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Mi eternidad eres tú por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Hola a todos n.n/

Disculpen por la demora… había dicho que subiría el capítulo lo más rápido posible, pero como ya saben… la universidad, la tareas y un montón de cosas más me impidieron subir el capítulo. Además con tantas cosas en mi cabeza, sentía que me  había desconectado de la historia. Pero felizmente ahora tengo un poco de tiempo libre n.n

Gracias por sus lindos reviews a Stuki-chan, Usami Tenshi, Hiyori 12 y Bel_bluemoon22 n.n/. Gracias a todos por leer el fic n.n

Espero les guste el fic y no se aburran… falta poco para el encuentro de Usagi-san y Misa-chan.

El viento soplaba sin prisa. Arrastraba la arena. Cuando salió de aquel largo y oscuro túnel, el bosque se veía solitario. Ijuuin dio un paso al exterior. Aun sostenía en brazos el cuerpo del castaño. Estaba agotado: escapar no fue tan fácil. Si bien logro huir de Haruhiko, hubo algunos demonios que lo vieron con el castaño. Estaba seguro que era cuestión de tiempo para que Fuyuhiko-sama lo matara.

Suspiró pesadamente. Miro al castaño. Misaki tenía el ceño fruncido de manera dolorosa. Quizá por las heridas que le causó Haruhiko… Al verlo dormir así, tan frágil e indefenso, le recordó a Mizuki. Recordó su expresión al ser atravesada con la flecha. Ella también fruncía el ceño de la misma manera.

-¿Qué estoy haciendo…? –no podía detener la frustración que se apoderaba de su cuerpo. –Èl no es Mizuki…

 

El bosque tupido sería ideal para esconderse. El problema radicaba en que el muchacho necesitaría un lugar tranquilo y seguro en donde descansar. Si Ijuuin hubiese estado solo, pues no le importaría dormir en la intemperie.

Camino por varias horas antes de encontrar un lugar tranquilo. Antes casi se encuentra con un grupo de gitanos. Los reconoció porque la mayoría de esa gente llevaba una ropa muy sencilla y cargaban collares con cruces. Las mujeres andaban con faldas y cabellos largos. Le sorprendió verlos por ese lugar. Si no se equivocaba, los gitanos pocas veces visitaban esa región, ya que estaba rodeada de seres mágicos y alguno que otro demonio. Y nadie más que ellos, respetaban los lugares sagrados. Pero, ¿Qué tal si dejaba al muchacho y esperaba a que lo encontraran? Al final, él no podría hacer mucho por el castaño.

Mientras veía como pasaba el grupo, vio a una chica de larga cabellera negra y con unos profundos ojos índigos. “La heredera”, pensó rápidamente. Ella volteaba en la dirección en la que él se encontraba.

No podía ser, ¿acaso la chica esa se percató de su presencia?

-Ookawa-kun, no te demores mucho. Lair-sama necesita mi ayuda.

-No se preocupe, Mitsuko-sama. –El joven avanzaba detrás del grupo. Caminaba rápido para alcanzar al grupo.  

No podía ser cierto… ¿Esa chica no estaba muerta? ¿No se suponía que la había asesinado? Esto tenía que ser un error. La misión que le había encomendado Fuyuhiko-sama no fue hecha como lo había ordenado. En su asombro, miro a Misaki. No, no iba a dejarlo con ellos. Se alejó a toda velocidad.

Ookawa percibió un extraño aroma en el lugar. Olía a azufre. Un olor poco característico del bosque. Se detuvo. Cuando se disponía a investigar la anomalía, Mitsuko lo llamo.

-Sí, ya voy, Mitsuko-sama. –Ookawa dio una última mirada al lugar. Sacudió la cabeza a modo de negación. Corrió esta vez para alcanzar al grupo.

Ijuuin continúo corriendo. No debía ser visto. No miro hacia atrás. Corrió hasta que el paisaje se volvió totalmente verde y muy cercano a las montañas. Se detuvo a descansar. Parecía como si se hubiera olvidado de respirar. Todo le estaba saliendo mal. ¿Por qué ahora? Solo esperaba que las cosas no se complicaran más.

Mientras recuperaba el aliento, miro a lo lejos una cabaña. Parecía abandonada, ya que no había señal de humo en la chimenea. Sonrió emocionado. La suerte no era del todo mala.

 

 

Akihiko localizó un leve rastro del aroma de la sangre de Misaki. Se movió velozmente. Si podía oler la sangre de Misaki, eso significaba que no estaba bien. Su padre tendría que pagar si había causado daño a su castaño. Llego hasta el fuerte que servía como prisión.

La neblina violeta se aglomero de a pocos dejando ver la figura del peli plata. Akihiko escaneo rápidamente el lugar con su mirada. Se encontró con alguien, alguien a quien realmente no deseaba ver nunca.

-Vaya, hasta que por fin el heredero decidió volver.

-Haruhiko…

Ambos cruzaron miradas hoscas, pero Haruhiko sonrió de lado.

-¿Buscas algo, Akihiko?

-….

-Parece que no viniste ver al viejo. Pero, él tiene que decirte algo.

-Yo no vine a verlo a él.

-Mmm… Qué lástima. Creo adivinar a quien viniste a buscar.

Akihiko lo miro con atención. No quería demostrar preocupación por lo que iba a decir su hermano, aunque presentía que no escucharía algo agradable.

-Déjame decirte que ese alguien ya no está aquí. Llegaste tarde, como siempre…

Akihiko avanzo hacia el fuerte. No escucharía las palabras del desgraciado de su hermano. Sin embargo, ese olor lo paralizo en un instante. La fragancia provenía de las manos de su hermano.

-¿Te da curiosidad saber cómo lo atendí mientras estuvo aquí?

-¿Qué le hiciste, Haruhiko? –Akihiko miraba de una manera aterradora. Sus ojos no irradiaban nada más que odio puro. Ahora comenzaría una gran pelea…

 

 

Su cabeza pesaba demasiado. Pero eso no era nada comparado con el dolor que recorría todo su cuerpo y en su labio. Trato de levantarse, el dolor viajó por su cuerpo haciéndole caer de nuevo en la cama. Se sentía muy caliente y sin fuerzas. Tuvo que parpadear varias veces para que lograra ver el lugar en el que se hallaba. Espera… ¿él estaba acostado en una cama? El escenario no le parecía familiar.

Luego, las imágenes de sus recuerdos aparecieron a gran velocidad. Recordaba a ese hombre que lo acariciaba de manera lujuriosa, la sensación asquer0sa de la lengua recorriendo su piel y los tentáculos agarrándolo para que no escapara de aquella horrible pesadilla.

“Él no vendrá... Él te dejo… A él nunca le importaste. Somos demonios, al fin y al cabo. No necesitamos sentimiento alguno, solo nos satisfacemos en el momento. ¿Por qué crees que tú serías diferente? ¿Acaso hizo un contrato contigo?”

Misaki cerró los ojos con fuerza y se abrazó a sí mismo. Sus lágrimas caían profusas en su regazo. Estaba sucio, roto y solo…

-…Aki…hiko…-san… –Misaki se ovillo en la cama.

Entro en la habitación para saber si se le había pasado la fiebre al muchacho, pero lo encontró llorando. Supuso que estaba delirando. Ijuuin se acercó a la cama.

-¡Noooo! –Misaki retrocedió en la cama. –¡No te acerques!

-Tranquilo, no te hare nada malo.

Ijuuin elevo sus manos mostrando que no llevaba nada. Misaki lo miro atento a cada movimiento que hacía. Ijuuin se acercó un poco más, demasiado para Misaki. Este se levantó. No le importo el dolor de sus heridas. Él ya no quería ser corrompido. Ijuuin se alarmó. Vio que Misaki apenas podía mantenerse de pie.

-Vamos, tranquilo. Yo no te hare nada. Regresa a la cama y descansa.

-Por favor, déjame ir. Ya no qu-

Misaki cayó al suelo, con una dolorosa expresión en el rostro. Ijuuin en un instante se acercó al castaño. Lo cogió suavemente y lo tumbo con delicadeza en la cama. El pobre muchacho ardía en fiebre. Además tenía bolsas debajo de sus ojos, después de mucho llorar.

-Shhh… yo no te hare nada malo. Puedes estar tranquilo.

Misaki no dijo nada esta vez. Vigilaba con la mirada cada movimiento que hacía Ijuuin. Se dejó arropar por el hombre de ojos avellanas. Algo dentro de él le decía que el hombre decía la verdad. El estaría a salvo. Ijuuin acomodo una tela húmeda en la frente del muchacho. Este se fue quedando dormido.

 

 

Fuyuhiko escuchaba, desde el castillo, los estruendos que causaban los choques de poderes de sus hijos. Sonrió para sí. Ellos no dejaban de ser unos niños que peleaban por juguetes. Tamborileo sus dedos en su pierna. Quería saber cuál de los dos ganaría: el bastardo o el legítimo.

-Lillyhanna… Katsura… sus hijos son realmente…

-Fuyuhiko-sama, Ijuuin se escapó con el humano. Ellos abandonaron el castillo.

Fuyuhiko lo miro atónito. Se quedó callado. Pensó de manera rápida y suspiro en medio de una sonrisa histérica.

-¡Maldito Ijuuin! Le ofrezco mi ayuda y él… esto no se queda así.

Fuyuhiko se levantó de su trono. Estaba molesto, no porque Ijuuin lo hubiese traicionado, sino que si Akihiko se daba cuenta de que ese humano no estaba en el inframundo, perdería la oportunidad de encerrar a su hijo en el inframundo. No podía permitir eso. 

-No queda de otra…

-Señor, ¿qué hacemos ahora?

-Vayan y bloqueen todas las dimensiones abiertas. No podemos permitir que se abra algún portal, debemos mantener aquí a Akihiko. ¡Vayan! ¡Rápido!

 

 

En otra parte, Takahiro deambulaba por el inframundo apenas con pasos lentos y pesados. Sus ojos miraban hacia arriba, como si tratara de contemplar el cielo. Sus piernas temblaron un poco. Trato de mantenerse de pie. Hizo un esfuerzo sobrehumano para no caer otra vez. Al contraer sus músculos, la sangre broto de su boca.

 

El demonio mostró sus dientes afilados y puntiagudos al sonreír. Susurrando fríamente cerca a la nuca del desconcertado joven dijo: “¿Por qué no lo esperamos con una sorpresa de nuestra parte?”

-¡…! –se acercó y levanto sus garras. -¡AHHHHHHHH!

Takahiro fue arañado en el pecho y parte del abdomen. El demonio sonrió emocionado al ver la sangre esparcirse en todas las direcciones. Takahiro retrocedió. Las cadenas aún estaban impidiendo sus movimientos. El demonio iba a lanzar otro ataque. Takahiro cerró sus ojos e inhalo lentamente.

 

-Maldición... –Takahiro se agarró la herida. –Maldito seas…

El demonio tuerto le había dado un par de zarpazos. Takahiro, en su estado, apenas pudo defenderse. Pero no se quedó de brazos cruzados. Él se defendió con lo que pudo. Recordó la furia que sentía al ver al rey del inframundo. Gracias a eso al menos pudo sobrevivir. Aunque no estaba seguro si había logrado eliminar al demonio.

 

Takahiro al abrir sus ojos, logro anticipar los movimientos del demonio. Además, su fuerza había aumentado. Destrozo las cadenas sin mucho esfuerzo.

-Hahahahaha –el demonio tuerto carcajeo con ganas. –Haz tenido suerte de lograr usar tus poderes de nigromante en el inframundo.

-Cállate. Tú deberías estar muerto.

-Pero lastimosamente no lo estoy… ¿O es que acaso me matarás tú?

Takahiro sonrió esta vez.

-Te eliminare, ya que Akihiko no lo hizo. Espero que esta vez dejes de acosarlo.

-Grrrrr –el único ojo que le quedaba al demonio alumbró una viva luz roja. –Yo te matare a ti Takahiro.

 

 Takahiro tropezó. Ya no podía dar un paso más. Se resignó ver como los cuervos del infierno sobrevolaban encima de él. Seguramente él sería devorado allí mismo. Cerró sus ojos. Se disculpó en silencio con Manami y su hijo. Dejo fluir sus pensamientos. Escuchaba voces. Gritaban. Unas voces eran guturales, otras parecían humanas… luego escuchaba el choque de metales. Quizá peleaban con espadas… Daba igual, solo quería un poco de silencio y descansar.

-¡Hey! ¡Nowaki! ¡No seas tan confiado al acercártele!

-Lo sé, Hiro-san.

Las voces se oían lejanas. Pero algo peculiar llamo su atención. “Nowaki”. Un compañero nigromante. No podía ser cierto. Hacia tanto tiempo que no lo veía. Quizá había dejado de ser un niño enclenque. Se rio en su mente. Quizá estaba alucinando mientras agonizaba.

 

 

Aikawa jugueteaba con sus dedos. Estaba nerviosa y no lo podía evitar. Dentro de un momento tendrían que abrir el portal. Pero, ¿qué tal si Akihiko no había conseguido encontrar a Misaki? O, ¿quién sabe otras cosas pasaron?

-Aikawa, todo estará bien. –Lair le  dio unas cuantas palmaditas en el hombro a la ninfa. –Akihiko-san regresará junto con Misaki-kun y los demás. No te preocupes.

-Lair-sama…

-Bueno, creo que ya es momento de abrir el portal.

 

 

Notas finales:

¿Les gusto? Espero que sí.

Tengo que contarles que Sebas se puso como loco al verme como una zombie (por cierto, su pie ya sano n.n), pasaba mucho tiempo frente al laptop y no podía escribir. Daba vueltas y vueltas en mi habitación buscando ideas, pero nada… Así que él organizó una fiesta sorpresa por mi cumple junto con mi hermana. Cumplí años el 10 de octubre >w0b. Fue genial y muy lindo. Yo me había olvidado de mi cumpleaños y cuando recordé, pensé que sería un día como cualquier otro. Hasta que aparecieron mis amigos y mi hermana. Realmente fue muy genial y enternecedor… Hasta me regalaron un oso grande muy parecido a Suzuki-san :3 !!!

Hmp, hmp. No me explayaré más con mi anécdota =3=, porque luego me emocionare y luego llorare…

Cuídense muchísimo, chicos n.n/

Nos leemos pronto n.n/


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