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Mi eternidad eres tú por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda. Disfruten de los capitulos. Los personajes no me pertenecen son de la gran Shungiku Nakamura!

Afuera, el clima era cálido. Los pájaros trinaban anunciando un nuevo día. Adentro, casi todo era silencio. Apenas el sonido de respiración se escuchaba. Despertó. Misaki aún no podía creer que viviera en un cuarto propio. Su cama se sentía tan mullida que quería quedarse dormido para siempre en ella. De repente sintió algo encima de él. Era pesado, suave y ¿peludo? Se levantó en un instante.

- ¿Suzuki-san?- se tranquilizó al ver a ese oso tan encantador.

 

Caminaron un buen rato. Misaki vio que iban en dirección al bosque.

-¿Estás cansado?-pregunto Usami mirando fijamente al chico.

-¡N-no!-se ruborizó al ver los ojos de Usami posados en los suyos.-Estoy bien.

-Llegaremos pronto. Resiste un poco más.

Caminaron durante otros 45 minutos más. Mientras caminaba al lado de Usami-san, se percató que conforme caminaban se alejaban de la ciudad e iban adentrándose al tupido bosque.Pasaron por una empinada ruta.

¿Quién viviría en un lugar tan alejado y sin nada de gente?

Misaki se preguntaba esto mientras miraba la espalda de Usami. De pronto apareció un gran oso. Misaki se alarmo. Ahora sí que nadie podía salvarles. Ni siquiera Usami-san podría hacer algo. Recordó que decían que cuando estuvieras en el bosque y encontraras un oso, te hicieras el muerto.

El oso seguía avanzando hacia ellos. Misaki se tiró al suelo, cuando Usami habló:

-Suzuki-san, ¿todo está bien en la casa?

El oso asintió y vio a Misaki. El demonio volteo a ver al muchacho y lo hallo en el suelo.

-¿Qué haces, Misaki?

-Ah! Etto…-el nombrado se levantó con la cara toda roja como un tomate.

-Este es Suzuki-san, él vigila mi casa de visitas inadecuadas.

-¡Wow, es sorprendente! Tener a un oso en casa.-Misaki se sacudió su ropa y levantó su mano en manera de saludo- Hola, Suzuki-san. Mucho gusto, soy Misaki.

El oso se acercó, lo olió y tiernamente le lamio las manos.

 

Acaricio la cabeza de Suzuki-san. Quizá estaba un poco pesado pero le agradaba que durmiera en su habitación. Usami le conto que el oso dormía antes con él, pero con su llegada parecía que le cayó muy bien a Suzuki, ya que este quería estar a su lado.

-Suzuki-san, tenemos que preparar el desayuno.

El oso soltó un gruñidito. Se sacudió y salto de la cama para estirarse. Misaki se levantó y se dirigieron a la cocina.

Mientras caminaban, Misaki no podía evitar sentirse asombrado por el lugar. La palabra “casa” quedaba corta. ¿Estaría bien la palabra “mansión”?, ¿o tal vez “castillo”? En fin, daba igual por ahora. Tenía un lugar en donde quedarse y eso bastaba. Un mes había transcurrido desde que empezó a vivir con Usami.

Escucharon un canto melodioso que provenía del lugar antes dicho. Hallaron allí a una mujer pelirroja y de ojos azules.

-Buenos días, Aikawa-san-saludó Misaki mientras sonreía.

-¡Misaki-kun, buenos días!-Aikawa es una mujer radiante. Aunque en realidad es una ninfa.

 

Cuando Misaki llego a la “casa” de Usami, quedo anonadado. La mansión tenía un diseño elegante e imponente. La puerta fue abierta, era como si supieran que estarían a esa hora. Apareció una mujer muy hermosa. Sus cabellos llamaban mucho la atención y ni qué decir de sus ojos azules. Misaki dedujo que se trataba de la pareja de Usami. Se sintió desilusionado.

-¡Akihiko, aun te falta terminar el manuscrito! ¿En dónde te metiste?

-“Akihiko”

-Aikawa, no seas ruidosa. Asustarás al muchacho.

-¿Muchacho?-Aikawa miró al costado de Usami.- ¡Oh! Disculpe por lo que acaba de presenciar

-Etto… no, está bien.

-Me sorprendes, Akihiko. Es increíble que puedas traer visitas humanas a la mansión, a excepción de Takahiro.

-Cállate.

-¿“Akihiko”?-ahora Misaki lo dijo en voz alta- ¿tu nombre no era Usami?

-Akihiko Usami es el nombre completo de este tipo- señalo la mujer.-Soy Eri Aikawa. Encantada de conocerte.

-Misaki Takahashi. Mucho gusto.

Ese día Misaki se enteró de que Akihiko Usami era un demonio. Mientras que Aikawa era una ninfa pero que era su ama de llaves y para su buena suerte no era pareja de Akihiko. Con toda la duda resuelta, el niño quedó fascinado.

 

Aikawa preparó el desayuno antes de que Misaki pudiera hacerlo. Suzuki-san bufó bajito. En vano se levantaron temprano. Ahora Misaki no podría lucirse con el desayuno para Akihiko.

-Akihiko se demora para el desayuno.

-¡yo lo llamare!- Misaki no esperó respuesta y corrió hacia la habitación del demonio.

Akihiko Usami aparte de ser un demonio de alto rango era un famoso escritor. Todas sus novelas publicadas se convertían en best-sellers. Por el momento había terminado un capítulo de su nuevo libro. Encendió un cigarrillo.

Mientras fumaba, recordó a Takahiro. Aunque hubiese pasado un mes desde que él se fue, no lo podía olvidar. Era normal. ¿Quién podría olvidar en un mes a alguien al que amo durante diez años? Pero luego estaba Misaki. Quizá si fue un impulso traerlo a la mansión. Hasta el mismo se asombró con sus acciones. Pero, ¿por qué lo hizo? No tenía una respuesta clara.

Si tenía que describir a Misaki en una sola palabra sería “misterio”. Apareció de la nada, lo cautivó con aquellos hermosos ojos verdes, con su olor a fresas salvajes y su ingenuidad. Cada vez que lo veía, un sentimiento cálido lo invadía y la tranquilidad reinaba. Cuando estaba junto a él, olvidaba a Takahiro. Aunque fuera un poco.

Se levantó. Pese a que Misaki estuviera cerca de él, de alguna forma tenía que hallar a Takahiro. La incertidumbre calaba sus pensamientos. Abrió la puerta. Se oyó que la puerta chocaba contra algo.

-Aki…hiko-sa…n- Misaki estaba sentado en el suelo agarrándose la frente.- eso dolió…

-¿Misaki?

-Buenos días, akihiko-san. Tenemos que desayunar.

-Disculpa. Ya iba para allá.-el oji violeta levanto al menor, quien ahora tenía un chinchón en la frente.

El demonio miro detenidamente a Misaki. Aun apretaba sus ojos mientras trataba de amainar el dolor sobando el lugar afectado. Le encanto esta expresión. Cogió su rostro delicadamente. El joven se sobresaltó por aquel acto pero no le molestaba. Despacio se acercó y junto sus labios a los de Misaki. Este abrió grande sus ojos. Sin embargo se dejó llevar por el momento y cerro sus ojos. ¡Era su primer beso! ¡Que bien se sentía!

Se separaron. Ahora la cara de Misaki estaba toda roja.

¿Qué debería decir? ¿Qué cara debería poner?

Misaki estaba alborotado. Akihiko sonrió. No cabía duda: se estaba enamorando de Misaki. Aunque no lo podía decir abiertamente y apenas el sentimiento era algo pequeño, solo quería estar con él.

-Parece que el dolor se fue, ¿no?

-¡S-si!

-Vamos al comedor.

Bajaron juntos. Aikawa se alarmó al ver el chinchón de Misaki. Suzuki-san también se acercó.

-¿Qué sucedió, Misaki?

-Me golpeé con la puerta, eso es todo…-el rubor nuevamente asaltaba el rostro de Misaki.

 

Por la noche mientras cenaban, Aikawa estaba muy pensativa. Akihiko continúo comiendo pero Misaki no pudo ignorar el estado de ánimo de la ninfa.

-¿Qué sucede, Aikawa-san?

-¡Ah!- se sobresaltó la ninfa y luego de mirar a Misaki se acomodó en su silla.-Todo es muy tranquilo. Más tranquilo de lo usual. ¿Qué sucederá en la Noche de Walpurgis?

-¿Noche de Walpurgis?-preguntó curioso el menor-¿Qué es eso?

-Es la única noche en donde los demonios tienen la libertad de hacer lo que quieran. Pueden mostrar su verdadera naturaleza. Es dentro de unos diez días.

-¡Que genial!

-No para todos. Los humanos ese día son más vulnerables. Los demonios podrían robar sus almas. Eso me preocupa.

-Pero Aikawa-san es una ninfa y es fuerte.

-¡No lo digo por mí, lo digo por ti! Eres humano y me preocupas.

-¿Eh?-el muchacho bajo su cabeza un poco avergonzado y sonrió-Gracias por tu preocupación, Aikawa-san.

-Akihiko, ese día, ¿estaremos en la mansión?

-Ustedes estarán en la mansión. Confío en ti, Aikawa. Tú protegerás a Misaki.

-Akihiko-san, ¿usted ese día atacara humanos?

-Por supuesto que no. Ese día podré por fin encontrar fácilmente a alguien.

-¡N-no me digas que aún piensas buscar a Takahiro!

-…

-¿Quién es Takahiro?

-Él es…

-No te incumbe ese tema.

 

La noche se nublaba rápidamente. La luna quedó oculta. Se acomodó su capa. Caminó sobre un camino de piedras.

-Por fin te encontré, mi amado demonio.

Notas finales:

Las fresas salvajes significan inocencia. No lo sabia hasta que busque en wikipedia ;)

Espero que les haya gustado el capitulo!


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