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Mi eternidad eres tú por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Hola a todos n.n/

Aquí les traigo el epílogo. Espero que les guste n.n

Quería subirlo el 13 de enero (hace un año en esa fecha publiqué este fanfic), pero bueno… solo me retrase por un día =w= Para escribir este capítulo me inspire en la canción “Mas de mil años” de Alex Syntek ( https://www.youtube.com/watch?v=rR4vjV2TO7I ). Es muy linda y tierna. Me hizo recordar a mi primer amor en la secundaria n.n

Sebas: ya me cansas con esa canción. No puedo creer que hasta lo hayas puesto como tono de celular…

-¡A mí me gusta!

Sebas: ¡Ah! Muchísimas gracias por estar hasta el final con este fanfic. Espero que lean el otro trabajo de Sapphire. Y por supuesto, los demás trabajos que ella tenga. Claro, si es que la autora se apresura en sacar una historia nueva…

-¡Sebas! ¡Grrr! Por supuesto que me apresuraré.

 

Por favor, lean n.n/

Las calles eran cálidas. La ciudad y sus cambios, según la modernidad, se veían brillantes. A él no le gustaban los lugares con abundante luz, pero se había acostumbrado a ello. Hacía muchos años que ya deambulaba por allí. Su existencia no era nada comparado con las miles de personas que estaban en la ciudad.

Su mansión que alguna vez estuvo en esas tierras, permanecían ahora en sus recuerdos. No era fácil acostumbrarse a estas épocas. Solo esperaba que pronto se cumpliera la promesa. Ahora las calles se hallaban desiertas y silenciosas. Se acomodó su abrigo y subió por las escaleras. Estas conducían a un pequeño parque. No había nadie. Suspiró. Se sentó en una de las bancas y saco un cigarrillo. Miro el reloj del parque. El tiempo avanzaba lentamente y cambiaba todo a su alrededor. Pero el esperaría, porque sabía que su amado volvería. Sin embargo, ¿cuánto tiempo más iba a esperar?

Se levantó de la banca. Tenía que regresar a su casa. Por supuesto, si podías llamar a un pequeña casa alejada del centro de la ciudad y acompañada de tu amiga de infancia quien es una ninfa. Además de tener por vecino a tu mejor amigo de la infancia. Hiroki también había decidido esperar a Nowaki en su próxima vida. Pero a diferencia del peli plata, su amigo ya se había reunido con su amado. A veces sentía un poco de envidia al verlos juntos. De repente, escuchó unos pasos ligeros y una voz familiar que lo sacó de sus pensamientos.

 

Por fin logró escapar de sus acosadores. Él recordaba que no había hecho nada malo, sin embargo el grupo que estaba en su colegio le tenía un odio terrible. Aprovecharon que sus amigos fueron a un goukon* y lo dejaron solo para acercarse a él para golpearlo.

–¿Ya no me siguen? –el joven inspeccionó el lugar mientras continuaba corriendo. –¿En dónde estoy?

En el momento en que iba a mirar de frente, tropezó con alguien. Debido al impacto, cayó al suelo.

–Oww, oww… eso dolió. –miró hacia arriba. Una mano le ofrecía ayuda. –Lo siento.

–¿Estas bien?

El chico alzo su mirada. Quedo atónito al ver al extraño frente a él. Aquellos ojos lilas… y esa cabellera plateada. Por alguna razón le pareció familiar. Como si ya lo hubiese visto a pesar de ser la primera vez que lo veía en toda su vida.

–¡….!

–¿Estas bien? –Akihiko volvió a preguntar.

-S-si… estoy bien.

Akihiko miro detalladamente al chico. Este era castaño y con unos expresivos ojos esmeralda. Sonrió. Un deja vù. No dijo nada, solo sonrió. El chico castaño también lo miraba. Después se escuchó a un grupo de chicos aparecer en escena.

-Por fin encontramos al enano. –señaló uno de los pillos.

Akihiko se percató de las intenciones de los muchachos. El castaño tenía una expresión de miedo. Instintivamente retrocedió unos pasos y levanto sus brazos, como si quisiera cubrirse del peligro. El peli plata se puso adelante del castaño. Lo cubrió con su cuerpo.

-Escóndete  en alguna parte. –Akihiko luego se dirigió al grupo. –Deberían dejar de fastidiar a la gente.

-Oe, viejo, deja de hablarnos así. No sabes con quienes te estas metiendo.

-Yo solo veo a un grupito de niños que solo se creen superiores simplemente por fastidiar a alguien que no puede defenderse. Apuesto a que todavía mojan la cama y tienen miedo al cuco.

-Tú… ¡Maten a este viejo!

Uno de los muchachos se lanzó al ataque. Akihiko fácilmente esquivo el golpe e inmovilizo al muchacho. Le doblo el brazo hacia atrás y lo presiono contra su espalda.

-¡Ouch! ¡Suéltame, maldito!

Akihiko levanto más el brazo del muchacho. Sus ojos se tornaron carmesí. Los demás chicos al verlo se asustaron y huyeron despavoridos.

-¡Corran! ¡Es un demonio!                                                 

Akihiko soltó al muchacho y este también corrió detrás de sus compañeros. En un instante desaparecieron de su vista.

-Que rápidos son para correr.

-Lo siento, te he causado problemas.

Akihiko volteo a ver al castaño. Sonrió, sin duda alguna por fin volvía a ver a su amado castaño. Le hizo recordar su encuentro hace cientos de años atrás.

-Siempre te metes en problemas, ¿no? Cuando cambiaras....

-¿Eh?

-…Nada. –Akihiko desvió la mirada.

-Muchas gracias. –el muchacho hizo una reverencia. -¿Ahora qué quiere que haga por usted? No me gusta deber favores.

Akihiko abrió sus ojos como platos. Esa pregunta… Misaki en su primer encuentro también dijo lo mismo. El castaño también le miraba detenidamente. Akihiko se emocionó. Se acercó y envolvió con sus brazos al castaño. Lo abrazó con fuerza. Después de muchísimo tiempo, otra vez sintió la felicidad embargar su cuerpo.

-…Misaki.

Sintió tensarse el cuerpo del chico.

-¿Cómo sabe mi nombre? ¿Nos hemos visto antes?

Akihiko tuvo que separarse. Además, si continuaba abrazándolo así, sin que el castaño tuviese algún recuerdo sería raro.

-Algo así…

-¿Eh? –el chico lo miro curioso. –Tú eres…

Akihiko espero ansioso la final de la oración. Misaki ponía una expresión de confusión para luego transformarse en una de que estaba recordando algo. ¿Podría ser que Misaki lo recordara en esta vida?

-Tú eres… ¿un acosador?

Akihiko ladeo la cabeza a un lado. Era muy pronto. Suspiró pesadamente. Aún no lo recordaba, pero ya habría tiempo para eso. Revolvió los cabellos del castaño.

-¿Cómo puedes decir estas cosas a alguien mayor que tú, además de que se dignó a ayudarte? –sonrió amablemente. –Asegúrate de volver a casa.

-S-sí.

Misaki agacho la cabeza en reverencia. Se alejó de Akihiko. Por alguna razón extraña para el chico, se sentía un poco triste por alejarse así de su salvador.

“¡Los favores!”

-Etto… -Misaki se volteó a ver al peli plata. –Yo aún no le he devuelto el favor…

-No te preocupes.

-¡P-pero…!

-Si hay un favor que quiero que cumplas es que crezcas lo más rápido posible y me recuerdes. Mientras tanto yo seguiré esperándote. ¿De acuerdo?

-¿Qué tipo de favor es ese?

-Ese favor es de un amante que ha esperado cientos de años solo para verte otra vez. Así que, ¿qué me dices?

 

El amor entre un humano y un demonio. Algo tan inusual, pero a la vez muy esperanzador. Su amor logro vencer al tiempo y la adversidad. Ellos se volvieron a reunir; quizás por capricho del destino o porque simplemente su amor también logro vencerlo. Daba igual. Lo que importaba es que por fin estaban juntos. 

Notas finales:

*Goukon: es una salida entre amigos aunque el propósito de esta es encontrar pareja.

¿Qué les pareció? Espero que no lo hayan sentido tan cursi… Bueno, con esto ya puedo dar por concluido el fic.

Cuídense muchísimo y espero leerlos en otras historias mías n.n


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