte después.

-¡¡¡Nowaki!!! ¡¡¡Maldito niño!!!

 

Aikawa estaba en la sala. Suspiro. Suzuki-san también estaba a su lado. Los niños aun dormían. Ella volvió a suspirar.

-Oye, Suzuki-san, ¿Por qué nosotros no tenemos a alguien a quien amar?

-… -Suzuki-san le miró fijamente.

-¿No te sientes solo y que te dejan de lado?

-… -esta vez gruño bajito.

-¿Por qué es tan difícil de encontrar a alguien que te quiera por cómo eres y que te quiera por siempre? Todos aquí se ponen acaramelados y yo soy la única sin…

-… -esta vez Suzuki-san escucho las voces de los niños, con paso lento se retiró.

-Ahí está otra vez, me dejan sola. –Aikawa se levantó y salió de la mansión. –Ya que nadie me toma en cuenta iré dar un paseo.

 

Nowaki se ponía los pantalones para hacer los deberes matutinos. Hiroki también se ponía su camisa y se arreglaba sus cabellos. De repente algo llamo la atención del azabache. Se dirigió a la mesita de noche.

-¿Qué sucede, Nowaki?

-Las piezas de ajedrez se movieron. Hay un intruso en la casa.

 

Aikawa paseaba por el bosque de árboles gruesos. Los rayos del sol la reconfortaban. Se sentía con energía pero también sentía nostalgia. Se preguntaba como estaría Reika y las demás. Aunque también recordó a Asmux. Sacudió su cabeza tratando de alejar algunos malos recuerdos del ayer.

-Estoy comportándome como una niña, mejor regreso a la mansión. –de pronto escucho que alguien estaba atrás de ella. Y se sorprendió más cuando escucho la voz de la otra persona.

-Eri, ¿Por qué se te ve triste y sola?

 

Aikawa entro intempestivamente a la mansión. Corrió por la escalera caracol. Estaba asustada. No pensó que volvería a ver a Fuyuhiko y menos que se presentaría de esa manera. Suzuki-san le siguió. Toco varias veces la puerta y al no hallar respuesta alguna grito:

-¡Akihiko! ¡“Él” está aquí!

 

Se limpió sus zapatos. Realmente detestaba estar en el mundo de los humanos. Ese lugar era sucio y asqueroso, según él. Llego hasta una pequeña cabaña. Esa casa estaba oculta entre el bosque tupido y las montañas. Allí vivía una pareja.

La mujer avanzaba a paso lento mientras bajaba de las escaleras. Su vientre estaba abultado. Se acarició suavemente el vientre y se detuvo. El hombre que la acompañaba también se detuvo y le abrazo.

-¿Estas bien?

-Sí, el bebé acaba de moverse bruscamente, parece que se asustó. No te preocupes, Takahiro. Todo está bien.

-Pero…

-¡…! –La mujer se alarmó.- Hay alguien afuera. Tenemos que tener cuidado. Es un demonio… no sé cómo pudo encontrar este lugar.

-¡¿Qué?! –Takahiro cogió su espada.-Tsk. Manami, tienes que ocultarte rápido. Yo me encargare de él.

-Pero… –la ninfa le miro preocupada, pero al ver el rostro de Takahiro solo asintió. -De acuerdo, te esperare.

Takahiro la beso y salió de la casa. No iba a permitir que su esposa y su hijo corrieran peligro. Sabía que tarde o temprano se enfrentaría con un demonio. El abandonar la organización era arriesgado pero solo tenía que deshacerse de sus persecutores. Hablo en una lengua antiquísima y conjuro su espada. Su oponente sonreía.

-Tú eres el especial de Akihiko, ¿no?

-¡…! –el tipo preguntaba por Akihiko. Le pareció raro. -¿No eres del ShyoKlatatu? ¿Quién eres?

-Alguien que se encargara de torturarlo y arrastrarlo al inframundo.

 

Los habitantes de la mansión se alarmaron. Nowaki guio a los pequeños elfos junto a Suzuki-san hacia otra habitación más segura. Antes de salir, Nowaki coloco una barrera alrededor de la habitación.

-Quédense aquí. Solo cuando yo les diga que todo está bien podrán salir, ¿de acuerdo?

La mirada de Akihiko se puso más oscura y severa. Misaki se despertó sobresaltado por los gritos de la ninfa. Se hallaba solo en la habitación. Se sentía un poco cansado. Después de una noche de pasión con Akihiko, su cuerpo apenas tenía fuerza.

Akihiko avanzo con pasos apresurados. ¿Por qué justo ahora tenía que aparecer el maldito viejo? Ya era suficiente el tiempo vivido con él, porque lastimosamente era su hijo. Repudiaba la sangre que corría por sus venas. ¿Cuántas veces tenía que decirle que ya no lo considerara su hijo? Volvería a aclararlo otra vez. Lo encontró sentado en el sofá de la casa.

–¿Qué es lo que quiere? –dijo de manera seca.

-Veo que estas bien, Akihiko. Yo solo quería saludar a mi heredero. No pensé que seguirías resentido conmigo.

-¡Váyase de este lugar!¡¿Qué viene hacer aquí?! -Hirokiapareció. Estaba colérico al ver al señor mayor.

-Vaya, Hiroki, hace tanto tiempo que no te veía. Se ve que sigues igual de arrogante y débil, como siempre. Pero no vine a verte a ti. Solo quería visitar a mi hijo y decirle que su tiempo de gobernar ha llegado.

-¿Eh? -¿gobernar?Hiroki quedo perplejo por lo que el vejo decía.

-No iré. Yo no pido ser su heredero. No me importa.

-No te lo estoy pidiendo. Te lo estoy ordenando. Ahora tengo cosas importantes que hacer y gobernar allá abajo será complicado. Así que necesito un reemplazo. –miro fijamente a los demás acompañantes que llegaban. –Ahora apresúrate, Akihiko. No perdamos más tiempo.

-Ya le dije: no iré. Para eso esta Haruhiko. ¿Por qué no se lo pide a él?

-Sabemos que tu hermano no está hecho para gobernar, además ya le prometí que si me ayudaba a encontrarte le dejaría hacer lo que le plazca.

-¿Y es por eso que viene a fastidiarme?

-Creo que esta conversación no llegara a ningún lado… entonces no me dejas de otra.

Fuyuhiko miro hacia abajo. Akihiko trato de cogerlo del cuello pero fue repelido por una gran ráfaga de viento azul. Los demás también fueron azotados por la ráfaga. Ahora los ojos de Fuyuhiko eran de color carmesí, propio de los demonios.

-No quería que esto ocurriera pero tú…

Akihiko se levantó. Contraataco con rayos violetas. Sin embargo, Fuyuhiko se veía tan relajado como siempre. A pesar del tiempo, él seguía en forma como siempre. Pero Akihiko también había heredado los poderes de su padre. La pelea sería extenuante. Ambos lo sabían muy bien. Por ello, Hiroki también se unió a la pelea. Akihiko quería pelear solo, pero si quería deshacerse de la molestia, no podía pedir más ayuda que a su mejor amigo.

-¡Oh! Ahora Hiroki te ayudara. Pero creo que será en vano. Él solo es un perro que solo sabe ladrar. –Fuyuhiko saco algo de su bolsillo: era un muñeco de un perro de tres cabezas. –Veamos qué tal le va si se enfrenta con mi mascota.

-¡Maldición!

El muñeco creció de un tamaño colosal. Se abalanzo sobre Hiroki, destrozando la pared. Nowaki salió detrás del perro.

-¡Hiro-san! –Nowaki se concentró y conjuro una lanza. No pensaba que volvería a usar sus conocimientos sobre nigromancia; pero si era para proteger a Hiro-san, lo haría.

Aikawa estaba aterrada aun. Sus poderes no servirían de nada. Solo sería un estorbo si trataba de ayudar. Lo único que podía hacer era contemplar la escena. De repente se acordó de Misaki, él seguía en la habitación. Tendría que ponerlo a buen recaudo.

Hiroki estaba ileso. Pero el perro Cerberos parecía no querer dejarlo ayudar a Akihiko. Vio a Nowaki venir. Chasqueo la lengua. Controlara la bestia no sería fácil. Solo tendría que superar su fuerza o recitar algún conjuro, se preparó para controlar a la bestia.

-Nowaki, deberías alejarte.

-No, me niego a dejarte solo. No te preocupes. Si estoy aquí, es por mi propia cuenta.

-No podre protegerte adecuadamente.

-No me importa, solo quiero ayudarte de alguna manera.

El Cerberos ataco nuevamente. Los dos amantes esquivaron el ataque. Se veía que confiaban en la fuerza del otro, ya que con solo una mirada parecían comunicarse.

 

Aikawa llego a la habitación que Akihiko y Misakicompartían. Entro sin tocar. Hallo en el lugar a un Misaki confundido y semidesnudo.

-¿Qué sucede, Aikawa-san?

-No salgas de aquí, Misaki. Allá abajo está el padre de Akihiko.

 

Haruhiko cargaba el cuerpo. No duro mucho tiempo la batalla. Le pareció aburrido. Al menos, ya tenía un plan de emergencia en caso de que Akihiko no quisiera regresar por las buenas. Solo faltaba que ese tal Kyo hiciera su parte. Faltaba poco para liberarse de su padre. Muy poco… Realmente no le importaba saber los planes de su padre. Solo sabía una cosa: desde que fue derrotado por esa tal Kaguya, su orgullo había sido roto y su obsesión por torturar y deshacerse de los humanos empezó. Todo por una mitad humana y mitad demonio…

 

La luz del sol alumbraba con fuerza, logrando cegarla. Entreabrió sus ojos índigos. Se dirigió a la fuente para purificarse. La fase de la luna llena se acercaba. Pronto tendría que decir las predicciones de ese mes.

Mientras se ponía su bata blanca para bañarse, escucho que algo se movía entre los arbustos. Ella se puso en guardia y espero que apareciera el fisgón. Por su poder de empatía* sabía que la persona que estaba allí, la atacaría pronto. También sintió la diferencia de poder. No tendría escapatoria.

-Lástima que Ookawa o Kaoruko no estén cerca… -sonrió.

 

Misaki bajo desesperado por las escaleras. Aikawa lo siguió tratando de persuadirlo de que no fuera. Pero el castaño no podía ignorar los gritos de sus compañeros. Se encontró con un escenario sangriento. Nowaki estaba apoyado contra la pared derrumbada, inconsciente. Hiroki apenas esquivaba los ataques. Pero se asustó al ver que Akihiko estaba sangrando. Tenía una herida en la frente y otra en el abdomen, al lado derecho. Además de que su pierna derecha estaba ensangrentada y con algunos pedazos de piel colgando. Vio a un señor de avanzada edad, estaba con algunas heridas menores. Supuso que era el padre de Akihiko.

-¡Akihiko-san! –Misaki se alarmo de ver herido a su amado.

-¡No vengas, Misaki!

-¿Mmm? –Fuyuhiko miro atentamente al muchacho. Sonrió al darse cuenta de algo. -¡Oh! ¡Con que él es tu amante! ¿O quizás es tu juguete?

-No sé de qué está hablando.

-Hahaha, ¿tratas de engañar a tu padre? –Fuyuhiko se movió con mayor velocidad, llegando donde el muchacho, tomando desprevenidos a Aikawa y al propio castaño. –El muchacho tiene tu semilla. Reconozco el olor demoniaco de mis hijos.

Lo sujeto del hombro y le miró fijamente. Misaki se quedó quieto al ver su mirada carmesí. Sintió que su cuerpo se adormecía. La sensación le pareció familiar. Aikawa trato de separarlos consiguiendo ser noqueada por el señor.

-Aikawa, quédate tranquila.

Akihiko trato de acercarse, aunque sus heridas apenas le permitían moverse a su gusto. Sabía que su padre podía ser sádico y que en un arranque de ira, sería capaz de acabar con la vida del castaño.

Vio como el cuerpo de Misaki caía;tenía los ojos opacos y entrecerrados, como si tuviera sueño. Trato de avanzar hacia él para impedir que se golpeara, pero antes de que chocara contra el suelo, lo sujeto Fuyuhiko.

-Se ve que realmente te importa este niño. –Fuyuhiko abrió un portal, igual al que había abierto anteriormente Asmux. Y mientras desaparecía dijo:

–Si lo quieres de vuelta, tienes que venir a casa. Si pasa mucho tiempo, sabes lo que le puede ocurrir, ¿no? Bueno, por ahora me retiro. Cerberos, regresa.

Fuyuhiko se sumergió en el portal, por alguna razón no tuvo que hablar en esa extraña lengua para abrir el portal. El perro colosal lo siguió, transformándose en el camino nuevamente en un muñeco. Akihiko vio resignado como su maldito padre se llevaba a su niño. No pudo proteger a Misaki. Cayó de rodillas. Recién sintió el dolor de las heridas.

-¡Maldición!

Estaba en medio de la mansión destruida. Sus compañeros estaban agotados y heridos gravemente. Hiroki apenas se mantenía en pie. Este se fue al lado de Nowaki y trataba de despertarlo. Aikawa seguía tirada cerca de las barandas de la escalera caracol. Esta situación apestaba. Golpeo el suelo, lleno de impotencia.

 

Fuyuhiko sonreía mientras descendía al inframundo. Le hacía gracia que su hijo se fijara en un ser humano, y uno como este. Su hijo sí que tenía peculiares gustos. Aunque conociéndolo, sabía que también vendría a él.

-No cabe duda de que es mi hijo.

Notas finales:

*Empatía: es la capacidad de percibirlo que otro individuo puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

No lo sé, sentí que este capítulo estaba un tanto… raro y amorfo… pero disfrute escribirlo con la presión del día domingo. Mi cabeza estaba repleta de ideas y no sabía ordenarlas… Pero si les llego a gustar aunque sea un poco el capítulo, estaré satisfecha que mi desvelada no haya sido en vano. Por favor ténganme paciencia u,u

Cuídense mucho. Nos leemos pronto n,n/


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