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Mi eternidad eres tú por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Yoiiiiiii >o<!!!

Mis amados lectores, ¿Cómo están? Disculpen la demora u.u

Yo aquí estoy padeciendo con los cambios del clima… estoy resfriada… Sebas toda esta semana tuvo que tener muchísima paciencia conmigo para descifrar mis mímicas. Yo parecía una niña pequeña, ya que tenía que hablar por mi u//w//u

Bueno, aquí estamos con el antepenúltimo capítulo de mi fanfic. Estoy nerviosa y al mismo tiempo muy alegre. Es una gran mezcla de sentimientos. Sebas, aunque no quiera admitirlo, está ansioso.

Sebas me dijo que estaba alargando muchísimo el final… creo que tiene razón… Q.Q lo siento… es solo que me cuesta escribir y me trabo con mis ideas… además de que últimamente estuve más estresada de lo normal por las parciales de fin de año… espero que no se aburran…

Gracias, muchísimas gracias por leer este fic. Estoy muy emocionada. Nunca pensé que terminaría en un año este fic (espero terminarlo antes de que termine el año… =u=).

Gracias por sus review n.n/

¡¡¡Ahora a leer!!!

De repente, se escuchó un gran temblor. Todos tambalearon. Lair volvió a hacer una barrera. Entre la polvareda, apareció un Fuyuhiko sonriente.

-¡Fuyuhiko! –Lair lo miro fijamente. -¡Te arrepentirás de haber osado pisar nuestro mundo!

-Oh… ¿de veras? Creo que deberías quedarte callada y simplemente morir. Yo no venía a matarte, pero no me dejas opción.

Lair continúo protegiendo a los demás con su barrera al mismo tiempo que se lanzaba al ataque. Fuyuhiko no se quedó atrás. Él también se acercó a una increíble velocidad. Sus poderes colisionaron dejando ver una gran estela de luz cegadora.

 

 

Misaki se levantó de la cama. Si bien su cuerpo estaba tambaleante, ya no sentía dolor. Solo a excepción de su labio partido. Miro sus muñecas. Los moretones no dolían pero permanecerían allí un buen tiempo. Aún estaba desnudo. Busco por todos lados y encontró un cambio de ropa, Ijuuin se lo dejo para que se cambiara. Rápidamente se vistió. Acomodo la bandeja de comida. Decidió levantarse de la cama. Ya había descansado lo suficiente y ya estaba aburrido de estar en la cama. El cuarto estaba muy silencioso.

-¿Kyo-san? –Misaki no recibió respuesta. Susurro bajito. ¿Estará bien que lo llame por su nombre? El suponía que ese debería ser su nombre, ya que lo había escuchado en su sueño.

Exploro la cabaña. No había rastro del hombre. Al entrar en la pequeña sala de la cabaña, se encontró con una ballesta. ¿Era un arma de Kyo-san? Lo miro detalladamente. La ballesta se veía antigua aunque estaba muy bien conservada. Iba a cogerla, pero apareció Ijuuin.

-¡Kyo-san! –Misaki se sobresaltó. -¡Ah! Disculpe, ese es su nombre, ¿no es así? Bueno, no sé como pero estoy seguro que ese es su nombre y etto… yo…

-Mizuki… tú…

-… ¿Kyo-san?                                                                        

Ijuuin sujeto de las manos a Misaki. Este lo miró fijamente. Ijuuin sonrió ¿esperanzado?

-Tranquilo. Ya te dije que no te hare nada malo, nada que no quieras.

-Ah! Por cierto… mi nombre no es Mi-

De repente escucharon un gran estruendo cerca de la cabaña. Después la tierra tembló durante unos minutos.

-¿Qué sucede? –Misaki miro por la ventana. -¡No puede ser! ¡¿Qué es eso?!

Ijuuin se acercó a la ventana. Miro y quedo boquiabierto. Al ver esa luz potente, sabía que Fuyuhiko estaba cerca, muy cerca. Giro a ver al castaño. Misaki miraba sorprendido aquella luz. Sus ojos estaban muy abiertos, como si fuera la primera vez que veía algo así.

-… Akihiko…san

Para Ijuuin el nombre del hijo de su ex jefe le daba la sensación de estar bebiendo arsénico. Le recorría la ira por todo el cuerpo, pero con un gran esfuerzo sobrenatural, logro controlarse de sacudir al muchacho y pedirle que se olvidara de ese nombre. Cuando por fin logro tranquilizarse, nada lo preparo por lo que escucharía después.

-Akihiko-san… Yo sé que Akihiko-san esta allá. Él se está enfrentando a su padre. Además, las ninfas están allá. ¿Cierto? –Misaki no pudo apartar su mirada del panorama que le ofrecía la ventana. -Porque cerca de aquí está el lago de las sirenas y el bosque de las ninfas, ¿no?

Ijuuin ya no podía más. Sentía que en cualquier momento gritaría y su furia sería liberada, pero él ya no quería cometer el mismo error dos veces. Ya no quería arrepentirse de sus actos, pero simplemente sentía que se volvería a repetir dentro de poco tiempo. Se alejó de la ventana y respiro pesadamente.

 

Los guerreros de cabellos de plata se sorprendieron al ver la gran luz cerca de sus tropas. Kaguya solo frunció el ceño y detuvo su caballo. Khaled, por su parte, presentía que las cosas eran en realidad más complicadas de lo que él pensó que estarían. Se acercó a la reina.

-Reina Kaguya, ¿sigue en marcha su plan?

-Por supuesto que sí. –se dirigió a sus soldados. –¡Todos cojan bien sus armas! El enemigo está muy cerca. Nuestra oportunidad de atacar esta próxima. Solo recuerden no dañar a los gitanos. No por ahora. Ellos serán señuelo en esta batalla.

Todos avanzaron a gran velocidad. Los caballos relinchaban a cada galope. Como si olfatearan el peligro, algunos caballos se rehusaban a continuar.

 

Los gitanos retrocedieron más. Ya no podían continuar peleando. A pesar de que la mayoría de los  moradores del pueblo se acercaron para defender sus tierras, fueron asesinados sin piedad. Tal como lo predijo Mitsuko. Poco o nada pudieron hacer para ayudar a las ninfas y a las sirenas. Era una pelea desigual.

-Mitsuko-sama, tenía razón. Otra vez pasara lo mismo de hace 10 años… 

-Nosotros no deberíamos estar acá. Yo no quiero morir.

Al ser una lucha desigual, algunos gitanos se iban. Las ninfas que veían eso no decían nada. Sabían muy bien que ellos no estaban en la obligación de arriesgar su vidas y comprendían que no eran los únicos en tratar de escapar de la cruel e injusta situación.

-Si piensan escaparse de aquí, háganlo ahora. No queremos estorbos. Además no es como si ustedes fueran importantes. Yo solo estoy peleando y arriesgando mi vida, porque si me interesan mis compañeras. –Reika sin ningún cuidado dijo esa declaración. Ella estaba dispuesta a arriesgar su vida con tal de salvar a la persona que amaba. –Huyan y vivan por mucho tiempo. Espero no se arrepientan.

-Reika, no digas eso. –Aikawa le recrimino. –Todos aquí tenemos miedo porque sabemos que tenemos las de perder. Así que no los culpes.

-Eres muy compasiva, Eri-chan. Pero el mundo no está hecho para débiles. Si quieres continuar viviendo, pelea. Pero si no tienes fuerzas, pelea hasta al final con determinación. Al menos yo quiero demostrar eso.

-Tienes un buen punto, Reika-san. Sin embargo yo no puedo culpar a los aldeanos de sus ganas de huir. Si tú hubieses vivido lo mismo que nosotros hace diez años, lo entenderías. –Kaoruko agarro con más fuerza su espada. –Incluso ahora, yo también siento algo de miedo. Pero yo no puedo escapar. Los demás aldeanos confían en mí.

-Descuida, Kaoruko-chan. El futuro es incierto y creo que es nuestra oportunidad de reescribir el futuro. –comento con una vocecita Mitsuko.

Ella también estaba peleando. No con armas, sino con su fuerza espiritual. Debido a que su poder era del tipo espiritual, ella tomaba la fuerza espiritual de cualquier demonio y lo absorbía, su cuerpo se encargaba de purificarlo y con ello sanar a su grupo.

Cerca de ella estaba también Ookawa. Su apariencia espiritual estaba expuesta, dado que se podía ver sus orejas y su larga cola de lobo.

Nowaki estaba exhausto. Sus movimientos se volvieron lentos, pero aún continuaba ayudando a Hiroki. Además de eso, el mediodía estaba próximo. Pelear a esa hora, era más agotador. El calor no ayudaba mucho. A unos cuantos metros las chicas  debían estar en la misma situación. Cuando lograra derrotar a los demonios, iría a ayudarlas.

-Nowaki, deberías descansar un poco. –Hiroki se volteó a verlo. –Yo me puedo encargar de ellos.

-No. No me iré. Aun puedo pelear.

Los demonios se acercaban como hormigas. Cada vez que Hiroki lograba vencer a unos cinco aparecían otros diez. Cansado de esto, Hiroki invoco a su mascota: Xaplteklune. Un dragón inmenso de pelaje blanco.  

La mascota gruño al ver a los demonios que se le iban encima. Querían hincar su piel con aquellas lanzas negras. En una simple sacudida de su cola, arraso con unos cincuenta demonios. Abrió su boca y trago a varios. Hiroki dejo que su mascota peleara. Se acercó al azabache y lo ayudo a ponerse de pie, además de llevarlo a otro lugar para que descansaran. Porque aunque no quisiera admitirlo, Hiroki también estaba cansado.

-No puedo creer que Lair este peleando a la par de Fuyuhiko. –susurro Nowaki. –Aunque no creo que ella sola pueda con él.

-Akihiko ya está aquí. Ese tonto sí que se toma su tiempo…

 

Takahiro derroto a varios demonios, sin embargo no lo suficiente. Miro atrás, Ookawa también estaba peleando para proteger a Mitsuko. Ella seguía peleando contra los demonios. Increíblemente parecía que su fuerza no disminuía, además de que curaba a otros. ¿Cómo lo hacía? También vio que otros gitanos peleaban. La pelea se estaba prolongando demasiado y los demonios seguían apareciendo.

-Maldición, a este paso moriremos todos.

Takahiro salto y clavo una lanza en el pecho de un demonio. Con su espada corto la cabeza de otro. Cuando disponía a cortar la cabeza a otro demonio, uno de estos lo derribo con una porra. Parecía que este demonio estaba en el rango de los comandantes ya que tenía más fuerza que los demás.

-¡…! –el dolor recorrió toda su espalda. Al caer  quedo sin aire.

El demonio se acercó sonriendo. Mostrando sus dientes afilados y amarillos. Debido al golpe aún estaba adolorido y no se movía con normalidad. Cuando el demonio levanto su porra, Takahiro trato de moverse.  

-Muere, miserable humano.

Takahiro trato de cubrirse y espero el golpe. Pero este nunca llego. Solo escucho un gemido ahogado y luego el sonido de un cuerpo desplomarse.

-Takahashi-sempai, parece que estás dando una mala imagen como mi superior. ¿No lo crees, Miyagi?

-Soy Miyagi-sensei para ti, Shinobu.

Takahiro se levantó y sonrió de manera irónica.

-Hasta que por fin aparecen. ¿No creen que se han demorado demasiado?

-Hpmm… díselo a Manami. Ella fue la que nos avisó.

-¿Manami? –A Takahiro le brillaron los ojos al escuchar ese nombre. –Ella… ¿está bien?

-Oi, la pregunta debería ser: ¿ellos están bien? –Shinobu se cruzó de brazos.

-¡…! Ella… –Takahiro no podía articular palabra alguna. –Ella ya…

-Sí, ella ya dio a luz. Te está esperando.

-¡Oigan, los sentimientos para después! ¡Ayúdenme a derrotar a estos demonios!

Los nigromantes hicieron una formación especial y empezaron a atacar con más fuerza. Los gitanos al verlos se sentían más seguros que antes. Pero no por ello dejaron de pelear. El número de demonios fue disminuyendo. Takahiro, Miyagi y Shinobu se encontraron con Hiroki y Nowaki. El azabache no podía creer que sus compañeros estuvieran en frente de él y peleando contra un enemigo común.

-No dejen de pelear. –dijo Miyagi. –Los encuentros emotivos serán para más tarde.

Cuando pensaron que ya no habría más sorpresas, vieron a lo lejos a los soldados de cabellera plateada.

-No puede ser. ¿Por qué ellos están aquí?

 

Kaguya galopo hasta estar cerca de Nowaki y Takahiro. Katsura se quedó con los demás soldados. La reina con una señal, ordenó a sus hombres detenerse. Los dos hombres se pusieron en guardia ante la inesperada visita. Takahiro más que nadie mostraba una mirada hosca. Nowaki, en cambio, fue a avisar a los demás de la presencia de los cabellos de plata. Aunque no hacía falta decirlo. Sus presencias eran muy notorias.

-¡¿Qué rayos hacen ustedes aquí?! ¡Ustedes son los que destruyeron nuestras tierras!

-Cálmate, gitano. –Kaguya le hablo con voz fría. –Yo no vine para pelear con ustedes.

-Entonces, ¿para qué?

Cuando Kaguya se disponía a responder, apareció Kaoruko. Kaguya al ver a la muchacha se quedó callada. La contemplo un buen tiempo. La mirada de esa joven movió algo dentro de ella. Esa cabellera negrísima le pareció familiar y aquella mirada penetrante. Era como ver a su… su propio reflejo, solo vestida de manera distinta y con otro color de cabello. Kaguya sonrió mientras bajaba su cabeza. No podía ser posible. Kaoruko levanto su espada y la señalo.

-Vaya manera de recibir a los aliados. –susurro Katsura mientras miraba a otro lado.

-¿Quién eres tú? –Kaguya pregunto mientras con una seña indicaba a su hermana a que guardara silencio.

-Soy Kaoruko de las tierras de Farynor. Gobernadora de las tierras de Farynor. –Kaoruko no parpadeaba al ver a la mujer montada den su caballo. –Supongo que tiene un buen motivo para que este aquí.

-Por supuesto que sí lo tengo. Estoy aquí para ayudarles en esta pelea. Solo eso.

Kaguya le miro directamente a los ojos de Kaoruko, como si tratara de convencerla. En cambio, Kaoruko miraba atentamente a la reina. Como si vigilara sus movimientos.

-¿Crees que soy tonta?

-Mira la situación, jovencita. Necesitan ayuda, ¿no es así?

–Si haces algo sospechoso, no dudaré en cortarte la cabeza. Y no solo a ti, sino a todos tus soldados. –Kaoruko continuaba apuntando con su espada a la mujer. –Estas advertida. Por ahora fingiré que te creo y permitiré que mis hombres pelean al lado de los tuyos, solo porque necesitamos ayuda por el momento.  

-Pero, Kaoruko-sama, ellos son los que-

-¡Lo sé! Pero no hay opción, tenemos que conseguir aliados de donde sea.

Kaoruko se alejó y dio órdenes de agruparse de nuevo. De manera reacia, algunos aldeanos decidieron pelear al lado de los soldados de cabellera de plata. Los dos bandos se lanzaron nuevamente a la lucha.

 

 

Misaki salió de la cabaña. Ijuuin fue detrás de él.

-¡Hey! ¡¿A dónde crees que vas?!

-Yo sé que ellos están allá. Sé que si voy podré ver a Akihiko-san.

-Si vas a allá, ¿qué podrás hacer?

Misaki abrió sus ojos. Ijuuin sintió que logró convencer al castaño de quedarse en el lugar. Misaki bajo la cabeza. Él era consciente de que si iba allá sería un estorbo. No podría ayudar, pero sus ansias de ver a su amado peli plata valían más que esas inseguridades.

-No me importa. –Misaki levanto la cabeza mostrando una mirada determinada. –Yo aún si no puedo hacer nada iré.

El castaño corrió. Dejo atrás a Ijuuin. O eso pensó. Corrió a pesar de escuchar su nombre. Apresuro su marcha. Él quería ver a Akihiko y si eso significaba verlo y luego morir, con mucho gusto él lo haría. Ya no podía esperar más.

 

 

Lair estaba ligeramente herida. Fuyuhiko estaba rasguñado en algunas partes, pero eso no se podía contar como heridas. La mujer escupió sangre. Movió sus manos y con una posición  de manos nuevamente hizo una barrera. Aunque esta vez la barrera ya no era de color índigo. El color se había debilitado.

-Tsk! –“He permanecido mucho tiempo fuera del agua… ¿Cuándo llegara Katsura?”, Lair pensó.

-¿Por qué no te rindes de una vez? Sabes que es imposible derrotarme.

–No me rendiré.

Ambos se miraron con sentimientos de odio profundo. En rápido impulso, los dos volvieron a acercarse a gran velocidad. Nuevamente más estelas de luz se veían a lo lejos. Nadie se descuidaba en la pelea, midiendo el siguiente ataque. Lair se aseguraba de que al mismo tiempo que ella atacaba, los demás estuvieran protegidos. Los choques de poderes estaban dejando el bosque casi desolado.

Fuyuhiko, por su parte, parecía estar divirtiéndose. Cuando recibía un ataque, lo devolvía con el doble de fuerza. Nada parecía preocuparle.

-Esto ya es aburrido. Me canse. –los ojos de Fuyuhiko cambiaron de un negro profundo a un carmesí intenso. –Acabemos con esto de una vez.

Cuando Lair estaba próxima a golpear al demonio, este se adelantó y se puso detrás de ella. Con una sonrisa triunfante y malévola, atravesó sin dudar el cuerpo de la ninfa.

-Fue una gran pérdida de tiempo pelear contigo, Lair.

El cuerpo de la sirena cayó pesadamente a un costado. La sangre se desparramo. Lair no se movía. El viento soplo y lo único que se ondeaba en el viento eran sus cabellos. Lentamente la barrera se deshizo dejando desprotegidos a los gitanos y las demás seres sobrenaturales.

-¡¡¡¡¡LAIR-SAMA!!!!! –las demás ninfas gritaron al unísono.

Fuyuhiko se acercó con mucha calma al cuerpo de la sirena. La cogió de los cabellos para luego coger su cuello y estrangularla. Las ninfas y las sirenas corrieron desesperadas. De repente, Fuyuhiko fue lanzado por los aires. Akihiko cargaba el cuerpo inerte de Lair. Luego la colocó cerca de sus demás compañeras. Lair aun respiraba, solo tenían que curarla rápidamente.

-Ya basta con esta pelea sin sentido.

–Hasta que mi heredero aparece. Ya era hora, Akihiko.

-Yo no soy tu heredero. Creo que ya es hora de que regreses a tu reino y ya no salgas de allí.

-No me iré. Tengo que saldar cuentas con alguien. Además… –Fuyuhiko susurro algo. Akihiko apenas pudo escucharlo. Pero fuera lo que dijera dejo sorprendido al peli plata y con una rabia intensa. Ahora, padre e hijo pelearían hasta el final de uno de ellos. Y Akihiko ya tenía ansias de venganza desde antes.

Sin embargo, antes de que Akihiko se lanzara al ataque, Kaguya apareció en medio de los dos. Y no solo eso, Katsura estaba a su costado.

-¡…! –el peli plata quedo atónito. -¿Madre?

–¡Nosotras nos encargamos de Fuyuhiko!

 

A lo lejos, Misaki divisó a los demás gitanos. No parecía como si los demonios pudieran atravesar la barricada que construyeron las ninfas y las sirenas. En un rincón de esta, vio a Mitsuko al lado de Aikawa. Se sintió feliz de verlas juntas. Quizás estarían cerca los demás chicos. Corrió hacia ellos.

– ¡Aikawa-san!

Aikawa volteo a mirar. Sus ojos se abrieron de par en par y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

–¡Misaki-kun!

Notas finales:

¿Qué les pareció este capítulo? Espero que haya aclarado dudas. Además de que ya era hora de que Misaki al menos se reencontrara con sus amigos n.n Pronto se acerca el capítulo final… (Música de fondo) Solo espero no decepcionarlos con el final y luego me critiquen como lo hicieron los narusakus con Kishimoto-sensei u.u

Por favor, no se olviden de hacer sus preguntas para la “entrevista”. Recuerden que pueden hacer cualquier pregunta *-* y claro que también para Sebas.

Por cierto, ¿alguno de ustedes no juega The Lover of Darkness: Darling Vampire *-*? Este juego BL me ha dejado encantada. Además es mi primer juego de rol que tengo en mi cel. Es muy hermosa la trama y la banda sonora, así como las gráficas del juego. Ahora que he avanzado con la historia del juego estoy en duda de con quien chico quedarme… Aishhh, esta situación está peor que una escena de manga shoujo… No sé si quedarme con Clay, quien es un vampiro de larga cabellera plateada… Shirou, el amigo de infancia del protagonista o por último con Lau, este es un caza vampiros. El protagonista es un mestizo: mitad humano, mitad vampiro.

¡Todo es muy difícil! ¿Qué debería hacer?

Cuídense mucho, nos leemos pronto n.n/ 


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